Gracias a todos los que leyeron este fic y espero que los haya entretenido un poco.
11. Vivir
Harry caminaba de un lado para otro con James en brazos; el bebe dormía mientras su padre se desesperaba mas.
_ Dragón cuanto más puedes tardarte cambiando a Albus.
_ Lo que se necesite para que Etamin, este perfectamente presentable, no quiero saber como vestiste a mi pobre Aldhibain.
_ ¡Oye! En mi día libre yo te ayudo con ellos.
_ Y lo agradezco… pero el sentido estético de mis niños no te lo agradece.
_ Eres…
_ Si, cariño mío ¿Qué soy?
_ Mí amado esposo… aunque me desesperes.
_ Yo también te amo, y como recompensa por ser paciente te digo que ya estamos listos; aunque pienso que dejarles más tiempo de intimidad a nuestros padrinos, seria mejor.
_ Lo siento pero no puedo estar más tiempo sin saber de Sirius.
_ ¡Potter solo han pasado unas horas!
_ …
Draco negó pero se encamino a la chimenea, donde Canny los esperaba con la pañalera de los niños; lista y reducida, Harry la tomo y se la metió en el bolsillo luego aferro a su bultito y lanzo los polvos.
_ ¡Casa Snape!
Sirius tomaba su almuerzo, cuando la figura de su ahijado tambaleándose apareció; el mayor sonrió, los años pasarían pero su Prongsy no cambiaria, la figura rubia fue la siguiente en aparecer por la chimenea pero esta para su desgracia llego con elegancia; Sirius llamo a Tevie y le pidió servicio para sus visitantes, Harry camino rápido hacia el animago y se sentó a su lado, este lo observo y sonrió feliz; Draco saludo con cortesía.
_ Draco se que esto tal vez te moles… -el rubio lo interrumpió.
_ No Black; entre nosotros no es costumbre inmiscuirnos en la felicidad de otros; sea como sea y con quien sea.
_ Bueno… pues… gracias.
_ ¿No son raras estas serpientes?
_ Supongo que para ti Harry; los que no somos como muéganos entramos en la categoría de extraños.
_ Si, Draco tiene razón Prongsy; ahora dame acá a ese pequeñín y almuerza conmigo, creo que Tevie podrá cargar a su hermanito para que tú comas Draco.
_ No, es necesario Black para eso estoy aquí, dame a esa preciosidad, ahijado.
_ ¡Severus!
_ ¡Padrino!
_ No se por que se extrañan aunque no lo crean yo vivo también aquí.
_ Sev, ellos no sabían que habías salido.
_ Cierto Sirius.
_ ¿Fuiste a trabajar Padrino?
_ No Draco, fui a… renunciar.
_¡Renunciar!
_ Si, digamos que mi futuro esposo, trabajara desde casa para no dejarme solo y…
_ Ya Sirius, yo continuo
_ Ahm, me quitas la diversión –el pocionista, se sentó junto a su pareja y lo beso levemente.
_ Como dice este comunicativo hombre, renuncie. Pero no me aceptaron la renuncia y pues como me sentí mal pues ellos contaban conmigo, les ofrecí que trabajaría para San Mungo pero aquí en casa, no pretendo pasar ni un solo minuto lejos de este atractivo hombre.
_ Te traigo muerto.
_ Oh cielos, me traumaran de por vida.
_ ¡Harry! si tú eres peor cuando…
_ Prueba la tarta de frambuesa Draco, amor.
La sobremesa fue muy animada ya que, las felicitaciones para Draco por pasar sus EXTASIS -por correspondencia-y graduarse. Fue uno de los puntos principales, Severus le ofreció que fuera su discípulo y Draco casi -casi- grita de entusiasmo; no en vano el ser el aprendiz del mejor pocionista de la actualidad era una gran recomendación y éxito seguro.
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La recuperación de Sirius era lenta; pero este disfrutaba enormemente los cuidados de Severus y las visitas de su ahijado y un tímido Remus, a pesar de que ambos hablaron con el Lycano y le remarcaron que no tuvo culpa alguna; este aun se sentía un poco inhibido frente a Severus; esa situación se resolvería con el tiempo y la convivencia.
