Nota: Hola! al fin otro capitulo de este fic xDD, antes de empezar, queria decirles que... siento la tardansa u.u mi isnpiracion estaba murta y no podia revivirla y mucho menos hacer cuadrar los escenarios, pero al final... con algo de tumbos xD finalize... espero les guste este capitulo n-n


"Days gone bye: capítulo 23 "nadie se queda atrás: Parte 3"

El viento soplaba con cuidado a través de aquel tranquilo páramo, sumido en el más absoluto silencio…

A lo lejos, los edificios semi destruidos parecían centinelas, observando en absoluta quietud lo que alguna ves fue la civilización… calles vacías, basura por doquier y montones de escombros semi agrietados, dominaban lo que alguna ves fue un lugar lleno de vida y bullicio humano.

A lo lejos, uno que otro gemido se podía escuchar, producto de las criaturas que caminaban sin rumbo… los caminantes sedientos de sangre.

De un momento a otro, el sonido de un vehiculo rompe con la espectral calma que poseía el lugar… seguidamente, se puede ver a una camioneta de color blanco avanzar con rapidez a través del largo camino que conducía a la cuidad fantasma.

Dentro del transporte, se encontraban aquellos animales que formaban parte del grupo de rescate…

En el volante, estaba un pingüino joven, de ojos cafés que miraban concentrado el camino, aun lado otra ave de la misma especie, pero de ojos azulinos y cabeza plana… a su lado un ornitorrinco de color castaño, pelaje descuidado y sucio… debajo, en los pedales de control del automóvil se encontraba un pingüino también, de plumas alborotadas y pupilas del mismo azul que el otro pingüino mencionado antes.

Esos animales, eran Butch, Skipper, Ben y Rico…

Habían pasado ya un par de horas desde que habían abandonado el campamento…

El grupo de animales, tratando de romper la tensión de aquel viaje, se propusieron diferentes actividades momentáneas para poder salir adelante en aquel gran trayecto que se había interpuesto entre ellos y la misión.

Decir juegos de palabras, mirar alrededor, contar historias… cualquier cosa era buena para poder aliviar la tensión y traer un poco de humor, mismo que era una medicina a una situación como la que Vivian.

De repente, unas carcajadas sonaron dentro de la cabina de conducción, dichos sonidos pertenecían a Rico y Skipper, mismos pingüinos parecían muy animados.

-Y así fue, como yo y todos mis compañeros de cuartel, acabamos sepultados hasta el cuello con sardinas de aquellas cajas –Esa voz partencia a Butch, mismo pingüino que concluía una historia de su pasado, cuando aun era cadete en los cuarteles del polo sur.

Nuevamente los pingüinos habían estallado en risas, aquella pequeña historia había sido ideal para poder olvidarse por unos momentos de aquella situación tan angustiante y difícil por la que estaban pasando.

-Cielos santo, eso es un clásico –Hablo divertido Skipper mientras limpiaba una lagrima de risa de sus ojos- las sardinas siempre están en las mejores historias de comedia.

-aja –asintió rico con una sonrisa.

En aquel momento, los 3 pingüinos se vieron entre ellos y rápidamente sus expresiones cambiaron a unas de melancolía… si bien era genial, recordar los buenos momentos del pasado, también era triste, porque sabían que todo lo que querían… Familia, Amigos, enemigos, camaradas…

Risas, bromas, momentos amargos y dulces… amor, tristeza, preocupación…

Nada volvería.

Ese mundo ahora, era diferente y ya no habría personas suficientes para compartir el aire… ese que una ves estuvo tan lleno de felicidad.

Las miradas bajaron por un momento al suelo, dando un minuto de silencio inconciente, el luto por todo lo que estaba ocurriendo.

Nuevamente, el aire se lleno de una ominosa tensión… pero afortunadamente, esta fue rota, rápidamente, por Skipper.

-Saben, creo que… es hora de contar otra historia –dijo con un tono alentador el líder, haciendo salir a los demás de su letargo.

Los dos pingüinos, salieron de su momentánea melancolía, sonrieron y asintieron débilmente.

-Si, creo que tienes razón –contesto Butch- Pero, yo ya conté una historia… Ahora, ¿Quién tiene la palabra?

Skipper miro a Rico, el pingüino de plumas alborotadas se encogió de hombros.

-heo cha conté una storia –contesto… Skipper rápidamente volvió su mirada a Butch…

Todos ellos, habían contado al menos 3 veces diferentes anegdotas a medida que viajaban, comenzaban a quedarse sin palabras que decir.

Afortunadamente, en aquel instante, el grupo cayó en cuenta, que tenían un tercer elemento en el escuadrón… Aquel mamífero de pelo castaño.

-¿Y que me dices de Ben? –pregunto Butch, aquello hizo que Skipper entre cerrara los ojos y nuevamente se volteara, esta ves buscando a Ben.

Tras una breve inspección, el líder encontró al joven sentado en el otro extremo de los asientos del co-piloto…

-¿Ben? –pregunto el pingüino, los demás pájaros también miraron al monotrema.

El joven, a pesar de que lo llamaron por su nombre, no se inmuto en lo absoluto, estaba ahí, sentado, con los brazos cruzados, expresión seria y los ojos cerrados, como si durmiera.

