*Hola, soy Madaraki, si ya sé que ya había subido este capítulo pero después de que me lo hicieron notar de que algo iba mal en él, aquí les dejo ya el final de esta historia, y si alguien quiere saber el final alterno déjenlo en un comentario y lo subiré (aunque quizás la mayoría va a querer quedarse con este) sin más les dejo el final de esta historia.*
CAP. 19
ALIANZA DE ORO Y HIELO
A la mañana siguiente los dorados estaban la mar de extrañados puesto que la joven seguía sin responder, ni siquiera a Afrodita, aquello venía a preocuparles demasiado pues el doceavo santo siempre había contado con la simpatía de la pelirroja y aun en los peores momentos siempre aun con disgusto siempre se mostraba más receptiva a escuchar al santo de Pissis.
Paso la mañana y ya a media tarde la ansiedad y la duda tenia a todos con los nervios de punta, al grado que llamaron a Hania para tratar de obtener alguna respuesta de Yared, pero el resultado fue el mismo, la joven lemuriana no respondía en lo absoluto, Mu estaba dispuesto a que si no obtenían ninguna respuesta el mismo echaría la puerta abajo, pero todos estaban de acuerdo que si solo era un malestar y la joven estaba tranquila, aquello solo la alteraría.
_Pues parece que no vamos a poder tener tranquilidad para nada, si no son guerras entre Dioses, serán espectros, una boda obligada o una futura madre con mala actitud.
_ Milo no es graciosos_ Camus quería darle un pellizco a Milo por sus ocurrencias pero la verdad estaba más ocupado tratando de leer el cosmos de la joven cosa nada sencilla pues desde que había vuelto parecía muy inquieto a cada momento.
_ Carnero, no puedo creer que no tengas llave de las recamaras de tu casa_ Saga miraba a Mu quien parecía bastante molesto.
_ Si las tengo, pero cada uno tiene su llave, es decir Yared tiene la de su recamara adentro con ella, nunca he necesitado abrir esas puertas
_ Eso es tan útil en verdad, bueno y ¿qué vamos a hacer? ¿Dejarla ahí hasta que quiera salir o se llegue a poner mal?, no sabemos nada quizás puede que este inconsciente y nosotros quien como si nada.
Mu se pasó la mano por la cara no por el comentario de Saga si no porque caminando tan tranquila como si no pasara nada, Sonia venia subiendo la escalera, todos pusieron una cara de total seriedad excepto Afrodita quien más bien reflejaba su molestia, la joven se había vuelto a teñir el pelo de rubio, y mostraba una total relajación, como si nada.
Mu espero a que la joven dijera algo pero no parecía que fuera a hablarles, en ese momento se quedó mirando a todos como si buscara a alguien.
_ Y bien… ¿dónde está la futura mamá?_ todos guardaron silencio._ Por favor solo quiero saber cómo esta.
_ Está bien gracias por preocuparte._ La respuesta de Mu fue muy seca
_ ¿Y ya sabes cuándo nacerá él bebe?_ la voz de Sonia era tan calmada que parecía fuera de lugar con la actitud de los caballeros.
_ Pronto y ahora porque estas tan preocupada por eso, te recuerdo lo que tu provocaste y ahora vienes a preguntar sobre ella._ el dorado de Aries se cruzó de brazos.
_ Por favor, lo siento horrores, no puedes creerme tan malvada, aunque he de decirte que pensaba que era mayorcita, pero es una niña nada más, eso es algo preocupante, muchas cosas pueden complicarse.
Mu suavizo un poco su expresión y dejo caer los brazos a los costados.
_ No es tan pequeña como aparenta, pero sí que se han complicado las cosas y la verdad no creo que debas estar aquí, se altera muy fácilmente.
_ Lo siento, pero si quieres puedo tratar de ayudarlos, si hay algo solo dilo cariño._ Sonia abrazo a Mu este sintió algo extraño pero aquel gesto parecía bastante honesto y más por amabilidad que por otra cosa le paso el brazo por los hombros a Sonia.
_ Gracias pero dudo mucho que necesitemos nada de ti.
Tras esto se retiró, Sonia esperaba que para dentro de poco Yared sería solo un obstáculo más que dejaría atrás, confiaba en que su plan siguiera como esperaba y que la joven pelirroja decidiera solo irse sin darles más explicaciones, porque de abrir la boca ni todas las lágrimas la salvarían de las consecuencias.
_ ¿Esa que quiere portándose así?_ Afrodita torció el gesto
_ Cálmate, lo más seguro es que le han dado un regaño y trata de quedar bien, aunque quizás solo por hacer reaccionar a Yared podrías pedirle que venga.
Afrodita y Saga miraron a Camus como si se hubiese vuelto loco o hubiera dicho algo obsceno.
_ Por si tienes mala memoria, esa chica está mal de la cabeza con todas sus ideas locas, ademas que también arrojo a Yared por la escalera del templo.
_ Quizás no sea tan mala idea que Sonia aparezca. _ Mu apoyo la idea de Camus aunque con un poco de reserva, a lo que de nueva cuenta Afrodita y Saga pusieron cara de espanto._ No lo tomen a mal, pero la verdad Yared no coopera, y la verdad no me siento tranquilo con ella así.
_ Saga ¿Cuánto es lo que tiene de embarazo? Se supone que son nueve meses, ¿Cuánto le falta?_ Afrodita pregunto cambiando el tema, pues en verdad para él no había justificación para que Sonia estuviera rondando por ahí.
_ Pues se supone que tiene como siete si no mal recuerdo pero depende más de cuándo es que quedó embarazada._ de nuevo el silencio se apodero de la atmosfera, y los ojos de todos se posaron sobre Mu.
_ Olvídenlo, solo les diré que yo tengo mis cuentas y no se las pienso decir.
Yared había escuchado en parte la conversación de los dorados, estaba confundida, no sabía que creer, estaba vuelta un mar de dudas, y el que siguiera sintiéndose mal no le ayudaba en lo más mínimo, deseaba encararlos y que dejaran de jugar con ella, pero ni ella misma sabia como decir lo que sentía, en ese momento alzo la vista y se topó con Mu frente a ella.
_ Por fin decidiste salir, ¿Cómo estás?_ Mu la miraba con algo de preocupación_ Estas muy pálida, has estado con nauseas.
_ No creo que te importe_ Yared le dio la espalda dispuesta a volver a la recamara pero de inmediato Mu la tomo por el brazo y la hizo volverse, quizás con más brusquedad de la que el primer dorado habría querido.
_ Deja de decir que no me importa, me importa y demasiado._ el tono de voz de Mu era serio con un poco de enojo, en verdad aquella respuesta tan recurrente de la pelirroja lo tenía arto, más que nada por el hecho de que ya había olvidado cuando fue la última vez que había dormido en paz sin pensar en cada error que había cometido.
_ Solo te importa porque tendré a tu bebe, pero fuera de eso no hay nada más.
_ No es solo por eso, desde antes de saber esto me importabas, y… ¿Yared?_ La pelirroja tenía la cara muy pálida, Mu le toco el rostro y tenía la piel congelada, y su mirada parecía irse perdiendo.
_ ¿Qué ocurre? La asustaste._ Saga se acercó pero al ver a la pelirroja se quedó en sin palabras.
La joven estaba débil de inmediato la llevaron dentro, trataban de mantener la calma, Mu la sentó en el sofá tratando de mantenerla consiente, pero los ojos de la pelirroja luchaban por mantenerse abiertos, fue hasta que ya sintiendo que la desesperación se apoderaba de él que el primer dorado la sacudió y logro que reaccionara.
_ ¿Qué te pasa? mírame, dime ¿Qué es lo que te duele? ¿Qué está pasándote?
_ Déjala en paz, deja que se recupere, no va a decirte nada si esta así._ Afrodita se acercó con un paño húmedo para tratar de refrescarla pero Mu se lo quito diciéndole que no tenía fiebre.
_ Nunca había estado así_ Saga miraba a la pelirroja por sobre el hombro de Mu.
_ Solo estoy cansada, solo déjenme sola_ Yared respondió entre dientes pues sentía una punzada de dolor en la cabeza por el mareo.
