Ultimo Capitulo.. :( y como 100pre les digo ke fueee un gustazooo adaptar otra tremenda historia para ustedes.. ejejej pero no crean ke aka termina todo ehhh recuerden ke falta ke Alice se enfrente a lo que tiene dentro y que Rosalie tome un decicion ke kambie su vida jeje si kieren saber ke sucedera kn ellas no dejen de leer la continuacion de esta trilogia

reucerden de ke nada me pertenece

Disfruten!

Capítulo 52

—No tienes derecho a entrometerte entre un marido y su mujer —había algo juicioso en su tono, algo sensato bajo la locura—. Marie es mi esposa. Legal, moral y eternamente —le empujó la garganta con el cuchillo—. Guarden las pistolas y dejenos en paz. Esto es un asunto mío.

—No tengo un blanco claro —dijo Alice en un susurro—. No hay luz suficiente.

—No es la solución. Baja la pistola, Alice —Rosalie alargó el brazo.

—Al demonio con eso —mantuvo el dedo en el gatillo.

Sólo podía pensar que aquel tipo era un cabrón mientras veía la garganta de Bella y olía la sangre en la camisa de Edward.

—Alice -—repitió Rosalie en voz baja mientras Edward seguía ordenándole firme y tajantemente que dejara el cuchillo y se apartara.

—Maldita sea. Maldita sea. Será mejor que tengas razón —murmuró Alice

Edward no las oía. Habían dejado de existir para él. Bella era la única realidad.

—Haré algo más que matarte —mantenía la pistola firme como una roca y la voz tranquila como las aguas de un lago—. Si le haces un rasguño, te haré pedazos. Te dispararé a las rodillas, a las pelotas, a la tripa y disfrutaré viendo cómo te desangras.

James perdió todo el color que la rabia le había llevado al rostro. Creía en lo que veía en los ojos de Edward. Creía en el dolor y la muerte que veía allí, y tuvo miedo. Le tembló la mano que empuñaba el cuchillo, pero no se movió.

—Me pertenece.

Alice tomó de la mano a Rosalie. Bella sintió la oleada de energía que habían creado, y también la oleada de amor y terror que emanaba de Edward mientras sangraba por ella. Y sintió, como nunca antes lo había hecho, el miedo del hombre que la agarraba. Ella se llamaba Bella Swan y ése sería su nombre siempre. El hombre que tenía detrás era menos que nada. Agarró el colgante que le había dado Rosalie. Vibró.

—Me pertenezco a mí misma —fue recuperando el poder poco a poco—. Me pertenezco a mí misma. Y a ti —dijo con los ojos clavados en los de Edward—. Tú ya no me haces daño —levantó la otra mano y la posó suavemente en la muñeca de James. —Suéltame, y podrás marcharte. Nos olvidaremos de todo. Es tu oportunidad. La última oportunidad.

Ella oyó el silbido de la respiración de James en el oído.

—Perra estúpida. ¿Crees que voy a dejar que te escapes?

—Es tu única alternativa —había compasión en sus palabras—. La última.

Oía una letanía en la cabeza, cada vez más alta, como si hubiera estado esperando a que eso la liberara. Se preguntó cómo había podido tenerle tanto miedo.

—Que lo que me has hecho a mí y a todos, multiplicado por tres se vuelva contra ti. A partir de esta noche nada podrás sobre mí. Que se haga mi voluntad.

La piel le brilló como si tuviera luz propia; las pupilas eran oscuras como carbones. El cuchillo tembló, resbaló sobre su piel y cayó al suelo. Mientras James se derrumbaba a sus espaldas, oyó un jadeo sordo, un gemido agudo que no llegó a ser un grito.

Bella ni siquiera lo miró.

—No dispares —le dijo tranquilamente a Edward—. No lo mates de esta manera. No te haría ningún bien —con los gemidos de James de fondo, se acercó a Edward que estaba dispuesto a hacerlo—. No nos haría ningún bien. Él ya no significa nada —puso la mano en el corazón de Edward que latía con fuerza—. Él es lo que ha hecho de sí mismo.

James se retorcía en el suelo como si algo perverso se hubiera apoderado de él. Tenía el rostro pálido como la cera. Edward bajó la pistola y abrazó a Bella con el brazo sano. Ella se quedó así un rato mientras alargaba un brazo para estrechar la mano de Rosalie.

—Quédate con ellas —le dijo Edward—. Yo me ocuparé de él. No lo mataré. Sufrirá más si vive.