Skipper se quedo mirando al animal castaño.

-Ben, porque no nos cuenta algo sobre ti- le dijo el líder esperando una respuesta por parte del joven…

Lo único que recibió fue silencio.

-¿Me estas escuchando? –replico el pingüino, estaba claro que este no le iba a contestar, pareciera como si en realidad si se hubiera quedado durmiendo en el asiento, pero para Skipper no era así, por lo cual, volvió a insistir- Se que no estas descansando así que ¿porque no haces que esto sea mas ameno?.

Se oyó una carcajada amarga por parte del mamífero, mismo que abrió uno de sus ojos para fijarlos en el pingüino.

-¿porque no siguen contándose sus historias y me dejan en paz? –gruño, demostrando que no tenia ninguna ilusión en entrar en terapias de grupo.

Skipper parpadeo al escuchar esa respuesta…

- Oye… no seas así Ben y cuéntanos algo –Butch tomo la palabra- no esta tan mal que compartamos nuestras vivencias- comento el soldado, entre cerrando sus amarronados ojos.

-prefiero compartir el silencio y el resto dejarlo para mi -Dijo en un tono seco- además... ¿que rayos te importa lo que me halla pasado?.

-oye…oye, es solo Curiosidad -contesto el pingüino de ojos oscuros, mostrando una sonrisa- Tu eres el único, cuyo pasado es desconocido.

-Y que así se mantenga – volvió a decir Ben.

-Bueno… -carcajeo Butch- Lo único que sabemos, gracias a los papeles de transferencia que había en el zoológico, cuando llegaron, fue que a ti y au hermano, los sacaron de vuestro habitad natural, antes eran salvajes, ¿verdad?.

El ojiverde, al escuchar eso, frunció el ceño.

-¿he acertado? –carcajeo el pingüino, al darse cuenta del cambio de que había tenido el mamífero.

-Si, pero aun sigue sin importarles mi pasado -les gruño.

-no, pero sabiéndolo a lo mejor podemos entenderte un poco mejor –intervino Skipper.

Ben abrió los ojos y les dirigió una mirada de molestia

-me importa poco si me entienden o no- Contesto, Aquella actitud hizo que Skipper soltara un gruñido.

-Vamos Ben, no seas así y explica, nada malo pasara porque lo hagas – Comento el cabeza plana, dejando claro que el y los demás no iban a parar hasta que contara algo.

-son un Montón de necios idiotas –Dijo en tono agobiado el joven- y les digo que…

"¡Rico, has que se detenga!"

De repente, se escucho la voz de Butch, seguidamente un sonido de frenado, corto las palabras del mamífero.

-¿¡Que sucede?! –exclamo Skipper.

-¡Hemos llegado! –Contesto el joven, mirando hacía fuera el camino- ¡al fin, en la cuidad!

Skipper, Rico y Ben se sobresaltaron al escuchar dicha noticia…

El castaño, lanzo un suspiro al escuchar eso. El saber que se había salvado de contar su pasado, lo alegraba. Por lo menos por ahora.

Ben se levanto de su asiento mientras colocaba en su mano su arma favorita, aquel cuchillo de combate, preparándose para la acción.

-Si ya llegamos, ¿Qué esperamos para salir? –exclamo con una sonrisa, teniendo un drástico cambio de actitud, de agresivo a Entusiasmado.

Skipper de un salto se subió a la guantera, para poder observar mejor el abandonado entorno que era la cuidad.

Por otro lado, el mamífero y los dos pingüinos, comenzaban a tomar sus armas, preparándolas para salir al combate.

Rico, tomo su ballesta de cazeria que estaba aun lado de el y la cargo una flecha sobre la herramienta, seguidamente ajusto su cinturón donde había 3 cuchillos de diferentes tamaños… Butch, coloco algunos cartuchos dentro de su escopeta y de un tiron a la corredera del arma, coloco una bala dentro de la misma, Por ultimo, Ben también coloco un cargador dentro de su pistola, para luego guardarla y sostener con firmeza su cuchillo.

¡Todo estaba listo!

-¡Es hora de comenzar la acción! –Exclamo el castaño, casi emocionado…

Rico se acerco a una de las puertas del vehiculo y con sigilo la abrió, los dos jóvenes siguieron al pingüino y se alistaron para salir fuera.

Por otra parte, Skipper estaba observando fuera con una expresión seria, mientras escuchaba como sus chicos se acercaban a la puerta...

- ¡Alto!, no salgan aun –exclamo autoritario el líder.

Por pura inercia, los 3 animales se paralizaron en sus lugares y luego miraron al oji azul sin entender el porque les decía que se detuvieran.

-¿Qué pasa Skipper? –pregunto Butch, enseguida, el líder levanto su aleta como si quisiera señalar algo que estaba mas allá de la puerta.

-¡Miren! –El escuadrón giro su mirada hacia la dirección señalada, solo para ver lo ultimo que necesitaban.

Butch lanzo un gruñido y entrecerró sus ojos oscuros.

Allí, a unos cuantos metros de distancia, habían 3 caminantes humanos vagabundeando por las calles muertas de la cuidad.