_ Nada de eso, se acabó no voy a dejarte sola, ya me canse de que me hagas a un lado Yared._ El primer dorado se puso firme, estaba dispuesto a tomar aquel asunto en sus manos, quizás fue por la debilidad que sentía pero la joven no objeto nada.
Tardo un rato en sentirse un poco mejor, pero seguía teniendo la piel muy fría, Afrodita quiso que tomara un poco de sopa para que recuperara el calor, pero la pelirroja la rechazo alegando que tenía demasiado asco, en todo caso Mu no se apartaba de ella, Yared se agitaba en ratos pero parecía un poco mejor, pasado un par de horas se quedó dormida. Saga se retiró pues también no quería incomodar tanto a Mu.
_ Parece más agresiva no crees_ Afrodita se sentó junto a Mu en la mesa de la cocina.
_ Tú también lo notaste, entonces no son ideas mías.
_ Quizás son ideas de los dos, pero volviendo a lo de tus cuentas, ¿Crees que pueda nacer pronto?_ Mu se quedó mirando a Camus como evaluando si decirle o no_ Vamos, no me vengas con que te da pena, somos adultos y los bebes no vienen de Paris, así que mejor dime si entre tus cuentas alguna coincide que este en fechas de dar a luz.
_ Pues la verdad sí, pero si los médicos dijeron que no debía nacer aun, quizás yo esté equivocado.
_Pues estés o no debemos estar alerta.
_Afrodita, pero en verdad que pareces demasiado emocionado por todo esto como por lo de la boda, más pareces la suegra.
_ Una suegra muy fastidiosa_ Mu le continuo la broma a Camus, ante la ocurrencia el primer y el undécimo rieron por lo bajo ante la cara de puchero de Afrodita.
_ Ustedes no van a entenderlo, por estar aquí y muerto, me perdí la boda de mi hermana y el nacimiento de mis sobrinos._ Afrodita dijo aquello con algo de nostalgia.
_ No sabíamos que tenías una hermana_ Mu se impresiono al escuchar aquel detalle que desconocía de su compañero.
_ Sabias, yo si estaba enterado, pero bueno no es de extrañarse tu siempre estabas en Jamil pero como sea, entiendo eso de perderse momentos importantes de la familia y amigos, yo también no pude estar en la boda de mi mejor amigo._ Camus compartió aquello con el santo de Aries.
_ ¿La boda de tu amigo Jenik? _ Como respuesta a la pregunta de Afrodita el santo de hielo asintió._ Pero se suponía que eras padrino, como te lo pudiste perder… Espera.
_ Si, estaba la boda de Mu y la de Jenik el mismo día, así que tuve que ceder mi lugar como padrino.
_ Ahora me siento culpable, porque al final ni se hizo la boda.
_ Podemos hacer un baby shower._ Aquella ocurrencia solo podía ser de Afrodita y Camus y Mu volvieron a reírse de aquello.
Yared durmió hasta la mañana siguiente, seguía sintiéndose mal, a pesar de que Afrodita quiso acompañarla a que tomara algo de aire fresco la pelirroja no quiso que el duodécimo la acompañara, aun y cuando no deseaba que fuera con ella, el santo de Pissis la seguía a cierta distancia hasta que se topó con Hania, la guardiana se quedó mirando a la pelirroja sin mostrar ninguna expresión.
_ ¿Y bien vas a decirme que pasa o te vas a quedar ahí parada todo el día?_ La pregunta de la castaña fue brusca.
_ Creo que ya lo has de saber… Así que mejor nos evitamos todas las explicaciones.
_ Entonces es verdad._ Yared asintió por toda respuesta._ Pero que estúpida fuiste, como se te ocurrió dejar que pasara.
_ Tu cállate, no tienes por qué cuestionarla, además no es asunto tuyo._ Afrodita se apresuró a defender a Yared pues sabía que lo último que necesitaba era que vinieran a decirle que había cometido una estupidez.
_ Claro que es asunto mío ¿Y tú que te metes? Seguro tuviste algo que ver en el hecho que ahora este embarazada de tu amigo._ Hania comenzó a verse más molesta.
_ ¿Es que eres idiota? Nadie tenemos que darte explicaciones, en su momento solo apareciste para fastidiar y ahora haces lo mismo.
_ Ya basta, no es asunto de nadie…_ De nueva cuenta la joven pelirroja se sintió debilitada, y volvía sentir aquel dolor en todo el cuerpo. Cuando se dio cuenta estaba de nuevo en el templo de Aries, sabía que estaba ahí por las voces, o quizás solo le parecía que era lo más lógico, escucho que estaban discutiendo, escuchaba a Mu y a Saga, en algún momento escucho a Afrodita aceptando que no debió hacer algo, no entendía del todo se sentía casi como si estuviera bajo un manto que le impedía escuchar y entender lo que pasaba a su alrededor, de pronto sintió un dolor que le recorría todo el cuerpo, como una corriente eléctrica, notaba de nuevo aquel cielo de agua, pero esta vez era más bajo casi como si le nublara la vista.
_ Yared… ¿estas despierta?_ Una voz familiar la llamaba desde un rincón oscuro, el lugar era extraño, ya no estaba en el templo de Aries.
_ Si eso creo_ Respondió sin saber exactamente a quien le respondía.
_ Bueno, creo que no vamos a esperar mucho, si todo sigue tranquilo, te dejaran pasar la noche, mañana nacerá._ Mu se acercó a la cama y le tomo la mano a la joven_ Quiero preguntarte, ¿Por qué no me lo dijiste?
_ ¿Por qué me sigues preguntando lo mismo? Todo el tiempo estuviste buscando un modo de escapar al matrimonio, con esto no tendrías ninguna oportunidad, yo no iba a obligarte.
_ Sí, creo que ese fue mi peor error, pero quiero que sepas que me equivoque. Yo te empuje a todo eso y lo lamento.
_ No entiendo, ¿A qué viene eso ahora?_ Yared pensaba en lo que le había dicho Sonia.
_ A que ya entendí que me equivoque le di demasiadas vueltas a todo, sabes, Saga nos contó como escapaste y todo lo que ha pasado._ La joven desvió la mirada ante las palabras de Mu._ Descuida no pienso reclamarte nada, creo que a estas alturas no tengo derecho, además… bueno esta lo de Sonia.
_ Entonces es verdad_ Yared lo miro de nuevo a los ojos.
_Por favor, entiende que no era mi intención que llegara a tanto, pero las cosas se salieron de control. Pero cuando todo esto pase… bueno sé que será más fácil cuando tengamos al bebe con nosotros.
Yared aparto con brusquedad su mano de la de Mu y sin pensarlo un segundo le dio una bofetada al caballero de Aries, quien no entendía el porqué de aquello, la sacerdotisa temblaba tenía los ojos inundados de lágrimas.
_ Lárgate, solo vete y déjame sola, te odio Mu, me escuchas ¡Te odio!_ Yared comenzó a alterarse de inmediato una alarma se activó un par de enfermeras entraron para verla, pero la pelirroja seguía gritándole al confundido lemuriano que se fuera, una de las enfermeras lo saco de la habitación. Para él no tenía sentido, no sabía que había pasado, se quedó en el pasillo mirando la puerta cerrada, escuchaba a las enfermeras y escuchaba a Yared.
Pasaron varios minutos hasta que salió una de las enfermeras, le pidió que se prepara puesto que tendrían que apresurar las cosas, ya no había tiempo estuviera o no listo él bebe debía nacer, Yared ya no soportaría más ni él bebe tampoco. Abajo sin saber nada de lo que ocurría, Afrodita y Saga esperaban hacia poco Milo y Camus habían regresado al santuario a informar al patriarca de cómo estaban las cosas.
_ Odio los hospitales, me dan nervios, siento que aparecerá alguien a intentar sacarnos el hígado.
_ No seas idiota no va a pasar nada lo único que va a pasar aquí es que en unas horas habrá un bebe y punto así que déjate de cosas._ Saga estaba harto de las quejas de Afrodita, en verdad no pensó que fuera más insoportable de lo habitual.
_ Creo que es lo único que me hace no salir corriendo, ¿A aunque no sé por qué en este lugar solo dejan que se quede una persona?
_ Afrodita, Mu solo quería que lo dejáramos solo con Yared, pueden estar hasta cinco personas con ella._ Afrodita resoplo con fastidio al pensar un poco en que en la habitación había una sala completa para las visitas.
