Harry se apoyó sobre sus codos y observó a Draco, temblando incontrolablemente mientras el rubio sacudía la cabeza y retrocedía, sus manos temblando. Harry inicialmente había planeado seguirle el juego durante aquél encuentro y luego conversar con él sobre la posibilidad de encontrarse sin maleficios involucrados – pero este inesperado giro había disipado esa idea.

—¿Sabías que estaba fingiendo? —Harry susurró y Draco se congeló. Los ojos grises se dirigieron a Harry, y Draco asintió lentamente, petrificado.

—¿Por qué...? ¿Por qué no estás enojado?

—¿Por qué no estás enojado? —Draco inquirió.

—Malfoy —Harry comenzó a hablar, sentándose y agarrando el codo de Draco.

—No —Draco dijo, e intentó escapar del agarre del fuerte agarre de Harry. Sintió una burbuja de algo cálido y placentero expandiéndose en su pecho. Draco había sacrificado la oportunidad de acostarse con él porque quería algo distinto, algo más. Quería abrazar a Draco y nunca dejarlo ir, pero sabía que en un momento como este, tenía que ser cuidadoso si no quería terminar en una pelea.

—No te voy a soltar —Harry dijo cautelosamente, y Draco inmediatamente se quedó quieto. —Dime lo que te pasa.

—¡No!

—Malfoy, porfavor —Harry imploró, empujando fuertemente a Draco hacia él, tomando su cabeza entre sus manos. El Slytherin la sacudió tercamente y Harry se mordió el labio, queriendo gritar de frustración. ¿Por qué Draco no le decía-?

Oh.

Harry casi se rió cuando se dio cuenta. Estaba lidiando con Draco Malfoy. Un infaliblemente volátil, emocionalmente violento chico que Harry sabía que había crecido en un frío ambiente con un cruel padre que mostraba muy poco sus sentimientos. Y encima era un Slytherin, Harry recordó, que no muestra sus sentimientos a menos que haya una buena razón o algún premio.

Harry aflojó su agarre al rostro de Draco y gentilmente recorrió su mejilla con el pulgar. Vio que los ojos de Draco se movían inseguramente, como si le desconcertara la repentina suavidad de Harry, y el moreno sabía exactamente lo que tenía que hacer.

—Te quiero —dijo, y Draco lo miró a los ojos. —No me importa que me hayas hechizado, no me importa nada de eso. No te puedo sacar de la cabeza, y ahora mismo, lo único que quiero hacer es llevarte a mi cama, tener sexo contigo y luego despertarme a tu lado en la mañana, todas las mañanas.

Draco continuó mirándolo fijamente, su boca ligeramente abierta y su respiración poco profunda.

—Quiero esto —Harry respiró. —Y estoy tan feliz de que me lo hayas dicho, porque ahora... —miró hacia otro lado, sabiendo que se estaba sonrojando, pero reunió coraje de Gryffindor para terminar la oración. —Porque ahora podemos hacer esto del modo que realmente quieres.

La expresión en el rostro de Draco claramente mostraba que no podía decidirse entre confesar sus sentimientos o discutir un poco más, así que Harry rápidamente utilizó el plan B; besó a Draco, agarrándolo con tanta fuerza que probablemente le dolía. Sintió que Draco se tensaba en sus brazos e inhalaba profundamente, pero luego el rubio le estaba correspondiendo el beso, envolviéndolo con sus brazos y subiéndose incómodamente a su regazo, presionando su cuerpo contra el del moreno.

—Confía en mí —Harry susurró, y Draco asintió torpemente. —Confía en mí y ven conmigo.

Harry empujó a Draco de su regazo y se puso de pie, ayudando a Draco a levantarse, haciendo que se tropiece ligeramente sobre el Gryffindor, su pecho agrandándose al respirar. Harry lo beso una vez más y sintió que todo el cuerpo de Draco se estremecía antes de soltarlo y tomar su bolso, abriéndolo y sacando la capa de invisibilidad.

—Ponte esto —le dijo a Draco, que tomó la capa, aturdido. —Y agárrate de mí.

