Discleimer: Un requisito que no puedo omitir, todos los personajes le pertenecen a Kishimoto-san u.u. Por mi parte, yo no gano nada con esto, sólo poner en práctica mis idealistas ideas del SasuNaru XD

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Eien no Kage

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I. ¿La pareja destinada?

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By R. S.a.s.u.N.a.r.u.H.o.t.s

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oooO*Oooo…

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"Todo lo que un día considero su hogar ardía entre las llamas que se alzaban frente a sus ojos. Un brillante tono rojo cubría su campo de visión, provocando sentirse desubicado y confundido. El cielo oscuro se pintaba con la estela carmesí de las extensas flamas del fuego. Escuchando los gritos de las personas, manteniéndose estático en medio del patio exterior sin recordar cómo había llegado afuera de la casa. Trató de dar un paso hacia el frente, pero una mano lo sostuvo del hombro impidiéndoselo, dándole un empujón para retirarlo con prisa del lugar. Esperó saber el porqué de tan repentino acto, pero sus dudas fueron disueltas al mirar con asombro las flechas negras clavadas en el suelo, en el mismo lugar donde segundos antes había estado parado. Alzó la vista quedando paralizado al contemplar un par de fríos ojos rojos, cuyo dueño mostraba una sínica sonrisa.

No supo cómo reaccionar ante el escalofrió que sufrió su cuerpo.

Desvió la vista de ese hombre para toparse con la figura de su salvador; su padre. Quien no corrió con tanta suerte como él, su brazo izquierdo había quedado lastimado. Una herida profunda, donde la sangre bermellón se había extendido por la tela blanca de su vestimenta y manchado la suya también.

¡Váyanse de aquí, yo lo detendré! —gritó de repente el hombre, adentrándose entre las llamas.

Quiso seguirlo, pero algo se lo impidió. No supo porque decidió dar media vuelta y salir corriendo al sentido contrario del enfrentamiento. Confiaba en su padre. No obstante, apenas avanzó unos cuantos metros, la sombra de un sujeto frente a él le impidió proseguir.

Dio dos pasos hacia atrás cuando aquella silueta sacó una espada.

No comprendía su propia manera de actuar.

¿Por qué no utilizaba su fuerza o su poder para defenderse? ¿Por qué su cuerpo prefería actuar de manera cobarde y retroceder, en vez de enfrentar a su agresor?

Sus pies no le respondían, seguían avanzando hacia atrás. A pesar que el cuerpo estaba iluminado por los reflejos de las llamas, no lo reconoció. Pero seguía retrocediendo como si quisiera evitarlo.

Fue entonces que escuchó un llanto, bajó la mirada para encontrar entre sus brazos a un pequeño niño de casi tres años; sollozando y apretándolo con sus pequeñas manos. No supo comprender de dónde había salido, ni el porqué no notó antes su presencia.

No le importaba. Instintivamente lo aferró más a su cuerpo.

El sonido de un murmullo indescifrable provocó que su mirada se concentrara al frente.

Volvió a fijar sus orbes claros en él. Notando que de los ojos de su enemigo escurría sangre.

Lloraba sangre…"

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S&N

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Parpadeó repetidas veces antes de notar que había quedado dormido nuevamente. Su rostro se mantenía inclinado contra sus brazos colocados sobre sus rodillas. Al estar más consciente de su realidad, levantó ligeramente la cabeza sin despegar su vista del frente, mirando sin atención a las personas que transitaban por la calle de ese pueblo. Cada uno entretenido en sus propios asuntos, sin darle una mirada. Nadie prestaba atención a un pobre vago descansando en un callejón. Volvió a bajar su vista, topándose con su mano izquierda vendada. La herida le dolía. No sabía por qué había vuelto a regresar. Justamente al mismo tiempo que tuvo por primera vez esa pesadilla. Suspiró. Siempre que cerraba los ojos era lo mismo, pero no debía desanimarse, esperaba encontrar pronto su principal razón de andar deambulando por esa villa. Estiró uno de sus brazos para tomar impulso y levantarse.