_ Bueno y ya que no está Mu, ya dime ¿En verdad paso lo que dijiste?
_ Por… Afrodita en verdad que eres medio imbécil.
_ Entonces fue mentira. Lo hiciste solo para fastidiar a Mu.
_ No, si ocurrió, pero puedes tomarlo como mi venganza por haberse metido con la rubia, yo no me trago eso de que no se dio cuenta.
_ Que desgraciado eres, eso no te incumbe a ti, que se lo dijera Yared es otro cantar, pero tu mejor te hubieras quedado cayado.
_ Pues ella no se lo hubiera dicho nunca, no tiene la maldad para eso, de echo decidió ir a ver a Mu para que estuviera tranquilo y dejara de culparse por todo, que si me preguntas no se merece que ella lo considere tanto.
_ Pero eso no cambia que no debiste entrometerte
En esas estaban cuando una enfermera se acercó a ellos para informales que estaban preparados para la llegada del bebe, aquello los tomo por sorpresa, pero los tomo aún más el saber que la joven estaba muy alterada y que alguien debía estar con ella ya que se negaba a que Mu estuviera ahí. Los dos dorados subieron de inmediato, el medico estaba la mar de nervioso y cuando los vio llegar casi se desmaya, Mu estaba dentro de la habitación y se negaba a irse, una enfermera trataba de persuadirlo de que era lo más sano mientras que otra estaba monitoreando a Yared, la verdad Saga esperaba que hubiera un caos mayor pero la preocupación de las enfermeras y el medico era que necesitaban operar a la pelirroja, pero mientras estuvieran así no era posible, pero el tiempo y las incontables batallas les habían enseñado que cuando pensaban que las cosas no podían estar peor empeoraban y con creces, la enfermera que estaba con Yared alzo la voz "Doctor, él bebe está naciendo"
El medico entro de inmediato, los tres dorados no sabían que hacer, las cosas cambiaron en un instante, Yared dejo de ponerle atención a todo lo demás, pues no objeto cuando Mu se pasó a su lado y la tomo de la mano, Saga aparto a Afrodita de en medio, pues el doceavo por primera vez en lo que tenía de conocerlo y quizás en su vida se había quedado mudo y petrificado, el tiempo pareció detenerse en aquel instante.
_ Ya está afuera _ el medico tenía una pequeña figura entre sus manos, pero el silencio que inundaba la sala no auguraba nada bueno, una de las enfermeras tomo al bebe y se lo llevo a una mesa aparte, Mu veía cada vez con más temor y sintiendo una gran impotencia como la joven enfermera hacia mil cosas con aquel diminuto ser, hasta que de pronto se escuchó un quejido y después un débil llanto, la enfermera cubrió con una manta al bebe y se los mostro rápidamente a ambos anunciando casi en una sola palabra "Es una niña" para después llevársela.
Yared vio salir a la enfermera y casi se levanta para ir tras ella, el medico la detuvo explicándole que no debía moverse y que debían llevarse a la bebe para atenderla pues no estaba bien. La joven no dejo de llorar hasta que el médico y la otra enfermera salieron, asegurándole que pronto tendrían noticias, Mu salio poco después, Afrodita después de recuperarse un poco fue junto a la pelirroja para tratar de calmarla.
Saga tardo un rato en dar con Mu, estaba frente al a ventana de los cuneros, dentro de esa sala había varios bebes descansando en sus cunas, el santo de Géminis los miro uno a uno hasta que al fondo pudo ver una cuna con un pequeño bebe, tenía el cabello color rubio cobrizo, y la piel rosada.
_ Dicen que estará bien, quizás se adelant semanas, pero la caída afecto bastante, por eso está un poco débil._ Mu miraba a la bebita y hablaba con mucho pesar.
_ Quizás debas decírselo a Yared, estaba muy mal cuando la sacaron del cuarto. ¿Qué fue lo que paso?
_ No lo sé, todo parecía estar bien, hasta que… solo dijo que me odiaba, la verdad no entiendo nada.
Saga le dio unas palmadas en el hombro, en verdad toda aquella montaña rusa le estaba pasando factura, se quedaron un momento sin saber que decir, hasta que una puerta junto al cristal se abrió y la misma enfermera que había sacado a la bebe los llamo para que conocieran a la pequeña, Mu se quedó mirando como si no entendiera en que idioma le hablaban, hasta que su compañero lo empujo para que reaccionara y entrara, la joven saco a la bebe de su cuna y con toda calma se la puso a Mu en los brazos, el pobre santo casi se queda sin respiración y con todo el temor de un padre primerizo la sostuvo contra su pecho, la bebe en cuanto sintió el calor de Mu se movió como buscando como estar más cerca de él hasta que abrió los ojos, tenía las mismas pupilas doradas que Yared.
_ Felicidades, te vez bien como papá, y al final ambos se equivocaron.
_ ¿En qué?... te refieres a eso, ya lo había olvidado… Aunque me preocupa más el que ella me deteste tanto.
_ Vamos, cualquier mujer te odiaría por meterte con otra… bueno excepto Sonia parece a que a ella le da exactamente igual mientras te cases con ella.
_ Ni la menciones, aun no sé qué hare con ella, quizás deba pensar en ir y sacarla del santuario de una buena vez, no quiero que molesta a Yared y a la niña.
_ Y a todo esto debes pensar en que nombre le pondrán, no puedes estar llamándole niña o bebe todo el tiempo._ Saga se acercó y le acaricio la cabeza, en verdad era pequeñita a comparación de los otros bebes, fácilmente le cubrían la cabeza entera con la palma de la mano.
_ Pues quizás Yared tenga algún nombre pensado, yo estoy en blanco.
La enfermera se acercó a los dos dorados anunciándoles que llevarían a la bebe a la habitación, pero que si lo quería Mu podía llevarla, de nueva cuenta el nerviosismo asomo al rostro del primer dorado, pero igual asintió, la enfermera tomo una sabanita y cubrió a la bebe para volver a entregársela y se encaminaron a la recamara.
Saga miraba a su compañero caminando por el pasillo lo más lento y cuidadoso que podía, como si pudiera caérsele la bebe y romperse, al llegar, Afrodita había conseguido calmar a Yared pero aún se le podía notar el cansancio por el parto y el estrés de no haber tenido noticias de su bebe, Mu entro y fue junto a la cama, en aquel momento se notaba el nerviosismo en su rostro.
_ Yared, aquí está, está bien solo un poco cansada._ Con cuidado le paso la bebe, en ese momento el rostro de la pelirroja cambio pues se veía más tranquila al tener consigo a su bebe.
_ Pensé que nacería pelirroja, pero resulto rubia_ Afrodita rompió el silencio y se acercó a conocer a la pequeña, que al sentir el olor de su madre comenzó a moverse.
_ Tiene los ojos de tu mismo color._ Mu se acercó y le acaricio la frente para tratar de que abriera los ojos pero en lugar de eso hizo un puchero.
_ ¿Y cómo piensan llamarlo? _ Shion hablo desde la puerta, venia en compañía de Shaka._ Felicidades, es bueno ver que están bien los dos.
_Es una niña maestro._ Mu corrigió al patriarca
_ Lo siento, no lo sabía_ Shion se acercó a ver a la bebe_ Pero si se parece a ti cuando eras un bebe, también tenías el cabello rubio, quizás con el tiempo el cabello le cambiara a rojo.
Pero de pronto Yared aparto a la niña de la mirada de todos, aquello les extraño bastante pero la respuesta apareció de inmediato en la puerta, Sonia había ido junto con Shion, el primer dorado no espero ni un instante y rápidamente se encamino hacia afuera sacando a Sonia medio arrastras. Cuando la tenía en el pasillo algo le dio mala espina al lemuriano, aparte de que se presentara en el hospital, si no que no parecía en lo absoluto molesta.
_ ¿Qué es lo que haces? Grábate esto: no te quiero cerca, ni de mi ni mucho menos de ellas.
_ Así que es una niñita, que lindo_ Aquello irrito a Mu pues evidentemente le estaba ignorando.
_ Quiero que te largues.
_ Pero que mal genio, deberías reconocer que soy una buena persona, no cualquier mujer aceptaría ver al bebe de su prometido con otra mujer.
_ Nosotros no estamos comprometidos.
