Marierux: Todo sigue dando vueltas y vueltas en este fic, ahora se aclaran las razones por las que Blaine se pone a beber y lo que puede traer como consecuencias, además... él se enterará de más cosas de las que espera y por si fuera poco ahora se conocerán más cosas en torno a Kurt, sólo esperamos que sea de tu agrado y más o menos lo esperado. Suerte en todo y gracias por leer y comentar, estamos hablando =)
Candy Criss: Realmente te sorprenderá la exactitud que han tenido las cuatro opciones que nos dices, esperamos que sea de tu agrado lo que sigue, nos leemos pronto! =)
adriana11: Ahora sabrás por qué Blaine se tomó las cosas tan mal, y pronto se verán las consecuencias de sus actos. Esperamos te guste lo que sigue, gracias por leer y comentar!
DessKlaine: No sabemos si te esperabas lo que viene a continuación, sólo esperamos que sea de tu agrado, ahora sabrás por qué Blaine no es capaz de dejar a Sebastian y todo lo que pasa con Kurt, la forma en la que todo se va desarrollando en la "relación" con Blaine ... todo seguirá girando como siempre. Nos estamos leyendo, suerte en todo, qué estés muy bien!
Muchísimas gracias a todos aquellos que siguen la historia, lamentamos bastante la tardanza, pero esperamos que este capítulo les guste y la espera haya valido la pena, nos leemos la próxima, muchas gracias.
julieloveskurt-Anixita
ADVERTENCIA: ESTE CAPITULO CONTIENE LEMMON
Aun ni siquiera había abierto los ojos y una punzada de dolor ya había atravesado su cabeza como una ráfaga de viento, a lo lejos podía escuchar las bocinas de algunos autos en el trafico y los acostumbrados gritos matutinos de su anciana vecina, seguramente eso había sido lo que lo había despertado. Se enderezo lo más suavemente que pudo, aferrando su agarre a las cobijas debajo de él, como si eso fuera garantía de que el mundo dejaría de girar tan estrepitosamente como lo hacía ahora. Un malestar extraño en su estomago, que seguramente eran las nauseas más horribles que había tenido en su vida, lo hizo volver a recostarse de golpe, definitivamente no podía levantarse.
Con los ojos aun cerrados, Blaine trato de recordar lo que había sucedido la noche anterior, el por qué se encontraba en ese estado deplorable, el por qué se sentía morir; pero solo pequeñas escenas borrosas se le presentaban, y difícilmente podía distinguir que era real y que no. Se quedo recostado unos minutos más, hasta que decidió que necesitaba esforzarse más. Con toda la fuerza que su ser le permitió se levanto y se sentó en la cama, al buscar el reloj que siempre estaba sobre su mesita de noche para ver la hora, lo primero que salto a su vista fue un bote de aspirinas con una nota al lado
"Toma un par cada cuatro horas hasta que te sientas mejor"
Inmediatamente después, la desordenada caligrafía de Sebastian y la frialdad que se notaba en la nota trajeron al fin la claridad a la mente del ojimiel, ahora podía recordarlo todo: El beso, el piano, el vino, Karofsky, los cristales rotos, la estación de policía, la fría celda, el rostro decepcionado de Sebastian… Kurt.
Cuando fue consciente de todo eso, se dejo caer sobre la cama de nuevo, sin importarle nada, se puso las manos sobre la cara y suspiro frustrado, una renovada mezcla de sensaciones que iban desde la culpa hasta la furia inmensa lo invadieron de nuevo. Definitivamente cuando todo esto empezó, jamás imagino que todo terminara así…
19 días antes de que Blaine fuera arrestado:
Blaine estaba sentado en el escritorio de su despacho un viernes por la noche, completamente concentrado en sus notas, por primera vez ya un par de meses se había quedado en la oficina para realmente trabajar. Pasaban de las nueve de la noche, Sebastian estaba a la mitad de su turno de cuarenta y ocho horas en el hospital, así que no tenía mucho sentido volver a casa si realmente quería trabajar, estaría solo y era completamente seguro que se distraería con cualquier cosa; y Kurt, hacia ya unos cuantos días que no se encontraban. Aparentemente Kurt, con un estado ya más estable, había decidido dedicarle un poco de tiempo a su trabajo de la escuela, y Blaine había decidido que eso era algo bastante bueno, un enorme avance en definitiva, así que sin Sebastian ni Kurt realmente lo único que le quedaba era trabajar. Era bastante curioso hasta donde había llegado esta situación, para cualquier persona esta situación sería bastante sencilla, Blaine le era infiel a Sebastian con Kurt; pero definitivamente no era así, Blaine estaba completamente seguro de lo mucho que amaba a Sebastian y de lo mucho que Kurt lo necesitaba; era simplemente algo que no podía explicar y que seguramente nadie entendería.
Luego de unos minutos de seguir dándole vueltas a ese asunto, su concentración se vio rota por alguien tocando la puerta; el moreno miro extrañado a la puerta, Amy se había retirado ya hace varias horas. Con cautela camino hacia la puerta y la abrió de golpe, preparado para cualquiera que estuviera detrás de esa puerta, bueno no exactamente para todo.
Antes de que pudiera siquiera mirar a quien estaba tras la puerta, un par de labios se estrellaron con los suyos y un par de delgados brazos se enredaron en su cuello; de inmediato el sabor familiar de esos labios lo golpeo y sin pensarlo dos veces correspondió al beso furiosamente. De inmediato comenzó a tambalearse junto con el cuerpo que se aferraba a él en un intento de cruzar la puerta y cerrarla, finalmente cuando lo logro empujo el delgado cuerpo contra la misma y rompió el beso ante la falta de oxigeno, cuando abrió los ojos se encontró con el color azul intenso de los ojos de Kurt
—Sorpresa— dijo el castaño tratando de recuperar el aire con una sonrisa
Blaine solo replico el gesto y sin más volvió a atacar la boca de Kurt, presionando su cuerpo contra el del castaño; quien hundió sus manos en los rizos de Blaine perdidos entre una enorme capa de gel, jalándolos con fuerza para mitigar un poco de su excitación, ante esto, Blaine comenzó a frotar su nueva erección en el muslo derecho del ojiazul, cuyos gemidos eran ahogados por los besos de Anderson.
Blaine volvió a romper el beso, de inmediato se dio cuenta de que temblaba de deseo, así que no vacilo y con un movimiento nada menos que brusco giro a Kurt, quien quedo completamente de cara presionado contra la pared.
