Holaaa, perdón si es un poco tarde. Mi mamá necesitaba ayuda con su trabajo y nunca es malo que te paguen e.é skjdjasdlsja Asi que tuve que ganarme el dinero para comprarme un Piercing nuevo :cc
Pero como "nunca es tarde" Aquí un nuevo capitulo. Perdón si es corto pero son las 2.50 am :ccc Y quiero leer Mi país inventado de Isabel Allende, idola *-*
Gracias a todas por sus reviews y su comprensión. Las amo*-*'
Bella Pov
— ¿Papi?—escuché la voz de Carlie desde el otro lado de la puerta— ¿Mami…?
¡Demonios! Cada vez que me llamaba así se me derretía el corazón.
Carlie golpeó la puerta delicadamente, casi no se oyó pero me levanté de un salto, escapando de los brazos estrujadores de Edward. Él estaba profundamente dormido boca abajo y creo que estaba babeando mientras sonreía como idiota.
Es un completo imbécil…
Gimió.
Edward gimió.
Abrí mis ojos con cansancio, me pesaban un montón. Mis brazos estaban relajados bajo las cálidas sabanas, estaba tan cómoda que quería volver a dormir y despertar a las cuatro de la tarde…
… pero no podía porque Edward estaba gimiendo a mi lado, excitándome en el acto. Mi libido subió y se expandió por mi cuerpo. Me desperté completamente en el momento en que Edward rozó su erección contra mi trasero.
— ¿Edward? —pregunté con la voz ronca por el sueño.
El jadeó y se restregó con más fuerza, haciéndome gemir al sentirlo tan duro y listo.
— ¿Ed…?
Gimió.
Sus manos cobraron vida propia y acarició mis caderas, hundiendo sus dedos en mi estomago y siguiendo su camino a mis pechos, más específicamente, mis pezones. Sus dedos rozaron suavemente la punta, haciéndome jadear y apretar las sabanas mientras Edward se apretaba a mí.
— ¿Edward…?—pateé su pierna, pero no provoqué nada; Él aun seguía dormido— ¡Demonios, Edward! ¡No quiero hacer el amor con un sonámbulo! —grité sin llegar al chillido.
— ¿Ehh…?
— ¡Bruto! —me di la vuelta y le pegué en la cabeza.
— ¡Hey! —Se quejó— ¿Por qué fue eso? Ni que te hubiera hecho algo…—refunfuñó con el ceño fruncido. Se veía divertidísimo.
— ¿Ah, no? ¡Casi me violas! —hice un puchero, fingiendo horror.
El rodó los ojos.
— ¿Y te quejas por eso?
Lo miré desafiante. Él sonrió ladinamente y besó mi nariz.
—Lo siento, cariño, yo no tuve cuatro orgasmos esta... —miró el reloj de su mesa de noche y continuó: —… madrugada. Dios, es realmente temprano.
Me removí para acariciar su mandíbula y rozar mis dedos contra esa barba incipiente que me hacia cosquillas cada vez que me besaba el cuello. Edward cerró los ojos y deslizó su mano por mi estomago. Me estremecí al sentir la erección de él cerca de mi vientre, presionando con fuerza y entusiasmo.
—Así que…—susurré mirándolo fijamente.
—Así que…—repitió.
—Creo que a Carlie no le hizo mucho daño ir a un sex-shop, estoy segura de que no supo que es lo que Emmett tenía en sus manos.
—Anda al grano, Bella.
— ¿Quieres…?—bajé mi mano libre hasta su pelvis, mi corazón se aceleró cuando lo sentí; estaba duro y erecto como un mástil. Rocé mi pulgar contra punta de su miembro. Edward siseó, arrugó su frente y entreabrió los labios, dejando que su aliento llegara a mi rostro.
Dejé de acariciar su mandíbula, solo posé mi mano en su mejilla para sentir como sus músculos se tensaban cada vez que mi pulgar tocaba su pene.
—N-no pares…—susurró conteniendo un gemido. Me acerqué a sus labios y deje que se estrellaran en los suyos, pero no los moví y el tampoco. Solo los deje ahí, aspirando el aliento de Edward y él el mío.
No paré. Mi mano se movió de arriba abajo, por toda su longitud, consiguiendo de mi novio jadeos y gemidos que eran apagados por mis labios.