_ Claro que sí, te recuerdo que tú lo aceptaste y tu amiguito estaba presente, todo mundo lo sabe, no te vas a escapar fácilmente del compromiso.
_ Di lo que quieras, no me voy a casar contigo y te quiero lo más lejos de mi familia._ Mu se disponía a volver a la habitación cuando Sonia lo freno.
_ No me hagas reír, la pelirroja esa no te quiere con ella, o si no ¿Cómo explicas que se haya fugado con el gemelo?
Mu no quiso responderle, no tenía que darle más explicaciones a ella, cuando regreso había un aire de tensión en la habitación, Yared tenía a la bebe en el pecho y cubierta con la manta y la expresión de la sacerdotisa era totalmente seria, los demás no decían absolutamente nada, pero al ver regresar a Mu todos se encaminaron al pasillo, Shaka le hizo una seña al primer dorado para que los acompañara y dejaran sola a Yared.
_Le dije que no sería buena idea que viniera._ el rubio miro al patriarca quien se cruzó de brazos y se recargo en la pared con una expresión cansada.
_ Si lo sé, pero la verdad ella solo quería conocer a la bebe, no le vi nada de malo.
_ Pues ya ve que si, Yared no quiere ver a esa mujer, tuvo un parto muy difícil como para lidiar con Sonia._ Afrodita hablo como siempre antes de que alguien más lo hiciera.
_ No seas insolente, no le hables así al patriarca._ Shaka de inmediato reprendió a su compañero.
_ Descuida, es lo más sensato, debí pensarlo antes de permitirle venir, pero como sea, fuera de eso, me alegra que la bebe este bien, y Yared también. Ahora tendremos que ocuparnos de lo demás que viene, pues no será nada fácil esta nueva etapa, Mu creo que seguiremos como hasta ahora, se quedaran contigo hasta que…
_ ¿Hasta qué? ¿Maestro que quiere decir con eso?_ Mu dio un sobre salto al escuchar aquello.
_ Pues hasta que decidamos o mejor dicho Yared decida que hará con la bebe y con ella misma.
Aquella respuesta no les agrado nada a los dorados, pues sonaba a que el patriarca estaba en blanco y dejaba toda la responsabilidad a Yared, el primer dorado no dijo nada, que su maestro tuviera planes o no, no quería decir que debía seguirlos el tenia los suyos propios y empezando por Sonia él sabía exactamente lo que quería hacer.
Dentro de la habitación la pelirroja había puesto a la bebe en la cama para acercarse a la puerta y escuchar lo que tenían que decir, lo que le había dicho Sonia era verdad, pero quizás si Shion esperaba que ella tomara una decisión tendría una oportunidad de que desistiera de aquella locura de quitarle a su bebe. Al día siguiente Yared se despertó temprano, aún estaba oscuro afuera, sintió un dolor horrible entre las piernas como si le hubieran clavado un cuchillo y le costaba moverse, la bebe estaba en una pequeña cuna junto a su cama, la noche anterior la enfermera se ofrecio a llevársela para que ella pudiera descansar pero se negó a que las separaran, aquella enfermera insistió pero Mu pronto intervino para que desistiera, el dorado estaba sentado en el sofá, se había quedado dormido, los demás se habían retirado, aunque no sabía si seguían en el hospital o se habían ido al santuario.
Le costó bastante bajar de la cama, pero cuando por fin estuvo de pie se arrepintió de haber salido de la cama pues si antes solo era la entrepierna lo que le dolía, cuando se puso de pie el dolor se extendió hasta su cintura, ya que más daba, se encamino hasta el cuarto de baño y se desvistió, se sentía extraña ahora más que cuando comenzó a sentir a la bebe moverse, le dolía el vientre pero notaba que ya no estaba tan abultada, quizás solo hinchada pero a diferencia de antes se notaba diferente, era obvio ya no tenía a otro ser dentro de ella, en ese momento reparo que no sentía mareos ni nauseas, cuando antes apenas se levantaba sentía aunque fuese un ligero mareo y las náuseas eran horribles.
Entro en la ducha y dejo correr el agua, sentía el cuerpo cubierto de sudor, no era para menos aquello fue horrible, sabia que tendría dolor pero no se imaginó aquello, dejo que el agua caliente le enjuagara el cuerpo, el calor se sentía muy bien pues le ayudaba con el dolor, se lavó el pelo y el cuerpo, en verdad se sentía muy torpe pues no lograba moverse sin sentir de pronto una punzada de dolor, en ese instante recordó que no había buscado una toalla o algo con que secarse, se asomó y se dio cuenta que la bata estaba en el suelo y se había mojado por completo, se reprendió una y otra vez por su idiotez, si la bebe estuviera llorando tendría que salir denuda y empapada.
_ Te vas a resfriar si llega haber una corriente._ Mu le tendió una toalla_ Afrodita te trajo algo de ropa, dijo que era más cómodo a que anduvieras con la bata del hospital.
Yared se quedó mirando a Mu un tanto extrañada, él no la estaba mirando, miraba a la pared cosa que le hizo gracias pues si alguien la había visto desnuda más veces era el, no pudo contenerse y se echó a reír.
_ ¿Qué dije?_ El primer santo volteo a mirar pues no entendía de que se reía, la joven estaba oculta tras el cristal empañado por el vapor, de modo que solo se veía su silueta.
_ Lo siento, gracias en un momento salgo._ Yared tomo la toalla y se apresuró a envolverse con ella, cuando salió Mu había dejado sobre el lavabo la ropa, se cambió y salió secándose el cabello, caminaba despacio pues con cada paso sentía aquel dolor, Mu lo noto y la ayudo a volver a la cama.
_ Te vez mejor, ¿Cómo te sientes? _ La pregunta la tomo desprevenida.
_ Me duele mucho, es todo pero en algún momento tendrá que pasárseme.
_ Sí, pero bueno, pronto deberemos volver al santuario, quiero que estemos bien, y la verdad sé que he hecho muchas cosas mal pero._ Yared le hizo una señal para que guardara silencio.
_Mu, no tienes que decir nada, ya veré como arreglar esto, no quiero que te preocupes ya por nada, ni tampoco tienes porque fingir ni mentirme.
_ Peor si no te estoy metiendo, no tengo nada que fingir, Yared te amo, ¿Entiendes lo que te digo?
_ Sé que ya tienes a alguien y que ella estuvo antes que yo y todo esto fue una farsa, pero por favor basta de mentir, no quiero que sigan tratándome como si fuera una tonta.
_ Nadie te ve como tonta, y no entiendo de qué va todo esto.
_ Los escuche anoche y lo que dijo Sonia.
_ Espera, detenté ahí solo detenté, no sé qué escuchaste a noche pero no me interesa lo que piense el patriarca, no pienso obedecerle y en cuanto a Sonia no es bueno escucharla.
_ Es tu esposa, ella me lo dijo y que la única razón por la que se hizo todo esto es porque querían que yo les diera un hijo, que se la van a llevar, que van a quitármela que todos estaban de acuerdo con esto._ Mu abrazo a Yared en cuanto la vio que rompió a llorar.
_ No, no es verdad, absolutamente nada es verdad y aunque así fuera, no aceptaría engañarte solo por un capricho._ Mu sujeto el rostro de Yared entre sus manos, y la miro fijamente_ Te amo, me tomo entenderlo, pero te amo, a las dos, cuando te creí muerta sentí que te llevaste mi alma, y el que ahora me odies me hiere aún más y si algo he de hacer lo hare, no importa qué, pero ten por seguro, Sonia no es nada para mí, no siento nada por ella, y lo que paso esa vez, te lo juro, solo pensaba en ti, solo te deseaba a ti.
_ Ya no sé qué creer.
_ No lo hagas, déjame demostrártelo, nadie va a quitarte a nuestra bebe.
Tras esas palabras Mu beso a Yared y salió de la habitación dejándola bastante confundida, eran casi las nueve de la mañana Afrodita apareció junto con Camus y como el santo de Acuario lo dijera, tal parecía que era la orgullosa abuela, llego con un enorme ramo de flores y una maleta con ropita para la bebe, Saga llego un poco más tarde a saludar, la pelirroja no dijo nada de lo que pensaba sobre lo dicho por Sonia, lo que había dicho Mu parecía muy enserio, quería esperar aunque era correr el riesgo de que fuera parte de aquel engaño.
