Un refuerzo inesperado

Cabalgue para alejarme de ese edificio, no me preocupe de aquel enfrentamiento, puesto que en el fondo de mi corazón se que la reina ganara, ahora lo que me angustiaba eran mis amigos, imaginaba que tal vez nos dispersaron para debilitarnos, separados quizás no seamos tan fuertes, pero juntos podremos hacerle frente a cualquiera. Pero tenía que ser cauteloso de no toparme con alguna de estas criaturas extrañas. Hago remembranza de lo horripilantes que son: un pegaso con dos corazones, un monstruo que solo tiene de equino el rostro, una centauride, un minotauro que se mueve entre parpadeos, una alicornio y uno que cambia de forma. En estos momentos me cuestiono se habría más de estas pesadillas físicas.

Terminando mis reflexiones note que había salido del edificio y noto la estela de Starlight en el cielo, pero también noto algo peculiar…Era un arcoíris y no era Equs el de arriba, quizás era esa que cambia de forma, me figuro que quizás sea un changelling, pero inmediatamente lo descarto, pues ellos no son capaces de imitar las estelas de los pegasos, así como no pueden imitar el color de la magia de los unicornio.

Quedo mirando los cielos y noto como el arcoíris y el dorado colisionan y se repelen sobre los colosos de hierro y acero. Solo puedo contemplar impotente desde abajo, no tengo el artilugio volador, tengo que ayudar a quien pueda, y tengo que proteger a Twilight, se que a Apple Pie no le agradaría para nada esto, pero acabo de contemplar el casco que mueve las piezas.

Me dispongo a cabalgar las calles áridas, siento el calor bajo los cascos, se siente un aire turbio que no me agrada, puedo vislumbrar como las olas de calor distorsionan mi vista y veo todo borroso e inteligible. No hallo a mis amigos en ningún sitio. Pero a lo lejos veo un rostro familiar, pero decido no intervenir de momento, pues me figuro que quizás sea un anzuelo, no obstante, quiero acercarme a la soberana de Equestria, pues es lastimero verla intentando ponerse de patas y recargando su cuerpo a la sombra de las paredes. Utilizo el Kryptos y me acerco a Twilight pero desde arriba veo aquel pegaso gris de dos corazones, llamado Valeyard, me dispongo a atacarlo por sorpresa pero la voz de la unicornio me hace parar.

—Tenía razón—respondió Twilight mientras se le caía una lagrima— yo nunca soportaría la carga de vivir más tiempo que los demás, debí hacerle caso, pero usted lo sabe mejor que nadie, usted es casi eterno.

—Eternidad—dijo riéndose el pegaso—no hay tal cosa como la eternidad, los ponis vienen y van. Las estrellas perecen. La materia se dispersa, se fusiona, forman otros modelos, otras cosas. Nada puede ser eterno.

—Usted no creía en esas palabras—le respondió el unicornio con melancolía— usted nunca aceptaría esas cosas.

En esos momentos quede paralizado, pues se me hacía que Twilight y este pegaso eran más que conocidos, pues se hablaban como si fuesen amigos lejanos y distantes, casi con confianza, pero desconozco que clase de relación hayan tenido en el pasado.

—Me hablas como si me conocieras—le respondió el pegaso grisáceo.

—Si te conozco y no me engañas, fuiste corrompido por la magia del caos, pero si me permites yo con gusto te puedo quitar…

—No lo hagas Twilight—le respondió el pegaso.

— ¿Por qué hace esto?—pregunto Twilight—usted no era así Doctor.

— ¿Tú que sabes cómo soy?—irrumpió el pegaso en voz altanera—realmente puedes confiar en alguien que ha vivido mucho tiempo, te diré que no, pero para que te digo esto, si tu eres un claro ejemplo de ello, solo mírate.

— ¿Yo? —pregunto Twilight.

—Mira como dejaste a la ciudad y lo que les hiciste a unos ponis inocentes.

—Pero yo…

—Tú lo hiciste Twilight, a veces vivir demasiado te deja como un ser decadente, degenerado y podrido hasta la médula, eso es lo que se necesita para ser realmente corrupto.

