LUISA: HOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOLA GENTE, ¿CÓMO ESTÁN?
*CAMINO HASTA EL ESCENARIO Y SIENTO EL OLOR A TOMATE VENIR DE TODOS LADOS*
LUISA: ACABO DE SUFRIR UNA DECEPCION AMOROSA Y LA MEJOR MANERA DE QUEMAR DEMONIOS ES ESCRIBIENDO, ASÍ QUE, AQUÍ ME TIENEN. DISFRUTENLO Y ODIENME POR DEMORAR DESPUÉS.
*ALEC APARECE EN EL ESCENARIO Y SE ACLARA LA GARGANTA SONRIENDO SENSUALMENTE*
ALEC: LOS PERSONAJES QUE RECONOZCAN PERTENECEN UNICA Y EXCLUSIVAMENTE A STEPH MEYER, PERO LA TRAMA Y ALGUNOS PERSONAJES SON OBRA DE LA MENTE DESPISTADA DE LU, DISFRUTEN ESTO.
Capítulo 29
ISABELLA's POV:
El día transcurrió de forma simple, jamás pensé que después de volver a mi casa iba a pasar un día completo encerrada en mi habitación solo escuchando música. Pero así fue, la noche llego, las estrellas pudieron refulgir, y la luna por fin fue la protagonista del cielo, redonda, amarilla, brillante, desnuda, elegante, perfecta. La musa de miles de poetas, escritores, cantantes y corazones rotos estaba inusualmente esplendida esta noche.
Y yo, con una botella de vino rojo sangre, estaba sentada en el balcón, observándola, en silencio, mientras Claro de Luna sonaba en el fondo, en un volumen tan bajo que era solo perceptible para los sobrenaturales.
Tome un sorbo de mi copa, el vino rojo se deslizo por una de las comisuras, manchando mi hombro desnudo por el amplio cuello de la camiseta de Alec que estaba usando.
Suspire, las nubes iban de ahí para allá, recorriendo el cielo azul profundo.
Me puse a pensar en todo lo que había pasado hasta el día de hoy, en mi roto corazón lleno de ganas de vengarse de Edward, en su egoísmo que me había dejado sin la primera madre que había conocido, en su impertinencia, en como él había arrastrado a toda su familia lejos de mí.
En como yo los había tratado desde que volví, culpándolos a todos y a cada uno de ellos de mis desgracias.
Tome la copa hasta el final y la serví de nuevo, hasta el borde.
Emmett, sus risas escandalosas, el hecho de que lo primero que pensó al verme fue saludarme, y no alertarse por mi inesperada existencia, por mis alas negras, monstruosas, bellas.
Alice, su intensidad, sus escapadas locas de compras que duraban todo el día, su despilfarro de dinero en prendas simples, su forma de pedir perdón, su indignación con mi rechazo.
Jasper, su sufrimiento en silencio, su culpabilidad inexistente, su dolor guardado, como había soportado en silencio la tortura destinada para alguien merecedor de mi odio.
Rosalie, distante, fría, silenciosa, arrepentida.
Esme… mi Esme.
Tome de nuevo la copa hasta el fondo, y decidí dejar de servirme en ella, tome la botella por el cuello y deje que el líquido dulce y fermentado se deslizara por mi garganta hasta la última gota.
Cerré los ojos, la brisa movió mis cabellos hacia atrás, dejándome sentir el frío que la acompañaba contra mi piel.
Estaba siendo patética, lamentándome por algo que había perdido y que podía no ser capaz de recuperar. Estaba siendo ese cliché de mujer que había criticado durante tanto tiempo y que no soportaba.
La diferencia es que yo no estaba sufriendo por haber perdido al amor de mi vida, el amor de mi vida estaba conmigo, yo había encontrado en los ojos de Alec todo el amor que necesitaba, el amor que de verdad merecía.
En cambio, estaba lamentándome por haber perdido un pedazo de mi corazón que pertenecía a una familia, a la familia que solía tener con los Cullen y que ya nunca jamás podría volver.
Nos habíamos hecho mucho daño los unos a los otros.
Éramos irreparables, ¿No es cierto?
