Summary: .:: -"Sera mejor que uses tu boquita para algo más productivo."-le ordenó. Obligándola a agacharse. Sakura lo odió. Y se odio a ella misma, porque también lo estaba disfrutando::.

Nota: Abajo al final del capítulo daré una nota más detallada.

Todos los derechos sobre los personajes pertenecen al autor, yo solo los tomo prestados para crear una historia totalmente diferente.


SexDoll

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Capítulo 3

Getting closer

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La tomó por los muslos y la alzó contra la pared, colocándolos alrededor de sus estrechas caderas y apretando su cuerpo duro como una roca contra la suavidad de ella.

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Sakura tenía que sostenerse del hombro de Sasuke para no caer, y con la otra se apoyaba en la pared, y tanteaba a la nada para buscar algún objeto que pudiera serle útil para partírselo en medio de la cabeza a ese degenerado que le estaba metiendo la lengua hasta la tráquea.

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El motivo por el cual quería matarlo, en el fondo, distaba mucho de ser porque él estaba haciendo con ella lo que quería, como si fuera una prostituta; si no porque le gustaba.

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Es decir… ¡Maldición! Gracias al cielo él la sostenía, porque sentía que sus piernas eran de gelatina. Jamás había besado a alguien más aparte de Sasuke (sin consentimiento suyo, cabe destacar) y, había visto muchas personas hacerlo pero, ¡con un demonio!, ella estaba segura de que la gente no se sentía desfallecer como ella lo estaba haciendo. Orgullosamente, no encontró mejor manera de explicarlo que atribuyéndoselo a su falta de experiencia e inocencia. Aunque de esta última ya no quedase mucho, no por cómo él la tocaba, no por cómo él la estaba besando, ni por cómo su esencia se estaba impregnando en su piel como un tatuaje. Si no porque ella se sentía tan lasciva como él.

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-"Ah…"-jadeó contra su boca, cuando él mordió fuerte su labio, devolviéndole el favor. Él sonreía levemente sin separarse, y le pasó la lengua por dónde la había herido.

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-"Puedo ser muy benevolente cuando quiero, Sakura."-susurraba con voz enronquecida sobre su oído. Soplando suavemente.-"O puedo infligir mucho dolor"-amenazó, mordiendo fuertemente su clavícula, haciendo que ella inclinara la cabeza hacia atrás y gritara.

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Ella lo miró con furia contenida, pero Sasuke vislumbró algo más, detrás de esos ojos jades, oscurecidos por la ira y… sonrió.

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-"Puedes tratar de mentirte a ti misma."-dijo mientras la miraba desde arriba, encarado la fiera mirada de ella. La tomó del trasero y despegó sus cuerpos de la pared, para llevarla hasta la cama.-"Pero no a mí"-Luego abruptamente la soltó y calló con todo su peso sobre ella, aplastándola nuevamente, robándole el aire. Mostrándole su fuerza, su poder, la diferencia entre él y ella.

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Y sin embargo, Sakura seguía retándolo con la mirada.

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Le tomó el cabello con el puño y tiró su cabeza hacia atrás, descubriendo su cuello, y con su rodilla, le separó las piernas, al tiempo que, con su mano libre, bajaba el escote del vestido descubriendo sus pechos blanquecinos y perlados en sudor; endurecidos y con sus dos cimas apuntando directamente hacia él.

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-"Tu cuerpo tampoco miente"-dijo, tomando un pezón entre sus dedos y frotándolo. Ella, que tenía la cabeza hacia atrás, lo miraba fijamente con los ojos nublados pero firme. Su respiración agitada inflaba su pecho alzándolo para comodidad del moreno. Ella solo apretaba los labios.

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Sasuke acercó su cabeza hasta ponerlo a la altura de la de Sakura, y la miró con fijeza.

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-"Haciéndote la difícil solo logras encenderme más."-le dijo, subiéndole la falda hasta la cintura y descubriéndola totalmente de allí para abajo. Le estrujó las nalgas y la apretó contra su miembro erecto, para certificar que lo que dijo era cierto. Ella se retorció incomoda al sentir que la tanga se humedecía con la fricción que Sasuke hacía allí. Lo que logró que se ponga más duro y ella más húmeda.-"¿Lo ves?"—dijo, mirándola con aire superior por entre las pestañas, ella solo bufó exasperada... y excitada.

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Realmente no había nada que pudiera rebatirle a eso. Pero no podía ceder. Alguien tenía que mostrarle a ese imbécil que no podía tener todo lo que quería, y si para eso tenía que bajarle de un hondazo de ese mundo en dónde él se creía dueño y señor de todo, lo haría.

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Poco a poco, la tensión de sus músculos fue disminuyendo, y su cuerpo se tornó relajado y flexible.

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Sasuke lo notó y aprovechó para abrirle las piernas lo más que podía y luego de observar satisfecho como la pequeña tela que cubría esa zona a la cual solo él había accedido estaba cubierta de fluidos, se la arrancó de un tirón.

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-"¡Sasuke!"-chilló, sonrosada, tratando se cubrirse sus partes íntimas con extremada timidez, además del hecho de que, acababa de llamarlo por su nombre como si fueran conocidos de toda la vida. Él, satisfecho, le quitó las manos y opuesto a las intensiones de ella, descubrió su cuerpo totalmente. Lo vio relamerse con sensualidad los labios antes de atacar con su boca su parte más íntima. Jadeo por la sorpresa y por su cuerpo comenzó a recorrerla una corriente eléctrica desde la punta de sus pies hasta la columna, erizándole todos los bellos del cuerpo.-"¡Ah-h!"-gimoteó cuando Sasuke mordió su clítoris, y casi se pone a sollozar de placer cuando él comenzó a adentrar la lengua en su vagina y a moverla con habilidad.

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Tenía que salir de ahí, pero ver a Sasuke con la cabeza hundida entre sus muslos concentrado en su tarea, tan sensual, y con sus grandes y firmes manos alzarle las piernas la estaba haciendo flaquear.

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Con la mirada adormilada y la respiración jadeante busco por los alrededores algo que la ayudara a escapar. Y contuvo un suspiro de alegría cuando encontró un sobrio jarrón sobre la elegante mesita de luz al lado de la cama. Con eso bastaba.

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Aprovechando que Sasuke no la veía por estar dándole placer, ella en cuestión de segundos tomó el jarrón y para cuando Sasuke se dio cuenta ya estaba tendido a peso muerto sobre la cama, con la cara recostada cobre su pelvis y con el jarrón partido por la cabeza.