Johan Blair les visitaba puntualmente, para corroborar los avances de los dos, claro que una prueba irrefutable -de que la depresión de Sirius había remitido- era su lustroso cabello negro con destellos azules que lo atestiguaba; Blair aun no lo daba de alta; las fechas de consulta se distanciaron después de la muy -pero muy intima- boda de los dos pacientes; los ahijados de ambos y los hijos de estos; con Remus y su esposa fueron los únicos invitados, Blair no pudo asistir ya que casualmente aun consolaba a Hugh de su rechazo amoroso.
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Una noche cuatro meses después, aun con el recuerdo fresco, del tacto de los bebés Potter Malfoy en sus brazos, Sirius esperando a su amante, tomo una decisión, el contacto físico con su pareja ahora era indispensable, cuando Severus lo abrazo para guiarlo al baño, y lo metió en la bañera se aferro a el, las pieles se tocaron y los besos no esperaron; las manos recorrieron las fuertes y definidas formas masculinas. Sirius se recostó y abrió las piernas dándole espacio a su amante, Severus acepto y ayudado por el agua le preparo con delicadeza, cuando se adentro en Sirius este no sintió mas que placer, el empuje de las caderas del pocionista era cadencioso y se acoplaba a los sinuosos del animago; el orgasmo los golpeo; pero no se detuvieron, siguieron hasta que su resistencia fue vencida.
Ya limpios y vestidos se acostaron para descansar, Sirius tomo una de las manos de Severus y la coloco sobre su vientre.
_ Este es el primer abono de mi deuda contigo; pero también es uno de los eslabones de la cadena de nuestro futuro.
_ No entiendo.
_ Las familias mágicas mas antiguas como los Malfoy tiene la posibilidad de que los hombres procreen, y los Black somos mas antiguos que los Malfoy.
_ ¡Pero Sirius no estas del todo recuperado! ¡Esto es ponerte en peligro!
_ Oh cielos Snivellus, para eso eres una eminencia en pociones, tu hijo y yo necesitaremos toda tu pericia para salir adelante.
_ ¡Oh Dementores! ¡Y lo hare, por los cojones de Merlín que lo hare!
Entre besos suaves y abrazos Severus, perdono y fue recompensado por su merodeador, sabían que con su edad y la debilidad de Sirius no seria fácil; pero ahora estaban los dos para ese bebé y darían su vida por tenerlo entre sus brazos y protegerlo, el sublime recuerdo de Eileen les daría fuerza.
La noticia fue bien recibida pero con algo de preocupación, Harry busco al mejor especialista en Obstetricia -la fama de héroe a veces valía para algo- y Draco se metió en cuerpo y alma en el laboratorio con Severus para crear pociones mucho mejores para Sirius.
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Una noche en que la luna brillaba en su esplendor la pareja de morenos miraba el cielo, Sirius invoco una paquete y se lo dio a Severus este lo destapo y vio que era una caja musical con una hermosa bailarina de porcelana, las finas formas semejaban a una niña de unos diez años, con precisos ojos grises y largo cabello negro y lacio, el vestido era de un perla inmaculado, y los zapatitos del mismo tono pero con cintas verde esmeralda, la piel pálida brillaba con la luz de la luna, con un pies sobre un jardín de rosas blancas y con el otro al vuelo; imitaba a un ángel echando a volar.
_ El recuerdo de que ella realmente existió… perdóname
_ No, amor; no hay nada que perdonar… a Eileen la perdimos los dos, no solo yo.
Esa noche Eileen estuvo viva en el corazón de ambos.
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Johan Blair miro al hombre frente a el, y negó rotundamente.
_ No es factible, Sirius tu no estas bien aun estas en terapia, ¿Por qué tomar esta decisión tan precipitadamente?
_ No. han sido años los que hemos esperado.
_ Tu hija aun llena tus pensamientos ¿Cómo te enfocaras en el que viene? si aun no logras superarlo.
_ Es que ese el problema Johan; tu quieres que Sev y yo olvidemos, y ¡No queremos olvidar!
