DRAGÓN BALL Z NO ME PERTENECE (OJALA,PERO NO), A SI COMO SUS PERSONAJES, SON PROPIEDAD DE AKIRA TORIYAMA
Bueno este es mi primer fic de dragón ball z, ya que creo que debió pasar algo más cuando el anciano kai despertaba los poderes de gohan, y bueno este es el resultado.
espero que lo disfruten!
EPÍLOGO
-¿Estáis bien?
-No sé...¿Es normal que el mundo de vueltas?-Goku se incorporó pesadamente del pequeño e incómodo colchón, sintiendo como cada músculo de su cuerpo aullaba en protesta por realizar el movimiento. Se apartó un mechón de su rebelde cabello que le caía molestamente sobre los ojos.
Shin esbozó una dulce sonrisa.
-Sí, es normal que gire-Agarró al saiyan del brazo, echándole una mano para que se sentara en el borde de la cama. A su lado, Vegeta negaba con un gruñido la ayuda que le ofrecía Kibito.-Lo raro es que tú sientas como lo hace.
-No tenéis porque preocuparos. Es lógico que os sintáis algo mareados después de la transfusión de alma.-Comentó distraídamente el anciano Kai, sentado en el borde de la cama grande con bordados dorados y plateados que precedía el centro de la habitación. Soltó una risotada mientras pasaba la página de la revista que estaba ojeando.
El príncipe saiyan miró con desagrado al anciano, negando pesadamente con la cabeza. Se levantó por completo de la improvisada cama y estiró los brazos y las piernas para desentumecer el cuerpo.
-Ya podríais haber escogido otro colchón.-Se quejó mientras se masajeaba la espalda con las manos y estiraba el tronco hacia delante.-Creo que me he clavado hasta el último muelle de esa maldita cama.
-¿Qué esperabas? esto no es un hotel de lujo, señor híper delicado.-Respondió el dios de piel rosada con burla.
Vegeta lo fulmino con la mirada.
-¿Transfusión de alama?-Repitió el saiyan confundido, ignorando la feroz pelea verbal que se llevaba a cabo tras su espalda.
-Significa que vuestras almas han sido traspasadas del subconsciente de Gohan de regreso a vuestros cuerpos-Explicó el joven dios con amabilidad.-Es un proceso que ocurre de forma automática, inconscientemente, ya que justo en el momento en el que el equilibrio de Gohan ha vuelto a la normalidad vuestros espíritus han sido expulsados de su mente-El saiyan volvió a apartarse el cabello de la cara, totalmente revuelto por haber estado acostado en una mala posición.- Y viendo que estáis de vuelta, supongo que habréis terminado la misión con éxito.
Goku asintió lentamente con la cabeza, algo desorientado por el rápido discurso del joven con cresta.
-Normalmente transmitir el alma de un ser vivo a otro es una tarea realmente costosa y peligrosa. Pero como Vegeta y tú ya estabais muerte, ha sido relativamente fácil separar el espíritu del cuerpo.
-Ah…Vale….-Aceptó ligeramente dudoso el saiyan, recordando cuando el ancestral Kai le obligó a adentrarse en el interior de un extraño símbolo que había dibujado en el suelo con tiza blanca y como, poco después, se encontraba en la mente de su hijo junto a Vegeta.- Creo que lo entiendo.
-Bueno, ya hemos descansado bastante ¿No os parece?-El anciano se levantó de un salto de la mullida cama.- Venga, que cuanto antes acabe de despertar los poderes del chico antes podre ir dormir un rato…Digo a hacer mis tareas, claro. Ser el dios más poderoso del universo es muy agotador.-Añadió en tono dramático, limpiándose un sudor imaginario de la frente.
-Eso no te lo crees ni tú…-Susurraron a la vez Kibito y Vegeta, dejando de discutir.
Se produjo un largo silencio en la habitación.
-¡GOHAN!-Gritaron tanto Goku como Shin de repente. El saiyan se dirigió embalado a la cama en la que descansaba su hijo, apartando al anciano dios de su camino de un empujón.
-¡Ten más cuidado, idiota!-Vociferó furioso el viejo Kai desde el suelo, gesticulando exageradamente con los brazos.
-¿Gohan?-El saiyan se inclino ligeramente sobre el borde de la cama y rozó con delicadeza el moflete izquierdo de su hijo con los dedos.-Gohan, ¿Me escuchas?