Draco tomó el codo de Harry, mirándolo de alguna manera desesperadamente. —Potter, no quise herirte-

—Lo sé —Harry dijo, y notó el mareante alivio en la expresión de Draco mientras el moreno recogía su ropa y se la ponía, colocándose los anteojos en el proceso. Cuando se vio decente y la camisa de Draco estaba guardada en su bolsa, lo cubrió con la capa. Sintió que una mano invisible le agarraba la muñeca y la cubrió gentilmente con su otra mano, deseando poder besar a Draco una vez más antes de salir del aula.


Toda racionalidad había dejado el mundo, había desaparecido. Bueno, por lo menos había dejado el mundo de Draco. Por razones morales, Draco había evitado una increíblemente egoísta situación y había sido casi completamente honesto con sí mismo sobre sus sentimientos, y en vez de ser burlado, despreciado, etiquetado como afeminado o alguna otra cosa terrible que su padre le había advertido que pasaría si se comportaba de esa manera, terminó con una declaración de afecto de Harry y en consecuencia, un beso del mismo.

Para nada mal... pensó distraídamente mientras dejaba que Potter lo guiara a través de los corredores iluminados por la luz de la luna, una expresión de determinación plasmada en su rostro. Si Draco era completamente honesto, la expresión en el rostro de Potter le estaba excitando bastante. Era la misma expresión que el moreno tenía en las fantasías de Draco, cuando el Gryffindor lo tenía atrapado y le hacía cosas sucias.

Trató de concentrarse más bien en lo que estaba sucediendo ahora en vez de sus fantasías de 'estar atado a la cama con Harry Potter'. Trató de reunir un poco de autocontrol para descubrir a dónde se dirigían, y le tomó un tiempo darse cuenta de que estaban yendo a la Torre de Gryffindor.

Un sentimiento de alarma recorrió a Draco, pero no soltó la muñeca de Potter, confiando en él y en el hecho de que era invisible para pasar por esta experiencia. Aunque la posibilidad de estar en la cama de Potter y bajo su control ayudaba bastante a calmar su preocupación y a aumentar su excitación.

—Solvo Mos.

Se sobresaltó ligeramente cuando Harry habló, pero luego se dio cuenta de que no estaba diciendo cualquier cosa, sino que estaba diciendo la contraseña que los dejaría entrar a la Torre. Miró hacia delante y vio que estaban frente al retrato de la Dama Gorda, que estaba pestañeando lentamente, luciendo resignada.

—¿Alguna vez me dejarás dormir por una noche completa? —bostezó mientras Harry empujaba a Draco a través del agujero.

—Quizás —Harry replicó. —Hoy no saldré otra vez.

—¡Pero ni siquiera es medianoche! —exclamó, levantando una ceja. Harry solo sonrió y luego siguió a Draco a través del agujero. El rubio inmediatamente agarró su brazo, manteniéndose cerca suyo mientras miraba a su alrededor nerviosamente.

—¡Harry!

Apenas habían caminado dos pasos antes de que una figura se levante y le haga un gesto a Harry para que se acerque. Draco agarró más fuerte el brazo del moreno mientras Seamus Finnegan miraba a su compañero Gryffindor. Entró en pánico a pesar de saber que era invisible, pero se puso a pensar que quizás de alguna manera alguien lo podía ver y que luego sería asesinado y nunca llegaría a tener sexo con Potter y que su estúpida epifanía moral habría sido una completa pérdida de tiempo.

—¡Ron y Hermione te están buscando! Justo se fueron, dijeron que te iban a buscar cerca del lago —Seamus le dijo a Harry. —Parecían estar bastante preocupados-

—De acuerdo, está bien —Harry dijo rápidamente, caminando a través de la sala común y arrastrando a Draco consigo, ignorando la mirada frustrada que el irlandés le dedicó.

—Ve. Sube hasta el final —Harry murmuró, soltándose del agarre de Draco y empujándolo suavemente hacia las escaleras.

