Hola a todos.
Siento mucho la demora, se que dije que les subiria el final la misma semana, pero me fue imposible; asi que les pido mil disculpas.
Antes de pasar al final queria darles las gracias a todas aquellas que me agregaron a sus favoritos y sus alertas, pero sobretodo aquellas que me dejabna sus mensajitos alentandome sobre lo bueno de la historia y que la continuara. A todos gracias.
La historia se llama relamente "Una princesa en mi vida" de la autora Lois Faye Dyer.
No siendo mas los dejo con el epilogo y hasta una proxima.
Besos,
Alizce
Epílogo
5 de Diciembre
La boda de Edward y Bella fue el evento social del otoño en Seattle.
Después de la ceremonia religiosa celebrada en la Iglesia Presbiteriana de Bethany, en el distrito de la Reina Ana, cientos de invitados llenaron la mansión de Carlisle Cullen para la recepción nupcial.
—¿Está Nessi con Esme? —preguntó Bella, después de haber pasado casi dos horas escuchando felicitaciones y enhorabuenas. Se puso de puntillas para intentar localizar a su hija entre la multitud.
Edward, que era más alto, en seguida localizó a Esme y a Nessi.
—Sí, están ahí, hablando con Emmet y con Carlisle —tranquilizó Edward a Bella. Le pasó el brazo por la cintura, atrayéndola hacia él y se acercó a su oído—. ¿Te he dicho ya lo mucho que me gustas con ese vestido? Estoy deseando desabrochar todos estos botones —le dijo mientras le acariciaba la espalda.
Bella sintió como se ponía colorada. Se recogió la falda ya que le llegaba hasta los pies. El vestido de novia estaba fabricado con metros y metros de tela de satén bordado delicadamente. Sólo la punta de los pies sobresalía por debajo del vestido de color crema. El corpiño estaba tejido con pedrería y un delicado encaje le cubría los hombros y la parte superior del pecho.
—Eso fue lo primero en lo que pensé yo nada más ver el vestido —susurró Bella en el oído de Edward, asegurándose de que nadie más les oyese.
Los ojos de Edward se oscurecieron y consultó su reloj de pulsera.
—¿En cuánto tiempo crees que nos podremos marchar al hotel?
Bella soltó una carcajada y lo acarició.
—Nos falta todavía hacer el brindis y cortar la tarta.
—Vamos a acelerar todo esto —bromeó antes de tomar a Bella de la mano y guiarla a través de la multitud.
Edward llamó la atención de su hermano, Jacob y elevó la copa hacia él. Jacob le devolvió el gesto e inmediatamente habló con el camarero que tenía al lado. Segundos después, los camareros recorrieron la sala entregando a los invitados copas de champán.
Edward y Bella llegaron al grupo compuesto por Esme, Nessi, Carlisle, Jacob y Jasper justo cuando los camareros se acercaban.
Bella tomó un sorbo de su copa y sintió cómo las burbujas del champán le hacían cosquillas en la lengua y la garganta.
Mientras tanto, Jacob, se acercó a la orquesta y pidió el micrófono.
—Damas y caballeros, les pido su atención por un momento.
El ruido de la sala disminuyó progresivamente hasta quedar en completo silencio. La multitud miraba con atención a Jacob
—Me gustaría proponer un brindis —elevó la copa y se giró hacia donde estaban Edward y Bella—. Brindo por mi hermano pequeño, que ha encontrado a una mujer maravillosa, dispuesta a casarse con él —bromeó.
La multitud se echó a reír. Jacob le hizo una mueca a Bella.
—Una lástima que no tenga tres hermanas tan maravillosas como ella para el resto de los hermanos Cullen.
—Brindemos —exclamó Carlisle con una copa en la mano.
Detrás de Carlisle, Emmet y Jasper se miraron divertidos.
—Por Bella y Edward, os deseo una vida muy feliz —declaró Jacob brindando con su copa de champán antes de probarlo.
Tuvo que pasar otra hora hasta que Edward y Bella pudieron abandonar la mansión de Carlisle en dirección al hotel Alexis. Bella permaneció todo el camino abrazada al cuerpo de Edward.
—Pensé que jamás llegaría este día —le susurró Edward—. ¿Te he dicho alguna vez lo hermosa que eres?
—Sí que me lo has dicho —respondió Bella con una sonrisa—, pero nunca me cansaré de escucharlo.
—Dios mío, te amo —murmuró él contra el cuello de Bella.
—Yo también te amo, Edward. Te adoro.
—Y voy a querer que estés siempre a mi lado —dijo Edward con pasión.
—Me parece perfecto —susurró Bella—, porque ahí es donde quiero estar.
Fin