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Mordiéndose el labio y con cara de preocupación alejó todos los trozos del jarrón que estaban cerca de Sasuke y tomó su rostro con ambas manos y lo alzó para ver que… estaba muerto.

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¡No! No podía estarlo. Ella sabía que su fuerza era mayor que la de alguien promedio, y probablemente se le fue la mano, pero no era para matarlo. ¿O sí?

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Temblando de pánico, pensó, tratando de relajarse, que era o ella o él. Y que su instinto de supervivencia fue más fuerte. ´

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Aún así, sabiendo que probablemente si se despertaba, él y sus mafiosos iban a matarla, fue corriendo al baño en busca de un botiquín de primeros auxilios. Cuando lo encontró lo primero que hizo fue revisar la herida y vio que no era muy grave, solo le había cortado un poco. Le limpió la herida, la trató y vendó.

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Cuando vio que todo estaba bien, se acomodó la ropa y cubrió a Sasuke con la manta. Lo miró una última vez y, sin calzarse y con el pie aún adolorido, salió corriendo.

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Lo que llenaba la mente de Sakura cuando por fin pudo salir de la casa por la puerta trasera de la cocina, no fue un sentimiento de alivio.

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Si no lo lindo que se veía Sasuke cuando dormía.

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Despertó con un espantoso dolor de cabeza. Gruñó.

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La muy perra.

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Golpearlo a él. Ella no comprendía la magnitud de lo que hizo y que además aquello no se iba a quedar así. Lo iba a pagar caro. Por supuesto que sí.

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Escaneó la habitación y notó por la luz que se colaba por las ventanas que era un nuevo día, y la mucama que estaba en una esquina sentada se levantó de golpe y corrió hasta la mesita de luz, tomó unos analgésicos y sirvió agua de un jarrón hasta tendérselo, con sumo cuidado.

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Sasuke se incorporó lentamente y estrechó los ojos con ferocidad, la mujer tragó en seco y quiso salir corriendo de ahí.

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Él ya sabía lo que había pasado, pero igualmente preguntó:

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-"¿Qué ha ocurrido?"-siseó.

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Ella apretó las mangas de su uniforme y miró nerviosamente a todos lados, pero nunca a sus ojos, eso nunca.

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-"Mm, cuando hoy por la mañana vine a ordenar el cuarto, toqué la puerta y nadie contestó, así que en cuanto entré lo encontré recostado en la cama y con un montón de trozos de jarrón alrededor. Inmediatamente pedí ayuda y un médico fue llamado, aunque este no hizo mucho porque dijo que sus heridas ya habían sido tratadas, y muy bien, al parecer. Solo le cambió las vendas y recetó unos analgésicos para el dolor de cabeza."-explicó rápido y detallado.

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Sasuke no contestó, se quedó pensativo, y con un gesto distraído indicó a la mucama que se fuera, en cuanto escuchó el ruido de la puerta, miró la ventana y cerró los ojos tras un pequeño suspiro.

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Supongo que fue ella.

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A pesar de lo que le hizo, no podía abandonarlo y, tras haberle dejado inconsciente, lo curó.

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Abrió los ojos y ladeó la boca. ¿Cuántas personas habían tratado de ponerle un dedo encima y murieron en el intento? Más de las que podría recordar. Y ahí estaba Sakura, que sin que él pudiera notarlo lo había dejado nada más ni nada menos que desmayado. Parecía chiste. Y realmente, aunque ella era bastante divertida y se estaba volviendo un capricho muy adictivo, tenía que castigarla por haber querido escapar de él.

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Después de todo, a él nunca se le escapaba nada, menos aun cuando las cosas habían quedado a medias.

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-"Sakura"-

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Dio un pequeño respingo y giró rápido la cabeza, solo para descubrir que era Ino quien la llamaba. Suspiró, a lo que la rubia alzó una ceja.

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-"Has estado así todo el maldito día. Si no te asustas por cualquier cosa miras con ojos amenazantes a todo el mundo. Como si alguien te estuviera asechando o algo."-dijo en chiste, entre susurros mientras despedían a los clientes. Sakura se moría por sacudirla por los hombros y asentir con la cabeza para decirle que era verdad.

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Rio de manera nerviosa y pensó que quizás no tenía caso preocuparse por ello, porque no había nada que pudiera hacer por evitarlo. Seguro Sasuke tenía todos los medios para torturarla y eliminarla del mapa.

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Quizás ella no sabía absolutamente nada sobre él, pero era muy consciente de lo peligroso que podía ser. No sabía hasta qué extremo, pero lo sabía. Y el hecho de estar tan tensa le estaba pasando factura, le dolían horrores los hombros y la espalda de lo rígida que estaba.

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Maldito Sai, por haberla metido en ese embrollo.

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Seguía preguntándose a sí misma por qué él había hecho aquello y no llegaba a ninguna conclusión, prefería eso a aceptar que tal vez Sai no era el príncipe que ella creyó que era. Fueron demasiados años los que pasó idolatrándolo como para olvidarlo así como así. Incluso cuando se reencontraron Sakura notó que ya no le era tan indiferente y no la trataba como una niña. No entendía en qué se había metido ni por qué lo hizo, ella, por lo que había escuchado, parecía tener muchas deudas. Y para salvarse el pellejo y no quedar en la calle la había entregado a un desconocido sin pensarlo dos veces.

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¿Cuántas cosas desconocía de Sai? ¿Y de Sasuke?

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Al menos quería saber por qué lo hizo. Todos esos años de amistad no podían haber quedado en la nada. Tenía que hablarcon él aunque sea una vez más. Y quizás, de esa manera, ella podría llegar a perdonarlo. Si tenía algún problema, ella lo entendería, pero no había excusa lo suficientemente grande para poder justificar el que la haya vendido.

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Tenía que descubrir la relación entre Sasuke y Sai, y de ser posible buscar la manera de salir del medio de entre estos dos.

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-"¡Hasta la próxima!"-se despidió cordialmente del último cliente de la noche. Suspiró en cuanto las puertas se cerraron.

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Sintió como Ino le palmeaba la espalda y le miraba con piedad.

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-"Creo que ya has hecho suficiente, mejor vete y yo me encargo de limpiar antes que Greta se dé cuenta que te has ido, no quisiera tener que cargarte cuando te desmayes, estas agotada."-obvió mirándole las ojeras que tenía.-"¡vamos apúrate!"-le gritó bajito mientras la empujaba hasta los vestidores al tiempo que miraba de reojo a ver si alguien venía.

