Disclaimer: Soul Eater pertenece a Atsushi Okubo-sama. La trama es mía.

Este pequeño fanfic estará compuesto más que nada por drabbles (dudo que alguno sea one-shot). Se me ocurrió después de escuchar como mil veces la Saga de los Pecados de Vocaloid y dormirme con las canciones de Märchen a todo volumen. Son siete pecados capitales, donde los personajes de Soul Eater sacarán su lado más sanguinario posible. Espero y les guste, porque esta vez empezaremos con "Lujuria"

Nota: Dejaré el rating en "T" porque no tiene muchas cosas explícitas… creo(?). Si hay problemas con eso, lo subiré a "M" ^^.


Todsünde

1: Wollust

Y estaba allí, contemplándola desde la silla que se encontraba frente a la cama. La pobre se retorcía por culpa del miedo, en un vano intento por liberarse de las cuerdas que la ataban a la cama. Lágrimas de terror escurrían por sus mejillas, mojando su pálida piel, y a Spirit aquello le pareció todavía más tentador.

Se puso de pie, sin muchas prisas. No las tenía, puesto que nadie sabía que se encontraban allí. Recorrió con una mano la pierna izquierda de ella; desde la espinilla hasta el muslo, alzándole la larga falda de holanes blancos y dejando al descubierto su ropa interior.

¿Qué era lo que más adoraba de las mujeres? Tal vez sus pechos, sus piernas, su trasero o sus ojos. Spirit se lo pensó durante un instante. No, aquello no tenía tanta importancia para él. Para él, lo más hermoso de una mujer era el contraste de su sangre contra la blanca y suave piel que poseían.

Recordó entonces a su esposa, Kami. O bueno, su ex esposa. Ella lo había dejado en el momento en que Spirit decidió llevar a cabo su más grande fantasía e intentó matarla, pero ella logró huir. Intentó llevarse a Maka, a su pequeña hija, pero él no le dejó. Siempre le dijo a la niña que su madre le había dejado por ser infiel, pero aquello era una simple mentira.

Todos los meses él debía de escribir postales para Maka y enviárselas bajo la firma de Kami, sólo para que nadie sospechara. Ni siquiera Shinigami-sama sabía que el cadáver putrefacto de la antigua Meister de la Death Scythe se encontraba colgado en una de las habitaciones de su casa, acompañado de los cuerpos de las otras víctimas de la Guadaña del Dios de la Muerte.

La chica chilló en cuanto Spirit comenzó a desgarrarle el vestido con la punta de su brazo convertido en Guadaña. Comenzó a gritar por ayuda, pero las palabras salían difusas por culpa de la mordaza que tenía en la boca. Si alguien llegaba a escucharla, creerían que era una de las aventuras más del pelirrojo.

Y de forma irónica, así era.

La sangre comenzó a salir lentamente. Corte tras corte, la piel blanca se tenía de rojo escarlata. Spirit se relamió los labios, totalmente extasiado. Tal vez aquello era un mal hábito que había adquirido de Stein, pero… ¿a quién le importaba?

Su lengua lamió la sangre de los pechos, de su vientre y de sus labios. Se centró en los ojos sin vida de la chica a la que había desangrado. ¡Se parecía tanto a su querida Kami! Cabello rubio y ojos verdes. Y la expresión de terror que deformaba su rostro era igual. La Death Scythe rió, y se sintió mejor que nunca.

Realmente las mujeres eran tan hermosas cuando daban su último suspiro…