—Bella…—gimió cuando apreté con fuerza su miembro—Dios… se siente bien—hundió su rostro en mi cuello y mordió mi oreja. Cuando exhaló en ella, la piel de mis brazos se erizó, al igual que en mi nuca. Eso fue jodidamente bueno—Mas rápido—pidió.
Esto me parecía un poco incomodo, por lo que me deslicé por las sabanas hasta llegar a su pelvis donde su miembro se encontraba dando ligeros saltitos. Quizás buscaba mi boca, y eso es lo que encontrará.
Lamí la gotita de líquido pre-seminal que recorría el falo. Edward tensó los músculos de su abdomen junto con sus muslos. Él estaba disfrutando al máximo. Chupé de arriba abajo, pasando mi lengua juguetonamente por la punta.
— ¡Ah! —exclamó cuando mordí con suavidad. O eso creía—Bella… me corro… ¡Ah! —aceleré el ritmo de mi boca y puse mis manos en la base de su miembro. Empecé a bombear al mismo tiempo que lo hacía con mi boca, sintiendo como su pene palpitaba furiosamente. Edward sostuvo mi cabeza y marcó su propio ritmo—Mierda… s-se sien-te… b-bien—logró decir.
Gemí en su boca cuando forzó mi cabeza para meterla completa dentro de mi boca. Tosí un poco, pero luego relaje mi garganta mientras Edward gruñía y se corría en mi boca. Tragué todo, sin dejar resto de su semilla.
Edward respiraba erráticamente con los ojos cerrado. Su pecho subía y bajaba, al igual que el mío.
—Eso… eso…—abrió los ojos y aun en la oscuridad pude ver el verde esmeralda brillar.
—Si…—susurré.
Miré el reloj y marcaba las 5.30 am. Teníamos pocas horas para dormir.
—Gracias—dijo sonriendo mientras el mismo me hacia un hueco en sus brazos para dormir apretujada—Realmente necesitaba eso o si no te violaría durmiendo—rió.
Bufé.
—Me atragante—dije tímidamente, escondiéndome en su pecho.
Él se quedo unos segundos en silencio y luego besó mi cabeza.
—Perdón por eso, perdí el control—sonó culpable— ¿Te hice daño, Bella?
Negué.
—Pero no lo hagas sin avisarme…—besé su pecho y me rendí en el mundo de los sueños
Creo que si necesitaba la mamada.
Sonreí al verlo tan inocente, pero luego recordé a Carlie, que estaba en el pasillo, tocando la puerta tímidamente.
Cogí el pantalón de pijama de Edward y una polera gigante. Dios, este hombre es grande.
Reí al imaginarme con una polera de Emmett. Pobre rose, seguro le tapaba hasta los tobillos.
— ¿Mami? —repitió Carlie.
No podía acostumbrarme a que me llamara así. Salía tan inocente de su boca. Me enternecía demasiado.
Tapé un poco a Edward para que su hija no lo viera tan desnudo y abrí la puerta.
Carlie estaba con el perrito acunado en sus brazos y tenía una mirada preocupada. Su cabello era un desastre pero se veía hermosa con ese puchero y el pijama de abejita, que era un enterito con patitas y todo. También tenía un gorrito con antenitas pero no creo que pudiera dormir cómodamente con eso.
— ¿Qué ocurre, cariño? —pregunté tomando su manita y guiándola a la cocina.
—Tenemos hambre…—sonrió bostezando.
—Yo también—reí— ¿Qué quieres comer?
—No se…—miró al cachorro— ¿Tu qué quieres comer, Chimuelo?
¿Chimuelo? Reí. La miré con ternura y acaricié su cabello.
— ¿Su nombre es… Chimuelo?
Ella asintió, esperando que el perro le respondiera o algo…
"Aja, como los perros hablan tanto. Hablan dos idiomas: Inglés y Perruno" se burló Cherry.
"Demonios y yo que pensé que sería un día libre de ti"
"Hacía falta la diversión, nena"
"Como no"
"Como si"
Rodé los ojos y suspiré.
"Tengo que ser honesta… te extrañaba"
"Lo sé, por eso volví. La cabeza de Edward es una mierda; Bella aquí, Bella allá. Es un gruñón, que no le gusta el perro porque no le ponen atención, que se enoja con Will –ese niño tan hermoso, Dios- porque le toma la mano a su hija, se molesta contigo porque tienes un consolador… Hombre, el tipo es bipolar…"
"Si, tiene problemas…" reí mentalmente. Como si yo no tuviera problemas... ¿En serio? Habló con... Cherry.
