¡Hola! A todos, ya empezamos un nuevo mes y yo sin poder aguantar comienzo una nueva historia…jeje, apenas termine la anterior y ya publicando pero se los tenía prometido. Esta historia le tengo un gran cariño, pues nace desde el fondo de mis deseos de actuar, a si que tiene un poco de mismas emociones (Es un AU).

Así que espero que les guste.

ACLARACIÓN: Ni Bleach ni sus personajes me pertenecen son de propiedad de Kubo Tite. En este capítulo la canción aludida, "Con un beso y una flor", tampoco es de mi propiedad pertenecen a Nino Bravo y su respectiva compañía disquera.

¡DISFRUTENLO!

El camino de mis sueños.

Capitulo 1

Las tardes de abril tienen ese aire especial; la mezclan de los últimos rayos intensos de sol y las nubes presurosas que arrogan las primeras lluvias. En este ambiente; en que las hojas secas caen a la acera y se quebrajan cada vez que los pasos de la gente pasa sobre ellas en el que se completaba el cuadro que daba la bienvenida al otoño. Caminaba una chica de cabellos negros, ojos azules con tintes violetas, con una piel tan blanca como los copos de nieve, elegante al andar y de una estatura un tanto baja, pero que poco importaba, pues su complexión delgada la hacían dejar de lado ese detalle. Iba apurada y a ratos daba brincos en un intento de acelerar su paso ¡por nada en el mundo quería llegar tarde a esa audición! ¡Solo dios sabe cuánto deseaba esta oportunidad! que la llevaría a hacer sus sueños realidad y demostrar a todos su talento.

Había terminado hace apenas un año la escuela de teatro. No era por presumir pero se sentía más capaz que muchos de sus compañeros sobre las tablas, siempre sintió esa seguridad. Tal vez era el ego, del cual muchas veces fue advertida tanto de la gente que la rodeará como para el de sí misma, o simplemente el hecho de amar lo que hacía, eso aun era una incognita para ella.

Las oportunidades para una reciente actriz no son demasiadas e integrar alguna compañía de prestigio, es y será, muy complejo, sobre todo para quien no tenía a nadie que conociera aquel universo de estrellas y luces, y ella, solo se tenía a sí misma.

Los trabajos en este oficio son escasos, incluso para aquellos que tienen ciertas "contactos" del espectáculo. Por eso la peli negra solo lograba conseguir uno que otro trabajo esporádico o algún labor que no requiriera su tiempo completo, por lo menos para mantener sus gastos al margen por un tiempo, hasta hallar el perfecto. Y por fin había llegado. Dejó los pies en la calle repartiendo su historial en las compañías de teatro de toda la cuidad, a veces tenía suerte y solicitaban una entrevista personal que al final no llegaban a nada. Pero, cuando la esperanzas se esfumaba, la llamaron.

Recordó perfectamente cuando el teléfono sonó, su corazón dio un vuelco al oír aquel primer sonido que casi la deja sin aliento, nunca creyó en los presentimientos, pero aquella ocasión, estaba segura, que esa cita cambiaría su vida.

Debía presentarse a las dos de la tarde en el teatro de la compañía "Kurakara", una asociación con una vasta experiencia de veinte años en constante exhibición. En ese tiempo había llegado a presentarse en diversos lugares del país e incluso alrededor del mundo, recordando a miles de exitosos actores que llegaron a ser leyenda.

No podía dejar perder esa oportunidad y el tiempo no se lo impediría.

-disculpe-dijo con la voz contenida cuando llegaba a la recepción del lugar. Era un sitio bastante elegante y se percibía una ambientación que le hacía recordar sus más locas fantasías de profesional-tengo una cita a las dos de la tarde, ¿me podría indicar dónde encontrar al encargado?- preguntó la muchacha a la recepcionista quien le sonrío ampliamente renovando la confianza que le estaba comenzando a invadir los nervios.

-si, pasa. Derecho por el pasillo, al final encontraras una entrada a dos puertas. Abrélas y encontraras al director.

-gracias-respondió y se giró para seguir las indicaciones

- apresúrate que llegaras unos segundos tarde-le recordó la recepcionista

-sí- "sí, apresúrate que el teatro no espera" pensó cuando vio el pasillo que le mostraba la entrada a su nuevo mundo.

Caminar por la exquisita alfombra bajo sus pies le hizo sentir en las nubes, ¡ah! Esa sensación tenía dos sentimientos tan diferentes y reconfortantes a la vez; los nervios, acumulados en su abdomen, mezclado con el deseo de solo salir al escenario a mostrar lo que sabes hacer. Era delicioso y escalofriante, todo al mismo tiempo.

