Hola, sé que he tardado pero es que he tenido mucho que hacer con la universidad, recién el viernes finalice mis parciales u. u bueno dejando de lado eso. Aquí está el epilogo n.n espero que les guste, gracias por sus reviews, pronto actualizaré Luchando por encontrar el amor n.n

Es el destino

Era una hermosa mañana de otoño en el palacio del Lord del Oeste. Kagome se encontraba en su habitación y desde su ventana observaba uno de los hermosos jardines del palacio, en ese instante escucho un estruendo proveniente de la parte de atrás del castillo, mas no se alarmó, solo rió y salió de la habitación dispuesta a buscar a los causantes del alboroto.

Al llegar al patio trasero, se detuvo junto a las escaleras, observando a los dos seres causantes de tal alboroto, momentos después, un cachorro Inu de cabellos azabaches y mirada ámbar estaba junto a ella.

-Madre-dijo el pequeño a la youkai- ¿Algún día podré ser como él?-. Hizo esta pregunta mientras señalaba al Lord del Oeste, su padre.

-Lo serás-respondió Kagome mientras le sonreía con cariño- él está muy orgulloso de ti.

-Lo sé- dijo mostrando una pequeña sonrisa, su padre siempre le había demostrado cuan orgulloso se sentía de él y también sabía a su corta edad lo mucho que sus progenitores le amaban. Kagome y su hijo dejaron de conversar en el momento justo para ver a un Inuyasha cubierto de polvo y tirado en el suelo, mientras Sesshomaru aterrizaba elegantemente luego de haber saltado para librar su ataque; el Lord se giró hacia donde sentía la presencia de su mujer y su cachorro.

-Y así-dijo en un tono triunfante, buscando hacer enfadar a su medio hermano- es como se gana una batalla. Finalizó acercándose a su cachorro y revolviendo sus cabellos con su mano derecha.

-¡Padre, no hagas eso!-se defendió el cachorro

-¡Feh! Sesshomaru, ¿adónde crees que vas? ¡Regresa!- decía un irritado Inuyasha, el quería la revancha y su medio hermano parecía no querer retomar la pelea.

-¿Qué ustedes dos no pueden estar sin querer combatir?- exclamó entre molesta y divertida Kagome, alternando miradas hacia su esposo y su cuñado.

-Kagome, te sugiero que lo aceptes, ni Sesshomaru ni yo somos amantes de la tranquilidad, y ahora que ya no hay oponentes dignos, solo nos queda enfrentarnos el uno al otro para matar un poco el aburrimiento y no perder la costumbre-dijo Inuyasha como quien dice la cosa más obvia en el mundo. Sesshomaru asintió, en verdad así era, luego de que derrotaran a Naraku, algunos youkais creyeron que podían hacer de las suyas ahora que el malvado hanyou había sido destruido; muchos atacaban aldeas enteras, incluso intentaron invadir sus tierras, por lo que el Lord del Oeste tuvo que intervenir, aquellos que se rehusaban a que se restableciera el orden fueron muertos a manos del poder de Bakusaiga, la impresionante arma de Sesshomaru, por ello los q sobrevivieron habían aprendido a temer y respetar al Lord del Oeste, pues como antaño hiciera su padre, cuando el daba una orden, se cumplía y ya se sabían las consecuencias de desobedecerle; el Lord se permitió una casi imperceptible sonrisa, su padre, antaño lo único que había deseado era superarlo en poder, y ahora había logrado eso y mucho más, era el youkai más poderoso, incluso los otros Lores lo tenían en claro, pero además de eso, tenía una hermosa familia y mas allá de eso, el legado de su padre seguía vivo, recordó la pregunta que hace muchos siglos le hiciese su progenitor " Sesshomaru ¿tienes algo que proteger?", su respuesta ahora, era distinta de aquella vez, Sí, tenía algo que proteger, miró a su mujer, su cachorro, pero se dio cuenta de que algo faltaba, mejor dicho alguien

-¿Dónde está Rin?-le preguntó a su mujer

-Ella salió a dar un paseo con Kohaku- respondió la youkai

-Hmp…esa niña-. Dijo el Lord con el seño fruncido, desde que el reviviera al hermano de Sango, este se había hecho muy amigo de Rin y ahora que su hija iba a cumplir pronto quince años, ya empezaba a reprocharse esa amistad, cierto era que el joven exterminador sentía algo por la joven y él sabía que era un buen partido para ella, pero vamos ¿qué sería de él si Sesshomaru no hacía el papel de padre celoso? Alguien tenía que ponerle las cosas difíciles al muchacho.

