El profesor Winkler había dejado un trabajo en parejas, todos los chicos se empezaron a reunir, Nina por otro lado se quedo sola. No quería alzar la mirada ya que todos se habían reunido menos ella pero, al levantar su cabeza, vio a Fabian parado a su lado.

– Vamos justos? – le preguntó.

– Que? Ah, claro – dijo ella un poco aliviada.

– Genial – dijo el sentándose a su lado – de que haremos el proyecto?

– Que tal de la historia de las pirámides de Egipto? – dijo ella sin pensarlo dos veces – es de lo que mas sabemos no?

–Supongo que si – respondió él abriendo uno de sus libros – pero aquí no hay mucho de eso y si en la tarde vienes a mi cuarto y así investigamos un poco?

– Me parece bien – sonrió ella.

Nina golpeó la puerta de Fabian.

– Traje unos libros que encontré en la biblioteca, mira – ella le entregó unos viejos libros de historia.

– Son buenos vamos a ver que dicen – dijo él dejándola pasar.

Fabian se sentó en su silla del escritorio y Nina se acomodo en su cama. Se la pasaron leyendo, hablando y riendo todo el rato. Pero hubo un momento en que los dos se interesaron tanto en sus libros que solo se escuchaba el sonido del reloj que colgaba en la pared. Nina se dio cuenta de la hora, eran casi las 10, le extrañaba que Mick no haya llegado pues, era su cuarto también. Comenzó a recoger sus cosas cuando vio que Fabian se había quedado dormido en la silla, tenía el libro abierto reposando en su pecho y el cuello un poco virado. Nina solo sonrió. Iba a despertarlo pero le pareció muy tierno mientras dormía. El celular de Fabian sonó de repente en su mesa de noche, era un mensaje de Mick. Nina no sabía si leerlo o no pero, sin pensarlo demasiado, lo cogió.

"Ya le dijiste?" – decía aquel mensaje, decirle que a quien? se preguntaba en su mente.

Respiró profundo y escribió en el teclado "Que cosa?" y lo envió, sabia que estaba mal pero aun así lo hizo.

En seguida obtuvo el mensaje de respuesta, cerró los ojos, respiró profundo de nuevo y leyó "Tu sabes Fabian, solo díselo, dile a Nina que te gusta, vamos viejo es tu única oportunidad" Nina casi suelta el teléfono, tenía los ojos abiertos como platos, no podía creer lo que había leído, la frase "dile a Nina que te gusta" no dejaba de dar vueltas en su cabeza.

Vio a Fabian, el seguía dormido, se lo quedó viendo por un rato y sintió como sus mejillas se sonrojaban. Decidió acercarse más a él, fue agachándose poco a poco, hasta que lo tuvo cara a cara y le susurró "te gusto?" Sin esperar respuesta alguna lo volvió a preguntar una y otra vez. Un poco resignada se levantó, guardó sus cosas en su bolso y dio media vuelta para irse. Comenzó a caminar cuando Fabian la cogió por detrás del brazo, ella se asustó y se vio obligada a girarse, al hacerlo se encontró cara a cara con él, nunca habían estado tan cerca el uno con el otro, Fabian sonrió.

– Me has gustado desde el primer día en que te vi Nina Martin – le dijo respondiendo a su pregunta.

Ella se sonrojó y sonrió.

Se vieron fijamente a los ojos y se fueron acercando más y más hasta que pasó, el momento más esperado para ambos, el primer beso.

Al tocarse sus labios, sintieron una gran explosión de emociones dentro de ellos, ella sentía como su corazón latía rápidamente mientras él la abrazaba con todas sus fuerzas. Hubieran querido paralizar ese momento por siempre.

Al abrir sus ojos Fabian se la quedó mirando sonriente, ella se sonrojó aun más y agachó la cabeza.

Fabian la tomó de las manos.

– Nina Martin quisieras ser mi novia? – le preguntó sonriente.

– Solo si tu, Fabian Rutter, quieres ser mi novio – respondió ella plantándole otro gran beso en los labios.