Disclaimer: Como ya sabran, los personajes de Pandora Hearts no me pertenecen, son propiedad de Jun Mochizuki-sensei y yo solo los tomó para darle rienda suelta al montón de cosas raras que hay en mi cabeza.


~ * ~ SURVIVE ~ * ~


[ 3 ]

¿Recompensa?


Exactamente 2 horas y 14 minutos te la pasaste dando vueltas por el jardín, intentando perderte entre los arbustos y trepando árboles.

Gracias al cielo había aparecido Oscar-sama para distraer a los agentes, haciendo malabares en una canoa en medio del lago y fingiendo que caía. Eso te dio tiempo suficiente para poder entrar de nuevo a la mansión por una de las ventanas abiertas de la sala de descanso del primer piso.

Ya dentro, solo te dejaste caer de rodillas al suelo, cansada y fastidiada. No te explicabas como es que los agentes de Pandora tenían tiempo para perseguirte, ahogados en trabajo como estaban. Por eso odiabas los días de revisión y a Break, quien literalmente amaba molestarte.

—Maldito payaso idiota—mascullaste con rabia, propinando un puñetazo a la pared, que seguramente te causaría un horrendo moretón en la mano.

—¡Oye tú!—escuchaste, de pronto, reclamar a alguien y tus nervios destrozados solo te dieron para girar de manera mecánica hacia la fuente de la voz, con la clara imagen de ti misma con un traje de preso y con grilletes en los tobillos.

Más ningún miembro de Pandora estaba a la vista. En su lugar, encontraste la alta figura de Gilbert Nightray durmiendo tranquilamente sobre el sofá de la sala, con un montón de informes descansando sobre su estomago.

Te acercaste sigilosamente para examinarle. El pelinegro dormía muy profundamente—pues ni el alboroto que aún se oía por toda la mansión le molestaba—, su respiración era lenta y acompasada casi como un arrullo, su brazo derecho descansaba sobre su frente y el izquierdo sobre su estomago, sosteniendo los informes. Al parecer se había quedado dormido mientras trabajaba.

Sonreíste con ternura y colocaste los papeles sobre la mesa, procurando cubrirle con su abrigo que descasaba sobre el respaldo del sofá. Luego tomaste asiento en el suelo, a su lado, para meditar con calma tu situación.

Sinceramente ya no tenías ánimos para huir, pero tampoco considerabas prudente quedarte en un solo lugar porque tarde o temprano te atraparían. En cuanto a eso de pedir ayuda...ya no lo harías...

Proferiste un sonoro suspiro en señal de resignación y casi sin darte cuenta, te dedicaste a acariciar el suave cabello de Gil mientras perdías tu mirada en los finos rasgos de su rostro. Su piel blanca, sus largas pestañas negras, su nariz respingada, sus labios ligeramente entreabiertos como haciéndote una sutil invitación a...besarlo...

Los latidos de tu corazón se dispararon. Un violento sonrojo cubrió tus mejillas cuando te percataste del rumbo de tus pensamientos. Sacudiste la cabeza, intentando inútilmente alejar el cosquilleo de tu estomago. Gil tenía un aspecto demasiado dulce e inocente.

Concéntrate! ¡Concéntrate!", te regañaste, pero tu mente viajó demasiado rápido, recreando una escena en que te inclinabas sobre él y...

¡¿Que demonios estabas pensando?

Concéntrate! ¡Concéntrate! ¡Concéntrate! ¡Concéntrate! ¡Concéntrate!"

Te incorporaste rápidamente, alejándote de la dulce tentación, cuando una vocecilla en tu mente te reprochó: "Oh vamos, tú sabes que quieres. Solo será un pequeño beso y ya"

—Solo un pequeño beso—murmuraste y tus mejillas volvieron a teñirse de rojo.

La vocecilla tenía razón. Deseabas inclinarte y besarlo de una vez por todas. ¿Cuantas oportunidades como esa ibas a tener en la vida?

Inspiraste hondo para armarte de valor y finalmente te inclinaste sobre el chico durmiente hasta que tus labios presionaron los suyos. ¡Y vaya que fue estupendo!

Apenas en ese ínfimo rose pudiste paladear el sabor a té inglés y cigarrillos, delicadamente mezclados con el aroma a sándalo que emanaba su piel.

