Eran las 7 AM cuando llegaron a las proximidades del 212 B de Baker Street. En la puerta del lugar un automóvil negro estacionado partió al verlos aparecer. Sherlock aminoró el paso hasta verlo perderse un par de calles más allá. No estaba para conversaciones con su hermano. John había querido comentar el hecho, pero no quiso romper el silencio que los había invadido desde que habían salido de Bart bajo la lluvia.
Se sorprendía aún de su respuesta rápida. Ya estaba buscando alguna excusa que darle a su novia para volver lo antes posible al departamento. Aunque tenía la leve sensación de que no le sería tan difícil.
Miró a Sherlock detenerse frente a la puerta y mirarle levemente. Trató de sonreír de nuevo, como una forma de asegurarle de que le había dicho la verdad.
-Yo… no es necesario…-Murmuró Sherlock dándole la espalda mientras sacaba su llave para abrir la puerta.
-No puedes arrepentirte.—Dijo John sorprendiéndole y ganándose una mirada intranquila y confusa de parte del otro.—No voy a olvidar lo que sucedió. Así que ni pienses que haré como si nada y volveré con mi novia, dejándote aquí a merced de cualquiera de tus extraños planes depresivos.
-Yo no…
-Eres un humano, a fin de cuentas. —Concluyó el médico empujándole un poco para que abriera la puerta y le dejara pasar.
Sherlock gruñó algo que no llegó a entender. Cuando llegó al segundo piso fue que volteó con cara de pocos amigos.
-¿Qué demonios le pasó al lugar?—Dijo abriendo los brazos tratando de abarcar todo el desastre. Sherlock que caminaba con algo más de energía miró sin entender muy bien a qué desastre se refería.--¿Qué le pasó a la pared? Que yo recuerde no era de ese color… y el sofá… ¿qué? Acaso está más pequeño o…
-Incendio. —Dijo como si nada. —De todas formas iba a comprar uno nuevo.
-¿Incendio? ¿Cuándo? No. No quiero saber.
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Antes de dos días las cosas de John H. Watson estaban nuevamente ocupando su lugar en Baker Street. Sherlock no había preguntado que había pasado con la novia de John, ni que le había dicho éste para volver con él. Tenía algunas ideas, pero prefirió no decir palabra.
John estaba en su sillón tomando un té; él, por su parte, estaba en el sofá mirándole de vez en cuando cerciorándose de que estuviera allí. OK. Eso era raro, pero por alguna razón prefería pasarlo por algo mientras esperaba la llamada de Lestrade o algún mensaje en su Web para volver a los casos.
-Deja de mirarme.—Dijo el doctor mirándole con una ceja levantada.
Sherlock se removió y le dio la espalda. John se rió levemente recordando que su mejor amigo no pasaba de ser más que un niño de 8 años con rabietas a cada tanto, claro, más desde que le había obligado a limpiar el desastre y volver el lugar a su estado "normal". Aún no sabía muy bien como lo había logrado, pero había salido una mañana a la clínica viendo el desastre, y había vuelto a eso de las 4 PM y todo estaba como antes, como si nada hubiera pasado. Hasta el sofá había aparecido entero.
Ese hombre estaba lleno de misterios… y él quería vivir con cada uno de ellos.
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FIN
DarkCryonic
23/06/2012 02:23:04 a.m.