Los miraba enfurecido, en su vida había pasado una vergüenza mayor, realmente se sentía tan estúpido, no podía creer que había tenido que coquetear frente a alumnos nuevos, padres y el director, sólo porque a su par de amigos se le había ocurrido hacer el amor en el salón de ensayos, realmente habían sido unos malditos en el momento en que pensaron que eso sería buena idea.
-Blaine, ya te dijimos que…
-¡Cállense! Nos hicieron pasar la peor vergüenza de todas.
-Ya habías cantado Teenage Dream antes-dijo Nick mirando el suelo.
-Ese no es el problema-dijo poniendo una mano en su sien derecha y poniendo la otra en su cintura.
-¿Entonces?-dijo Jeff sin comprender, el resto de los Warblers los miraba cansados.
-¡Acaso no se dan cuenta!- Gritó Trent pasando al frente del lugar-No fue nada cantar, el problema vino cuando se les ocurrió robar la miel y el dinero de la cafetería y después tirar todo en los pasillos.
-¡Fue divertido!- dijo Jeff con una sonrisa.
-Para ti que no resbalaste y luego caíste en un montón de pintura blanca-dijo seriamente Blaine que estaba completamente blanco, eso incluía su cabello y el uniforme de Dalton.
-Fuiste el único que…
-¿Cayó en la pintura?-dijo Kurt alzando una ceja y mirándolos con seriedad-¿Acaso creen que el resto de los Warblers nos vestimos de blanco?
-No, pero… fue gracioso-insistió Nick.
-No sé cómo me sacaré todo esto-dijo Steve con una mueca.
-Tenemos diluyente si quieren…
-¡No pondré esa cosa en mi cabello!- dijo molesto Kurt-Ni siquiera están arrepentidos de lo que hicieron-dijo frunciendo el ceño y cruzándose de brazos.
-Lo sentimos ¿nos podemos ir?-dijeron Jeff y Nick con una sonrisa.
-No-dijo Thad-Chicos, lo que hicieron fue horrible-insistía el Warbler.
-¿Por qué? Realmente no entiendo qué fue tan malo-dijo el castaño.
-Primero-dijo Blaine-Tuvieron sexo en ese sillón-apuntó el mueble y al instante todos los que estaban sentados ahí se levantaron y miraron con horror.
-Pero si ya lo habíamos hecho antes-dijo Jeff con una sonrisa.
-Segundo-dijo Kurt-Los sacamos del salón sin que los vieran y a ustedes no se les ocurre nada mejor que gritar-suspiró antes de decirlo, aún escuchaba esas palabras en sus oídos-Nada mejor que una sesión de buen sexo para empezar el día.
-¡Pero si es cierto!- contradijo Jeff.
-Puede ser-interfirió Blaine-pero no es para que lo griten en el pasillo donde está el director, padres y alumnos nuevos-dijo molesto.
-Tercero-dijo Steve-Comenzar a correr a la cafetería y robar toda la comida del día no fue buena idea.
-No fue toda, sólo el café, miel y …
-¡Sacaron el café!- gritó Blaine molesto-¡Cómo se les ocurre!- y tomó a cada uno por la solapa de la chaqueta.
-Cariño-dijo Kurt con una sonrisa y acercándose al pelinegro-suéltalos-Blaine los soltó y se puso junto al castaño.
-Sacaron el dinero de la cafetería y lo pintaron de blanco-dijo Tom molesto.
-Y para más lo pegaron en el pasillo que va a las escaleras de la entrada de la Academia-dijo Alex.
-Cuarto-interfirió David-Amarrar a los alumnos nuevos junto a sus padres jamás será una buena idea y mucho menos graciosa, si entre ellos amarraron al director-dijo indignado de solo recordar lo que habían hecho.
-No lo vimos-susurró Nick.
-Quinto-habló Trent-Poner miel sobre el dinero pintado de blanco en el pasillo fue una gran estupidez ¿qué querían probar?
-Que la miel detiene a los objetos que ruedan rápidamente-dijo Jeff con una sonrisa.
-Sexto-dijo Kurt-Lanzar a la gente amarrada por ese pasillo con miel fue una tontería ¿pensaron que se detendría?
-Séptimo-¿Dónde consiguieron tanta pintura blanca?-dijo seriamente Blaine.
-Es la que ocupan para pintar algunos salones y hace unos días las dejaron en una bodega…
-Ustedes robaron la llave-dijo Thad molesto-Por eso no se podía abrir esa puerta.
-Octavo-señaló David-¿Creyeron que nadie resultaría herido al caer por las escaleras y luego ir a parar a la pintura?
-Una señora perdió dos dientes, un padre se rompió un brazo, un alumno rompió sus gafas y sin contar que a todos se les estropearon los celulares-dijo Blaine con seriedad.
-¿A ustedes también?-preguntó con inocencia Jeff.
-Gracias a Dios no-susurró David-Yo hice que todos los guardaran antes de reunirnos con el director, porque no podíamos arruinar esta reunión-suspiró cansado y mostrando su teléfono intacto.
-¿Eso es todo?
-No-dijo Kurt con una sonrisa malvada-Noveno-dijo entrecerrando los ojos-La peor idea del mundo es empujar a tus 14 compañeros por las escaleras y hacer que caigan en toda esa pintura.
-Fue divertido-dijeron con una sonrisa.
-No lo fue-dijo Trent con seriedad.
-Sólo quiero saber cómo lograron que todos cayéramos-dijo Steve algo confundido.
-Movieron la alfombra de la escalera cuando estábamos parados ahí-susurró Blaine-pero ya arruinaron todo.
-Ahora las consecuencias-sonrió Kurt-primero-dijo y al instante su teléfono comenzó a sonar, miró el visor y al ver el número sólo se puso serio-Debo contestar-dijo mirando a Blaine, quien hizo un gesto afirmativo y Kurt salió del salón para hablar en el pasillo.
-Como decía Kurt, primero-prosiguió David-Deben enfrentar la furia del Director Harris, quien está realmente enojado por todo esto, pero no sabe lo de sus sesiones de sexo en el sillón de este salón de ensayos, así que de eso nos ocupamos nosotros-dijo con una sonrisa malvada. En ese momento se abrió la puerta y entró el Director.
-Gracias muchachos-dijo el Director-Veo que se han encargado de aclarar todo- aún estaba pintado de blanco, pero eso era lo de menos.
-Así es, señor-saludaron 13 Warblers poniéndose de pie, haciendo un saludo militar y llevando sus manos tras sus espaldas.