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-"¡Ino! Si serás bruta."-se quejó, aunque por dentro estaba dando saltitos de contenta. Refunfuñando se dio vuelta y le dio una pequeña sonrisa.-"Gracias cerda."-

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-"¡Ah! Ni que te lo fuera a dejar gratis."-se apuró a aclarar, sonriente. Se acercó confidente hasta susurrarle al oído.-"espero que hagas lo mismo por mí, porque tengo una cita y ni muerta me clavo hasta las nueve en el trabajo."-dijo mientras elevaba las cejas hacia arriba y abajo repetidas veces. Sakura reprimió el deseo de rodar los ojos.

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-"Claro, creo que fue esperar mucho de ti que hicieras algo sin recibir nada a cambio."-dijo sarcástica. La rubia solo se alzó de hombros y sonrió.-"Adiós, cerda"

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En cuanto cerró la puerta se vistió rápidamente y se peinó el pelo distraídamente. Abrió despacio la puerta y asomó la cabeza a ver si alguien andaba por allí. Espero encontrarse con alguna colega pululando por los pasillos o a los severos ojos de Greta reprimiéndola por querer escabullirse. Pero nada.

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Suspiró aliviada. La jornada de hoy se le hizo particularmente larga. Bueno, últimamente todas las jornadas le parecían largas y agotadoras. Desde que casi mata al moreno y su exitosa escapada de la mansión al estilo Misión Imposible, no paraba de ojear la entrada del restaurant asustada de verlo entrar por ahí y mirarla desafiantemente con su cara de ¿creíste que podrías escapar de mí, bitch?

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Pero nada de eso había sucedido, y el no saber nada era lo que le estaba carcomiendo los sesos. No sabía cuándo aparecería, ni que haría. Quizás ahora mismo cuando salga a la calle él la estaría esperando y sin medir palabra le pegaría un tiro en medio de la frente para luego dejarla tirada en una alcantarilla. Días después, ella saldría en las noticias e Ino aparecería en un reportaje diciendo oh, era tan buena chica, las últimas palabras que me dedicó fueron "adiós, cerda", mientras se enjuagaba las lágrimas teatralmente.

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Bueno, sabía que estaba delirando. Pero estaba muy nerviosa.

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De camino a su casa no se topó con ninguna limusina de vidrios polarizados y patente de dudosa procedencia ni con hombres de cara amenazante con un cuchillo en mano. Cerró la puerta, aliviada, y apoyo la espalda contra la puerta, dejándose caer. Enterró su rostro entre las rodillas y suspiró.

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Otro día más que seguía viva. Aseguró para sí misma que si Sasuke no la mataba, el estrés lo iba a hacer.

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A las afueras de la ciudad, en un área industrial totalmente desierta, un grupo de personas enfundadas en traje se reunían.

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Silencio en medio de la noche, seguido de un ocasional sollozo. Una última súplica, un disparo, y silencio de nuevo. Esta vez, de forma permanente.

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Un joven rubio salió detrás de uno de los edificios y caminó hasta donde el moreno fumaba recargado contra la pared, con la vista hacia la nada.

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-"¿Confesó?"- preguntó, sin desviar la mirada.

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-"Algo así"- se encogió de hombros el rubio, mientras suspiraba. Finalmente, ojos azabaches lo observaron, y enarcando una ceja, repitió sarcástico.-"¿Algo así?".

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-"Pues… sí confesó que fue él quien robó la lista de clientes, cosa que ya sabíamos. E incluso nos dijo a quién se la vendió."-manifestó distraídamente el de ojos celestes, al tiempo que se quitaba los guantes de plástico, manchados con sangre.

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-"¿Quién?"- fue lo único que oyó decir entre dientes Naruto de la boca de Sasuke.

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-"No te alegrará saberlo."-exhaló aire de nuevo, y notó como el aire se transformaba en humo, como si fumara un cigarro. La noche se estaba volviendo muy fría, al igual que la mirada que Sasuke le estaba dirigiendo en ese momento.-"Fue Orochimaru."-

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El moreno gruñó, mientras liberaba con un último soplido la nicotina de sus pulmones, para luego arrojar el cigarrillo y pisarlo con fuerza, como si fuera al mismo Orochimaru a quien estuviera pisoteando.

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-"Ese bastardo sí que logra ponerte de malas eh."-bromeó el rubio con una sonrisa zorruna, la cual desapareció casi al instante.-"Supongo que tendremos que lidiar con él también."-

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-"Pronto."-espetó el azabache.-"Diles que limpien este lugar, no quiero que quede nada."- Naruto lo miró durante unos breves segundos, antes de asentir con firmeza y volverse sobre sus talones por donde vino, colocándose de nuevo los guantes. Sasuke lo miró mientras se alejaba, en tanto tomaba del bolsillo de la chaqueta el paquete de cigarrillos. Solía pensar mejor cuando fumaba, la nicotina se filtraba por sus pulmones y fluía con la misma rapidez que las ideas en su cabeza. Solo que cuando trató de concentrarse una fuerte palpitación en la nuca se lo impidió y le hizo lanzar una maldición por lo bajo.

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Aún le jodía allí donde recibió el golpe. Con una ladina sonrisa en los labios tomó con sus dientes un cigarro del pack.

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Mira que haberlo golpeado a él… ni su madre le había puesto una mano encima. No podía decir lo mismo de su padre. Las miradas de Fugaku eran tan duras como sus golpes. Estaba acostumbrado al dolor, pero aun así…

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Pensar en la joven muchacha que hacía todo lo posible por llevarle la contraria con cada acción o palabra suya lo hacía vibrar de excitación. No había tenido mucho tiempo de jugar con ella ni de planear una jugosa forma de devolverle el favor por lo que le hizo, estuvo muy ocupado con sus negocios. Sin embargo, dedicó unos segundos en recordar como ella se apretaba contra la pared como un tigre enjaulado, con los bellos erizados y enseñando sus garras, totalmente a la defensiva. Para luego derretirse como un gato doméstico ante sus caricias. La carne es débil, se dijo, complacido.

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Estaba a punto de encender su cuarto cigarro esa noche cuando un ruido detuvo sus movimientos por completo. Fue leve, pero bastó para que todos sus sentidos estuvieran en alerta.