—Creo que te encanto la sorpresa ¿Cierto?— cuestiono el castaño con la voz algo rasposa
—Me fascino— respondió Blaine, cuando ya llevaba la mitad de los botones de la camisa de Kurt desechos. Cuando finalmente se deshizo de la prenda comenzó a recorrer con sus manos el pecho suave de Kurt, el castaño gimió de anticipación y movió un poco la cadera para frotar su trasero sobre el miembro de Blaine mientras desabrochaba sus propios pantalones. El ojimiel no pudo evitar soltar un sonido de sorpresa ante esto, ya que muy pocas veces era el más joven quien tomaba la iniciativa en sus encuentros, sin darse cuenta se había quedado pasmado reflexionando ese hecho, de repente Kurt tomo su mano y la puso sobre su ya desnudo trasero y dijo:
—Blaine, no vine para que me hicieras esperar—
Blaine simplemente no pudo más, definitivamente esto era algo nuevo en Kurt; era muy poco lo que quedaba del temeroso Kurt de su primer encuentro y de alguna forma eso despertaba una ola de deseo en él, el no temer que las cosas se salieran de control. Sin vacilar, le tomo un par de segundos despojarse de sus ropa para quedar desnudo, igual que su joven amante. Y así ante la sentencia de Kurt, hizo lo único que se le ocurrió en su mente nublada por la lujuria y con cuidado introdujo un primer dedo en la entrada del ojiazul; el castaño soltó un gritito de placer y dejo caer su cabeza sobre el hombro de Blaine, mientras empujaba la cadera a la par del movimiento del dedo de Blaine sobre el anillo de músculos con el fin de alcanzar el mayor placer posible.
Los sonidos que Kurt hacia eran algo ante lo que Blaine no podía soportar mucho, eran simplemente maravillosos, mientras trabajaba la entrada del castaño comenzó a dejar un camino de besos y leves mordidas desde su mandíbula, pasando por el cuello hasta el pálido hombro de Kurt, donde se encargo de dejar un par de marcas violáceas.
Sin previo aviso introdujo un segundo dedo en el castaño, el movimiento de su manos aumento de velocidad, ante esto Kurt se inclino hasta que estuvo de nuevo con su rostro presionado contra la pared y coloco sus brazos sobre su cabeza, dando leves golpes con los puños al frio muro, tratando de controlar un poco todas las sensaciones que el ojimiel provocaba en él. Mientras tanto la otra mano de Blaine se deslizo por todo su cuerpo hasta que se encontró con el miembro de Kurt, de inmediato lo tomo de firmemente y comenzó a masturbarlo al compas de los movimientos de sus dedos en su trasero.
—Ah, Blaine; más por favor, ya no puedo soportar un segundo más, te necesito ¡Ya!—
Blaine reto un poco más a Kurt y en vez de cumplir su deseo introdujo un tercer dedo; a pesar de que Kurt parecía especialmente seguro en ese momento, Blaine no quería arriesgarse, así que hizo lo mejor que pudo para prepararlo.
El tiempo que transcurrió después del tercer dedo pareció eterno para el ojiazul, ya le era imposible mitigar los gemidos de placer que se le escapaban y la hábil mano de Anderson concentrada en su erección no ayudaba mucho; Blaine se dio cuenta de esto y decidió que ya era el momento, lentamente retiro su mano de la entrada de Kurt y sin preámbulo se posiciono frente a esta. Con toda la calma y cuidado posible se introdujo en el castaño, recibiendo uno de los sonidos más exquisitos en forma de agradecimiento por terminar con la lenta agonía de Hummel. Espero unos segundos para que el joven se acostumbrara y luego comenzó a moverse lentamente. De inmediato las manos de Kurt comenzaron a rodar por todas las partes de su cuerpo que pudiera alcanza, su respiración era errática y sus movimientos firmes.
Realmente esta era la primera vez que Blaine se perdía completamente en el acto, en todos sus encuentros anteriores tenía que poner bastante atención a cualquier señal de miedo o incomodidad que Kurt pudiera darle, así que nunca disfrutaba al máximo el hecho de tener el magnífico cuerpo de Hummel frente a él. Pero ahora todo era diferente, Kurt no parecía tener ni un gramo de miedo en su sistema, la forma en la que se movía para que las embestidas de Blaine pudieran golpear el punto exacto de su cuerpo que lo hacía perder el control y gemir de una forma casi obscena, era el encuentro más salvaje y sensual que habían tenido, y eso lo llevaba al límite, no resistiría mucho antes de terminar dentro del ojiazul.
Con las manos afianzadas a las caderas del castaño el compas de sus movimientos aumento al punto que Kurt estaba casi rasguñando la pared, el único sonido en el lugar era el de sus respiraciones y el de sus cuerpos chocando el uno con el otro. Después de una serie de movimientos más, Blaine estaba a punto de alcanzar el orgasmo, así que aumento todavía más el ritmo que llevaba su mano sobre el miembro de Kurt.
—Termina para mi Kurt, hagámoslo juntos… ahora— susurro en el oído del ojiazul.
Segundos después el castaño alcanzo el orgasmo y se vino completamente sobre la mano de Blaine, el grito que Kurt emitió bien pudo haber sido escuchado en todo el edificio, pero a Blaine no le importo, era música para sus oídos; un par de embestidas más y no pudo soportar más, simplemente exploto dentro del castaño.
Ambos se quedaron en silencio por unos segundos, Blaine con su rostro escondido en el cuello de Kurt y el castaño con la frente sobre la pared. Cuando Blaine dejo de sentirse mareado se dejo caer al suelo, sobre las prendas de ropa que hasta ahora habían sido completamente ignoradas y jalo suavemente a Kurt para que este lo siguiera y este quedara sobre él.
—¿Qué haces aquí a esta hora Kurt?— pregunto Blaine, cuando ya había recuperado su respiración y la capacidad de habla, mientras marcaba un camino con sus dedos sobre el pecho de Kurt —¿Tu papá sabe que estas aquí?—
—Mi papá no estaba en casa esta noche, de nuevo salió, como lo ha venido haciendo casi diario últimamente— respondió el joven con los ojos cerrados
—¿Entonces deduzco que la respuesta es no— dijo Blaine con un tono imperativo, Kurt solo respondió negando con la cabeza
—Kurt, sabes que no está bien que te arriesgues de esa forma, no solo puedes meterte en problemas con tu padre, las cosas pudieron haberse salido de control— Anderson hizo una pausa para besar el cuello de Kurt —Que tal y alguien te veía entrar aquí, ¿Qué clase de explicación podíamos haber dado?—
La sonrisa del rostro de Kurt se borro ante esto, rápidamente se enderezo y se movió hasta quedar frente a frente con Blaine —¿Te molesta que haya venido sin avisar?— pregunto sin expresión en el rostro
—No, no exactamente Kurt; me encanto que vinieras— Blaine contesto tomando entre sus manos el rostro de Kurt —Solo que no quiero que te metas en problemas—
Kurt bajo la mirada un momento y luego suspiro —Lo siento Blaine, es que no pude evitarlo, simplemente te he extrañado tanto que realmente no pensé en las consecuencias— Blaine se quedo pasmado en el rostro de Kurt, su mirada después de haber dicho esto era diferente; más profunda, intensa, quizá hasta soñadora, como si… no, eso no podía estar pasando Kurt Hummel no podía estarlo mirando con amor.
Blaine sacudió su cabeza un poco tratando de deshacerse de la idea que acababa de invadirla y se levanto del piso, tomando su ropa.
—Sera mejor que nos vayamos Kurt, no es una hora pertinente para que regreses solo a tu casa—
El castaño asintió y se levanto imitando su acción y vistiéndose rápidamente, pocos minutos después ya estaban de pie en la puerta despidiéndose.