Draco se apuró a obedecer, subiendo de a tres escalones, entrando rápidamente a la habitación y dándose cuenta un poco tarde de que su entrada se vería extraña para cualquiera que esté allí, debido a que seguía siendo invisible. Por suerte, la habitación estaba vacía y cuando Harry también entró y cerró la puerta detrás suyo, Draco se sacó la capa, respirando profundamente.

Apenas tuvo tiempo para mirar a su alrededor porque Harry lo estaba besando, una mano en su nuca y la otra en su cintura. Draco gimió y le correspondió el beso, aturdido ante su asalto. Esto era lo que siempre había soñado, lo que siempre había querido. Y estaba mejorando segundo a segundo; Harry lo estaba empujando hacia atrás y luego sus piernas golpearon la cama y ambos terminaron en el colchón, Harry arriba de Draco.

—¿Esto es mejor de lo que tenías en mente? —Harry susurró, su nariz rozando la de Draco.

Draco asintió, sin palabras, y le sacó los anteojos para que le pudiese ver los ojos sin obstrucciones. Harry dejó que los tire a un lado antes de que se inclinara hacia delante y capturara sus labios en otro beso demandante, una mano deslizándose por su aún desnudo torso. A pesar de lo mucho que Draco había disfrutado tener a Harry bajo su control, esto era mucho mejor. Una vez, Blaise había tenido la audacia de decirle a Draco que él obviamente era el pasivo, y en ese momento el rubio se había enojado y le había arrojado un libro. En retrospectiva, Draco tenía que reconocer que Blaise había estado más cerca de la verdad que él mismo, que originalmente no estaba dispuesto a admitir que lo que su amigo había dicho era verdad. Draco no podía negar que había estado seriamente excitado cuando fue llevado a la Torre de Gryffindor por Harry, y también por el modo en el que el moreno se apoyaba arriba suyo y lo mantenía debajo de su cuerpo.

Muy de pronto, Harry se alejó, pero Draco lo perdonó cuando lo empujó hacia el centro de la cama y luego cerraba las cortinas antes de sacarse la remera por segunda vez esa misma noche.

Apoyó los codos en la cama y se enderezó ligeramente, sintiéndose inmensamente nervioso mientras Harry se dirigía hacia él, acariciando su cuerpo y besándole el cuello. Los dedos de Harry rozaron el botón de los pantalones de Draco, y apenas podía creer lo que estaba sucediendo mientras Harry le bajaba de un tirón dicha prenda y la ropa interior. Rápidamente paró de cuestionarlo; en cambio, decidió disfrutar de las sensaciones piel sobre piel, queriendo gritar porque eran demasiado buenas.

Jadeó cuando Harry se sentó y arrastró a Draco consigo por las muñecas, subiéndolo a su regazo. Joder, Harry estaba siendo rudo y a Draco le estaba encantando; tiró la cabeza hacia atrás y restregó su erección sobre la de Harry mientras el moreno le mordía la clavícula con suficiente fuerza como para causarle un moretón. Una mano se deslizó por la parte baja de su espalda hasta su culo el cual lo apretó, su pulso aumentando debido a ese toque.

—Hazlo —exhaló, sus labios rozando los de Harry. —Dios, hazlo.

—¿Estás seguro? Nunca lo he- Puedo lastimarte —Harry replicó suavemente.

—¿Sabes lo que estás haciendo? —Draco preguntó.

Harry asintió y Draco levantó una ceja.

—Sí —Harry le aseguró serenamente. —Luego de enviarte aquella nota... Quería asegurarme de saber.

Draco estaba impresionado, porque Harry había tenido la cautela de prepararse mentalmente para esta situación, e internamente también estaba emocionado porque Harry había contemplado la idea de tener sexo con Draco y había querido hacerlo cuando le envió aquella nota.

—¿Estás seguro? —Harry preguntó otra vez, interrumpiendo sus pensamientos. —Podemos hacerlo de la otra manera. No me importaría. De hecho, sería mejor para ti si tú fueras el dominante-

Draco respondió con acciones: se bajó del regazo de Harry, apoyando su espalda contra el colchón y abrió las piernas, posicionando a cada una a un costado del cuerpo de Harry. Los ojos del moreno se agrandaron al ver que Draco se mostraba así de entregado, y el rubio tuvo que contener una sonrisa ante la emoción que estaba sintiendo por ser el responsable de provocarle esa reacción.