El adolescente gimió suavemente y se volteó en la cama, dando la espalda a Goku. Emitió algunos murmullos incomprensibles mientras, inconscientemente, se cubría con el edredón hasta la cabeza.
Shin y Goku intercambiaron una mirada curiosa.
-Gohan…-Volvió a llamar Goku en voz baja, pero que no llegaba a ser un susurro.-¿Estás bien?
El semi-saiyan pronunció algo parecido a un quejido mezclado con un gruñido molesto, y se acurrucó en una bola, imitando la posición de un gatito. El edredón color nieve se retorció alrededor de su cuerpo, marcando su figura de forma difusa y arrugada.
-¿Qué le pasa?-Pregunto el aparentemente joven dios con el ceño fruncido.-¿Por qué no se ha despertado junto a vegeta y Goku?
-Usted dijo que ya estaba curado.-Puntualizó Kibito, acercándose también a l cama. Desde una esquina, con los brazos cruzados sobre el pecho, Vegeta observo la escena por el rabillo del ojo.
-Y lo está-Respondió el anciano terminando de incorporarse, después, se frotó la rabadilla con gesto adolorido.-Si estos dos han despertado significa que ambas partes del joven, saiyan y humana, se han fusionado para formar un único ser, han vuelto a mantener el extraño equilibrio en el que coexistían. Eso debe de haber acabado con todos los problemas, el chico está perfectamente.
-Hijo-Goku zarandeó al joven por el hombro, intentando despertarlo.-Venga, arriba.
El híbrido no hizo ademán de contestar, y el peli-negro posó sus manos en la cadera, algo exasperado.
-Aparta, ya lo hago yo-Intervino Vegeta, retirando a su compañero a la fuerza y posicionándose en su lugar.-Venga niño, que ya es hora de despertarse.-Ordenó mientras lo zarandeaba vigorosamente…Quizás con demasiado esmero.
-Mmm…-Musitó el adolescente con tono molesto, apartando el brazo del príncipe saiyan de un manotazo, pero sin llegar a girarse.-Cinco minutos más, mamá…
-¿Mama?-Repitió confuso. Luego esa confusión se convirtió en asombro y, poco después, se transformo en ira ¡Primero le comparaba con el idiota de Goku y ahora con su mujer!...¡Con una mujer! ¡A él!-¡Te voy a enseñar yo quien es tu madre!
Por el alarido, el joven al fin reaccionó y, muy lentamente, casi con parsimonia, se enderezó sobre la cama y se desperezó con gesto soñoliento.
Ninguno de ellos le prestó ni una pizca atención, ya que todos estaban pendientes de Vegeta, que había intento abalanzarse sobre la cama, pero Goku y Kibito lo sujetaron por los brazos y lo arrastraron hacia atrás, liberándolo en una esquina de la habitación.
-Vegeta, contrólate.-Regañó el saiyan, al tiempo que el de menor estatura soltaba un bufido y se giraba para darle la espalda.
-Por dios, pareces un crio malcriado. No sé cómo has podido encontrar una mujer que te aguante…Pensándolo bien, me resulta incomprensible que os hayáis podido casar.-Añadió el ancestral Kai, alternando su mirada entre ambos saiyans.-Un verdadero misterio.
Sobre la inmaculada cama, Gohan se talló el ojo con el puño y bostezó suavemente. Contemplo algo desorientado a las personas que se apiñaban alrededor de una esquinita de la estancia. Luego frunció el ceño ¿Dónde se encontraba?
-Dicen que los milagros existen…
Vegeta dirigió una mirada molesta a Shin, que rompió el contacto visual disimuladamente.
-Va a ser verdad eso de que el amor es ciego.-Comentó el anciano, hurgándose el interior de la oreja con el dedo meñique.-Claro, que también dicen que del amor al odio hay un paso.
El joven semi-saiyan escudriñó su alrededor, intentando recordar que es lo que había pasado. Apartó las pesadas mantas que lo cubrían hasta algo más de el pecho y se levantó silenciosamente de la cama.
Vegeta se mordió la lengua para evitar soltar alguna barbaridad y decidió ignorar al dios.
-Tú silencio lo habla por ti.
El príncipe saiyan apretó furiosamente los dientes y fulminó con la mirada al anciano. Vale, se la iba a ganar pero bien.
-¿Os habéis percatado de que nuestra ropa están en perfectas condiciones?-Dijo de repente el saiyan, cambiando drásticamente de tema de forma intencionada para evitar que se produjera una masacre.-Es increíble, nuestras heridas también han desaparecido.-Añadió en tono maravillado, percatándose de que la quemadura en forma de búmeran que lucía en el hombro se había volatilizado como por arte de magia.