—Ve con cuidado a casa por favor Kurt— puntualizo Blaine, Kurt solo asintió y sonrió
— ¿Cuando volveré a verte?— pregunto Hummel
—Pronto, espera mi mensaje como siempre— finalizo Blaine, el castaño asintió —Gracias Blaine— dijo Kurt y después de eso deposito un beso en la mejilla del moreno y se dio media vuelta para alejarse caminando por el pasillo.
Después de eso Blaine trato de regresar a trabajar pero no pudo, la declaración de Kurt y la miraba que tenía en el momento en el que la dijo seguida dando vueltas en su cabeza, y no para bien, así que se fue a casa e intento relajarse un poco viendo la televisión; pero nada funcionaba, había un montón de ideas sueltas en su cabeza, ideas en las que no quería concentrarse, para que no se volvieran más reales; así que decidió salir a caminar un poco para despejarse. Tomo su abrigo y sus llaves y salió de la casa rápidamente.
Al salir decidió concentrarse solo en el frio de la noche y en la gente que caminaba junto a él, al principio la caminata resulto bastante agradable, sin embargo era imposible negar que su mente no era un remolino de pensamientos e ideas que lo llevaban a conclusiones que deseaba fueran erróneas, y que por más que tratara no podía disipar no lo lograba.
De repente se encontró con un pequeño bar que parecía tranquilo y decidió entrar, tal vez si se distraía con la música y el alcohol barato el panorama mejoraría. Al entrar al lugar fue recibido por una sala a media luz, llena de pequeñas mesas todas ocupadas por personas que seguramente también intentaban olvidarse de su vida diaria por un rato, al fondo se encontraba la barra donde había algunos lugares vacios, así que se dirigió hacia allá. Al sentarse pidió una cerveza y comenzó a beberla lentamente mientras tarareaba las canciones que le resultaban conocidas.
Sin darse cuenta, después de un par de cervezas su mente comenzó a revivir los sucesos de su encuentro con Kurt, la única imagen constante y vivida era el rostro del castaño, lleno de una seguridad y a la vez una vulnerabilidad que nunca le había visto, así como de un brillo en sus azules ojos mientras le decía Simplemente te he extrañado tanto; Blaine lo pensó por un momento y llego a la conclusión de que por supuesto, el también había extrañado a Kurt, a pesar de que solo se habían dejado de ver unos cuantos días; claro que había extrañado la piel del ojiazul, su perfecto cuerpo, mezcla perfecta entre inocencia y sensualidad, sus besos, los sonidos que hace mientras el placer se extiende por todo su cuerpo, la sensación de estar dentro de él; simplemente Blaine había extrañado tener sexo con él. Sin embargo Kurt parecía ir más allá de eso, Blaine lo sabía, no solo por la forma en la que se lo había dicho, o su expresión; todo en Kurt gritaba que lo suyo ya tenía sentimientos de por medio, y eso no estaba bien, porque Blaine no podía correspondérselos; no solo porque resultaba todavía más incorrecto que sus encuentros, sino porque Blaine no sentía nada por él, su corazón le pertenecía a Sebastian; y si era lo suficientemente sincero, podía decir que el Blaine del consultorio no era el mismo, era solo la máscara que utilizaba para ayudar a sus pacientes, específicamente a Hummel. Esto no podía pasar, Kurt solamente estaba deslumbrado por la atención de Blaine, si bien el objetivo de todo lo que había sucedido entre ellos era regresarle la seguridad a Kurt para poder enfrentar los demonios que lo rodeaban después de su ataque, no estaba en los planes que sus sentimientos se vieran involucrados. Kurt necesitaba encontrar a alguien que de verdad le mostrara lo que es el amor, alguien que además de hacerlo sentir deseado pudiera ofrecerle todo lo que Blaine no podía (ni quería) darle, alguien de su edad, alguien con quien pudiera vivir esa historia de amor que tanto anhela, alguien como él Dave Karofsky que el castaño menciona constantemente; si, eso era lo que tenía que suceder
Anderson siguió dándole vueltas al asunto y bebiendo más y más sin realmente poner atención a sus acciones, para cuando el chico de la barra le aviso que estaban por cerrar el había tomado una decisión; simplemente dejaría de ver a Kurt por un tiempo, trataría de instigarlo a que se concentrara en otras cosas, quizá así se le pasaría su enamoramiento y podrían regresar a hacer estrictamente lo que tenían que hacer.
Después de eso, un ebrio Blaine tomo un taxi de regreso a su casa y se quedo dormido en la primera superficie plana que toco.
12 días antes de que Blaine fuera arrestado
Kurt caminaba tranquilamente por los solitarios pasillos de McKinley después de su última clase extra del día, lo que más le gustaba de las clases de regularización que tenía que tomar para ponerse al corriente después de su larga ausencia en la escuela era que sucedían cuando ya no quedaba nadie dentro de la escuela; eso no solo le garantizaba paz total durante la clase a falta del bullicio cotidiano, sino que no había ningún tipo de amenaza latente, ya que para cuando el abandonaba el salón de clases, la práctica de las porristas y del equipo de futbol ya llevaba rato terminada e incluso las duchas y los vestidores ya estaban desocupados.
El ojiazul se dirigió a su casillero para organizar sus pertenencias, mientras tomaba los libros pudo notar que una persona entraba a su campo de visión periférica; rápidamente giro el rostro, algo asustado, para ver quién era y así fue como vio a David Karofsky dirigirse con pasos cansados al vestidor. El castaño lo siguió con la mirada hasta que se perdió entre los pasillos y luego suspiro con una serie de dudas instalándose en su cabeza; últimamente había escuchado muchas cosas sobre Dave, y tristemente no todas muy buenas, la mayoría de ellas eran insultos que nunca pensó escuchar siendo dirigidos a otra persona que no fuera él, por supuesto se había abstenido de preguntar, siguiendo así su plan de evitar a Karofsky a toda costa, sin embargo lo que acababa de ver era la confirmación de todo lo que había venido escuchando. Quizá parecía una cosa insignificante, pero el hecho de que alguien esperara que todo el equipo de futbol se fuera para poder hacer uso de los vestidores era una especie de clave en McKinley, regularmente eso era lo que los chicos como él hacían para evitar ser molestados o evitar ser presa de gente como Puckerman, Ázimo o antes David.
Habiendo caído en la cuenta de que los rumores acerca de Dave eran ciertos, Kurt debatió mucho lo que haría a continuación ¿Debía ir a hablar con él, acabar de una vez con todas las dudas que tenia, ver todo con sus propios ojos; o debía simplemente seguir ignorándolo?
Finalmente decidió que lo mejor era ir con Dave, con un suspiro que denotaba lo incrédulo que estaba de su propia conducta se dirigió al vestidor, cuando estuvo frente a la puerta una serie de malos recuerdos se ubicaron frente a él
—No puedo hacerlo— suspiro mientras tomaba la manija de la puerta con fuerza, se quedo así unos segundos; luego sacudió su cabeza y se dijo con decisión —Claro que puedo, debo y necesito hacerlo—
Ante este despunte de valentía, abrió la puerta y entro rápidamente al vestidor, cuando estuvo dentro se giro y se recargo sobre la puerta dando un suspiro y apretando los ojos. Cuando los abrió a imagen de Dave sentado en una banca con la cabeza agachada lo recibió.
