Disclaimer: Hetalia no me pertenece, es propiedad de su maravilloso autor Hidekaz Himaruya.
Summary: Alfred ha hecho una máquina, la máquina por excelencia… el problema que lo trasladará a otra dimensión donde conocerá a un chico idéntico a Inglaterra. Crossover con Gakuen Hetalia. USUK
Parejas: USUK, Paralel!USxParalel!UK.
Advertencia: Mezcla de un Universo Alterno (el Gakuen) con las naciones personificadas...


Extraño Viaje

Capítulo 1: Un fallo en los cálculos

Alfred puso un pie sobre la mesa, sentía la excitación del momento, la sensación de que iba a estallar si no lo decía alto, claro, fuerte, que todos lo escuchasen. Que todas las naciones allí presentes se enteraran de que él, Alfred F. Jones, el autoproclamado héroe, había descubierto lo que nunca nadie había conseguido hacer. Una máquina fabricadora de powers rangers.

Sí, el procedimiento para su uso era sencillo. Primero metía a una persona inocente en la compuerta que había en la base del robot. Tras aquello, una persona de fuera tenía que darle al botón rojo y, si sus cálculos no fallaban, un rayo alteraría genéticamente su cuerpo para que se convirtiera en uno aún más musculoso que el de Alemania.

Con un puntero reposando sobre el hombro, los Estados Unidos de América, empezó su perorata del día. Que si era necesaria esa máquina para no tener que entrenar a los soldados. Que si era genial para no perder tiempo saltando a la comba en plan Rocky Balboa. Que si era el mejor invento del mundo, superando a los inventos alemanes como fue la bomba nuclear… etc. En resumen, que se le fue la pinza al yanqui.

Por suerte, allí estaba Inglaterra para desarmarlo con un único, rápido y eficaz comentario que dejó a Alfred en calzoncillos… de ridículo, quiero decir, no lo desnudó allí en medio.

-Estúpido emancipado –gruñó, nada más que el rubio tomó un respiro para seguir a lo suyo -, para empezar, esa cosa no va a funcionar ni en diez mil años. A los militares se les entrena no solo en cuerpo, en disciplina, eso es necesario y segundo, a Alemania en ingeniería nunca le ganarás. Como bien dice la canción, el cielo está en la tierra cuando el ingeniero es alemán. Alemán no estadounidense –replicó.

El joven rubio se lo quedó mirando con cara de cachorrito degollado, esperando, de manera estúpida, a que el inglés se retractara y le pidiera perdón. Cosa que no hizo y que nunca haría. Con un pequeño gesto, Inglaterra le restó importancia al asunto y comenzó a dar pequeños sorbos al té que tenía sobre la mesa. Las demás naciones observaban al par completamente embobados, últimamente Arthur estaba siendo más borde de lo usual con el norteamericano. Francia se encogió de hombros cuando Alemania lo miró, no tenía ninguna intención de meterse en una pelea que más tarde denominó "tensión sexual".

Alfred, confuso y ya casi metido en sus pensamientos, salió de la sala con una mano en la barbilla y susurrando cosas raras. Para asombro de todos, pasaron varios minutos y el rubio no volvía. Ante eso, Alemania dio por sentado que se había retirado por ese día y dio por suspendida la reunión hasta la mañana siguiente. Todos se disolvieron como si en ningún momento hubiera habido alguien en aquella sala.

Tan solo Arthur se quedó un poco más, esperando con ganas que el norteamericano volviera para buscar su máquina. Pero media hora pasó y el su ex colonia seguía sin aparecer. Con un suspiro de resignación, el británico recogió sus cosas y salió de la sala, dando por supuesto que a Alfred se le había olvidado volver a recoger su "proyecto".

Lo que no sabía, es que Estados Unidos seguía en el edificio de reuniones, lo que pasaba es que estaba encerrado en un baño al que misteriosamente se echó un pestillo atascado. Después de varios intentos de abrirlos por las buenas, el norteamericano había intentado pasar por el hueco que había debajo, sin tener en cuenta su ancha constitución, por lo que quedó temporalmente atascado en el asqueroso suelo.

-¿Cuánto hace que no limpian este lugar? –se preguntó, limpiándose con la mano libre la porquería que había arrastrado con su cara. Tras mucho esfuerzo y tan solo después de haber mojado su mano enganchada en un extraño líquido que no se atrevió a mirar que era, el rubio consiguió liberar ambas manos, lo que le permitió proceder con el siguiente movimiento: cargarse la puerta que lo aprisionaba contra el suelo.