Suspiraste contra sus labios, esbozando una sonrisita de tonta y tu nombre al salir de sus labios te hizo cosquillas en la piel, mandándote a la quinta nube de felicidad...que terminó por desvanecerse en el más puro blanco cuando te percataste de un insignificante detalle: Si Gil había dicho tu nombre, entonces...

¡¿Estaba despierto?

Tu rostro palideció de inmediato, Abriste los ojos de golpe, esperando ver un par de orbes doradas mirarte confusas, más solo hallaste a Gilbert dormido y ajeno a tu pobre alma que parecía dispuesta a abandonar tu cuerpo de un momento a otro...

¡Gilbert Nightray había murmurado tu nombre en sueños!

Y volvió a hacerlo, señoras y señores. Volvió a llamarte mientras fruncía levemente el ceño y suspiraba. Cabe mencionar que eso devolvió el color a tu rostro con tanta intensidad que bien podrías hacer juego con la alfombra.

x/X/x

Oz caminaba tranquilamente por los destrozados pasillos de Pandora, silbando alegremente mientras llevaba un lindo gatito entre sus brazos—era un buen día para molestar a Gil mientras dormía—cuando te encontró frente a la puerta de la sala de descanso, con la cara roja, tocando tus labios insistentemente y murmurando cosas que no tenían sentido ni para ti. Eso y añadiendo el deplorable estado en el que te encontrabas—despeinada, con hojas atoradas en el cabello y la ropa, el vestido todo arrugado—parecías una loca que acababa de escaparse el manicomio.

—Oye ¿Estas bien?—te llamó—Te ves muy roja—señaló, colocando sus manos sobre tus mejillas. Pero ni lo notaste, estabas demasiado concentrada en algún punto indefinido del techo.

—Oye ¿Estas bien?—insistió por décimo novena vez, pellizcando tus mejillas—¡Tierra llamando! ¿Estas ahí? ¡Mira tu cabeza se cae! ¡Ah un monstruo! ¡Break está incendiando tu habitación! ¡Atacan Pandora! ¡Alice se comió tus postres de frambuesa! ¡Me muero!—gritó finalmente, logrando que por lo menos le miraras.

—¿Desea algo, Oz-sama?—dijiste con una expresión dulce que en tu rostro resultaba aterrador. El gato salió corriendo, arañando de paso a Oz.

—Ah...este...¡No nada! Solo estaba buscando a Gil—dijo Oz de manera nerviosa.

—Gil—suspiraste al escuchar la palabra mágica del día y tu mente volvió a irse de vacaciones. Una gota de sudor se instaló en la nuca de Oz.

—¡Xe-Xerxes. Ya s-sueltame!—en ese momento hizo aparición Liam con Break colgando de su pierna.

—Solo uno más~—chilló Break, con dramatismo.

—¡N-No! ¡¿Cuanto tiempo más...?

—Ara, Ara~

El pobre de Liam se quedó con las palabras en la boca. Break ya se había ido hacia donde estaba Oz, picando tu cara con una vara sin que tú te inmutaras.

—¿Que haces mocoso~?—inquirió Break con curiosidad, imitando las acciones del rubio.

—Pues...no reacciona—Oz hizo una mueca chistosa, refiriéndose a ti.

—Tiene el rostro muy rojo—añadió Liam, pasando las manos frente a tu rostro—¿Estará enferma?

—O quizá se desquició. Solo era cuestión de tiempo—se encogió Break de hombros pero igual siguió observándote. Había algo familiar en tu expresión. ¿Pero que era?

—Oh. Vaya~—Break soltó una risilla traviesa en cuanto reconoció la cara de boba de la que hacías gala en ese momento. Si. ¿Como podría olvidarlo?

Fue hace un par de meses durante una revisión mensual. Break amablemente escondió tu trabajo en una de las habitaciones de Pandora a la que irrumpiste sin previo aviso para recuperarlo, encontrando "casualmente" a un Gilbert desnudo, solo con una pequeña toalla blanca amarrada a la cintura, con el cabello mojado y las gotas de agua escurriendo suculentamente por su pecho, espalda, piernas, su rostro sonrojado...