—Hola, Dave— dijo en un hilo de voz
El aludido levanto el rostro rápidamente y un conato de sonrisa adorno su rostro — ¿Kurt?— cuestiono sorprendido.
El castaño hizo una mueca de saludo mientras asentía, luego continúo:
— ¿Así que esperando a que todos se fueran para poder ducharte?—
Karofsky asintió lentamente con la cabeza y respondió —Supongo que es lo mejor, seguramente si entro con ellos comenzaran a alegar que lo único que quiero es mirarlos desnudos—
Kurt se sorprendió ante lo directo que había sido Dave —Así que, ¿es cierto?—
El futbolista comenzó a darse pequeños golpes con el puño sobre las rodillas sin levantar la mirada, después de una incómoda pausa contesto — ¿Qué toda la escuela sabe ahora la verdad y que soy su nueva forma de diversión? Es completamente cierto—
Kurt pudo ver la tensión en el cuerpo del otro joven y dio un par de pasos pequeños hacía él, sin embargo luego se detuvo —Lo siento Dave, yo…—
—No lo sientas Kurt— lo interrumpió —No hay porque sentirlo— El chico de los ojos ámbar vio la reacción de Kurt y la cara de sorpresa que había puesto ante su última declaración, así que se apresuro a continuar — ¿Que tal vez por momentos siento que caí en el infierno y quisiera mandarlo todo a volar? Sí, pero realmente la mayor parte del tiempo se siente bien poder ser quien soy, es como si el puño que apretaba mi corazón y me empujaba a ser un idiota se hubiera ido, ahora puedo respirar—
Ahí estaba de nuevo, el Dave que hablaba con el corazón, Kurt pudo notarlo de inmediato, así que sin vacilar fue a sentarse junto a Dave a la pequeña banca de metal
— ¿Por qué lo hiciste Dave?— cuestiono el ojiazul — ¿Por qué quieres vivir esto?—
—Ya te lo había dicho Kurt, quiero cambiar; quiero enmendar mis errores y tenía que empezar siendo sincero conmigo mismo, y también…— Dave levanto la mirada para encontrarse con los ojos de Kurt —También lo hice por ti—
Ahora era el turno de Kurt para bajar la mirada, como siempre sucedía, por un momento creía que Dave se burlaba de él — ¿Por mi?
Dave asintió —Este es el primer paso en el cambio que me inspiraste Kurt; eres más de lo que puedo llegar a merecer, lo eres todo— suspiro —Y si quiero tener la oportunidad de siquiera merecer tu amistad, necesito dejar de engañarme a mí mismo—
Kurt miro a Dave, su rostro era todo un poema; algo dentro de él se estaba moviendo, las palabras de Dave estaban causando una reacción nueva en él, era en primer lugar un alivio impresionante, pero lo demás era aun indescifrable, quizá por primera vez veía la verdad en el rostro del futbolista. A su vez, Dave al no ver reacción alguna en el castaño, se acerco un poco a él y movió su mano lentamente hasta que estuvo a nada de tocar los pálidos y largos dedos de Hummel; sin embargo, antes de poder lograr su cometido, la puerta del vestidor se abrió, dejando pasar a Finn Hudson.
—Ah… olvide mi chaqueta— dijo el alto joven
Dave lo vio moverse por el vestidor sin siquiera prestarles atención, en cuanto Hudson se perdió entre las filas de casilleros, Kurt se puso de pie estrepitosamente y salió del vestidor casi corriendo, Karofsky lo siguió.
—Kurt ¿Qué sucedió?— dijo cuando lo alcanzo
El ojiazul movió la cabeza en forma de negación y respondió
—Nada, me asuste nada más por la entrada inesperada de Hudson— el chico trato de forzar una sonrisa, lo cual fallo considerando que sus ojos estaban nublados con lagrimas —Además ya es muy tarde, debo ir a casa—
Dave no estuvo para nada conforme con esa respuesta, sin embargo no dijo nada —Esta bien entonces, ¿Quieres que te acompañe?—
—No, gracias— respondió Hummel secamente —Nos vemos mañana está bien—
Sin darle espacio para replica alguna, Kurt se retiro del pasillo, Dave sin embargo sabía que había algo más que Kurt no le estaba diciendo, con ese pensamiento y la disposición de descubrir que era, entro de nuevo a los vestidores para tomar sus cosas e irse también a su casa.
9 días antes de que Blaine fuera arrestado
Los Hummel estaban cenando tranquilamente alrededor de un silencio agradable, Burt de nuevo estaba vestido con uno de sus viejos trajes y no usaba gorra, incluso Kurt podía asegurar que ese olor fresco pero penetrante que rodeaba la sala era colonia. De repente el castaño sintió su teléfono vibrar dentro de su bolsillo, de inmediato lo tomo y el nombre de Blaine apareció en la pantalla.
—Voy por un poco más de vegetales— le dijo a Burt para disculparse y se puso de pie de inmediato. Por alguna razón, aunque solo fuera un mensaje de texto, no quería leerlo enfrente de su padre, cuando estuvo en la cocina fuera de la mirada de su padre abrió el mensaje.
"Kurt, lo siento; de nuevo no podemos vernos, te avisare en cuanto pueda.- B.A"
El castaño leyó el mensaje y suspiro, de nuevo el mismo texto que había estado recibiendo los últimos días, ¿Acaso Blaine estaba molesto porque había llegado de sorpresa la ultima vez? Sin vacilar, tomo su teléfono y respondió el mensaje:
"¿Todo está bien?- K.H"
De inmediato, la respuesta apareció:
"Por supuesto, solamente tengo bastantes pendientes que cubrir; mientras tanto se un buen chico y diviértete, sal por ahí, intenta cosas nuevas.-B.A."
El castaño leyó la respuesta y sorprendentemente se tranquilizo; por supuesto, Blaine había descuidado demasiado a sus pacientes por sus encuentros, era justo que ahora se tomara un tiempo para arreglar eso, sin embargo la segunda parte del mensaje le pareció curiosa, era como una señal; ya que después de su conversación con Dave había estado tentado a pedirle que pasaran un rato juntos, quizá para hablar, quizá si era una buena idea después de todo, por ahora no pensaría en eso, así que para terminar con la conversación respondió una última vez.
"Está bien, estaré esperando entonces. K.H"
Rápidamente regreso con su padre a terminar su cena, ciertamente un poco más tranquilo con respecto a Blaine.
"Está bien, estaré esperando entonces. K-H"
¿Eso era todo? No más preguntas ni dramas de inseguridad de parte de Kurt, francamente Blaine estaba sorprendido. El habría esperado algo más considerando el recién descubierto enamoramiento de Kurt. Quizá Blaine se equivocaba y solo estaba viendo cosas donde no las había, de cualquier forma si podría aprovechar el tiempo para trabajar, realmente lo necesitaba.