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Encendió el cigarro con total parsimonia. Disimuladamente y con movimientos gráciles, acercó su mano hasta el costado de su camisa, como queriendo guardar el mechero. Fueron cuestión de segundos hasta que desenfundó su arma y con un sonoro clic soltara el martillo, y apuntara con el cañón hacia una silueta que se camuflaba en la oscuridad de la noche.

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¡Bang!

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Resonó por el lugar, rompiendo con la paz de la noche.

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-"¡Sasuke!"-fue lo último que se escuchó. Acto seguido, más disparos, ahogados por los truenos y las oscuras nubes que se cernían sobre el cielo.

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Asomó la mano por la ventana, y cuando la trajo de vuelta hacia el calor de su hogar, estaba empapada. Bueno, estaba lloviendo, duh.

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Aun así, cielos oscuros como este presagian oscuridad, de la clase que atrae tragedias, solía decir de forma sombría y misteriosa su madre. Siempre fue supersticiosa, del tipo que si se le derrama por accidente la sal, arroja una pizca sobre el hombro izquierdo como contramedida a Satanás, quien iba a maldecirla con una vida llena de mala suerte.

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Para lo que le sirvió. Sonrió con amargura.

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Sacudió la cabeza para echar esos pensamientos de su mente. Pero no pudo evitar preocuparse, y específicamente, no pudo evitar preocuparse por alguien.

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¡Maldición! Ha pasado más de un mes desde la última vez que lo vio. Con lo poco que lo conocía, a esta altura ella debería estar encerrada en un calabozo complemente maniatada con él azotándola con un látigo como Christian Grey a Anastasia por haber sido una chica traviesa y blanquear los ojos sin su condenado consentimiento. Y ella gritaría ¡Rojo! ¡Rojo!* hasta que el dejara de azotarla con el instrumento de cuero y comenzara a torturarla de forma más placentera con su…

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El ruido de la lluvia se escuchaba de forma aplacada dentro su habitación. Sintió sus mejillas arder al punto de acalorarse. Nunca debió leer el puto libro.

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Un repentino apagón la hizo saltar de la silla donde estaba sentada y volcarlo hacia atrás. Soltó un respingo, el ruido de la caída la hizo sobresaltarse nuevamente. Respiro de forma acelerada y temió lo peor.

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Oh por Dios… ¿y si lo maté?

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Chilló por dentro. Es decir, el tipo era un hijo de puta, pero de ahí a matarlo…

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Cielos oscuros como este presagian oscuridad, resonaron las palabras de su madre en su cabeza. Carajo, ¿y si venía por ella? Nunca le tomó el pulso antes de irse. ¿Habrá muerto mientras ella escapaba? ¿Por eso nunca más apareció para acosarla?

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Pues ahora iba a acosarla, pero en muerte.

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No había ninguna explicación científica o racional que pudiera hacerla desistir de esa idea. Ni siquiera con sus conocimientos en el campo de la medicina podía disuadirse a ella misma de que Sasuke estaba perfectamente vivito y coleando cuando se marchó. Mucho menos lo pensó cuando alguien llamó a su puerta con un golpe sordo.

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Giró su cabeza tan fuerte que casi se la arranca. Nadie nunca iba a visitarla. Dirigió su mirada hacia la puerta y… le agarró hipo. Joder, estaba cagada de miedo.

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Miró de un lado hacia el otro en busca de un arma, o un crucifijo, lo que encontrara primero. Lo único que vio fue la raqueta de bádminton de su padre, la cual asió con fuerza con sus pequeñas manos, y con ligeros y temblorosos pasos se acercó hasta la puerta. Se vio tentada de preguntar quién era, como en las películas de terror, pero eso siempre resultaba en la persona muriendo de forma estúpida sin siquiera haber podido hacer algo para evitarlo. Lamentó no tener un mirador en la maldita puerta. Sintió como la habitación se volvía más pequeña y la asfixiaba. Sin pensarlo dos veces, la abrió de golpe y con los ojos cerrados alzó la raqueta para estrellarla contra el espíritu vengativo que la acechaba.

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-"¡Fuera, Satanás!"-vociferó.

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No hubo impacto. La raqueta nunca chocó con ningún objeto concreto por lo que solo movió el aire. De repente oyó una profunda risa por lo bajo.

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-"Oh… y yo que quería sorprenderte".- dijo una seductora y lánguida voz.-"¿Cómo sabías quién era?"-

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Sakura abrió los ojos de golpe y sus sorprendidas orbes se encontraron con los profundos y oscuros pozos negros de Sasuke, quien la miraba divertido. Iba a decir algo pero solo pudo hipear.

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Se sonrojó y él la miró divertido. –"¿Vas a invitarme a pasar o vas a dejar que me muera de frio?"- preguntó con cierta insistencia.

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Iba a responderle que se fuera con la chingada madre que lo parió y que por ella podía morirse de frio y mucho más, hasta que vio como sus ojos se nublaban levemente, y que su espalda siempre recta y altiva parecía cargar con todo el peso del mundo sobre ella. Por lo que solo atinó a hacerse a un lado cediéndole lugar para pasar, de forma casi automática. Sin esperar ningún gesto más, Sasuke pasó de lado hasta ingresar a su cálido hogar. El contraste con la fría y húmeda piel del moreno contra la suya la hizo estremecer ante la diferencia de temperaturas, y algo más.

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Sakura, nunca le abras la puerta a extraños.

¡Sakura! ¡No dejes la puerta abierta! Los espíritus malignos podrías entrar. La asustaba su madre de pequeña.

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De repente en su cabeza las enseñanzas de su madre se repetían como una grabadora y se iban haciendo más lejanas a medida que cerraba la puerta para evitar que el frío viento se colara por ella.

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Sentía su magnánima mirada desde allá arriba o donde quiera que esté, con ojos reprobadores al tiempo que suspiraba decepcionada. Sakura se encogió en su lugar. Lo siento, mamá. Pensó. Dejé pasar a algo peor que un extraño o un espíritu malvado a nuestra casa.

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Recogía del suelo algunas prendas que habían quedado redadas por allí y volvió a colocar a la raqueta de bádminton en su lugar. Milagrosamente, la luz volvió a los pocos minutos después de haberse cortado. De fondo, se escuchaba el ruido de la lluvia al caer y chocar contra su ventana. Al igual que el ruido de la ducha en el cuarto de al lado.

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-"Voy a tomar un baño"- Anunció el moreno, y se adentró al cuarto de baño como si le perteneciera, como si toda la puta casa fuera suya.