_ A esto me refiero, a lo susceptibles que se ponen los dos cuando alguien menciona el tema.
_ ¡¿No lo entiendes? Ella solo nos tiene a nosotros para recordarla… por que no hacerlo; ya no hay tanto dolor… ahora con el que viene seremos capaces de dejarla descansar y verla como un hermoso recuerdo.
_ Bien, pero ¿tu no tenia algo mas que decirme?
_ Ya… yo…. Es que es difícil al ver que ya me estas cuestionando por el embarazo.
_ Y que mas puede hacer, son mis pacientes y temo que esto sea demasiado para ustedes.
_ Pues eso es lo que te quiero pedir, Severus… y buen yo también estamos un poco nerviosos, el Medimago FitzGerald, me reviso ayer y es lógico que me recomendó total reposo, mi edad, mis antecedentes y mi salud son motivos de preocupación por lo que, te quiero pedir que nos visites mas seguido…. ¡Y no como psicomago! Sino…. Como amigo, tu charla me tranquiliza…. Bueno si estas de acuerdo.
_ La relación Psicomago paciente no debe pasar las fronteras de lo personal…
_ Oh ya.
_ Pero no puedo decirle que no al esposo del hombre que me ayudo a conquistar ¡Por fin! A mi esquivo amor platónico.
_ ¡Oh! Sev me conto, tu y ¿de Cleves?
_ Si.
_ Bien por ti… y por mi.
_ Por favor Sirius ahora que te conozco –con todo respeto- bien alimentado feliz y enamorado; eres un monumento a la gallardía varonil.
_ Espero que esto sea parte de la terapia Johan, si no me veré en la penosa necesidad de Cruciarte –el ex profesor llegaba en ese instante.
_ ¡Oh Sev! ¡No asustes a nuestro amigo!
_ ¡Uf! de verdad no quisiera estar en los zapatos de tus enemigos Severus.
_ Bueno… a veces mi lado posesivo toma el control.
_ Bien, la sesión ha terminado y me voy señores pues me esperan para cenar en casa.
_ Hasta pronto Johan.
_ Si y espero tu visita…. Bueno si el Medimago de Cleves desea venir también, no veo que haya problemas ¿verdad Sev?
_ No cariño, no hay problema; creo que me tengo que acostumbrar a que me case, con un hombre sumamente sociable; además dile a ese holgazán que se pase por aquí, su opinión acerca del buen funcionamiento de las pociones es bienvenido.
_ Se lo diré; hasta luego.
La chimenea se trago a Blair, mientras el matrimonio se encaminaba a la cocina donde tomarían una ligera cena y se retirarían a dormir, ahora su vida intima se reducía a felaciones y masturbaciones mutuas, pues el reposo incluía la intimidad también, FitzGerald había sido muy claro con las indicaciones -y a pesar de la risita de burla de Harry-, Severus y Sirius las seguirían al pie de la letra.
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En la central de Aurores Harry tomaba los pergaminos que le indicaban su amigo y compañero.
_ Mira compadre, ya son tres los ataques y es el mismo modus operandi; Hannah y Neville fueron los últimos, afortunadamente el estaba en su casa cuando el ataque ocurrió, si ella hubiera estado sola…
_ No debemos pensar en los hubiera, hay que estar pendientes y proteger a nuestra familia.
_ Si,… ¿Sabes de los rumores?
_ Claro; pero esperaba algo como eso, ahora les es mas fácil culpar a Mortifagos resentidos, pero ¿realmente aun queda alguien?
_ Si te soy sincero, yo pensé lo mismo de inmediato pero mi mujercita me saco de mi error, la mayoría están en Azkaban y los que fueron exonerados aun están bien vigilados, además ¿por que se arriesgarían sabiendo que seria de inmediato culpados por ello?
_ Bueno es que ahora que hablamos Tú y yo, tenemos el mismo punto de vista, pero somos dos contra la mayoría de nuestros compañeros, ¡incluso el idiota de Boot me insinuó que vigilaría a Draco!
_ Si y créeme que se merecía el Babosas, que le lanzaste.
_ Sin embargo, fue el único que dijo lo que todos piensan.