El moreno se alejó de Draco, la parte superior de su cuerpo desapareciendo tras las cortinas por un momento. Draco esperó mientras oía sonidos de cosas moverse, excitándose aún más y resistiéndose el impulso de tomar su erección con la mano, hacerse una paja y correrse ahí mismo. Recorrió con sus temblorosos dedos su abdomen e inhaló profundamente; era como si su cuerpo entero estuviera anormalmente consciente de cada caricia y sensación, y la necesidad de que Harry lo toque le estaba volviendo loco.

Volviendo a la cama con un pequeño tubo de lubricante en la mano, la mirada de Harry recorrió de arriba a abajo el cuerpo de Draco antes de desabrocharse lentamente los botones de sus pantalones. Draco lo miró con deseo mientras Harry se desvestía, sin moverse para ayudarlo, y en cambio quedándose recostado, observándolo. Cuando Harry quedó igual de desnudo que Draco, gateó por la cama y se inclinó para besar gentilmente su pecho y abdomen. Los ojos de Draco se cerraron mientras Harry continuaba con sus caricias, e intentó seguir las acciones de Harry con sus dedos.

Sintió que una mano se deslizaba por su muslo y una por su cadera, y también sintió su cálido aliento rozando su abdomen donde sus dedos temblorosos descansaban. Oyó un suave 'pop' cuando Harry destapó el tubo y casi gimió fuertemente al imaginarse lo que Harry estaba haciendo y lo que estaba a punto de hacer. No tuvo que imaginárselo por mucho tiempo, porque dedos mojados recorrían la parte interna de su muslo y Harry estaba presionando besos húmedos sobre su piel.

Un dedo gentilmente se presionó entre sus nalgas y Draco jadeó, sorprendido. Había esperado tener que alentar y guiar a Harry, pero aparentemente no había necesidad; Harry obviamente sabía lo que estaba haciendo y no se estaba conteniendo.

Draco estaba lleno de agradecimiento; pensaba que sus inseguridades podrían haber causado que Harry vacile, pero el moreno estaba confiado y podía confirmar que deseaba hacerlo tanto como Draco.

Ambos gimieron cuando Harry deslizó un dedo a través de la entrada de Draco, aún presionando besos en su abdomen mientras lo movía de atrás hacia delante. Sin dudar de las reacciones de Draco, un dedo luego se unió al primero, ambos entrando y saliendo, abriéndose en su interior y preparando a Draco para su miembro.

Draco estaba placenteramente sorprendido al sentir tan poco dolor, solo la extraña sensación de plenitud y ligera incomodidad que pronto desapareció, siendo reemplazada por mejores sensaciones mientras los cuidadosos dedos de Harry se internaban más profundo. Había pasado mucho tiempo desde que había sido follado, pero Harry no se apuraba, y ambos estaban relajados – bueno, lo más relajados posibles cuando ambos se morían por tener sexo.

Una agradable sensación recorrió el cuerpo de Draco cuando Harry se posicionó arriba suyo, rozando su entrada con su miembro, acomodando las piernas de Draco de tal manera que envuelvan su cintura, respirando pesadamente. Draco no lo podía evitar; extendió el brazo y recorrió el costado del rostro de Harry con los dedos, queriendo capturar y por siempre recordar cómo el moreno se veía arriba suyo, jadeando y sudando. Harry le sonrió, una pequeña y feliz risa escapándose de sus labios antes de girar la cabeza y besarle la palma.

Las cosas no se mantuvieron gentiles por mucho tiempo; Harry entró en el cuerpo de Draco, agarrando uno de sus muslos con tanta fuerza que seguramente dejaría moretones en forma de dedos en la pálida piel de Draco. No pudo pensar mucho en eso, porque Harry estaba usando su otra mano para empujarse aún más adentro del ansioso cuerpo del Slytherin. Jadeando pesadamente, Draco empujó sus caderas hacia delante y todo su cuerpo tembló cuando Harry entró por completo con un ruidoso gemido.