En el santuario Sonia estaba nerviosa, no sabía cuándo traerían a la pelirroja de regreso o si es que su truco funcionaria, en verdad esperaba que resultara todo a pedir de boca, si aquella chica abandonaba a la bebe ella podía entrar como la madre sustituta y así Mu no podría negarse a casarse con ella, después de todo sería quien salvaría a su hija del desamparo en el que quedaría al desaparecer su madre, pero si aquello no resultaba y esa chica no hacía más que abrir la boca, le echaría todo por tierra.
Aquella tarde, el medico les dio el alta a Yared y a la bebe quien a pesar de haber parecido tan debilitada al nacer había recuperado sus fuerzas, Yared estaba en perfecto estado pues fuera de las molestias normales no tenía ningún problema, Afrodita y Camus estaban ahí para llevarlas de regreso al santuario, aunque Afrodita no dejaba de mascullar y maldecir a Mu por no estar presente, pero nadie sabía nada de él, al llegar a la casa de Aries Afrodita ya había hecho de las suyas en la habitación de Yared había una pequeña cuna y todo lo que se necesitaba para la bebe, la ropita blanca que habían conseguido antes no se veía por ningún lado, pero en su lugar había una cajonera con mucha ropita y vestiditos, en verdad el doceavo se había divertido de lo lindo preparando aquello.
_ Necesitas descansar, aunque quizás medio mundo va a querer venir a conocer a la bebe.
_ Y por cierto ¿Cómo piensas llamarla?_ Afrodita reacciono al escuchar a Camus.
_ Pues quería llamarla Calíope o Pamela, no estoy segura.
_ Pues a mí me gusta más Calíope, porque Pamelas ya hay muchas por el mundo._ Mascara de muerte apareció en la puerta de la recamara esbozando una sonrisa.
_ Pamela también es lindo, además ¿Tu que vas a saber de buen gusto?
_ Ya no estés molestando, además no vine a verte a ti florecita y mejor vete acostumbrando porque esa nena te va a quitar el lugar de la flor más bella del jardín. _El santo de cáncer se acercó a ver a la bebe que dormía acostada en la cama_ Pensé que sería pelirroja, pero ni uno ni otro, nació rubia.
_ ¿Por qué todos dicen lo mismo? _Yared ya se sentía un poco cansada de que todos hicieran el mismo comentario sobre que la niña era rubia y no pelirroja, era como si tuviese que ser de ley que debía nacer con el cabello rojo.
_ Pues es algo muy común, por lo general la gente pelirroja hereda ese color de cabello tan peculiar, pero como lo dijo el patriarca, Mu de bebe era rubio y con el tiempo el cabello le cambio. Al parecer gano un poco más la genética de Mu._ Camus les recordó las palabras del patriarca al momento de conocer a la pequeña.
_ Espero que eso suceda, no me gustaría que se le quedara rubio._ Yared dijo aquello con un poco de temor, pues seguía martillándole las palabras de Sonia y el pensar que aquella mujer pudiera decir con toda libertad que era suya asolo porque era rubia le daba cierto dolor.
A pesar de que casi todos querían conocer a la bebe, solo los dorados lo tenían permitido, puesto que el patriarca les dio la orden de dejar tranquilo aquel asunto hasta nuevo aviso, por su parte Mu seguía sin pasarse por la casa de Aries, estaba muy ocupado buscando a Sonia, cosa curiosa puesto que por lo general siempre era fácil saber dónde andaba pero ahora parecía que había desaparecido. Cuando ya el sol comenzaba a ocultarse encontró a Sonia, estaba hablando con Shion, al parecer de nada relevante pues ambos parecían tranquilos, pero al acercarse escucho a Sonia hablando aun sobre los planes de boda.
_ Te lo digo tío, ya que ha paso lo peor podemos seguir con lo de la boda, digo es obvio que esa chica no quiere nada con Mu.
_ Sonia, deja eso de lado de una buena vez, no creo que se case ni siquiera creo que se case con Yared, solo quiero que estés tranquila no quiero que incomodes.
_ Lo mejor es que se vaya ahora mismo del santuario. _ Mu intervino a lo que Shion suspiro pues conocía tan bien a su alumno que aunque quisiera no podría ocultarle nada.
_ Por favor no comencemos un problema.
Mu no le puso la menor atención a Shion pues tomo a Sonia por el brazo y la jalo hacia él, aquel gesto casi violento asusto a la rubia y puso nervioso al Patriarca, quien de inmediato intentó hacer que el dorado soltara a la joven.
_ Ya estoy harto de ti y tus cosas, y me importa poco que quieras o quien seas, ahora ¿Me vas a decir que fue lo que le inventaste a Yared de que tú y yo estábamos casados y le quitaríamos a la bebe?
Shion se puso pálido, tanto por la reacción de Mu como por lo que se acababa de enterar, Sonia al verse descubierta y sobre todo enfrentada le asesto un golpe a Mu logrando liberarse, aquello no se lo espero el Lemuriano, pues aunque en otra ocasión recibió una bofetada de parte de ella, aquel ataque no era para nada cosa de una chica común la rubia se apresuró a perderse, Mu intento seguirla pero el Patriarca pronto lo detuvo.
De camino a la casa de Aries, Mu puso al patriarca al tanto de aquel lio, al menos lo que Yared le había dicho, casi le da un desmayo, era verdad que a Sonia se le facilitaba el mentir y engañar pero llegar a ese punto le parecía ya el colmo de lo absurdo. Llegaron y encontraron a Aioria y a Aioros que habían aparecido de visita, Afrodita andaba como abuela loca por todos lados pidiéndoles a todos que no hostigaran de más y Saga estaba divirtiéndose de lo lindo viendo la escena.
_ Hasta que te apareces, mira que no estar presente para recibir a tu bebe en casa, eso no se hace… ¿Qué pasa?_ Afrodita freno su sermón pues noto algo en su compañero_ ¿Pero que fue lo que te paso en la cara? _ Mu se llevó la mano a la cara al ver que Afrodita lo miraba con detenimiento tenía una marca en el pómulo donde Sonia lo había golpeado.
_ No es nada, hay algo más importante que eso, necesito hablar contigo Yared._ El patriarca le restó importancia a la marca que el golpe de Sonia había dejado en el rostro de Mu, la pelirroja de inmediato noto que algo no estaba bien, Shion no quiso hacer tanto drama aun y estando todos presentes le pregunto a Yared sobre aquella mentira que Sonia había inventado, aunque un poco renuente la joven le conto lo que le había dicho la rubia aquella noche que la encontró en la casa de Aries, y lo que la llevo a creer que era real, si antes el Patriarca estaba seguro de lo caprichosa que era su sobrina ahora en verdad se daba cuenta que aquello iba más allá.
_ No entiendo, ¿Que gana ella con casarse con un dorado?
_ Digamos que es cosa de orgullo, ¿Saga recuerdas a Carlo?_ El santo de géminis se extrañó un poco pero asintió_ Bien, el busco ser caballero pero desgraciadamente no lo consiguió, era un buen amigo mío, tenía fuerza pero carecía de las habilidades necesarias para ser un caballero, dejo el santuario para establecerse y al tiempo nació Sonia, aunque el jamás olvido su sueño de ser un caballero, siempre quiso un varón y que lograra lo que el no, pero solo tuvieron a Sonia, y de algún modo paso ese anhelo a su hija, cabe mencionar que Sonia siempre presento un carácter con más ambición que el de su padre, el solo deseaba ser un caballero no le importaba mucho si fuese de oro, plata o bronce, así que ya sabrán que ella no aspiraba solo a ser un caballero.
_ Entonces ella quería ser un santo de oro._ Saga respondió tenía el semblante serio.
_ Así es, y no es que no pueda existir un dorado mujer, pero digamos que es algo muy complicado, tiene que ser como una amazona pero sus restricciones van más allá de las que da la máscara. Cuando regrese y me puse al tanto de lo que había sido de Sonia en ese tiempo, me di cuenta que había cambiado mucho su modo de pensar.
_ Ella llego a pedir la oportunidad de aspirar a la armadura de oro, obviamente la única en ese tiempo era la de sagitario y estaba poder de Mitsumasa Kido._ Saga aclaro aquel punto.