"Además, tu padre es un ninfómano. No se puede vivir en ninguna cabeza" suspiró resignadamente. La veía negando con la cabeza… pero sería raro, porque sería mi cabeza, no la suya y… mierda, la vida de Cherry es difícil.
"¡No quiero saber! Qué asco, Cherry…"
No quería pensar en las poses que hacía con… Vomitaré.
"Oh, yo vi algunas… Charlie se puso arrib…"
"¡Vete!" gruñí.
"No se puede vivir en ninguna parte…" lloriqueó.
—Es su nombre—dijo Carlie sonriendo y sacándome de mi estúpida cabeza.
Carraspeé, intentando ocultar la risa. Era tan tierna— ¿Chimuelo no es nombre de gato?
—Nop, es el nombre de un dragón. Lo vi con Will en una película… Mmm, no recuerdo…—murmuró. Abrió los ojos cómicamente y chilló: — ¡Como entrenar a tu dragón!
—Shhh, la vi, la vi—reí bajito— ¿William duerme? —pregunté.
Asintió haciendo una mueca.
— ¿Y papi?
—También lo hace… ¿Qué tal si preparamos el desayuno? —sugerí.
— ¡Sí! —exclamó con felicidad.
Carlie dejó a Chimuelo en la encimera, le hizo una cama improvisada con la mantita en la cual estaba enrollado anteriormente. Ella exigió la comida de Chimuelo, por lo que calenté un poco de leche y se la puse en un pequeño platito.
Cuando Chimuelo comenzó a comer, Carlie se lavó las manos y cortó trozos de plátanos para hacer leche, mientras yo mezclaba los ingredientes para Hot Cakes.
— ¿Mami? —preguntó cortando el último plátano.
—Dime, pequeña.
— ¿Cómo sabes cocinar?
Sonreí.
—Cuando tienes a un padre que solo come pescado y un hermano que incendia medio pueblo por preparar un poco de ensalada… aprendes desesperadamente.
Carlie rió, seguramente imaginándose a Emmett.
—Yo también quiero cocinar rico como tu—confesó.
—Entonces… ¿Por qué no haces la leche tu solita? —Ella dudó y negó con la cabeza—Vamos, te enseñare y te indicaré como se hace. Luego cuando tu papi y William vean lo sabroso que esta te llenaran de besos. Te lo aseguro—le guiñe un ojo.
Ella miró los plátanos y dijo:
—Quiero muchos besos de papi… y de William—se sonrojó.
Oh, oh. Está claro como el agua, tendremos un día de chicas.
—Bien—solté una risita cuando mi pequeña desvió la mirada—Pone atención. Tienes que tener cuidado con la licuadora. Hay un botón que apretarás para que todo se revuelva de a poco, a medida que tú aprietes el botón ¿de acuerdo?
—Sip—dijo felizmente.
—Está bien, pone los plátanos que cortaste…—ella los hecho de a uno, ya que estaban cortados y luego me miró expectante—Ahora, pone la leche y que cubra por poquito los plátanos—Carlie vertió la leche, derramando un poco.
—Ya…—dijo temerosa.
—Aprieta el botón y piensa en todos los besos que te darán—me paré detrás de ella y afirmé la tapa de la licuadora, mientras ella le daba al botón rosado.
Carlie miró a la licuadora como si nunca la hubiera visto moler algo. Se veía muy tierna. Cuando la maquina terminó su trabajo, le pedí que cogiera cuatro vasos del estante más bajo.
Ella quiso servir la espumosa leche de plátano y puso los vasos en la bandeja.
Carlie sonrió satisfecha y se limpió las manos en su pijama.
Nota: lavarlo después.
Nota 2: decirle a Edward que lo lave.
— ¡Listo! —chilló riendo.
—Déjame poner los Hot Cakes aquí—señale la bandeja—Ve a despertar a William y dile que vaya a la habitación de tu padre—ella asintió emocionada y salió corriendo de la cocina.
Sentí el ajetreo y los gruñidos de Edward. Estaba enojón por despertar temprano. Pero con la leche de Carlie volvería su humor normal.