-Descansen-dijo en un suspiro-Señor Duval y señor Sterling-dijo con molestia-Tendrán que limpiar el pasillo, las escaleras y el uniforme de sus compañeros.
-¡Demoraremos meses!- gritaron indignados.
-Para eso están las vacaciones-dijo con una sonrisa.
-No-susurraron asustados-¡Nuestras vacaciones de verano!- gritó Jeff.
-Así es-dijo con una gran sonrisa-Además, deberán trabajar en la cafetería para reponer el dinero que sacaron y se les ocurrió pegar al suelo.
-¿Y si logramos limpiar todo el dinero?
-Aún así trabajaran en la cafetería-dijo seriamente.
-¿Por un día?
-No, hasta que terminen de reparar el desastre que hicieron ¿saben que esto nos costó a 15 alumnos nuevos?-dijo molesto.
-¿Cuántos eran?
-20-dijo molesto.
-Te apuesto a que el chico que ama a Blaine y el que ama a Kurt sí se quedaron-dijo David a Wes.
-Estoy seguro-respondió seriamente.
-Además-dijo seriamente, en ese momento entró Kurt al salón y se formó junto a Blaine, en la misma pose que estaban todos-estropearon muchos celulares y dañaron la reputación de la Academia Dalton.
-Lo sentimos.
-Con eso no basta, así que ahora irán con el jefe de los auxiliares y él les dirá todo el trabajo de limpieza que deben hacer.
-Señor son las 7 de la tarde.
-Estupendo, tienen hasta las 12 para trabajar, luego se van a dormir porque tienen otro turno de limpieza a las 7 de la mañana.
-¡Mañana es sábado!
-¿Y? La Academia estará abierta, así que pueden quedarse a limpiar-dijo con una sonrisa-El resto puede ir a cambiarse de ropa y si necesitan algo pídanlo a sus dos compañeros.
-Gracias, señor-dijeron todos de una vez con un saludo militar y salieron marchando de ahí.
A penas estuvieron fuera, todos comenzaron a ir a sus habitaciones, pero Kurt se acercó a Thad y lo detuvo tomando una de sus mangas, el pelinegro lo miró extrañado y se detuvo, cerca de ellos también estaba Blaine.
-Tenemos que hablar-dijo el ojiazul con seriedad.
-Te escucho-susurró frunciendo levemente el ceño.
-Pero lejos de todos-dijo mirando como el grupo se dispersaba.
-Vamos al jardín-dijo el muchacho caminando por un pasillo hasta el lugar indicado, se sentaron en una banca que había allí. Se quedaron en silencio durante unos minutos, ambos miraban el paisaje y Kurt pensaba en las mejores palabras para comenzar, pero no las encontraba.
-Dile a tu novio que no te voy a comer si eso es lo que teme-dijo Thad cansado de la mirada asesina de Blaine, el castaño miró hacia atrás de ellos y pudo ver al líder Warbler apoyado en un pilar.
-¿Estás bien?-preguntó de una vez el contratenor, esa conversación no podía esperar más.
-Sí ¿por qué no lo estaría?-dijo extrañado.
-Porque tu relación con Santana fue un total fracaso-dijo seriamente.
-¿Cómo lo sabes?-dijo incrédulo.
-Me enteré de inmediato-susurró mirando el suelo por unos segundos y luego volviendo su vista a Thad-El día que llevaste a Blaine a mi casa fue cuando iniciaron y después de eso sólo duraron tres días-dijo intentando descifrar el rostro del pelinegro.
-¿Quién te contó?
-El primer día, por lo que me contó Blaine, eras el hombre más feliz de la tierra, pero al cuarto día eras un ogro y luego toda una magdalena.
-No lloraba-se defendió.
-No era necesario, tu cara de querer morirte lo decía todo-susurró haciendo una mueca-Por eso quiero saber ¿estás bien?
-Sí-susurró-pero…
-¿Ella te terminó?-se atrevió a preguntar.
-No-dijo con una sonrisa amarga-Cuando fui a verla ese día, habíamos quedado de acuerdo para ir al cine-dijo recordándolo-Y la fui a buscar después de su ensayo con New Directions.
-¿Y cómo les fue en el cine?
-Nunca llegamos al cine-susurró mirando atentamente a Kurt-Cuando llegué a McKinley no la encontré en el salón de ensayos, así que le pregunté a sus compañeros y me dijeron que de seguro fue a su casillero o al baño.
-¿Así que la esperaste?
-Ojalá lo hubiera hecho-dijo llevando sus manos al rostro y cubriéndolo-
-Dime, qué ocurrió-dijo el castaño tomando sus manos con cuidado y presionándolas levemente, Thad no se atrevía a mirarlo a la cara-Por favor, soy tu amigo.
-La busqué-dijo en un hilo de voz-Me asomé a los baños por si lograba verla, ni siquiera entré… sólo-suspiró con fuerza, dolía recordarlo, pero sintió la mano de Kurt estrechando la suya y se sintió con la fuerza suficiente para hablar-me asomé y vi a Santana, le iba a hablar, pero luego noté que besaba a alguien-suspiró sintiendo como las lágrimas comenzaban a bajar por su rostro-Estaba con Brittany-susurró dolido- No hice ruido y simplemente me aparté de ahí, la esperé en la salida de McKinley y unos diez minutos después apareció frente a mí.
-Le dije que me había engañado.
-¿Lo negó?
-No-dijo en un susurro-dijo que jamás podría amarme y que lucharía por Brittany, que yo sólo era un error- Al instante Kurt lo abrazaba con fuerza y lloró todo lo que había aguantado en esos dos meses, sintió como toda la tristeza salía de su cuerpo y comenzaba a sanar, aunque no sabía si eso podría llegar a ocurrir.
Pasaban de las 9 de la noche cuando al fin pudo volver a su habitación y pensar en cómo se sacaría la pintura de su cabello, porque ese era el real problema, no le importaba el uniforme de Dalton y de su piel lo sacaría con cremas. A los segundos entró Blaine, quien venía realmente molesto.
-Ahora no tendrás que ocupar gel en el cabello-dijo el ojiazul con una sonrisa.
-Qué gracioso-dijo con una mueca-está no era la idea que tenía de mantener mis rulos quietos.
-Están tiesos-dijo el castaño intentando mover el cabello de su novio.
-¿Cómo te sacarás la pintura?-dijo el pelinegro aún de pie.
-Iré a tomar una ducha e intentaré removerlo con el champú.
-¿Y si no sale?-dijo con una mueca el pelinegro.
-Tendrá que salir-dijo molesto y caminando al baño.