No pensaba quedarse todo el día ahí, tenía cosas mejores por hacer. Borró cualquier muestra de somnolencia en sus ojos. Caminó entre las personas que se paseaban por las calles del lugar, el sonido de los comerciantes anunciando sus productos era lo que más escuchaba. Arrugó ligeramente la nariz al sentir los olores intensificados. La higiene no era algo que se mostrara por esos lugares. Las personas lo esquivaban, sus ropas rotas y sucias los alejaban. Con esa capucha cubriendo sus rubios cabellos parecía un mercenario.

Sin embargo, como siempre le pasaba después de soñar, a cada paso que daba, le dolía más la cabeza. No pudo evitar recargarse contra una pared cercana.

—Disculpa, niño. ¿Estás bien?

Alzó su cabeza topándose con la cara preocupada de una anciana. No sabía a qué se refería con su pregunta, hasta que vio que los vendajes de su mano teñidos de rojo. La herida estaba sangrando.

—Estoy bien, no se preocupe-ttebayo.

Se volvió a levantar alejándose con paso lento, sin despegar su vista de los vendajes. Con infinidad de recuerdos en su mente. Y sólo una pregunta sobresaliente.

—¿Él estará cerca?

Siguió su camino entre los callejones desiertos. Siendo consciente de que alguien lo seguía. Frunció su ceño, al parecer ese sujeto aún no se daba por vencido.

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S&N

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La ligera brisa movió algunas ramas de los arboles, dejando que con tan simple corriente refrescara su cansancio. No tenía ganas de levantarse de su lugar y seguir con su camino. Su cuerpo no se movió ni un centímetro, permaneciendo en la misma posición recostado sobre la hierba. Uno de sus brazos recaía sobre sus ojos para impedir que los rayos del sol le dieran de lleno en la cara. Escuchaba los murmullos de la gente que pasaba por el camino, preguntándose si se trataba de un ladrón o vagabundo, él sólo los ignoraba. Tenía mejores cosas en que pensar. Por ejemplo, la orden que debía cumplir por parte de su padre. Sus pensamientos eran ocupados por la "misión" que realizaría. Si la cumplía con éxito, volvería al "servicio".

"Tu deber con el Clan es acabar con el desertor de Orochimaru. Demuéstrame que no me equivoco al considerarte aún mi hijo, Sasuke"

Duras palabras que comprendía. Como líder del Clan, su padre estaba entre la espada y la pared. Él estaba dispuesto a todo. Orochimaru era sólo un obstáculo más. No les convenía que la serpiente siguiera sus experimentos con los Kemono*.

Para nadie era secreto que Orochimaru estaba obsesionado con el poder de esas criaturas.

Un Kemono era un ser sobrenatural de aspecto humano que poseía una gran cantidad de poder en su cuerpo; fuerza física, gran velocidad, sentidos sensibles y resistencia a las heridas. Hasta podían curarse con gran facilidad. No eran fáciles de identificar, ya que tenían los mismos rasgos que los humanos, su apariencia era la de una persona común, aunque la mayoría de las personas eran de cabellos y ojos oscuros, los demonios poseían otros tonos más llamativos, tanto de cabello como de ojos. Y sólo algunos clanes como Uchiha y Hyuuga poseían la habilidad de diferenciarlos gracias a su doujutsu.

Las leyendas decían que eran demonios que devoraban el alma de los humanos, fue por ese miedo que muchas personas comenzaron a cazarlos. Ante ese ataque, los Kemono mostraban una apariencia diferente; sus ojos se tornaban negros, resaltando sus rojas y rasgadas pupilas como los de un animal, sus uñas crecían como garras, al igual que sus colmillos, su piel se tornaba mas pálida y sus cabellos cambiaban de tonalidad.