— ¡Las necesito!—respondió Twilight mientras que sus ojos se humedecían— ¡Yo, las extraño mucho!

— ¡Escúchame atentamente!—replico el pegaso que parecía mirarme con sus ojos azules y ojerosos, como si me estuviese hablando a mí— ¡No puedes deshacer tu pasado, es tu propia historia, ellas ya no volverán, tu estas sola!

— ¡Yo lo siento tanto! —respondió Twilight que estallo en lágrimas.

Me harte de ver como la torturaban y estaba dispuesto a romper mi camuflaje para atacarlo pero la voz del pegaso irrumpió repentinamente.

—No es necesario que sigas oculto, sentí tu presencia desde hace instantes, pero déjame decirte que no tengo la intensión de pelear contigo, yo uso la retorica, no soy de los que pelean exactamente.

— ¡Pues demasiado tarde!—respondí desasiéndome del Kryptos—Valeyard o como quiera que se llame.

—No tengo intenciones de pelear—respondió el pegaso interrumpiéndome—lo mío nunca fue el combate, no pienso perder mi tiempo con unicornio ignorante y joven como tú.

Ignore sus palabras y le lance disparos de magia de mi cuerno, pero el pegaso las esquivaba como si los pudiera predecir.

— ¡Desiste poni estúpido! —ordeno el Valeyard que descendía en la acera.

En el suelo aproveche la oportunidad para cornearlo, cabalgué rápido y estaba seguro que mi cuerno estaba por darle, pero realizo un movimiento fugaz esquivándome ataque, posteriormente se alzo el vuelo y con sus dos patas, me dio una patada en la cabeza que me saco volando.

—No me gusta la violencia física—dijo el pegaso en forma despectiva— pero nunca mencione que no fuera bueno para defenderme.

— ¿Qué rayos fue eso? —pregunte en voz alta.

—Un arte marcial, de algo que nunca veras en Equestria, hace tiempo que no usaba la violencia física, como sea, no tengo tiempo que perder con una especie patética como la de ustedes.

— ¡Hablas como si no fueras poni! —le replique al pegaso.

— ¡No me compares con una forma de vida inferior!—respondió furibundo el pegaso, mientras me remataba con una patada que me dejaba rodando por la acera— ¡ solo tengo la apariencia de su inmunda especie, siento asco tener esta forma!

— ¡Deténgase! —grito Twilight.

Alce mi vista y la vi intentando sostenerse y realizar un conjuro. El pegaso se me quedo mirando y luego volteo en dirección a Twilight, aparentaba haber escuchado la orden y emprendió el vuelo, alejándose de donde me hallaba. No era adecuado intervenir, pero quizás si lo siguiera me diera un rastro de donde se hallaban los demás, intente seguirlo en los callejones, pero lo perdí en una de las esquinas de un edificio, busque con la mirada por todos lados, pero no halle nada, solo vi un kiosco abandonado y un especie de cabina azulada. Seguí mis pasos hacia otro edificio, intentando buscarlo pero después escuche el rasgueo de algo extraño, como si algo respirara, lo más cercano con lo que pude relacionar al sonido es como las cuerdas de un piano rasgándose y de repente deje de escuchar el sonido voltee mi mirada y note que el kiosco andaba solitario.

— ¿Qué rayos fue eso?—pregunte en voz alta, por la sorpresa de perderlo de vista—¿Y donde se fue?

—No te molestes en seguirlo, probablemente ya no esté Manehattan—respondió sollozante Twilight haciendo un esfuerzo por ponerse en patas una vez mas, pero terminando por colapsarse en instantes.

— ¡Aguante princesa! —respondí mientras me acercaba a Twilight intentando levantárla con magia.

—Se que no lo merezco, pero quiero que…

—No es conmigo con quien tiene que dar apologías. De momento, descanse—le respondí de forma incomoda, pues en mi cabeza todavía tenía una sensación de desconfianza, pero sentía más pena que temor por aquella soberana en aquel estado—Dígame ¿Quién era ese poni?

—Un ser que solo aparenta ser un poni, ni siquiera se su nombre, tenía muchos alias como Time Turner…

— ¿Dónde se fue? —le quite la palabra por impulso.

