Decisiones Difíciles
Edward POV
Estaba despierto hace un rato, eran las 6 am y Bella seguía profundamente dormida. Su despertador no había sonado así que sospechaba que no tenía que levantarse aún y no quería despertarla.
Parecía que no nos habíamos movido durante la noche, ella seguía en mi pecho y yo seguía rodeándola con mi brazo.
La verdad, esto se sentía demasiado bien, demasiado correcto y si por mi fuera, me mudaría con ellas ahora mismo, incluso si eso significa que tenía que levantarme y deshacer esta posición.
Pero esto no se trataba de mí, si no de ella.
Bella tenía dudas, no sé por qué y no sé en qué momento pasó, pero las tenía.
Y, en realidad, no me molesta. Sé que terminaremos juntos, no me rendiré tan fácil. Pero, odio que esta situación nos retrase. No quiero estar ni un día más alejado de ellas.
Suspiré.
Hice todo lo que estaba a mi alcance y al final las demás personas fueron las que arruinaron las cosas.
Acaricié el pelo de Bella y ella se removió. Levantó la mirada y me sonrió.
- Buenos días - dije.
- Buenos días - respondió - ¿Qué hora es? - preguntó acomodándose de nuevo.
- Las seis -
- Bien -
- ¿No tienes que trabajar hoy? - pregunté comenzando a acariciarle el cabello otra vez.
- No, sólo en la tarde un par de horas - respondió bostezando.
- Genial - respondí un poco más feliz.
Nos quedamos callados un par de minutos sólo disfrutando el momento.
El silencio casi era palpable, sólo se escuchaban los ruidos del exterior, pero dentro de la casa no volaba ni una mosca. Hasta que mi celular nos trajo de vuelta al mundo.
- Diablos, debe ser Ángela - me paré rápidamente y busqué mi celular en mis pantalones.
Cuando lo encontré, contesté sin ver el identificador.
- Edward Cullen - dije.
- Si, señor Cullen. Le habla la secretaria de Ángela, en seguida lo comunico - suspiré y me senté en la orilla de la cama. Tobby entró corriendo y dejé que llenara mi mano de saliva. Luego se subió a la cama a saludar a Bella.
Ángela era la vicepresidenta de la compañía, y la verdad era la mejor, era respetuosa y jamás mostró un poco de interés en mi (que era un gran alivio, claro)
- Si, Edward, necesito tu firma - dijo directo al grano.
- Si, hola Ángela, yo estoy muy bien - bromeé.
- Lo lamento, Edward. Tu sabes como de insistente es la gente con la que trabajamos. Ni hablar de las personas que están muy furiosas contigo por dejarme a cargo -
- Si, puedo tener una idea. Escucha Ángela, no les hagas caso, tu puedes con esto, por algo confié en ti. Sé que puedes hacerlo y no dejes que te intimiden - dije con un poco de miedo. Si no quería seguir a cargo tendría que regresar.
- No, tranquilo Edward ¿Tu crees que un par de viejos entrometidos me van a hacer renunciar? Espera sentado colega -
Reí aliviado.
- Bien, porque yo tampoco quiero volver muy pronto, te necesito en estos momentos -
- Lo sé, tranquilo. Oye o te consigues un computador e impresora, o un fax, pero necesito la firma lo más rápido que puedas ¿si? - Se escuchaba un teclado en el fondo.
- Si, claro. Cuando me consiga cualquiera de los dos, te llamo - dije levantándome.
- Bien, adiós - y colgué.
- ¿Tienes fax? - le pregunté a Bella que estaba sentada en la cama mirándome.
- No - respondió.
- Tendré que ir al hospital, Carlisle debe tener uno ahí - dije pensando en mis opciones.
- Si, seguro. Iré a ver a Renesmee, tu puedes ducharte - se levantó de la cama (seguida por Tobby) y yo me fui al baño.
Cuando estuve listo, bajé las escaleras siguiendo las risas de mi hija. Bella estaba en el sillón vigilando a Renesmee que jugaba en la alfombra.
- Bien, quédate con ella mientras me arreglo - se levantó y antes de que pudiera reaccionar ya estaba arriba.
¿Soy yo o está algo distante?
- papa - me llamó Renesmee aplaudiendo.
Bien, luego solucionaré el problema.
