El que pensó que esto ya se terminaba sin un capitulo extra, no me estaría conociendo como autora. Feliz navidad adelantada (?


Trauma

It's okay, you are safe now

Capitulo Extra: Refugio

Hace semanas que Alfred dejó de pedir permiso para tomar la mano de Matthew en cualquier momento, atraerlo a él, y besarlo sin motivo aparente. Pero no hace mucho que Matthew dejó de temblar un poco cada vez que hace eso. Debía admitir sin embargo, que habían avanzado en la relación mucho más de lo que hubiera esperado en el poco tiempo que llevaban, considerando las circunstancias.

Matthew nunca le dijo que 'no' en nada. Pero Alfred entiende los límites, y con paciencia trabaja para sobrepasarlos uno a uno. Sabe que aún hay muchas murallas por derribar, pero también sabe que tienen todo el tiempo del mundo. Alfred no tiene apuro, tiene amor. Más amor del que jamás pensó podría sentir.

El sol tibio de finales de invierno los encuentra en el sillón, hechos un lio, Alfred con la cabeza perdida en el cuello de Matthew, sus lentes ni saben donde los dejaron. Alfred besa cada porción de piel que puede alcanzar, siempre con la mayor suavidad posible. Hasta que de los labios del canadiense se escapa cierto quejido familiar, y el estadounidense sabe que es hora de parar, así que le da un último beso lleno de cariño a modo de despedida y se retira de esa zona. Le da otro beso en la frente, evitando a conciencia los ojos violetas, sabiendo que no va a encontrar más que un sentimiento de culpa en ellos. No quiere ver eso, no quiere escuchar más disculpas. A veces es difícil ser rechazado una y otra vez, pero sabe que debía estar siendo mil veces más difícil para el otro. Él solo quiere amarlo, y esa noción es lo único que le da la fuerza para no desesperar.

Con un suspiro de calma, se acurrucan el uno al otro en el sillón, de fondo en la televisión siguen hablando quien sabe de qué. El suave sol asoma por las ventanas en el último respiro de aquel domingo que se presta para ir a la cama sin cenar y dormir hasta que la primavera por fin llegue. Alfred se sorprende cuando es la mano de Matthew la que busca la suya, pero su cabeza es más rápida y se apresura a interrumpirlo antes que diga las tan familiares palabras:

-Ni se te ocurra decir perdón o disculpas o lo que sea en ningún idioma o gesto-murmura con una voz suave, tan diferente a los sonoros gritos con los que suele expresarse en público

Matthew solo sonríe, y vuelve a sorprenderlo con un beso en la mejilla esta vez.

-¿Sabes que he estado pensando?-Mumurá luego de un rato el canadiense

Alfred contesta con un sonido gutural, parecía que estaba en el proceso de dormirse

-Tu fiesta de este año de Navidad debería ser Temática.

Los ojos de Alfred se abrieron de par en par instintivamente, agradeciendo internamiento que el otro no pudiera ver su cara. Tragando saliva discretamente, analiza como proseguir con sinceros, hasta ahora no había tenido ni ánimos de organizar una fiesta ese año. O en los años venideros.

-¿Una temática además de ser…navideña?

-Sí, sería divertido, para cambiar.

-Está bien, ¿y me ayudarás a planearla?

-¡Por supuesto! Estaba pensando en osos polares. Incluso sería un buen medio para caridad o algo así, ¿Qué piensas?

Alfred sonríe, la animosidad de Matthew le hace bajar sus defensas vuelve a relajarse y cerrar los ojos.

-Pienso que eres perfecto

Matthew arruga un poco el ceño ante el tono de voz aletargado del otro, y se acomoda para mirarlo mejor. Alfred casi deja escapar un quejido ante la pérdida de contacto con el cálido cuerpo que antes se acurrucaba contra su estómago y pecho

-¿Estás bien?-murmura el canadiense llevando una mano a la frente del otro

-Sí, sí, solo un poco de dolor de cabeza-responde con un leve sonrojo que reza que no se note.

Matthew arruga la boca hacia un costado pero prefiere no decir nada.

-¿Entonces qué tal si merendamos? ¿Quieres que te prepare un té? –ofrece en cambio

Alfred pone de cara de capricho a lo que Matthew ríe aún antes que hable

-¿Sólo un té? ¡Estoy hambriento!

-De acuerdo, de acuerdo-responde aún entre risas-Pensé que te sentías enfermo. ¿Qué tal panqueques?

-Es solo dolor de cabeza por…nada, dolor. ¡Y sí, quiero panqueques!

