Primero que nada, no saben cuan emocionada aun estoy por todos los comentarios, favorito, y alert que ha recibido esta historia… en verdad estoy muy complacida TwT no saben lo feliz que me hacen! Muchas gracias a todos!¬/w/¬
Segundo que nada XD, mi laptop esta semana ha estado algo malita (quiere prender cuando le da la gana ¬.¬U) así que voy a mandarla a revisar para ver q pasa, así que como no sé cuando pueda volver a escribir, subo hoy la conti (y algo larga gracias a la carga de inspiración que recibí w)
Maga y Tatly, les dedico este cap ya que ambas me ayudaron (indirectamente XD) ha hacerlo w
Sé que se me habia olvidado antes, pero…
Disclaimer: Naruto y sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto
Ahora si los dejo con el cap
Capitulo 2
El Monstruo y La Flor
Mientras él succionaba, ella hacía lo posible para no quejarse de tal extraña sensación, sujetándolo fuertemente de un brazo, y comprobando que aunque intentara con toda su fuerza quitárselo de encima, seria en vano. Fue justo cuando empezó a sentirse sin éstas que Sasuke la soltó, limpiando después su herida y los rastros de sangre con su lengua, para finalizar dándole un casto beso sobre los dos pequeños hoyuelos que le había hecho con sus colmillos, en el cuello.
-Tu sangre posee un sabor realmente delicioso –asegura en un susurro, que hasta lo sorprende a él por la veracidad de sus propias palabras. Y es que aun para ser una humana, la sangre de Sakura sobresalía de la normal. Era algo… muy curioso.
-Me alegro de que haya quedado satisfecho –sonríe débilmente antes de tambalearse un poco, y ser sujetada por él.
-Ahora eres tú la que debe descansar –ordena al vez de sugerir, mientras se agacha un poco y la carga entre sus brazos, para llevarla a su cama –así que duerme otro poco.
-Pero ahora no quiero –refuta débilmente, además de mostrarse algo ruborizada por ser cargada y estar tan cerca del pelinegro -… aun no le he dicho a Tsunade que tengo un invitado, y tengo muchas cosas que preguntarte, quiero conocerte… yo –se le empieza a quebrar la voz y a aguársele los ojos, mientras le pone una mano sobre su pecho, como si con eso fuese a evitar que la dejara.
-No temas, estaré aquí cuando despiertes –acierta con la preocupación de la chica, al interpretar sus gestos –por lo menos por ahora no me iré, necesito ocultarme por un tiempo, y si tú me quieres aquí, mejor para mí –responde serio y despreocupadamente.
-Genial –sonríe satisfecha, mientras la recuesta en la cama –entonces ¿seremos amigos? –le pregunta cuando la arropa, para después él sentarse frente a ella a un lado del colchón.
-Hmp –sonríe hacia un lado, para después voltear un poco su cara por un momento, evitando la mirada de ella –…supongo que ya somos amigos, pequeña –dice mientras choca los dedos índice y medio en la frente de la pelirrosa, para después revolverle despreocupada y tranquilizadoramente sus cabellos. Sakura solo le muestra una tenue, pero sincera sonrisa, antes de caer rendida ante el sueño.
Mientras la chica dormía, el azabache aprovecho para terminar de vestirse, y ahora observaba detenidamente el respirar de la chica. Ella dormía tan tranquilamente al lado de él, a pesar de que éste fuese un monstruo que podía matarla en apenas un segundo si quisiese, con tan solo un movimiento, o devorarla sin que ella pudiera defenderse o simplemente gritar por ayuda. No. Estaba ahí a su lado recostada a sus anchas, y por el contrario de temerle o mostrar alguna clase de apatía hacia él, ella quería que se quedara a su lado… que no la dejara sola.
-Al parecer la soledad es tan cruel que a veces hasta nos hace querer y apreciar la compañía de cosas terroríficas –cruzó ese pensamiento por la mente del pelinegro, concluyendo que esa era la única explicación razonable por la cual ella quería de su compañía, ya que el mismo en su niñez lo había experimentado. Ahora le pasaba a ella, aunque claro que también era diferente, por lo menos él no la había convertido en vampiro.
