Ya sé... Debería estar haciendo otras cosas... Pero como no he tenido internet solo he podido escribir esto. Ahora no depende de lo rapido que escriba sino en lo rapido que consiga internet de nuevo.
D: hetalia no me pertenece. Lo siento.
Principales parejas: PruHun, AusSui, Franada, UsUk, Runa, Giripan, Spamano,Ita?, muchas mas.
Capitulo 1
El sol brillaba sobre el cielo de Venecia con mucha intensidad. Ludwig se arrepentía de haber ido ahí. Pero era por su trabajo, se intentaba convencer. Su negocio tenía uno de sus mayores clientes en la ciudad. Ahora que la junta había finalizado se preguntaba por que no tomaba un vuelo anterior y se iba lo más rápido posible de ese lugar.
Ese lugar le traía demasiados recuerdos dolorosos. Demasiados recuerdos que habían sido hermosos hasta siete años antes. Pero fue esa reunión la que hizo que algo que le hacía sonreír ahora estaba a punto de hacerlo llorar. Pero el nunca lloraba. Bueno, muy pocas veces lo había hecho. La primera y la segunda guerra mundial eran de las últimas veces. Había logrado no perder la compostura en la reunión en la que la peor de todas las decisiones se había tomado. Para el claro, mucha otra gente adoraba esa decisión.
Todos los países estaban reunidos alrededor de la mesa. Por una vez nadie se estaba molestando, algo muy raro. Hasta los más vagos estaban despiertos. Nadie estaba de humor para tener una reunión normal.
-Vamos a comenzar esta reunión. Casi todos tenemos la misma recomendación por hacer. ¿Quién comienza?-Dijo el estado-unidiense, algo muy raro en el no dar una idea estúpida.
-Yo. –Dijo el italiano del norte- Como nunca hacemos nada productivo y nuestros jefes se encargan de todo, acabemos con las reuniones, vivamos una vida humana y rompamos el contacto con el resto de las naciones. –Estaba a punto de llorar, pero habló con mucha decisión.
-¿Votos a favor? –Preguntó el inglés.
Casi todas las manos se levantaron menos la del alemán. Este no comprendía por que estaba pasando todo esto. Se quedo asombrado de que personas como Grecia, Estados Unidos, Romano y más estuvieran de acuerdo. El primero ya que siempre estaba dormido y nunca votaba, el segundo ya que las reuniones eran su oportunidad de decir que era el "hero" y el tercero ya que nunca estaba de acuerdo con su hermano.
-Mayoría. Las reuniones y el contacto con otras naciones quedan eliminados. Todos van a vivir una vida humana. Ya nos podemos ir. –Dijo el inglés.
Todos se levantaron de sus sillas y se fueron a fuera. El alemán intentó hablar con su amigo, pero este estaba fuera del mapa. No sabía que esa iba a ser la última vez que lo iba a ver.
Hacía mucho que no iba a Italia. De hecho, hacía mucho que no salía de Alemania. Había comenzado un negocio de productos de limpieza. Tenía mucho éxito y ahora prácticamente había monopolizado toda Europa, el sur de América, algunos países de Asia, Australia y media Nueva Zelanda. No había tenido nada de éxito en África, pero no le importaba mucho ahora, en siete años había logrado alzar un imperio de productos de limpieza increíble.
Estaba caminado por un parque muy lindo que estaba en el centro. En eso vio algo que llamó su atención. Eran dos niños pequeños. Una chica y un chico. Le recordaban a cuando le estaba intentando enseñar a Italia a pelear. La chica, era en este caso la que le estaba enseñando al que tenía que ser su hermano. Se acercó para ver más de cerca esto. Cuando llegó al lado de los niños vio que le estaban mirando.
-¿Qué pasa señor?-Dijo la rubia.
-Hola, estaba viendo que le estabas enseñando a luchar a tu hermano menor. –Respondió el Alemán.