_Vamos compañero, los prejuicios no se acabaran, pero no dejes que eso te afecte.
_ Lo intento Ron, me causa gracia; entre trabajar con Severus y cuidar a los gemelos, no veo como mi esposo tendrá tiempo para jugar al vengador.
_ Ya lo creo y en unos meses, Hermione estará igual.
_ Sirius es afortunado, al parecer es solo un bebé.
_ Vaya… ¿Le dirás lo que esta pasando?
_ No, es peligroso que sus nervios se alteren, se lo comentare a Snape.
_ Hay que convencer al jefe, de que investigue otras vías.
_ Si. Por lo pronto ha fortalecer las defensas y hechizos de alarma.
_ Si compañero, que todo tenemos muchísimo que perder.
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Ese fin de semana, los Potter como costumbre, estaban con los Black, Sirius tenia en brazos a Aldhibain que se había aficionado a balbucear con la barriga del merodeador, los adultos creían que el pequeño Potter sentía la magia de neonato y por eso percibía su existencia, por su parte Etamin estaba en su lugar favorito: en brazos de su papi comiendo, según los expertos ya no debería de amamantarlo, pero el heredero Malfoy lo era en todo el sentido de la palabra y era tan berrinchudo y caprichoso como esa rama de la familia, el único capaz de llamarle la atención a ese pequeñín era su adorado padrino Severus, claro que… nunca lo hacia. La conversación giraba en torno al trabajo de Harry y las visitas de este a Neville.
_ Yo no estaba de acuerdo en decírtelo Paddy, pero supongo que tu esposo te conoce mejor.
_Entiendo como te sientes cachorro, pero Severus y yo ahora no podemos guardarnos secretos, como te dije hace mucho la información es poder y el que Draco y yo estemos prevenidos -como ustedes que salen mas de casa-, es trascendental.
_ Ya lo creo Potter, y gracias por informarnos, se que el Ministerio no quería que las noticias se filtraran para que no corriera el pánico pero es mejor estar prevenidos, si les parece bien Sirius y yo lo discutimos y aprovechando que esta en su ultimo mes, espero que se vengan un tiempo para acá.
_ Padrino no queremos, abusar…
_ No Draco; al contrario yo estaría abusando de ti, ya que es mejor que este alguien de tiempo completo conmigo, al parecer no terminare el noveno mes, según FitzGerald me inducirá el parto. En menos del mes.
_ Bien siendo así, espero que estén preparados para soportar a este par de calamidades.
_ Si, bueno de hecho ya me acostumbre a ti Potter.
_ ¡Oiga!, hablaba de mis retoños.
Y con esa estrategia los Potter se mudaron temporalmente al valle de Godric, a la casa Black Snape, los rubios menores gateaban de un lado a otro sin parar y Sirius disfrutaba de su correrías, Canny y Tevie resultaban excelentes niñeros, por eso el se dedicaba a verlos jugar. Las visitas de Johan eran rutinarias y algunas ocasiones Hugh lo acompañaba, el Jefe del tercer piso de San Mungo, mostraba un pequeñísimo vientre redondeado, pero como ambos eran muy liberales no se casarían -al menos por el momento- .
_ Y bien, al parecer es el bum de los bebés, ¿No?
_ Bueno digamos que tu ahijado como buen héroe, puso el ejemplo y los demás lo seguimos, después de todo el mundo mágico es seguro de nuevo.
_ Si.
_ ¿Que pasa?
_ No es nada Johan.
_ Vamos Sirius…
_Hay algunos que no quieren la paz.
_ ¡¿De que hablas?
_ Ha habido algunos percances y los que pelearon del bando de Harry han sido heridos; aun no saben nada pero están investigando.
_ Por eso él y su familia están aquí.
_Si en parte, por otra ellos me hacen compañía cuando Severus, sale a comprar ingredientes o a San Mungo a checar al equipo.
_ ¿Y ahora quien esta?
_ Draco esta en el laboratorio y… ¿tu?
_ Bueno, no soy bueno en hechizo de combate…
_ No exageres, esta casa es segura… ¡Merlín! ¡Malditos Dementores!
