Y el epílogo.


Megurine Luka se había vuelto un ángel negro luego de haber llorado las amargas lágrimas de sangre de su amor por el Príncipe.
La luz no volvería a ella, quizá, hasta que esas lágrimas sanaran su alma.

Rin y Len despertaron la mañana siguiente, como si fuera un día mas. Desayunaron y se vistieron para salir a la calle.
-Ams tram gram pique et pique coulegram, boure et boure ratatam
Cantaban, saludando a todos los que encontraban. El alba del primer día de la primavera los recibió.
En la plaza principal seguía aquella cruz, pero estaba florecida. Aquellos botones de rosa tenían cristalizadas las gotas del rocío.
Y ambos hermanos contarían la historia de aquella "bruja" en lo consecutivo.

Hatsune Miku no sobrevivió mucho tiempo a su "obra". Habiendo usado la influencia de su vieja amistad sobre el príncipe lo había convencido de lo que quiso. Arrepentida confesó todo, más este ordenó desterrarla y se cerró la Inquisición en el reino. No pudiendo soportar el vivir lejos de aquel que había amado hasta corromperse, murió en extrañas circunstancias.
Su dama de compañía, Lily, pasó al servicio del nuevo rey.

Gakupo no mucho después de eso tomó el trono, al contraer matrimonio con la princesa Sonika. Gobernó justamente por muchos años y el pueblo siempre lo recordó con gratitud, por su sabiduría y compasión.
Nunca confesó que su deseo era haber salido volando con su ángel aquella tarde.
Cada noche observaba aquellas reliquias que le había dejado Luka: el medallón, el mechón de pelo y la pluma.
-Perdóname- susurraba con fervor-. Fui un cobarde al no creerte, debí morir contigo. Porque por tí vivía.
Luego cerraba los ojos. Pero una noche de eclipse de luna al abrirlos estaba ahí. Ni un solo día de envejecida. Solo su cabello era diferente, pues había recuperado el largo.
-Te perdono- sus ojos azul acero lo miraban con ternura. Luka quiso tomar la mano del rey mas este la apartó-. Te he escuchado cada noche.
-No soy digno, ni siquiera sigo siendo yo.- bajó sus ojos, con profundo pesar. El sentimiento seguía dolorosamente vivo como el primer día.- Soy viejo ahora.
-Eres tú en el fondo, siempre has sido tú.- logró tomar aquellas manos arrugadas, que al tacto del ángel se volvieron otra vez juveniles. Las besó suavemente-. Solo que yo me llevé algo aquel día y tú te quedaste con algo mío.
Las lágrimas que brotaron de los ojos del hombre fueron también besadas por el ángel.
-Te amo, Luka...- susurró entrecortadamente, con su voz de antaño de vuelta. En efecto, al ver su reflejo en esos ojos azules como el cielo de verano, había vuelto a su juventud. Las plumas de las alas de ella se desteñían a volverse color gris.

Al amanecer la reina Sonika estaba esperando a su esposo en el desayunador. Mas al no llegar este lo buscó en su cuarto.
Abrió la puerta y aún flotaban plumas blancas por la habitación. Su majestad yacía en el piso, con su larga melena canosa desordenada. Una sonrisa de absoluta felicidad estaba dibujada en sus labios. Por la palidez cenicienta de su cara supieron que estaba muerto
Entre sus manos estaba una pluma negra.


Y bueno, este es el final ^^, espero les haya gustado.