Alice observó a su hermano acercarse al cuerpo que se crispaba en el suelo y sacar las esposas. Pensó que él tenía que hacer ese último acto y ella dejar que lo hiciera.

—Tardará dos minutos en esposar y leerle los derechos a ese despojo humano, luego quiero que vaya a la clínica. No sé cuál es la gravedad de la herida.

—Yo lo llevaré —Bella se miró la mano ensangrentada, la sangre de Edward, y notó el latido de la vida—. Yo lo acompañaré.

—El valor —Rosalie le tocó el colgante— rompe el conjuro. El amor hace uno nuevo —abrazó con fuerza a Bella—. Lo has hecho muy bien, hermanita —se volvió hacia Alice—. Y tú has encontrado tu destino.

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El día de Todos los Santos, mucho después de que apagaran las hogueras y antes de que amaneciera, Bella estaba sentada en la cocina de su casa amarilla con la mano posada sobre la de Edward. Sintió la necesidad de volver, de estar allí, de limpiarla de lo que había pasado y de lo que había podido pasar. Eliminó las fuerzas negativas que quedaban en el aire y encendió velas e incienso.

—Me habría gustado que te hubieras quedado en la clínica.

Bella apretó la mano de Edward.

—Yo podría decir lo mismo.

—A mí me han dado unos cuantos puntos de sutura, tú tenías una conmoción.

—Ligera —le recordó ella—. Y veintitrés puntos no son unos cuantos.

Veintitrés puntos, pensó él, una cuchillada bastante considerable. El médico había dicho que había sido un milagro que no afectara gravemente a ningún músculo o tendón. Edward lo llamaba magia. La magia de Bella.

Ella le pasó la mano por las vendas nuevas hasta tocar el medallón.

—No te lo has quitado.

—Me pediste que no lo hiciera. Se calentó —ella lo miró a los ojos—. Un instante antes de que me hiriera. Pude ver dentro de mi cabeza, como un fogonazo, el cuchillo que iba al corazón y que se desvió. Como si hubiera chocado contra un escudo. Pensé que me lo había imaginado que eran imaginaciones mías, pero ahora sé que no.

—Éramos más fuertes que él —Bella se llevó las manos unidas a la mejilla—. En cuanto oí su voz, tuve miedo, me dominó el miedo. Me arrebató todo lo que había conseguido construir, todo lo que había aprendido de mí misma. Me dejó paralizada, me anuló la voluntad. Ése era el poder que tenía sobre mí. Por suerte, empecé a recuperarlo y cuando te hirió lo recuperé de golpe; aun así no podía pensar con claridad. Supongo que en parte por el golpe en la cabeza.

—Te escapaste para salvarme.

—Y tú nos seguiste para salvarme a mí. Somos una pareja de héroes.

Él le acarició delicadamente la mejilla. Notaba el palpitar de los moratones.

—No volverá a hacerte daño. Cuando amanezca, iré a relevar a Alice y me pondré en contacto con la oficina del fiscal. Este par de intentos de asesinato lo mantendrá un tiempo entre rejas, por muy buenos que sean sus abogados.

—Ya no le temo. Al final resultaba penoso verlo consumido por su propia crueldad, aterrado de ella. Su locura se ha vuelto contra él. Ya no podrá volver a ocultarla —todavía podía ver los ojos sin color y desorbitados en la cara blanca como la cera—. Una habitación acolchada sirve lo mismo que una celda.

Se levantó y sirvió más té. Cuando volvió, Edward la rodeó con un brazo y puso la cara contra su vientre.

—Voy a tardar en borrar esa imagen tuya con un cuchillo en la garganta.

Ella le acarició el pelo.

—Tenemos toda una vida por delante para llenarnos las cabezas con otras imágenes. Quiero casarme contigo, sheriff Cullen. Quiero empezar pronto esa vida.

Se sentó en su regazo y suspiró mientras apoyaba la cabeza en su hombro sano. En la ventana aparecieron los primeros brochazos de color que anunciaban el amanecer.

Le puso la mano en el corazón para acompasar sus latidos a los de él. Comprendió que la verdadera magia estaba allí.

FIN


ke tal? ke les parecio? jeje espero ke le haya gustadoo y espero me sigan en Cielo y Tierra ... jeje de kien kreen ustedes ke sew tratara la 2da historia? jejeje Alice y Jazz o Rose y Emm? kien sabeee jejeje kn reviews les ayudare a descubrirlo

byeee nos leemos prontoo Gracias de nuevo por todooo :*