Volvió otra vez, después de salir de sus pensamientos, a tener los ojos fijos en el rostro de la pelirosa. Él era el causante de que ahora ella estuviera inconsciente. Casi no logró separarse del cuello de ella, bebiendo más de lo que tenía planeado beber, y por consecuencia debilitándola. Si hubiera seguido por medio minuto más, seguro la habría dejado seca.
Y esa idea no le agradaba… lo cual le extrañaba. En los años que llevaba como vampiro nunca tuvo remordimiento alguno, quizá si un poco con su primera víctima, pero nunca sintió algo como preocupación por alguna de ellas.
-Supongo que aun puedo sentir gratitud –seguía analizándose a él mismo, pero sus cavilaciones solo lograban sorprenderlo más de lo que estaba de sus reacciones, y más aún porque él pensaba que había perdido sus sentimientos humanos hace años -… o solo me identifico un poco con ella.
Repentinamente el pelinegro rió por lo bajo. Cual sea que fuese la razón, preocuparse seguía sin ser algo propio de un maligno ser como él. Le resultaba extrañamente divertido e irónico, que esa pequeña mocosa, que apenas conocía, sacara su lado humano nuevamente, después de décadas en que todo dejó de importarle, dedicándose solo a saciar hasta sus más bajos instintos.
Aun mantenía la mirada fija en ella. En verdad era una imagen tentadora, en todos los sentidos. Otra cosa que le extrañaba. Nunca se consideró pedófilo, ni en otro sentido desviado en sus gustos, pero aquella niña le resulta atrayente.
-Hmp, sí que estoy mal –piensa, acariciando sus negros cabellos, mientras muestra el tenue reflejo de una cara indignada. Que iba a hacer consigo mismo.
En ese momento Sakura vuelve a despertar, devolviéndole la paz mental que conservaba antes de que se hubiera dormido nuevamente, sacándolo por fin de sus incoherentes descubrimientos mentales.
-Buenos días –lo saluda después de estirarse –…valla, ya son las doce –se queda observando al pelinegro luego de echarle un vistazo al reloj –tu… -lo mira dubitativamente con una ceja levantada – ¿puedes salir si hay sol, o te harás polvo?
-No creas en todo lo que aparece en los libros sobre nuestra raza –dice seriamente mientras desvía su mirada hacia un lado, un poco indignado de que creyera que hubiera tal debilidad en una raza tan superior como la de él –muchas de esas debilidades que se describen en sus leyendas sobre nosotros, son solo para que las personas puedan dormir tranquilas y sin sentir mayor temor de nuestra especie, por lo mismo somos un mito. Lo cierto es que preferimos deambular por las noches, ya que no nos agrada mucho toda la luz que hay en el día, pero no nos hacemos polvo ni nos derretimos al contacto con ella –aclara.
Sakura flexiona sus piernas sobre la cama y apoya en ellas sus brazos, los cuales utiliza para recostar su cabeza de manera inclinada, para luego sonreír ante lo dicho por el pelinegro. Se mostraba muy orgulloso, no solo por ser de una raza diferente, y a ella le agradaba estar empezando a descubrir más sobre la personalidad de su nuevo amigo.
Mientras el joven observa curiosamente la expresión que adopto la chica de la nada, cuando de repente se escucha un gran gruñido en la habitación.
-No sé cómo puedes estar tan sonriente, si tienes hambre… -le hace comentario de manera indiferente, mientras la cara de la chica se colorea rápidamente de rojo.