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Y ahí estaba ella, imaginándoselo en la ducha, su ducha. Completamente desnudo y enjabonase los músculos. Gruñó.

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Maldición, como pudo ser tan estúpida de dejarlo pasar. No pudo evitarlo, se defendió a ella misma. Su voz y su mirada eran tan magnética y hechizante como para las ratas lo eran las sonatas del Flautista de Hamelin. Tenía que pensar en cualquier otra cosa, y no el hombre desnudo que estaba duchándose en su baño.

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Lanzando maldiciones por lo bajo mientras limpiada el camino de charcos que Sasuke dejó en su piso hasta llegar al cuarto de baño, se estrelló la cabeza contra la puerta cuando esta se abrió de golpe. Calló hacia atrás con todo su peso y de manera no muy grácil. Podía ver pequeñas lucecitas frente a sus ojos y la cabeza le empezó a dar vueltas. Cerró los ojos fuertemente y respiró una gran bocana de aire para mitigar el dolor. Se llevó una mano a la frente y abrió los ojos con furia hacia el culpable de su penosa caída. Todo el enojo y los insultos se le atoraron en la garganta cuando la silueta del moreno se vislumbró por entre el vapor del baño. Allí fue cuando Sakura lo vio, pero realmente lo vio, con todo su esplendoroso cuerpo, completamente desnudo. La mandíbula se le desencajó de su lugar y llegó a ver la sonrisa arrogante brillar en sus ojos.

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Sus ojos estaban prácticamente a la altura de su… paquete, y no pudo evitar pensar que esa cosa había estado dentro de ella causando estragos en su cuerpo. Maldito exhibicionista.

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-"¿Necesitas ayuda?"- se mofó el otro, ofreciéndole la mano. Sakura bufó por lo bajó, completamente roja, y trató de apartar con todas sus fuerzas la mirada de allí abajo, y de sus abdominales. Sin embargo, en la última milésima de segundo logró vislumbrar por el rabillo de ojo una mancha de sangre sobre una gasa mal colocada en el hombre izquierdo del hombre.

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Consternada, clavó la mirada fijamente en ese punto; al mismo tiempo que él retiraba su mano de forma tensa y cubría su herida con la otra.

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Pasó de largo dejándola atrás y tomó de forma casual unas toallas que estaban dobladas sobre la colcha. La inquietud la hizo pasar por alto el respingón trasero del moreno y levantarse rápidamente hasta acercarse donde él estaba.

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Tomó con fuerza la muñeca de éste y le miró con insistencia.-"¿Qué sucedió?"-inquirió con voz firme.

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Sasuke detuvo sus movimientos y lentamente se volteó lo suficiente como para mirarla de lado, fríamente le contestó.-"No te incumbe"- y le apartó la mano con un brusco balanceo del brazo, y siguió secándose el cuerpo. Ella se encogió un poco ante esa mirada, pero solo un poco.

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Armándose de valor, pegó media vuelta, rodeándolo, y dio un pisotón al suelo al tiempo que se le plantó de frente, tratando de intimidarlo con la mirada; a pesar de que él le llevaba casi dos cabezas de diferencia y su mirada era tan fría como un tempano.

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-"Escucha, esta es mi casa, maldita sea."-escupió, y trató de no flaquear.-"vienes aquí, te mentes sin mi consentimiento en mi casa y en mi puta ducha, herido, y me dices que no es de mi incumbencia."-sus ojos oscuros seguían posándose sobre los de ella, como dagas, y se sintió más pequeña.-"aunque sea… déjame ver esa herida, es lo que el juramento hipocrático demanda*."-susurró estas últimas palabras, medio entre dientes, a pesar que ella aún no era doctora y no había hecho tal juramento.

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Sasuke relajó su mirada, y sin omitir palabra, se sentó en la silla donde ella había estaba anteriormente sentada. Con sus largos y delgados dedos como pianista se despojó del ya inservible vendaje y dejó la herida al descubierto, para luego mirarla de forma perezosa entre sus largas pestañas.

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Sakura enderezó la espalda de manera abrupta, captando el mansaje, y buscó con ojos nerviosos en todo el cuarto, tratando de recordar donde tenía el kit de primero auxilios. Salió disparada hacia su cuarto, y regresó con varias cajas.

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Acomodó una silla frente al brazo herido de Sasuke y dejó los estuches con sus instrumentos sobre la mesa. Miró la herida, lanzó una fugaz mirada al rostro del moreno, y volvió a posarla sobre el brazo.

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Una herida de bala.

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Decidió no hacer más preguntar, por ahora. Con un suspiro, examinó con más detenimiento la herida. No era muy profunda, pero si sangraba mucho. Apenas fue un roce, la bala no estaba enterrada en la carne, pero si le machacó bastante la nívea piel, ahora teñida de rojo. Presionó suavemente la herida con un compresor y lo escuchó gruñir. Utilizó puntos de presión sobre las articulaciones del hombro para controlar el sangrado. Colocó los dedos bajo el mentón de Sasuke, quien tenía los ojos cerrados y la cabeza ligeramente echada hacia atrás, para comprobar si su pulso había disminuido. Todo en orden. Buscó rastros de la bala en la herida, pero había sido un corte bastante limpio. Notó que Sasuke cuando se bañó trató de no mojarse el brazo. Bien, gracias a los cielos, tampoco había entrado en estado de shock ni nada parecido. Así que solo limpió la herida y cambió las vendas, más tarde verificaría si necesitaba coser algunos puntos.

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-"Toma"-le tendió unas pastillas. Él abrió los ojos lentamente y la miró desapasionadamente. Ella frunció las cejas.-"Son analgésicos, imbécil."-lo insultó. Sasuke le clavó la mirada nuevamente, y desvió los ojos hacia las pastillas que aún sostenía con la mano. Estiró su brazo sano y tomó las pastillas. Sin titubear, las engulló del golpe sin darle tiempo si quiera de ofrecerle un vaso de agua. Sakura solo lo observó enmudecida. Este animal, pensó.-"Deberías hacer reposo."-aconsejó, más suave, y en tono profesional. El moreno no parecía tener muchas intenciones de irse, y ella no se sentía con la voluntad de echar a un herido a patadas de su casa en medio de la lluvia, por más que fuera el mismo imbécil que la violó y secuestró. Sin nada más que poder ofrecerle para descansar, el único lugar que tenía para ello era su habitación. Se levantó de su lugar y se dirigió hasta al cuarto. Abrió la puerta y, no sin cierta incomodidad, le ofreció la entrada con un gesto teatral, como si fuera un mayordomo.