-lo que nos faltaba- Susurro Ben, un poco agobiado- ¿es que ni si quiera una vez será fácil?

-Parece que no –contesto Skipper, tras eso observo a sus camaradas- Tendremos que proceder con cautela si queremos llegar hasta el edificio de almacenes, sin hacer ruido, precisos y mortales –concluyo.

-¿Cómo podremos lograr eso? –Pregunto Butch.

-Tengo una idea –tras decir eso, Skipper desenfundo el hacha que traía colgando de su cinturón, luego, centro su atención en Rico- ¡Rico!, ¡Radios!, ¡Ahora!.

Sin pensarlo dos veces, el pingüino de plumas alborotadas, obedeciendo órdenes, de su interior, regurgito dos radios walkie-Talkie, mismas que entrego rápidamente a su líder.

-Excelente –carcajeo el pingüino, feliz por un fugas momento de volver a ver las asombrosas habilidades de expulsión de su soldado.

Una breve pausa se hizo presente, seguidamente… Skipper lanzo una de las radios a Butch.

-¡Atrapa soldado! –exclamo el pingüino, con excelentes reflejos, el joven de ojos cafés atrapo el comunicador.

-¿Qué es lo que planeas? –pregunto Butch.

-Ya lo verán –contesto Skipper- Quiero que tu y Rico, suban arriba de la camioneta y esperen mi señal –explico el pingüino mientras se cruzaba de aletas.

El grupo abrió los ojos, estaban expectantes, esperando escuchar al pájaro.

-¿Y Tu que Haras? –intervino Ben, mirando fijo a Skipper.

El líder alzó su hacha de mano, seguidamente se volvió y mostró el filo de la herramienta a sus camaradas.

-Ir a terminar con el problema –Contesto, tras eso, señalo con su aleta al joven mamífero- y tu Ben, vendrás conmigo… así que, ¿Qué esperamos?, ¡Comienza la operación de rescate!


En la cantera, las cosas eran como siempre, tranquilas…

El silencio ocasional se producía a medida que las hojas del otoño dejaban de caer sobre el suelo y volar a través de la brisa fresca que soplaba, procurando llevar más y más lejos las pequeñas láminas de vegetal, que antiguamente pertenecían a los árboles.

Viendo más dentro del lugar, nos encontramos con el campamento de animales sobrevivientes, ese día en especial… no había tanta actividad, el grupo de criaturas se dedicaba descansar y pasarlo con sus familias.

Dejando de lado aquello, nos vamos a un lugar alejado de las voces y actividades de los sobrevivientes... casi en los limites del lugar, había un grupo de piedras que formaban un agradable mirador al horizonte, donde se podía apreciar la cuidad.

Encima de esas rocas se podía discernir la forma de un pequeño animal color castaño, sentado mirando atentamente ese paisaje alejado, de aparente tranquilidad y abandono, mientras, movía sus manos de forma nerviosa, como si estuviera esperando alguna cosa.

Aquella criatura, era nada mas ni nada menos que Marlene…

La nutria contemplaba la abandonada pila de edificios, con una expresión mezclada de tristeza y melancolía… soltaba suspiros profundos y cargados de tensión.

"¿Cómo puede ser?" se preguntaba una y otra vez, por un momento, lo tuvo de nuevo junto a ella… pudo sentir su calidez y sin mas… se esfumaba, como si fuese un sueño… uno muy real.

*Flashback*

Aun el agua escurría de las plumas del pingüino, eso hacía más evidente la calidez, esa que demostraba que Skipper estaba vivo, que estaba junto a ella.

Esas palabras que el pingüino dicho "Solo, tenemos que tener fe"

Era algo difícil de logar, pero, aun así… al salir de aquella voz que hacía tanto tiempo no escuchaba, era suficiente para tener valor y poder seguir un poco más.

Marlene Solo recostó su cabeza sobre uno de los hombros del antiguo líder y se dejo llevar por el momento, con solo los árboles de testigo y a lo lejos el sol que comenzaba a aparecer tímidamente en un extremo del firmamento, ambos podían sentirse débiles y demostrarse cuanto se querían… cuanto deseaban volver a verse.

*Fin del flashbacks*

Tras ese último recuerdo, Marlene mordió su labio inferior y se encogió un poco más…

-¿Por qué no te detuve? –susurro, se sentía una tonta por callarse y decir que todo estaba bien… verlo marcharse, solamente armado con su voluntad y unas pocas armas casi sin balas.

Su mente no podía evitar…pensar en lo peor en lo que pudiese ocurrir si…

"¿Marlene?"

De repente, una voz infantil llamo la atención a la mamífera castaña, haciéndole que se girara.

En ese instante, Delante de ella, se encontraba un joven pingüino de ojos azules… uno que ella conocía perfectamente, Cabo…

El pequeño pingüino, tras ver a la nutria, esbozó una sonrisa.

-¿Estas preocupada? –pregunto.

Marlene rápidamente quito su expresión de tristeza y esbozó una débil sonrisa y forzó sus ojos a parecer alegres, después de todo, ella había apoyado la idea de ir a la cuidad, ahora tenia que parecer… ¿Feliz?