-¡Es que ayer no cene! estaba muy entretenida como para comer… ¡y aun no he desayunado! –Se excusa mientras se levanta para dirigirse a un closet, y sacar de él un vestido de color azul cielo –vuelvo en un momento –es lo último que dice antes de desaparecer tras una puerta. No han pasado ni dos minutos cuando vuelve a la habitación, ahora trayendo puesto el vestido que agarro, después de cambiarse en el baño de su cuarto. Fue a un estante de madera que había en el cuarto, y de una de las gabatas sacó un listón blanco, el cual se amarro alrededor del cuello con un lazo, cubriendo la marca de que había dejado el pelinegro en su cuello –Ahora si podemos bajar, y así presentarte a Tsunade –le hace una señal con las manos para que vaya con ella junto a otra puerta de madera.
-Hmp –es lo único que sale en respuesta de sus labios, para luego comenzar a caminar hacia la dirección señalada, y no de muy buena gana.
Al azabache no le hacía gracia tener que socializar con otros humanos mientras durase su estadía en la mansión, pero si quería quedarse por un tiempo escondido en aquel lugar, simplemente debía hacerlo, y solamente lo necesario.
-Ahora que lo pienso –interrumpe el momento de silencio la pelirrosa, mientras se acerca una de sus manos a la boca para luego susurrar -¿los vampiros también se alimentan con la comida de los humanos o solo de sangre?
-Podemos comer lo que sea, pero nada realmente nos alimentará a excepción de la sangre –responde con su seriedad ya común y de manera desinteresada.
-Entonces… ¿desayunarías conmigo? –pregunta algo emocionada.
-Hmp –sonríe de medio lado el pelinegro, cuando la chica le expone sus planes.
-Lo tomaré como un sí –sonríe también ella, satisfecha -… y… ¿ustedes solo beben sangre humana o también beben la de otros animales? –trata de sacarle conversación, aunque también le intrigaba esa pregunta.
-Preferimos la humana –contesta concisamente, pensando que a ella no le sería grato que él profundizara en aquel tema.
-Mmm, ya veo –dice un poco seria, y con la mirada perdida en sus pensamientos, cuando repentinamente detiene su andar –…entonces si has matado a otras personas –afirma con un semblante agachado y un poco triste.
Sasuke se había adelantado a unos pasos de ella, para luego también detenerse, y se voltea para verla con una mirada sombría.
-Ten siempre presente que tú y yo no somos iguales, y que por el hecho de que haya aceptado ser tu amigo, no significa que algún día no se me ocurrirá matarte –sentencia con un tono inexpresivo, mientras se empieza a acercar a ella y sin dejar de mirar detenidamente sus reacciones -… por el hecho de que haya aceptado ser tu amigo, no significa que ante mi dejes de ser un ser débil, de corto periodo de vida y una fuente de alimento –se acercó tanto a ella que ahora ladeo un poco la cabeza para hablarle directamente al oído –quizá solo fue la parte humana que aún queda en mi la que quiso tener una amistad con un ser igual a lo que alguna vez fui… pero eso no significa que un simple humano pueda ser amigo de algo a lo que a él le resulta peligroso el tan solo estar a su lado… un humano no puede ser amigo de alguien a quien él considera un monstruo –terminó con aquel tono frio y sin emoción con el cual había empezado.
La pelirrosa permaneció estática, mientras el pelinegro seguía observándola, pensando en todas las cosas que le había dicho, y después de que él terminara, reinó por un minuto el silencio entre los dos.
-Yo… -comenzó en un tono bajo y algo entrecortado –yo no creo que seas un monstruo –lo defendió de sus propias acusaciones.
-Sabes muy bien que ni tú misma estás segura de eso –la contradice –…esta mañana casi te mato.
-¡Pero no lo hiciste! –Se voltea un poco para enfrentar su mirada oscura, mientras que la de ella está a punto de brotar en lágrimas –… tu no me mataste.
-Nada te asegura que no lo haré en un futuro –la desafía, desviando su mirada.
-No me matarás, lo sé –asegura ella – ¡Me arriesgaré! Sin importar que algún día lo hagas o que tú también me abandones –rompió a llorar cabizbaja, mientras se aferraba a una manga de la camisa del joven, quien ahora la observaba nuevamente.
