Celos de verano

Como odiaba el verano, el sol abrazador, las chicas semidesnudas enseñándolo todo, sus sempais inaguantables , etc… podía hacer la biblia si se lo pedían.

Aunque por otra parte ver chicas semi desnudas o con tanta poca ropa que no hacia falta fantasear tenía su parte positiva, podía ver a Sakuno en bikini o en shorts, eso si que hacía que el verano valiera la pena, el problema en este caso eran los sempais como Syusuke que no dejaba de mirarla con esos ojos sádicos que abría para molestarlo solamente a él... Eso si que lo sacaba de quicio.

La miraban más de la cuenta y eso comenzaba a cabrearlo de sobremanera, pero él no quería ser tan miserable por el hecho de que una mujer pudiera con él y que los celos se lo comieran vivo. Asi que cuando podía y nadie lo miraba, se llevaba a Sakuno muy lejos para que solamente el pudiera disfrutar de la vista.

Otro de los problemas del verano era la playa. Ese lugar plagado de gente y con esos seres con hormonas que podrían ser llamados seres humanos.

Cuando por casualidad él aceptaba ir a ese nefasto lugar, a ella no paraban de abordarla con cosas que ni siquiera tenían sentido, pero claro ella era tan inocente que ni cuenta se daba, encima tambien tenia que soportar el género femenino corriendo detrás.

Pero claro a ella le encantaba la playa así que tampoco podía negarse. Eso si, cuando fueran mayores tendrían una piscina para ellos solos.

Lo de la muchedumbre era un problema insignificante al lado de los otros, como por ejemplo la arena, esa si que era molesta. Se le metía por todos los lados y era molesto, aparte se rascaba y despues esa zona se irritaba. A su novia tambien le pasaba, se le metía por debajo del bañador, por partes que ni siquiera él había logrado tocar y eso le gustaba, no peor, lo odiaba. Se le ponía entre los senos, entre su sexo... ¡ya no aguantaba más! eso era intolerable. Quien lo mandaba a que se pusiera en el cuerpo de los demás.

También odiaba el mar, por tres simples motivos : la primera era que el agua acariciaba la dulce y suave piel de SU pelirroja, la segunda que la veía sonreír muy felizmente cuando se metía dentro y la tercera que la dulce piel se convertía en salada y el prefería el dulce.

La crema solar era dolorosamente complaciente, ver toda la piel blanca de Sakuno, verla mientras se pasaba ese liquido y se frotaba dulcemente la piel, o todavía peor cuando se lo pedía a él de hacerlo, eso si que era doloroso, MUY doloroso. Lo único que no le gustaba de todo eso, era que no era el único en mirar y en disfrutar…

Además sus hormonas en la playa con la chica que le gustaba delante de él, no era muy sano para su mente, su antigua inocente mente, que habían manipulado sus queridisimos sempais, ellos y sus charlas... ¡Al demonio! joder, esto era demasiado hasta para él.

Cuantos problemas traía el verano, seria mejor que simplemente fuera invierno, durante todo el año.

Fin