Epilogo
-¿En qué piensas?
-¿Alguna vez te has preguntado cómo sería tu vida si algo en concreto de ella no hubiese ocurrido?
-Continuamente.
-¿Y el cómo sería si no hubieras luchado por lo que querías?
-Por supuesto.
-A veces pienso en que la vida tiene demasiados caminos, demasiadas conexiones que ponemos tomar o descartar ¿Cómo estar seguro de cuál elegir? Es frustrante.
-Supongo que tenemos que tener fe en que al final todo se arreglará y seremos felices.
-¿Tú eres feliz?
-Mucho.
-¿Segura?
-Soy inmensamente feliz.
-De acuerdo, solo quería asegurarme.
-Te preocupas demasiado.
-Siempre lo he hecho.
-Es cierto.
-Y te encanta.
-No exactamente, pero me he acostumbrado a ello.
-Sabes que es mentira, te gusta todo de mí.
-Al igual que te gusta a ti todo de mí.
-Bueno… no todo. Eres demasiado cabezota para mi gusto.
-¿Cabezota? ¿Tú me llamas cabezota? Increíble.
-¿Qué? Es verdad.
-Te tengo que recordar la cantidad de cosas que has hecho por cabezonería.
-No sé de qué me hablas.
-No te hagas la loca.
-No me lo hago.
-Si lo haces.
-Bueno, quizás un poco.
-Lo ves, cabezota.
-Déjame.
-De acuerdo.
-¡No! No lo decía en serio.
-Lo sé.
-¡Arg! Te odio.
-Mentira, me amas.
-Ahora mismo no tanto como debería.
-Mentira de nuevo.
-Me desesperas, ¿lo sabes?
-Por supuesto.
-Y te encanta.
-Sí.
-Ahora volvamos a lo de antes. ¿Por qué estabas tan pensativa?
-Recordaba el pasado, en cómo ha acabado todo.
-¿No te gusta cómo acabó?
-Claro que me gusta pero no puedo evitar pensar en que podría haber hecho las cosas más fáciles.
-Lo hecho, hecho está. Lo que importa es el presente.
-Sabes que tiendo a perderme en el pasado.
-Lo sé.
-Y no te gusta.
-No.
-Comprensible.
-¿Eres feliz?
-Completamente feliz.
-¿Entonces? ¿Qué importa que hayamos tardado años en acabar juntas? ¿Qué importa las cosas por las que hemos pasado si al final, hoy estamos en esta cama, en nuestra casa, en esta ciudad maravillosa, con unos trabajos que nos encantan y amándonos más que nunca?
-Importa porque me hubiese gustado estar así desde hace mucho tiempo.
-Pero lo estas ahora.
-Sí.
-¿Entonces por qué no lo disfrutas?
-Lo hago, creo que te lo he demostrado varias veces esta noche.
-Cierto.
-¿Sabes de lo que no me arrepiento?
-¿De qué?
-De haber luchado por ti. De a pesar de la distancia, de que tú estabas con Rebecca o la multitud de problemas que podíamos tener, no me rendí, tal como me pediste. Si lo hubiese hecho ahora mismo no estaríamos aquí.
-No, no lo estaríamos.
-Parece mentira que hayan pasado ya más de 6 años desde ese día en el lago.
-Ha pasado más de tiempo.
-Me refiero al último día en el lago.
-Eso fue este mismo verano cuando fuimos a visitar a la familia.
-A veces no te aguanto ¿Lo sabes?
-Lo intuía.
-Me refiero a ese día en el lago en el que hicimos el amor por primera vez, para luego separarnos durante demasiado tiempo.
-Nos veíamos a menudo.
-Pero no era lo mismo.
-No, no lo era.
-Ese no era nuestro momento.
-Nuestro momento es ahora, siempre lo es.
-Quizás.
-¿Por qué te has puesto a pensar en eso justo hoy?
-Sabes por qué.
-Cierto. ¿Vas a ir?
-Como cada año.
-Seguro que Matt estará encantado.
-Lo echo de menos.
-Lo sé.
-¿Vas a venir conmigo?
-Como cada año.
-A veces creo que no se lo merece, después de todo lo que hizo.
-Quizás no se lo merece, pero no lo haces por ella y lo sabes.
-Lo hago por Matt, porque no quiero que la olvide a pesar de todo.
-Ir a la tumba de Shelby cada año en el aniversario de su muerte te hace bien y lo sabes.
-Porque veo a Matt.
-Pon las escusas que quieras, pero al fin y al cabo era tu madre.
-Lo sé.
-¿Hoy no tienes función entonces?
-No, he pedido que me sustituyan para poder pasar más tiempo con Matt.
-Haces bien, aunque sé que no te gusta nada que te sustituyan.
-Eso es porque no saben hacerlo tan bien como yo.
-Seguro que tampoco tienen tanta modestia como tú.
-Por supuesto que no.
-Eres increíble.
-Lo sé.
-Te amo Rach.
-¿A pesar de todo?
-A pesar de todo.
-Te amo Quinn.
-Lo sé mi princesa.