Estamos en una época donde la realidad y lo paranormal se entrelazan mas que nunca, por eso para celebrar la vida, un pequeño universo alterno. Continuación de "Cristal", han trascurrido seis años desde que Shun dejo Japón e Ikki juro limpiar su nombre.
- ¡Thomas, cambia el maldito canal de una vez! –gritó un alto rubio dentro de un popular pub en Inglaterra –. ¡Mierda de globalización, noticias que ni Dios sabe el idioma! Posiblemente estén insultando nuestra superioridad económica y como idiotas permitiéndolo, sin saberlo.
El encargado del pub entornó sus ojos azules hacia el rubio, el cual vestía un suéter de cuello alto color negro que hacia resaltar la piel pálida. Una cortina de lacio cabello caía hasta sus hombros, los ojos grises enmarcados por lentes cuadrados de montura le dedicaban una mirada recelosa.
- Andrew eres mi mejor cliente pero estando ebrio, eres insoportable –bufó Thomas mientras servía tarros de espumosa cerveza oscura, un mechón de negro cabello se deslizó sobre un ojo –lo cambiaré cuando tenga tiempo, hoy está a reventar.
- Estúpido Thomas –masculló Andrew –a sabiendas de que es viernes, se le ocurre sintonizar eso.
- Descuida, no es nada importante –mencionó un chico sentado junto a Andrew –. Es un reporte de extravío.
- Es sensual ¿no? –insinuó con una copa en el aire. El rubio se refería a la fotografía de una joven rubia con cabello rubio largo y lacio exhibida en la pantalla del televisor. Los ojos café oscuro con mirada serena contrastaban con la sonrosada piel –para estos momentos podría estar en España y nadie lo sabría. Seguro huyó con algún amante o proveedor.
- ¿Tú crees? –interrogó el desconocido.
- Lo aseguró, hermano. Esa cara de inocente no engaña a nadie. Esas son de las que debes cuidarte ¿Qué jodido idioma es ese?
- Es neerlandés*. Una vez conocí a alguien que venía de Holanda, me enseño algunas cosas.
- Holanda –mencionó embelesado –. Un país magnifico he oído que puedes tener una par de rameras, yerba y, un emparedado en una cama suave dentro del mismo lugar. Debería ir alguna vez.
- Suena divertido –dijo entusiasmado.
- ¿Y ahora qué dice? –Andrew le tocó un hombro con un poco de rudeza. En el televisor aparecían imágenes de un policía, en la zona roja de Ámsterdam**.
- Dice que están preparados para la afluencia de turistas por las fiestas –mencionó con una sonrisa.
- Ojalá muestren más vitrinas –dijo esperanzado, mientras recargaba la cabeza sobre la mano –. Ya era tiempo –afirmó agresivamente a Thomas cuando cambió el canal al resumen local de deportes.
- ¡Eh! amigo toma una a mi salud –invitó al desconocido cuando se levantó sacando su billetera dispuesto a pagar la bebida y comida ingerida –por darme un destino en mis próximas vacaciones –Andrew tenía una mirada lujuriosa.
- En otra ocasión –rehusó amablemente el joven mientras se encaminaba hacia la puerta. Se colocó un elegante abrigo color gris y sonrió una vez más al rubio antes de salir por la puerta. La densa neblina le ofrecía el lugar ideal para esconder oscuros pensamientos –. En otra ocasión, cuando no exhiban mi obra en otro idioma –repitió a la callejuela aparentemente vacía.
- ¿Qué impida obtener el reconocimiento público por tus atrocidades, cierto? Te creí más inteligente… Shun –habló un peliazul a su espalda. El peliverde se volvió lentamente cuando divisó a la persona que le había llamado por su nombre una sonrisa perversa apareció en su rostro –. Una vulgar bailarina exótica, tu gusto se está volviendo común –dijo con sorna un fornido hombre moreno, una cicatriz en medio de la frente acentuó la mueca de enojo proyectada en su rostro.
¡DETENTE! –Bramó autoritariamente Ikki, Shun sin darle importancia había comenzado a caminar lentamente en dirección opuesta de su interlocutor –. He dicho que te detengas –siseó, tomado con brusquedad las solapas del abrigo.
- Ha sido una larga espera –mencionó Shun con una mueca burlona –. Creí que nos encontraríamos en un lugar más glamoroso, está sucia calle de Londres, es un tanto vulgar –digo con arrogancia – ¿Cómo está la familia? Escuche que el pequeño bastardo tiene una carrera importante –. Ikki crispó una mano y la que tenía libre la cerró sobre el cuello de Shun.
- Terminemos de una vez –amenazó Ikki –te entregaré. Así podré limpiar mi nombre.
- ¿De verdad? –preguntó sin interés –tú no quieres entregarme –susurró al oído –. Lo disfrutás, la suave piel palpitando debajo de tus manos; el poder…sabes que si presionas más terminarás…
- ¿Qué carajos insinúas? –vociferó Ikki con rabia.