ALEC'S POV
Llegue a la casa después de haber pasado un par de horas perfeccionando mi plan, acomodándolo todo para que Isabella y yo pudiéramos, finalmente, tener una cita para los dos, un momento en el que pudiera abrirle mi muerto corazón y expresarle como me sentía a su lado.
Subí las escaleras de la casa a velocidad humana, algo más nervoso de lo que esperaba, una voz en mi cabeza me rogaba que dejara de ser tan marica y me comportara como el Vulturi temible que era, pero frente a ella… Frente a ella no podía ser el asesino inclemente que había roto cuellos y abierto gargantas en miles y miles de ocasiones.
Frente a ella era lo más humano que podía ser.
Un vampiro absoluta y totalmente enamorado.
Di dos toques en su puerta y cuando su suave voz me indico que pasara, abrí la puerta y por un segundo me quede admirándola en el marco, estaba sentada de espaldas a mí en el balcón con una de mis camisas que le quedaba gigante, la piel de su hombro estaba descubierta y brillaba tenuemente a la luz de la luna, tenía en la mano una copa vacía de vino y tuve el deseo imperioso de abrazarla por la espalda y besar cada centímetro expuesto de su piel.
Me acerque con lentitud a ella y me incline sobre su cuerpo, dándole un beso en el hombro, el olor de su piel me hechizo un poco y ella volteó el rostro para mirarme a los ojos.
Alec – susurro, mi nombre entre sus labios sonaba como una leve caricia, y quería creer que era por lo que ella sentía por mí y no por los efectos tardíos del vino en su sangre.
Princesa mía – Susurre sobre su oído antes de dejar un beso debajo de su lóbulo, me senté a su lado y le quite la copa de la mano, entrelazando nuestros dedos juntos, acaricie con mi pulgar el dorso de su mano antes de volver a enganchar mis ojos con los suyos y perderme por unos segundos en la belleza de aquel hermoso y profundo color chocolate.
Ella sonrió suavemente, y sonrisa no sólo ilumino la habitación, llego hasta el último rincón de mi perdida alma.
Pensé que iban a dejarme sola hoy – Subí mi mano libre para acariciar su mejilla y me estremecí por sus palabras, ella creía que la culpábamos de lo sucedido, pero yo no, yo jamás podría enfadarme con ella.
Por supuesto que no, es más, tengo una sorpresa para mi chica favorita, ¿Vienes? – Me levanté del suelo y extendí mi mano hacia ella, tenía todas mis esperanzas puestos en aquella mano extendida, esperaba que aceptara sin chistar, y lo hizo, se levantó y tomo mi mano, entrelazando ella nuestros dedos, me dio un beso casto en los labios y luego se apartó.
Sabes que no me gustan las sorpresas – susurró, yendo hacia su armario y abriendo las puertas, la vi tomar una camiseta y uno de sus jeans favoritos, me senté en el borde de la cama y decidí observarla en silencio unos minutos hasta que encontré las palabras adecuadas para no sonar como un idiota que no puede dejar de mirarla.
Esta te gustará – solté simplemente, ella me miro como si le hubiera dicho eso algunas veces antes y me carcajee un poco recordando que quizá si lo había hecho algunas veces antes. Me gustaba sorprenderla, era culpable de eso.
Termino de vestirse y se arregló el cabello, cuando se iba a maquillar se lo impedí y ella rodó los ojos, la tomé de la mano y caminamos juntos por el pasillo bajando las escaleras, mi auto estaba ya afuera del porche de la casa, abrí la puerta para ella y cuando se subió rodee el carro en un segundo y entre, acomodándome en el asiento y encendiendo el motor que en un rugido sordo empezó a funcionar, aceleré por las calles, pero no corrí, quería alargar esta noche lo más que pudiera.
Ella encendió la radio y la voz de Ed Sheeran inundó el espacio, una sonrisa tierna halo de las comisuras de su boca y cuando comenzó a cantar supe que podría encontrar el paraíso entre sus labios. Las melodías nostálgicas de Sheeran y la voz perfectamente afinada de Isabella fueron el ambiente que necesitaba para sentirme más tranquilo, más relajado, más audaz.