- Hola princesa - la tomé en mis brazos y le di un gran beso en la mejilla. Chilló para que la soltara y la deje de nuevo en la alfombra.
Renesmee estaba lista para salir, estaba vestida y peinada. Y se veía jodidamente linda riendo y jugando.
Más rápido de lo que imaginé, Bella bajó las escaleras con el bolso rosado.
- Vamos - dijo y salió de la casa.
- mamo - repitió Nessie.
- Creo que mami está enfadada - le dije a Renesmee mientras la tomaba y salía cerrando la puerta.
Bella POV
¿Enfadada? ¿Yo?
Por supuesto que sí. Pero espero no estar demostrándolo.
Hoy en la mañana se levantó como si nada diciendo "debe ser Ángela" ¿Quien mierda era Ángela? ¿Y por qué yo no sabía de ella?
Y luego de eso, nada. No me explicó quien era, ni por qué la "necesitaba en estos momentos". Sólo dijo "¿tienes fax?"
Me merecía una explicación ¿no? Se levantó de la cama volando, como si yo no estuviera recargada en él. Era como si se hubiera olvidado de mi.
Espere a que saliera y cerrara la puerta para tomar a Renesmee y ponerla en su silla.
- Vamos a ver al abuelito Carlisle - Nessie me miró con los ojos abiertos sonriendo.
- ito - repitió.
Abroché los broches de la silla y me senté en el lado del conductor. Edward se subió y abrochó su cinturón.
Arranqué el auto hacia el hospital.
- Bella ¿por qué estás enojada? - me preguntó.
- No estoy enojada ¿Qué te hace pensar eso? - podía sentir su mirada clavada en mí.
- Pues... no sé, sólo te he sentido distante -
- ¿Es por qué entré a ducharme? Lo siento, Edward, pero lo hago todos los días - dije deteniéndome en el semáforo.
- Bella, sabes que no es por eso. Dime por qué te enfadaste para que podamos solucionarlo - sentía la súplica en su voz.
- No sé que decirte - dije mientras arrancaba de nuevo.
El resto del camino estuvimos en silencio. Cuando llegamos, Edward se encargó de sacar a Renesmee y luego entramos al hospital.
Subimos los pisos hasta el despacho de Carlisle.
- Hola, buscamos al Dr. Cullen - le dijo Edward a las secretaria que lo miraba embobada. Tenía una niña en los brazos y a mi a un lado, pero eso no evitó que lo recorriera con la mirada.
- ¿Tiene cita? - preguntó carraspeando.
- No, soy su hijo - aclaró.
- Esta bien, le comunicaré que está aquí. Pero está con un paciente en estos momentos, si gusta sentarse -
Tomé a Renesmee de los brazos de Edward y me senté. No permitiría que fuera víctima de las mujeres que coqueteaban con su padre cada vez que podían.
Edward se sentó junto a mi.
- ¿Qué fue eso? - me preguntó enfadado.
- ¿Qué fue qué? - pregunté dejando a Renesmee en el piso.
- Me quitaste a Ren - acusó.
- Yo no te quité nada, sólo te deje libre - dije mirándolo a la cara.
- ¿Libre? ¿De qué hablas? ¿Libre para qué? - me miraba a los ojos como buscando algo. Suspiré.
Miré a Renesmee que se afirmaba en los asientos.
- Para coquetear - balbuceé.
- ¿Qué? - preguntó, por el tono asombrado de su voz supuse que si me había escuchado.
- Pídale la siguiente hora a mi secretaria y espero que siga todo al pie de la letra - dijo Carlisle saliendo de la consulta.
- Claro, gracias Doctor - respondió la chica con un bebé en brazos.
- De nada. Adios, Cristopher - le dijo al bebé.
La mamá rió y se dirigió a la secretaria.
- ito - dijo Renesmee acercándose lo más rápido que podía y Carlisle la cargaba.
- Hola hermosa ¿viniste a visitarme? - dijo mientras Renesmee sacaba un pequeño peluche en el bolsillo de su bata.
- Hola Carlisle - lo saludé.
- Hola Bella ¿Qué pasa? ¿Tiene algo Renesmee? - me preguntó preocupado y viendo como se metía el juguete en la boca.
- No - dije.
Edward se levantó llamando la atención de su padre.
- Hola papá - dijo ofreciéndole la mano.