Draco estaba teniendo problemas para respirar mientras Harry embestía una y otra vez; las sensaciones eran abrumadoras. Por primera vez en su vida, Draco sintió que podía dejarse llevar, así que lo hizo. Era aterrorizante y emocionante al mismo tiempo el poder liberar toda tensión, y confiar en que Harry se ocuparía de toda necesidad.

Y se ocupó. Oh Dios, se ocupó. Embistió fuertemente dentro de Draco una y otra vez sin pausa ni piedad; repetidamente golpeó ese lugar dentro de Draco que hacía que el rubio gima y arquee la espalda, su sudoroso pecho presionándose fuertemente contra el de Harry. El moreno no lo pensó dos veces; sus manos divagaron por la piel de Draco, sus labios lo marcaron sin preocupación.

Perdieron la noción del tiempo mientras Harry lo follaba, los únicos sonidos en la habitación sus ruidosos jadeos y gritos ahogados. Todo el cuerpo de Draco estaba temblando cuando el moreno entrelazó sus dedos con los suyos, agarrándolos fuertemente mientras sus labios se unían y se besaban agitadamente. Estaba cerca, tan cerca, y sabía que Harry también, por el modo en el que su respiración se detenía con cada embestida, y se besaron una vez más, ahogando sus gritos cuando ambos se corrieron juntos, colapsando en olas de placer y ambos sabiendo que no había otro lugar en el mundo en el cual preferirían estar.


Harry no se quería mover. No quería hablar. Quería quedarse donde estaba para siempre, recostado, con Draco abrazándolo y dibujando figuras en su hombro con las puntas de sus dedos y sintiendo el firme 'thump' de cada latido de su corazón.

Tarde o temprano, uno de ellos iba a tener que romper el cómodo silencio y tendrían que hablar sobre lo que pasó. No podían ignorarlo si tenían alguna esperanza de que las cosas entre ellos realmente funcionen. Tomó la mano de Draco que estaba descansando en su pecho y la levantó hasta sus labios. —¿Vamos a hablar e intentar de resolver lo que pasó? —preguntó suavemente, su voz ligeramente amortiguada por los dedos de Draco antes de besarle la mano.

—Honestamente, no creo que podamos ni aunque lo intentemos —Draco dijo perezosamente y Harry se rió entre dientes. Se quedaron en silencio por un momento, Draco moviéndose contento sobre Harry y besando su clavícula. —Dejémoslo así; ambos nos queríamos pero eramos demasiado idiotas como para admitirlo.

—Yo no era idiota —Harry protestó. —¡Estaba tratando de descubrir lo que estabas haciendo!

—¿Tú? —Draco preguntó con incredulidad, levantando la cabeza para mirar a Harry a los ojos. —¿Cómo puedes pensar que fue por mí? Sabía que estabas fingiendo, y cuando quise decírtelo, ¡me pateaste!

—Tú me hechizaste —Harry respondió, y luego de un segundo ambos sonrieron, Draco rodando los ojos antes de apoyar de vuelta la cabeza en el hueco entre el hombro y el cuello del moreno.

—¿Ves? No vale la pena armar un problema —dijo, y su sonrisa se agrandó cuando Harry lo movió de arriba suyo, recostándolo gentilmente de espaldas a la cama y presionando sus labios suavemente sobre los suyos.

—¿Lo dijiste en serio? —Draco preguntó sin mirar los brillantes ojos de Harry. —Lo que dijiste antes de que vengamos aquí.

Harry asintió. —Sí —se detuvo y luego levantó ligeramente la barbilla de Draco en una silenciosa petición para que lo mire a los ojos. Draco lo hizo, sintiendo un sonrojo subiendo por su cuello.

—¿Y qué hay de ti? —Harry preguntó, mirándolo atentamente.