El día que Blaine fue arrestado
Como todas las mañanas Blaine estaba preparando el desayuno para él y Sebastian, el día pintaba para ser algo muy tranquilo y bueno. Sebastian no tendría que trabajar hasta muy tarde y él tampoco, así que tal vez podrían salir a cenar o hacer algo juntos, dado que hace bastante que no lo hacían. El moreno estaba recargado en la barra de la cocina esperando a que el café estuviera listo cuando Sebastian apareció por la puerta tan solo con el pantalón de su pijama.
—Buenos días Seb, el desayuno ya casi está listo, por qué no vas a…— Blaine dijo, pero fue interrumpido por Sebastian que se acerco casi de un brinco a él y lo ataco con un demandante beso.
Anderson reacciono de inmediato y comenzó a responder de la misma forma, luego puso sus manos sobre los hombros de Sebastian y enterró sus uñas en ellos, mientras tanto Sebastian lo presionaba todavía más contra la barra. Las cosas empezaban a ponerse más intensas, sin embargo el rostro de Kurt apareció de repente en la mente de Blaine, cosa que lo hizo abrir los ojos y separarse de Sebastian rápidamente
— ¿Qué pasa Blaine?— pregunto el ojiverde con pesar y molestia
—No pasa nada Seb, solo no es el momento; no quiero que nos retrasemos— respondió Blaine sin mirar a Sebastian y aun tratando de controlarse el mismo, y de sacar la imagen de Kurt de su cabeza
Sebastian se llevo las manos a la cintura y rio sardónicamente
—Claro Blaine, no pasa nada; es por eso que has estado llegando borracho los últimos días, es por eso que olvidaste mi cumpleaños y es por eso que ya nada te interesa aparte de tu maldito trabajo— Smythe se paso las manos por el cabello desesperado —Te juro que he tratado Blaine, de verdad, pero ya no se que más hacer—
El ojimiel miro a Sebastian mientras este trataba de ponerse en orden, trataba de concentrarse en él, de buscar palabras que pudieran calmar su ira creciente y el desastre que se estaba generando, pero simplemente no podía fijar su atención en nada, su mente estaba en blanco, saltando de Sebastian a Kurt a una velocidad que terminaría matándolo.
—Seb, lo lamento; de verdad— suspiro —Solo es que hay muchas cosas que no puedo controlar, muchas cosas que no sé cómo afrontar; y no soy capaz de aceptarlo a mi mismo porque eso lo haría peor. Solamente quiero que de verdad me disculpes, sé que no hay justificación para lo que sucede pero… —
Smythe apretó los ojos y luego resoplo —Creo que pensándolo bien tienes razón Blaine, vamos a retrasarnos, hablaremos de esto en la noche—
Y después Sebastian salió de la cocina y se dirigió al baño, si la puerta de este azotada era un indicador. Blaine decidió que ya no tenía caso quedarse en casa más tiempo y salió con rumbo a su oficina.
Karofsky caminaba hacia su casillero, ya un poco retrasado; había que tenido que detenerse a enfrentar a varios chicos del equipo de hockey que intentaron molestarlo, por suerte aun seguía resultando imponente para algunos de ellos y con la amenaza inminente de una pelea decidieron irse después de una ronda de insultos. Dave llego a su casillero y con las manos aun temblorosas por la furia acumulada trato de dar con la combinación, cuando lo logro tomo sus libros y se apresuro al salón de clases, por suerte al llegar aun no se encontraba la profesora ahí. Cuando se acomodo en su lugar de costumbre, todo el enojo que traía a cuestas se desvaneció cuando vio a Kurt sentado en la fila delantera junto a la ventana, estaba tan perdido en sus pensamientos que había olvidado que el ojiazul compartía la clase de matemáticas con él. Kurt como siempre lucia perfecto y la forma en la que la luz del sol lo iluminaba era casi angelical; Dave se quedo mirándolo de manera inconsciente por unos segundos, hasta que Hummel, probablemente después de sentir la mirada de Dave sobre él se dio vuelta para verlo.
Dave no hizo nada, se quedo congelado ante la mirada del ojiazul, quien solo le sonrió y volvió a mirar al frente; el futbolista estaba asombrado por la reacción del castaño, tanto que sin pensarlo dos veces comenzó a idear un plan.
La clase termino y Dave estaba listo para arriesgarse, espero a que todos salieran del salón para levantarse y seguir a Kurt hacía su casillero, a la mitad del pasillo Karofsky lo alcanzo y comenzó a caminar junto a él sonriente, ignorando las esporádicas miradas que caían sobre ellos.
—Hola Kurt— dijo con voz segura
El castaño lo miro y le volvió a dedicar una sonrisa, la cual ante los ojos de Dave era a sonrisa más sincera que en la vida le habían dedicado; esto le robo la concentración un momento, sin embargo siguió su discurso, ya que el tiempo con el que contaba entre clases era poco.
—Esta mañana te vi llegar, tu padre te trajo a la escuela cierto— hizo una pausa cuando Kurt lo miro curioso —No, no quiero que pienses que soy una especie de acosador, solo sucedió—
Kurt rio un poco ante el nerviosismo de Dave, y lo entendía, después de todo as cosas entre ellos no tenían un buen antecedente —David, está bien, tranquilo y si, mi auto esta averiado en el taller de mi papá, así que no pude traerlo hoy— ninguno de los dos dijo nada hasta que llegaron al casillero de Kurt. Mientras caminaban Kurt reflexionaba algunas cosas; había llegado a la conclusión después de su plática en los vestidores días antes, que Dave realmente estaba tratando. De igual forma, los últimos días que no había visto a Blaine había tenido bastante tiempo para él mismo y para pensar en todo lo que lo aquejaba; y había llegado a la conclusión de que el también debía tratar, algo que había aprendido en todo este tiempo después de lo que le había sucedido es que de nada servía cerrarse a las personas; para muestra quedaba el hecho de lo que había conseguido al abrirse a Blaine, con el psicólogo había descubierto muchas cosas, había vuelto a creer en algo, había vuelto a encontrar fuerza para seguir y querer luchar; sin embargo siempre quedaba un hueco que Kurt aun no sabía cómo llenar y una sensación que aun no podía entender del todo. Sus pensamientos se detuvieron cuando vio que los labios de Dave se movían, lo que significaba que el chico estaba hablando, así que le dedico su completa atención.
—Entonces Kurt, ¿Habría algún inconveniente en que te acompañara a tu casa después de clases?—
Kurt levanto las cejas sorprendido, el rostro de Dave era suave y sus ojos brillaban
El castaño suspiro y luego respondió —Claro Dave, seria excelente, gracias—
David solo asintió y le dijo a Kurt que lo esperaría en la puerta de salida, después de eso se despidieron y cada uno se fue a su respectiva clase.
