El último capítulo al fin ha llegado... Espero que agrade a todos el final y no decepcione (y si lo llegase a hacer, que no sea tanto ) aunque bueno, todos tenemos diferentes gustos, ¿no? A leer entonces.


Cliché 12

- Favor de abrocharse los cinturones de seguridad. En los siguientes minutos estaremos pasando por una pequeña turbulencia. Please fasten your seatbelts…

Desperté con la dulce voz propia de la mayoría de las azafatas hablando en inglés. Habíamos llegado a Estados Unidos y tendría que esperar al siguiente vuelo que me llevaría directo a Roma. No tenía apuro alguno ahora, estaba fuera de mi país. Faltaban cuatro horas para mi otro vuelo y tenía hambre. Buscaría un buen lugar donde comer y compraría algún libro para leer en el viaje que sería más largo que el primero.

Me entretuve alrededor de una hora cuando entré a la librería, había demasiadas cosas que me interesaban y compré como unos cuatro libros de ciencia ficción y otro de misterios y horror. Mi estómago no me daba tregua y sonaba desquiciadamente

- ¡Naruto!- escuché de pronto.

- ¿Sasuke?- dije para mí.

En carne y hueso, corriendo entre la masa de gente recobró el aire frente a mí. Tenía el ojo un tanto colorado, tal vez en dos horas más estaría morado. Yo estaba tan choqueado por verlo que se me había olvidado enfadarme de nuevo y golpearle. No sé cómo es que acepté que me invitara a comer en un restaurante que estaba dentro del aeropuerto.

Comí en silencio, no estaba enojado ni nada de eso, estaba confundido y no sabía qué decir en una situación como ésta. Él trataba algo avergonzado de encontrar las palabras adecuadas para empezar. Yo era paciente, todavía tenía tres horas y media hasta que pudiera marcharme, porque mi idea de Roma seguía intacta. Me sentía incómodo a su lado, mirando ese rostro que ya no era el de mi mejor amigo ni el más grande amor de mi corta vida. Esperaba alguna razón que me diera Sasuke para perdonarle por lo menos, no sabía si sería lo suficientemente buena para dejar pasar esto. Aunque esa razón era inexistente.

- ¿Y bien?- le insté, llevándome un buen bocado de lasaña a la boca.

- Está bien… Todo partió cuando conocí a esa mujer por una mala suerte…- nunca me miró a los ojos, a mí me daba lo mismo- Estaba caminando a casa y se me había hecho tarde porque había ido a la casa de mi primo Tobi. Se me insinuó en un callejón y pasé de ella, me daba asco y fue cuando alguien me tapó la boca y la nariz con un paño. No tuve tiempo de reaccionar, el olor del cloroformo actuó rápidamente.

- ¿Conoces el olor del cloroformo?

- Es lo único que pudo causarme el desmayo instantáneo. Cuando me desperté, sentía mucho movimiento y algo de calor en la parte baja… La tipa ésa me estaba violando y yo estaba amarrado sin poder escapar. Cuando terminó yo no podía sentirme más asqueroso. Ahora no quiero estar con nadie más que no sea contigo, Naruto, y esa puta me dijo que desde hace un buen tiempo me tenía el ojo puesto y me quería. Obviamente no está bien de la cabeza… Ahh- suspiró bajando la mirada aún más avergonzado- Me amenazó con que si no iba donde ella al día siguiente en la noche y teníamos sexo… - subió la mirada- te lastimaría. Me dijo que no soportaba que alguien como yo… se desperdiciara con otro hombre. Te tenía vigilado y con una sola llamada… Podría incluso matarte.- se agarró el rostro entre las manos- Tenía miedo, Naruto, tienes que creerme y entender. Traté de pensar en algo que hacer pero no soy la mente más inteligente. Fui donde ella al día siguiente y fue ahí cuando me descubriste… Me siento muy avergonzado por todo…

- Y ni siquiera me llamaste- le dije serio.

- Estaba demasiado asustado y sorprendido por todo lo que estaba pasando, ¿crees que pensé en meterte en este lío? Jamás. Calmaría a esta loca para que creyera que en verdad estaba disfrutando el estar con ella y así bajaría la guardia y trataría de convencerla para que te sacara de esto. Por eso me vi obligado a decirle lo que escuchaste - me tomó una mano. No la moví- después de todo lo que pasamos y de que te hayas vuelto tan importante para mí, ¿crees que te dejaría para volver a estar con una mujer? Soy un gran idiota, lo sé, pero no tanto como para no darme cuenta de que eres lo mejor que me ha podido pasar. ¿Podrías perdonarme?