—Yo-

CRASH

Ambos se sobresaltaron y casi se chocaron las cabezas mientras la puerta del dormitorio se abría abrupta y fuertemente y se escuchaban pasos que se adentraban a la habitación, seguidos de una asustada voz.

—¡Harry! ¿Estás aquí?

Harry dejó caer su cabeza sobre el hombro de Draco, gimiendo suavemente antes de hablar. —Sí Ron, estoy aquí.

—¡Te hemos estado buscando! ¿Dónde demonios has estado? —Ron preguntó y Harry suspiró, besando suavemente a Draco antes de agarrar sus pantalones situados al final de la cama y ponérselos, buscando sus anteojos. Draco los agarró de donde habían sido puestos debajo de la almohada y se arrodilló detrás de Harry, envolviendo su cuello con los brazos y besándolo silenciosamente.

—Espera, ahí voy —Harry exclamó, agarrando los anteojos de la mano de Draco y saliendo del agarre del Slytherin, dedicándole una mirada desesperada. Salió de la cama, asegurándose de acomodar bien las cortinas y vio a Ron y a Hermione en frente suyo, luciendo agitados.

—Harry, ¡Malfoy sabe sobre lo del maleficio! —Hermione dijo sin preámbulos.

—¿Qué? —Harry preguntó distraídamente. Se resistió al impulso de echarle una mirada a la cama, rogando para que Draco sea la suficientemente inteligente como para mantenerse escondido y con la boca cerrada.

—Sabe que te puedes resistir —Ron dijo. —Te ha estado mintiendo, y hemos estado buscándote para decírtelo antes de que te encuentres con él, porque él no sabe que tú sabes que él sabe-

—En realidad, ya lo sabe, Weasley —una voz aburrida provino claramente de por detrás de las cortinas que rodeaban la cama de Harry. —Cálmate antes de que te desmayes.

Ron y Hermione se quedaron boquiabiertos y miraron a Harry, el cual estaba sonriendo, sonrojándose furiosamente y haciendo la nota mental de abofetear a Draco más tarde.

—Er, sí. Me dijo —Harry explicó, encogiéndose de hombros y rascándose la nuca.

—¿Qué? —Ron preguntó estúpidamente.

—Le conté —Draco corrió las cortinas, saliendo de la cama y parándose al lado de Harry, que estaba agradecido de que Draco se haya puesto los pantalones, los cuales de cualquier manera no servían para cubrir las dolorosas y obvias marcas de mordidas que Harry había distribuido a través de su pecho. Ron y Hermione continuaron mirándolo sin vergüenza.

le dijiste —Hermione dijo en voz baja, mirando a Draco como si fuera un fantasma.

—Sí —Draco asintió arrogantemente. —Me di cuenta de que mis acciones habían sido egoístas y estúpidas, así que se lo dije antes de tener sexo.

Harry no sabía si reír o llorar cuando Hermione se sonrojó y Ron empezó a balbucear ante las palabras de Draco. Para Harry, el hecho de que el rubio haya dicho la verdad, hacía que la situación se tornase un poco más histérica.

—Tú... —Hermione se detuvo, apoyando una mano sobre su frente, luchando por comprender la noción de que Draco Malfoy repentinamente había adquirido una buena conducta y había hecho lo correcto, y encima por el bien de Harry.

Ron estaba mirando al moreno y a Draco, frunciendo el ceño. —¿Así que ya sabías que Harry estaba fingiendo? —le preguntó al Slytherin de repente.

—Sí —el rubio replicó de inmediato.

—¿Y tú ya sabes que Malfoy estuvo mintiendo? —Ron se dirigió a Harry, el cual asintió.

Ron arrugó más el entrecejo. —¿Y a ambos no les importa?

Harry y Draco se miraron y luego se encogieron de hombros, sonriéndose vagamente.

—¿Se dan cuenta-? —Hermione empezó, pero luego se detuvo, levantando las manos. —¿Saben qué? Ni siquiera voy a expresar lo que pienso sobre esto.

