Título: Geographia.
Fandom: Assassin's Creed.
Personajes: Sofia Sartor.
Palabras: 451.
Advertencias: spoilers de Revelations.
Notas: situado después de la primera visita de Ezio. El título viene del libro de Ptolomeo, el cual, si la memoria no me falla, se puede comprar en el mismo juego :)


Sofia todavía no podía creer lo que sus ojos contemplaban. Extendido sobre el escritorio, el mapa lleno de mensajes encriptados parecía devolverle la mirada con altivez, incitándola a pasarse el resto del día inclinada sobre él con el único propósito de descifrar lo que ocultaba en sus márgenes. Las preguntas se agolpaban en su mente y eran tantas que no conseguía dar forma a todos sus pensamientos. Al final, sí que había descubierto algo de interés allí abajo. Sofia aún recordaba el vuelco que le había dado el corazón al ver la figura del hombre aparecer a través del umbral de la puerta del patio. Había pasado una o dos horas, quizás, y para entonces Sofia ya había dado por hecho que si había algo de valor bajo su librería, el señor Auditore no lo compartiría con ella.

Sofia no podía evitar preguntarse cómo Ezio había dado con la localización de la entrada y del mapa, ni de por qué estaba tan interesado en aquellos discos a la par extraños y curiosos. ¿Quién era realmente? Quizás sólo se trataba de una especie de aventurero, un cazatesoros; pero Sofia no había visto en sus ojos la codicia de quien busca reliquias por su valor económico. Más bien parecía tener un interés personal en esos objetos. Sin embargo, Sofia estaba demasiado maravillada con el mapa como para hacer mayores elucubraciones. En cuanto Ezio salió por la puerta, comenzó a estudiar los márgenes del documento, en concreto los símbolos pertenecientes a los libros que Ezio le había indicado. Siempre había sido una entusiasta de los acertijos; pero los mensajes cifrados que aparecían en ese mapa iban más allá de lo que nunca había estudiado. No sabía por qué motivo Niccolò Polo los había escondido, pero de lo que estaba segura era de que no quería que fuesen encontrados por cualquier persona.

Las horas pasaron y Sofia no lograba abandonar el mapa. No consiguió sacar nada en claro, excepto una ligera idea de cómo funcionaba el código: lo que cada símbolo indicaba era, tal y como había imaginado, la localización de cada libro. Ese pequeño descubrimiento la emocionó aún más; aquello significaba que sí había una mínima posibilidad de que esos ejemplares todavía existiesen y de que estuviesen repartidos por Constantinopla, aunque prefería no hacerse ilusiones demasiado pronto. Tendría que esperar a resolver el primer mensaje y a que Ezio regresase con el libro. Éste se había marchado con un ya llegaremos a un acuerdo que a Sofia le sonado a un sí seguro. O quizás sólo veía lo que quería; pero en cualquier caso, Ezio parecía necesitarla tanto como ella a él si quería ver los libros. Y le parecía un intercambio muy justo.

-fin-