Se había quebrado ante él. No pudo guardarse más ese sentimiento de desesperación que siempre estaba presente en ella, y más aun ahora cuando a su lado se sentía más vulnerable.
Sasuke sin embargo, no sabía cómo había terminado acabando en la situación actual, ya que sin siquiera pensarlo y por puro impulso, la rodeo con sus brazos y la cargó hasta su altura para poder abrazarla adecuadamente, y no podía soltarla… no quería soltarla. La más pequeña, sin embargo, al principio no le correspondió ya que estaba sorprendida por la acción del pelinegro, aunque no más que él mismo, pero después si pasó sus delgados brazos por encima de los hombros del joven, para aferrarse a él.
No le gusto verla sufrir. Definitivamente la imagen dolida de aquella chica con olor a cerezos no le agradaba para nada, hasta llegaba a… ¿molestarle? aquella expresión de tristeza en su rostro.
-…No lo entiendo –susurra repentinamente el pelinegro, captando toda la atención de la chica -… solo eres una simple humana, otra de la que he comido –termina secamente, para dejarla en el piso, y seguir su marcha por el pasillo –…vamos a desayunar –prácticamente ordeno al notar que su compañera siguió inmóvil, y que al instante lo siguió, para luego de alcanzarlo adelantársele un poco, y guiar el camino.
¿Sería porque ella le recordaba a él cuando fue niño que sentía esa necesidad de protegerla y apatía de ese semblante que antes le mostró? Aun si fuese por eso, Sasuke Uchiha nunca actuó de tal manera consoladora ante una mujer que no fuese su propia madre.
¿Le había molestado lo que le dijo hace un momento? ¿Se había molestado con ella por haber llorado tan infantilmente delante de él? Eran las preguntas que perturbaban a la pelirrosa mientras caminaban hacia el comedor de la mansión.
-…Debe estar molesto conmigo por mis niñerías –Pensaba luego de mirarlo de reojo y fijarse en que el rostro del joven seguía más serio de lo normal.
Al bajar las escaleras del salón principal, una hermosa mujer rubia con ojos color miel y grandes atributos, se les acercó.
-Iba a ir ahora mismo a tu cuarto a despertarte, Sakura –dice en forma de saludo.
-Buenos días, Tsunade –sonríe algo al apenada –disculpa que no me levante antes para tomar el desayuno, es que me acosté algo tarde tratando las heridas de Sasuke –se excusa, mirando al azabache –hoy ya amaneció un poco mejor, así que lo invite a que almorzara conmigo el día de hoy.
-Pero el pobre aun se ve muy pálido, ¿estás segura de que puede bajar a comer en su estado? Tengo entendido por Shizune que anoche perdió mucha sangre –duda la ojimiel.
-Oh descuida, el es una persona de piel muy blanca, así que no tiene que ver –asegura divertida por el comentario –A propósito Tsunade, ¿puedes prepara una habitación para él? Es mejor que se quede en la mansión hasta que se recupere por completo.
-Está bien, prepararé un cuarto luego de que ordene de servirles el almuerzo –dice mientras observa de manera atenta al joven de tez blanca, como si lo estuviera analizando con la mirada –por favor, acuérdese de avisarle a sus tíos de la presencia del joven en la mansión, no quiero que hayan inconvenientes después, y sinceramente no me termina de convencer de que, en la casa de una señorita como usted, se reciba de la nada a un forastero, que apareció en una noche lluviosa repentinamente y de forma sospechosa –le expone a la pelirrosa con una sonrisa forzosa y un pequeño tic en el ojo.
Era claro de que a Tsunade no le agradaba mucho la presencia de Sasuke en la mansión, y para mejorar, la cara seria y de pocos amigos que este siempre mostraba, no ayudaría a hacerla cambiar de opinión. La verdad es que el azabache, además de resaltar en la vista de los demás por ser tan guapo, resaltaba por esos poco comunes rasgos físicos y su personalidad tan indiferente, y eso a la rubia no le daba mucha confianza.