-no, no estoy preocupada –dijo con tranquilidad la nutria, pero, el joven pingüino sabia que eso era una mentira… la nutria nunca iba a ese lugar cuando se sentía bien, el lo sabia, solía observarlo todo.

Cabo se acerco hasta terminar quedando de pie justo a su lado.

-No te preocupes Marlene en cuanto de des cuenta estarán aquí- volvió a decirle a la nutria que solamente miro al pequeño pájaro con una sonrisa.

-No estoy preocupada –contesto Marlene, Cabo solo vio de reojo a la mamífero para luego esbozar una mirada recriminadora, pero siempre con ese dejo de alegría, obligándola a confesar la verdad.

-Se que estas nerviosa Marlene, llevas aquí desde que se marcharon- le explico tranquilamente sabiendo por lo que estaba pasando ella... era lo mismo que estaba sintiendo el.

Marlene se vio acorralada de cierta forma… ese pequeño pingüino, tenia la molesta habilidad de leer las emociones de las personas con solo verles a los ojos, bueno… ¿a quien quería engañar?.

La castaña solamente soltó una carcajada bajita y luego se movió ligeramente de su asiento como si quisiera dejar sitio al joven.

-¿tanto se nota?- le pregunto al menor, mismo que también lanzo una pequeña carcajada.

-si, a demás, te comprendo... -murmuro mientras se sentaba a su lado- yo también siento lo mismo.

Ella coloco sus ojos oscuros en el ave, ¿Cómo podía ser cierto?, Cabo siempre se veía alegre… sin importar las circunstancias.

-¿Por qué ha tenido que irse tan pronto?, ¿acaso no le importamos?- se pregunto la nutria…

Cabo bajo la mirada pero seguía contemplando el también la cuidad a lo lejos, recordando todo lo que había pasado desde que a Skipper le habían dado por muerto... desde que kowalski les digiera a todos que había muerto.

El joven también se sentía mal, pero como soldado que era, sabia guardar su compostura, a pesar de la enorme tristeza.

-no lo se, pero es Skipper- murmuro antes de mover ligeramente su pico hacía arriba, seguidamente le sonrío a la nutria, tratando de darle tranquilidad- precisamente por eso regresara, digo, ¿ya lo ha hecho antes, no? –pregunto en una carcajada bajita…

Marlene sonrío, de alguna forma se sintió contagiada por el optimismo del mas joven.

-Sabes, tienes razón –fue lo único que dijo…


El bravo grupo de rescate, al fin había comenzado con su tarea de volver por uno de los suyos…

Decididos, los 4 animales valientes, estaban a punto de jugarse sus vidas, dirigidos por un pingüino que estaba muy seguro de si mismo.

Skipper y Ben se movían por tramos, escondiéndose a través de los restos de chatarra y escombros que habían regados por toda el negruzco sendero de la vieja metrópoli…

Estaban muy cerca de alcanzar aquel objetivo que eran los zombis que se proponían a eliminar…

Ha pesar de que los muertos, ya comenzaban a oler algo acercarse, aun se mantenían ajenos a las presencias de los seres vivos.

Por otro lado, un tanto lejos de allí… estaban Rico y Butch, ambos pingüinos estaban con sus armas en mano, esperando la señal sobre el vehiculo de color blanco.

Los animales, Cada ves se acercaban más y más a sus objetivos…

"Haggghh….Huaaaa"

Se podían oír los escabrosos y desesperados gemidos de las criaturas muertas que no tenían mas objetivo que estar allí de pie esperando por una victima a la cual asesinar y comer, en un vano intento de llenar sus podridas y agujeradas tripas.

El olor a carne podrida se hizo presente en las fosas nasales de los dos seres vivos, aquel grotesco aroma se inmiscuyo de lleno en sus vías aéreas, produciéndoles unas leves muecas de disgusto… ya estaban a pasos tan solo.

Skipper sonrío, tras eso, tomo la radio walkie Talkie que tenia en su poder, presiono un botón y susurro unas pocas palabras.

"Rico, el primero es tuyo"

Las palabras volaron a través de la señal de radio… llegando donde los dos pingüinos que aguardaban en el vehiculo.

Butch capto aquella señal, tras eso ladeo su mirada y alzo su aleta apuntando a Rico.

El pingüino de las plumas alborotadas, con su ballesta en mano, dejo ir una risilla un poco loca, de felicidad, y apunto en dirección a los sacos de carne andante

"Clank"

Jalo del Gatillo, la polea de la ballesta se empujo con fuerza, liberando una afilada flecha mediana de color negro, misma voló a toda velocidad y…

"Splash!"

Se incrusto con fuerza, justo en el cráneo de uno de los caminantes, derribándolo en el acto.

Los demás zombis, al ver a su "Compañero" caer, giraron sus cabezas en dirección a donde había llegado el proyectil, pero nada mas hacerlo, dos figuras saltan rápidamente sobre ellos.

Skipper y Ben abordaron sus respectivos lugares sobre los demacrados hombros humanos… seguidamente, hundieron con fuerza sus armas blancas sobre los viejos y secos cráneos.

El cuchillo perforo una de las cavidades oculares y el filo del hacha partió a la mitad la cabeza desprotegida… Matando a los monstruos.

