El cumpleaños de Sesshomaru
Mientras se encontraban en la búsqueda de Naraku, habían momentos en los que el grupo liderado por Sesshomaru descansaba y se sacudía un poco de la mente su propósito. Usualmente el imponente youkai se recostaba contra el tronco de un árbol con una pierna extendida, la otra flexionada y su brazo posándose sobre ésta, pensativo. Rin, por su parte, se entretenía cazando peces si estaban cerca de un río, o mirando objetos y criaturas interesantes si era en un claro, cantando además una canción improvisada. Jaken en cualquier situación cuidaba de la niña y se sometía a sus deseos infantiles, si no quería recibir el golpe de una misteriosa piedra o una mirada escalofriante.
En una de esas en que descansaban en el claro, Rin se acercó repentinamente a Jaken y le dijo:
- Jaken-sama, estoy aburrida
- ¿Y qué quieres que haga, niña? Siempre tienes algo, o hambre o cansancio, y yo soy el que tiene que ir a buscar comida, o lo que tú quieras, porque el Señor Sesshomaru me obliga, y como el a veces se comporta como un egoísta, malo, desagradable…- en ese momento se detuvo porque se dio cuenta de lo que estaba diciendo, mientras un escalofrío le recorría la espalda sabiendo que a unos metros de distancia su amo le dirigía una mirada asesina.- … amo bonito yo no me estaba refiriendo a usted, mas bien no estaba diciendo nada, debe ser que usted está escuchando cosas, ay pero eso no significa que esté loco porque…- ahí terminó su charla porque una piedra le dio de lleno en la cara, y Rin se felicitaba por su buena puntería.
- Gomen nasai, Jaken-sama, es que si seguía hablando creo que hubiera perdido la vida, y yo a usted le quiero mucho!- dijo Rin abalanzándose sobre él como siempre hacía en situaciones parecidas.
- Rin- dijo el youkai con voz grave (demasiado sexyyy).
- Hai?
- Bien hecho.
Rin estaba tan feliz que comenzó a bailar con Jaken diciendo lo feliz que era, y en eso le preguntó al demonio verde:
- Jaken-sama, usted sabe cuando es el cumpleaños del Señor Sesshomaru?
- La verdad es que en todos los años que llevo al lado del amo bonito nunca me he preguntado cuándo es, total, nosotros, los demonios, no nos fijamos en esas trivialidades que a ustedes los humanos les gustan
- Entonces eso significa que al Señor Sesshomaru nunca le han regalado nada ni lo han felicitado? En ese momento se le iluminó la cara a Rin y apareció una gran sonrisa- ¡en ese caso se lo celebraremos hoy!
- ¿Tú estás loca? ¡Ni siquiera sabemos si es hoy!
- ¡No importa! ¡Estoy segura de que igual le gustará la sorpresa!
Aunque de sorpresa no tenía nada, ya que los agudos oídos de Sesshomaru lo captaron todo y miraba la escena con una ceja levemente arqueada y con algo de interés.
- Hmph- fue todo lo que alcanzó a decir al respecto, mientras pensaba qué demonios iba a hacer la niña a continuación.
Rin recogía flores hermosas, si veía una piedra que emitía un brillo interesante la cogía, y vio a Kagome, que pasaba por allí.
- Rin-chan! ¿Qué hacees?
- Recojo flores y cosas bonitas para dárselas al Señor Sesshomaru, ¡ya que es su cumpleaños!
- ¿En serio?- pensó en felicitarlo y lo vio ahí contra el árbol, mirándola con una cara de pocos amigos y decidió que no iba a hacer nada.
- Kagome-sama, ¿me ayuda a buscar algo bonito para él?
Kagome llevaba con ella su bolso, comenzó a buscar entre sus cosas y sacó lápices de colores y hojas blancas.
- ¿Qué es eso?- preguntó Rin, curiosa.
- Esto es papel, y estos otros son colores para que le puedas dibujar algo bonito, él de seguro se pondrá muy contento!- dijo Kagome, poco convencida realmente.
Ella se fue, y dejó a Rin pensando que iba a dibujar. ¡Una espada! No… le recordaría a Tessaiga, y ella no quería que él se entristeciera.. ¡Quizá un perrito! Total, él era un demonio perro.. ¡Ah, ya sé! Dijo en voz alta y Jaken se dijo que se había vuelto loca y ya comenzaba a hablar sola.
Rin se veía muy concentrada, echándole un vistazo a Sesshomaru cada segundo, y él pensaba que quizá esa vez su sirviente Jaken sí tenía razón y ella había perdido la cordura porque nadie le hablaba, así que dijo:
- Rin, ¿qué estás haciendo?- preguntó con una milésima de preocupación en el rostro.
Ella no respondió, y lo dejó a él un poco molesto porque a él, el Gran Sesshomaru, no le debían ignorar, y menos los que lo seguían. Después relajó un poco la cara, recordando que ella podía hacer lo que quisiera y el que tenía la culpa de todo era Jaken, que estaba sentado, al parecer pensando. Decidió descargar un poco de la furia que siempre sentía con su sirviente.
- Jaken- dijo con su voz suave pero firme
- Hai, amo bonito?- respondió el aludido, feliz de que lo hubieran nombrado.
- Deja de pensar estupideces y ve a buscarle comida a Rin, que posiblemente pronto le dará hambre.
Jaken inmediatamente fue a buscar lo que le pedían sin rechistar para no enfadar al amo bonito, y desapareció entre los árboles.
- Sesshomaru-sama… – dijo Rin acercándose a él, con flores en una mano y un papel en la otra, y mirando hacia abajo.- pensé que le gustaría recibir un regalo de cumpleaños ya que el señor Jaken me dijo que no le habían dado ninguno antes, así que le traje estas flores e hice este dibujo, ¡espero que le guste!- terminó Rin con una gran sonrisa en el rostro, característica de ella.
Pasó un tiempo, pero finalmente el tomó lo que ofrecía esa encantadora niña y abrió los ojos de sorpresa al ver en el papel algo que se parecía un poco a él, y se reconoció definitivamente por las marcas en la cara que lo identificaban. Al lado y agarrándole la mano estaba Rin, tenía que ser ella, y al lado de ésta algo feo y malformado que él, con su inteligencia, dedujo que era Jaken. Había agarrado las flores también, así que las olió, tenían un perfume realmente exquisito. Después sucedió algo que lo dejó mas aturdido de lo que ya se encontraba, y es que Rin se acercó a él, le abrazó y le dio un fuerte beso en la mejilla. Cuando procesó todo lo que había sucedido, le devolvió el gesto y cerro los ojos durante un momento, al tiempo en que se levantaba con elegancia y de espaldas a ella, como estaba, dijo:
- Arigato, Rin.
Al estar volteado Rin no pudo apreciar la mirada dulce que apareció en sus ojos durante un segundo, pero estaba tan contenta brincando por todas partes que de igual manera no se hubiera dado cuenta.
Jaken volvió, vio a su amo preparado para reanudar el viaje así que levantó a Ah-Un que estaba tumbado en la grama, Rin estaba cantando y Sesshomaru estaba mirando al horizonte, como solía hacer.
- Vámonos.- dijo Sesshomaru con su tono de siempre.
- Hai!- dijeron sus dos acompañantes al unísono.
Sesshomaru iba al frente, como siempre. "Me pregunto cuándo será el cumpleaños de Rin" pensó.