-No te preocupes –trata de calmarla la más pequeña, con una gotita en la cabeza sabiendo en verdad que si debía preocuparse de su compañero ya que resultaba ser un vampiro –él solo se quedará aquí por un tiempo, así que déjame disfrutar un poco que tengo visita –sonríe con algo de emoción.
Eso fue lo que dio en el clavo para que la rubia aceptara que el pelinegro se quedase. Ella misma no podía estar con Sakura todo el tiempo, ya que además de cuidarla, la familia Uzumaki también le había encargado incluso antes de eso, el cuidado de los cultivos de uvas, que se encontraban en los terrenos de al lado de la mansión, y la producción del vino con estos. Ni siquiera Shizune, que era la sirvienta en la cual la pelirrosa únicamente confiaba, podía estar mucho tiempo con ella porque debía atender sus deberes en la mansión.
-Está bien –se resigna ante el querer de la pequeña, ya que igualmente si el forastero quisiese hacer algo indebido, ella misma se encargaría de ponerlo en su lugar antes de darle tiempo de hacerlo.-Bueno, ahora vengan a comer –los acompaña al comedor, no sin antes dirigirle una última mirada amenazante al pelinegro, quien solo permaneció en silencio y ni se inmuto durante toda aquella conversación.
Ya ambos estaban sentados y comiendo en la grande y elegante mesa de madera cuando Tsunade se fue, cada uno en cada extremo de esta, y sin decir palabra alguna.
-Aun debe seguir molesto conmigo… -seguía pensando cuando terminaron de comer –y… ¿Qué tienes planeado hacer el día de hoy? –trata otra vez de sacarle conversación, pero esta vez intentando que no pasase igual que recientemente.
-Evitar el contacto con otros humanos y el del sol, hasta que anochezca –expone sus objetivos, tan simples y raros, tal y como él es.
A la chica le divirtió su itinerario, pero por causa de aquel, ahora tenía un leve sonrojo al haberlo analizado bien.
-No quiere estar con otros humanos –sonríe complacida –por lo menos ya sé que mi presencia para él no es una molestia.
-¿Y tú qué quieres hacer? –preguntó, al ahora mirarla sonriente.
-Mmm… bueno, podríamos ir un buen rato a la biblioteca –sugiere -¡oh! Y después podemos ir al jardín con flores –se le iluminan los ojos –tiene una parte con árboles frondosos en la cual puedes estar cómodamente bajo su sombra mientras recojo algunas flores. Además pega una brisa estupenda, ya que estamos al pie de la montaña.
Aquello sonaba bien, así que sin ningún problema, ambos se levantaron de sus respectivas sillas y se fueron a cumplir con lo planeado.
Llegaron pronto a la biblioteca, y el joven quedo algo sorprendido por el tamaño de esta, ya que, aunque fuese una lujosa mansión, aquella era tan ancha como dos cuartos, quizá un poco más, y las estanterías estaban repletas de libros.
-Al parecer pasas mucho tiempo aquí –le comenta al notar un sillón individual que estaba al lado de una mesita con una lámpara y unos cuantos libros apilados sobre ella.
-Bueno, es que me gusta mucho leer y me mantiene entretenida –confiesa algo apenada –en este estante están los libros con todo lo relacionado a la biología, y algunos de medicina. Por allá están los de fantasía y mitología, y al lado de estos, hay novelas de todo tipo –seguía emocionada, pero se detiene, aun más apenada al darse cuenta de su repentino entusiasmo –eres libre de leer cualquiera.
Esa biblioteca estaba llena de libros, algunos pocos fueron comprados por ella misma cuando era más pequeña, pero la mayoría fueron un regalo de sus tíos cuando se mudo a la mansión, y aun siempre de vez en cuando recibía de ellos y de su primo. Por eso tenían tanto valor para ella, ya que se sentía a la vez más cerca de ellos cuando los leía, sabiendo que ellos también los habían leído. Casi siempre le dejaban algo escrito en la primera página, que por muy simple o tonto que pudiese llegar a ser, le encantaba. Algunas veces, también le enviaban entre las páginas un nuevo marca libros.