Gohan observo la charla de los adultos algo indeciso, considerando la idea de interrumpir la conversación o no.
-Sí, bueno, es que vuestros cuerpos no recibieron daño alguno-Explicó Shin, al ver que su maestro estaba demasiado ocupado batiendo una pelea de miradas con Vegeta.-Vuestros espíritus fueron los que resultaron heridos.
-Y como conseguisteis salir con éxito de la mente del chico vuestras almas no han dejado secuela.-Continuó el gigantesco dios, con tono serio.-Habéis tenido mucha suerte. Si hubierais perecido o, si bien el chico hubiese muerto os aseguro que vuestros espíritus habrían desaparecido junto a él. En otras palabras, os extinguirías de forma permanente.
El adolescente pestañeó confundido. ¿Chico? ¿Acaso se refería a él?...Espera, ¿Ha dicho algo de entrar en su mente?
-Eh…Perdonad, pero…¿De qué estáis hablando?
-Gohan, espera un momento, que estoy hablando de algo importante…-Contestó distraídamente, haciendo gestos con la mano para que se marchase.
Gohan observo a su padre durante unos instantes y, encogiéndose de hombros, se dirigió de regreso a la cama, donde se sentó de un pequeño salto, botando varias veces sobre el elástico colchón hasta estabilizarse por completo. Mientras esperaba, balanceó infantilmente las piernas que colgaban sobre el borde de la cama.
-¿Y qué ha pasado con las dos mitades de Gohan? ¿Han desaparecido?-Cuestionó el saiyan, teniendo la vaga sensación de que se le olvidaba algo…
-No. Se han unido…Supongo que ahora descansan en armonía en algún rincón del alma de Gohan. Recuerda esto; tu hijo es y será un híbrido, ambas mitades siempre estarán presentes en él-Lo consideró un instante, negando suavemente con la cabeza.-Pero ahora no debemos preocuparnos por eso, mientras el chico se acepte tal y como es todo irá bien…Ah, hola Gohan.-Saludó con la mano, al ver que el adolescente estaba sentado a espaldas de Goku.
-Hola Shin.-Devolvió alegremente el saludo, escudriñando curiosamente la pulida habitación.
-…¡Gohan, estás despierto!-Gritó emocionado el dios, provocando que todas las miradas se centraran en el chico.
Los tres dioses salieron corriendo al encuentro del joven y, detrás de ellos, caminando sin mucho interés, les seguía Vegeta lentamente.
Goku observo en silencio como su hijo era atosigado a preguntas por parte de los habitantes de aquel pequeño planeta sagrado y como su ansiedad crecía por momentos al no poder atender a todos a la vez.
Rió suavemente y luego sonrió con cariño. Se acercó lentamente a la diminuta congregación de personas. A su paso, los dioses y, curiosamente también Vegeta, se alejaron de su paso deliberadamente, dejando una camino libre directamente a la cama.
El adolescente se levantó súbitamente al encontrarse la imponente figura de su padre frente a él, observándole desde arriba. Al incorporarse, sus rostros casi quedaron al mismo compás.
-Eh…Papa ¿Qué ha pasado? Lo último que recuerdo es que el ancestral Kai intentaba despertar mis poderes y luego...Nada.
-¿No recuerdas lo que ha pasado?
Gohan negó con la cabeza.
-Creo que recuerdo algo…Pero no lo tengo claro, son pequeños fragmentos difusos, como si fueran…Fueran…
-¿Un sueño?
-Un sueño.-Afirmó, asintiendo con la cabeza.-¿Me he dormido? No recuerdo haberlo hecho.
-Algo así.-Sonrió con cierta nostalgia, provocando que Gohan frunciera el ceño. ¿Qué es eso tan increíble que ha ocurrido -pero que nadie parece tener ninguna intención de contarlo- en su ausencia?
Se disponía a preguntar cuando, de forma inesperada, su padre lo estrecho en un silencioso abrazo. Algo cohibido, le devolvió el gesto. Ninguno de los dos musito palabra alguna. Dejaron que el silencio hablara por ellos.
