Por: Mangaanime15.

Traductora: Nyanko.

Disclaimer: KHR pertenece a Akira Amano-sensei y el fic a mangaanime15-san~

Y dar las gracias a xanyxhi por corregir toda la traducción y mejorarla.


Dsiclaimer: No soy dueño de Hitman Reborn.

N/A: Leed y comentad. Siempre me ayuda y me anima a escribir el fic.


Encuentro con la Decima Generación

Capítulo I

Estúpido deseo.


Giotto era el jefe de la familia mafiosa más poderosa e influyente del mundo. Lo tenía todo. Tenía fama y poder. Bajo su liderazgo, la familia Vongola se había convertido en una fuerza que era reconocida. Todo el mundo sabía que debían de meterse con ellos. Tenía confiables y sorprendentes guardianes que no cambiaría por nada, a pesar de que casi todo el tiempo podían ser unos dementes y tenían sus propias peculiaridades. Cómo cuando casi destruyen la mansión Vongola debido a una pequeña broma de su malcriado Guardián del Rayo, Lampo. Pero, no es necesario que lleguemos a esa parte. El punto es que Giotto prácticamente no tenía nada de qué preocuparse, excepto de una cosa.

Le preocupaba el futuro de Vongola en cuanto se fuera.

Bueno, esto puede sonar ridículo ya que Vongola es una de las familias más ricas del mundo. Tienen éxito en muchas áreas de negocios, legales o ilegales. Con el crecimiento constante del poder y el tamaño de Vongola, uno podría decir que Vongola tendría un futuro brillante por delante. Pero Giotto no se lo creía. En realidad, no le preocupaba si Vongola tendría poder o no después de que se fuera, a Giotto lo que más le preocupaba era si la próxima generación de los Vongola se desviaría de su propósito original.

Originalmente, Giotto creó Vongola como un grupo de vigilantes para proteger y ayudar a la gente, y eso es exactamente lo que hacen a pesar de que poco a poco se convirtieron en una mafia. Sin embargo, Giotto sabía mejor que nadie que la mafia está llena de corrupción y oscuridad; él no podía dejar de preguntarse que podría suceder en el futuro. ¿Seguiría Vongola protegiendo a la gente como ellos lo hacían ahora? ¿Se convertiría igual que cualquier otra familia mafiosa que no les importaba matar para alcanzar la fama y el poder? Giotto se imaginó muchos de los posibles escenarios de "¿y si…?", por desgracia, eran más malos que buenos.

Giotto tenía tantas preguntas, y sin embargo, él no tenía ninguna respuesta para sus propias preguntas. Después de todo, sus preguntas sólo pueden responderse mirando hacia el futuro. O, si por algún milagro, alguien del futuro apareciera delante de de él. Giotto casi bufó en la absurda solución que pensó. Por supuesto, sus guardianes sabían que algo le estaba molestando. Por lo tanto, decidieron hacer frente a este tema con su amado Jefe una noche acorralándolo en contra la pared.

—Está bien, acaba ya con esto y suéltalo Giotto. Sabemos que algo te está molestando —le preguntó G sin rodeos, sin molestarse de ocultar sus intenciones.

—Maa, maa, cálmate G. Estoy seguro de que Giotto nos lo dirá —rió Asari con su sonrisa siempre presente antes de dirigirse seriamente a Giotto—. ¿Verdad, Giotto?—la última parte la dijo de manera que indicaba que Asari iba en serio.

A Giotto le cayó una gotita de sudor.

«¿Realmente soy tan obvio? Pensé que escondí bien mi preocupación. Maldita sea, mis guardianes son buenos. ¿Qué debería hacer? No quiero preocuparles innecesariamente»

Antes de que a Giotto se le ocurriese una mentira, Daemon le cortó.

—Kufufufu, te sugiero que no trates de mentirnos. Si lo haces…

—Voy a arrestarte por haber mentido y engañado a otras personas —Alaude sacó sus brillantes esposas, emanando un aura mortal.

—Vale, vale —Giotto levantó sus manos. Caray, sus amigos pueden ser realmente aterradores—. No es nada —Giotto dejó escapar un suspiro—. Me estaba preguntando qué pasará con la familia Vongola en el futuro.

—YO NO LO ENTIENDO AL EXTREMO —dijo, o mejor dicho, gritó Knuckle

Giotto hizo una mueca de dolor por el volumen.

—Como he dicho antes no es nada —suspiró otra vez cuando sus guardianes le dieron una mirada de "No creo lo que estás diciendo"—. De acuerdo, no puedo dejar de pensar en lo que sucederá con Vongola en el futuro. Sé que creamos Vongola para proteger a la gente, pero, ¿qué pasaría si se desvían del propósito original? No quiero que Vongola sea como cualquier otra familia mafiosa —terminó quedándose en silencio.

—Tch, te preocupas de cosas innecesarias —dijo G.

—Así es Giotto, deberías ser más optimista —agregó Knuckle.