Blaine no había dejado de pensar en lo que había sucedido con Sebastian durante toda la mañana, aunque más bien pensaba en porque Kurt no salía de sus pensamientos, había alcanzado un punto crítico, al punto de interponerse entre él y el hombre que en realidad amaba. Sin embargo para él era normal, estaba bastante acostumbrado al ojiazul, que seguramente esos pensamientos estaban atribuidos a su ausencia, después de ser una constante en su rutina. Otra cosa que lo había estado molestando eran las ideas que se había hecho después de su último encuentro ¿De verdad había visto amor en los ojos de Kurt? Ahora lo dudaba, ya que de haber sido así, el hubiera esperado una reacción un poco más negativa después de posponer sus encuentros.
Anderson miro el reloj y vio que eran las dos cuarenta de la tarde, Kurt estaba por salir de clases ¿Sucedería algo si se presentaba a la escuela y lo traía con él al consultorio? Blaine necesitaba ver a Kurt, necesitaba borrar todas los pensamientos estúpidos que se habían instalado en su cabeza desde du último encuentro, no solo por su propio bien, sino por el de su relación con Sebastian y tal vez del de Kurt; el moreno no sabía si Kurt estuviera bien, quizá estaba pasándola mal sin tener a nadie con quien hablar.
Sin pensarlo más decidió darle el resto de la tarde libre a Amy y buscar la dirección exacta de la escuela de Kurt en su expediente, para no perder tiempo, tomo todo el folder que estaba vacío, a excepción de sus datos personales y su fotografía y salió hacía el estacionamiento.
Al final de su última clase, Kurt se apresuro a guardar sus cosas y salió de la escuela, agradecido de que el día terminara, estaba algo cansado y completamente fastidiado. Se abrió paso entre el contingente de estudiantes moviéndose hacía sus casilleros y la salida y abandono el edificio por la puerta principal. No fue necesario dar más que un par de pasos para encontrarse con David que sonreía amablemente, los dos se miraron algo incómodos y empezaron a caminar. Primeramente no tuvieron una conversación sustancial, hablaron de la escuela, el clima y de otros temas que les permitían evadir los temas de contundente importancia que flotaban alrededor de ellos.
Finalmente, cuando se acercaban a la casa de Kurt, el castaño decidió profundizar la plática:
—David— hizo una pausa para asegurarse que tenia la atención del otro chico —Quiero pedirte una disculpa— suspiro —Por haber dudado de tu palabra, es decir, no debí tratarte tan mal en primer momento, debí haberte escuchado y…—
—No Kurt, no tienes porque disculparte, de ninguna manera— interrumpió Dave sin saber que decir exactamente
—Dave, déjame terminar por favor— pidió el castaño —Estos últimos meses no han sido los mejores— hubo un silencio pesado entre los dos —Sin embargo de alguna forma he podido enfrentarme a ello y es demasiado valioso para mí el hecho de que de entre todas las personas seas tú de los pocos que realmente se preocupen por mi— suspiro —Y también de alguna forma me da gusto que algo bueno haya resultado de todo esto—
Karofsky frunció el ceño en señal de duda, Kurt lo percibió y no tardo en contestar —Es decir, tu… lo que hiciste es sumamente valiente y…—
—Te lo dije Kurt, lo hice porque quería sentir que vivía mi propia vida por un momento, no quería pretender y seguir dañando a las personas que quiero por mi inseguridad— dijo Dave
Para entonces, ambos ya se encontraban a algunos pasos de la casa de Kurt, el trayecto había resultado corto y placentero; el ojiazul se detuvo a unos pasos de la puerta de entrada junto con Dave, después de vacilar un momento hablo de nuevo:
—David, ya sé que la última vez que hablamos quedamos en que intentaríamos ser amigos— Dave asintió con anticipación, Kurt dio un largo suspiro —De verdad quiero Dave, quiero que podamos confiar mutuamente, que podamos hablar, que estemos ahí el uno para el otro, después de todo; tenemos más en común de lo que cualquiera pudiera imaginar, de verdad quiero Dave— el rostro del aludido era todo un poema, su corazón palpitaba a mil por hora, sus ojos clavados en los de Kurt —Tú sabes que yo estoy dispuesto a hacer cualquier cosa por ti, lo que sea, no tienes ni que preguntarlo—
Hummel solo sonrió ante la exclamación de Karofsky y bajo la mirada, completamente sonrojado, de alguna extraña forma lo que Dave sentía por él lo alagaba.
—Kurt— el castaño levanto la mirada para encontrarse con el rostro de Dave a muy pocos centímetros del suyo, luego respondió suavemente —¿Qué pasa Dave?—
—¿Puedo besarte?— suspiro Karofsky
—¿Por qué preguntas eso?— Hummel respondió
—Por qué ya una arruine las cosas una vez por no hacerlo como debía—
Kurt cerró los ojos y no pensó en nada más antes de asentir suavemente. Dave tomo su rostro entre sus manos y luego se inclino para poner sus labios suavemente sobre los de Kurt, comenzando solamente a acariciar los labios suaves del ojiazul añorando respuesta. Kurt a su vez experimentaba una mezcla de sensaciones, en primer lugar era la primera vez que alguien lo besaba con sentimiento, suavemente y tratando de que cada segundo contara; no es que hubiera besado ya a muchos chicos antes, de hecho aparte de Dave, Blaine era el único hombre al que había besado
Blaine
La imagen de su analista rozo su mente por un segundo, el recuerdo efímero de uno de sus besos lo invadió, no, definitivamente este no era un beso como los de Blaine, aquí no tenía que estar alerta a cualquier sonido del exterior que anunciara que estaban por descubrirlos, tampoco era ansioso y apresurado, de hecho se sentía bien, fue entonces que concluyo en que tal vez, por primera vez estaba haciéndolo algo correcto, así que finalmente se dejo llevar por el ritmo que Dave llevaba sobre sus labios.
Kurt puso sus manos sobre los antebrazos de Dave y suspiro dándole más profundidad al beso, sus labios jugueteando con los de Dave, la respiración del futbolista sobre su rostro y sus manos acariciando suavemente su cuello. Cuando el aire ya no dio para más ambos se separaron.
—Gracias por acompañarme a casa Dave— dijo Kurt mordiéndose el labio inferior
—Te veré mañana en la escuela— respondió Dave pasando los nudillos por la mejilla de Kurt, el castaño asintió y con una sonrisa se despidió. Mientras él se alejaba caminando, Kurt se dio media vuelta y entro a su casa, colgó su bolso y su abrigo en el perchero de la entrada y después se dejo caer en uno de los sillones de la sala.
Luego se puso a repasar lo que había sucedido y antes de quedarse dormido se dio cuenta de que si, en definitiva el beso de Dave no había sido como el de Blaine; si, había sido lindo y romántico, y quizá lo suyo con Blaine no era ni lo más correcto ni mucho menos podía darle algún nombre, pero no podía evitar que todo su ser se desbordara cuando estaba con él y que el mundo dejara de existir… Definitivamente nada se comparaba con Blaine.
