No sé si alguien leerá esta historia otra vez o si la recuerdan jejeje. Tenía tanto tiempo sin escribir que simplemente llegó el momento de terminarlas. Primero terminaré esta, me gusta y bueno... es hora. Espero les guste y de ser así, házmelo saber.
Besos
Perdida
Capítulo 17:
¿Quién soy?
**Stefany**
Muchas cosas pasaron por mi mente, desde gritarle para que recapacitara hasta seguirla como desquiciada por todo Seattle para hacerle entrar en razón. Pero no hice nada, solo me quedé allí, en mi coche. A veces quisiera decir que no la entiendo, que en vez de estar estresada por todo debería estar feliz, emocionada por conocer su verdadera identidad, por recuperar a sus amigos y familiares, pero comprendo su miedo. Sé lo difícil que fue para ella todos esos años en ese hospital. Sola, llena de preguntas y sobre todo temores. Sin embargo, lo que a ella más le asusta es ese sentimiento que crece a velocidades alarmantes, ese deseo y anhelo por Fredward Benson.
Entonces me decidí y sin detenerme a pensar en consecuencias, tomé el celular en mis manos y marqué el número de la aerolínea donde Sam acostumbraba a viajar. Dos minutos más tarde me di cuenta que ella no me la iba a dejar fácil.
Solo pasaron quince largos minutos hasta que por fin obtuve respuesta.
-Buenos días, la Vicepresidente de industrias Pera se encuentra en camino y queremos confirmar los datos del vuelo. Su nombre es Samantha Carrigan… -espero por unos segundos por la segura negativa.
-Sí… asiento 8-A, vuelo sin escala con destino Francia. Horario de salida… -casi quise gritar cuando me dijeron todo lo que quería saber, solo faltaba la hora de salida. -A las trece hora con veinte minutos. ¿Todo es correcto?
-Perfecto, ahora necesitamos un asiento, de preferencia a su lado para uno de los trabajadores que debe viajar con ella… -crucé los dedos con ansiedad mientras esperaba.
-Están de suerte, aun no se ha reservado ese asiento… -Yo solo quería gritar de emoción.
Media hora más tarde me encontraba en el edificio donde vive Freddie, subí tan rápido como es ascensor me lo permitía para luego tocar insistentemente su puerta.
Cobarde y mil veces cobarde, ella no tenía otra forma de describir el salir huyendo de esa forma. Dejó escapar un suspiro entrecortado mientras cerraba sus ojos con fuerza. Se hundió casi por completo en el asiento del avión que estaba por despegar y soltó un gruñido de frustración. Arrepentida, asustada y con ganas de bajarse de este dichoso avión por el error que estaba cometiendo, pero su orgullo era más fuerte que las ganas… no, la necesidad que tenía de salir de este cacharro.
-Señorita, ¿puedo ubicar su bolso en uno de los compartimientos de equipaje? -una aeromoza le preguntó con amabilidad. -Es que necesitamos el puesto para el último pasajero que está por embarcar -explicó con una sonrisa en los labios.
-¡Oh! Claro, adelante… -murmuró sin darle mucha importancia antes de colocarse sus audífonos y cerrar sus ojos
"Subían las escaleras entre risas y besos prolongados, por primera vez decidieron tomar el camino largo y aprovechar el momento al máximo. Cuando llegaron al apartamento de su novio él le hizo una seña para que guardara silencio, no sabían si Marissa se encontraba allí o seguía en el trabajo. Segundos más tarde, el castaño regresó con una pequeña sonrisa en sus labios para luego besarla como nunca lo había hecho.
-Al fin juntos… -susurró Freddie con una sonrisa en los labios.
-Siempre estuvimos juntos… -murmuró Sam, pero él negó con la cabeza antes de morderle el labio.
-Solo fuimos amigos, compañeros del crimen… confidentes en ocasiones -susurró acariciando el cuello de la rubia con sus labios. -¿Novios? Por dos semanas y aún así sentíamos que algo faltaba, Sam. ¿Es ahora así?
La rubia abrió los ojos sorprendida, no había notado cuando entraron a la habitación del castaño.
-Esta noche fue…
-Única -susurró Freddie antes de atacar sus labios. Entre besos y secretos jamás contados dieron la bienvenida al amanecer y a una despedida corta, pero no deseada.
Sam caminó hasta el apartamento de su mejor amiga como autómata, aun reviviendo los momentos horas atrás. Ninguno de ellos se habría imaginado cinco años atrás que se iban a enamorar perdidamente uno del otro. Para ella era un absurdo en ese momento, aunque le pareciera atractivo y algo gracioso, no se comparaba a los sentimiento que ella albergaba ahora. Sin pensarlo, tomó su teléfono y escribió 'Gracias por regalarme la mejor noche de mi vida… Te amo.'
-¿Donde rayos se metieron ustedes toda la noche? -Gritó Carly con molestia. -Debí llamar a Spencer para que pagara el taxi y… -guardó silencio al notar el semblante de la rubia.
La vio caer en su cama para luego abrazar con fuerza las almohadas.
-¿Sam? -Lanzó una pregunta silenciosa antes de acercarse. No estaba preocupada, su amiga estaba más que feliz, eso solo quería decir una cosa. -¿Amiga?
-Hicimos el amor… -susurró tan bajo que a Carly le costó escuchar. -Fue magico…
-¿Qué lo fue amiga? -Preguntó de nuevo, no quería llegar a conclusiones erradas.