Al llegar al frente de la puerta, la empujó con fuerza. La madera pesaba más de lo que aparentaba y le costó un poco ingresar por completo, pero cuando entro sus ojos brillaron de excitación y vio el mundo y el escenario a sus pies, esperándola para comenzar la función, aquel era el lugar al que buscaba y deseaba que él la aceptara.

-Justo a tiempo- se dijo.

-¿quién anda ahí?- pregunto un hombre en la tercera fila de las butacas, que miraba el escenario. Era el director.

-soy yo…me presento Rukia Kuchiki, un placer- la joven se acercó al hombre con cautela, mientras este se levantaba de su puesto para acercarse a ella junto a sus documentos en mano. Él la miró de forma superficial mientras la muchacha ofrecía su mano, lo que el hombre no dudo en responder.

-Isshin Kurosaki, director de la compañía "Kurakara", también para mi será un placer-dijo dándole una experimentada sonrisa que solo hacia entrever neutralidad, luego se enfrascó otra vez a los papeles.

-si, creo haberte mandado a llamar para unas pruebas. Vi tu historial… ¿en serio que aún no has trabajado en ninguna compañía? me parece raro, pues tus referencias no son malas; destacada y egresada de la generación con honores, participación en obras a beneficencio en colaboración a buenas compañías. Protagonita en la mayoría de tus obras…me parece espectacular

-bueno usted sabe que no siempre es el talento el que manda-dijo con seguridad

-sí, en eso tienes razón. Veamos cuanto tienes por mostrarnos.

-de acuerdo-Rukia asintió concentrada mirando fijamente al hombre quien levantó su vista y se la dirigió a la muchacha.

- tienes un semblante muy agradable, un aspecto bastante dócil también…-dijo para sí-pero lo principal está por verse-el hombre levantó la vista y sus cejas marcando su expresión y fijándola en ella- te haré unas pruebas-Isshin se volteo haciendo sonar los pasos con un chirrido ahogado a causa de la alfombra y se dirigió al escenario-muéstrame lo que tienes

Isshin Kurosaki era uno de los principales directores del país todo por su cuidadosa forma de elegir a sus empleados, sabía perfectamente a quien y porque lo seleccionaba, lo que llevó a "Kurakara" a ser una de las compañías más prestigiosas de la nación. Cualquiera mataría por estar allí y se moriría por calificar sus pruebas. Tenía, pese a su severidad para hacer funcionar bien a su elenco, un buen corazón y un ojo clínico para cada uno de sus descubrimientos. Era alto y de cabello oscuro y corto, llevaba una boina de color beige en su cabeza que combinaba con sus pantalones, una camisa blanca con llevaba junto a una corbata café y unos suspensores, cualquiera pensaría que aquel hombre escapó de una de las películas de los años veinte, pero su rostro, en esos instantes no admitiría ningún comentario de ese tipo.

-sube por favor- le dijo desde las butacas, indicando el escenario. Al tiempo que tomaba un block de notas y sacaba de su oreja un lápiz, luego se sentó cruzando sus piernas mirando con atención al frente

-sí- Rukia subió dejando en los primeros asientos su bolso de color negro junto a su larga chaqueta café. Vestía una falda negra hasta la rodilla. Unas botas café y un sweater plomo, su cabello lo llevaba suelto.

- ahora, parte en medio del escenario, quiero que te relajes un poco- ordenó

Ella hizo lo que le indicaba, se planto con sus pies separados en paralelo mirando al frente con los hombros relajados, fijando la mirada a las butacas

- lo primero que quiero ver es el cómo te mueves dentro del escenario. Camina atreves de el, siéntelo- ella caminó en distintas direcciones y velocidades, cambiando incluso de postura, sabía como manejarse.

-muy bien, ahora necesito como te veas triste, bien. Enojada, feliz, más dichosa, más, eso- a cada orden Rukia le daba su toque, estaba tan cómoda y preparada que dominó enseguida los espacios.

-ahora, canta para mí, lo primero en tu cabeza.

"¿Lo primero que venga a mi cabeza?, ¿qué puede ser?-pensó con pánico- debe ser algo… debo lucir… más bien el tono de voz… o la afinación…¡no! debía ser perfecto… pero… ¿qué?"-los cinco segundos fueron eternos en su mente, nada le pareció bueno o perfecto hasta…

-… "eso"-decidió.