-¿Quieres que te ayude?-dijo Blaine con una sonrisa pícara.
-Anderson-dijo en un suspiro-no quiero tener que recordar este momento.
-¡Pero!- intentó decir.
-No-negó abriendo la puerta del baño.
-Por favor-rogó haciendo un puchero y abrazando a su novio por la espalda-Te gustará-susurró en su oído, lo que hizo que un escalofrío corriera por la espalda del castaño.
-No-susurró intentando soltarse-¿No te irás?
-Jamás-dijo con una sonrisa.
-Hagamos algo-dijo con una gran sonrisa.
-Lo que digas, cariño-dijo soltándolo, lo que Kurt aprovechó para girar y mirarlo a los ojos.
-Si logras sacar la pintura de tu cabello y del mío tendrás una noche de diversión-dijo acercando su rostro al del moreno.
-¿Y si no?-dijo tomando a Kurt de la cintura y acercándolo más, sentía el aliento del castaño sobre sus labios.
-Te vas a tu habitación sin nada-susurró antes de tomar los labios de Blaine y besarlos con suavidad, puso sus brazos alrededor de su cuello e intentó tomar el pelo de su novio, pero le fue imposible-¡Los odio!- dijo molesto y separándose abruptamente-Me quitaron lo que más me gusta tocar cuanto te beso-dijo haciendo un puchero.
-Traeré de vuelta a esos rulos que te vuelven loco, lo prometo-dijo volviendo a unir sus labios, pero se separó a los segundos-Ahora-susurró mirándolo a los ojos-Desvístete que te sacaré toda esa pintura-dijo con una sonrisa.
-¿Cómo lo harás?-dijo frunciendo el ceño.
-Deja que el maestro te enseñe-susurró con una sonrisa y quitándose su chaqueta.
-Alto-dijo al momento que la chaqueta caía al suelo y Blaine cerraba la puerta-Dije alto-volvió a decir Kurt al momento que el pelinegro se le acercaba y él retrocedía, chocó con la pared y el moreno apoyó ambas manos en los azulejos impidiendo que saliera por cualquiera de los dos lados.
-Tú no mandas-susurró lo más ronco que pudo.
-Es MI baño, son MIS órdenes-enfatizó el castaño poniendo un dedo en el pecho de Blaine.
-Inténtalo-susurró acercando sus labios a los de Kurt, pero el castaño se agachó y salió por un costado, a lo que Blaine terminó besando la pared-¡Hey!- dijo indignado-Ven aquí-dijo viendo que Kurt salía del baño, lo siguió y notó que quería salir del lugar.
-¿Está cerrado?-dijo sorprendido-¡Nunca cierro la puerta con llave!- dijo serio y mirando a Blaine.
-Quería privacidad-susurró el pelinegro mostrando la llave.
-Es MI habitación-dijo molesto.
-Eres MI novio-susurró tomándolo de la cintura.
-¿Me compraste?-dijo alzando una ceja.
-No fue necesario, ya estabas loco por mí cuando nos conocimos-dijo con una sonrisa.
-¿Seguro?-dijo con una sonrisa-¿De verdad crees que nunca me gustó Sam?-dijo mordazmente.
-¡Qué!- gritó molesto y lo soltó-¿Acaso estabas detrás de ese rubio teñido cuando viniste a Dalton?-dijo encolerizado, de solo pensar que Kurt dedicaba sus miradas de chico enamorado a Sam, le daba rabia.
-Sí-dijo con una sonrisa y poniendo sus manos en su espalda.
-¿No mientes?-dijo sintiendo un escalofrío recorrer su espalda, él avanzaba conforme el ojiazul retrocedía, hasta que chocó con la puerta de salida de la habitación.
-Nunca-sonrió e hizo un movimiento con las manos y luego su sonrisa se ensanchó.
-No te creo-bufó molesto-¡Me niego a creer que querías a Evans!- dijo furioso.
-Aún lo quiero-dijo con simpleza.
-¿Qué?-dijo incrédulo y sintiendo que el alma se le iba del cuerpo.
-Es mi amigo, es lógico que lo quiera-dijo con una sonrisa.
-Para mí no lo es-susurró dándose la vuelta y quedando de espaldas a Kurt, quien aprovechó ese minuto para salir de la habitación y correr hasta la de Blaine-¡Me engañaste!- gritó cuando escuchó la puerta cerrarse, así que fue tras el ojiazul, pero cuando llegó a la puerta de su habitación sólo pudo escuchar la risa de su novio-Abre-dijo con una sonrisa en los labios, no podía estar enojado.
-Si prometes limpiar mi cabello y nada más-dijo seriamente.
-Lo juro, pero si lo logro tengo premio-dijo sonriendo.
-Está bien-escuchó por respuesta y a los segundos la puerta se abrió, ahí estaba Kurt con una sonrisa.
-Muy bien, al baño, sólo lavaré tu cabello, nada más-juró con una palma en alto.
-Te creo-dijo con una sonrisa y fue hasta donde indicó el moreno.
Llevaba al menos una hora paseándose por su cuarto, aún no decidía lo que haría, porque la conversación con Kurt le había ayudado a entender que todo el romance que pretendía tener con Santana había estado en su cabeza y nada más, pero aún así estaba tentado a llamarla, porque Kurt le dijo que no había creído en las razones de la morena y él sinceramente, sí, le había creído y por eso se había alejado. Aunque para este tipo de cosas Kurt SIEMPRE tenía razón, SIEMPRE. Así que no dejaría de hacerle caso. Marcó el número de la latina y esperó a que contestara.
-¿Quién habla?- escuchó que contestaba de forma arisca, cuánto había extrañado su voz.
-Santana-susurró-Habla Thad.
-Thad-dijo con sorpresa, hace un par de meses que no hablaban, desde que él la encontró en el baño con Brittany y desde ese entonces ella había borrado su número-¿Qué ocurre?
-Santana-dijo ansioso de hablar con ella-Yo…-¿Qué debía hacer? Si seguía sus impulsos ella le cortaría, si lo pensaba más terminaría colgando él.
-¿Estás bien?-se atrevió a preguntar, sabía que podía ser un error, pero él no se decidía a hablar y ella ya no podía hacer como si no le importara el pelinegro, porque no era así.
-No-dijo de una vez, tendría que seguir sus impulsos si pretendía hablar con ella-No desde ese día, realmente necesitaba escucharte-dijo en un susurro y sintiendo como sus ojos se llenaban de lágrimas.
-Y yo a ti-respondió ella apenada.