- ¿Aún lo niegas? –Shun sonrió perversamente –sabes lo que quiero decir –murmuró –no puedes probar nada.
- Te equivocas, conozco a todas tus víctimas, tu último error fue esa chica. Ha estado perdida por seis meses, pero los dos sabemos que ocurrió.
- Estúpida –dijo divertido –si no hubiera sido tan insistente aun estaría viva. Todos actúan tan predeciblemente cuando de amor se trata.
Amor, deseo, lujuria…emociones tan primitivas e insignificantes.
- Eres patético. Te crees superior a nosotros, no eres más que un enfermo. Me das lástima –mencionó Ikki asqueado acercando su rostro al del menor hasta ver su reflejo en la esmeralda mirada.
- Vamos, nii-chan dijiste que estarías para protegernos a ambos ¿serias capaz de entregarme? –dijo con sorna. Ikki presa del enojo lo empujó contra la pared más cercana –. No tienes pruebas, ni tú, ni el idiota de tu hermano bastardo. Soy intocable –mencionó Shun con rabia.
¿Qué sabes tú? –Preguntó con desprecio –. Seis largos años nii-chan, ¿sabes lo que significan seis años de soledad?
- ¿Pretendes que tenga compasión de tu podrida existencia? –interrogó con furia contenida.
- Compasión –repitió como si fuera una palabra nueva –es una emoción primaria que los convierte en débiles, mira a donde condujo ese sentimiento del que hablas a Esmeralda. Compasión por un tipo como tú.
Ikki apretó aún más el cuello de Shun, provocando que comience a jadear por aire más los ojos fríos del peliverde, le hicieron soltarlo y alejarse un par de pasos. Mientras Shun masajeaba las rojas marcas en su cuello, doblado por la mitad recargado sobre la fría pared, miró a Ikki con un brillo triunfal en sus ojos.
- No es tiempo de hablar del pasado…te contaré la historia. Todo comenzó hace diez meses. Holanda es un país ideal para aquellos liberales, para personas que no entienden de las ataduras de valores. Perfecto para estudiar esas emociones que no logró entender, pero debo aprender…
Hace diez meses.
- Señoritas basta de charla, afuera hay un público que entretener –dijo acompañada de un guiño Ria, mientras se colocaba unos tirantes unidos a la única prenda que vestía cubriendo su pelvis –June quizá te gustará saber que el chico del otro día, regreso. ¿Quizá le gustas?
- No seas tonta –reprendió la rubia mientras terminaba de maquillar su cuerpo dándole un tono cobrizo –es uno más que viene buscando lo que el resto.
- ¡Ah! pero te has sonrojado, amiga creí que eso no era posible después de todo lo que hacemos –jugueteó la peliroja.
- Dejala en paz, aun cuando demos entretenimiento refinado –enfatizó riendo una joven de rizada melena rubia que se colocaba una peluca corta color negro –una mujer es una mujer y no estamos exentas de enamorarnos. Además el chico esta delicioso –murmuró mordiendo un dedo.
- Dael, mejor no intentes ayudarme –externó con molestia la rubia de cabellera larga.
Y sin decir más, las chicas aparecieron en el escenario, mostrando sus curvilíneos cuerpos al público masculino que era asiduo al lugar. Amsterdam posee fama de tolerante, diversa y liberal. Por lo que chicas de todas las regiones optaban por dedicarse al entretenimiento masculino por conveniencia propia más que en otros países. Las tres chicas trabajaban para un exclusivo club de hombres, en los que ellos podían comprar desde un lujoso trago hasta una costosa noche de placer.
Ria y Dael eran nativas de Holanda mientras, June era una inmigrante que había llegado con la idea de hacer dinero y regresar a su país natal para vivir una vida tranquila. Hacia un par de semanas las tres chicas habían notado un grupo de jóvenes que asistían regularmente, de entre ellos sobresalía un apuesto y delgado joven de verde cabellera corta y ojos del mismo color. Aun cuando sus compañeros consumían sin medida lo que el establecimiento ofrecía, el chico para decepción de las tres nunca había solicitado sus servicios ni los de nadie más. Sin embargo había establecido cortas charlas con la rubia inmigrante valiéndole constantes burlas por parte de sus amigas. En ese mundo a menudo se contaban historias de chicas que habían sido sacadas de ese ambiente por millonarios atractivos que veían por su futuro o en su defecto por algún "gentil" caballero maduro, que aseguraba su futuro conservándolas como amantes fijas a cambio de una posición cómoda.
- Hablemos de negocios –indicó June al entrar a un cómodo cuarto del lugar donde trabajaba. El peliverde entró tras ella y se dirigió hacia la ventana, el amanecer amenazaba por salir en cualquier momento –mis servicios no son accesibles –dijo con una sonrisa sensual.
- ¿Cuánto porque dejes de actuar? –interrumpió fríamente Shun.
- ¿Cómo? –dijo desconcertada desde la cama.