Exasperada y sin querer tener nada que ver con la aparente locura de Harry y Draco, se volteó para irse. Caminó hacia la puerta antes de detenerse y girarse, corriendo hacia el moreno y envolviendo sus brazos alrededor de su cuello, abrazándolo fuertemente. —Me alegra que estés feliz —susurró en su oreja, y Harry cuidadosa y un poco nerviosamente le correspondió el abrazo. —Solo... Asegúrate de serlo —lo soltó y le dedicó una sonrisa antes de irse, el sonido que emitían sus pasos desvaneciéndose mientras iba bajando las escaleras.

—Así que... —la voz incómoda de Ron se escuchó y Harry se volteó hacia su mejor amigo, que se movía incómodamente y evitaba mirar a Draco a los ojos, el cual no parecía molestarle ni un poco el hecho de que estaba semi desnudo en un dormitorio de la Torre de Gryffindor y en presencia del pelirrojo. —Ustedes dos, ¿eh? —Ron tragó pesadamente. —¿Quién lo hubiese creído?

Draco envolvió la cintura de Harry con el brazo y se acercó más a él, besando su hombro desnudo. El rostro de Ron se tornó igual de rojo que su cabello, y miró con determinación el techo.

Harry le dedicó una mirada de alguna manera exasperada a Draco y le hizo un gesto a Ron. —Puedes irte —le dijo, divertido. —Te hablaré luego.

Ron lo miró con agradecimiento y luego se giró, corriendo tras Hermione sin mirar atrás.

—¿Era realmente necesario? —Harry le preguntó a Draco, el cual le sonrió, dando un paso hacia atrás y cruzando los brazos sobre su pecho, luciendo orgulloso de sí mismo.

—Oh sí —dijo. —¿Le has visto la cara?

Harry esbozó una mueca, pero Draco vio una sonrisa asomarse por las esquinas de sus labios. Draco tenía que resistirse a sonreír arrogantemente; Potter estaba tratando de contener una sonrisa y él había causado eso. Realmente podía acostumbrarse a que eso sucediera.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz de Harry. —¿Cuánto tiempo crees que tardará el colegio entero en enterarse lo de nosotros? —preguntó con una arruga en el entrecejo.

Era el turno de Draco de fruncir el ceño. —¿No quieres que todos sepan? —preguntó, sintiéndose ligeramente preocupado, y si era honesto, un poco petulante. Entendía que Harry quería mantenerlo en secreto por muchas razones, todas involucradas con la rivalidad y la batalla, que le habían impedido a Draco acercarse antes a Harry, pero entenderlo no significaba que le tenía que gustar.

Harry se encogió de hombros. —No me molestaría, pero sería difícil.

—Lo sé —Draco dijo, cruzando los brazos aún más fuerte sobre su pecho y mirando nerviosamente a Harry, tratando de no fruncir el ceño. —Esto podría ir mal —dijo repentinamente antes de que pudiese contener la palabras. —Apenas nos conocemos y está presente toda nuestra historia – es decir, ¿qué pasa si lo único que hacemos es pelear-?

—Entonces supongo que... tendremos mucho sexo de reconciliación —Harry dijo seriamente y Draco le dedicó una débil sonrisa. —Estoy dispuesto a intentarlo y ver hasta donde llegamos. Creo que si dejamos de pelear y vamos lento-

—¿Ir lento? —Draco levantó una ceja. —Eso tendría sentido si no hubieras metido tu miembro en mi culo antes de que pudiésemos conversar.

Harry lo miró y luego suspiró, recorriendo su cabello con los dedos, desordenándolo más de lo normal. —Mira —dijo francamente. —Algunas veces me enfureces, y vamos a tener que establecer algunas reglas sobre los hechizos que puedes usar en mi presencia... pero tengo la sensación de que nos podríamos entender mutuamente y darnos lo que necesitamos. Lo que queremos. Estoy dispuesto a darle una oportunidad si tú también quieres intentarlo.

