Disclaimer: Si fuese mío, no estaría vistiendo hombres en mi trabajo. ¿Sonó porno? pues no lo es.

A/N: Y llegamos al fin. Quiero agradecerles a quienes han comentado, añadido a sus favoritos y alertas. Espero que hayan disfrutado de este fic tanto como disfruté yo escribiéndolo. Olga, Ana, Ana G., April, lizzybdarcy, sra-bulsara, Zae, araakis, PetitJ, Lara, muchas, muchísimas gracias a todas. Me alegro mucho que les haya gustado y hayan tenido la paciencia de leer hasta el fin. Y por supuesto a Eline; ya lo sabes, sólo con tu apoyo, beteos, paciencia y constantes preguntas de para cuándo saldría este fic, logré terminarlo, sino seguramente aún estaría por el capítulo diez. Muchas gracias Eli, por todo :).

Ya lo saben, pero como es el último, bien vale recordarlo. Este fic es enteramente de Eline. Escrito bajo sus amenazas (XD). Nah, ya lo sabes, que sino lo hubiese sentido, no le habría hecho continuación y menos estaría teniendo un final feliz.

Comentarios y críticas, siempre bien recibidos con respeto.

Y como siempre, gracias por pasarse y leerlo.-


40.-

La luz del amanecer se cuela por la ventana y Jane despierta cuando un rayo de luz le da en el rostro. Lisbon duerme pegada a su cuerpo, la sábana tapándola hasta la cabeza. Él ríe despacio e intenta despertarla, pero sólo recibe algo parecido a un gruñido. A la agente no le valen las razones que él argumenta-deben ir a trabajar en un rato, William tiene ir a la escuela-porque es inútil. Ella no se piensa levantar, por lo menos no hasta dentro de quince minutos. Así que la deja seguir durmiendo, sale de la cama y va hasta la cocina para preparar el desayuno.

Pronto se cumplirá un año desde que están juntos y todo va bien. Muy bien en realidad. En el trabajo siguen casi igual por supuesto, hay cosas que no cambian-y ella sigue amenazando de tanto en tanto con dispararle o con tirarle la engrapadora a la cabeza-pero al menos los puñetazos en la nariz han desaparecido completamente. Y siempre que él comete cualquier locura demasiado grande, echa mano de alguno de sus métodos-que son más bien artimañas para engatusarla- con las que le compensa cualquier dolor de cabeza.

-Jane… ¿podrías dejar de despertarme tan jodidamente temprano?-la voz de Lisbon suena algo rasposa por el sueño que además le impide abrir bien los ojos. Él levanta una ceja, apunta el reloj que marca las seis de la mañana y ella lanza un bufido-hay veces que me arrepiento de haber elegido ser policía. Seguro que si me decidía por ser contadora no tendría que levantarme a estas horas de la mañana-se acerca a él, rodea su cintura y besa su hombro-¿ya has hecho el café?

-Está a punto-contesta-creo que deben faltarle unos dos minutos como máximo.

Lisbon se separa de él y se queda de pie frente a la cafetera, esperando a que el brebaje esté listo. Él ríe por lo bajo; es un esfuerzo inútil el intentar que beba menos cafeína, cada vez que se lo plantea rueda los ojos y le dice que no la ve a ella intentando que tome menos té.

-Por cierto-se sirve una taza de café y bebe un sorbo, lanzando un gemido de pura satisfacción-William me pidió que te preguntara, sin que tú supieras, qué es lo que quieres que te regale para tu cumpleaños-Jane la mira y se ríe-lo sé, pero no tuve corazón para decirle que no puedo preguntarte sin que te des cuenta.

-Pues dile que lo que sea que me regale, me gustará.

-¡Jane!

-¿Qué? Lo dices como si me quejara de las cosas que me regalan…

-Díselo a Rigsby, estoy segura que aún recuerda cuando te dio aquel…

-Puedes decirle que me gustaría una tarjeta o un dibujo hechos por él-la interrumpe. No necesita que comience a enlistar todas las veces que no le ha gustado algún regalo.

-Creo que sería una buena opción-Mira el reloj una vez más-será mejor que me vaya a duchar, sino se nos hará tarde.

-¿No quieres que te acompañe?-le dice, moviendo de arriba abajo las cejas.

-No, tú tienes que alimentarme, así que termina de cocinar-se burla antes de desaparecer.

-¡Mujer, eres una explotadora!-le grita, recibiendo su risa desde el corredor como respuesta.

Cuando termina de freír los huevos y el tocino, se prepara una taza de té y se sienta unos momentos a disfrutar de la paz que reina en el casa. Años atrás, aquel silencio era opresivo, lleno de angustia y dolor; sentimientos con los que no sabía lidiar. Muchas veces se pregunta qué habría pasado con él si no hubiese sido capaz de luchar contra sus propios demonios hasta lograr dominarlos y convertirlos en algo que no lo destruyera. La respuesta no es agradable. Y realmente, prefiere no pensar en ella. Por fortuna, ha conseguido controlarlos hasta que no son más que un recuerdo de un tiempo oscuro-una pesadilla-que ha dejado atrás.

Gracias a que pudo salir ganador de esa batalla contra su lado más sombrío; cuando piensa en lo que sería su vida si Lisbon jamás hubiese correspondido a sus sentimientos, la réplica es más alentadora. Quizás no sería tan feliz como lo es ahora, pero al menos estaría tranquilo. Sabría disfrutar de los pequeños momentos, no se dejaría llevar por la angustia de años pasados…por lo menos, eso es lo que le gusta pensar. No, en realidad está seguro que sería así.

-¿No piensas venir a la ducha?-la voz de Lisbon lo saca de sus pensamientos.

-Pensé que debía quedarme aquí cocinando-contesta, mirándola de reojo. Está casi totalmente desnuda, parada en la puerta de la cocina y sonriendo.

-¿Y cuando has seguido órdenes? Porque si no me equivoco, tienes serios problemas con la autoridad, sobre todo con la mía…anda, no debemos despertar a Will sino hasta dentro de una hora, aun tenemos tiempo...-sonríe seductoramente y desaparece una vez más por el pasillo.

-Teresa…-refunfuña-luego no te quejes si llegamos tarde al trabajo…

Deja la taza a un lado y la sigue, dispuesto a obedecerla-y sin que sirva de precedente-por esta vez.


È Finito.-