Un ruido seco se escucho, el de los cadáveres cayendo al piso… Ben y Skipper saltaron y rodaron por el suelo, cayendo exitosamente y dando por cumplida su misión.

Habían sido silenciosos y mortales.

-Ya es seguro avanzar –dijo con tono serio el líder, usando aquella radio como medio de comunicación.

Butch y rico, recibieron esas palabras y rápidamente saltaron de la camioneta blanca.

Cayendo con perfecta sincronía en el suelo, ambos pingüinos decidieron deslizarse hasta llegar donde sus dos camaradas, al estar "limpio" el perímetro, esa era una forma rápida de avanzar.

Los dos pájaros estuvieron en pocos segundos ya donde Skipper y Ben.

-Vaya, tienen que enseñarme como se hace eso –Hablo Ben, impresionado por la habilidad de deslizarse de esos pingüinos.

Butch y Rico carcajearon, tras eso giraron sus cabezas donde Skipper, mismo que tenía una expresión seria.

El líder estaba en silencio, girando sus ojos de color azul hacía todos lados, como si tratase de localizar algo…

El grupo observo con intriga a Skipper, mismo que se mantuvo en silencio unos cuantos segundos más.

-Sigamos avanzando, quien sabe si cerca hay mas –Contesto el cabeza plana, los demás asintieron y continuaron su marcha en dirección al edificio donde se encontraba Maxwell, aun había camino por recorrer.

Nuevamente con aquel objetivo en mente, el grupo de rescate comenzaba a avanzar con paso rápido en dirección los edificios que había a unas cuadras cerca.

Por otra parte, Ajenos a los pingüinos, también ocultos en un grupo de escombros lejanos… había un total de 5 figuras animales, observando muy callados la escena que se había desenvuelto ante sus ojos, la llegada de aquellos pingüinos tan extraños.

Esas criaturas, se mantenían en las sombras, ocultando su identidad ante cualquier ser que estuviese cerca.

-¿Ya viste lo que hicieron esos pingüinos? –comento uno de los que observaba a los pájaros, alejarse mas y mas.

Los demás, se vieron entre si, seguidamente compusieron expresión de seriedad.

-Mhh… ciertamente -Otra figura, dio un paso adelante – Parecen ser muy peligrosos, eso puede ser un problema –contesto con voz grave el animal.

-¿Crees que puedan interferir en nuestros planes? –pregunto nuevamente la silueta que había hablado hace unos segundos.

-No lo se Yake… pero, tenemos que andar con cuidado –contesto el Perro de ojos cafés- no parecen ser amigables.


Kowalski se encontraba de pie junto a un vehiculo mediano de color azul, casi en la entrada del campamento…

El pingüino movía de un lado al otro sus vistas, como si tratase de encontrar algo en específico, ¿pero que podría ser?.

Miembros del campamento por aquí… por halla, algunos cachorros que corrían jugando a las atrapadas y unas pocas hojas que caían del cielo, las cosas parecían ser de lo mas normales, pero aun así, el ex-teniente estaba enfocado en su alrededor.

Con esa imagen, el antiguo estratega comenzó a caminar con paso lento, arrastrando sus patas en el suelo…

Por otro lado, los dos animales que estaban sentados en aquel roquerío que daba una melancólica vista a la cuidad, se encontraban sonriendo y charlando animadamente…

Marlene estaba sorprendido de cuantas historias inéditas del antiguo escuadrón poseía Cabo, muchas de ellas conseguían arrancarle unas cuantas carcajadas y sonrisas, tanto así, que por momentos se sentía todo como antes… tan solo revivido por las historias del joven pingüino, mismo que contagiaba un optimismo y fuerza que eran increíbles para alguien tan joven…

Todos alrededor, habían cambiado, pero aquel pingüino aun mantenía su alegre y bondadosa actitud, como si nada nunca hubiese pasado.

Por un momento, aquellas carcajadas cesaron, y Marlene dio un suspiro de melancolía, seguidamente observo al joven que tenia una mirada de felicidad.

-Por lo que veo, logre hacer, que tu tristeza se alejara –dijo con un tono divertido Cabo, al escuchar aquello, Marlene abrió los ojos, era cierto… por un momento, ella olvido la razón de la que estaba triste.

-Ho pues yo… -Marlene estaba a punto de formar palabra, pero en aquel instante, unos pasos se escucharon resonar en la seca tierra del lugar.

"Tap…Tap…Tap"

Los dos animales, al escuchar aquellos pasos, se voltearon y justo delante de ellos, vieron a Kowalski de pie.

-Cabo… Marlene –Musito el líder del campamento al ver a sus dos amigos.

-Ho, hola Kowalski –saludo con gentileza el Joven pingüino, por otro lado, Marlene solo bajo la mirada.

El ex-teniente observo con una expresión seria a los que tenia en frente…

Por un momento, el silencio se hizo presente… solo intercambiaron algunas miradas.

-Cabo… ¿podría hablar contigo un momento? –Pregunto Kowalski al menor del disuelto escuadrón.

-Este… si, claro –asintió débilmente el joven recluta.

-Entonces, ven conmigo –Contesto el líder del campamento, con ambas aletas cruzadas comenzó a caminar unos pasos.

