Disclaimer: Inuyasha, Sengoku O Togi Zoushi, es propiedad intelectual de Rumiko Takahashi.
Aclarando que esto es solo un repost, ya que anteriormente se publicó completa (en 2008), luego fue eliminada y se publicó de nuevo, aunque de manera inconclusa. La reposteo corrigiendo ortografía y gramática (aunque no garantizo que esté 100% bien) más que nada por mi honor(?) xD no porque realmente me enorgullezca de esta historia, que contiene un montón de clichés rosas y muy baratos y un montón más de OoC (el cual odio x.x). Por lo tanto, aviso que no habrá continuaciones, ni capítulos extra, ni nada de escenas extra ni nada, publicación íntegra a cuando fue publicada en 2008. Advertidos están.
Realize it: Date Cuenta
por Onmyuji
Prólogo. La realidad de ambos.
- Ella.
Hoy, el profesor Ishikawa lo movió de lugar. No puedo creer en qué pupitre se sienta justo ahora. ¿Puedes creerlo? Se sienta justamente a mi lado. ¡Estoy demasiado feliz! ¿Qué puedo decir? Es tanta la felicidad que siento justo ahora que no puedo describir lo que siento. Simplemente las palabras no me están saliendo. ¿Por qué será? ¿Se deberá a que él tiene ese poder sobre mí?
¡Me siento tan feliz!
...
¡Mira hacia acá! Parece que no se ha dado cuenta de lo mucho que lo he observado todo este tiempo. Tampoco parece darse cuenta de que es sobre él sobre lo que escribo a diario. Ya incluso me tienen catalogada como futura escritora de la clase. ¿Sí te lo había dicho, verdad? Me importa muy poco eso pues, a final de cuentas, no tienen ni la menor idea de sobre quién escribo.
Espero no sonrojarme.
Me siento totalmente ensoñada. Ahora podré saber si tal vez tengo una oportunidad con él. ¡Oh, lo olvidé! Le fascina despachar a todas las que están interesadas en él. ¿Qué clase de mujer puedo ser yo para que él me acepte?
Definitivamente no tengo oportunidad.
¡Pero es que no puedo evitar pensarlo! Y pensar que lo quiero desde el primer grado. Aún recuerdo cuando lo vi entrar al aula 1-F aquella mañana. Podría considerarme afortunada de que los tres años hemos estado en el mismo grupo... pero es sólo sería si no fuera porque no he podido hablar con él ni una sola vez.
Es peor cuando sabes que ha rechazado a todas las chicas del grupo al menos un vez... menos a mí.
Pero a pesar de eso no puedo evitar sentirme tan enamorada.
De él...
Inuyasha Minamoto.
.
Con un suspiro melancólico y triste, la joven de azabaches cabellos dio por finalizada su nueva página en su cuadernillo y suspiró, viendo fijamente hacia la ventana. Sintió la pesada mirada ambarina en su nuca, casualmente mirando fijamente en la dirección en que ella lo hacía. Se sentía nerviosa. Era la primera vez que estaba tan cerca de él.
Simplemente, era algo que a Kagome se le salía de las manos.
Así como también el hecho de que estaba totalmente enamorada de él...
- Él.
Suspiró completamente molesto antes de olvidarse de la clase de álgebra que tenía en ese momento. Tenía demasiadas cosas en la cabeza como para pensar adecuadamente. Todo estaba tan mal. Él estaba mal y el mundo estaba mal. Y estaba hastiado. Muy hastiado. De la gente, la vida, la escuela, de todo. Y de las niñas tontas más.
Justo esa mañana, una niñata de primer grado le había dado otra de esas cartitas de amor tan molestas. Y luego el idiota de Masaharu Ishikawa, su profesor de álgebra, lo movía de lugar antes de comenzar la clase.
Es decir, ¿Qué tenía de malo estar sentado en la esquina más cercana a la puerta de salida? Sólo a un profesor como el viejo calvo y menudito ese le podría molestar que saliese del salón. Su entrenamiento de lucha era más importante que una clase de álgebra... además le hacía un favor a la humanidad con eso.
Bufó molesto antes de volver su vista hacia la ventana, donde encontró algo que llamó su atención. ¡Vaya! ¿Quién le iba a decir que terminaría sentándose justo a lado de la niña prodigio? Sí, esa a la que todos llamaban la futura y famosa escritora del siglo XXI. No se acordaba ni de cómo se llamaba. Ese título recién se lo habían adjudicado.
A pesar de eso, le parecía que la había visto un par de veces, a lo lejos. Jamás de cerca. Ahora que la veía, parecía una simplona y, verla tan concentrada en un cuadernillo, le parecía de lo más aburrido.
Se preguntaba... ¿Qué clase de cosas escribiría ahí...?
¡Ah! ¡Ya recordaba! Seguramente le parecía familiar porque usualmente solía verla de lejos cuando se acercaba a su primo Miroku y a su flamante y nueva esposa, Sango y a su sobrino, el bebé Shippou. Seguramente de ahí era de donde la recordaba...
No, esperen. También recordaba que Minato y Shuuji (amigos-compañeros del colegio) de vez en cuando se sentían en la gloria porque esa niña los observaba. Era extraño. ¿Qué clase de encantos podía tener una niña como esa? Seguro ellos tenían la respuesta a esa pregunta; ellos, que siempre habían mencionado a la niña prodigio como un ser maravilloso al que tenían la dicha de haber conocido desde la escuela elemental...
La observó alzar la vista, siempre con la vista fija en el ventanal. Luego notó que ella suspiraba antes de imitar su posición. Le parecía tan extraña... pero por una razón, tan desconcertante al mismo tiempo. De pronto sintió que tenía deseos de hablarle.
No. Eso no era propio de él. Él, Minamoto Inuyasha, conocido por todo el colegio como el chico que rechazaba a todas las interesadas en él. No. Él no podría poner un ojo en ninguna otra mujer desde la muerte de Kikyou. Eso era completamente seguro...
Eso no le impedía molestarla, ¿Verdad? Tal vez esa era su oportunidad de conocerla sin necesidad de hacerlo ver tan obvio... ¿Qué no? Le importaba poco no saber ni siquiera su nombre. Estaba listo para divertirse a costa de ella...
Fin del prólogo.
Continuará.