—Kufufufu, pero tengo que admitir que estoy interesado con lo que dijiste —le dio Daemon una risa enigmática—. Pero, por desgracia sólo podemos saberlo si vamos al futuro o alguien del futuro viene a nuestra época.

—Entonces, hagamos un deseo a una estrella fugaz.

Todos miraron a Asari quien sonreía como si no hubiera sugerido algo estúpido.

—¿Eres idiota? Todo el mundo sabe que las estrellas fugaces no conceden deseos. Es un conocimiento común —gritó G.

—Sin embargo, no perdemos nada con probar, ¿no?—continuó el guardián de la lluvia, imperturbable por el comentario del Guardián de la Tormenta.

—Supongo —razonó Giotto.

De repente, Lampo gritó y señaló con el dedo fuera de la ventana.

—Mira, ¡una estrella fugaz! Rápido, pide un deseo Giotto.

Un colectivo quejido se escuchó de los adultos ante la actitud infantil de Lampo. Pero, Giotto no quería decepcionar a Lampo por lo que pidió un deseo por todos ellos.

Cerró los ojos y dijo en voz alta.

—Ojalá podamos conocer a las futuras generaciones de la familia Vongola.

Giotto abrió lentamente los ojos. Nada había sucedido.

—Supongo que no funciona para nada —dijo en un tono decaído.

—Por supuesto que no pasará nada —replicó G—. Sólo un idiota…

¡POOOMMMM!

De repente, delante de ellos, se produjo una gran explosión de humo.

—…se lo creería…—G terminó su frase sin convicción mientras que toda la sala se había cubierto por el humo.

Todos se quedaron atónitos, pero rápidamente se pusieron en guardia tan pronto vieron figuras dentro del humo. No es bueno el estar enajenado como idiota cuando un enemigo (esperemos que no) está delante de ti.

—Tú, estúpida vaca, ¡mira lo que has hecho!

—Cállate, Estúpidera. Tú lo iniciaste.

—Maa, maa, calmaos Gokudera, Lambo. Estoy seguro que Lambo no tenía intención de dejar caer la bazuca.

—¡Cállate, Friki del Béisbol!

—Oi, Cabeza de Pulpo ¿qué ha pasado aquí al extremo? ¿Dónde estamos?

—¿Quién es un Cabeza de Pulpo, Cabeza de Césped?

—Mukuro-sama, ¿qué haremos ahora?

—Kufufufu, parece que hemos sido enviados al futuro de nuevo. Supongo que tendremos que esperar por 5 minutos.

—Por agruparos, voy a morderos hasta la muerte.

—Kufufufu, me gustaría ver el cómo lo haces.

A la primera generación les cayó una gota de sudor ante los intrusos en el momento que escucharon gritos, metal colisionando y más disputas. En serio, ¿acaso no se daban cuenta de su presencia? El humo comenzó a disiparse. Vieron que había al menos ocho intrusos, y los intrusos llevaban traje. La primera palabra que vino a la mente dela primera generación fue la de mafia. Poco a poco fueron sacando sus armas. Tomando ventaja de la indiferencia de los intrusos con respecto a sus alrededores, Giotto les dio instrucciones a sus guardianes que esperaran a que el humo se disipara antes de poder atacar a los intrusos. Esto iba a servirles de lección para no darle la espalda al enemigo.

Bueno, ese iba a ser el plan.

Hasta que vieron la escena desarrollándose delante de ellos.

Un niño que se parecía a Lampo estaba jalando el pelo a un chico perturbadoramente parecido a G, con excepción del color del cabello. Con un demonio, incluso tenía la misma mueca en la cara que G ponía cuando se enfadaba. El que parecía Asari estaba riendo idiotamente a ellos. Entonces, el choque de metal les llamó la atención y miraron hacía dos jóvenes, uno que se parecía a Alaude y el otro a Daemon. No muy lejos de ellos, había una niña y un niño. Giotto podría jurar que la niña tenía el mismo peinado de piña que el niño con el tridente. En cuanto alque se parecía a Knuckle, él estaba animando (más bien gritando) la lucha delante de él. Alaude frunció el ceño ante esa escena. No le gustaba ser ignorado, especialmente por un grupo de niños inquietantemente parecidos a ellos, y al parecer no era el único que se sentía así.

—¿Quién diablos sois? ¿Y como demonios habéis llegado hasta aquí?—gritó G, llamando la atención de los niños.

Eso realmente tuvo un efecto inmediato; el grupo detuvo sus disputas. Y se hizo el silencio antes de que una gran explosión se desatara.

—¿Qué demonios? ¿Cómo habéis cobrado vida?—gritó el que se parecía a G.

—Maa, maa, calmaos, estoy seguro de que es un malentendido.

—¿Por qué estás aquí al extremo? ¿Habéis venido a ponernos una prueba extrema?

—¡Tsuna, hay un fantasma!—gimió el niño vaca.

—Kufufufu, parece que fuimos enviados al pasado y no al futuro.

—¿Qué debemos hacer, Jefe, Mukuro-sama?

