¡AKARIN!
¡Hái! Yuru-Yuri así fue como acabó…

—¡Júntense más, júntense más! — Pedía alegremente Tomoko Yoshikawa para poder tomar la foto para aquel momento tan importante. — Vamos chicas, todas deben de salir.

¡Y vaya que era un momento de lo más memorable! Chinatsu, Sakurako, Himawari y por supuesto Akari se habían graduado por fin. Era un bello momento para todas; e incluso sus viejas amigas Ayano, Kyoko, Yui y demás habían llegado para acompañarlas en aquella ocasión que marcaría el inicio del resto de sus vidas. Desgraciadamente aquel instante de tal belleza y solemnidad no duraría; todo lo bello debía de acabar tarde o temprano.

—¡Que se junten más! — Suplicó Tomoko una última vez antes del desastre inminente.

—Quisiera pero los pechos de cierta persona que no quiero mencionar pero que estoy viendo en este momento no nos dejan espacio suficiente a nadie.

Por supuesto aquella impertinencia venía ni nada más ni nada menos que de Sakurako Ohmuro quien andaba fastidiando (como cosa rara) a su amiga Himawari. Y por supuesto la joven del cabello azul se enfureció con el comentario y comenzó la pelea. Akari comenzó a alejarse temiendo que la lastimaran en medio de aquel escándalo que a estas alturas ya había llamado la atención de todo el mundo. Fue en aquel momento cuando una mano se posó en su boca para que no gritara y fue cuando Akari fue arrastrada a las sombras.

Cuando Akari abrió los ojos se encontraba con las dos manos esposadas a una silla en medio de un cuarto oscuro con las paredes desnudas y con una fuerte luz directo sobre sus ojos. No entendía nada, no sabía dónde estaba y simplemente quiso soltarse pero el acero de las esposas se clavó en su carne. Se retorció mientras lloraba del miedo y el dolor.

—¿Qué pasó? ¿Dónde estoy? ¡¿Hay alguien?! ¡Respondan por favor, RESPONDAN! — Gritaba la pequeña pelirroja pero nadie se dignó a responderle. Estaba sola y asustada.

Entonces fue cuando una puerta se abrió y unos pasos firmes y amenazadores se dirigieron hacia ella. La luz hacía que fuera difícil distinguir quién había llegado para atenderla pero por lo poco que distinguía, quien había venido era un soldado. Akari lo miró suplicante.

—Por favor militar-san, necesito saber dónde estoy y qué me pasó. ¡Por favor!

El soldado la miró indiferente y se limitó a preparar el equipo para la siguiente etapa.

—Donde estás no es de tu incumbencia — fue lo único que dijo el cadete ante los insistentes lloriqueos de la pequeña pelirroja. — Y qué pasó no importa tanto como lo que está a punto de pasarte niñita, y eso es que dejarás de ser Akari. Lo sentimos pero no hay otra opción, luego de las bombas de Hiroshima y Nagasaki esta es la única opción.

—¿Pero por qué? — Gritó Akari llorando mucho más fuerte que antes, — ¿Por qué?

—Porque tienes tan poca presencia que casi no existes. Tú no existes, a partir de ahora nosotros nos encargaremos que dejes de existir de una vez y para siempre.

Entonces el cadete vino y sin ninguna delicadeza le colocaron unos grandes auriculares y apagó la luz que le daba en la cara para luego prender un proyector para poner lo que parecía ser una película casera. Akari estaba confundida, ya que lo que apareció en la pantalla era uno de sus tantos días con sus queridas amigas, y lo primero que escuchó a través de los potentes auriculares fue la cruel voz de Kyoko:

¡Ah! Akari, ¿estabas ahí? — Dijo la rubia con indiferencia y confusión.

La escena cambió y de nuevo la voz de Kyoko resonó en los auriculares del a pobre Akari:

Ah, Akari, perdóname pero como que me olvidé de ti.

Cambió de nuevo.

—Akari, tu punto fuerte es que no tienes punto fuerte.

Y las escenas seguían así. Durante do sdías enteros Akari estuvo viendo una y otra vez videos de cómo sus amigas la habían ido ignorando a lo largo de los años. Entonces otro militar los militares la sacaron de donde estaba y a empujones la obligaron a entrar a una sala ante una gran comilona. Akari llevaba dos días enteros sin comer, así que saltó sobre la comida y comenzó a comer todo lo que pudo.

Entonces la dejaron dormir y antes que pudiera tomar un buen descanso inició el entrenamiento físico, un entrenamiento militar de alto nivel con todo tipo de calentamientos y con armas punzo-cortantes.

Fue cuando la volvieron a encerrar mostrando los videos de antes comenzando una rutina que se extendería por años y años, cuya única variante eran los videos en donde le mostraban a Akari cómo sus amigas vivían sus vidas olvidándose de ella. En el fondo del audio de los videos había una siniestra voz que le repetía:

—Te ignoran Akari, siempre te han ignorado… ya no te buscan Akari, siguen sus vidas sin ti Akari.

Los años pasaban, Akari se hizo más fuerte más hábil con su entrenamiento militar haciéndose especialmente hábil con los cuchillos. Pero seguía su tortura una y otra vez. Lo peor de todo era la parte psicológica de la misma, en donde le mostraban a sus amigas seguir con su vida, mostrándole que efectivamente tenía tan poca presencia que la habían olvidado por completo.

Entonces al final vio un video de Ayano y Kyoko casándose con todas sus amigas menos ellas, se veían tan contentas… tan bien sin Akari.

Un grito desgarrador alertó a todos los militares.
El trabajo estaba hecho, Akari ya no era más Akari. El arma definitiva había nacido.


No pensé que continuaría con esta historia pero hela aquí, una aproximación de cómo Akari se convirtió en AKARIN como la llamó mi lector Al Dolmayan en su historia Spin-Off. Igual espero les haya gustado y:

Chao; nos leemos!