No preparé café, había mucha leche y Edward tenía prohibido tomar café por hoy. Se tomaría la leche completa y pediría repetición, porque sino… Lala y Lili –mis puños- se estrellarían contra su rostro.
— ¡Vamos, mami! —Me apuró Carlie desde el pasillo— ¡Vamos! —dio saltitos.
—Vale, vale—caminé hasta la habitación de Edward mientras Carlie me hinchaba las pelotas. Me contuve de poner una mano en su boca cuando sonrió tiernamente y dio un beso en mi mejilla, agradeciéndome por haberle enseñado a hacer la leche.
Cuando Edward no vio sonrió con ternura y codeó a William, quien miró a Carlie con un brillo especial en los ojos.
Este chico sentía lo mismo que Carlie por él.
La tarde de chicas seguía en pie. Como no, tenía que sacar la mayor información posible.
…
— ¡Cariño! ¡Apresúrate! —grité desde la puerta.
Edward ayudaba a vestir a Carlie, pero creo que él era demasiado inútil eligiendo una falda o algo.
— ¿Tan difícil es escoger un pantalón? —preguntó William jugando con unas pistolas que lanzaban cositas blandas, pero de todas formas dolían y era divertido.
Alcé una ceja y sonreí.
—Eso mismo me preguntaba yo. Hey, mas tarde jugaremos con esas pistolas, necesito cumplir mi sueño—dije mirando a un punto inexistente en la pared.
William me miró confuso, apuntando la pistola a mi estomago.
Abrí los ojos desmesuradamente.
— ¡Ser espía! —exclamé. Él negó con la cabeza y se avocó a cargar su pistola NERF*.
Golpeaba el piso con mi tacón con impaciencia, cuando mi Iphone vibró.
Era un mensaje.
"¡Bella! ¿Cuánto te demoras en vestirte, eh? ¿O mi hermano no te deja salir de la cama? Dile que lo haga ahora, no hemos pasado tiempo contigo desde hace mucho… Necesito una tarde de chicas, quiero un Frappuccino y tu maldito culo fuera de las sabanas de mi hermano y aquí a mi lado. Al.
PD: tienes 15 minutos o mi hermano verá como son mis puños. El periodo me llegó y no estoy de humor para que mi hermano ande follando con mi mejor amiga."
— ¡Edward tu hermana me va a matar sino llego en quince minutos, te…!—no alcé a decir nada cuando Edward apreció frente a mí con los ojos bien abiertos, el cabello despeinado y de la mano de su hija, que, lamentablemente, tenía la chaqueta al revés.
Negué con la cabeza.
—Pequeña, nunca dejes que tu padre elija la ropa… arruinará tu vida—me estremecí al recordar a Charlie vistiéndome con ropa para niños—Créeme.
Ella hizo una mueca y se volteó la chaqueta. Edward se pasó la mano por el cabello suspirando, mientras William lo miraba divertido.
—No te rías, demonio—bufó Edward. El pequeño rió con más fuerza al ver lo frustrado que estaba.
—Nos vemos, llegamos mas tarde. Oh, saluda a mi hermano y dale un beso de mi parte—besé rápidamente los labios de Edward. Él, en un rápido movimiento, lamió mi oreja.
—Te ves demasiado guapa para mi bien mental, Bella—susurró para mí. Me alejé y sonreí coqueta, manteniendo mi corazón en mi pecho y respirando hondamente. Es hombre me destruiría.
—Arreglamos cuentas más tarde, Edward—me despedí de William y me llevé a Carlie hacia el centro comercial.
…
El frío se hacía notar en estas fechas, las aceras estaban cubiertas de blanco pero las personas se hacían cargo de despejarlas para poder caminar, sin embargo, eso no quitaba que no pudiera resbalar.
Carlie iba contándome cada detalle del desayuno de hace algunas horas, aunque yo hubiera estado a su lado, ella estaba feliz de desmenuzar cada segundo que pasó junto a su padre y su "amigo".
Desde el momento en que William posó sus ojos en Carlie, supe que lo que sentían los dos –aunque fuese un encaprichamiento infantil- era reciproco. Y Edward también se dio cuenta, pero no dijo nada. Él trató de no amurarse cada vez que William cogía la mano de su hija. Besé su nariz varias veces, haciéndolo sonreír y relajarse.
—Bella prometió que me darían muchos besos—hizo un puchero y abrió los ojos como el gato con botas. En serio, la televisión es mala.