—Es inútil, se ha escapado, podría estar en cualquier sitio y lo digo literalmente.

Me pareció exagerada la respuesta de Twilight, pero era razonable que dijera incoherencias después de que la atacáramos, seguro que estaba confundida.

—Princesa, déjeme ayudarla.

—Gracias, pero lamento causar problemas, ya no quiero causar más problemas a nadie.

— ¿Tiene fuerza todavía?

—Algo, pero…

En eso decidí usar el hechizo de restauración sobre ella, pero de manera parcial, pues aun tenía cierta desconfianza de ella y note que la princesa me contemplaba extrañada, al hacer brillar mi cuerno, luego dio un tropiezo pero se incorporo nuevamente.

—Me siento cansada, pero es un hechizo interesante, estimulas las sanación del cuerpo, esta magia no parece de Equestria ha de provenir de oriente, he oído que ahí los unicornios pueden alterar su cuerpo con magia.

— ¡Vaya, me sorprende que se haya dado cuenta!—comente sorprendido.

—Siglos de estar aprisionado por libros—respondió Twilight.

La unicornio dibujo una sonrisa sincera en su rostro y me sorprendí como esta poni de hace instante pudo matarnos, pero me despertaba la duda del porque Apple Pie la detestaba tanto. Repentinamente veo como desciende una silueta de color zafiro descender del cielo, solo para impactar a unas cuadras de mi posición y entonces reconozco quien era.

— ¡Safira! —grite dejando a Sparkle a mis espaldas y acercándome al agujero que provoco el cuerpo de la dragona

— ¡Moni, tienes que ayudar a Buck!—dijo con urgencia la dragona que se hallaba sangrando del rostro— Se halla en un rascacielos en llamas…

— ¡Claro, pero antes déjame ayudarte! —le interrumpí.

Estaba haciendo brillar mi cuerno, cuando de repente una estela purpura se dibujo entre Safira y yo, era ni más ni menos que Sparkle que hizo brillar su cuerno y entonces comprendí que estaba emulando la misma técnica que le aplique hace unos instantes.

— ¿Cómo es posible? —pregunte incrédulamente.

—Décadas de practicar con magia me han permitido entender y reproducir hechizos—respondió la unicornio purpura con amargura en su labia.

Safira se incorporo, solo para dirigirle una mirada fría y draconiana a Sparkle, pero la unicornio solo se inmuto a inclinar su cabeza en pena y vergüenza.

— ¡Se acerca esa desgraciada!—grito Safira que alzaba el vuelo.

Fugazmente vi en el cielo una silueta de un ave extraña y después fui envuelto en magia purpura que me teletransporto a unos metros de donde estábamos originalmente.

— ¡Vaya, si es la unicornio de ese pueblo idiota! —comento la silueta que se fue aclarando y que tenía una terrible familiaridad a la figura de Buck.

— ¡Tu!—dijo Sparkle sorprendida— ¿Cómo es posible?

—Me liberaron de mi prisión—respondió la criatura a la cual reconocí como un grifo.

—No me refiero a eso Gilda, se que los grifos son seres longevos, pero tu apariencia es similar a la vez que te conocí en Ponyville ¿Qué rayos hiciste? ¿Un hechizo de edad?

— ¡Eso no te importa perdedora!—le respondió Gilda.

La grifona lanzo un rugido al aire, tomo impulso y se preparaba para atacarnos cuando Safira la tomo desprevenida y la arremetió con su aliento gélido dejándola congelada antes de que pudiera atacarnos.

— ¿Quién es ella? —pregunte confundido.

—Una peligrosa criminal de nombre Gilda—respondió Sparkle

—Y la madre de Buck—respondió Safira con frivolidad.

— ¡Que!

Y eso fue lo único que pudo sacar mi boca, después de la revelación, si bien para ellos no fue sorprendente, a mi me saco de guardia. De repente el hielo se empezó a quebrar, como si hubiese escuchado la respuesta de la dragona y la hibrida se libero de su prisión gélida, alzando con orgullo sus alas emplumadas.

—Así que ese accidente sigue con vida—dijo la grifona con desdén y asco.

— ¡Como te atreves a llamar así a tu propia sangre! —rugió Safira, que se abalanzo sobre la grifona.