Draco lo miró, sabiendo que era un momento decisivo. Podía abandonar el potencial problema y dificultad ahora mismo y tratar de estar satisfecho con el recuerdo de una noche de fantástico sexo... o podía tratar de confiar en Harry y esforzarse para ver si había un futuro para ambos. Una sensación de esperanza se expandió en su cuerpo ante la franca confesión de Harry de querer que las cosas funcionen, y Draco sintió que no debía ignorarlo.

Cerrando los ojos y presionando sus dedos sobre el puente de la nariz, habló con cautela. —¿Te das cuenta que de todas manera nadie nos creería si confesáramos la verdad sobre lo sucedido?

Harry se rió suavemente entre dientes. —Igual no podemos contarle a nadie la verdad, o te irás directo a Azkaban.

Draco se encogió de hombros y Harry le apoyó una mano sobre el hombro; era un simple gesto de tranquilidad que Draco le agradecía. —No le diré a nadie —dijo firmemente. —No diremos esa parte. Si se divulga, lo negaré.

—¿Harías eso por mí? —Draco preguntó, y Harry asintió.

—Creo que esto funcionará —Draco dijo de repente, y Harry lo miró inquisitivamente, su mano aún descansando sobre el hombro de Draco. —Bueno, tú sobreviviste dos veces al Avada Kedavra, pudiste sobrevivir a lo del Torneo de los Tres Magos, a lo sucedido en el Departamento de Misterios y derrotaste al Señor Tenebroso con un Expelliarmus... así que creo que enamorarte de un chico por un Imperdonable que funcionaba mal, encuadra perfectamente con tu ridícula vida.

Harry se rió brevemente, apretando su hombro y haciendo que el rubio le sonría. —¿Así que ahora estoy enamorado de ti? —le preguntó burlonamente.

—Bueno, tú fuiste el que pretendía estar bajo los efectos del Imperius para estar conmigo —Draco dijo, dándose aires.

—Tú fuiste el que me hechizó para estar conmigo —Harry le recordó, acercándose a Draco de manera que ambos cuerpos se estén tocando, inclinándose para besar suavemente su cuello, causando que se estremezca.

—Entonces ambos somos igual de idiotas —murmuró, cerrando los ojos.

—Para mí está bien, si para ti también —Harry dijo tranquilamente, y Draco escuchó los sutiles tonos de la oración. Harry estaba listo para esto; solo necesitaba saber si Draco también, y el rubio había hecho un buen trabajo evitando hablar mucho sobre sus sentimientos. Por un momento se preguntó si físicamente iba a ser capaz de hablar en voz alta o si terminaría con la boca inútilmente abierta como un pez o Weasley.

Inspiró profundamente y miró al suelo. No iba a mirar a Harry a lo ojos mientras hablaba. Las palabras eran muy abrumantes como para siquiera considerar mirarlo a los ojos. Sabía que bajo las reglas del amor y del romance, tenía que mirarlo a los ojos y admitir que lo amaba y besarlo y abrazarlo, o algo igual de ridículo, pero él y Harry no se pusieron juntos bajo aquellas reglas, así que no tenía sentido empezar ahora.

—Quiero esto —dijo, rogándole a cualquier deidad benévola que estuviera acompañándolo, que siguiera recompensándolo por ser honesto. —Me gustas. Me haces reír. No cuando estamos peleando, obviamente. Y eres valiente y me salvaste la vida y eres desaliñado y un poco torpe y comprendes cosas que otra gente no comprende, y creo que puedo ser bueno para ti.

Una lenta sonrisa se fue formando en los labios de Harry y se inclinó para besar una vez más a Draco, el cual sintió el triunfo recorrer sus venas; ya dos veces había sido honesto en una noche y en ambas ocasiones había valido la pena-

Mientras Draco lo abrazaba fuertemente, correspondiéndole apasionadamente el beso sin intención de dejarlo ir a ningún lado excepto a la cama, el rubio solo podía pensar en una cosa: a pesar de que estaba muy endeudado con el maleficio Imperius por haber en parte causado que él y Harry estén juntos, realmente no había competición. Sin maleficios involucrados era muchísimo mejor.


Levanten la mano los que dejarían que Draco los hechice con el maleficio Imperius.

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