-¿Qué?-dijo con sorpresa, habría esperado cualquier respuesta, menos esa-¿Por qué?-se atrevió a decir y las primeras lágrimas bajaron por sus mejillas.
-¿Podemos vernos?-dijo en un susurro y sintiendo como la sangre se agolpaba en sus mejillas.
-¿Ahora?-dijo sorprendido y mirándose en un espejo ¡Aún tenía el pelo blanco!
-¿Puedes?-dijo en un susurro.
-Sí, pero demoraré un poco ¿Hay problema si llego a las 12 por allá?-dijo haciendo una mueca.
-No-suspiró aliviada-Te espero-y colgó. Al instante Thad salió corriendo de su habitación, golpeó la puerta de Kurt, pero no estaba ahí, así que fue hasta la habitación de Blaine. Una vez allí golpeó con desesperación y apareció el líder Warbler con una mueca en el rostro.
-¿Interrumpo?-dijo con una sonrisa y sintiendo terror de Blaine.
-Sí-dijo molesto y cruzándose de brazos.
-No interrumpe-dijo Kurt llegando al lado de ellos y secándose el pelo con una toalla, había salido toda la pintura de su cabello y eso se lo debía todo a Blaine, pero ahora él también debía quitar todo eso blanco de su pelo.
-¿Cómo que no? ¡Tengo que sacar esto de mi cabello!-Dijo Blaine molesto.
-¿Cómo te sacaste la pintura, Kurt?-dijo mirando el pelo limpio del contratenor.
-Fue una fórmula de Blaine-dijo con una dulce sonrisa.
-¡Les ruego que me saquen esta pintura ahora! Les explicaré, pero lo necesito con urgencia ¿cuánto te demoras?
-Contigo puedo demorar 10 minutos sin problemas.
-¿Serás rudo?-dijo Kurt con una mueca.
-Lo suficiente como para que se vaya pronto.
-No tengo problema, solo quiero que saques la pintura, por favor.
-Pasa-dijo Blaine en un suspiro, así como iba todos irían a su habitación y terminaría cobrando por el servicio.
No comprendía en qué minuto se le ocurrió la fantástica idea de querer hablar con Thad y aceptar que fuera a su casa a esa hora de la noche ¡era una tontería! Pero era necesario aclarar las cosas, después de todo el chico Dalton había sido increíblemente bueno con ella y nunca le hizo ningún reclamo, a pesar de que ella lo engañó. No comprendía cómo él seguía queriéndola, ella no podría, realmente no, sería muy difícil.
Se había puesto unos jeans negros y un poleron con capucha rojo, junto a unas zapatillas blancas, algo sencillo, pero que también decía lo nerviosa que estaba, porque no pudo elegir algo mejor para esa ocasión, pero ya no importaba, faltaban algunos minutos para que Thad llegara, así que no se ocuparía de su ropa, daba igual en ese momento. A los segundos escuchó el timbre, debía de ser él, sólo esperaba no volver a arruinarlo, porque ella era la mejor destrozando al resto, abrió la puerta y ahí estaba el pelinegro, se miraron por un par de segundos y él la abrazó con dulzura, la había extrañado y ella también, no podía negarlo.
-Thad-susurró separándolo levemente-ven-dijo tomando una de sus manos al momento que él cerraba la puerta.
Caminaron hasta la sala y ella se sentó en el sillón junto a él. Se miraron por unos segundos y ella no fue capaz de mantenerle la mirada, era imposible después de lo que le había hecho.
-Podemos hablar tranquilos, mis padres no están-aclaró la latina en un susurro.
-Te amo-dijo de una vez el pelinegro y esperando una reacción por parte de ella.
-Ese día-suspiró mirando sus manos que seguían entrelazadas y haciendo como si no hubiese escuchado la declaración de Thad-quería salir contigo y pasarla bien, pero no fui capaz de no arruinarlo, sabía que era capaz de empeorar las cosas y así lo hice. Te vi llegar a McKinley y cuando escuché lo que te decían los chicos que estaban en la sala de ensayos sólo atiné a llevar a Brittany al baño y esperar unos segundos antes de besarla, escuché cuando abriste la puerta y tus pasos al salir corriendo. Me sentí mal e incluso Britt me dio la espalda, dijo que no podía seguir con eso si estaba contigo, que ella no le sería infiel a Artie y que yo no podía serte infiel a ti-susurró presionando la mano del pelinegro-pero necesitaba arruinarlo y convencerme de que no te quería, lo intenté, pero fue inútil-dijo cerrando los ojos y sintió como Thad levantaba su rostro con cuidado.
-¿Me amas?-susurró sintiendo como un nudo se formaba en su garganta.
-No lo sé.
-La duda no es una negativa-dijo con una sonrisa-Es menos que un te amo, pero podría ser un te quiero-dijo entusiasta-y eso es suficiente para mí-dijo acercando su rostro al de la latina.
-¿No temes que lo vuelva a arruinar?-susurró a escasos centímetros de los labios del pelinegro.
-No-susurró acariciándole una mejilla-temo no ser lo suficientemente fuerte para soportarlo-dijo sintiéndose débil por un momento.
-¿Estás dispuesto a averiguarlo?-dijo con temor y viendo como Thad se alejaba y la miraba atentamente a los ojos, sonrió terminando con la distancia que los separaba y la besó.
Ella se dejó guiar y sintió como poco a poco el pecho se le llenaba de calor, una sensación extraña, pero placentera, le gustaba realmente. Sólo deseaba que no desapareciera nunca, porque realmente Thad podía ser el único chico que había causado algo así en ella, porque hasta ese momento solo Brittany había logrado conquistarla, ahora podía decir que Harwood era el vencedor y si él le pedía renunciar a sus sueños, ella era capaz de hacerlo, pero sabía que él jamás pediría algo así.
-Te quiero-susurró la morena separándose levemente.
-Y yo a ti-sonrió abrazándola con fuerza.
El día había amanecido gris y las nubes amenazaban con lluvia esa mañana, pero al parecer nadie lo había notado. Los relojes comenzaron a sonar en algunas habitaciones de Dalton, era sábado y la mayoría se había ido a ver a su familia durante la tarde anterior, así que eran pocos los que quedaban en la Academia. Blaine había decidido pasar la noche junto a Kurt, le había prometido que estarían juntos ese día, y él gustoso había aceptado. El pelinegro comenzaba a despertar, estaba desnudo sobre la cama y sentía el frío colándose en la habitación, por lo que se tapó con las frazadas y el cubre camas, se acercó hasta el otro lado de su cama para abrazar a su novio, pero no lo encontró.
-¿Kurt?-murmuró aún medio dormido-¿Cariño?-dijo palpando todo el sitio, pero sin resultado, abrió los ojos y notó que estaba solo, no se escuchaba ningún ruido en la habitación. De seguro se había levantado más temprano y se había ido a cambiar a su habitación y ahora iría a buscarlo para comer algo, con esa esperanza miró la hora y se dio cuenta de que sólo eran las 7 de la mañana.
Kurt jamás se levantaba a esa hora un día sábado, de hecho siempre le costaba despertar para ir a clases, al menos cuando estaban en Dalton. Se levantó extrañado y decidió ir a darse una ducha, luego se vistió y fue hasta la habitación del castaño, pero no estaba. Por lo que fue a la cafetería, y tampoco lo encontró, al parecer se había ido. Eso no podía ser posible, tenía su teléfono en el bolsillo así que lo llamó, pero sonaba apagado ¡Kurt jamás apagaba su celular! Algo había ocurrido, por lo que corrió a cada habitación de sus compañeros Warblers, afortunadamente todos estaban en Dalton, a todos les gritó que los esperaba en 10 minutos en el salón de ensayos.
-¿Qué es tan urgente para tenernos a las 8 de la mañana despiertos?-dijo Wes tallando uno de sus ojos.
-Kurt no está, no lo encuentro por ningún lado.
-¿Dónde se supone que lo dejaste?
-¿Kurt es una cosa?-dijo Trent aún con su pijama e intentando despertar.
-No lo sé-susurró Jeff dormitando en el sillón.
-Yo menos-dijo Nick acostado en las piernas de su novio.
-¡Despierten!- les gritó a todos Blaine y al instante los muchachos saltaron de sus lugares.
-¿Qué quieres?-dijo David aún medio dormido-Yo estaba en mi cama ¿qué hago aquí?-dijo extrañado.
-No lo sé, a mí me trajeron-susurró Nick.
-Dios…-suspiró Blaine cansado, no tenía caso que lo ayudaran, estaban más dormidos que otra cosa, era mejor abandonarlos. Salió de la sala de ensayos en dirección a su habitación, tal vez Kurt había regresado y de no ser así tendría que llamar a alguien más para que lo ayudara en su búsqueda.
Entró en su habitación y no lo encontró, tendría que hacer algo de lo que tal vez se arrepentiría, pero no perdía nada con intentarlo. Marcó un número en su teléfono y esperó a que contestara.
-Diga
-Burt, habla Blaine-dijo algo nervioso.
-Blaine-dijo algo incómodo-¿Cómo estás?-dijo lo más natural posible.
-Bien, gracias. Burt llamaba porque quería saber si sabe dónde está Kurt-dijo temeroso de la respuesta, estaba seguro de que no ganaría el premio al yerno del año y que dejaría de tener un suegro amable.
-¿Kurt?-dijo casi en un susurro-Él… él… está…-intentaba responder, pero parecía no querer-él está bien-dijo de una vez.
-¿Está con usted?-dijo con seriedad y no aguantando el silencio que se había producido.
-Sí-respondió de una vez.
-Eso quería saber, gracias-respondió y colgó, no valía la pena seguir intentando hablar, porque Burt no le iba a responder sus dudas, eso estaba más que claro.
Se miraron por un par de segundos y él sólo pudo respirar algo más tranquilo, pero luego tomó la mano de su padre y la presionó un poco. Burt lo miró con una sonrisa y presionó la mano de su hijo.
-Está preocupado-dijo con tranquilidad, guardando su teléfono y mirando la puerta de entrada del lugar-¿No le dijiste que vendrías?
-No habría podido venir, si Blaine supiera que Paul Karofsky me llamó para que viniera a visitar a Dave, no me habría dejado salir de Dalton por ningún motivo.
-Pero se enterara.
-Le contaré, pero después, ahora es mejor que vayamos a ver por qué me mandó a llamar-susurró el castaño viendo cómo la puerta del lugar se abría y entraba Paul.
-Viniste-susurró sorprendido.
-Usted me lo pidió y no tenía razones para negarme-se sinceró el ojiazul.
-Gracias, de verdad-dijo estrechando su mano y luego saludando a Burt.
-¿Me explicara por qué estoy aquí?-dijo Kurt con seriedad y mirando al hombre.
-Sí-susurró seriamente-David ha estado hablando con el psiquiatra y siempre te nombra, por lo que decidió que lo mejor era traerte y ver la reacción que tiene mi hijo cuando estas presente.
-¿Me lanzará a los leones?-dijo alzando una ceja sorprendido.
-No, el psiquiatra estará en todo momento ahí y no permitirá que David te toque, incluso no es necesario que entres a su habitación si no quieres.
-¿Hijo estás seguro de esto?-dijo Burt preocupado.
-No, pero ya estoy aquí, no manejé dos horas desde Westerville para dar la vuelta y volver-dijo cansado-Vamos, será mejor salir pronto de esto-dijo casi en un susurro.
Entraron por la puerta que habían visto salir a Paul, caminaron durante unos segundos por un pasillo bastante oscuro y luego pasaron una reja, ahí había unas escaleras que conducían a una especie de subterráneo, una vez ahí logró notar que las puertas estaban con seguros y había varios guardias cerca.
-Síganme-susurró Paul caminando hasta una puerta y hablando con el guardia que estaba en ella, él les dio el paso, al ingresar se encontraron con un vidrio por el que podían ver a David Karofsky, estaba recostado en su cama.
-Buenos días-saludo un hombre de unos 50 años-Soy Andrew Stokes, psiquiatra de David.
-Buenos días-dijo el ojiazul estrechando la mano del hombre- soy Kurt Hummel y este es mi padre Burt Hummel.
-Un placer, así que tú eres Kurt-murmuró viendo al muchacho de pies a cabeza, el castaño sólo miró con seriedad-Eres tal como te describe-dijo el profesional mirando a Dave por medio del vidrio que los separaba.
-¿Para qué me necesita?-dijo Kurt cansado del silencio.
-Necesito saber su reacción al verte.
-¿Así no más? Quiere que entre en esa habitación después de que la última vez que me vio estuvo a punto de… -respiró antes de decirlo-de violarme ¿es fácil decirlo no?-dijo con una mueca de disgusto.
-Kurt-lo llamó con tranquilidad y poniendo una mano en su hombro-Hay un micrófono, sólo quiero que le hables, nada más.
-¿Luego no me hará entrar?
-Todo en su momento ¿sí?-susurró mirando al ojiazul, quien sólo movió la cabeza afirmativamente-manten presionado el botón para hablar.
Kurt se paró al lado del micrófono y observó con detención al muchacho que estaba recostado en esa cama que se veía tan fría y dura, por un momento lamentó la situación de Dave, pero luego recordó todo lo que había sufrido gracias al muchacho y una parte de él sintió alivio al verlo ahí.
-Dave-susurró de una vez al presionar el botón.
-¿Quién es?-dijo extrañado y sentándose en la cama.
-Kurt…-su voz sonó ahogada y por ello carraspeó para aclararla-Kurt Hummel-terminó de decir.
-Mentira-dijo con seriedad-Él jamás vendría a verme.
-¿Ni te hablaría?-dijo con un dejo de burla.
-Si realmente eres Kurt-susurró seriamente-dime algo que sólo él me diría.
-Fuera de que te has puesto gordo y pronto podrías quedar calvo, no sé qué más decir. Además, no te sienta nada bien el color naranja, me gustaba más la chaqueta roja del equipo de fútbol-dijo de una vez y con un dejo de soberbia.
-¿Hummel?-susurró tragando saliva y sin creerlo, se puso de pie y se acercó al vidrio, por el que no podía ver nada.
-No, el fantasma de las navidades pasadas-susurró con ironía.
-Increíble ¿por qué estás aquí?-dijo mirando expectante.
-Porque…-miró al psiquiatra quien le hizo un gesto para que siguiera-me pidieron venir.
-¿No querías?
-Me lo pidieron, no me obligaron, por tanto acepté-dijo de una vez.
-Pero no te agrada estar aquí.
-No-dijo cortante y continúo-es frío y tétrico ¿te gusta el lugar?
-No es tan malo cuando te acostumbras-dijo mirando el suelo y empuñando sus manos-Kurt-dijo con suavidad y apoyando una mano en el vidrio.
-Dime-susurró tocando el cristal con cuidado.
-¿Por qué lo elegiste a él? Si yo te besé primero-Burt miró a su hijo sorprendido, él no tenía idea de eso-Yo te quise primero.
-Nunca lo mencionaste-dijo con suavidad y haciendo un circulo en el cristal.
-¡Pero te besé! Eso debía bastar.
-No-dijo con una sonrisa melancólica-No bastó, si después de eso seguiste empujándome y me amenazaste de muerte.
-No era para que te transfirieras.
-¿No? Realmente no te medías, todos los días era un moretón nuevo-susurró sintiendo como las lágrimas se agolpaban en sus ojos- un poco más de maquillaje para cubrirlo, un granizado más que hacía que mi ropa quedara inutilizable, un golpe más a mi orgullo y demostrándome que jamás sería aceptado, mucho menos por otro gay ¿y querías que me quedara?-dijo intentando no llorar, pero las lágrimas ya escapaban por su rostro.
-Necesito verte-dijo en un susurro ahogado-¿Puedo?-preguntó asustado, pero no recibió respuesta.
Kurt había soltado el botón y lloraba en silencio, no podía seguir con eso, era dañarse, era destruir todo lo construido con Blaine en esos meses. No quería regresar, no quería retroceder y verse en el suelo una vez más. Le había costado tanto ponerse de pie que ahora no sabía si estaba dispuesto a volver a caer, porque tal vez no sería tan fuerte como para levantarse.
-Hijo-susurró Burt poniendo una mano en su hombro-Eres fuerte y nadie ni nada podrá destruirte, has llevado tu vida con tanta valentía que nadie podrá romper tu mundo, nunca más-dijo con seguridad-todo estará bien-Kurt lo abrazó con fuerza y lloró en su pecho.
-Lo sé-murmuró sintiendo como su pecho dejaba de estar presionado y volvía a sentir la paz de siempre-Pero…-dijo mirando a su padre a los ojos-Quiero verlo, pero no sé si es bueno-dijo en un murmullo.
-¿Quieres que entre contigo?-dijo en un susurro, pero su hijo negó con la cabeza.
-Tengo que hacer esto solo-se soltó del abrazo y miró al psiquiatra-entraré sólo si ustedes se quedan aquí.
-No hay problema-dijo el hombre y presionó unos números de acceso a la habitación de Dave-Jala la manilla y podrás entrar-dijo suavemente.
Kurt se quedó mirando unos segundos la puerta y luego la abrió, necesitaba ver a Karofsky de frente y entenderlo, no podría lograr de ningún otro modo sanar las heridas que seguían en su corazón, necesitaba cerrar ese capítulo en su vida y esa era la solución, tal vez no la más sana, pero era un paso al menos.
Cerró la puerta tras de sí y miró a Dave, quien sentía su cuerpo temblar de solo tener cerca a Kurt, había esperado tanto tiempo para ver esos ojos azules que lo volvían loco que sentía ganas de lanzarse sobre él y estrecharlo contra su cuerpo, pero sabía que cualquier movimiento sería sancionado a la brevedad con la pulsera que tenía en uno de sus brazos, la que le daba fuertes descargas eléctricas cada vez que el psiquiatra presionaba un botón, pero estaba seguro que si Kurt hablaba no respondería de sí.
-Aquí estoy-dijo de una vez y a los segundos sintió como su cuerpo era apresado por los brazos del castaño-No, Dave-dijo apartándolo con sus manos-No-siguió negando a lo que el muchacho se apartó de inmediato.
-Lo siento, yo… sólo quería sentirte cerca-susurró bajando la mirada y sintiéndose como un niño que ha perdido su juguete más valioso.
-Ven-susurró tomando una de sus manos y guiándolo a la cama para sentarse. Se miraron por unos segundos y Kurt pudo sentir que al fin podía enfrentar el miedo que siempre sentía al tener a Karofsky cerca, al fin lograría destruir la barrera que lograba paralizarlo en los pasillos de McKinley.
-¿Estás molesto?-dijo en un susurro.
-No-dijo con suavidad-Sólo intento comprender ¿Por qué yo?-dijo en un hilo de voz-¿Por qué no alguien más? Siempre era contra mí, y no digas que me atacabas porque era gay, porque eso no te lo crees-dijo seriamente y frunciendo el ceño.
-Me he preguntado lo mismo desde que entré aquí-dijo presionando la mano del castaño-Y ya tengo la respuesta, me costó, pero la conseguí-dijo con una pequeña sonrisa, espero unos segundos y se decidió a hablar-Tu seguridad y tu orgullo me enfurecían-dijo frunciendo el ceño-¿Nunca tuviste miedo o sentiste que estabas haciendo las cosas mal?
-Sí, todos los días-respondió mirando a los ojos de Dave.
-Nunca se te notó y verte tan fuerte me molestaba, porque sabía que jamás conseguiría esa fuerza que tienes tú, nunca conseguiría que mi vida fuera tan perfecta como hacías parecer la tuya-dijo empuñando una de sus manos-Tu padre te aceptó cuando le dijiste que eras gay, tus amigos también y nunca bajaste el rostro ante los que te rechazábamos, nunca y tal vez por eso…-dijo bajando la voz y mirando el suelo.
-¿Tal vez por eso qué?-dijo mirándolo al rostro y acercando una de sus manos para alzar su barbilla-mírame a la cara, sino no sabré si es la verdad-susurró con dureza.
-Me enamoré de ti-dijo sintiendo como una lágrima bajaba por su mejilla derecha-cuando te besé en los vestuarios-suspiró intranquilo-ya sentía cosas por ti, ya te tenía en mis mejores sueños-dijo en un murmullo.
-¿Y teníamos un final feliz?-dijo en un susurro y suavizando su mirada.
-Siempre éramos felices, pero cuando despertaba y te veía en los pasillos…-suspiró cansado y cerrando los ojos-me daba cuenta de que jamás podría tenerte-dijo volviéndolo a mirar-Y por eso odié al elfo cantante al instante, porque cuando lo vi junto a ti por primera vez-necesitaba fuerzas para decir todo eso y no tenía idea de dónde las sacaba-sabía que nunca lograría tenerte a mi lado y que él sería quien te alejara, él sería la razón por la que nunca podría tenerte-terminó de decir.
-Dave-dijo en un susurró y tomando su rostro con ambas manos-Tú me alejaste, tú me apartaste el día en que comenzaste a agredirme, y con ese beso solo lograste que te temiera aún más-dijo sintiendo como las lágrimas bajaban por su rostro.
-¿Y ahora? ¿Aún me temes?-dijo esperando por una respuesta.
-Sí-susurró poniéndose de pie-Eres mi peor pesadilla, a veces sueño que vuelvo a McKinley y siempre termino siendo arrastrado a un aula vacía y me golpeas sin compasión-susurró sin quitar la vista del rostro de Dave-se siente tan real que cuando logro despertar me pongo a llorar y es difícil que me calme-suspiró recordando esos momentos.
-Pero lo tienes a él cuando eso ocurre-dijo molesto.
-Tú lo dijiste, él siempre ha estado ahí-susurró con una sonrisa-Blaine siempre estará conmigo, lo sé-sonrió aún más-y yo sólo-tomó las dos manos de Dave-espero que encuentres a alguien a quien puedas entregarle todo el amor que tienes para dar-dijo con suavidad y depositando un beso en sus manos-porque estoy seguro que será el hombre más feliz de la tierra-dijo con una dulce sonrisa.
-¿Lo crees?-sintió como las lágrimas bajaban por su rostro.
-Estoy seguro, eres increíble, David-dijo con una sonrisa y pasando una de sus manos por su rostro-Y allá afuera hay alguien esperando que aparezcas en su vida para ser feliz, sólo necesitas esforzarte.
-¿Y si no lo hay?-dijo en un hilo de voz y temiendo lo peor.
-Eso mismo pensaba yo-dijo poniéndose serio-y ahora estoy con Blaine-volvió a tomar sus manos con cariño-sólo te pido que cuando estés con esa persona me la presentes-dijo con suavidad.
-¿No vas a desaparecer de mi vida?
-No puedo esconderme para siempre-dijo con una sonrisa divertida-Podría venir a verte para conversar, pero solo eso.
-¿Y si un día te cansas del elfo o él de ti?-dijo expectante.
-Jamás correría a tus brazos-dijo con seriedad-Nunca estaría contigo, lo siento-dijo presionando sus manos-pero en mí siempre tendrás un amigo-le dio un beso en la mejilla y se levantó de su lugar.
Caminó hasta la puerta, estaba listo para salir y terminar de una vez por todas con el tormento que había significado David Karofsky en su vida. Puso la mano en la manilla de la puerta y tiró, pero en ese momento se cerró de golpe, volteó a ver y estaba atrapado entre Dave y la puerta.
-Te tengo aquí y jamás te dejaré ir-susurró atrapándolo en sus brazos.
-Nunca lo amaste-escuchó que le hablaban por el micrófono-jamás fuiste lo suficientemente valiente.
-¿Quién es?-dijo molesto y sin dejar de abrazar a Kurt, quien sólo temblaba y sentía como las lágrimas bajaban por su rostro, el muro se volvía a desmoronar y junto a él caían todos sus sueños.
-Nunca soportaste la competencia y cuando aparecí en la vida de Kurt sólo le hiciste más daño-dijo con molestia.
-¿Elfo?-dijo apartándose de la puerta y sin soltar al ojiazul.
-Blaine Anderson me sienta mejor-dijo con seriedad.
-Si eres tan hombre enfréntame- a los segundos vio como la puerta se abría y entraba el líder Warbler.
-Aquí estoy, suelta a Kurt y hablemos.
-No-susurró molesto-No lo mereces, él me pertenece.
-¿Y si nadie quisiera el juguete?-dijo con tranquilidad.
-¿Qué?-dijo extrañado.
-Si nadie quisiera a Kurt, si yo te dijera que no me importa estar con él ni lo que le ocurra, si te digo que a su familia le da igual lo que le pase, que sus amigos lo han abandonado y él simplemente está destruido y no tiene nada que lo aferre a la vida ¿aún lo querrías?
-Sí-dijo con seriedad.
-Mientes-dijo con una sonrisa y acercándose a ellos-No podrías-susurró molesto-¿El Kurt que abrazas en este momento es el que amas?
-Sí.
-¿De verdad?-dijo incrédulo-¡Por favor!-dijo negando con la cabeza-Está destruido, tiene miedo, se siente en peligro y lo hiciste llorar-susurró sintiendo como su corazón dolía-El Kurt que amas es el que ríe y grita al mundo que es valiente y nadie ni nada lo va a destruir, pero ese no es el que tienes en tus brazos y tú no lo quieres proteger, quieres ser protegido, por eso lo quieres contigo-dijo de una vez.
-No-negó soltando al castaño y sentándose en su cama-¡No!- gritó molesto-¡No! ¡Yo lo amo!
-Dave-dijo Blaine acercándose-Yo también lo amo, la diferencia está en que yo lo hago feliz-dijo con seriedad-y tú jamás lograrás hacer eso-dijo alzando las cejas-date cuenta de que Kurt no te ama y no puedes forzarlo a que lo haga.
-¿Es cierto eso?-dijo mirando al ojiazul, quien movió su cabeza afirmativamente-Debo admitirlo-dijo suspirando con fuerza-me ganaste-dijo mirando al pelinegro-Peleaste y venciste.
-Por tu culpa casi lo pierdo-dijo seriamente.
-Nunca lo habrías perdido-dijo con una sonrisa-No los quiero ver más, nunca más-dijo mirando el suelo y quedándose quieto.
-Dave-susurró Kurt en un hilo de voz.
-¡Váyanse!- gritó el ex futbolista, al instante Blaine tomó a Kurt por un brazo y lo guió a la salida, abrió la puerta y en segundos estaban fuera de esa celda.
Se habían separado de Burt hace una hora, y ahora iban camino a Dalton. Blaine manejaba con todo el cuidado posible, ya que en cualquier momento rompería a llorar, Kurt no le hablaba desde que salieron de la celda de Karofsky y él se moría por saber qué pasaba por la cabeza de su novio. Iban escuchando música, algo de Katy Perry, a ratos sonaba Lady Gaga y en ocasiones Maroon 5.
-¿Me vas a hablar?-dijo suavemente el pelinegro.
-¿Qué quieres hablar?-dijo seriamente el castaño mirando por la ventana-Como siempre fuiste el héroe.
-¿Qué?-dijo sorprendido y mirándolo de reojo, no podía dejar de ver el camino.
-¡Fuiste el héroe! Y como siempre yo el debilucho-dijo molesto y mirándolo. Blaine sólo estacionó su auto a un lado de la carretera y al detenerse bajó el volumen de la música.
-Kurt-dijo aún mirando al frente-Llegué al psiquiátrico minutos antes de que ese animal te abrazara y escuché todo lo que le dijiste-susurró con tranquilidad-No me habría atrevido a hablarle a un matón de esa forma y mucho menos en las condiciones en las que se encontraba ahí dentro-suspiró para darse fuerzas-Cuando lo vi abrazarte, sentí rabia, le había dicho a Burt que no iba a interferir, porque cuando él me vio creyó que podría armar una escena o algo.
-¿Se equivocó?-dijo Kurt mirando hacia el frente.
-No-dijo con una pequeña sonrisa-Yo quería sacarte de ahí de una vez, pero él me dijo que tú querías enfrentarlo y esta era tu pelea, así que debía dejarte hacerlo.
-Y lo hiciste hasta que viste que era un debilucho que no podía defenderse.
-No-dijo volteando a verlo-Lo hice porque quería darte tiempo para que volvieras a luchar, sabía que si le hablaba podría soltarte y tú terminarías con todo eso, pero nunca cedió-dijo sintiendo como una lágrima caía por su rostro.
-Y por eso entraste y quedaste como héroe-dijo mirándolo a los ojos.
-Para ti no soy un héroe, sólo soy un cobarde que se refugió en Dalton, que no fue capaz de pelear por miedo a que un día lo mataran a golpes, tú jamás has dado tu brazo a torcer y sé que eres el hombre que quiero a mi lado-susurró con una sonrisa-pero no sé si yo soy el que merece estar contigo, no sé si soy al que necesitas junto a ti-dijo en un leve murmullo.
Se quedaron en silencio por unos segundos y Kurt no respondió ni hizo nada. Blaine secó su rostro e intentó tranquilizarse. Luego volvió a encender el auto e ingresó una vez más a la carretera. Se volvió a escuchar la música de fondo y cada vez les quedaba menos para llegar a Dalton, ambos iban en silencio y Kurt parecía no querer decir nada, iba simplemente en silencio y sin hacer nada que respondiera a lo que Blaine le había dicho.
-¿Por qué vamos a Dalton?-susurró el ojiazul-Es sábado-dijo como si fuese lo más obvio del mundo.
-Si quieres te llevo a tu casa, pero yo volveré a Dalton, porque no quiero ver a mis padres hoy-susurró bajando la velocidad y volviendo a estacionar a un lado de la carretera.
-¿Aún no le hablas a tu padre?-dijo Kurt con sorpresa.
-Sí le hablo-dijo seriamente y mirándolo a los ojos-pero aún no le perdono lo que te gritó en el hospital.
-Yo lo perdoné y ya hablamos las cosas, no puedes estar enojado por siempre-dijo tomando una de las manos de Blaine-Tienes que estar bien con ellos.
-Lo sé-suspiró-pero igual no quiero verlos hoy.
-Está bien-bajó la mirada.
-¿Te llevo a tu casa?-dijo en un susurro.
-¿Quieres venir?-dijo presionando levemente la mano del pelinegro-Papá te recibirá gustoso y Carol también-murmuró.
-¿Me quieres ahí?-dijo mirándolo con atención, a lo que Kurt se sonrojó.
-Sabes que sí-susurró bajando la mirada-te quiero ahí, te quiero a mi lado-volvió a mirarlo y notó que los ojos del pelinegro brillaban.
-¿De verdad?-dijo en un susurro.
-Sí, eres mi héroe después de todo, eres el hombre que quiero a mi lado-dijo llevando una mano a su rostro-nunca me cansaré de ti-dijo sonriendo.
-¿No mientes?-dijo en un susurro y acercando su rostro al del castaño.
-No-sonrió con fuerza-Te amo-dijo acercando su rostro al de su novio, y lo besó con suavidad, lo que fue correspondido, pero luego el beso subió de intensidad, al parecer Blaine necesitaba ese contacto, ahora más que nunca.
-Te amo-susurró separándose levemente, se miraron por unos segundos y sonrieron, Blaine se apartó y volvió a encender el motor del vehículo, para volver a la carretera, pero esta vez en dirección contraria.
Se fueron en silencio por un par de minutos hasta que Kurt se comenzó a reír, Blaine lo miró con sorpresa, no se esperaba eso.
-¿De qué te ríes?-dijo con suavidad y sonriendo.
-De la cara que pondrá Finn mañana-dijo aún sonriendo.
-¿Por qué?-dijo extrañado y alzando una ceja.
-¿Y preguntas?-dijo alzando una ceja-Recuerda que ya lo hemos hecho en mi habitación, en el taller, en la cocina y en la sala, ahora es el turno de…
-La habitación de Finn-dijo con una sonrisa-¿Rachel se lo lleva hoy?-dijo mirando al castaño.
-Sí.
-Algún día será el turno de la habitación de tu padre- dijo con una sonrisa picara.
-Eso tal vez para nuestra luna de miel ¿te parece?-dijo sonriendo y notando como iban más rápido.
-Perfecto-dijo con una sonrisa y aceleró aún más.
Fin