- Bueno…-bajé la mirada- si hubieras abierto la boca antes, te hubiera perdonado desde hace mucho tiempo y no estaríamos aquí hablando en Estados Unidos y tú con un ojo morado.

- Pero si hubieras por lo menos contestado alguna de mis cien llamadas diarias…

- ¿Qué esperas que hiciera si después de todo estabas en el complicado proceso de enamorarte de mí? - me apoyé sobre la mesa con la mano libre que tenía, mirándole desafiante- Era natural que viéndote pensara que no lo habías logrado y te burlabas a mis espaldas.

- Pensé que finalmente te había convencido de lo que sentía por ti y que le tendrías confianza a tu pareja… - se puso de pie y me copió la acción de la mirada- y que no la estarías siguiendo cual mujer desconfiada.

- No te estaba siguiendo- dije enojado y poniéndome de pie ahora- salí a caminar porque quería, es un país libre ¿o debo pedirte permiso?

- ¿En la noche? - imitó mi tono irritado de voz.

- En la tarde hizo calor.

Atacándonos con nuestros argumentos nos acercábamos cada vez más. Estábamos peleando como solíamos hacerlo hace mucho; discutiendo como niños y echándonos todo en cara.

- ¡Eres un pendejo, actúa como adulto! - le grité enfadado.

- ¡Acepta que los dos cometimos errores, pero tú te fuiste al extremo! - me atacó.

- ¡Bien, te perdono, pero no vuelvo a casa!

- ¡Está bien por mí porque yo voy contigo! - puso su maleta sobre la mesa.

- ¡Estás loco, ¿qué harías allá?

- ¡También tengo una beca! ¡No pienso hacer el vago y tampoco abandonarte!

- ¡Eres un idiota!

- ¡Es tu culpa después de todo!

Nos besamos. Algo raro para dos personas que se estaban peleando y apunto de sacarse los sesos, pero era natural para nosotros que hiciéramos eso, primero que nada; somos buenos amigos y peleábamos bastante, y segundo; nos queríamos muchísimo. No me importó que la gente nos viera, que pensara lo que quisiera si no podía ocultar cuan feliz estaba porque todo se haya arreglado. Volvíamos a estar juntos y más encima Sasuke iría junto a mí a Roma. Por suerte.

Recuerdo cuando hace tiempo le pregunté que si tuviese que escoger entre amor o trabajo, ¿qué escogería?

- Pensando fríamente; escojo el trabajo. Nadie vive del amor y quisiera tener algo que ofrecerte- me sonrió- Te mereces lo mejor y para eso hay que esforzarse mucho.

Después de todo, fue gracias a alguna clase de fuerza divina que le hubiesen entregado aquella beca en Roma a Sasuke, de otra manera nos habríamos separado.

- Sasuke… - le dije cuando me separé- Si la beca hubiese sido para otro país…

- Aún así habría venido a explicarte todo. No podías odiarme por culpa de un malentendido.

- ¿Y qué pasó con la puta?

- Contraté, gracias a mi padre, a un detective privado para que la investigara a ella y a sus secuaces. Presenté las pruebas con la policía. Está presa ahora.

- ¿Qué pasó con tu madre?

- Ah, me armé de muchísimo valor y se lo dije cuando estábamos almorzando un día, me refiero a que estaba enamorado de ti. Todo pasó una semana después de la pelea contigo. Mi padre se lo tomó demasiado bien pero ella no. Peleamos un tiempo, me echó de la casa como lo había predicho y a la semana después me llamó para que volviera, que aceptaba que estuviese contigo. Me dijo "Gracias a él lograste sentar cabeza, y es tu mejor amigo Cómo no confiar en él. Perdóname, hijo, por mi reacción, es que ya sabes cómo soy…" Cuando volví a casa, me llamaron avisándome por lo de la Beca de Roma. Al principio no quise aceptarla y me enteré por terceros que irías allá. Llamé para aceptar la beca en seguida y tenía que irme al día siguiente bien temprano. Recibí una llamada ese mismo día de parte de Sakura, dijo que te estabas yendo al aeropuerto temprano. Tu vuelo salía una hora más temprano y si no me apuraba te perdería de vista, no te podría encontrar quizá nunca pues no sabría siquiera en qué universidad estarías o dónde te hospedarías y entré en pánico. Cuando te encontré no pensé en que seguirías igual de enfadado, y menos que me volverías a noquear- tocándose la marca morada del rostro- Corrí hacia ti, me golpeaste y cuando me desperté después de unos veinte minutos sobre una banca del aeropuerto… Me maldije. Fue una verdadera suerte dar contigo aquí.