-No es mi hermano menor, es mi mellizo. Y no le estoy enseñando a pelear, estamos entrenando. –Le corrigió la pequeña.
-Muy bien. Sabes, antes era militar. Si quieres os puedo ayudar con vuestra practica. –Les dijo el mayor.
-Ve~ Buena idea. Vamos hermanita. El señor nos puede ayudar.-Dijo el otro. Sus cabellos eran marrones, en contrarío de los cabellos claros de su hermana.
-No sé… ¿Que va a decir papà?-Preguntó la chica.
-¿Tu que crees?-Contestó a su hermana con otra pregunta con una cara seria, pero aún así sus ojos azules denotaban gracia.
Los dos niños se pusieron a reír como si fuera el mejor chiste del mundo. Puede que lo fuera, pensó el alemán. Una lastima que el no lo comprendiera. Pero no importaba. La risa de los niños le hizo sonreír un poco, algo que llevaba mucho tiempo sin hacer.
-Claro que nos puede ayudar. De hecho le agradeceríamos mucho señor…
-Ludwig.
La cara de los niños cambió drásticamente. Como si le hubieran lanzado una cubo lleno de agua fría. Lentamente lo miraron de abajo hacia arriba. Comenzaron a susurrar. El adulto no comprendía de todo que decían pero podía escuchar algunas palabras como: Alemán, alto, rubio, azules, serio, formal, militar, no, sonrisa, huir. En eso los dos chicos se pusieron a correr. Eran más rápidos de lo que parecían mientras entrenaban.
Comenzó a seguirlos de lejos para que no pareciera que los estaba persiguiendo. Por muy rápidos que fueran, el llevaba toda su vida entrenando. Vio como llegaron a una calle con muchas casa pintorescas y entraron en una. Cerraron la puerta con fuerza y permanecieron dentro.
El alemán decidió esperar un tiempo prudencial para que los dos niños se calmaran. Al cabo de una hora se levantó y se dirigió hacia la puerta. La puerta al igual que toda la casa tenía elementos decorativos de todas las épocas de la arquitectura Italiana. De hecho, había un mapa gravado en la puerta en el que salía Italia con los estilos de pasta de cada región. Tocó el timbre. Oyó unos pasos acercarse y luego se abrió la puerta.
-Ve~ Hola.-En eso vio a quien estaba del otro lado.- ¿Tu?
En eso la puerta se cerró de un fuerte golpe. El alemán escucho como se ponían todos los candados del otro lado. También las ventanas se cerraron. La casa se había aislado del exterior. Tocó de nuevo el timbre pero nadie abrió.
El rubio intentó comprender lo que había pasado en el camino del aeropuerto. Los hechos eran estos:
Va a una junta con un cliente. Normal.
Termina la junta y se va a caminar. Normal.
Se encuentra con dos niños. Normal.
Habla con los dos niños. Ya no del todo normal.
Los dos niños salen huyendo. Depende de la circunstancia puede ser normal.
Sigue a los niños hasta su casa. Ya no normal.
Toca el timbre de la casa de los niños. No normal.
Italia le abre la puerta y se la cierra en sus narices. Nada normal.
Si no se apresura va a perder el avión. Todo menos normal.
Cuando llegó al aeropuerto pudo coger el avión sin demasiado problema. En el tiempo de vuelta a Alemania estaba dándole vueltas una y otra vez a lo que había pasado. Necesitaba hablar con alguien. Pero no podía ser una persona normal. Tenía que ser otra nación.
En todo el tiempo que había pasado desde la reunión solo había descubierto donde vivía otra nación. Cuando bajo del avión llamo a su secretaria y le dijo que iba a estar un tiempo fuera, que si había algún problema le llamara. Rápidamente compró otro boleto y se subió al avión.
Ya tengo casi todos los capítulos escritos, así que los publicaré cuando tenga ese bien tan hermoso que es internet. Feliz navidad y prospero año nuevo.