Gohan pestañeó lentamente; por algún motivo que no lograba entender, aquel abrazo le resultó extremadamente familiar, como si fuera un déjà vu. Pero al mismo tiempo le parecía lejano, como si hubiera ocurrido en otro mundo, en otra vida…
El saiyan rompió lentamente el contacto, y escudriñó con mirada crítica a su hijo. Su rostro había recuperado su color natural, y parecía que la fiebre ya no era ningún problema. Su respiración recobro el mismo ritmo que antes, extinguiendo todos los problemas respiratorios que lo había atormentado escasos minutos antes.
Su hijo arrugó el rostro al percatarse del persistente chequeó y encogió los hombros a modo de pregunta silenciosa.
Goku sonrió ampliamente, mostrando su brillante dentadura al completo.
-Bueno, vamos a lo que vamos-Agarro al joven por el brazo y lo arrastró hasta el gigantesco ventanal, tras el cual se extendía el exuberante paisaje de aquel sagrado planeta. Luego, de un pequeño empujoncito por la espalda, tiró a su hijo por la ventana, que descendió lentamente hasta posarse delicadamente en el suelo. Alzó el rostro hacia la ventana, arqueando las cejas.-Oiga, ¿A que espera? –Pregunto dirigiéndose al ancestral Kai.-¿No quería seguir con el ritual para despertar los poderes de Gohan?
-Ah, sí, claro…-Se dirigió a la puerta, con la intención de salir del palacio para reunirse con él.
-Conozco un modo más rápido.-Dijo Vegeta con una sonrisa maliciosa. Sujeto al pequeño y esquelético anciano por la cabeza, alzándolo del suelo.
-¡¿QUÉ TE CREES QUE HACES?! ¡SUÉLTAME!
-Como quieras.- Lanzó al dios a través de la habitación, saliendo volando por la ventana. Gohan se apresuró a echarse a un lado para esquivar al pobre anciano, que se estrelló de cabeza con el suelo.
-¿S-se encuentra bien?
-Auch…
El joven se acercó para ayudar al pobre hombre caído en batalla.
-Vegeta.-Regaño Goku, volteando hacía el peli-negro.
-¿Qué?
-Déjalo…-Se dio por vencido suspirando de forma exasperada.
-Pero si sabe volar…-Recordó Shin avergonzado, llevándose una mano a la frente y negando con la cabeza. Detrás de él, Kibito se asomó por la ventana, dirigiendo una mirada de lastima a su maestro.
En la habitación, se aprecio los insultos y las palabras más que poco cordiales del ancestral Kai, todas y cada una de ellas dirigidas a Vegeta, que esbozó una sonrisa satisfactoria.
Por si el anciano lo había olvidado, el había hecho el firme juramento de vengarse…Y lo había cumplido.
-¿Eh?...¡¿Qué demonios es eso que tengo en la manga?!-Al levantar el brazo para cruzarlo sobre el pecho, se percató de que una sustancia pegajosa y verdosa se adquiría a la tela de su uniforme, en el antebrazo, cerca de la muñeca (1). Desde el patio, se escuchó la risita burlona del anciano dios.
-Maestro, id vosotros primero. Ahora nos reuniremos con usted.-Informó el joven dios dejándose ver por la ventana.
El viejo Kai asintió con la cabeza.
-Venga chico, manos a la obra.-Apresuró con cierta urgencia, elevando los pies del suelo y comenzando a volar en dirección del claro donde, anteriormente, había comenzado el ritual.
-Pero…-Gohan titubeó por un momento si debía seguir al dios o no. Finalmente, le dirigió un último vistazo al palacio y, suspirando, salió volando en persecución del dios.
-Por cierto chico-Dijo el anciano tras un buen rato de trayecto en silencio.-¿Cómo te sientes?
El adolescente pestañeo sorprendido por la repentina pregunta. Después, se llevó un dedo al mentón, considerándolo durante unos instantes.
-La verdad…Me encuentro mejor que nunca-Respondió con una sonrisa cargada de dulzura, cerrando los ojos. Abrió los párpados lentamente.-Jamás he estado mejor en mi vida.-Admitió, cayendo en la cuenta de que realmente se sentía increíble, se sentía…Completo.
El mayor afirmó en silencio con un movimiento de cabeza, su rostro permanecía severo, pero Gohan logró avistar como sus ojos se ablandaban, titilando con satisfacción…Y admiración.
-Debes irte-Informó el gigantesco dios con voz glacial, observando fijamente al príncipe saiyan.-El rey yenma clama tu presencia lo antes posible.
-Creo que quiere discutir contigo un tema muy importante.-Añadió Shin con voz suave.