En respuesta a esa guerra silenciosa, los humanos formaron un grupo para exterminarlos. Investigando e ideando diferentes formas de acabarlos; originando el Sharingan. No sabía mucho acerca del nacimiento de su herencia. Pero gracias a su ancestro, Uchiha Madara, aún lo poseían. Por esa razón los Hantā* se encargaban de eliminarlos. Sin embargo, los Kemono no eran tontos, sabían la forma de contraatacar los puntos débiles del pensamiento humano. Las personas eran ambiciosas, ellos aprovechaban esa avaricia para ofrecerles sus poderes con un pacto. Dándoles habilidades a cambio de absorber su energía y mezclarlas, evitando ser capturados por los Hantā.

Al aceptar, el cuerpo del "contratista" quedaba maldito. En el pecho, los brazos, las piernas, la lengua o en cualquier lugar de la piel, aparecía el símbolo de los Kemono; una estrella de cinco picos rodeada por dos círculos.

Una vez que hacían un contrato con un humano, sólo existía una forma de romperlo: la muerte.

Sasuke rió con ironía. Levantó su mano observando el guante negro que la cubría. Él estaba maldito por llevar una marca en el dorso de su mano izquierda. No tenía recuerdos de dónde ni de quien se la había colocado. Pero dudaba mucho que él, siendo un cazador, aceptara una maldición sobre su cuerpo.

En esos días eran pocos los Kemono que aparecían por los alrededores. Sin tanta demanda, los cazadores también permanecían en el anonimato. Pero estaban seguros que aún quedaban muchos en el País del Fuego. Su búsqueda no sería difícil. Si lograba encontrar al demonio que le hizo la marca y lo mataba, quedaría libre y podría regresar con su Clan, siendo un digno hijo del líder.

Esa misión era su oportunidad de acabar con Orochimaru y seguir con su objetivo.

El aire volvió a soplar más fuerte, advirtiendo algo raro en éste. En un ágil movimiento, se puso en pie, percibiendo todo su alrededor. Los arbustos comenzaron a moverse, llevando su mano hacia la empuñadura de la espada que residía atada en su cintura. Apretó fuerte el mango para atacar al enemigo. Sin embargo, en cuanto estaba dispuesto a desenvainar poco a poco su arma, un joven salió de entre la maleza, dándole un fuerte empujón para quitarlo del camino.

Uchiha se inclinó adolorido, frunciendo el ceño por prestarle mayor atención al sujeto que a la situación. Había bajado la guardia. No obstante, antes de levantarse para encararlo, frente a él pasó con rapidez una enorme serpiente, que acorraló al extraño de la capucha.

—¡Cuidado!

Con la advertencia, en un rápido movimiento el forastero sacó una pequeña espada que encajó en la mandíbula del reptil que estaba a punto de morderlo. La imponente serpiente blanca (bastante grande para un solo hombre) comenzó a retorcerse.

Sasuke sabía que su espada no sería suficiente para acabar con ese animal. Concentró chakra en una de sus manos y el chirrido de cientos de aves se apoderó del lugar. Utilizaría el Chidori, una de sus mejores técnicas. No tenía mucho tiempo antes de que se liberara, yendo por la parte de atrás, aprovechó que el animal seguía entretenido tratando de liberarse del arma. Uchiha reunió toda su fuerza en un solo golpe, partiendo en dos el cuerpo escamoso. Con semejante ataque, la serpiente se removió con más fuerza, golpeado a su "presa" contra los arbustos.

Naruto no podía dar crédito a su situación. Cuando salió corriendo hacia esa parte del bosque, no pensó que se encontraría con alguien, mucho menos con un cazador. Pero el destino parecía ir en su contra, porque de todos los Hantā, tenía que ser él.

No sabía si reír o llorar. ¿Cómo describir su situación?

—¿Estás bien?

Sasuke no era de las personas que se preocuparan por los demás, sólo hacía su deber. Sin embargo, el extraño no levantó la cabeza, al contrario, pareció tensarse al escuchar su voz. Uchiha no se percató de los puños apretados, ni del ligero estremecimiento que se apoderaba de su cuerpo a cada paso que daba hacia él.