- Edward ¿Que puedo hacer por ti? - dijo seriamente y sorprendido.
- ¿Tienes un fax? -preguntó.
- Sí. Olivia - llamó a la chica detrás del mesón. Sí, la pretendiente - Lleva a mi hijo a la sala de impresiones -
- Claro - respondió con una sonrisa - ¿Vamos? -
Pero Edward no se movió y se giró para verme.
- ¿Vienes? - me preguntó.
- No, me quedaré con Carlisle - dije apuntándolo.
Podía sentir como nos analizaba a ambos.
Edward suspiró y se acercó a darme un beso en la frente antes de salir detrás de putivia
- Esperemos adentro, mi cita de las ocho aún no llega - dijo mirando la sala de espera.
Entramos en el despacho que ya conocía y Renesmee también, me senté en frente mientras mi hija investigaba los juguetes.
- ¿Cuándo llegó Edward? - me preguntó mirándome.
- Anoche - respondí corriendo la mirada hacia mi hija.
- ¿Ocurrió algo? - me preguntó lentamente como tanteando el terreno. Lo miré y suspiré torciendo la boca.
Medito: Es el padre de mi casi novio, él debería conocerlo, pero tiene esa loca idea de hacerle la vida imposible. Probablemente se ponga en su contra sin pensarlo y me haría sentir peor.
Y seamos honestos, cuando uno quiere contar un problema espera escuchar lo que quiere escuchar.
Y quizás no lo escucharía precisamente de mi casi suegro y abuelo de mi hija.
Además ¿como explicarle que estoy celosa de alguien con el que supuestamente no tengo ninguna relación?
- Puedes decírmelo -
- oh - dijo Renesmee cuando "accidentalmente" dio vuelta la cesta de los juguetes. La miré y le hice un gesto para que lo guardara y se puso a ello con el ceño levemente fruncido, lo que me hizo recordar a Edward cuando se concentraba.
- No te preocupes por eso - no podía contar las veces que lo había escuchado decirlo - Pero, es en serio Bella, puedes contármelo -
Suspiré.
- Sólo cosas que no deberían importarme - dije restándole importancia.
- Tiene algo que ver con... no lo sé, ¿otras chicas? - dijo recostándose y cruzando los brazos como un psicólogo que puede leer todos tus pensamientos.
Le fruncí el ceño con una pregunta escondida: ¿Cómo...?
- Te vi fulminar con la mirada a Olivia -
Oh Claro, putivia.
- Son cosas mías. Edward no hace nada malo pero... no puedo evitarlo. Y ni siquiera estamos saliendo - dije rodando los ojos.
Sonrió a medias.
- Lo sé - niega con la cabeza como si no pudiera creérselo.
- ¿Lo sabes? - me sonrió y sus ojos parecían brillar más.
- Bella, no es como si la familia no supiera que tienen un tipo de relación, Edward no sabe controlarse - me sonrojé - Pero por increíble que parezca, yo era más o menos como Edward en mi juventud y cuando conocí a Esme... - habla y por un momento sus ojos se posan en Renesmee - Tuvimos muchas peleas de este tipo. No importa lo que hiciera, ella no confiaba en mí, aunque en realidad no tenía porque preocuparse. Desde que la conocí sólo había tenido ojos para ella -
Él está sonriendo mirando su escritorio con un brillo en los ojos, sólo recordando.
Y me hace pensar que quizás, algún día, pueda sonreír de esta estúpida situación igual que él. Que pueda que terminemos de la misma forma que ellos y me abruma el rumbo de mis pensamientos. ¡Vamos, Bella! Estás yendo demasiado lejos.
- Pero eso es sólo cuestión de tiempo - dice poniendo sus antebrazos en el escritorio y tomando una de mis manos - Verás que no tienes nada de que preocuparte -
Asiento con una sonrisa.
Increíble que mi casi suegro y abuelo de mi hija me haya hecho sentir mejor.
- ¿Por qué ese tono de sorpresa? - dije con curiosidad.
Soltó mi mano y se recargó de nuevo en la silla.