Cabo, por un momento observo a Marlene, misma que había recobrado su expresión de molestia, luego, volvió a ver a Kowalski, que se estaba alejando unos cuantos pasos de donde estaba.

Sin decir nada mas, el Joven pingüino se puso de pie, seguidamente comenzó a caminar con paso apresurado donde su líder.

-Hey, kowalski… ¿Qué ocurre? –pregunto al aire Cabo, mientras se acercaba al mas alto.

-Quiero que tengas esto… -Kowalski llevo su mano detrás de su espalda, de la misma saco una Pistola Mark H&K 23… cabo, al ver eso, compuso una mirada de extrañes.

-¿Me la das? –Pregunto el Joven… Kowalski solo le daba un arma a cabo cuando cosas realmente serias estaban a punto de ocurrir.

-Si, tenla –dijo el líder del campamento, alzando su aleta y entregando el arma echa a la medida a su soldado.

-Pero, ¿Qué sucede? –pregunto Cabo tomando la herramienta, Kowalski solo le respondió con otra de esas miradas.

-Solo, tenla… no te separes de ella, ¿De acuerdo? –Contesto el más alto- Quiero que vayas al punto sur del campamento, con Reachel y Jessie, vigila, mantén tus ojos abiertos, ¿de acuerdo? –concluyo.

-Heee… si –Agrego el joven pingüino.

-Ahora, ve… necesito hablar en privado con Marlene –hablo Kowalski, Cabo solo asintió… sabia de que iba todo esto, mas que una emergencia, era una excusa, pero aun así… el menor no era nadie para objetar al respecto, así que, sin decir nada mas, con pistola en mano, se dio media vuelta y comenzó a alejarse de donde estaba.

Kowalski al ver aquello, sonrío… Ahora tenia el camino libre, para poder charlar con la nutria que llevaba todo el día evitándolo, el sabia exactamente porque.

El pingüino, giro su mirada, tratando de localizar a la nutria, pero al hacerlo… vio que Marlene se había levantado sigilosamente de su lugar y se marchaba de allí.

Kowalski abrió los ojos, ¿Nuevamente lo mismo?.

No podía dejarla ir, no de nuevo, durante todo el día, ella solo se mantuvo apartada de el.

-¡Oye! –exclamo el líder del campamento, tras eso comenzó a caminar en dirección a la nutria, intentado interceptarla… Pero esta, tan solo acelero el paso.


Volviendo donde los pingüinos, vemos como estos se habían abierto paso en muy poco tiempo hacía el lugar asignado, donde comenzaría la misión de rescate…

Los edificios hacían sombra, las miles de ventanas semi destruidas eran como ojos vigilantes, mismos que contemplaban a los rescatistas acercarse con paso decidido al lugar.

Unos pocos zombis merodeaban por el lugar, pero al estar a una distancia prudente de los sobrevivientes, no era necesario eliminarlos, bastaba con ignorarlos y seguir adelante.

Delante, estaba Rico, con ballesta en mano y sus sentidos alerta se encargaba de vigilar cada rincón del frente y actuar si era necesario, detrás estaba Butch, otro soldado cuyos movimientos podrían ser cruciales si se presentaba una emergencia, a los lados, apoyando a los ojos de la cuadrilla, estaban, Skipper y Ben.

El silencio hasta hora era soberano absoluto, ni siquiera el viento soplaba, todo estaba sumido en una abismal y aterradora calma… ¿acaso era un presagio?

Ya no quedaba tiempo para pensar o reflexionar acerca de lo que estaba a punto de ocurrir, puesto que el grupo ya estaba a solo metros de su objetivo… la puerta principal de un edificio de almacenes.

-¡Deténganse! –exclamo en aquel momento el líder de la formación…

Como buenos soldados, los demás se quedaron quietos en su lugar, esperando las órdenes.

-¿Es este el lugar? –pregunto Ben, acto seguido alzó su brazo y no muy lejos apunto a unas puertas dobles que antaño estaban cubiertas por un vidrio, pero que ahora no eran mas que añicos.

Skipper miro por un segundo al lugar señalado y luego volvió su mirada a los demás...

-De acuerdo, tenemos que entrar y proceder con mucha cautela… no romper la formación que llevamos, porque podría ser mortal para nosotros, ¿Entendido? –pregunto el pingüino, los demás animales asintieron en silencio.

-Ahora, mejor nos apresuramos a seguir… estoy harto de esperar, ¡Rescatemos a Max de una vez! –exclamo el castaño para luego suspirar fastidiado, se dio media vuelta y al hacerlo, se encontró con una desagradable sorpresa.

-¡Ho no! –exclamo Butch en ese momento al ver que de la destruida entrada del edificio salía un caminante humano tambaleándose con lastimosidad.

El grupo fijo sus vistas en aquel enemigo…

-¡Estas cosas no lo ponen fácil! –gruño Ben mientras miraba con una expresión furiosa al zombi.

-Si, tienes razón –Agrego Skipper, aquellas criaturas se interponían a cada paso… pero aun así, no seria problema para ellos, después de todo, acabarlos era pan comido…

El líder subió su mirada y la ladeo donde rico que miraba intrigado a los demás del grupo.