Con un fuerte golpe con sus manos, la puerta salió despedida por los aires, cayendo en el suelo, lejos del estadounidense, que sonreía como si fuera el niño más bueno del mundo. Se levantó del suelo y sacudió sus ropas, ligeramente mojadas. Salió fuera del baño, tarareando una canción.

-Nunca más entro en uno de estos –murmuró entre dientes, apretando el botón del ascensor y esperando el momento para volver a la sala y seguir dando su opinión, sin darse cuenta de la cantidad de tiempo que había pasado encerrado.

Entró en el gran salón, buscando con la mirada a los ahora inexistentes compañeros. Bufó, ¿cómo podían haberse ido sin el héroe? Nadie se va antes que él. Recogió los pocos papeles que había sacado y levantó con la otra mano la máquina, que emitió un extraño sonido. Restándole importancia, Alfred siguió a lo suyo y volvió a su casa.

Después de una ardua batalla para pasar la máquina por el marco de la puerta, Alfred consiguió sentarse en el sofá. No tardó mucho en aburrirse sin saber qué hacer. ¿Jugar a videojuegos? No, no se le apetecía…

-¡Ya sé! –exclamó de pronto, saltando del sofá y poniéndose de pie- ¡Llamaré a Iggy! –dijo, andando hacia el teléfono y comenzando a marcar el número del inglés. Esperó. Un toque, dos toques, y al tercero lo cogió.

-¿Diga? –preguntó el británico, sonando tan molesto como siempre.

-Hello Iggy! Llamaba para preguntarte por qué no esperaste a que el hero volviese –respondió, alzando la voz como solo él sabía.

-¡Estúpido emancipado! ¡No grites al teléfono, que me dejas sordo! –gruñó el inglés – Si no te esperé fue porque había pasado una hora desde que te fuiste, pensé que ya habías vuelto a casa y que se te había olvidado la estúpida máquina –suspiró.

-Of course not! –exclamó el norteamericano, riendo un poco. Después de esa pequeña introducción, consiguió mantener una aburrida conversación con el inglés. Cuando ya estaba empezando a bostezar y le pesaban los párpados por el aburrimiento, decidió intervenir en el monólogo del mayor – Oye Iggy, ¿quieres venir mañana a mi casa y vemos una peli? –preguntó, sonriendo al auricular y esperando una respuesta postiva.

-Well… ok –respondió el otro. Tan solo por cómo respondió, Alfred pudo imaginárselo sonrojado hasta las orejas y con una pequeña sonrisa apenas visible.

-De acuerdo, hasta mañana –se despidió, colgando el teléfono.

Se estiró sobre el sofá, tumbándose a todo lo largo mientras ronroneaba de satisfacción. De pronto y por tercera vez en el día, la máquina hizo un extraño sonido, esta vez más inquietante que las anteriores, lo que provocó un insano interés al americano.

-¿Has sido tú Tony? –llamó al alien, deseando creer que había sido él. Pero en seguida recordó que el extraterrestre había salido con su nave para volver a su planeta por un par de asuntillos. Con mucho cuidado y con la pistola en la mano, el estadounidense se acercó a la máquina, que seguía vibrando sobre el suelo- ¿Y eso? –se preguntó a sí mismo, mirando con una ceja alzada al aparato -¿Se habrá roto?

Con mucho cuidado, Alfred se acercó a la máquina, pulsando un par de botones en un vano intento de apagarla. Como el que no quiere la cosa, la máquina sacó unos brazos de solo Dios sabe dónde y agarró al norteamericano con ellos. De un rápido movimiento, lo metió por la compuerta por la que debía hacerse la transformación. Tan pronto como lo hizo, se cerró, dejando a Estados Unidos a oscuras y con el corazón en la boca.

-¿Qué diablos? –exclamó, cuando algo iluminó el suelo.

Sintió como su cuerpo caía al vacío. Todo se volvió negro y lo último que pudo recordar antes de perder el conocimiento fue una brusca caída contra algo duro, unos ojos verdes que lo miraban preocupados que poseían unas gruesas cejas encima de estos y unas palabras con una voz que conocía muy bien.

-¡Hey! ¿Estás bien? –preguntó el extraño, acercándose al maltratado estadounidense, que, con los ojos entrecerrados y a punto de perder el conocimiento solo pudo preguntar.

-England? –y todo se volvió negro para él otra vez.


¿Merece una continuación? ¿Reviews? ¿Tomatazos? ¿Asesinatos (que no duela, plis)?
En caso de que merezca una continuación: ¿Quieren ver USxParalel!Uk? ¿Y Paralel!USxUk? Esperaré con ganas sus respuestas ^^