Edward la miró fijamente y la levantó en el aire, llenándola de besos mientras ella reía por las cosquillas que la incipiente barba de su padre le hacía.
— ¡Basta! ¡Papi, bájame! —chilló con alegría. Su carita estaba roja por tanto reír.
Edward besó sus mejillas, su nariz, su frente, su cabello y sus manos.
—Mía, mía, mía, mía ¡Esta niña tan hermosa es mía! —rugió arrojándola a la cama y haciéndole cosquillas.
— ¡Mamá! —gritó Carlie, mirándome con ojos suplicantes— ¡Baño! ¡Bañito!
Reí y levanté mis manos como si fuera inocente.
— ¡William! ¡Baño! —pidió ayuda.
El pequeño que estaba retorciéndose de la risa en el piso, se levantó y se abalanzó sobre la espalda de Edward. Le hizo cosquillas en el cuello y Edward no pudo soportarlo. Acabó en el suelo con dos niños haciéndole cosquillas en su punto débil.
Me senté en la cama y comí mi Hot Cake tranquila y disfruté como Edward se arrastraba para llegar al baño. Él sí que necesitaba el inodoro.
— ¿Puedo darte un beso… en agradecimiento? —escuché que William le preguntaba con timidez. Alcancé a ver un ligero sonrojo en sus mejillas.
Ellos estaban al otro lado de la habitación pero aun podía escucharlos y me dio lo mismo estar de espaldas a ellas y que al girar tanto la cabeza me diera tortícolis, necesitaba ver esto.
—Si…—susurró Carlie. Esto parecía escena romántica.
William metió un cabello bronce detrás de la oreja de Carlie y se acercó lentamente. ¡Demonios! Si Edward salía ahora… Ella cerró los ojos y estiró sus labios. Me dieron ganas de reír pero me contuve.
Él rozó sus labios como si la fuera a quebrar y presionó con un poco mas de fuerza. Fue un beso inocente y hermoso. Casi grito cuando se separó de ella y besó su frente, dándole una sonrisa ladina como las de Edward.
Este chico aprendía rápido.
Cuando Edward salió del baño se quedó parado mirándolos. William sostenía la mano de Carlie.
El chico se removió nervioso y exclamó:
— ¡Chimuelo!
Edward gruño y murmuró algo parecido a:
—No podrás escapar por siempre, seductor.
Alice me miraba fijamente, buscando algo en mí. En realidad, ella estaba un poco enojada porque nos demoramos más de media hora en llegar. Y eso que el Starbucks estaba casi a la vuelta de la esquina. Pero si le sumamos que Rosalie aun no llega… Ella sí que estaba de mal humor.
— ¿Podemos pedir, tía Alice? —preguntó Carlie mirando el menú.
Alice le dirigió una mirada intensa, pero luego la dulcifico y respondió entre dientes—Claro, querida.
—Alice…—advertí. Ella me miró con esa cara de "¿Qué? ¿Tengo cara de chiste?"
Rodé los ojos y ella suspiró.
—Tu cabello está más largo—dije.
A ella le brillaron los ojitos.
— ¡Sí! —Exclamó—Tengo pensado dejármelo como cuando nos conocimos.
—Era hermoso, no sé porque te lo cortaste como si fueras una bandeja para pinchar quesos—reí junto a Carlie.
— ¡Oye! No se ve a sí…—murmuró haciendo un puchero.
— ¿Qué no se ve a sí? —preguntó Rosalie, dejándose caer en una silla al lado de Alice.
—Mami dice que tía Alice para una bandeja para pinchar quesos… por su cabello—rió de nuevo.
—Oh, sí. Una bandeja para pinchar quesos en una fiesta de Coctel—se carcajeó.
— ¡A Jasper le gusta así! —chilló poniéndose roja.
—A mi hermano le gusta el queso.
Reímos por un buen rato hasta que decidimos por nuestras bebidas y me mandaron a la fila.
—Hola, quiero dos Frappuccino Mocha Cookie, un Frappuccino crema frutilla coco y un Caramel Frappuccino—sonreí.
La cajera marcó los vasos de plástico y aguardé hasta que gritaron nuestros nombres.
Cuando llegué a la mesa, entregué el Mocha cookie a Carlie -que no tenía casi nada de café-, el de frutilla a Alice y el Caramel a Rosalie.