- La verdad es que... me sorprende que tengamos cosas en común - frunzo el ceño. Es su hijo ¿que esperaba? - Cuando Edward era pequeño, siempre quise que fuera como yo, ya sabes, padre e hijo - me miró con un poco de tristeza oculta en una sonrisa - Emmett era el chico con energía, en cambio Edward era más tranquilo, como yo cuando niño. En fin, él nunca mostró alguna pequeña actitud igual a la mía. Pensaba que no nos parecíamos en nada pero ahora veo que tenemos más cosas en común de lo que creía - Sonríe aunque con un poco de añoranza en los ojos.
Quizás a eso se reduce todo, a un padre insatisfecho.
- Claro que tienen cosas en común, son padre e hijo - dije sonriéndole.
- Si, pero siempre soñé con entregarle mi departamento de pediatría cuando envejeciera. - hizo una mueca - Pero como siempre, sus gustos fueron diferentes a los míos y ahora es un hombre de negocios -
- Pero... estás orgulloso de él, ¿verdad? - dije cuidadosamente.
- Claro - dijo sonriendo de verdad - ¿Qué padre no quiere ver a su hijo triunfando? -
Sonreí relajándome.
Carlisle era duro con Edward por su sueño frustrado, pero no puedo creer que pensara que no tenían nada en común. La mayoría del tiempo encontraba gestos en Edward que me hacían pensar en Carlisle.
- ito - dijo Renesmee acercándose con un juguete. Carlisle la sentó en su regazo y ella lo miró. - no nana - dijo apuntando la parte superior de su brazo.
Sonreí, a mi hija no le gustaban las vacunas.
- Hoy no, hermosa - le dio un beso y ella aplaudió.
La puerta se abrió lentamente.
- papa - dijo Renesmee inmediatamente alzándole los brazos y abriendo y cerrando las manos.
- Hey ¿me extrañaste? - la tomó en sus brazos al instante - No finjas, te escuché aplaudiendo -
Sonreí. Verlos juntos era mi debilidad.
Me miró como esperando algo de mi, y Carlisle me levantó las cejas esperando mi próximo movimiento. Ambos par de ojos grisáceos idénticos en mi dirección.
- ¿nos vamos? - dije y me levanté.
Nos despedimos de Carlisle, quien me dio un abrazo y me dijo "paciencia" en voz baja, reí y quedamos de vernos en la cena. De todos modos Edward tenía que ver a Esme.
Mientras caminabamos por el pasillo, Edward y putivia se despidieron, me quedé solamente para marcar territorio, y mi hija no se quiso separar de su padre en todo el camino. ¡Esa es mi hija!
- Adios Edward, espero verte pronto por aquí - le dijo dándole un beso en la mejilla y poniendo su mano en el antebrazo de MI chico.
Para mi deleite, Edward se tensó y Renesmee quiso alcanzar la mano de putivia con el pie.
- papa, mama - dijo Renesmee, haciendo que Edward se acercara a mi y me la entregara.
La chica retrocedió. Sip, no es la sobrina, ni la ahijada, es su hija y yo soy la madre.
- La próxima vez que Renesmee tenga control - dice Edward.
¡Ja! Ni lo sueñes.
Comenzamos a avanzar y le hice un gesto con mi mano. Adios putivia.
Renesmee volvió a Edward casi al instante. Mi hija es débil.
Llegamos al estacionamiento en completo silencio, me puse el cinturón y puse al auto en marcha. Manejé en un silencio incómodo interrumpido por los sonidos que hacía Renesmee. Edward miraba por la ventana.
El camino fue largo pero al fin habíamos llegado. Saqué a Nessie y la dejé en el suelo, caminó hasta la entrada y se puso a golpear la puerta. Cerré todas las puertas del auto y puse el seguro.
Apenas abrí la puerta, Tobby se volvió loco.
Cuando estabamos todos adentro y Renesmee con sus juguetes, fuí a la cocina porque moría de hambre.
- ¿Quieres desayunar? - pregunté sin voltear, sabía que venía detrás.
- Em... claro -
- ¿Te gustan los hotcakes? - dije mientras sacaba la harina, huevos y los demás ingredientes.
- Si - dijo y por lo que escuché, seguía en el umbral de la puerta.
Mientras me concentraba en mezclar todos los ingredientes, sentí un beso en la cabeza y sus manos rodeándome. Me asusté, así que naturalmente me tensé, pero me relajé casi al instante y solté un suspiro. Diablos, no era su culpa.
- Sabes que no tienes que preocuparte por nada - dijo con la frente recargada en mi cabeza.