—Oye, te pregunte si estabas bien…

Trató de inclinarse para tocar su hombro, una de sus "obligaciones" era curar a los aldeanos.

—¡No me toques! —gritó, dándole un manotazo. Naruto se arrepintió de inmediato al sentir una punzada sobre la herida de su mano.

Uchiha frunció el ceño.

—Tu herida está sangrando, pero creo que eres tan idiota para no aceptar ayuda.

El cuerpo bajo la capucha se volvió a tensar.

—No es tu problema, bastardo. Aléjate de mí.

Con dichas palabras, su rostro mostró más irritación. Nadie lo había sacado de su serio semblante en tan poco tiempo, llegó frente al otro para encararlo.

—¡Al menos mírame a los ojos cuando me hablas! —lo tomó con fuerza de la capucha y lo jaló hacia arriba. La prenda que cubría su cabeza iba a caer por el brusco movimiento. No obstante, antes de que eso sucediera, lo soltó con rapidez para sujetar su espada. Uchiha lo ignoró, concentrándose en los arbustos que comenzaban a moverse otra vez.

Reconoció esa presencia de inmediato. Comprobando su teoría al ver su cara de frente.

—¿En verdad pensaste que escaparías de mí? —entre la maleza apareció el pálido cuerpo de un hombre, cuya sonrisa no desaparecía—. Jamás desaprovecharía una oportunidad como esta.

Namikaze se levantó tan rápido como pudo. Mientras Sasuke apuntó con su espada a Orochimaru. El moreno menor rió de medio lado, teniéndolo en esa situación aprovecharía para eliminarlo. No sabía el porqué iba persiguiendo al otro sujeto, poco le importaba.

Orochimaru, percatándose de la otra presencia, aumentó su sonrisa.

—No pensé encontrarme con el joven Sasuke en este lugar —vio a su trofeo detrás del cazador—. ¿Y desde cuándo los Hantā protegen a los Kemono?

La cara de desconcierto de Sasuke, complació a Orochimaru.

—Que lento eres, pequeño Sasuke, pensé que eras más inteligente. No me digas que no te has dado cuenta que es un demonio —volvió a reír—. ¿Por qué crees que estoy tan interesado en él?

Uchiha miró de reojo al encapuchado. ¿Eran verdaderas las palabras de la serpiente? Si eran ciertas. ¿Por qué su Sharingan no se activó desde el principio? Se suponía que ese poder ocular heredado de su familia veía a través de las personas, notando el chakra y reconociéndolos. No le veía nada fuera de lo común, sólo unos cabellos rubios sobresalientes de la prenda.

El blondo fue consciente de ese escaneo. Bajó la cabeza antes de quitarse la tela.

Sasuke siguió cada uno de sus movimientos sin bajar la guardia. Cuando el desconocido por fin alzó la mirada, Uchiha quedó sorprendido. Nunca en su vida había visto un tono de ojos como aquellos. Era azules, pero no cualquier azul, "Es como estar mirando el cielo" se dijo así mismo, negando rápidamente ante semejante pensamiento. Se encargaría después de él, su prioridad era acabar con Orochimaru.

—Me importa poco lo que digas —endureció su serio semblante—. Porqué tú serás al primero que elimine.

Todo rastro de emoción, se eliminó del rostro de la serpiente al escuchar esa amenaza. Con un fuerte manotazo mandó a volar el árbol que tenía al lado. Sus ojos se afilaron más, su piel comenzó a verse escamosa y los músculos de su cuerpo incrementaron. Pensó que sería un encuentro adecuado para probar la nueva droga de Kabuto. No le importaba verse de esa manera, un pequeño precio que pagaría por ese gran poder.

El cazador frunció el ceño. Ese tipo no era un humano, frente sus ojos tenía a un verdadero monstruo. No sería fácil, pero él no era ningún debilucho.