Shun se volteó y la miro directo a los ojos, sonrió débilmente al mismo tiempo que cerraba los ojos. Lo que la joven interpretó como un gesto de ternura.
- No deseo que me trates como si fuera un cliente más. ¿Por qué haces esto? Es decir no has pensado en tener otra vida.
- A veces a las personas no les queda otra opción. Si planeas escribir un libro, mis confesiones son más caras que mis servicios –insinuó nuevamente con una pose sugerente.
El peliverde se acercó hacia la cama y depositó una fuerte cantidad de dinero. Regresó a la ventana y dando la espalda a los primeros rayos del sol, cruzó los brazos encima de su pecho y se recargó sobre el alféizar.
- El dinero no es problema para mí. Eres diferente al resto. No estás aquí para salir de la pobreza ni te están obligando a tener esta vida. Lo has elegido –aseguró –no eres de las que confía en el cuento de que algún millonario te sacará de esta vida.
- Así que eres de los que hablan. Aun cuando tengas mucho dinero no me interesa ser capricho de los insanos intereses de un niño mimado –dijo con desdén la rubia.
- No quise ofenderte –murmuró tímidamente –me interesa conocerte –articuló Shun con una sonrisa.
Y fue así que la vida de June se convirtió en una de esas historias que se hablaban, Shun comenzó a frecuentarla y poco después comenzaron a salir juntos. El peliverde la introdujo a un mundo lleno de riqueza y lujos, nunca hubo promesas de matrimonio, ni platicas de vida en común. Ria y Dael aseguraban que cualquier día él la sorprendería con un lujoso departamento ó una propuesta de matrimonio, más June aún tenía sus dudas. Decidida a terminar con ellas esa noche haría un nuevo intento para adentrarse en la misteriosa y atrayente vida de Shun Ryuzaki.
- Estos días Ria ha estado muy extraña conmigo, creo que una vez más ha reñido con Bruno –dijo abrazada por la espalda de Shun.
Ambos estaban de acostados de lado en la cama observando la televisión. A pesar de su insistencia, la chica aun no lograba intimar con él lo que la desconcertaba. Llegó a pensar muchas cosas sobre la casta relación que sostenía con Shun. Era la definición encarnada de la perfección, atento, servicial, noble y caballeroso lo que era su principal atractivo, June estaba enamorada perdidamente y su amor se desbordaba de tal forma que necesitaba convertirlo en un acto físico; cada vez que estaban en el umbral de la relación, Shun se excusaba con sus creencias debido a ellas no podría estar de esa forma con ella hasta que estuvieran casados, en un inicio June se sintió cautivada pero luego de algunos meses comenzaba a exasperarla y en su mente solo había una idea fija.
Las manos de la chica comenzaron a describir círculos en la espalda de Shun, al mismo tiempo que besaba su nuca. Al no encontrar resistencia se aventuró a recorrer su pecho. Shun sonrió por la divertida situación, había elegido ese día, ese canal con la película indicada para permitir que las escenas indicadas surtieran efecto en la joven.
- Shun –suspiró la rubia mientras tenia cerrados los ojos –seremos tan felices. Sí tan solo me das la oportunidad de conocerte. Siempre siento que construyes una pared que me lo impide. Te demostrare que esto será inolvidable. Dame la oportunidad –rogó insinuante –permite que tus verdadero sentimientos fluyan.
Shun cambió de posición y permitió que June se sentará sobre su regazo, con cortos besos la chica logró desabotonar la camisa del joven y sonrió.
- Dejame conocer tu verdadero yo –susurró sensualmente la chica. Shun sonrió con malicia antes de preguntar.
- ¿De verdad quieres conocer mi verdadero yo?
- Claro que si –contestó la chica mirándole con aprensión.
- Este soy yo –siseó el joven. Con un movimiento rápido cubrió la boca de la chica con su mano derecha mientras que con la otra empuñaba una daga de plata que le cortó la garganta con un certero movimiento.
Después de eso tuve que deshacerme de ella, fue sencillo. Como siempre existió un idiota al cual culpar. Ikki, sus pasiones carnales los condenan. Tal como pasó contigo. Durante seis años te he estado esperando junto a Esmeralda, dejando un rastro especialmente para ti pero…a pesar de todo, no has logrado encontrarnos. Se ha hecho tarde, no puedo dejarla sola tanto tiempo. Nii-chan no tardes.
Finalizó el peliverde, mientras el espectro de Ikki se desvanecía y la niebla envolvía su caminar.
Notas:
* Idioma oficial de Holanda, también conocido como holandes.
**Barrio ubicado en el centro de Ámsterdam, famoso por ser la ubicación de la zona de tolerancia de negocios de índole sexual y consumo de drogas legales.
Hola mis fieles lectoras, si llegaron hasta acá aclaro sus dudas.
Por si lo han olvidado, Shun y Esmeralda son gemelos, el termino nii-chan responde solo a la figura de hermano que se le dio a Ikki al ser novio de Esmeralda y no a que sea hermano de sangre de Shun.
Nos vemos en la próxima.