_ Así es, creo que fuiste tú quien le metió la idea, pues le habías dicho que lo más cerca que estaría de una armadura de oro, seria si se casaba con un caballero dorado, el caso es que cuando se enteró que de que se arreglaría la boda de Mu y que era más que nada por el tema de la raza, bueno ya sabrán lo que le paso por la mente.
_ Espere un momento, si Saga dice que se presentó como aspirante, eso quiere decir que no es una simple mujer._ Mu se impresiono al ver que tanto Saga como Shion asentían.
_ Mira, no nos quebremos la cabeza, sabe pelear pero tiene la mente de una mujer como cualquier otra, así que lo más seguro es que al verse descubierta se vaya, ya ha perdido la batalla.
Saga hablo muy convencido, pero al ver a Shion se dio cuenta que las cosas no eran tan fáciles, aquella noche Mu se quedó meditando sobre aquello, era ya tarde cuando escucho llorar a la bebe, entro al cuarto y Yared estaba sentada al borde de la cama, se notaba cansada.
_ Yo puedo cuidarla, mejor descansa. Mu se acercó para sacar a la bebe de la Cuna.
_ Tiene hambre, así que creo que eso lo debo hacer yo_ El santo de Aries asintió y le puso la bebe en los brazos, pronto se pegó al pecho y comenzó a comer con apetito. _ Sabes creo que esto se ha vuelto muy complicado.
_ Tranquila, en todo caso en este lugar nunca ha ocurrido nada que no se termine por complicar.
_ Hablo enserio, no puedo evitar sentir que nada de esto tiene sentido, la verdad quisiera irme, no sé qué es lo que quiera o por qué, pero no quiero saber nada mas de esa mujer.
_ No eres la única, nadie la ve con buenos ojos aquí, cuando pensábamos que habías muerto y ella apareció, con todo su alarde de que se casaría conmigo, bueno no necesito decirte que más de uno la hubiera golpeado, si no fuera sobrina de mi maestro. ¿Pero a donde irías?
La joven se encogió de hombros, no tenía idea de que responderle, a lo lejos se escuchó el sonido del reloj del pueblo, era media noche, hacia tanto que Mu no se sentía tranquilo que le sorprendió escuchar aquel sonido. Fue entonces que algo se le había venido a la mente.
_ Por qué no te quedas en el Rodorio, digo si es que crees que te sentirás más tranquila. Y no te preocupes seguro Afrodita estará para ayudarte en lo que necesites con la bebe y claro yo también.
_ ¿Cómo estas tan seguro? _ La joven escudriño el rostro del dorado.
_ Por favor, Afrodita sería capaz de ir nadando hasta los territorios de Poseidón solo para visitarte.
_ No me refería a eso._ Yared se detuvo un momento como pensando en cómo decir lo que le pasaba por la mente._ ¿Y si de nuevo vuelves a caer en los trucos de Sonia o consigue que te cases?
_ ¿Te preocupa que me enrede con ella?_ en la voz de Mu se mostraba una nota de esperanza al saber que no le era indiferente a la pelirroja.
_ Algo así, aunque bueno no debería importarme realmente después de lo que les hice pasar, no tengo por qué recriminarte nada.
El primer dorado quiso decir algo pero pensó que no era lo más prudente, minutos después la pequeña termino de comer, pero no parecía tener ganas de volver a dormir pues aunque eructo y tenía el pañal seco, se negaba a dormir, de nueva cuenta Mu se ofreció a hacerse cargo de cuidar de ella mientras Yared descansaba pero la pelirroja se negó, al parecer aún tenía cierta desconfianza a que se la llevaran cuando se descuidara.
A la mañana siguiente, Afrodita llego temprano, algo que no le extraño a nadie, lo que si le extraño fue que Shion también se presentó junto al doceavo santo, el patriarca parecía un poco extraño o al menos Mu quien estaba tan habituado a verlo tan serio y entregado a sus labores que el que se desentendiera para ir a pasar tiempo en la casa de Aries con la bebe bueno era algo que no le terminaba de cuadrar, Yared miraba al parecer igualmente extrañada a aquel hombre con la pequeña como si fuese su propia hija..
_ Veo que ahora pasaras de Patriarca a Tátara, tátara, TÁTARA abuelo_ Dhoko apareció y encontró a Shion sosteniendo a la pequeña que abría los ojos en ratos solo para quedarse mirando fijamente al patriarca.
_ Vamos no soy tan viejo._ Shion frunció el entre cejo pues aunque no le gustara era la verdad.
_ Al último bebe que sostuviste fue a Mu porque te recuerdo que Kiki nunca lo viste hasta que ya fue mayorcito.
En esas estaban los dos amigos cuando en la puerta apareció Sonia, aquello parecía cosa del diablo, Shion entrego la bebe a Dhoko para ir a hablar con Sonia, pero ni tiempo tuvo cuando fue Mu quien se acercó pero la rubia lo recibió con un golpe, aquello iba mal, Sonia no iba a hablar ni mucho menos iba a enfrenarse con el Santo de Aries, Mu no dio tiempo de que se desatara la pelea en aquel sitio, de un impacto saco a Sonia a una sala de la casa, la misma que se usaba para cruzar de una a otra, la rubia estaba seria, su mente esta centrada en la pelea, aquello no duraría mucho según Dhoko, por más fuerte que fuera Sonia, era seguro que no se podría medir con un el santo de Aries, ni siquiera los espectro habían podido, pero en cuanto Sonia se lanzó en un ataque directo una estela de viento frio corto el aire, Yared se acercó junto a Mu, quien se vio confundido por aquella interrupción.
_ Mejor no te entrometas, ya tienes lo que quieres, tienes al hijo de él, te casaras con él.
_ Pero nadie ha dicho que eso es lo que quiero, más sin embargo tú te atreviste a engañarme, eso es algo que no voy a tolerar._ Yared le acaricio el rostro a Mu, como si tomara el relevo de la batalla y con un amplio ademan dejo que una atmosfera helada inundara el lugar.
_ Yared, aun estas recuperándote_ Mu tomo a la pelirroja por los hombros a lo que ella solo asintió, aquel ademan le indico que aquello era algo muy personal entre ambas mujeres
Sonia no soporto ver como Mu miraba a Yared y se arrojó al ataque, esta vez a diferencia de cuando se enfrentó a Mu o al Patriarca, la pelirroja parecía tan serna sus manos dibujaron un símbolo en el aire para después arrojar un ataque de energía, la rubia salió disparada y por poco y se estrella contra una columna, Yared camino un par de pasos sus manos formaron un amplio circulo y de nueva cuenta una brisa fría recorría el lugar formando una ligera capa de hielo en las superficies, era como un paisaje invernal, Sonia trataba de entender de que iba aquello pero apenas si pensó en eso cuando del suelo comenzaron levantarse picos de hielo.
Pero pronto las cosas cambiaron, Sonia fue más rápida y en la primera oportunidad llego junto a la sacerdotisa, pero su ataque no impacto en el cuerpo de la pelirroja, Mu detuvo el golpe con su mano.
_ Lo siento pero el poder de una sacerdotisa no se compara al de un guerrero en batalla.
Y con estas palabras el primer dorado entro en combate, en verdad el nivel de Sonia era admirable, pero su mente estaba nublada por las emociones que sentía al ver a Mu interceder por Yared y sobre todo la ira de verse derrotada y humillada, había intentado todo cuanto se le había ocurrido, incluso entregarse a aquel hombre y nada había servido, no consiguió más que darse cuenta que aquel caballero jamás estaría con ella, bajo ninguna circunstancia. Un impacto la arrojó al suelo, sintió el cuerpo entumecido, estaba en su límite, era obvio que no podría ganarle a un dorado, comenzó a llorar ante aquella realidad, Mu se acercó y le tendió la mano, Sonia sin mirarlo se puso en pie y salió derrotada del templo.
Más que las heridas a Sonia le dolía el haber sido tan tonta, en su mente rondaba la idea de que había cometido un error, que de haber sido más astuta, seguro en esos momento estaría preparando aquella boda que tanto ansiaba.
_ ¿Estás bien?_ Mu había seguido a la joven quien se enjuago las lágrimas tratando de mantener la postura.