-La noche… -susurró antes de caer en un profundo sueño."
La rubia dejó escapar un gemido lleno de dolor, su cabeza latía fuertemente y sus náuseas aumentaron considerablemente. Ella salió corriendo tropezando en el camino con el hombre a su lado, luego se disculparía. No podía seguir así, quería recordar todo de una buena vez y así saber de una vez por todas quién era ella realmente. Se sentía atrapada entre dos personalidades, la que construyó en ese lugar y la que fue, esta última luchaba con fuerzas para salir a la superficie. Cuando su estomago estaba mejor, decidió volver a su asiento.
-¿Mejor? -Detuvo su andar y fijó su mirada en aquellos ojos achocolatados que tanto la atormentaban en sus sueños.
-¿Qué haces aquí? -Su voz fue tan baja que al castaño le costó un poco entenderla.
-Pues… ¿No vamos a una reunión urgente en París? -Preguntó él con el ceño fruncido. -Stef llegó esta mañana a mi apartamento y me dijo que debía acompañarte, que vamos a exponer las nuevas aplicaciones al consejo europeo… -su voz fue perdiendo fuerzas al notar el nerviosismo de la rubia. -¿Era mentira?
Sam no sabía qué responder.
-Ibas a escapar -no era una pregunta, él le había descubierto. -Apenas llegue a París… tomaré un vuelo de regreso-. Ella no dijo nada, solo tomó asiento a su lado. Ese sería un viaje largo.
"Estaba sentada en el aula 20, movía la pierna suavemente mientras pensaba en cómo había cambiado todo con tan solo aceptar que estaba enamorada de Freddie. Debía admitir que no eran una pareja normal, desde ese día que se declararon su amor se propusieron a recuperar el tiempo perdido.
-Puckett, ¿no piensas quedarte? -la voz de su profesora la sacó de su letargo.
Sus mejillas se encendieron antes de salir y perderse por los pasillos de la secundaria. Caminó hasta el apartamento de su amiga solo para encontrarse con que había salido de viaje. Sus labios formaron una mueca de decepción, su mejor amiga no estaba y su novio tampoco. Ambos en viajes para conocer sus universidades y ella en nada… así había quedado, a solo ser una chica común, del montón.
-¿Que piensas, Princesa? -El solo escuchar su voz la estremecía por completo.
-Freddie -susurró antes de abrazarlo y unir sus labios en un beso necesitado. -Pensé que no volverías hasta la noche…
-Sí, ese era el plan -dijo mientras abría la puerta de su apartamento. -La verdad es que no me convenció el plan de estudios…
-No te convenció… ¿Por...? -preguntó la rubia sentándose en una de las butacas de la cocina. -Sinceramente no veo problemas que estudies en Massachusetts…
-No creo poder estar allá sin ti, me sentiría completamente perdido… -Sam le sonrió con ternura.
-Parece que todo se solucionaría si viviéramos juntos… -dijo en broma antes de borrar la sonrisa de su rostro. -Freddie solo estaba bromeando, no me mires de esa forma…
-Bueno… -murmuró acercándose más a su cuerpo. -No es mala idea -susurró besándola-, tengo algo ahorrado y podemos trabajar…"
-Maldita sea, Fredward, si recordar cada momento juntos me ocasionará esto quisiera recordar todo de una buena vez -dijo Sam tomando su cabeza entre sus manos.
El castaño la miró sorprendido por su arrebato antes de quedar perdido en su mirada.
-Fuiste algo importante para mí, ¿verdad? -dijo con una sonrisa en los labios. -Quiero recordarte… pero hacerlo duele -Freddie suspiró antes de abrazarla para masajear su cabeza con suavidad. -No solo en mi cabeza, duele en mi pecho… siento que me asfixio con solo recordar cada momento juntos porque sé que te hice daño esa noche.
-¿De qué hablas, Sam? ¿Cual noche? -Sus miradas chocaron y él sintió por primera vez en siete años que estaba en frente de su novia nuevamente.
-Lo que más tengo en mi cabeza, el único recuerdo latente y que jamás olvidaré fue esa noche… besé a otra persona y ver tu decepción… es más doloroso eso que cualquier dolor físico -confesó con voz temblorosa. -Tengo tanto miedo de recordar… no quiero… -murmuró dejando escapar lágrimas en el proceso.
Sin embargo, Freddie no podía creer lo que estaba escuchando. Ella si recordaba esa noche, pero no podía permitir que pensara algo errado.
-Sam, no te culpo… ni siquiera me decepcionaste esa noche -el castaño dejo de abrazarla para luego apretar sus manos con fuerza. -Te lo dije cuando comenzamos a conocernos, me arrepentí casi al mismo tiempo de haberme ido.
-Pero no puedo olvidar tu rostro… -gruñó con dolor. -Eso me ha perseguido todos estos años… -más lágrimas surcaron su rostro y él estaba igual.
-Lo siento… si pudiera desaparecer solo para evitar… -ella le calló colocando sus dedos en los labios de Freddie.
-No digas eso… si tu no estuvieras aquí entonces estaría más pérdida de lo que ya me siento… -ella se acercó a su rostro solo para chocar sus frentes con suavidad. -Ayúdame a recordar… estoy atrapada… perdida en dos identidades. Freddie, ¿Quien soy?