— ¿De qué hablaban? —pregunté.
—Carlie, pregúntale a Bella—guiño un ojo Rosalie.
— ¡Sí! Vamos, vamos, dile.
La pequeña me miró con curiosidad y preguntó.
— ¿Cómo sabes que estás enamorada?
La pensé un poco mientras bebía mi Mocha cookie. La bebida fría raspó mi garganta y refrescó un poco mi cerebro.
—Mmm…—todas me miraban expectantes—No lo sé con seguridad, amor—fruncí el ceño y ella también—Quizás… cuando él no está a tu lado lo extrañas a montones, no importa si lo viste hace una hora, no importa si vives con él, se te hace indispensable pensar en él o escuchar su voz. Cuando lo tienes a tu lado te sientes completa, sientes que tu mundo tiene sentido, que todo lo puedes lograr si él sujeta tu mano y te dice "Vamos, amor. Tu puedes". Te sientes en el aire cuando el mas mínimo gesto te hace feliz, cuando te prepara leche con plátano—le sonreí—… o cuando el acaricia tu mejilla, esconde el mechón rebelde de tu cabello. Sientes que tu corazón se saldrá de tu pecho cuando él te besa…
Todas suspiramos al mismo tiempo con la mirada perdida.
—Estas enamorada, Bella…—susurró Alice con una ligera sonrisa. Asentí con emoción.
—Entonces… ¿Estoy enamorada de William? —preguntó Carlie con inocencia. Sus mejillas se sonrojaron y ella tocó sus labios.
—Oh, esto a Edward no le gustará nada…—dijo Rose.
—Para nada…—murmuré.
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Cuando llegamos a casa supe que algo iba mal.
El ambiente no era el mismo. Había un silencio sepulcral.
Esto no me gustaba para nada. Carlie apretó mi mano y me miró con interrogación.
Ella también había percibido la tensión.
Las chicas nos siguieron en silencio.
Cuando llegamos a la cocina, mi corazón se aceleró y se quebró al mismo tiempo.
Edward estaba sentado en el taburete con la cabeza entre las manos, mientras mi hermano acariciaba su espalda con gesto triste. Jasper abrazó a Alice y susurró algo en su oído. Ella jadeó.
Carlie apretó nuevamente mi mano y el miedo se expandió por mi cuerpo.
¿Qué mierda pasaba aquí?
¿Qué hacia Carlisle y Esme en la cocina preparando un té?
— ¿Y Chimuelo? —pregunté con la voz temblorosa.
— ¿Y William? —dijo Carlie en un hilo de voz.
Edward me miró con tristeza y dijo:
—Los Stanley nos acusaron de secuestro… Y la policía se llevó a William de aquí. No escucharon nuestras palabras… ¡Ni siquiera notaron su labio roto! —gritó Edward lleno de rabia.
Carlie apretó mi mano con más fuerza.
— ¿William? ¿Mami? —susurró.
—Hija, se lo llevaron…—dijo Edward—Se lo llevaron y no se adonde… lo siento—su voz se quebró.
Mi pequeña se soltó de mi agarre y corrió a su habitación dando un fuerte portazo.
"Mierda, era lindo ese niño" susurró Cherry tristemente.
Bueno, pequeñas Cherry's este es el penúltimo capitulo *-*' Quiero hacer los epílogos el ultimo será de Cherry desde la cabeza de Charlie lskajdlksajdslkjdsa Bueno, como dije arriba mi mamá me explotó laboralmente. Estuve toda la tarde rellenando cojines para una marca de café. Nescafé. Y delantales que mi mamá habia hecho para un evento, quedaron bonitos. ¡Ah! mi mamá hace ropa o cosas que necesitan algunas marcas cuando hacen eventos o cuando las promotoras tienen que... promocionar, valga la redundancia xD slakdjlksdjalskj Es bien Choriflay *-*'
NERF*: Es el nombre de esas pistolista de juguete xd slakdjlksajad El fin de semana jugué con mi primo -tiene siete años- y me creía espía o super asesina xdlkjsalkjdlja saltaba para todos lados. Lo bueno es que estas pistolas las podía recargar y todo, eran balas de un material blando pero que ala distancia dolían. Volví a mi infancia alksjdlksjadlksj
Espero que les haya gustado *-*' Un poco mas corto pero... no sé.
Las quiero.
Trianni.
¿Merezco algún review? D: