"El pasado oculto de Edward Cullen"

Segunda parte: El secreto de Carlisle

Capítulo 24

¿Dudas?

Edward POV:

Ahora ya entendía mejor mi procedencia. Sí. Pero aun así faltaban más cosas que yo quería saber. Algo estaba todavía en el aire. Algo que me había estado dando vueltas en la cabeza durante varios días. Tenía que abordar a Carlisle ya, cuanto antes. Tenía que aprovechar que ahora sí nos estaba contando todo. ¿Qué tal si al día siguiente salía corriendo de nuevo y no volvía? ¿Qué tal si nos volvía a evadir? No lo creía, en absoluto. O tal vez es que yo no quería creerlo. Pero aún así, tenía que abordarlo de una, antes de que mis hermanos empezaran otra ronda de preguntas y cambiaran de tema y luego yo no pudiera intervenir en el relato de mi pasado.

—Entiendo ahora ya lo suficiente… creo —le empecé a decir a mi padre, que lo tenía enfrente de mí—. Ahora, yo tengo poderes, tú sabes mágicos, adquiridos porque en mi humanidad fui un mago, está bien. Hasta ahí todo bien. Aunque aún no hablamos de que nos engañaste toda la vida, Carlisle, pero no te preocupes, no pienso hacerte nada, hasta ahora —agregué con algo de sorna—. Y bien, eso es lo que yo quería saber, está bien —no sé por qué le daba tantas vueltas al asunto—. Pero necesito que nos des más explicaciones… tú me entiendes.

—Claro que sí, hijo —respondió Carlisle—. Te entiendo perfectamente, sé a lo que quieres llegar. Pero antes de que me juzguen quiero decirles que todo lo hice por proteger a mi familia, entiéndanme. Todo era para protegerlos.

Y como había hecho la última vez, tomó aire en son de inspiración.

—Como ya les había dicho, sigo conservando mis poderes mágicos, pero a diferencia de Edward, yo siempre tuve consciencia de ellos, ya que siempre recordé mi pasado, así que los pude controlar con mayor facilidad y nunca los descubrí por una mera coincidencia.

"Ahora, lo que Edward me quiere decir es que yo le explique en dónde encajo yo en todo esto. Es decir, que les diga por qué mi comportamiento tan extraño todos estos días y hasta mi ausencia después del cumpleaños de Nessie, hasta el enfrentamiento entre Jane y sus nuevos reclutas.

"Haber, regresemos en el tiempo. Jane, había venido porque han matado a Chelsea, que tenía el poder de atar lazos afectivos entre las personas. "Hasta Áfton comprendió que en realidad no la amaba", en las palabras de Jane. Al igual que todos se dieron cuenta de que nunca quisieron pertenecer ahí, en la guardia real. Las esposas huyeron, pero ni Heidi ni Renata quisieron dejarlos, aunque no se sabe cuáles son los verdaderos motivos. Entonces, este par de hermanos en venganza, hicieron uso de sus magníficos dones, hasta dejar a los cinco, Aro, Cayo, Marco, Heidi y Renata desquiciados. No fue una tarea muy difícil, ya que no tenían mucha práctica en la lucha, los verdaderos guerreros estaban en su contra y bueno, ya hemos acabado con ellos. Los neófitos que apenas empezaban con ellos también fueron desechados.

"Ya habían pasado por toda Europa recolectando a más gente, o mejor dicho, informándolos del cambio de reinado de nuestra especie, por así decirlo. Desafortunadamente para ellos, solo el clan de Amun los aceptó, o más bien sólo él, ya que, como nos hemos dado cuenta Benjamín y Tia, que ésta última acabó pasando por un terrible final la pobre, nos venían a avisar sobre este suceso de buena manera y rendirnos su apoyo si lo necesitábamos, como bien pasó.

—Sigo sin entender en donde encajas, Carlisle —le dije sinceramente—. Simplemente no me cuadra.

—Seguiré entonces —dijo tranquilo y prosiguió—. Como desde ya hacía mucho tiempo yo conocía a Aro, y como viví lo suficiente con ellos tuve que jurar que siempre les pertenecería mi lealtad o su parecido; yo nunca quise pertenecerles. Unos años antes de que yo me fuera de ahí, llegaron precisamente Jane y Alec hasta la custodiada ciudad de Volterra. Fueron el encanto de los tres, sobre todo de Aro, como era de esperarse. Enseguida ellos fueron convertidos sin esperar una respuesta de su parte. Ellos no sabían nada, poco a poco fueron domados por la mano firme de Cayo y Marco. Y sí, se necesitó mucho de la ayuda de Chelsea.

"Como yo conocí muy bien su procedencia, y toda su conversión no pude sentir una terrible lástima hacia ellos. Porque en realidad sólo fueron tomados por sus cualidades, de ahí sus increíbles dones. Su carácter siempre fue muy duro para Aro, había días en que no los soportaba en absoluto, sobre todo a Jane y con mucha razón. Al paso del tiempo, fueron optando por técnicas y códigos para convivir "sanamente". Yo no podía creer eso, simplemente no podía. Pero la verdad es que, la mayoría de toda la guardia había pasado por eso, sólo por algunas excepciones. —Con el tono que usó para referirse a eso, supe enseguida que se refería a que Renata y Heidi, que tal vez ellas sí habían estado de acuerdo en convertirse desde siempre—. Me juré tratar de protegerlos y cuidarlos, lo más que yo pudiera hacer por ellos, yo tenía por seguro poder hacerlo. Pero ya había tomado una decisión, me iría de ese lugar cuanto antes, así que sólo me quedaba cumplir mi juramento a distancia. Por eso fue que no permití que acabaran con ellos cuando peleaban hace unos días.

Definitivamente eso sí que no me lo esperaba. Carlisle había intervenido para que misteriosamente Jane y Alec se convirtieran literalmente en piedra. Y así ni yo poderme deshacer de ellos.

—¿Pero cómo? Entonces tú fuiste —lo acusé.

—Sí. Me lo había prometido —respondió defendiéndose.

—¡Eres un traidor! —le volví a decir— ¿Cómo pudiste? Sabes que no soporto a ninguno de los dos y aun así los salvaste. Esto no sirve de nada, ¿te das cuenta? A menos que deshagas el embrujo o hechizo o qué-se-yo lo que les hayas hecho.

—Espera, Edward. ¡Cálmate! —intervino acertadamente Alice sosteniéndome como podía por los brazos, Bella se encargaba mejor que nunca de su trabajo ahora—. Es innecesario que hagas esto. Todo iba bien. Entiendo cómo te sientes —Alice me miró a los ojos fijamente y con la ayuda de Jasper pude involuntariamente hacerle caso—. Sé como te estarás sintiendo ahora. Yo también descubrí mi pasado después de mucho tiempo. Deja que Carlisle termine de explicarse, además ya te dijo que se lo juró, él no sabía que luego intervendrían en nuestras vidas, ni contigo, ¡que ni siquiera existías!

Había algo de cierto en eso. Tal vez el simple hecho de que no dejaran morir a esas bestias, cuando yo muy bien pude haber acabado con ellas era lo que me frustraba. Vi cómo Bella seguía ocupándose a Jane y Alec, aunque éstos con la nueva gran confesión por parte de mi padre se hubieran quedado perplejos. Podía saberlo muy bien.

—Lo siento, Carlisle —le dije mirándolo de nuevo.

—No hay problema —me respondió—. Tampoco tienes la culpa de que yo jamás les haya dicho nada de esto.

—Está bien. Y ahora que hablamos de aquel encuentro, tengo unas dudas.

—Escucho —dijo diplomáticamente mi padre.

—¿Por qué yo no morí? O lo que sea que pase después de que Jane quisiera atacarme. Tampoco Jacob sufrió las consecuencias ni Benjamín. ¿Y por qué sí Bella, Tia y el chico lobo? ¿Y los otros dos que no les pasó nada? —dije lo suficientemente atropellado y rápido.

—Eso es simple. Fuiste tú -respondió sabiamente Carlisle—. Tú nunca fuiste el blanco predilecto para Jane, así que no tuviste problema con mantenerte a salvo a ti mismo. Jacob y Benjamín estaban lo suficientemente cerca de ti, como para no perderlos de vista, y al estar pendientes de ellos, sin que te dieras cuenta, los protegiste con tu magia, haciendo que a ellos no les afectaran los terribles arrebatos de dolor de los gemelos. En cuanto a Tía y al chico, realmente no les prestabas la atención necesaria como para protegerla también, y no te culpo, luego te percataste de los otros dos chicos y los protegiste. Igualmente te preocupaba mucho el que Bella sufriera ahora sí los ataques de Jane. Y eso también es fácil y ella lo sabe. No había practicado en mucho tiempo su burbuja de protección, como acostumbran a llamarla ustedes, haciendo que se le desprendiera por completo y dejando el paso libre, y mientras Bella no hubiera podido cerrar su mente, no podría tan siquiera mantenerse en pie.

—Ah.

Fue todo lo pude decir. No me creía que yo fuese el responsable de eso. Al menos pude salvar a alguien mientras no pude aniquilar a otros.

—Y mientras, cuando el regalo de Ness, también fui yo —dije aunque era más que obvio—. ¿Por qué hasta ahora? ¿Por qué no lo descubrí antes?

—Eso realmente sí que no lo sé. Pudo haberte sucedido hace muchos años, no sé por qué precisamente ahora, o por qué no antes o después —respondió.

—¿Y lo del estado de ánimo? —preguntó Jasper.

—¿Qué? —inquirió Carlisle.