Matthew lo mira por un segundo, pero decide no sacar conclusiones. En vez de eso, prefiere deleitarse con la hermosa cara frente a él, con unos ojos azules un poco vidriosos y mejillas levemente sonrojadas. Sin lentes y estando tan cerca, la calma en la mirada de Alfred le hace dar mil vueltas a su estómago, y de repente siente una oleada de impulsos que mentiría si diría que no le son familiares, pero es la primera vez que sus neuronas dicen "Sí, hazlo" en vez "Ni se te ocurra ser indecente". Así que se permite hacer lo que quiere hacer, se permite arrodillarse en el sillón con las piernas a los lados de las de Alfred y tomar entre sus manos esa hermosa cara que tanto le gusta, y sonreír ante la sorpresa en esos hermosos ojos azules. Alfred, aún ensimismado, le deja actuar. Despacio, Matthew se acerca, y el otro instintivamente cierra los ojos. Pero sus labios no se tocan, quedan ahí a milímetros, a un suspiro de rosarse, pero separados. No se atreve.

Alfred abre los ojos ante la falta de movimientos, ante la necesidad de movimientos, pero están demasiado cerca para que su cerebro pueda procesar ninguna imagen clara. Así que siendo por fin el chico de impulsos que es, lo besa olvidándose de su dolor de su cabeza, de la promesa de comida caliente, y de las barreras. Ama esos labios, esos besos, no puede tenerlos tan cerca sin que el mundo desaparezca. Con una mano en la cintura y otra en la cadera, lo atrae cerca, sintiendo ese calor que empezaba a extrañar, y lo besa con un poco más de fiereza que la que suele permitirse.

El canadiense abre tímidamente su boca, y Alfred está al borde de desconectarse completamente de la realidad. Es simplemente demasiado autocontrol lo que se le está pidiendo, ahí estaba Matthew, hermosos Matthew, arrodillado sobre él, besándolo, agarrándolo de la cara con ambas manos, emanando calor en todo su cuerpo, permitiéndole pasar su lengua por su paladar. Era mucho. Casi mucho para ser verdad.

Sus manos no se contienen y viajan a colarse bajo su remera, su boca explorando terrenos pocos conocidos hasta ahora. Si seguía así iba a tener mucho más que un leve dolor de cabeza. Y Matthew responde tan bien, parece estar tan en armonía con la situación, es hermoso. Intenta capturar cada detalle de la situación para poder recordarla lo más nítidamente después, el calor, la humedad, el tacto, la suavidad, los suspiros.

Hasta que llega la alarma. Una mano escalando por su espalda y otra bajando por su pierna parece ser demasiado para Matthew, y aparece primero el familiar quejido, y luego los también tristemente familiares temblores.

Más rápido que lo que todo empezó, Alfred se detiene y lo atrae a su pecho en un fuerte abrazo. Se permite volver a recostarse en el sillón mientras le da mil besos en la cabeza

-Esta bien, esta bien-murmura entre besos

Puede sentir como Matthew se aferra a su remera y apreta la mandibula.

-It's okay, you are safe now-murmura en su oreja esta vez-Te amo, ¿okay? Te amo, Matthew Williams, y no hay absolutamente nada en todo en este enorme y creciente universo que pueda cambiar eso. Nada.

Matthew da un enorme suspiro, su cuerpo parece relajarse un poco, lo temblores deteniéndose poco a pcoo

-Yo también te amo, Alfred. Como nunca creí amar a nadie.

El estadounidense siente que puede respirar cuando no siente trazos de lágrimas en su voz. Afuera, el sol ya se escondió y los últimos rayos recorren la fría tierra norteamericana.

-¿Ves? ¡Ya te recuperas mucho más rápido! Y-y-y avanzamos cada vez un poco más. Va a estar todo bien, babe

Matthew no puede evitar sonreír, porque aún si no puede verlo, sabe que Alfred tiene su sonrisa de los 1000 watts, esa que es imposible no devolver. "Va a estar todo bien", repite en su cabeza y respira, "Va a estar todo bien".

-Sea donde sea que este yendo todo esto, va a estar todo bien. Porque te amo, y tú me amas, y eso es todo lo que importa. ¿Aún me amas verdad?

Matthew da una suave risa y se despega para mirarlo a los ojos

-Sí, aún te amo

-¡Perfecto! Porque yo estoy planeando amarte por el resto de la eternidad, así que sería divertido su tú me acompañaras. Si tienes ganas y eso, ya sabes, o sea por supuesto que entiendo si no lo haces, es como parte del amar a alguien eso, pero aun así, me haría muy feliz si lo hicieras

Esta vez Matthew da una risa fresca y sonora

-No te preocupes, creo que yo también planeo amarte por el resto de la eternidad

Alfred iba a responder con alguna otra tontería pero se detiene, porque frente a él están los ojos más hermosos y cálidos que jamás vio, y como es costumbre le roban toda su atención

-Te amo, Mattie.

Matthew suspira y tomando sus mejillas, junta sus frentes y cierra los ojos.

-Te amo, Alfie.

FIN


Este si que es el fin de todos los fines. Perdon por las desiluciones y gracias por el aguante, un verdadero placer transitar esta historia con ustedes.

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Dedicado a mi hermosa y perfecta novia, que es mi Alfred y mi Matthew y mi mundo entero. Te amo, bella