_ Creo que si te importara no habrías peleado conmigo.
_ Si me importaras tanto como tú quisieras te habría aceptado, pero hiciste todo lo posible para que te odiara.
_ ¡Nunca me diste la oportunidad, siempre estuviste pensando en ella!_ Sonia le grito con toda la furia que sentía.
_ Lo siento, cometí muchos errores, pero el haberme enamorado de Yared no fue uno de ellos, y nunca fue mi intención que pasara nada de esto, nunca quise comprometerme ni casarme con nadie pero ahora las cosas son diferentes.
_ ¿Crees que habría tenido una oportunidad de no haber estado ella?_ Sonia pregunto con un poco de esperanza.
_ No lo creo, en verdad sé que no eres mala persona pero, dudo que yo hubiera sido de tu agrado como pareja.
Tras aquellas, Sonia levanto la frente y con un semblante que pretendía mantener el orgullo y la compostura dio media vuelta para retirarse, Mu se sentía pésimo, casi como un tirano a pesar de lo mucho que ella logro sacarlo de quicio y los mil quebraderos de cabeza, aun y con que aun se sentía un tanto ultrajado por lo que había hecho Sonia, su conciencia no lo dejaba pensar que ella se lo había buscado y que quizás pudo haber encontrado alguna solución sin que nadie saliera herido. Pero todo aquello formaba parte de las consecuencias de todo aquel lio en el que estaban metidos, con el tiempo quizás se volverían a topar con Sonia y seguramente serían las cosas diferentes.
Al regresar y como era cada vez que algo pasaba en alguno de los templos, evaluaron los daños, nada serio la verdad, fuera del hielo que estaba por todos lados de la sala y que habría que secar cuando se fundiera, todo estaba bastante bien. Caso contrario con Yared quien se vio bastante afectada tras el encuentro, pues aún seguía recuperándose, aquello sí que fue una sorpresa, habían visto a Yared pelear como una amazona más nunca como sacerdotisa, en verdad tenía un poder asombroso pero tal como lo dijera Mu en batalla no había comparación con un guerrero, esa tarde llego Kiki, y aunque el que la pelirroja estuviera de regreso lo emociono hasta las lágrimas el que hubiera un bebe en casa lo dejo un tanto perplejo, tardo un poco en que todo cuadrara en su mente de que ahora su maestro era padre de esa bebita y que Yared era la madre, y quizás el joven aprendiz no era tan inocente puesto que de inmediato conjugo que seguro fue durante una de sus ausencias cuando habían "llamado a la cigüeña"
Aquella noche de nuevo Mu estaba despierto, estaba sentado en la entrada del templo, en verdad que pensaba mucho en todo lo que había llevado hasta aquel punto, le parecía como si hubiera pasado una eternidad, todo aquel tiempo fue una verdadera montaña rusa, ahora era padre y la mujer de la que estaba enamorado quizás no sentía nada por él, fue en ese momento en que escucho a la bebe llorar, cuando entro en el cuarto la pelirroja solo se había movido un poco en la cama, seguro estaba tan cansada que le costaba despertar, con cuidado saco a la pequeña de la cuna y la arrullo, pronto dejo de llorar y se quedó mirando fijamente a Mu, era como si no entendiera si debía llorar de nuevo o que se hacía en esos casos.
_ Por favor no pongas esa cara, tal parece que no te caigo muy bien que digamos._ La pequeña se llevó la mano a la cara como si pensara en que responder_ No creo que tengas hambre, y tampoco parece que necesites un nuevo pañal, así que ¿por qué no descansas?
_ No creo que te haga caso solo porque le digas que debe dormir._ Yared estaba sentada mirándolo, parecía que había estado mirándolo desde que tomo a la bebe.
_ Bueno, tenía que intentarlo_ Mu se sentó junto a ella y acomodó a la bebe que seguía mirándolo con curiosidad._ Sabes no sé qué pienses pero me gustaría intentar que las cosas funcionen entre nosotros.
_ Por favor Mu, no quiero que hagas algo que no quieres solo porque ella está en medio.
_ Pero no es por eso, me di cuenta que te amo, ¿Es acaso que tu no sientes nada por mí?
_ Por favor, no me hagas responderte.
_ ¿Tiene que ver con Saga?
Aquella pregunta puso al santo de Aries con el corazón en un hilo, no quería tocar ese tema aunque sabía que existía esa posibilidad guardaba la esperanza de que si no formulaba aquella pregunta quizás no existiría nada entre ellos.
_ Por favor, no me hagas responderte, solo no creo que de verdad sientas lo que dices, quizás…
_ Quizás fui muy estúpido y no me di cuenta que me daba miedo aceptar que me enamore, tomemos algo de tiempo, quizás es lo que necesitamos para que sepas que te estoy siendo totalmente honesto.
Le tomo a Yared poco más de una semana tomar una decisión y pedirle Mu que la dejara irse del santuario, aquello venía a ser una mala señal según Shion, pero no podía hacer nada, al poco ambas se había ido, en primera instancia pensaron que Yared partiría de regreso al templo del Himalaya pero se quedó en el Rodorio, pero tal como lo diría Mu, Afrodita iba a verla siempre, el primer dorado trataba de darle su espacio más sin embargo también se presentaba seguido a verlas, pero no parecía que las cosas fuera a ir muy bien entre ellos, puesto que seguían un tanto distantes, Saga por su parte, parecía más cercano a la pelirroja.
_ Y bien dime que piensas hacer ya va a cumplir un mes y medio y no les has puesto un nombre_ Saga preguntaba puesto que seguían llamando a la pequeña con apodos o simplemente bebe.
_ Ella ya tiene un nombre… es solo que no están muy de acuerdo con él.
_ ¿Y por qué no me lo dices? Ya me canse de siempre decirle bebe._ Saga cargo a la pequeña, esperando que diría Yared.
_ Es que… Quiero que se llame Afrodita pero a Mu y Afrodita no les parece.
_Pues ni a mí, capas y se le pega lo caprichosa igual que su homónimo_ El tercer santo se puso a alzarla para que se riera pero no parecía tener muchas ganas, pues en lugar de eso se puso a buscar sus pies._ Bueno ¿Y no has pensado en quien será su padre?
Aquella pregunta incomodo a Yared, pues Saga parecía que lo hacía con toda la intención de fastidiar, el conocía perfectamente la opinión de ella no necesitaba repetirlo, pero al parecer quería que lo dijera pues siempre que hacia esos comentarios sonreía con lo que a ella le parecía demasiada satisfacción.
_ Vamos, en algún momento debes decir las cosas como son, y las cosas deben tomar su lugar, te recuerdo que alguien está esperando por estar a tu lado. _ Yared tomo a su bebe y se encamino a la cocina como si de verdad tuviera algo que hacer ahí. _Vamos, no te enfades, pero sabes que hablo enserio.
El tercer dorado le paso los brazos por la cintura y le dio un beso en la frente para después dar media vuelta y dejarla sola, Yared no sabía que responder pues Mu también hacia la misma pregunta aunque claro un tanto más disimulado, casi siempre eran más que nada insinuaciones de que le gustaría ver más seguido a Dita como él llamaba a la bebe pues decía que no podía evitar pensar en su compañero cuando llamaba al a bebe por el nombre completo.
En esas estaba cuando escucho que llegaba alguien y al poco escucho a Saga saludar a Mu y a Afrodita, a este último le hizo el comentario acerca del nombre de la bebe, a lo que el santo de Pissis de inmediato alego que no fue idea de él. Aquel día parecía un tanto fastidioso, pues empezó por ser una mañana fresca y después por la tarde muy bochornosa, pero a media tarde el cielo se oscureció y comenzó a llover, Saga y Afrodita había salido un momento y seguro la tormenta los había sorprendido, Mu estaba en la habitación con Dita arrullándola, la pequeña parecía no tener ganas de dormir pero el cansancio le estaba ganando y al poco cayo rendida.
_ No sé cómo haces para que duerma tan pronto, conmigo parece que solo quiere comer pero no dormir._ Yared miraba a la bebe acostada en su cuna.
_Quizás porque a mí no puede pedirme comida… Sabes, hace poco pensé que quizás te gustaría ir a conocer otro lugar, quizás Japón, es un lugar muy diferente a Grecia sé que a Dita y a ti les gustara.