Puse el bol en la encimera y me di la vuelta. Edward retrocedió, sonreí y me acerqué a abrazarlo.
- Lo siento - dije enterrando mi cara en su pecho. Me besó la cabeza de nuevo - No puedo evitarlo y ni siquiera somos algo -
Se tensó. Me alejé para mirarlo.
- ¿Sucede algo? - dije extrañada.
- No - Me atrajo a su cuerpo de nuevo, pero seguía tenso.
- ¿Algo te preocupa? - dije extrañada y abrazándolo más fuerte.
- Es... se siente tan real - dijo en medio de un suspiro.
Sonreí. Si, todo se sentía tan real, tan cotidiano, tan fácil.
- Si, lo sé - cerré los ojos.
- ¿Quieres ser mi novia oficial? - dijo aún tenso.
Me alejé un poco para verlo a los ojos.
- ¿Estas seguro? - pregunté insegura.
- Claro que estoy seguro, no creo que ser o no novios nos haga pelear más o menos. No creo que sea diferente a lo que tenemos - dijo recorriendo la mirada por la cocina.
Asentí mirando el suelo. Bueno, no cambiaba mucho las cosas, de todas formas le hacia la escena de celos.
Suspiré.
- ¿Entonces? - preguntó.
Lo miré, se veía impaciente, nervioso, preocupado y muchas cosas. Pensé en todos los momentos que habíamos pasado. Diablos ¡Hasta habíamos tenido sexo! ¿Quién diría que era tan vulnerable?
Pero lo quería, a eso se reducía todo.
- Sí - Se relajó en mis brazos al instante y sonrió.
- Bien - Me atrajo de nuevo y me besó.
Lo empujé por el pecho.
- Ahora si me disculpa, tengo que seguir con el desayuno - dije volteándome pero tomó mis manos y los pasó por su espalda, haciendo que lo abrazara.
- No - dijo con un brillo juguetón.
- Edward en serio, muero de hambre - me sonrió - De comida - hizo una mueca juguetona.
- Bien - me dio un pequeño beso antes de soltarme y golpearme el trasero.
- ¿Sabes lo que me dijo tu padre? - dije batiendo los ingredientes que había dejado en el bol.
- ¿Qué? - se escuchaba más feliz.
- Que no sabías fingir una relación, y que casi toda la familia ya sabía que había algo entre nosotros - soltó una pequeña risa. Me volteé y agite la cuchara con la que estaba batiendo hacia él. - Sé que lo hiciste a propósito por lo de Seth, pero no era el plan -
- Lo sé, lo siento - pero no se veía arrepentido.
Era caso perdido así que me giré para continuar con el desayuno.
- Mira quién llegó - dijo y sentí los balbuceos de Renesmee.
Me giré y vi como Tobby la adelantaba corriendo, provocándole una risa nerviosa. Tobby me movió la cola y salió por el umbral, unos segundos después escuché como golpeaba la puerta del patio trasero.
- ¿Puedes ir a abrirle? - le dije a Edward mientras comenzaba a cocinar los hotcakes. Me hizo un saludo militar y salió de la cocina. Renesmee tironeo de mi pantalón para llamar mi atención.
- ¿Qué pasa, hija? - me mostró las palmas.
- Mi amor, estoy cocinando - le dije, aunque sabría que no entendería.
Y comenzó a lloriquear (algo absolutamente fingido), un fruto digno de la disposición de su padre a cumplir la mínima cosa que se le ocurriera.
- ¿Escucho a mi pequeña llorar? - Hablando del Rey de Roma.
- ¡papa! - gritó lloriqueando, sin lágrimas por supuesto.
Suspiré. Si no paraba esto ahora, cuando fuera mayor, no habría mucho que hacer.
No había cumplido ni dos años y ya tenía a su padre comiendo de la palma de su mano.
- ¡mama! - gritó.
Terminé de poner los hotcakes en un plato, y puse todo lo necesario en la isla, mientras Renesmee lloraba a ratos.
Apenas me senté, Renesmee dirigió todo su cuerpo hacia mi y Edward, por supuesto, me la acerco. La tomé sentándola en mi regazo.
- Tendremos que hablar sobre esto -
Conflictos paternales, desigualdad de opiniones xd
Espero que les haya gustado.
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