-Leíste de alguno de estos libros cosas sobre nosotros, ¿verdad? –pregunta con el seño un poco fruncido.
-Si… ahora está en mi habitación –le comenta algo sorprendida -¿quieres leerlo?
-Quería saber que más blasfemias escriben sobre nosotros –le expone, mientras agarra un marcador que se encontraba en un escritorio –y corregirlas –termina con su tono despreocupado, como si no tuviera nada mejor que hacer.
-¡Oh! Ahora que lo mencionas, ¿es verdad que la debilidad de los vampiros son las cruces, el agua vendita y cosas de ese tipo? –interroga con duda.
-Nunca le diría a una mocosa como tu mis debilidades –la mira de manea irritada, pero sin dejar de ser seria –también tacharé todo lo que digan al respecto, aunque la mayoría sean sandeces.
La pelirrosa se ríe un poco por la actitud y reacción del pelinegro, pero luego se va enseguida con él devuelta a su cuarto para buscar dicho libro, y así después dirigirse al jardín trasero.
El azabache se sienta en un lugar con sombra, apoyando su espalda en el tronco de uno de los arboles, para luego ponerse en su labor de corrección. Mientras la chica de ojos color jade se aleja un poco de su acompañante hacia la zona más iluminada, para así ponerse en busca de flores, que luego guidaría en la cesta que había traído consigo de su habitación.
El joven trato de numerosas veces de concentrarse en su lectura, pero la imagen de la pequeña divirtiéndose mientras correteaba entre aquella diversidad de flores, tirándose sobre la yerba y jugando a atrapar a algún pajarillo, captaba toda su atención. Fue cuando por fin había logrado concentrarse un poco en su labor, que Sakura se le acercó, haciendo que tirase a la basura todo el esfuerzo que había empleado para no entretenerse mirándola.
-Es para ti –le dice cuando llega a su lado, mientras le muestra un tulipán rojo –cuando germinen mis rosas serás el primero en tener una –asegura sonriente, pero enseguida su cara se entristece -…gracias por lo de antes, y discúlpame si algo que dije te hizo molestar –termina, evitando su mirada, luego de que el pelinegro toma la flor, para después correr hacia donde se encontraba antes.
-Así que eso le preocupaba – sonrió para sí mismo de medio lado, por el detalle que tuvo la chica con un monstruo como él.
Una vez más, guiado por sus instintos, dejó el libro a un lado y se levanto, empezando a caminar hacia el lado iluminado del prado de flores, en dirección a la pelirrosa, que ahora se encontraba dando vueltas por el césped, con los brazos estirados, bailando. Al llegar rápidamente hasta ella, agarra una de las manos de la pequeña en el aire, para luego ser él mismo quien la haga girar. La más joven en un principio no cree que sea verdad lo que está pasando, pero luego de asimilarlo, y que su acompañante le dedicara una media sonrisa divertida, se relaja aun más de lo que estaba antes de que él se le acercara, y le sonríe también.
-Pensé que el sol no le agradaba a los vampiros –le hace comentario a lo anterior dicho por él.
-El sol no nos gustará –reafirma lo que antes dijo –pero estar ahora bajo él, extrañamente…me resulta grato –termina en su peculiar tono, aun sin comprender exactamente que estaba le estaba pasando.
Ya saben, comentarios, sugerencias, criticas… de todo me pueden escribir, con tal de q sea de buena manera! Acepto lo que sea!
me encantaría que me hicieran saber lo que opinan, tanto para mejorar, como para saber que vale la pena seguir escribiendo y saber que lo hago para alguien :D
Gracias por leer y darle una oportunidad a este fic (:
p.d: disculpen si hay errores ortográficos… esta vez admito que no me faje tanto en la corrección, y ahora me encuentro despierta a tardías horas de la noche y hoy (son más de las doce en mi pais) tengo que ir al cole… pero igualmente no creo que hayan muchos si los hay