Blaine se subió a su auto y comenzó a conducir hacía McKinley; condujo un rato guiándose por su conocimiento de las calles, sin embargo no lograba dar con la escuela y ya pasaban de las tres de la tarde, seguramente ya no encontraría a Kurt ahí. Después de maldecir a lo bajo, decidió que lo mejor sería buscar a Kurt en su casa, por lo que tenía entendido su padre llegaba hasta tarde, así que no había mucho peligro. Esta vez decidió usar el GPS para dar con la dirección sin perder tiempo, tomo el expediente y luego ingreso la dirección del castaño en el, en segundos tenia las indicaciones listas, así que comenzó a seguirlas. Para su sorpresa la casa de Kurt estaba realmente cerca de donde se había perdido camino a McKinley, cuando ubico la casa se estaciono varios metros lejos de ella, de inmediato se dio cuenta que no había ningún auto estacionado en ella, por lo tanto Kurt aun no había llegado; así que decidió esperarlo en el auto.
Pasaron alrededor de veinte minutos hasta que finalmente Blaine logro ver a Kurt acercándose caminando por la acera, solamente que el castaño no estaba solo; junto a él venía un chico alto, fornido y con la chaqueta del equipo de futbol de McKinley, Blaine de momento solo los miro caminar hasta que estuvieron fuera de la casa de Kurt, las cosas no parecían estar desarrollándose mal, aparentemente ese chico no estaba amenazando a Kurt, solamente estaban hablando. Los chicos hablaron varios minutos más, Blaine solo los observaba de repente, esperando a que terminaran para sí poderse llevar a Kurt. El ojimiel estaba tarareando una canción y dándole leves golpecitos al volante cuando de la nada su atención se centro completamente de nuevo en los chicos, el futbolista estaba demasiado cerca de Kurt, y ahora se inclinaba para ¿besarlo?
"No puede ser" Pensó Anderson y así fue, de un momento a otro el chico con la chaqueta de McKinley tomo el rostro de Kurt y comenzó a besarlo, Blaine estaba a punto de bajarse del auto para ir a darle su merecido, sin embargo se detuvo al ver como Kurt ¿Le correspondía? No, no podía estar pasando, claro que no.
Temblando de ira, Blaine azoto la puerta y encendió el auto, no podía quedarse ahí viendo a Kurt besar a otro ¿Cómo era posible? Anderson manejo completamente descontrolado, apretando tanto el volante que sus nudillos estaban blancos; cuando estuvo lo suficientemente lejos, se detuvo bruscamente a la orilla del camino y golpeo el volante con mucha fuerza varias veces, luego se cubrió la cara con las manos y suspiro frustrado
—¡No puede ser! No, no, no, no puede ser Kurt— se repitió a si mismo
Obviamente necesitaba tranquilizarse rápido, necesitaba un trago de inmediato; pero era demasiado temprano para encontrar un bar abierto; miro a su alrededor y recordó que metros atrás había una tienda, puso en marcha el auto y dio vuelta en "U" y se dirigió al establecimiento. Al llegar se estaciono en el primer lugar que encontró, se bajo y rápidamente busco entre los pequeños pasillos la licorería; ahí tomo una caja de lo que parecía ser vino tinto, pago de inmediato y volvió al auto para dirigirse a su consultorio, era el único lugar donde nadie lo molestaría.
En menos tiempo del necesario estuvo en su edificio, se bajo del auto tomando la bolsa de las botellas y el expediente de Kurt y entro a su consultorio; ahí se tiro sobre el diván y comenzó a beberse el vino, directamente de la botella, reviviendo la escena que acababa de presenciar ¿Qué diablos estaba pasando? ¿Qué era eso que sentía ahora, por qué de la nada tenía demasiadas ganas de matar al tipo que besaba a Kurt? ¿Quién era él de todas maneras? Dio un par de tragos más y de repente la claridad lo golpeo, ese tipo debía ser Karofsky, la descripción que Kurt le había dado de él previamente coincidía fielmente con el chico.
Cuando la primera botella de vino se termino Blaine se levanto y se dirigió al ya olvidado piano en la esquina del consultorio, se sentó en el banquillo y levanto la tapa que cubría las teclas, las cuales acaricio con adoración, estuvo así unos momentos hasta que recordó que había sido ahí, sentado en ese piano donde había besado a Kurt por primera vez. Furioso ante el recuerdo tomo la botella de vino vacía y la lanzo hacía la puerta, rompiéndose al instante; volvió a pasar su manos sobre las teclas y luego comenzó a tocar. La melodía era rápida y furiosa lo cual le permitía descargar su furia.
—¿Por qué Kurt, por qué?— se preguntaba a si mismo entre suspiros mientras sus manos trabajaban hábilmente las teclas. Cerró los ojos tratando de enfocarse en la música, pero no lo lograba; su mente solo le traía recuerdos de Kurt; la primera vez que lo había besado, sus ojos azules nublados con las lagrimas y sus manos frías
Anderson dio un golpe furioso a las teclas, luego siguió tocando; recordando la primera vez que había tenido a Kurt, su piel blanca, sus piernas eternas enredadas sobre su cintura, los sonidos que hacía, sus uñas enterradas en su piel, tan perfecto.
Otro golpe a las teclas
Luego su mente empezó a llevarlo por un camino más peligroso, comenzó a recordar como los ojos de Kurt brillaban cuando Blaine decía algo que lo hacía reír, el olor de su cabello, aquella cicatriz de su cuello, sus manos suaves y su sonrisa cuando no tenía miedo; cuando parecía de él era el único que podía hacerlo sentir seguro.
Otro golpe a las teclas
Pero ya no era así, ahora había visto esa sonrisa dedicada a otra persona, Blaine ya no era el único que podía hacerlo sonreír así, que podía hacerlo seguro y feliz, y lo peor de todo es que Karofsky podía hacerlo reír libremente, sin necesidad de esconderse.
Sus ojos comenzaron a nublarse, se levanto del piano cuando ya no podía distinguir las teclas y volvió al diván por otra botella; dio un largo trago y luego vio el folder de Kurt, lo abrió para tomar la fotografía de él, la miro unos segundos y luego lloro; lloro ante su fotografía porque no sabía que le pasaba, no sabía que estaba sintiendo ni que seguía después de esto. Y así continuo, llorando y bebiendo, frente a una fotografía.
Las horas pasaron y el vino se agoto, el moreno estaba completamente ebrio tirado sobre el diván, y no se había levantado de ahí en mucho tiempo; ni siquiera cuando el teléfono sonó, ni tampoco para responder su celular que había sonado ya lo que parecían mil veces. Sin embargo tenía que levantarse, ir a casa a dormir, a preparar la cena, ducharse.
Con mucha dificultad se puso en pie y salió del consultorio, mientras caminaba se tambaleo por el pasillo tirando cuadros de la pared y una maceta, eso provoco que en segundos el vigilante nocturno del edificio apareciera. Sorprendido de ver a Blaine ahí y en ese estado, no hizo más que subir al ojimiel en un taxi y darle la dirección de su casa al conductor.
Casi una hora después el conductor dejo a Blaine fuera de su edificio, el moreno bajo torpemente del vehículo y se sentó en la banqueta, su parte mínima aun consciente le hizo saber que ya era muy tarde, de madrugada de hecho, así que se levanto e hizo un esfuerzo por caminar hacia el interior del edificio, había dado un par de pasos cuando vio el auto de Sebastian estacionado junto a la acera; y de repente la culpa se acumulo en su ser.