—Sí, cuando estoy de diferente humor lo que puedo hacer es diferente. Lo sabrías si hubieras venido cuando te necesitábamos —le reproché.

—Cierto —admitió mi padre—. Pues, comúnmente cuando los magos inexpertos, o sea los pequeños niños cuando no tienen control de sus poderes, en un ataque de estado de ánimo pueden hacer diferentes tipos de cosas incontrolables, sin ni siquiera querer hacerlo. Es normal, pero ahora que ya conoces lo que tienes, tienes que aprender a manejarlos.

—Bueno, creo que después de todo debería agradecer a Jacob por ayudarme a descubrirlos, aunque me haya hecho pasar un mal momento —dije.

Claramente vi como el aludido se removía en su lugar donde se encontraba sentado. Y Reneesme hizo una mueca.

—¡Yo sigo! Quiero hacer unas preguntas —saltó Alice desde donde estaba y se aclaró la garganta—. ¿Por qué en la fiesta de Renesmee pude tener una visión estando Jacob y los demás, cuando desapareciste en el hospital no te podía ver y por qué hace rato sí te vi y estaban también Jacob y Seth? ¿Por qué?

—Buen punto —coincidió Esme—. Tampoco nos has dicho algo razonable para desaparecerte.

—Sabemos que no hubo ningún virus ni infección andante en Forks —dijo Jasper un tanto acusatorio.

—Y yo no podía escucharles el pensamiento a ninguno de ustedes tres —dije señalando a Jacob, Seth y Carlisle.

—Todos tienen razón —musitó Carlisle con culpa—. La visión en lo de la fiesta, me acabo de enterar, no sabía eso. Tendría que analizarlo bien. Y lo demás es verdad, no había ninguna enfermedad en el pueblo ni nada parecido. Todo lo inventé yo, y luego hice que Jacob o Seth estuvieran conmigo en el hospital, para que Alice no supiera lo que hacía. Porque, yo ya me había enterado, por parte de las chicas del Amazonas que les habían dicho Charles y Makenna que se nos aproximaban los nuevos Volturi. Y no precisamente venían por Edward. Además de que cuando Alice se enterara de que se aproximaban, todos querrían hacer un plan de ataque, en el cual yo no quería participar, pero aún así no me salvé, ¿verdad? Y yo siempre he tenido la precaución de que no se descubriera lo de Edward. Creo en sí que fue una reacción irracional, no sé porque tuve que salir huyendo al hospital.

Lo que me recordó algo muy importante.

—¿Y cómo es que yo nunca me di cuenta? Quiero decir, yo leo mentes —repliqué.

—Sí, y ése fue un gran problema para mí —respondió Carlisle—. Al igual el que Alice pudiera ver el futuro. Tuve que usar la Oclumancia. Que significa que yo tuve que cerrar mi mente de ti y de Alice para no ser descubierto, muy parecido a lo que hace Bella, pero sólo funciona personalmente y es difícil si no estas hecho para eso. No es un arte muy fácil que se diga, pero con el tiempo lo he ido perfeccionando, en realidad nunca lo necesité hasta que te encontré Edward. Y funcionó. Pero desgraciadamente, en mi juventud como inmortal no siempre estuve solo. No se lo pude ocultar a Aro.

—Eso no suena nada bien —intervino Jasper.

—Claro que no —concordó amargamente Carlisle—. Al instante Aro supo todo, claro que yo aún no mantenía contacto con ningún mago que siguiera vivo para esas fechas, así que de alguna manera no estuvieron en peligro. Por eso fue que me costó tanto trabajo poder salirme de su ciudad y empezar de nuevo. Aro siempre quiso y ha querido reclutarme, aunque no lo haya mostrado últimamente, y ya no podrá —dijo posando la mirada en los ex integrantes de la original guardia Volturi.

—Al menos ya no seguirán fastidiando a nadie mas —habló Rosalie por primera vez.

—Cierto —dijo Emmett—. Aunque aún me pregunto algo —me preparé para otro chiste acerca de mí—. ¿Por qué Edward puede tener todo? Quiero decir, él tiene poderes mágicos y aparte tiene un don. Yo sólo tengo mi súper fuerza y mi bello rostro —rezongó.

—Bueno, que pueda leer mentes, quiere decir que tal vez, en su mortalidad fuera bueno con la Legemerancia, que es todo lo contrario a la Oclumancia. Y creo que tiene mucha influencia que yo lo haya convertido, así que era de pensar que conservara sus poderes, de ahí que nunca le haya dicho que los tuviera y que apenas es consciente de ellos es otra cosa.

—Oh. Entonces —siguió diciendo Emmett emocionado—, ya que tuvo mucho que ver que tú convirtieras a Edward, porque tienes magia en tus entrañas, y ya que tú me convertiste, ¿también yo podría tener algún poder? ¿Y Rose y Esme? ¿Y hasta Bella y Renesmee también?