Disclaimer: Ahora mismo, ni por todo el oro del mundo. No, no es mío y que siga así.

A/N: Este nuevo fic es secuela de "Smile" una viñeta que escribí hace dos años o poco más ya. Recuerdo que en uno o dos comentarios me preguntaban cuando la continuaría y yo respondía que no, que se quedaba así...pero al final terminé rindiéndome porque Eline demostró que a veces es una cabeza dura XD. Por lo tanto, esta continuación que ella ha tenido el privilegio de leer primero y betear, está dedicada enteramente a ella; a su paciencia y a sus ocasionales preguntas de ¿y cuándo continúas la secuela? (porque cosa graciosa, comencé a escribir esto hace tiempo y sólo hoy he terminado el último capitulo hoy). En fin, muchas gracias Eli :)

Si no saben de qué va esto, pueden leer Smile. En mi perfil, está entre las primeras historias que escribí. Pondría el enlace, pero este sitio no acepta enlaces...vaya a saber uno por qué.

Comentarios y críticas son bien recibidos, siempre con respeto.

Gracias por pasarse y leerlo.


Para Eline

Walking along the winding road.


1.-

La paciencia nunca ha sido su fuerte, pero ahora mismo, está orgulloso de la que ha hecho gala durante todo el día. La misma que ahora le permite sentarse junto a su cama; la oscuridad y el silencio rodeándolos. Da un suspiro, mezcla de alivio y mediana felicidad, y luego acaricia su cabello suavemente, deleitándose en la sedosidad de esa cascada color ébano que siempre ha amado.

Lisbon duerme, agotada por el esfuerzo de diez horas de labor. Las visitas hace rato que se han ido, justamente, para que ella pueda descansar. Gerry ha ido a buscar a sus padres al aeropuerto, así que tiene unas dos horas a solas con ella. Sólo Lisbon y él. Como debió ocurrir. Él debería haber sido quien temblaba incontrolablemente en ese pabellón, y el que sollozaba de felicidad al ver al pequeño niño llorar por primera vez, y ser él quien lo acunaba en sus brazos mientras el bebé se calmaba por esa sensación de bienestar y calor ya conocida desde el vientre. Pero fue Gerry. Y eso consigue que su corazón se encoja de dolor.

Una enfermera aparece en la habitación y le sonríe amablemente. Él contesta con otra sonrisa, mientras ella chequea que nada le falte a Lisbon. Después de anotar algunas cosas en la ficha, se vuelve hacia él.

-¿Por qué no va a casa y descansa un poco? Puedo asegurarle que cuidaremos bien a su esposa…seguro está agotado después de los eventos de hoy…

El dolor en su pecho se vuelve más intenso cuando la enfermera pronuncia las palabras, y tiene que hacer un gran esfuerzo para evitar que la aflicción se refleje en su rostro. En cambio, le muestra una sonrisa aún más grande mientras le contesta.

-No es mi esposa…es mi mejor amiga. Me quedo con ella mientras su esposo vuelve…

-Oh, lo siento-le dice ella, algo avergonzada-es sólo que…-menea la cabeza, desechando lo que pretendía decir.

-¿Es sólo qué?

Duda unos momentos antes de hablar-la miraba como si…- Menea la cabeza una vez más y sin terminar la frase, se despide de Jane, saliendo de la habitación con rapidez.

Sin embargo, él sabe lo que ella estaba a punto de decir. Y no puede dejar de preguntarse, qué hará el día en que Lisbon se de cuenta. ¿Será capaz de esconder lo que siente por siempre? ¿O acaso no sería mejor que se fuera de una vez por todas? Está seguro que el día que eso ocurra, no podrá volver a mirarla a los ojos. No porque se sienta avergonzado de lo que siente, sino porque no podrá soportar la compasión enclavada en los ojos de ella.

A veces cree que debería irse de allí, antes de que llegue ese día. Pero sabe que no puede. Alejarse de ella duele más que la posibilidad de que ella lo mire con lástima.

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