Orochimaru se lanzó contra él, esquivando el ataque a duras penas. El hombre de largos cabellos utilizaba una espada que minutos antes había sacado de su garganta, de gran tamaño y por la profundidad de la grieta del suelo, de un gran filo. Ambos morenos comenzaron a pelear. Sasuke sacó a relucir su Sharingan, utilizando algunas de sus técnicas como el chidori y el Katon. Sin embargo, la velocidad que Orochimaru adquirió, le proporcionaba ventaja al esquivarlas.

Naruto no intervino, aún con Sasuke en dificultades y en desventaja. No podía ayudarlo, no debía ayudarlo.

De un fuerte golpe, Sasuke fue a revotar contra otro árbol, cayendo al suelo. Orochimaru aprovechó para ir hacia el rubio. Naruto no se asustó, sus ojos comenzaron a ponerse de un tono gris.

—Tú nunca escaparas de mí, me perteneces.

La serpiente sacó su larga lengua relamiendo sus labios. Namikaze arrugó ambas cejas en señal de asco. Trató de darle un puñetazo, sin éxito. El pálido hombre lo esquivó sujetando su brazo con gran fuerza, por un momento sintió que su hueso se rompería. Ante tal situación, sus ojos pasaron del gris al negro, pero de repente, el agarre aminoró. Observó la mueca de dolor en el rostro de Orochimaru. Cuando el ex–cazador bajó sus amarillos ojos al lugar del dolor, notó la espada de Sasuke, quien desde su lugar la había lanzado.

—No me subestimes —habló el menor con prepotencia.

La furia en Orochimaru creció, a tal grado, que de dos zancadas estuvo frente al otro moreno. Lo agarró de la cabeza, comenzando a darle puñetazos en su abdomen y estomago. A cada golpe, Uchiha escupía una gran cantidad de sangre. No tenía fuerzas para contraatacar. Seguramente la espada de la serpiente tenía un potente veneno o un paralizador.

Los ojos de Naruto se tornaron nuevamente al azul cristalino. Apretó los puños enterrando sus uñas sobre sus palmas. Bajó la mirada por un instante cubriéndola con sus rubios flequillos. Había hecho una promesa y no quería romperla. Pero…

¿Dejaría morir a Sasuke? ¿Valía la pena esa promesa?

Negó ligeramente antes de levantar la cabeza. Sus ojos se habían tornado negros por completo y sus pupilas rojas se rasgaron como las de un felino. El vendaje de su mano cayó al suelo, dejando ver una estrella en el dorso de su muñeca.

—¡Sasuke! —gritó para que lo escuchara.

Aún con las heridas sobre su cuerpo, Uchiha pareció desconcertado. ¿Cómo sabía su nombre? Nunca lo había visto. Sin embargo, concentró su mirada sobre la marca roja en la mano izquierda del rubio. Sintió una fuerte punzada de dolor sobre su propia marca de maldición.

¿Una estrella? ¡Una estrella igual a la suya estaba sobre ese Kemono!

Su cabeza comenzó a doler horrores. En sus ojos apareció el Mangekyou Sharingan, y sus labios sólo pudieron pronunciar un nombre.

—Naruto…

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Continuara…

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oooO*Oooo…

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Wow! No puedo creer que hayan llegado hasta aquí n.n, para los que lo hicieron, en verdad se los agradezco. Pues sip, este es mi nuevo proyecto, sé que dije que lo subiría hasta que terminara el de "3 besos por día", pero no lo pude dejar tranquilo XD. Creo que quedaron muchas dudas, pero se irán resolviendo como avance la historia. (Si es que a alguien le interesa y continúa u.u)

Bueno, solo para aclarar: Kemono=bestia y Hantā =cazador

¡Qué original! (sarcasmo como siempre ¬¬)

Espero que les haya gustado, no sé si merezca una oportunidad, pero en verdad espero que si n.n. Bien, además tengo el ¿opening? de esta historia, para los que quieran pasar, aquí les dejo el link n.n

www. youtube watch?v= Ubwh7zGgxlI

Eso es todo por ahora, me tengo que ir

Pero antes, que tal un review? o.O?

Gracias x leer n.n