-"Dejare mi tierra por ti, dejaré mis campos y me iré lejos de aquí…"- la hermosa melodía la invadió en su cabeza, la antigua tonada que solía escuchar a junto con su querida hermana, una que la hacía recordar los momentos más hermosos y más difícil que vivió durante su infancia, que supero junto a ella. La canción de Nino Bravo ahora adquiría aún mayor significado con su partida; "un largo viaje que no requiere mayor equipaje", la letra que identificaban a Hisana y cada vez que la oía o la pensaba volvía a recordaba haciéndola presente en su corazón. Y que ahora podía ser la puerta que la haría dar un paso tan importante como formar parte de la compañía de teatro. No pudo controlar la emoción, tantos sentimientos juntos la hacían temblar, reír y llorar todo a la misma vez.

-"más allá del mar habrá un lugar, donde el sol cada mañana brille más, forjaran mi destino las piedras del camino, lo que nos es querido siempre queda atras"

El director, quedó atónito. El rostro de Isshin lo decía todo, dejo caer el lápiz de su mano, los ojos se abrieron asombrados como su boca y no pudo evitar levantarse de su asiento; verla daban ganas de llorar. No era su tono, no era el timbre, no era su voz; solo el derroche de emoción y la precisa interpretación de la letra llenó el escenario sin siquiera desplazarse. No tenia palabras para expresar lo que transmitía, sin duda debía ser parte de la compañía.

Pese a lo maravillado que lo dejó esta actuación y lo atónito que habría dejado al público, no podía dar por sentado que la muchacha estaba prepara. No todo estaba dicho, aún quedaban algunas pruebas claves para saber si serviría en su elenco. Pero, no podía negar, que iba por muy buen camino.

Al termino de la canción Rukia se inclinó dando por finalizada la tonada, en esos precisos segundos oyó unos ligeros aplausos detrás del telón, la morena se inquietó, haciendo esfuerzo de su disciplina se irguió con calma e intento mirar tras de sí para ver de qué, o quién, se trataba. Pero no vio a nadie, "debió ser mi imaginación" racionó.

-muy bien-Isshin aun de pie y con el block bajo su brazo derecho dio unos pesados aplausos llamando la atención de la joven, quien salió de su estupor y volvió la vista al director.

-ah…sí

- ahora, pasamos a la siguiente etapa-el hombre la miró con una mirada muy suspicaz-supongo que ya sabaras de qué se trata.

-lo sospecho…-respondió sin perder su seriedad

- debes posar en Bikini- dijo con una leve sonrisa en sus labios. Rukia lo miró con intensidad por unos segundos, luego dejó escapar un pequeño bufido, no había más remedio.

-enseguida vuelvo-espetó resignada y se volvió tras el telón.

Kurosaki sabía que era la prueba de fuego para muchos de los aspirantes que deseaban tener un espacio en el teatro, el espectáculo que había arriba de ese escenario no admitía que el pudor los inmovilizara. Por cual, esta prueba, era popular entre los directores. Para Isshin no solo era una buena forma para probar hasta donde podrían llegar los novatos, también era la mejor la parte mi escandalosa y "agradable"de toda la audicón; el álgido de las pruebas y lo disfrutaba en demasía.

Rukia se puso tras el telón y descubrió lo espacioso que era, la suavidad de las cortinas la hicieron suspirar haciendo más tangible lo que estaba viviendo, era un sueño. Se sacudió la cabeza y se concentró en lo que debía hacer, se inclinó apoyando una de sus manos en la pared más cercana, se sacó las botas con un poco de esfuerzo, las tomó y las arrinconó contra la muralla, cuando terminó levantó la vista, y en ese preciso instante vio una silueta que se cruzaba al otro extremo del telón, estaba oscuro, y no alcanzó a divisar con exactitud el aspecto de la sombra, a excepción de sus ojos, unos marrones intensos que la miraron de forma tan intensa que le hicieron que un agradable escalofríos le recorriera la espalada. Durante dos segundos no hiso más que responder a esa extraña mirada que desaparecieron dejándola atormentada, "será un fantasma" pensó, pero era demasiado real como para serlo; demasiado para ser su imaginación y demasiado cálido e innegablemente inquietante para creer que no la volvería a encontrar. Con un brusco movimiento de cabeza decidió sacar esas ideas de su mente, había más en juego y no lo iba a echar a perder, había llegado demasiado lejos para eso. Comenzó a desvestirse, hasta quedar en bikini.

- de verdad disfrutas con esto ¡viejo pervertido!- un chico de cabellos anaranjados se asomaba desde la parte derecha del escenario, se acercó con agilidad hasta el director

-¡ICHIGO!- el director se dirigió al joven, saludando con energía. El muchacho se adelanto dándole un golpe en seco en su rostro.