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El moreno sonrió de lado y se puso de pie nuevamente, marchando hacia donde ella le indicaba. Solo ahí, Sakura cayó en cuanto de que él seguía completamente desnudo. Totalmente enrojecida, le grito desde la entrada, justo cuando el ingresó a su cuarto:-"¡Ponte algo de ropa!"- y cerró de un portazo. Dando fuertes pisotones hasta la cocina, incluso creyó haber escuchado una risa ahogada del otro lado.

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Aplicó hielo sobre su incipiente chichón. Su frente de por sí ya amplia ahora estaba adornada en el medio un pequeño montículo. Como si esta no fuera lo suficientemente desagradable. Más de media hora había trascurrido desde que abandonó al Uchiha en su habitación, a la cual no se atrevía a volver a entrar. Observaba la puerta como si al ingresar allí el lobo feroz iba a estar esperándola, limpiando sus colmillos luego de haber devorado a la abuela; y ella era caperucita. No distaba mucho de la realidad, observó. Sasuke sí se parecía al lobo feroz. Pero ella no era una inocente y tonta caperucita.

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Minutos después de haber cerrado la puerta, Sakura, sin siquiera atreverse a mirar, había arrojado la ropa que encontró de su padre para que el muy degenerado se vistiera. Asumió que con el tiempo que trascurrió ya debería estar en un estado más decente. Así que optó por prepararle un té de hiervas, para el dolor que podría estar aun sintiendo. Que buena era, se alabó ella misma. De paso, también escondió un cuchillo bajo las servilletas. Bueno, nunca se sabe.

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Reuniendo todo el coraje que pudo, inspiró aire y lo exhaló de golpe, para darse valor a sí misma. Con la bandeja en mano, se encamino hacia la puerta, con pasos decididos. Sin siquiera tocar, la abrió de golpe. Lo que encontró no fue precisamente lo que esperaba ver. Sasuke tendido sobre sus rosadas mantas, medio sentado, apoyando su peso sobre una almohada de corazón en su espalda. Pero eso no fue lo que la hizo paralizarse, ah no señor. Lo que la hizo petrificarse fue ver al moreno con un libro en sus manos y leyendo con una divertida mirada la historia de 50 Sombras de Grey.

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¡Noooooo!

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Aulló por dentro, dejando caer la bandeja al suelo. Solo ahí él volteó la mirada hacia ella, y de forma consternada le dijo.-"Oh, cariño, lo lamento tanto, debes haber estado muy insatisfecha hasta ahora con mi… desempeño."-se lamentó, como si realmente lo sintiera, meneando la cabeza de un lado al otro.-"Si tan solo me hubieras dicho que tenías esta clase de… fetiches, vaya que eres traviesa"-continuó, con voz juguetona.

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-"¡Devuélvelo, pervertido!"-chilló. Saltó sobre los trozos de la taza de té rotos y se abalanzó sobre la cama, y sobre él.

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-"¡Vaya!"-exclamó, como sorprendido.-"Nunca nadie se abalanzó sobre mí de esta manera."-le provocó, cuando ella se lanzó sobre él como un amazona, quedando encima de su cuerpo. Ella estiró su cuerpo sobre el de suyo para intentar alcanzar el libro que sostenía con la mano derecha, pero la longitud de ese brazo le resultaba kilométrica, y no podía estirarse lo suficiente con él sosteniéndola por la cintura.

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Sin darle tiempo si quiera a reaccionar, Sasuke se volteó, dejándola abajo. En ese instante, ella pareció cobrar sentido nuevamente, y se sintió totalmente avergonzada e iracunda cuando él le dedicó una ladina sonrisa. Arrojó el libro por un costado, y se posicionó mejor entre sus piernas, presionándola contra la colcha. Por un momento el aire abandonó sus pulmones, y solo atinó a agarrarlo por los hombros. Lo escuchó maldecir entre dientes, y se dio cuenta que había tocado su brazo herido.

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-"Lo siento"-se disculpó rápidamente, y quiso abofetearse por ello, era él quien debía estar disculpándose.-"¿Ya terminaste? Me gustaría que dejaras de arrinconarme como en violador."-dijo, teniendo en cuenta que eso es lo que él en realidad era. Sasuke enarcó una ceja.-"¿Tienes prisa?"-preguntó lentamente, con voz profunda, y se presionó aún más contra su sensible cuerpo. Sakura se estremeció bajo su peso y ante sus ojos vio el hermoso rostro del hombre que constantemente la sometía. No pudo evitar quedársele viendo como una boba, a lo que él aprovechó para aproximar sus rostros. Sakura sintió como su respiración se mezclaba con la de él y sus ojos de desviaron hacia sus finos labios. Lo último que vio fue su típica sonrisa ladina antes de que él se lanzara contra sus labios. Ahogó un jadeo cuando sus bocas por fin chocaron, y fue como la explosión de un volcán. Nada se compara con ser besada por este hombre, pensó, por mucho que lo odiara. El ladeó la cabeza para profundizar el beso y con una mano enmarcó su rostro, y lo hizo con una delicadeza no muy propia de su persona. Restregó su cuerpo caliente contra el de ella, y Sakura solo pudo derretirse como el hielo ante el fuego. Hacía más de un mes que no la tocaba, y su traicionero cuerpo pedía a gritos que la atendiera en lugares que ella creyó no necesitar jamás.

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Sin pensarlo mucho, se acomodó en la cama de forma tal que permitió un mejor acceso al moreno sobre su delicado cuerpo. Por dentro, Sasuke sonrió victorioso. En respuesta, arremetió con su lengua dentro de la pequeña cavidad de la joven mujer. Ella solo gimió y se retorció como un felino cuando el comenzó a acariciar su piel. Deslizó una mano bajo su pijama amarrillo con estampados de patitos, y ahuecó una mano sobre su necesitado pecho. Entre besos, Sakura dejó escapar un jadeo. A lo que Sasuke reaccionó presionando su dura entrepierna contra la de ella, haciéndole notar que él la necesitaba también. A Sakura comenzaba a palpitarle el sexo, y se preguntó en qué momento se había convertido en una golfa. Pero se olvidó de ello tan pronto como el moreno empezó a dejar un camino de besos sobre su blanquecino cuello.