Goku posó una mano de apoyo en el hombro de su compañero. Vegeta dio un paso al frente, deshaciendo el contacto.
-Suerte.
El príncipe saiyan soltó un bufido sarcástico.
-Hablas como si la necesitara.
Ambos saiyans intercambiaron una última sonrisa, antes de que Vegeta saliera por la ventana.
-Yo te enseñare el camino.-Se ofreció Kibito.
Shin y Goku observaron en silencio como sus compañeros volaban en la dirección contraría de Gohan y el ancestral Kai, alejándose a gran velocidad. Cuando sus figuras, siendo poco más que dos puntos negros en el horizonte, desaparecieron por completo, el peli-blanco se giró hacia el de mayor altura.
-Será mejor que volvamos. Tu hijo se preguntara porque nos demoramos tanto.
-Claro…Shin.
-¿Sí?-Preguntó volteándose hacía él, ya que le había dado la espalda.
-Gracias.
-No me lo agradezcas todavía…No hasta que no acabemos con ese monstruo de Majin Boo.
Juntos se marcharon volando por la ventana. Durante el camino, Goku disfrutó de la mágica sensación de que su cuerpo se alzara del suelo, desafiando a la gravedad y desplazándose a gran velocidad por el cielo, venciendo el viento a su paso. Ahora entendió cuanto había añorado el poder volar.
Cuando llegaron, Kibito ya se encontraba allí, descansando con la espalda apoyada sobre el grueso tronco de un viejo árbol. El viento removió las pobladas hojas de tonalidades verdes y marrones, zarandeando la sombra que bañaba al dios.
-Hola.-Saludó el joven de piel violeta a su amigo, que contestó con un movimiento de cabeza. Ambos amigos se enfrascaron en una animada conversación.
Goku contemplo con una sonrisa divertida como su hijo estaba sentado con las piernas cruzadas sobre aquel césped color esmeralda, ya algo exasperado, frente al sabio dios, que continuaba con el ritual para despertar sus verdaderos poderes, la energía que poseía en su interior.
Sin embargo, el anciano no había escarmentado, y continuaba distrayéndose (aunque según él estaba totalmente centrado) con otra revista, que no tenía ni idea de donde la había sacado.
Habrá usado sus poderes…O ¿Quién sabe? Igual tiene un almacén repleto de revistas, En fin…El saiyan no le dio más vueltas al asunto y volvió a acomodarse bajo la sombra de aquel frondoso árbol, posando las manos tras su cabeza.
Abrió un ojo al sentir como algo revoloteaba cerca de su oído. La pequeña mariposa, de un resplandeciente color plateado, pasó aleteando suavemente frente su rostro y, tras juguetear en el aire, haciendo elegantes piruetas, salto de flor en flor, hasta posarse sobre una flor que destacaba notablemente del resto, quizás por el cegador amarillo intenso que lucía. Sobre la cual, alrededor del tallo, se enroscaba en espiral otra flor algo más pequeña, del mismo color que el cielo.
Los pétalos de las dos flores, sobrepuestas una sobre la otra, entremezclaban sus colores formando uno distinto al recaer un rayo de sol sobre ellas. Si prestabas atención, notarias que, azul y amarillo se unían, fundiéndose el uno con el otro, para formar un hermoso color jade. Curiosamente, Goku pensó que formaban exactamente el mismo color que los ojos de Gohan cuando ascendía a super saiyan.
(1) En uno de los capítulos anteriores, cuando Vegeta acababa de adentrarse en el subconsciente de Goha, el anciano Kai uso su manga de pañuelo, dejándole un pequeño regalito. ¿Lo recordáis?
Bueno, pues al fin he terminado la historia, la verdad es que he tardado mucho más de lo que esperaba pero…¡Se acabó!
Ya se que la historia no es ninguna maravilla, y no estoy realmente orgullosa de haberla escrito…¡Pero si que me enorgullece haberla terminado!
Algún día, espero escribir algo que realmente valga la pena…Pero por ahora me conformo con poder decir: Yo he terminado una historia al completo. (No muy larga pero completa al fin y al cabo)
Sobre todo gracias (Y lo digo de verdad) a cada persona que le ha dado una oportunidad a esta caprichosa idea, y me ha incitado a continuarla. Sin vosotros, creo que no la habría terminado.
¡Gracias!
Para aclarar, después de esta historia todo ocurrirá al igual que la serie, no me he planteado cambiar esa parte.
¡Saludos!