_ ¡¿Qué pasa?
_ Este Black que ya quiere veniiiiiir.
El Psicomago se movilizo y conecto la chimenea a San Mungo, llamo a Draco, y este corrió por sus hijos; tomo a Aldhibain -el mas inquieto- y le dio a Etamin a Canny, Johan aferro con sumo cuidado a Sirius –quien activo una pulsera con Encantamiento Proteico, para avisar a su esposo- y lo llevo hasta la chimenea donde grito ¡San Mungo! Y desaparecieron, Draco los siguió, luego Canny y por ultimo Tevie con la maleta del amo Sirius.
En San Mungo Severus en cuanto sintió el calor en su muñeca corrió hasta donde esperaba encontrar a su amado; al verlo llegar ya en la silla levitante y con un rictus de dolor en el rostro corrió hasta el, las enfermeras los guiaron hasta la sala de partos y ahí se prepararon para lo que venia. Draco caminaba -rogando por que Harry llegara-, arrullando a Aldhibain que no paraba de llorar, y no sabia la causa. Canny sostenía a un Etamin que miraba todo su alrededor asustado.
Los gritos de algunas enfermeras fue el indicio de que algo malo ocurría, las maldiciones y hechizos volaban a unos pasillos de ahí; Draco quedo paralizado pero se repuso de inmediato, llamo a Canny tomo a Etamin en brazos y corrió hasta la sala donde estaban los Black Snape. Entro y los Medimagos le gritaron, pero Severus que conocía las reacciones de su ahijado supo que algo andaba muy mal, miro a su esposo y este a su vez a él, los esfuerzos para pujar fueron redoblados por el merodeador y un llanto fuerte se escucho, al mismo tiempo que el sonido del ataque llegaba hasta natalidad. Severus constato que su hermoso hijo y su esposo estuvieran bien y salió para enfrentarse a quien se atrevía a amenazar a su familia. Draco se acerco a Sirius. Los Medimagos cerraron la herida; limpiaron al padre y al recién nacido en un tiempo record, para salir apresurados a proteger a los otros pacientes, una de la enfermeras que se dirigía a cuneros fue la primera en morir, un Avada Kedabra le prohibió llegar a su destino, Severus defendía la sala con todos los hechizos que sabia no importando lo oscuro que fueran, los Cruciatus mantenían a raya a los contrincantes, dos de ellos yacían muertos uno por un Avada y otro por un Sectusempra.
Los bombardas, hacían estragos en el hospital y los Aurores no podían pasar por los escombros de las paredes, Harry lanzaba varios Carpe Retractum, pues estaba desesperado por llegar hasta su esposo e hijos, ¡No! Toda su familia estaba ahí. Específicamente eran pocos los atacantes y sin embargo habían sido lo suficientemente rápidos para cerrarles el paso y atacar las plantas más vulnerables -entre ellas: natalidad-.
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La sala de Natalidad, fue rodeada por ambos lados y dos de los seis atacantes llego hasta donde Draco y Sirius estaban, los Bombardas salieron de la varita del individuo, el rubio invoco un Protego, sobre los seis, Sirius estaba muy débil aun así aferraba a su pequeño contra su pecho, Canny se paro frente a su amos y alzo sus diminutas manos para realizar un Cave Inimicum y formar un escudo mas fuerte, ella no dejaría que lastimaron a sus amitos. Otro de los infames magos llego, y los Confringo se intensificaron.
_ ¡Sectusempra!
Gritaron dos voces distintas, el Incendio que se escucho después fue uno solo, pero que acabo con los resto de los atacantes. Severus y Harry llegaron hasta sus esposos e hijos, abrazándolos y revisándolos de pies a cabeza. El bebé Black comenzó a llorar pidiendo alimento y los Potter suspiraron aferrándose a sus padres.
_ Cunado vi el cuerpo de Tevie me di cuenta que había mas de ellos, tuve tanto miedo.
_ Estamos bien, ¿Tevie murió entonces?
_ Si, al parecer protegiendo la entrada, ya era anciano y no pudo con ellos.