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-"Um… ¡Ah!"-gimoteó, cuando él le pellizco el pezón, lo miró por entre las pestañas, resentida; para encontrarse con un divertido Sasuke levantando su adorable pijama, haciendo a un lado su sostén y engullendo el malherido pezón, un ¡Oh! Fue cuanto se le escapó de los labios cuando el comenzó a chupar y lamer esa zona. Lo único que pudo hacer en medio de ese delirio de placer fue posar sus manos sobre la parte posterior de la cabeza del Uchiha. No pudo evitar notar el gran montículo que había escondido entre sus finos cabellos, y una socarrona sonrisa le adornó los labios. Sasuke también lo notó, así que la miró y con su rostro aún entre sus pechos la fulminó con la mirada.-"¿te divierte lo que has hecho?"-preguntó de forma obscura.

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Iba a responderle que sí, cuando un gemido fue lo único que logró emitir, luego de que el colara un dedo en su entrepierna.

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-"Oh… um, ah… maldito… ¡ah! Bas-bastardo"-logró decir entre jadeos, cuando Sasuke agregó otro dedo y comenzó a bombearla allí abajo. Se sintió desfallecer, porque nada podía sentirse tan bien como esto que estaba sintiendo. Pero Sasuke le demostró que sí cuando volvió a besarla y a acariciar su pecho con la mano libre. No entendía como pero hacía parecer que estaba en todos lados, y siempre le tocaba los lugares correctos.

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Su júbilo fue repentinamente cortado cuando él se separó abruptamente y retiró los largos dedos de su húmeda y palpitante entrada. Gimió en protesta, mirándolo con odio. Sasuke solo le devolvió una sonrisa satisfecha.

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-"Tienes que tocarme a mí también, dulzura"-dijo mientras tomaba su mano y la dirigía a sus abultados bóxer. Notó que era la única prenda que llevaba puesta y que esta estaba a punto de explotar en cualquier momento. Sintió sus paredes internas contraerse en cuanto hizo que su mano tocara más firmemente su pene sobre la tela. Su mente volvió a maquinear, y su mirada cobró nitidez nuevamente, dándose cuenta de lo que estaba haciendo. No podía, no podía hacer esto con él. No así. Siempre fue a la fuerza, sin su consentimiento, pero esto…

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Sasuke vio la duda en sus ojos y no dejo que lo pensara mucho. Se acercó hasta su oído y se presionó una vez más contra su suave cuerpo.-"No lo pienses"-le susurró al oído con voz seductora, como la serpiente del paraíso que incitaba a Eva a morder la manzana. Le mordisqueó levemente el lóbulo, y Sakura dejó encapar un ligero suspiro de placer.-"Lo disfrutas, ambos lo hacemos. No tienes por qué retenerte, Sakura."-sentenció, al tiempo que tomaba su barbilla y la besaba nuevamente. Sakura olvidó porqué le pareció tan importante resistirse.

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Por primera vez, correspondió el beso. Aunque torpemente, poco a poco iba pillando el ritmo, gracias a la paciente enseñanza de Sasuke. Sin miramientos, la tomó fuertemente de la cintura, para voltearse y ahora ser ella, quine quedara arriba. Imaginó que de esa forma, era más fácil para él que estar sosteniendo todo su peso con el hombro herido.

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Ante la nueva posición, se sintió cohibida y… también poderosa. Tener a ese hombre bajo sus piernas la hizo vibrar de excitación. Éste volvió a colar su juguetona mano por los pantaloncillos para retomar la dulce danza con los dedos dentro de ella, Sakura se lo agradeció con un gemido. La tomó por el cabello tirando hacia atrás, para un mejor acceso al cuello, regándolo de largos y apasionados besos. Le dirigió una profunda mirada que ella entendió perfectamente. Deslizó su pequeña mano, no sin cierta reticencia, hacia la parte de Sasuke que pujaba para salir de su bóxer. Tragó duro, y palmó la superficie del mismo, notando que la punta estaba húmeda. De forma recatada, corrió ligeramente el elástico del bóxer, e inmediatamente su pene surgió con un brinco, irguiéndose orgullosamente ante ella. Su boca se secó, se relamió los labios cuando notó que Sasuke la observaba fijamente, al tiempo que seguía masturbándola. Por un segundo titubeó, pero luego pensó: maldición, estudio medicina, en mi vida veré muchos más penes que este. Así que lo pensó como si fuera una clase de anatomía.

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Ante esta nueva perspectiva, su mente se tornó más curiosa y se avocó totalmente a la tarea. Lo tomó con firmeza, y acarició el pequeño orificio que lo coronaba con el dedo pulgar. Lo levantó y vio que un hilillo de líquido pre-seminal se le escurría por entre los dedos. Sintiendo que iba por buen camino, bombeó el falo del miembro con más ímpetu. Creyó escucharlo gemir, levantó la vista y se deleitó con un Sasuke con los ojos nublados de deseo. Satisfecha, sonrió. A lo que él la castigó pellizcando el clítoris. Jadeó una vez más, y él agregó otro dedo a su interior realizando movimientos de tijera, estirando sus músculos para cuando él ingresara allí.

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Abochornada con los sonidos que salían de sus labios, trató de esconder su rostro; pero él se lo impidió.

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-"Deja de esconderte, maldición."-dijo con una voz que parecía sacada de una película porno, y ella le respondió que no lo haría, con voz trémula. Estaba segura que si él le pedía que bailara desnuda en medio de la calle en ese momento ella hubiera respondido igualmente que sí, con tal de seguir recibiendo el dulce placer de esos mágicos dedos. En medio de toda esa vorágine de placer, Sakura se vino y gimió muy alto cuando lo hizo. Aunque no le importaba mucho a esta altura.

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Ahora lo miraba desde su privilegiada posición con ojos vidriosos, y Sasuke le tomó del mentón con los mismos dedos que acababa de hacerla venirse.-"Ya sabes que hacer."-le dijo, delineando su labio inferior con el pulgar. Cuando por fin entendió a qué se refería, su boca quedó abierta en una perfecta O, y él introdujo sus dedos en ella. Con la misma delicadez que mostró hace unos minutos atrás, le hizo agachar la cabeza para que pudiera ver su miembro, aun completamente erguido. Ya no se sentía como ella misma, no cuando bajó gustosa por el cuerpo de Sasuke y se acomodó con el rostro entre sus piernas para mamarle la verga. Todavía seguía por las nubes con el orgasmo de recién, por lo que se movía como si todo fuera un sueño.