Llegamos a la ruta que nos dejaría cerca del claro media hora después, Isabella me lanzaba miradas curiosas cada tanto, pero me conocía, no le daría una sola pista hasta que hubiéramos llegado y ella descubriera por sí misma la sorpresa.
Cuando llegamos al final de la ruta me baje del auto y abrí su puerta antes de que ella reaccionara, la ayude a salir y caminamos en silencio entre los árboles, el sonido de los pajaritos, nuestras respiraciones y nuestros pasos era lo único que rompía el silencio, pero era cómodo, estaba bien, me hacía sentirme más tranquilo y más ansioso al mismo tiempo.
Cruzamos el arbusto antes de la llegada y decidí detenerme, ella me miro curiosa y cuando le mostré el pañuelo con el cual pretendía tapar sus ojos hizo una mueca pero no se negó, se dio la vuelta y anude el pañuelo cegándola, tome sus rodillas y la cargue al estilo novia y un sonido de sorpresa que salió de sus labios me hizo reír.
¡Alec, bájame ahora mismo! – Era más una orden que una petición, pero aunque me ganará una tortura después no iba a bajarla, era hermoso así, la acerque más a mi pecho y cuando subió sus manos a mi cuello supe que se había rendido en silencio.
Déjame ser cursi una vez en la vida, cariño – Hice los últimos tramos del camino con mucha más lentitud, cuando llegué al claro sonreí orgulloso de mi obra, en medio del lugar rodeado de lirios azules, había una manta de color azul oscuro, justo como el cielo, encima de ella había comida de todo tipo y su vino rosé favorito, las velas, la luna y las estrellas hacían de todo el lugar algo más romántico de lo que había pensado, la baje de mis brazos suavemente y la deje en el suelo.
Espérame aquí un segundo – Solté sus manos de mi cuello y camine hasta el pequeño bafle inalámbrico de Beats que había traído para la ocasión, lo conecté a mi celular y le di play a Thinking Out Loud, de su cantante favorito, camine de nuevo hasta ella y deshice el nudo del pañuelo, Isabella parpadeo un par de veces hasta acostumbrarse a la luz y cuando miro todo a su alrededor había tanto amor en sus ojos que algo dentro de mí latió con más fuerza, tome con una mano su cintura y con otra sus manos y empecé a bailar al ritmo de la canción, ella sonrió y se sonrojo, siguiendo mis pasos.
Cuando se empezó a sentir más confiada comencé a moverme sobre el área del lugar, dándole vueltas, cargándola y haciendo que bajara de nuevo entre mis brazos, ella reía y daba vueltas a mi alrededor, haciendo que su cabello se sacudiera y el olor de su piel inundará todos mis demás sentidos, la tome de la cintura y la atraje de nuevo a mi pecho, seguimos bailando, haciendo volteretas que eran imposibles para los humanos, pero siempre juntos, siempre sincronizados, cuando la última nota de la canción sonó, ella cayó en mis brazos, la incline y besé sus labios con tanta devoción que juro que podría haber sido el beso más puro que nos hubiéramos dado alguna vez.
Nos separamos y su sonrisa fue mi recompensa, volví a cargarla y esta vez me gane un puño en el hombro que recibí con una sonrisa, la deje sobre la sabana y volví a inclinarme sobre ella, besando con suavidad sus labios, Isabella me correspondía exactamente al mismo ritmo, sus manos estaban en mi cuello y jugaba con mis cabellos, haciendo que terminaciones nerviosas que no sabía que tenía se despertaban, en aquel beso, con mis labios rozando los suyos, y mi lengua jugando con la suya, le dije todo lo que con palabras me daba terror expresar.
Era un marica.
Y la amaba.
Como un loco.
LUISA: ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO DE TODO CORAZÓN
*HUYE ANTES DE QUE LA LINCHEN*
ISABELLA: GRACIAS POR PRESENCIAR ESTE ROMÁNTICO CAPITULO, LOS DEMÁS VAMOS A IR A AYUDAR A LU A CURAR SU CORAZÓN, LOS QUEREMOOOOOOOOOOOOOS