- ¿Por qué estabas tan demacrado cuando te vi?

- ¿Acaso tú estarías bien si tu novio te golpea y te deja inconciente, no te contesta las llamadas y no te quiere ver la cara por más de tres meses debido a un mal entendido?

- Tienes razón.

- Naruto…- tomándome la mano.

- Dime.

- Vuelo 338 con destino a Roma, favor de abordar la puerta 28.- se escuchó por los altavoces.

- Me tengo que ir- dije apenado- ¿Cuándo sale tu vuelo, Sasuke?

- En una hora más.

- Te esperaré, me verás apenas salgas del avión- me levanté y puse el bolso sobre mi hombro.

- Naruto. - te pusiste de pie y me tomaste del hombro.

- ¿Qué pasa?- dije confuso.

- ¿Crees que vivir juntos sea una mala idea?

Lo quedé mirando incrédulo ante sus palabras, después me hice una imagen mental del futuro (muy superficial); verlo seguido, compartiendo el mismo ambiente y no lo extrañaría desesperado con cada día tortuoso que pasara… Sonreí ampliamente y me acerqué a él a besarlo, feliz, no, mucho más que eso.

- Me costará acostumbrarme a ti pero bueno…- respondí en broma.

- Qué cruel- te quejaste infantilmente- Nos vemos en Roma- me dijiste al oído dulcemente y me alejé a mi destino.

- Oye, idiota- te grité cuando estaba alejado lo suficiente. Te volteaste sobre tu silla- Te amo.

- Perderás el vuelo- apoyaste la mejilla sobre tu mano en la mesa y me sonreíste tiernamente. Hiciste un gesto con la mano para despedirte y formaste un corazón con ambas manos y yo; con cara de idiota. Volteé sobre mis talones y me fui.

¿Feliz? Irradiaba felicidad por los poros. Este simple cliché tan común terminó rompiendo esquemas, se volvió tan atípico. Creo que haré de esta historia un libro para recordar y guardar entre mis recuerdos y si es que alguien habla mal de la vida relataré que lo común resulta ser no tan malo. No hay que menospreciar las nimiedades que les ocurran, por más aburrida que sea su historia, a mí me tomó alrededor de dieciocho años para ello. Nunca es tarde. Lo común a veces resulta ser hermoso, después de todo ¿cuándo el amor ha sido aburrido para alguien que lo está viviendo?

Estudiaré mucho. Me esforzaré para que este cabezota de mi novio me diga todo sin inseguridades ni miedos. Hay que cultivar más la confianza y todo será distinto. Y claro que si volvemos a pasar por otro mal entendido, estaré dispuesto a escuchar explicaciones y perdonar, dependiendo de la excusa por supuesto, jejeje. Me despido por el momento, el avión entrará en la turbulencia acostumbrada y aterrizaré en Roma; donde los sueños comienzan para un estúpido muchacho enamorado de dieciocho años.

Fin


En serio que estoy orgullosísima de este fic (no es por ser egocéntrica ni nada) la escribí tan rápido y las ideas se agolpaban tan rápido dentro de mi cabeza que no podía parar de escribir ni en la noche. Eternas horas nocturnas revisando lo escrito, corrigiendo errores, cambiando diálogos hasta que finalmente me gustaran… Creo que imprimiré esto y lo guardaré junto con otros escritos que tengo como colección personal. Cliché se volvió un logro personal para mí y de verdad que estoy contenta con que haya agradado a algunos ^^ Miles de besos a los que siguieron la historia, los amo, en serio. La siguiente historia me aseguraré de que tenga final escrito como ésta y actualizaré una vez a la semana ^^

Nos vemos en otra historia, adiós n.n