Cap. 2: La decisión de Leo

Leo POV:

Hacía varios días que no veía a Ella, no podía creer como había elegido a un simple humano como aquel en vez de mí; no pude contener la triste e enojo que tuviera por lo que había pasado. Aunque igual iba a seguir cuidándola hasta que Jamón dijo que ella no me quería más cerca y que preferiría que otro sea su guardián; al principió me negué, aunque ella no quisiera yo la cuidaría, no podía estar un minuto o segundo sin ver a mi querida y adorada profeta aunque no la tuviera podía soñar que algún día ella volvaria a mi; no pude contener la triste y el enojo que tuve por lo que había pasado. Aunque igual iba a seguir cuidándola hasta que Jamón dijo que ella no me quería más cerca y que preferiría que otro sea su guardián; al principió me negué, aunque ella no quisiera yo la cuidaría, no podía estar un minuto o segundo sin ver a mi querida y adorada profeta aunque no la tuviera podía soñar que algún día ella volvaria a mí.

Había decidido dejarla vivir en paz, sin molestarla. Si ella deseaba no verme mas, yo lo cumpliría aunque me estuviese muriendo lentamente…Desde ese entonces mi personalidad había cambiado demasiado, había perdido mi confianza en mí mismo, lo arrogante que era se había borrado. Y lo más importante era que había perdido mi lugar entre los vampiros, es decir antes tenían miedo de acercarse y hablar, pero ahora cualquier insecto se burlaba.

-como el más fuerte de los vampiros, el mejor sin hacerme la gran cosa. Cayó en este pozo sin fondo, donde no tengo una salida. Me acuerdo antes de conocer a esa persona, era el mejor me sentía como si nadie podía derrotarme; confiaba en mi y ningún vampiro débil se burlaba de mi.

En mis ojos se veían la fuerza que tenia, no como ahora que había perdido todo mi brillo. Tenía una solución olvidarme de ella, y seguir mi vida pensando que ella nunca existió. Ahora que estaba Carmel, podría olvidarme de todo y seguir jugando con ella, como siempre había pasado- decía en voz baja para poder darme fuerzas.

Había ido a tomar algo al bar que siempre íbamos todos los vampiros; allí estaba "mi salvación", la que haría que me olvidara de mi sufrimiento y volvería hacer como antes. El Leo que me encantaba ser, no este. Me acerque a ella y rodee con mis brazos.

-hola hermosa- dije mientras le daba una pequeña sonrisa a secas

-tanto tiempo. No olvide que tú me traicionaste y me encerraste el espejo, pero era verdad eso que el famoso y temible Leo se había hecho pedazos; por eso te perdonare- dijo mientras se mojaba los labios y ponía sus brazos en mi cuello

Al escuchar lo que me había dicho, hice una mueca como si fuera que no me importaba nada y intente besarla pero ella no me dejo, lo cual se movió y bese su mejilla.

-no seré la chica patética que viene a consolarte solo cuando estas mal y después me apartas- dijo mientras ponía una sonrisa juguetona.

-ya te has olvidado nuestro juego- dije intentando besarla pero ella seguía negándose

-aparte la niña te está buscando, le ah preguntado a Jamón en donde te metiste. Que quiere hablar contigo- dijo riéndose

-es demasiada tarde- dije mientras me apartaba y me sentaba. Una parte de mi quería verla pero la otra que era más fuerte pensaba "ella te izo de todo Leo, recién te estás recuperando de todo el daño que te izo". Pude sentir como Carmel se sentó al lado mío.

-así que parece que vas enserio, de olvidarte de Ella- dijo mientras me dio un pequeño y rápido beso. –Hablando de ella, mira quien aparece- dijo gozando el momento.

Me quede duro, hasta que por fin pude darme cuenta que recién entraba y despacio venia hacia donde estaba, no sabría qué pasaría pero estaba seguro que no me iba a contener. Iba a escuchar lo que tenía que decir y después me iría, no tenias ganas de estar escuchando de lo bien que la estaba pasando con aquel simple humano, y que a mí me quería como un simple y patético amigo, yo no lo aceptaría.