Los personajes de Naruto le pertenecen a Masashi Kishimoto.
.Incompatibles.
by lux Lunar
.
Capítulo 1
.
Juego sucio
.
Me senté en una fila que estaba en medio de la sala del audiovisual; no muy lejos ni muy cerca de la pantalla. Estaba sola, era clase de biología y no la compartía con la única amiga que tenía. No importaba, sólo íbamos a ver un documental de fisiología vegetal y después nos podíamos ir a casa.
Se escuchó la vocería de todo el grupo, que peculiarmente siempre se iba para la parte superior de la sala, como manadas, como si todo lo quisieran hacer juntos. Era tonto, porque realmente sólo había un grupito al que normalmente siempre seguían. Era un montón de niños ricos y elitista que se creía superior al resto, y ellos no le dirigían la palabra nadie.
La maestra entró y se paró frente a la pantalla, con su bloc de notas, ajustándose las gafas. El resto no parecía tomarle importancia y la maestra, ligeramente enfadada, carraspeó, tratando de que terminaran de llenar los asientos.
—Niños, presten mucha atención al siguiente documental, hablaremos de él en la siguiente clase, y me gustaría qué –-
La maestra fue interrumpida cuando la puerta se abrió bruscamente. Giré hacia la entrada del exterior y lo vi a él, con la cara de no saber qué estaba pasando. Naruto Uzumaki,tomado de la mano de su novia, Shion Fujimura.
—Perdón profesora, es que ya no me acordaba dónde estaba el audiovisual —dijo él, rascándose la nuca, con fingida vergüenza, mientras Shion a su lado trataba de contener la carcajada.
Quité mi vista de ellos. Él siempre hacía lo mismo. Hacía enojar a los profesores con su impuntualidad, con su nula atención a las clases o con sus bromas, que siempre hacían reír a todo el mundo, menos a los profesores. Shion siempre lo seguía a todas partes, parecía su guardaespaldas, nunca lo dejaba solo.
Y yo, volvía a sentir lo mismo de siempre. Me irritaba ver una vez más sus teatrales escenas juntos. Eran tan… ególatras.
La maestra suspiró resignada, se quejó entre dientes por la recién interrupción de los rubios y les ordenó que se sentaran.
Se hizo más escalándolo. Los chicos empezaron a silbar, las chicas a reír y algunos a soltar comentarios curiosos a la pareja recién llegada. Ellos rápidamente tomaron su lugar en medio de toda esa petulante tropita.
—En fin, ya saben que tiene que hacer, pongan atención a la película por favor y no se distraigan — finalizó la maestra y tomó asiento en la primera fila, que estaba totalmente sola.
Las luces se apagaron. La pantalla brilló, iluminando la sala e impregnándose en mis pupilas. Respiré tranquilamente. Traté de relajarme. Estaba entusiasmada por el documental que veríamos, no quería perderme ningún detalle. Por un momento todo era silencio, lo único que se escuchaba era la voz del narrador de la película.
No faltaba mucho para que se terminara y apenas iban a llegar a las conclusiones, cuando alguien tomó el asiento a mi lado izquierdo. Giré lentamente, sin imaginarme de quien se trataba, y me quedé estática. Era él, Naruto Uzumaki. No sentí en qué momento llegó, sólo sentí una presencia a mi lado. Sentí un extraño entumecimiento en el cuerpo y mi cara ardiendo.
Naruto no apartó la vista de la pantalla, pasando de mí. Yo traté de hacer lo mismo y miré al frente, ya con los nervios alborotados. ¿Qué estaba haciendo él aquí?
No había nadie más que nosotros dos en esa fila.
Giré lentamente hacia mi hombro derecho. La fila de atrás también estaba sola. Todo estaba lo suficientemente oscuro para que alguien pudiera vernos. La maestra que estaba enfrente, ni siquiera se daba cuenta de nada. Pero Shion y su tonto grupito, tal vez podían darse cuenta.
Tragué duro. Traté de calmarme. Me fue difícil, su cercanía era estrecha. Pretendí concentrarme en la película.
Sentí como él a mi lado flexionó los huesos del cuello y suspiró. Yo no me moví ni un milímetro.
—Hinata.
Salté en mi asiento cuando habló cerca de mí oído y lo miré sorprendida, atenta.
—¿Sí? — susurré aún inquietud.
Él sonrió, divertido.
—¿Sabes que tenemos que hacer con este video? — dijo sin apartarme la mirada, con toda la serenidad que lo caracterizaba.
—A-Ah, sí. Sólo debes de recordarlo, lo-lo abordaremos en la siguiente clase.
—Genial.
Sus ojos viajaron hasta mis labios entreabiertos. Yo los cerré y volví a enderezarme en el asiento.
Su mano rozó con la mía que estaba en el brasero del asiento. La quité de inmediato, alterada. Me molesté conmigo misma, estaba actuando como un corderito intimidado. No estaba pasando nada. Sólo fue un simple tacto por accidente.
De pronto, sentí su mano sujetar la mía. Esto ya no estaba bien.
Lo miré, tratando de encontrar alguna explicación. Él giró su rostro lentamente al mío, con un gesto divertido, hasta cierto punto genuino. Traté de quitar mi mano, pero él la sujetó impidiéndomelo.
En mi pecho algo se encendió y mi respiración aumentó ligeramente.
Traté de zafarme nuevamente. Fue inútil, era más fuerte que yo. No iba a soltarme. Tragué saliva. No quise ni siquiera mirarlo a la cara, era demasiado cobarde para gritarle que me soltara. Simplemente seguí peleando con su mano, hasta que finalmente logré zafarme.
Escuché cómo se rió por lo bajo, parecía que estaba disfrutando jugar conmigo de esa forma.
Volvió a acercarse a mi oído.
—¿Quieres salir conmigo?
Lo dijo así, de la nada. Era algo totalmente absurdo, que seguramente ni él mismo se lo creyó.
Lo miré incrédula.
Él sonrió.
—No, gracias —con eso quise lograr que me dejara en paz.
—¿No?
—No.
—¿Por qué no?
Me hablaba demasiado cerca, me costaba pensar y contestar a la vez.
—N-No tengo tiempo.
Nos miramos un momento, sin decir nada, entre la oscuridad y la voz del narrador de la película. Sus ojos azules trataron de escarbar en los míos, que necesitaban resistirse. No iba a lograrlo, ni porque fuera el adonis personificado en humano, iba a dejarme quebrar con su estúpida broma. Pero cuando se acercó a mi rostro, sentí como mis defensas fueron aniquiladas. Paré de respirar y entre abrí los labios, sentí su aliento tibio en mi nariz y el hechizo se rompió.
La película paró y se escucharon los aplausos. Naruto se puso de pie y se escabulló por los asientos como un ratón. Antes de que las luces se encendieran, él ya no estaba allí.
Salimos de la sala de audiovisual. Frente a mí estaba Shion con Sakura, preguntándose a dónde se había ido Naruto.
Me topé con Matsuri. Ya me estaba esperando para irnos a casa. No le dije nada de lo que había sucedido entre Naruto y yo. Era patético que contara sobre una broma que un chico popular me había hecho. Además, quería quitarme esa sensación que me había dejado ese estúpido encuentro. Lo sabía más que nunca, ese tipo de personas sólo buscan burlarse de los demás, a cuestas de lo que sea. No iba a permitir que un chico como él se riera de mí.
Camino a la banqueta para irnos a casa, pude ver al otro lado de la calle, como Shion se abalanzaba a los brazos de Naruto, frente a todo el mundo. Él ni siquiera me dirigió la mirada.
Continuará.
Gracias por leer.
¿Reviews?