-esa no es manera de tratar a tus mayores-dijo gesticulando con esfuerzo, luego con movimiento rápido se incorporó y le devolvió la caricia a su primogénito-no bajes tu defensa-contestó cuando sintió que su coda se incrustaba en las costillas de su contrincante.

-viejo, estúpido-exclamó intentando un golpe que el mayor esquivó con habilidad

-además es mi trabajo-dijo el director finalizando la disputa

- si, si , claro-Ichigo le dio la espalada a su padre y se fue en dirección a la salida

-lo sabes-espeto girándose a su hijo que le daba la espalda-sino esta compañía no sería lo que es hoy sin mi ojo de experto… ¡jajaj!- sacaba pecho el mayor.

-como tú digas…

-oye, ¿qué tal si te quedas?-preguntó Isshin haciendo que el peli naranjo detuviera la marcha

-no creo que…

-estoy lista-se escuchó la voz de la morena tras de sí

-muy bien-se dio la vuelta el mayor para proseguir con su trabajo

Ichigo siguió donde estaba sin atreverse a voltear, después de unos segundos siguió su paso con determinación, dejando el aire su pensamiento; "buena suerte Rukia"

-…de acuerdo- dijo el director inspeccionando con absoluta concentración el delicado bikini, el cual se contorneaba de forma perfecta a las curvas de la morena, el conjunto era de color negro y muy tradicional; una tanga que se enredaba en sus caderas haciendo parecer sus piernas aun más largas de lo que ya eran y la parte de arriba se amarraba al cuello y contorneaba su busto con gracia.

-una vuelta. Camina por el escenario. Muy bien. Ahora trabajaremos, en esta escena – Isshin se acercó al escenario dándole un papel con un pequeño monologo.

La joven lo interpreto a la perfección, haciendo énfasis en las partes que parecían ser más dramáticas y haciéndose una pequeña idea del personajes a través del dialogo. Al término de la interpretación Rukia se quedó en medio del escenario, aun con el libreto en la mano y los ojos brillantes por la excitación del momento. El silencio invadió la sala y la expectación de la morena quedó en el aire. Isshin se tomó su tiempo en meditar por unos segundos mirando fijamente el rostro que tenía en frente, puso su mano derecha en su barbilla separó la piernas y su izquierda cruzaba su estomago.

Isshin le dio la espalda a la chica y tomó el block en sus manos dejándolo bajo sus brazos, el aire pareció carecer de oxigeno para Rukia.

-entonces…-articuló intranquila

-Kuchiki ¿no te han llamado de ningún otro lugar?- dijo esperando la respuesta.

-no señor- contestó con incertidumbre

-bien

"¿bien?"¿Qué significaba eso? ¡Qué mierda era eso! ¿Acaso la mantendría así por más tiempo?

El pecho comenzaba apretarse por la angustia y el corazón parecía acelerarse a cada segundo.

-disculpe…-intentó articular la morena, recibiendo una señal con la mano desde las espaldas del líder Kurosaki.

¡Jamás pensó, tener ese diamante entre sus manos! ¡La chica era perfecta y no debía dejar que se escapará! su teatro la necesitaba. ¡Qué imbéciles habían sido, era la mejor actriz que pudo haberse cruzado en su camino y estaba entre sus manos!

-¿..mh?-miro extrañada la espalda del hombre

-mañana te quiero ver a las 8:30 a.m aquí, puntual…-dándose la vuelta le mostró su mejor sonrisa-estas dentro, bienvenida a "Kurakara"-dijo finalmente.

- ¡muchas gracias!- dijo al tiempo que sus ojos se iluminaban con fuerza y una sonrisa de enorme proporciones se dibujaba en la cara.

Ichigo sonrió al techo tras la enorme puerta de madera tras de sí, apretó los puños que detenían una extraña expectación que aquello le causaba, sabía que ella era buena y por alguna razón no podía dejar que su padre la desechara. Algo muy dentro de su pecho le decía que pronto, muchas cosas cambiarían, no estaba seguro de su naturaleza, pero con la entrada de ella cosas interesantes ocurrirían.

Sorprendida, feliz, ansiosa, conmovida, sin palabras. ¡Había tanto!, lo mucho que eso significaba, ¡Dios! Su sueño comenzaba ahora.

¡Waaa! ojalá les haya gustado este nuevo comienzo, es una locura y me agrada mucho. Cualquier comentario, consulta, sugerencia, lo que deseen expresar son libres de hacerlo y estaré encantada de recibirlo.

Se cuidan y nos estamos leyendo

Claw-13