—Sois molestos, preparaos para ser mordidos hasta la muerte —el muchacho llevando unas tonfas miró ferozmente a la primera generación por interrumpir su pelea con el chico piña. Sin previo aviso, lanzó su ataque a su objetico más cercano, Alaude.

Alaude rápidamente se puso en posición de ataque. El chico dirigió un golpe hacia la cabeza, golpe que Alaude logró esquivar por los pelos. Ese ataque parecía ser la señal para los otros guardianes de atacar a los intrusos. Y antes de que Giotto lo supiera, sus guardianes estaban luchando contra los niños delante de ellos. Al principio, Giotto pensó que sería una pelea fácil, sin embargo, estos niños no eran para nada fáciles. Para un grupo de niños, ellos eran sorprendentemente buenos en combate, pero Giotto no podía dejar de preocuparse por la pelea. Estaba empezando a salirse de control.

—Parad ahora mismo —una voz calmada y con plena autoridad se hizo eco en toda la habitación.

Inmediatamente, todos los ocupantes de la habitación se congelaron, sí, incluso la primera generación. Todas las cabezas se voltearon hacia la voz. La primera generación tuvo la sorpresa de su vida al ver a un mini Giotto en frente de ellos, con casi el mismo traje y manto que tenía Giotto. El chico tenía el aura de Jefe, poder y lleno de autoridad al igual que Giotto cuando está en modo Jefe. Sin embargo, el niño parecía más serio de lo que es Giotto, su aura casi gritaba, "Tal vez parezco lindo, adorable y pequeño, pero soy más que suficientemente fuerte como para patearos en el culo, así que no me fastidiéis".

Lo único que se diferenciaba de Giotto era el color de ojos y cabello. Si los guardianes no conocieran tan bien a Giotto, podrían jurar que el niño en frente de ellos es el hijo de su Jefe. Pero lo que les llamó más la atención fue el anillo en el dedo del niño.

El anillo Vongola del Cielo.

A todos se les abrió la boca, bueno, no todos, a Alaude no. Él es demasiado impasible como para que se le abriese la boca como a un idiota. Sin embargo, se podía observar lo sorprendido que estaba al ver la forma en la que sus cejas estaban arqueadas. Giotto volvió su mirada a los niños; fue entonces que se dio cuenta de que todos los niños llevaban un anillo que extrañamente se parecían a los anillos Vongola. Sin embargo, no podía ser. Ellos tienen el anillo real. Pero, el anillo de los niños no parecía ser ninguna imitación barata.

—Coff.

Giotto rápidamente salió de su trance al escuchar a su mini tosiendo. De repente se acordó de la actual situación en la que se encontraban y que estaba actuando como un idiota al estar de pie y con la boca abierta de esa manera. Rápidamente recuperó la compostura. Giotto miró al mini Giotto, el muchacho parecía ser el jefe, ya que todos en su grupo estaban esperando algún tipo de orden de él.

—Soy Giotto, Vongola Primo y ellos son mis guardianes —Giotto señaló con sus manos a sus guardianes—. G, mi Guardián de la Tormenta; Asari, mi Guardián de la Lluvia; Knuckle, mi Guardián del Sol; Alaude, mi Guardián de la Nube; Lampo, mi Guardián del Rayo y Daemon, mi Guardián de la Niebla —luego en tono firme, preguntó—: ¿Quiénes sois? ¿De que familia sois? Y, ¿cómo habéis llegado hasta aquí?—Giotto tenía la sensación de que ya sabía de donde venían, pero necesitaba confirmarlo antes que nada.

El grupo se tensó, y miraron a su jefe como si estuvieran solicitandoel que debían hacer. El chico asintió lentamente con la cabeza, manteniendo su rostro sereno y calculador.

—Tsk, Gokudera Hayato, Guardián de la Tormenta —dijo el que se parecía a G.

—Jajaja, me llamo Yamamoto Takeshi. Y soy el Guardián de la Lluvia —contestó el chico sonrisas.

—Soy Lambo-san, el Guardián del Rayo. Postraos ante mí.

A todos les cayó el sudor ante la introducción del niño vaca. «Que malcriado». Lambo parecía que quería continuar con su gran discurso, pero una mirada de su Jefe hizo que el niño se callara.

—Soy Sasagawa Ryohei, el extremo Guardián del Sol —todos se sobresaltaron ante el fuerte volumen.

—Kufufufu, soy Rokudo Mukuro y ella es Dokuro Chrome. Somos los Guardianes de la Niebla— dijo el chico de pelo piña.

—Hn, HibariKyouya, Guardián de la Nube —la Alondra los fulminó con la mirada.

La primera generación se quedó mirando al último niño. Por alguna razón esperar por su respuesta les ponía nerviosos. No es como si fueran a mostrarlo, el niño todavía se veía tranquilo a pesar de ser observado por tanta gente.

—Me llamo Sawada Tsunayoshi —el chico hizo una pausa para dar efecto—. Y soy el Décimo Vongola.

Silencio. Entonces…

—¿¡QUÉÉÉ!