-¿Ya sabes que hacer, no? –pregunto con una sonrisa al pingüino loco… el aludido asintió, seguidamente alzó su arma arroja flechas, listo para disparar.

Pero, de repente, sucedió algo que sobresalto a grupo…

Sin mediar palabra o dar algún tipo de señal, Ben rompió la formación con el grupo y echo a correr en dirección a la criatura.


Marlene a toda costa traba de evitar a aquel pingüino… simplemente no se sentía capas de verlo a los ojos en un momento así.

La nutria caminaba tan rápido como sus pies podían hacerlo, esquivando alguno que otro obstáculo, con la mirada en el suelo y la cabeza baja… por otra parte, a espaldas de ella, Kowalski continuaba siguiéndola, esperando interceptarla y poder siquiera hablar.

-¡Marlene! –Exclamo el ex-teniente- ¡Podrías detenerte un momento!

La castaña solo dejo ir un suspiro casi imperceptible de molestia, la imagen que tenia de aquel pingüino que los había protegido durante meses, ahora se había desmoronado por completo.

¿Ahora que podía hacer?... le provocaba un sentimiento de ira el siquiera verlo a los ojos, se sentía mal incluso después de haber pasado tanto juntos hasta lo de…

-¡Te he dicho que esperes! –se escucho la voz de kowalski en aquel instante, seguido de un fuerte tiron que capturo el brazo de Marlene.

Aquello tomo por sorpresa a la nutria, tanto así que dejo ir un gemido bajito de dolor.

Rápidamente, giro sus ojos de color claro para ver al pingüino con una expresión de tristeza en su rostro.

-Ni siquiera me dejas Hablarte… ¿Qué te sucede? –Pregunto con un dejo de tristeza el pingüino, el sabia la causa del enojo de la chica… lo entendía pero…

-¡Suéltame! –exclamo Marlene, no quería mantener el contacto visual con el ave… simplemente quería estar lejos y pensar.

Trato de moverse para safarse del agarre, pero al intentarlo, kowalski apretó con más fuerza el brazo de la nutria, casi lastimándola.

-No, hasta que me dejes hablar contigo y decirte lo que…

Las palabras del pingüino no se pudieron completar, porque de un brusco movimiento, Marlene se soltó del agarre de kowalski, seguidamente le dio un fuerte empujón.

El líder del campamento logro mantener su equilibrio, dio un par de pasos hacía atrás y quedo con ambos ojos abiertos.

-No quiero que te acerques… ¿Entendido? –contesto tajante Marlene, seguidamente alzó su mano y apunto al pingüino- déjame sola…

-Pero, yo…

-¡Pero nada! –exclamo con enojo, tras decir eso, la chica dio un par de pasos hacía atrás- Pensaba que eras alguien mejor… que podíamos confiar en ti… tras lo de… -entre cerro sus ojos y dejo ir un sollozo- ¡Dijiste que el había muerto, que lo viste ser comido frente a tus propios ojos!.

Kowalski se retrajo, aquellas palabras, esa mentira que dijo por el bien de todos, hace tiempo atrás… solo quería protegerlos a todos ellos tal y como su moral se lo decía.

-no es lo que parece –contesto con tristeza el pingüino, en su interior, la idea de ganarse el odio de ella y el de todos, por tan solo una mentira, lo mataba.

-¿Qué no lo es? –exclamo nuevamente Marlene, con algunas lagrimas en sus ojos se volvió a ver a kowalski- ¡Nos mentiste!, abandonamos el zoológico, bajo la excusa de que Skipper estaba muerto, confiamos en ti… pasamos muchas cosas horribles, seguimos cada uno de tus pasos, ¡Fuimos protegidos por un sujeto que dejaba atrás a sus camaradas!, quien sabe cuantas mentiras mas nos has dicho todo este tiempo y nosotros, como si fuésemos un grupo de ciegos, íbamos detrás de ti.

Kowalski se quedo frío al escuchar todas esas palabras… cortaban profundamente en el.

Abrió su boca para decir alguna cosa pero ella se adelanto.

-nos traicionaste y te aprovechaste de nuestra fe e ignorancia para seguramente saciar lo que anhelabas- le gruño sin dejar ese tono de odio que había usado antes- así que esta conversación a acabado... Al igual que todo lo demás.

Tras decir esto la castaña se dio la vuelta alejándose de allí dejando al pobre pájaro abatido y sin palabras.

Se paso una mano por las plumas de la cabeza despeinándose levemente antes de mirar donde ella se había ido.

En su mente aparecían una y otra vez las imágenes de ese día.

Lo había dado por muerto, el mismo había creído que había muerto pero también sabia que Marlene y cabo no se hubieran ido sabiendo que el cuerpo estaba allí... ¿Acaso estaba mal intentar salvar algo de lo que le quedaba?.

Skipper hubiese echo lo mismo.


-¡Ben! –exclamaron alto los del grupo, el mamífero continuaba corriendo en dirección a la criatura, le faltaba solo unos pasos para alcanzarlo.

-¡Vuelve aquí, es una orden soldado! –Dijo con tono autoritario Skipper, pero el ornitorrinco hizo caso omiso a las palabras y continuo corriendo.