_Mu, no sé qué pretendes, pero detente.
_No pretendo nada, solo quiero estar contigo y con mi hija._ Yared se dio media vuelta y se alejó, en verdad no quería devanarse la cabeza pensando, pero apenas si entro en la sala Mu la alcanzo y le cerró el paso._ Si no me quieres contigo entonces dilo, pero no me tengas como idiota tras de ti.
_ Nadie te tiene como idiota.
_ Entonces es por lo que paso entre tú y Saga, te recuerdo que él nos lo conto así que no me vengas con que no pasa nada.
_ Y lo mismo va contigo y Sonia.
_ Ni te atrevas a mencionar eso, ni siquiera estaba en mis cinco sentido.
_ Pues no parecías tan desconectado, al contrario era obvio que estabas muy consciente de lo que estaba pasando.
Mu se sintió muy frustrado de que a estas alturas ese incidente con Sonia le siguiera acarreando problemas, sus manos parecieron moverse por sí mismas y sujetaron a la pelirroja por los hombros y la aprisiono contra la pared.
_ Entiéndeme que no es lo que piensas, jamás quise ni por casualidad estar con ella, me tenías loco. Aun me tienes loco, no sé qué piensas, no sé qué es lo que esperas de mí.
Yared aparto la vista, en verdad odiaba ver a Mu así, pues nunca estuvo en su mente que el llegase a decirle que deseaba estar con ella y además estaba Afrodita, pues no dejaba de pensar que la única razón era que quería responder por la llegada de ella.
La mente de Yared pasaba una por todas esas ideas cuando de pronto sintió los labios de Mu sobre los de ella, y como si la voz de su conciencia le gritara reacciono y aparto al lemuriano de sí, pero Mu le sujeto las muñecas y volvió a acercarse para besarla, le parecía imposible negarse a sus beso, a su piel, a sus caricias, el coloco las manos de ella en sus hombros invitándolo a abrazarlo, pero en su lugar Yared puso sus manos en su pecho y lo aparto un poco deteniendo aquel beso.
_ Sé que debo tomar una decisión en algún momento, pero no será ahora.
_ ¿Sientes algo por Saga?
_ Él me ha pedido que le diga si lo quiero como padre para Afrodita. Y no sé qué pensar en verdad.
Tras aquellas palabras Yared se apartó de Mu en verdad aquello la tenía mal, no quería hacerlo sufrir pero tampoco quería atarlo a algo que no deseaba, pues aun escuchaba al caballero de Aries que conoció hacía tiempo que se negaba a toda costa a un matrimonio arreglado.
Las cosas en el santuario eran un reverendo caos, si aquella primera boda había puesto de cabeza a todo mundo esta sin duda estaba causando estragos a nivel olímpico, en la casa de Géminis los dorados estaban reunidos, en verdad no se habían imaginado que las cosas terminaran así, Saga estaba vuelto un manojo de nervios y el que Afrodita lo estuviera amenazando con que si arruinaba algo se arrepentiría no ayudaba pues sentía que seguro terminaría tropezándose cuando caminara hacia el altar, por otro lado Kanon y Aioria no dejaban de hacerle bromas, y Dhoko por primera vez parecía el viejo cascarrabias que era, pues a cada rato preguntaba qué haría él, aunque según Milo decía lo hacía adrede puesto que no era posible que olvidara que solo debía quedarse parado junto al patriarca.
_ Bueno ya se llegó el día, pensé que tomaría más tiempo._ Mu le dio una palmada a Saga en el hombro.
_ Vamos me harás sentir mal, pero bueno era algo que sabíamos que pasaría al final.
_ ¿Sabíamos o sabias? Te recuerdo que yo no sabía ni donde tenía la cabeza.
_ Tranquilo Mu, al final encontraste tu cabeza aunque bueno ya sabes, no necesito darte un sermon.
_ Lo sé, solo no arruines nada o alguien te matara.
Shion esperaba al pie del altar junto con Athena, en verdad no podía creer que todo hubiera acabado así después de todo, aquel asunto debía ser algo más sencillo según el pero no pensó que tardaría casi un año en que se realizara aquella boda, que aunque no era lo que él pensó en un principio, debía admitir que aquellos asuntos del corazón no eran para nada fáciles, tendría que recordarlo si es que se le ocurría meterse de nuevo un lio como aquel, sonó una melodía todos guardaron silencio y la ceremonia comenzó, los doce caballeros estaban presentes pero solo uno estaba ahí para entregarle el corazón a una mujer, Yared tal como en un principio lo planeo el santo de Pissis, y muy en contra de las ideas de Marin y June, lucia aquel vestido de novia con encajes en negro, el cabello medio recogido con un trenzado en una linda peineta, todo el tiempo la vista de Saga estaba fija en ella, en verdad pensaba que no podría estar más hermosa.
Cuando el ministro que oficiaba la ceremonia dijo "Quien esté en contra de esta unión que hable a hora o calle para siempre" una sonrisa apareció en los labios de Mu en su mente se dibujó una idea pero se contuvo no era el momento de pensar aquellas cosas. Todos guardaron silencio y esta vez la próxima frase fue "Puede besar a la novia" aquel primer beso como marido y mujer, por un instante el tiempo se detuvo, pero de pronto todos los presentes se pusieron en pie aplaudiendo a la pareja. La mirada de Mu de inmediato se dirigió a Saga, este le guiño el ojo en señal de complicidad, en verdad lo que le había dicho era todo lo que debía haber hecho desde el principio, dejar que las cosas tomaran su curso, ahora estaba casado, Kiki estaba junto a Saga que sostenía a la pequeña Afrodita que aunque el santo de Pissis se negó y abogo por miles de otras opciones al final Yared termino por nombrar a su hija igual que al doceavo santo.
Mu llego a pensar que todo estaba perdido para con Yared, mas después de que decidió aceptar la propuesta de irse del santuario y quedarse en el Rodorio, aunque Mu iba a verla todos los días, la pelirroja parecía más tranquila, al poco se reconcilio con Hania cosa que casi hace que el primer dorado entrara en depresión pues auqnue lo recibia , fue Saga quien intervino que aunque en un principio Mu pensó que sería para tomar el lugar junto a ella, era verdad que Saga amaba a Yared, mas sin embargo no podía negar que la joven se había quedado prendad a del primer dorado, después de un poco de rodeos y algunas explicaciones al final ambos lograron externar sus sentimientos, cosa que quizás si en un principio ambos pensaron en una unión sencilla, se les olvido que el santo de Pissis no lo permitiría.
Por otro lado, Shion en verdad se desmayó en cuanto la pareja le anuncio sus intenciones de unirse, ya que en verdad se había quebrado la cabeza con aquel matrimonio que paso del odio, al desastre, la tragedia y ahora al amor, Dohoko solo le dijo que quizás debía una factura bastante grande para que le hubiera tocado aquella época tan complicada para ser el patriarca del santuario.
Ya era bastante tarde y la celebración aún continuaba la pareja estaba aparte tomando un poco de calma lejos de todos, fue entonces que Saga y Afrodita se acercaron.
_ ¿Creo que ya es hora de que te ocupes de tu hija? No sé cómo Afrodita y Yared hacen todo con ella como si nada_ Saga le pasó a la pequeña Afrodita a Mu.
_ Es solo práctica, aunque entre dos es más fácil cuidar de ella._ Afrodita le hizo un guiño a Saga como coqueteo a lo que el griego se estremeció.
_ Y ahora que ya están casados ¿Piensan darle un hermanito a Afrodita?
Ante la pregunta de Saga la pareja se sonrojo hasta las orejas, en verdad aquel tema les parecía un tanto sensible después de como paso todo, al verlos Saga soltó a reír pues en verdad le parecía algo sumamente infantil que después de todo siguieran avergonzándose como un par de niños.
Hola soy Madaraki.
Este es el último episodio de esta historia un poco muy larga, agradezco a quienes esperaron (casi dos años) la conclusión de la misma, y aunque esta historia estaba formada inicial mente para tener no más 8 ocho capítulos, la trama se fue abriendo para llegar hasta los 19, espero tener la oportunidad de escribir algo más y que esta vez no se alargue tanto pues esa fue la razón de la tardanza después de todo lo que ya conocen.
Nos leemos en otra ocasión.