Segundos más tarde toda Pandora escuchó un par de gritos que provenía de esa misma habitación de la que saliste con las manos cubriendo tu nariz (que sangraba descaradamente), la cara totalmente roja y dejando a un Gilbert con paro cardiaco...

Y Break...él rodaba por el suelo muerto de la risa...

—¡De nuevo, de nuevo!—canturreó Emily sobre su hombro y Break le hizo señal de que se callara. Si sus cálculos no fallaban estarías confusa todo el día. Algo bastante...conveniente.

—Deberíamos llevar a la enfermería—sugirió Liam.

—Oh, no hace falta~—Break sacudió la mano de forma graciosa y te pasó el brazos por los hombros, sonriendo de manera siniestra—¡Yo sé lo que le pasa!

—¿En serio?—preguntaron, incrédulos, Oz y Liam al mismo tiempo.

—¡Si. Ella quiere ayudarme con mis informes para hoy! ¿Verdad, señorita?

—¿Que?—parpadeó Oz, confundido.

—¡Oye Xerxes eso es...!—reclamó Liam pero Break le mandó lejos de una patada.

Tú, ni pestañeaste.

—¿Lo ven? Está emocionada~—añadió Break, amarrandote con una soga—¡Así que nos vemos~, Oz-kun~!—se despidió el contratista de Mad Hatter, agitando las manos graciosamente mientras te arrastraba por todo el suelo.

Oz se quedó con cara de "What?" mientras te observaba ser arrastrada por Break hacia un abismo retorcido de trabajo pesado sin que tu te opusieras y Liam no dejaba de zarandearte para hacerte entrar en razón. Luego entró a la sala de descanso donde encontró a Gilbert pensativo, revolviéndose ligeramente el cabello.

—¡Gil, despertaste!—sonrió el rubio, olvidándose de lo anterior y lamentando haber perdido al gato.

—Si. Hace un par de minutos—asintió el pelinegro con aire ausente—¿Que era todo ese escándalo?

Oz sonrió de lado y se tiró a su lado en el sofá.

—Eran Break y Liam-san discutiendo—le explicó el rubio. También te nombró, comentando tu extraño comportamiento.

Gil repitió tu nombre y frunció levemente el ceño. Parecía confuso.

—¿Ocurre algo Gil?—inquirió Oz, observando a su sirviente.

—No. Es solo que...tuve un sueño extraño en el que la be...—las palabras murieron en su garganta y sus ojos se abrieron como platos.

—¿En el que, qué?—le animó a decir Oz.

Gilbert se tensó notoriamente y volteó a ver a Oz con cara de susto.

—Gil ¿Por que...?

—¡Nada. Nada!—gritó el contratista de Raven, todo sonrojado—¡Olvídalo!¡Solo...olvídalo! ¡Vamos...vamos a...buscar a...a Alice!

Oz ladeó la cabeza. ¿Desde cuando llamaba a Alice por su nombre? A menos que...

—Oye Gil...¿Dime que soñaste?—inquirió Oz con aire inocente, haciendo ojos de cachorro. Gil le miró alarmado. ¡No podía decirle a Oz lo que había soñado!

¡Se sentía como todo un pervertido!

—¡No!—gritó, antes de salir huyendo de la sala con Oz persiguiéndole muy de cerca.

Lo bueno es que nadie iba a saber lo que pasó exactamente en ese cuarto. Nadie, salvo la pequeña Alice que pasaba "por casualidad" y que justó te vio cuando le besaste.

—¿Ella será una cadena?—se preguntó Alice con su característica inocencia a las cosas humanas. para finalmente encogerse de hombros y seguir andando. Más tarde le preguntaría a Oz respecto a ello.


N.A

¡Y FIN! jajajaja,

Gilbert se quedó sin palabras...y yo también xD

Creo que al final me quedó algo extraño...pero la idea estaba ahí y realmente no perdía nada con publicarla. Gracias a todos por leer y sus favoritos aunque de verdad me gustaría saber que opinan de la historia. En lo personal siento que me quedó un poco OOC pero juzguen ustedes mismos damas y caballeros (?). Sus criticas y comentarios me ayuda a mejorar la calidad de mis escritos.

Entonces ¿Merezco un lindo review de su parte?

¡Recuerden que el link no muerde!