Entre ambas criaturas comenzaron a darse de zarpazos, y plumas y escamas comenzaron a salir a todos lados, así como sangre verde y roja. Sparkle trato de interferir, pero en la mirada de Safira, le evito entrometerse, pero a mí no me intereso las emociones que sintiera Safira, pues inmediatamente comencé a cabalgar para ayudar a Safira, pero llego un momento en que estas criaturas se detuvieron un instante sujetándose mutuamente el cuello con sus afiladas garra

—Te lo pido, de favor — rugió Safira—no dejes que se encuentre con su madre.

— ¡Te doy mi palabra! —le respondí mientras la abandonaba.

Pero antes de que pudiera salir, un relámpago de colores, similar al que había visto cuando les adverti a mis compañeros que me sentía vigilado, cayo entre la dragona y la grifona, lo cual me mando de nueva cuenta por los aires sin que me diera cuenta, y cuando menos me lo esperaba, estaba rodando por el asfalto. Me levante a prisa en ese momento, pero desorientado por el impacto.

— ¡Safira! —grite con todas mis fuerzas

De entre el humo colorido que había dejado el impacto, vi que se asomaba una pegaso de traje purpura obscuro y negro, pero una melena de pelo colorido que resultaba ominosamente familiar.

—Bravo—dijo la grifona riendo—pudiste con esa imitadora de pacotilla, después de todo estaba usando un traje de Wonderbolt que no le pertenecía.

—Ese traje ya no me importa—respondió la pegaso.

Inmediatamente, entendí que se referían a Starlight.

— ¿Qué hicieron con Starlight?

Mi ira consumió mi cuerpo y estaba por cornear a la grifona cuando la pegaso me tacleo por mi costado a una velocidad tremenda.

— ¡Eres muy lento!—dijo burlándose la grifona.

— ¡Y qué tal yo! —respondió la voz de Sparkle

Sin darme cuenta se había teletransportado al lado de la grifona y le basto con un golpe de su cuerno hacerla volar por los aires, y en los cielos comenzó a lanzar disparos mágicos contra el hibrido, cayendo al cielo casi inconsciente.

— ¡Ayuda a tu amigo!—ordeno la unicornio purpura

— ¿Pero donde esta Safira? —pregunte y al momento de realizar la pregunta Sparkle hizo aparecer una burbuja purpura donde Safira estaba protegida e inconciente.

— ¡Yo me encargare de proteger a tu amiga!—respondió Sparkle—¡Me parece sensato y correcto que no creas en mí, pero si no lo haces por mí, hazlo por ella que te lo encargo!

Me quede reflexionando por un instante, pero opte por seguir las órdenes de mi amiga dragona.

— ¡De acuerdo Twilight!

Seguí cabalgando y vi como la pegaso intentaba bloquearme el paso con su velocidad, pero una estela purpura se interpuso entre la pegaso y yo, haciendo que la pegaso disfrazada retrocediera.

— ¡Estoy harto de engaños y mentiras! —grito Sparkle que se materializaba frente ami—¿Quién eres tú?

Sparkle hizo brillar su cuerno y comenzó a apuntarlo hacia la pegaso, pero Sparkle no disparo y la pegaso no se movió.

—Tienes las patas heridas, ¿crees que puedes contra mi?

— ¡No las necesito para hacerte frente! —le respondió Sparkle, cuyos ojos se pusieron blancos y cuyo cuerno respandecia.

— ¡Tu cuerno contra mi alas!—grito la pegaso— ¡que así sea!

Puse la vista en frente y sentí la impotencia de ignorar otra batalla, al igual que hice con la princesa, pero no ocurrió lo mismo esta vez pues el arcoíris y los destellos purpuras chocaban por todos lados, y cada impacto era un relámpago malva con colores dispersados en todos lados y no podía huir pues en cuestión de segundos los cuerpos de estas colisionaban ferozmente, pero no deje de cabalgar, sabía que tenía que salvar a mi amigo emplumado y algo en mi sangre me decía que tenía que enfrentarme a ese demonio con cara de equino, el monstruo de la manos.

— ¡Aguanta Buck! —pensé en voz alta.