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Del mismo modo, tomó sin muchas preocupaciones el miembro de Sasuke entre sus labios. No podía meterlo por completo, ni siquiera la mitad. Así que opto por masturbarle la base y masajear sus testículos mientras con la lengua delineaba el contorno del miembro masculino, para luego volver a chuparlo como una paleta de helado, y así lo succionó varias veces, hasta que él volvió a tirar de su cabello para que lo mirara.-"Suficiente."-declaró con un siseo, y ella lo miro con cara de ¿y ahora que hice? La única respuesta que obtuvo del moreno fue que volvió a alzarla hasta dejarla de horcajadas sobre él. Saco de vaya-Dios-a-saber-dónde un preservativo y lo envolvió de forma habilidosa sobre su pene. Ella solo lo vio hacerlo. Al igual que lo dejó que quitara todas las prendas que cubrían su cuerpo. Saberse totalmente desnuda ante él seguía poniéndole los nervios de punta, pero la forma en que la miraba la hacía sentir como la mujer más hermosa del mundo.-"Hazlo tú"-ordenó.

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-"¿Y-yo?"-preguntó nerviosa. Sasuke solo asintió y acomodó el pene en los tiernos y húmedos pliegues de su cavidad. Tragó saliva y con mucho cuidado tomo el miembro y trató de hacerlo encajar con su entrada, él la abrió aún más de piernas y la ayudó con una mano en la cadera. Cuando logró hacer entrar la punta, lo único que restó fue bajar lentamente hasta que entrara de a poco. Unas escurridizas lágrimas bajaban por sus mejillas. No era igual que los malditos dedos, y le dolía como el infierno. El Uchiha la dejó que se acomode cuanto pudiera hasta acostumbrarse a su tamaño, procurando atender el hinchado clítoris y masajeando sus senos para mantenerla excitada, y funcionó. Entre gimoteos y jadeos, comenzó a balancearse primero hacia adelante y hacia atrás. Luego él la tomó por las caderas y la hizo subir hasta que su pene casi sale de ella, para bajarla de un movimiento brusco, enterrándose en su ser por completo. Sakura solo podía morderse el labio para reprimir sus gemidos y no parecer un animal en celo. A Sasuke le pareció divertido verla intentarlo. Y con su ayuda, ambos fueron acelerando el ritmo de las embestidas. Sakura casi se cae para atrás cuando el balanceó sus caderas profundizando la unión. Su cuerpo, muy a su pesar, había extrañado ese espacio que él llenaba ahí abajo, y las atenciones que sus manos le daban.

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Sasuke se incorporó hasta quedar sentado, y Sakura solo pudo atinar a envolver los brazos en su cuello, mientras ambos seguían disfrutando del placer de cada estocada, hasta que ella no pudo más y lo apretó aún más en su interior, derramándose en el proceso. Sasuke no pudo aguantar mucho más las contracciones de esa dulce y palpitante cavidad hasta que se corrió a los pocos segundos.

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Todas sus fuerzas la abandonaron y calló desplomada sobre el amplio pecho que yacía bajo ella. Ambos sudorosos, y aún unidos.

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-"No eres tan ruda después de un polvo."-le oyó decir, mientras recuperaban el aliento.

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Trató de reincorporarse para darle una bofetada, pero no tenía la fuerza suficiente, ni tampoco el aliento para responder con algo mordaz, así que le lanzó dagas con la mirada, esperando que con eso muriera miserablemente, sin poder levantar la cabeza de su pecho. Él hizo esa mueca tan típica suya que solo podía interpretarse como una sonrisa. La apretó contra su cuerpo y a Sakura se le infestaron las fosas nasales con el olor inconfundible de un hombre que acaba de tener sexo. Pensó que ella debía olor terrible, así que trató de apartarse, pero su cuerpo fue aprisionado por unos brazos de acero.

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-"Oh no, esto no termina aquí, dulzura."-dijo, con voz amenazante. Le tomó la mano y la llevó hasta el chichón que ocupaba su antes perfecta nuca.-"Aun me debes una por esto, y no creas que con haber follado una vez vas a hacer que lo olvide."-con una mirada siniestra, lo sintió ponerse duro dentro suyo una vez más.

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¡Nooooo!

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Se lamentó no por primera vez esa noche, y solo fue el primero de una larga y (aunque no quería admitir) placentera jornada.

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N/A: Bueno, han pasado años. Lo que me gustaría hacerles saber es que he leído todos sus review, es decir TODOS, y simplemente me sentí muy mal de dejar la historia sin una continuación. Se lo mucho que querían saber cómo continuaba. Quisiera hacerlo con todas las demás, y con mucha más frecuencia, pero como debí haber aclarado antes, escribir para mí es un hobbie, no lo hago de oficio, ni gano dinero con ello, como ninguna otra persona que escriba por aquí. Empecé a escribir cuando tenía 15 años y luego simplemente dejé de hacerlo. Había olvidado lo divertido que era, así que disfruté escribiendo este capítulo. Muchas gracias a todas las amables personas que me han dedicado una palabra de aliento y me han deseado lo mejor sin siquiera conocerme. Siento que he perdido un poco la mano he incluso tuve que releer la historia un par de veces para recordar de qué va. Espero que este pequeño regalo las haga feliz, y si puedo intentaré escribir más seguido cuando la inspiración me azote como lo hizo el día de hoy.

ACLARACIONES

*Como habrán leído, hice muchas referencias al libro 50 Sombras de Grey. Quizás sea presuntuoso de mi parte asumir que todos conocen la historia y pudo haber personas que cuando leían no entendieron ni mierda. Básicamente trata de un magnate multimillonario (Christian Grey) quien se obsesiona con una joven virgen (Anastasia Steele) a la cual seduce y lleva a un mundo de placeres sexuales. Un hombre con muchos traumas y fetiches entre los cuales estaba su tendencia al sadomasoquismo. La referencia a "rojo" es la palabra de seguridad que usaban para indicar cuando el acto sexual le causaba dolor (por ejemplo cuando la estaba azotando), quizás no explica del todo bien la historia pero si quieren más información pueden encontrarlo en internet.

*Juramento hipocrático: es un juramento público que pueden pronunciar los que se gradúan en medicina ante los otros médicos y ante la comunidad. Su contenido es de carácter ético, para orientar la práctica de su oficio. (Fuente: .org)

Saludos!