Los demás estaban de acuerdo en una cosa, ¡Era una locura lo que estaba a punto de hacer aquel sujeto!

-Maldición, ¡Vamos tras el chicos! –volvió a decir el líder, al ver que era imposible detener al desacatado mamífero.

Aquel animal de pelaje castaño, sin más estuvo frente a la criatura…

-Aquí estoy maldito, ¿¡quieres una pieza de mí!? –contesto molesto el joven, seguidamente desenfundo su cuchillo de combate.

El caminante frente a el era un humano, parecía ser un chico adolescente, pelo negro totalmente sucio, piel grisácea y una camiseta de color verde y pantalones grises hechos gironés por múltiples arañazos en su cuerpo…

"Aghhh…"

La bestia giro con lentitud su rostro, seguidamente, gruño y se abalnzo sobre el animal… buscando morderlo.

Ben rodó hacía un lado, esquivando el ataque de la criatura, el descerebrado cadáver cayo de cara al suelo al ver su intento de caza frustrado… allí, el castaño aprovecho la ocasión y clavo su arma punzo-cortante en el cráneo del caminante, matándolo.

Echa aquella labor, solo suspiro y esbozó una sonrisa de victoria… pero esta, fue rápidamente opacada por los murmullos de enfado del grupo que se acercaba.

-¿¡Como rayos pudiste hacer eso!? –exclamo Furioso Skipper, mismo pingüino se acercaba con paso rápido al castaño.

En unos instantes, también rico y Butch estuvieron cerca del rebelde, ellos también tenían expresiones molestas y se encontraban cruzados de aletas.

Ben observo con indiferencia la expresión del líder y la de los demás, le daba igual si se enfurecían o no… esa misión para el era de suma importancia y por ende no le interesaba lo que los demás dijeran, aquello tenia que hacerse rápido y sin rodeos.

-Vámonos –El mamífero guardo su cuchillo, seguidamente se dio vuelta y comenzó a caminar junto a la puerta que estaba solo a unos pasos de el- Luego si quieren, pueden sermonearme… pero ahora –Detuvo sus palabras unos instantes y apunto dentro del destruido primer piso del edificio de almacenes- Vamos por Maxwell.

El resto del grupo se quedo de ojos abiertos, no solo por la actitud cambiante del joven, sino que también por las estupideces que era capaz de realizar… aquello comenzó a frustrar a Skipper, ninguno de los soldados de su unidad se atrevía a desobedecerlo.

El sonido de los vidrios rotos siendo pisados se escucharon, un leve traqueteo era el que despedían los pasos de Ben a medida que avanzaba dentro del lugar.

A los demás les tomo solo unos segundos reaccionar, y sin decir nada, comenzaron a caminar en dirección a la puerta… dejando a Skipper atrás.

El líder del escuadrón suspiro… desde que llego al campamento había tratado de ser amable con ese ornitorrinco, comprender el dolor de su perdida… pero, ¿Ponerse en riesgo de esa manera y romper la formación?... sobre todo ¡Desobedecerlo!, eso era algo que ya comenzaba a molestarlo.

-Ya, todo acabara dentro de poco –se dijo para si el pingüino mientras pasaba una aleta por su cara… el día había comenzado a penas y aun había mucho por hacer, era mejor apresurarse.

Subió la mirada, observo como sus camaradas se perdían dentro de la oscuridad del lugar… ¡Era hora de acompañarlos!

-¡Esperen chicos!, haya voy –dijo para luego emprender su recorrido, antes de adentrarse en el lugar, Skipper por el costado de su ojo, observo algo y esbozo una media sonrisa.

Por otro lado, no muy lejos de allí, se encontraban aquellas figuras que habíamos visto antes… ocultas, observando cada movimiento realizados por aquellas criaturas que se habían adentrado en el complejo de almacenes.

Los desconocidos, ahora con expresiones serias, habían llegado a una conclusión acerca de esos pingüinos y el mamífero que los acompañaba.

Eran muy peligrosos, Mataban sin remordimiento y sabían como hacerlo…

Si querían lograr lo que se proponían, tenían que ser muy cuidadosos.

Fin del capitulo…


Nota: Y aquí concluye otro capitulo de este fic OwO, bueno amigos… Ha sido un año largo, tristesas, alegrias, decepciones y mucho mas.

El mundo no acabo claro xD

Pero hablando enserio, como otro año de vida, este nos hizo crecer como personas y ser mejores, para bien o para mal…

Quería Agradecerles a Todos este seguimiento al fic, los quiero mucho chicos TwT y les deseo un Feliz año nuevo y prospero 2013, que se cuidan mucho y sigan con sus vidas, sean felices y dislumbren un futuro Brillantes.

Este es el deseo de su Querido amigo Ez. (LOL sone como tarjeta de esas que dan en el mercado)

PD: Ya que están quisiera, darles una invitacion para leer mi Proximo fic a publicarse, otra adaptación xDD

El fic también de este fandom de los pingüinos llamado "Despertar" que estaria publicado en algún momento de enero del año que viene.

Muchas gracias a todos…

A los que leen y dejan review y a los que solo leen también n.n