Sebastian, su novio, el amor de su vida; que seguramente se había quedado dormido esperándolo, preocupado por no saber de él, solo y triste porque Blaine ya no era suficientemente bueno para él y no había hecho el amor con él porque su cabeza solo tenía espacio para Kurt y Kurt lo había traicionado, besando a Karofsky y sonriéndole con esa sonrisa suya que podría quitarle la respiración a cualquiera.
Dio un paso más y cayó sobre las piedras del camino artificial que llevaba a la entrada del edificio, y la ira se incremento, así que tomo una de las piedras más grandes y la lanzo a los ventanales de la entrada, en un intento por mitigar su furia, y se sintió bien; así que lanzo otra piedra, y otra y otra más, mientras gritaba cosas que ni él podía entender. No supo cuanto tiempo estuvo ahí lanzando piedras, solo se detuvo cuando un par de brazos lo tomaron, le quitaron las piedras que aun tenia entre las manos y casi lo arrastraron hasta un vehículo; luces rojas y azules le impedían ver, personas murmuraban alrededor de él y no podía ver nada, un hombre se subió con él y luego se fueron.
Después de eso solo podía recordar una celda y a Sebastian, y las enormes ganas que tenia de estar con él y de terminar con la culpa que le causaba mirar a su novio a los ojos, a como diera lugar.
La mañana después de que arrestaron a Blaine
Y ahí estaba el moreno, tirado sobre la cama; con la culpa y la vergüenza alrededor de él y un dolor de cabeza que lo estaba matando, pero eso no era lo peor. Lo peor era lo que todo esto significaba, toda esta situación giraba en torno de Kurt Hummel.
Anderson podía verlo todo ahora, y el hecho de que no se hubiera dado cuenta antes era completamente risible: Él estaba celoso, completa e irremediablemente celoso, todo el tiempo había estado ahí y no se había dado cuenta, lo que sentía por Kurt no era solo compasión ni deseos de ayudar, las cosas quizá si habían empezado así, pero ya no más, ahora todo era claro. Blaine Anderson se estaba enamorando de Kurt Hummel, estaba perdiendo la cabeza por uno de sus pacientes.
Por supuesto, ahora todo tenía sentido, el se había imaginado la mirada de amor de Kurt porque él quería que esa mirada estuviera ahí, por eso había reaccionado así al ver al castaño besándose con Karofsky, con el chico que también estaba enamorado de Kurt, con el chico que si podía tenerlo si quisiera, había rechazado a Sebastian de todas las formas posibles porque solo tenía cabeza para Kurt y sus encuentros.
De repente su dolor de cabeza se incremento Si estaba enamorado de Kurt ¿Qué sentía entonces por Sebastian? ¿Debía dejar de hacer sufrir a Sebastian e ir tras Kurt? ¡NO! Lo suyo con Kurt era completamente imposible, fuera de todo lo posible y simplemente no podía causarle más sufrimiento y miseria a Sebastian.
El moreno escondió su cara entre las almohadas, necesitaba una señal que le dijera que hacer...
Amy suspiro cansada cuando termino de ordenar las carpetas de expedientes que tenía en el archivero de la recepción, eran apenas los primeros, aun necesitaba los de la oficina de Blaine; levantándose de su silla en la recepción giro los ojos con pesar, seguramente esos le llevarían más tiempo, sobre todo si los revisaba como le había prometido a Sebastian, la chica no estaría haciendo eso si no fuera porque ella también sospechaba que había algo raro con Blaine; todas las citas canceladas, todos los días libres que le había dado, ella ya lo había pensado antes, pero decidió quedarse callada, después de todo eso no le incumbía en lo más mínimo.
Al caminar por el pasillo se encontró con un par de cuadros en el suelo y una maceta rota, toda la tierra estaba esparcida en el piso, la chica levanto los cuadros y decidió que luego llamaría a mantenimiento para que se encargaran de la planta.
Cuando finalmente pudo entrar al despacho de Blaine casi se fue de espaldas, el lugar tenía un penetrante olor a alcohol, había varias botellas tiradas en el lugar, algunas rotas con los vidrios esparcidos en el suelo y muebles; la chica entro al despacho aun sorprendida, ya podía imaginarse de que hablaba Sebastian esta mañana al teléfono; de inmediato tomo el teléfono del escritorio y llamo a mantenimiento, antes de salir del despacho tomo las carpetas que necesitaba y se dispuso a salir, antes de cruzar la puerta algo llamo su atención, había un expediente sobre el diván; se acerco y lo tomo, poniéndolo sobre los demás, cuando llego a su escritorio decidió empezar su tarea con él.
No había pensado en el por qué esa carpeta estaba sobre el diván, hasta que la abrió y encontró la fotografía del dueño de ese expediente, de inmediato lo reconoció; era ese chico, el que siempre venia a buscar a Blaine inesperadamente, con el que había discutido varias veces y a quien había visto una vez estacionado afuera del edificio después de su hora de salida, miro e resto de la carpeta y de inmediato supo que tenía que llamar a Sebastian.
Blaine estaba recostado sobre el sillón, recién duchado y con una bolsa de hielo en la cabeza, las aspirinas habían hecho su trabajo pero no era suficiente, de repente el teléfono sonó; taladrando sus oídos con su timbre, miro el identificador y vio el nombre de Sebastian parpadeando en él, rápidamente contesto
—Hola, Sebastian—
—Blaine, ¿Cómo te estás sintiendo?— La voz de Sebastian sonaba normal y tranquila
— Sebastian, escucha necesitamos hablar de anoche, yo…—
—No, Blaine escucha; voy en camino a casa, tengo una propuesta que hacerte—
Blaine se quedo callado ¿No le iba a reclamar nada?
—¿De qué estás hablando?—
—Mira, no puedo darte detalles por teléfono, solo puedo decirte que prepares tus maletas ya que posiblemente salgamos de viaje— Blaine estaba completamente extrañado
—¿Ahora?—
—No, no ahora Blaine; en cuanto esté en casa hablaremos de todo lo que desees, ahora por favor trata de reponerte, te veo en un rato—
—Está bien, hasta entonces—
La llamada finalizo.
Sebastian colgó el teléfono y luego se dirigió a Amy que estaba de pie a unos metros de él, incredulidad pintada en su rostro
—Gracias por llamarme Amy, escucha; no sé si Blaine esté disponible para volver pronto, ¿Podrías reprogramar sus citas de las próximas dos semanas por favor? Y tomate esas dos semanas de vacaciones, me asegurare de que Blaine te llame cuando esté de vuelta— dijo con una sonrisa
La aludida asintió y salió del despacho tranquilamente. En cuanto se fue, la sonrisa de Sebastian desapareció de su rostro y apretó con fuerza la carpeta que tenia entre las manos, una carpeta completamente vacía, sin ningún registro de sesión ni de trabajo, una carpeta con un nombre… Kurt Hummel.