_ Padrino hubo muchos…
_ No tienes que saberlo Dragón, yo tengo que ir reportarme ¿Estarán bien?-dijo el de ojos verdes.
_ Ve Harry, yo estoy con ellos y Canny los cuidara por ti ¿No? –aseguro Snape.
_ Si amo, yo cuidaré a mis amitos.
_ Gracias Canny y a ti Severus, tu detuviste a esos cuatro allá afuera…
_ Johan estaba en una de las oficinas, ve a ver si esta bien un Desmaius, lo noqueo –sugirió el pocionista.
_ El esta bien; esta recuperándose, pero yo quería venir a ver si ustedes estaban bien – hablo el Medimago que abría la puerta, una cara conocida.
_ ¡Hugh!
_ Me tocaba guardia hoy, afortunadamente escuche y alcance a esconderme pero… vi como peleabas con ellos Severus, ¡perdón por no ayudarte!
_ ¡Estas loco como te pondrías en peligro a ti y al bebé!
_ Yo… creo que vi esa parte de ti que te ayudo a sobrevire en la guerra y ahora se realmente por que son unos héroes.
_ Soy un hombre, solo un hombre… protegiendo lo que mas amo en este mundo –aseguro Severus.
_ Héroes, son todos ustedes; Sirius trayendo al mundo a su hijo en medio de un ataque, Draco, protegiendo a sus gemelos hasta con la ultima partícula de magia, Harry removiendo hasta los cimientos de San Mungo para llegar hasta aquí y tu… ¡Merlín!
_ Soy un asesino Hugh, pero lo haría mil veces si así, ellos –abrazo a Sirius y al nene- están a salvo.
_ No te estoy juzgando solo veo ahora claramente como son las mitades de una sola alma y no hablo solo de ustedes- señalo a Severus y al animago- sino también de ustedes – se inclino hacia los mas jóvenes- espero ser la mitad de compatible con mi amante.
_ Lo serás, se es cuando se lleva tanto como nosotros luchando con la vida para ser felices.
_ Si, yo también estoy seguro.
Decía un pálido Johan abrazando a su pareja, les dio una revisada a todos y los mando a su casa, San Mungo necesitaba reparaciones y era mejor que los paciente que pudieran regresaran a su casa, lo hicieran.
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Draco dormía con sus niños cuando un fatigado Harry llego, Sirius lo esperaba despierto mientras Severus dormitaba recargado en su hombro, Antares* comía oyendo la conversación de los adultos.
_ Zacharias Smith.
_ ¡¿Por qué?
_ Considera que no se le dio, el crédito que merecía por ser parte del Ejercito de Dumbledore, y lo de los niños de primero, le creo una fama nefasta, al parecer su padre murió en la batalla final y el razono que nosotros los buenos, no hicimos nada por ayudarlo.
_ Pretextos para sus ideas psicóticas.
_ Si me lo preguntas, pienso lo mismo.
_ Pero El Ministerio no quiere que se de a conocer la verdad, al parecer pretenden cubrirlo con Mortifagos vengativos.
_ ¡Malditos!
_ Kingsley no estuvo de acuerdo y dará la versión real.
_ Que bien.
_ Esta exhausto –señalo a Severus.
_ Si, como todos, te esperaba pero se durmió. Será mejor que lo despierte para que nos vayamos a la cama.
_ Si, yo deseo lo mismo, mis rubios deben estar en su quinto sueño.
_ Supongo, Draco y Severus son los que mas magia gastaron,
_ ¡¿Y que me dices de ti?¡Diste a luz!
_See, soy genial –sonreía socarronamente el merodeador.
_ ¡Paddy!
Los tres morenos subieron hacia sus respectivas habitaciones, un día terminaba pero toda una vida iniciaba, y los ojitos grises y somnolientos de Antares se los confirmaban a Severus y Sirius.
La cajita Musical empezó a sonar, con una dulce melodía. La vida retomaba su curso y aun pasarían muchas cosas con esas familias…
Fin.
*El pueblo cheroqui emparejó Sirio con Antares como pareja de perros guardianes que custodiaban cada lado del «Camino de las almas»