-¿Cómo está Sango?- preguntó Kagome a Inuyasha.

-Bien, algo atareada, aunque ahora que las gemelas han crecido, ya se le hace más fácil cuidarlas, Miroku siempre le ayuda, excepto cuando va a hacer algún "exorcismo" para algún terrateniente importante

-Ya veo… voy a ir a visitarla pronto…también a la anciana Kaede

-Sí, ambas tienen muchos deseos de verte…oye Sesshomaru ¿Dónde está Inutaisho?-preguntó Inuyasha, el mocoso había desaparecido hacia un rato y él siempre debía cuidarse porque no desaprovechaba ocasión para jugarle una broma. Sesshomaru solo miró a su alrededor y localizó a su cachorro en la copa de un árbol, se hizo el desentendido, ya sabía lo que pasaría segundos después. Vio como su cachorro saltaba ágilmente para impactar en la espalda de Inuyasha, logrando que gracias al factor sorpresa, este cayera de cara al suelo.

-¡Gané!-dijo Inutaisho a su padre mientras Inuyasha bajo el mascullaba unas cuantas maldiciones.

Más tarde ese día Inuyasha se despedía de la pareja de youkais a las puertas del palacio

-¿Ya te llama tu señora?- le increpó Sesshomaru a su medio hermano con un tono de diversión en su voz

-¡Feh!, tu mejor ni hables- contraatacó el peliplata menor mientras el sonrojo se hacía presente en sus mejillas, causando una suave risa en Kagome

-Saluda a Mitsui de mi parte-dijo la azabache; y es que Inuyasha había empezado a mostrar interés en una joven de la aldea de Kaede, una joven de cabello castaño y ojos verdes, muy carismática, las veces que Kagome los había visto juntos cuando ella iba a la aldea le habían servido para saber que la joven también sentía algo por Inuyasha lo cual le alegró de sobremanera, después de todo Inuyasha lograría ser feliz, aun así Sesshomaru no perdía oportunidad para gastarle una broma a su medio hermano. De Koga supo que había formado una familia con Ayame, unificando así el clan de los lobos. Irasue se había quedado a vivir con ellos en el palacio del Oeste, aunque a veces salía una semana y luego regresaba.

Por la noche, en la habitación de los señores del palacio, Sesshomaru se encontraba en su cama abrazando a su mujer, repentinamente Kagome se giró en sus brazos.

-Sesshomaru, tengo algo que decirte…- el youkai la miró extrañado, su mujer no se ponía nerviosa por cualquier motivo y ahora lo estaba, la estrechó más entre sus brazos dándole a entender que prosiguiera.-yo…estoy embarazada. El Lord abrió sus ojos por la sorpresa, habían pasado años desde que escuchara esa frase en los labios de su mujer, pero sentía todas aquellas sensaciones como si fuese la primera vez, la felicidad, la expectativa y aquel cariño que empezaba a manifestarse en su ser hacia ese cachorro que estaba en camino; beso a su mujer trasmitiéndole todo el amor que sentía por ella, dando paso luego a la pasión arrolladora que ambos sentían el uno por el otro, entregando su cuerpo y su alma, su vida misma al ser entre sus brazos.

Horas después, Sesshomaru observaba a su esposa que dormía plácidamente recostada sobre su pecho, apartó un mechón azabache de su hermoso rostro. Cuanto había buscado la felicidad, cuanto había esperado, cuanto había perdido, pero al final la encontró, su compañera eterna, aquella que le complementaba; recordó la noche en que sus vidas se cruzaron, aquella noche en que él la salvó de morir a manos de un demonio, esa noche había encontrado algo más que una compañera, había encontrado el amor. "Es el destino" fue el ultimo pensamiento que cruzó su mente antes de abandonarse al mundo de los sueños.

Hasta aquí el cap. Ahora sí, el final disfrute mucho escribiendo esta historia, también por el apoyo que recibí. Les agradezco a todas (os) quienes siguen mis historias, espero que les haya gustado, prometo seguir escribiendo y espero que me hagan un poco más feliz dejando un review n.n solo si quieren

Bye, nos leemos pronto