Nombre: Ojos verdes.
Estilo: Drabble.
Orden: 9.
Personajes: Orihime Inoue, Ulquiorra Cifer.
Basado en: Bleach, escrita y dibujada por Kubo Tite sensei.
– Abuela, no sé qué hacer – la joven adolescente de cabello negro y largo se sentó sobre la mesada de la cocina. Su bis abuela, una mujer mayor de ojos grises y cabellos blancos, recogidos en un rodete, la miró fijo a los ojos y sonrió. – Es difícil – dijo y sus ojos verdes comenzaron a brillar con ardor. – ¡No puedo decidirme! – gritó ofuscada y llevó sus blancas manos a su rostro. El cabello azabache cayó sobre su cara y soltó un gruñido. La anciana dejó la cuchilla sobre la tabla de madera donde estaba picando cebollas y se limpió las manos con un repasador.
– ¿Qué es lo que sucede? – preguntó. Su voz era dulce y serena. La joven la miró, compungida.
– Hay dos chicos que me gustan mucho – afirmó con timidez y se sonrojó. – Seguramente tú nunca hayas pasado por esto – protestó, dándose cuenta de que no era un tema para hablar con su abuela. Pero, la mujer sonrió y cerró sus ojos por un momento.
– ¿Por qué piensas que no pasé por eso? ¿Por que soy vieja? – la miró fijo, sin dejar de sonreír. – Cuando tenía quince años, estaba enamorada – la anciana se acercó a una silla de tapizado blanco que estaba junto a una pequeña mesa y se sentó, con cierta dificultad. Sin dejar de mirar a su bisnieta, continuó su relato. – Él era de mi clase – la jovencita no entendía demasiado lo que su abuela quería decirle, pero la escuchaba atentamente. – Era muy agresivo, ¡todos le temían! – soltó una pequeña carcajada y la joven sonrió. – Creía que él era el único en el mundo que me haría feliz. Sólo verlo bien me producía una alegría inmensa
– ¿Hablas del abuelo? – preguntó, inocentemente.
– No – la anciana contestó inmediatamente. Volvió a sonreír ampliamente y sus ojos se perdieron en los verdes de su nieta. – Él tenía los ojos más extraños que jamás había visto. Eran como verdes témpanos de hielo. Me miraban intensamente, pero no demostraban absolutamente nada
– ¿Cómo te enamoraste de él? – preguntó la joven, incrédula. – Si te miraba así, no entiendo cómo te fijaste en él
– Si, era frío y tampoco le importaba nada de mi. Cumplía órdenes y si le hubiesen ordenado matarme, lo habría hecho – la chica se sorprendió. – Pero, sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, comenzó a interesarse en mi. Me cuidó, me escuchó y aprendió a conocerme – hizo una breve pausa y miró a su nieta. – Acércate un momento – le pidió. La joven se acercó y se agachó frente a su abuela, sin dejar de mirarla. – Tienes sus ojos – le dijo, la chica sonrió. – Tienes los mismos ojos con los que me miraba en el momento en el que me entregó su corazón – tragó saliva sin poder evitar que un nudo se formara en su garganta. Los ojos de la chica se llenaron de lágrimas. – Aún no sabía que lo amaba – continuó, llevando sus manos al rostro de su bisnieta. – Y todavía pensaba que estaba enamorada de Ichigo – lo nombró por primera vez. – Para cuando me di cuenta, era demasiado tarde – cerró sus ojos y suspiró, intentando tragar su angustia. Abrió los ojos y volvió a sonreír tristemente.
– ¿Demasiado tarde? – preguntó la chica sin entender nada.
– Mi niña, tu corazón decidirá cuál de los dos es el correcto. Creéme que es así – soltó su cara.
– ¿Qué pasó después? ¿Te quedaste con el de ojos verdes? – preguntó sin saberlo realmente.
– Sólo me quedé con su corazón – se acercó a la joven y le dio un fugaz beso en la frente.