Disclaimer:Inuyasha pertenece a Rumiko Takahashi y nada más, este Fic está escrito sin fines de Lucro, yo solo escribo esta historia de amor entre Lord Sesshomaru y Rin.
Eternidad
CAPITULO I
"Sentimientos de un yōkai":
-"¿Por qué protegerlos?, ¿Por qué extrañarlos?... ¿Por qué amarlos?-
"Lord Sesshomaru"
-Rin
Ese día, el viento soplaba más que lo normal, llevándose a su paso cualquier frágil objeto. La pequeña niña estaba sentada al borde del lago, con los pies dentro de este. El demonio sapo estaba "pescando", si meter las manos en el agua a ver qué atrapaba se le consideraba como tal.
El llamado del yōkai la saco de sus infantiles pensamientos, para ponerse de pie y acomodarse el kimono que tanto trabajo le costó recogerse. Su amo había vuelto, después de tres días de haberse marchado, había vuelto por ella. Como todas las veces que se iba…siempre regresaba.
-Amo Sesshomaru, ha regresado.
El demonio de largos cabellos platinados fijo su mirada ámbar en ella. Siempre tan frío, firme y distante. Rin sabía que bajo aquella máscara de dureza, existía un corazón de sentimientos puros, que solo necesitaba a alguien que lo desenvolviera, y devolviera al yōkai una sonrisa.
Jaken llegó tan rápido como pudo al escuchar la bienvenida de Rin, su Amo Bonito había vuelto, y con él Ah-Un, que por primera vez, había acompañado al Lord más poderoso de las tierras del Oeste en sus rondas a solas. Dejando sin protección a Rin y al pequeño sapo. Pero Lord Sesshomaru sabía que nada iba a pasarles, se encontraban en un bosque cerca de la aldea donde habitaba su molesto hermano Inuyasha, y el bosque había sido limpiado por él.
Al menos de demonios claro.
Rin le dedicó una de sus más tiernas sonrisas a su Amo y protector. Ya la había salvado en incontables ocasiones, y había vivido ya dos años con él. Desde que tenía 8 hasta que cumplió los 10- hace 11 meses exactamente- y con esto esperaba que fueran muchos más los años que lo acompañaría.
Aún recordaba aquella pelea que presenció, de Sesshomaru contra aquellos monjes que intentaron alejarla de él. Su Amo había ido a buscarla, y rescatándola le pregunto qué era lo que ella quería. Aún lo tenía muy presente.
Aquella noche Jaken y yo estábamos solos, habíamos cenado y nos habíamos acostado en el tronco de un árbol para dormir, ambos estábamos cansados y el Amo Sesshomaru aparecería en breve para irnos en busca de Naraku. Caímos dormidos, paso el rato hasta que una melodía me despertó. No era dueña de mis movimientos no podía decidir por mí misma, lo único que me interesaba era ir hacía donde provenía la melodía. Y fue cuando llegue frente al demonio.
Me llevo a una cueva, junto a otros niños que se encontraban llorando ahí. Tenían miedo, miedo de un simple demonio que yo sabía el Lord Sesshomaru vencería cuando viniera a salvarme. Comenzaron a cuestionarme acerca de mi falta de miedo, yo solo podía decir que me daban más miedo los propios humanos que los demonios. El amo Sesshomaru no era malo, yo lo tenía muy presente, se podía decir que yo era una muestra de la bondad del yōkai más poderoso de las Tierras del Oeste.
Fue entonces cuando llegaron aquellos monjes que nos salvaron la vida, todos los niños se apresuraron a salir corriendo y a abrazar al "salvador", yo me quede sentada en donde estaba.
Él vendría por mí.
Pero aquel anciano se acercó y me tomó en brazos decidido a llevarme a una aldea de humanos. Yo no podía aceptar aquello, no podía traicionar a mi Amo…mejor dicho, no quería.
-¡Suélteme!, Lord Sesshomaru vendrá por mi- el anciano se paró en seco y me pregunto con voz firme.
-¿Lord Sesshomaru dices?- y con esto, enojado argumento.- Te irás a la aldea con los humanos, donde perteneces.- y continuó caminando.
Comencé a patalear tratando de zafarme de aquel monje calvo que me estaba raptando, y segura de que él estaba escuchándome grite.
-¡Yo no quiero ir a ninguna aldea con ustedes!, ¡Lord Sesshomaru!- y entonces el anciano lanzo un arma que atravesó el bosque, y de entre la niebla apareció mi Amo, la felicidad que me invadió no puedo describirla, siempre es la misma y conforme pasa el tiempo se vuelve mayor. El siguió caminando dispuesto a recuperarme, y entonces los monjes comenzaron a danzar a su alrededor hasta quedar posicionados en un círculo, donde lanzaron hechizos que apenas lograron mover el flequillo del Lord Sesshomaru. Y cuando el grupo de monjes vio aquello se dispuso a contraatacar, aún cuando mi protector no les había hecho nada. Siempre comportándose mientras yo estaba en el camino. Sabía que él era incapaz de dañar a humanos mientras yo estaba presente, tal vez lo hacía por mi pasado o por simple prudencia, no lo sabía, ciertamente siempre se había comportado muy frío con aquellos pensamientos, y acostumbrada a solo compartir detalles con él, no cuestionaba nada de sus acciones.
Se formaron en un círculo de nuevo y esta vez el monje que me cargaba también intervino. Destellos se amoldaron a la silueta del Amo Sesshomaru.
-Lord Sesshomaru, ¡cuidado!- y entonces él tomo su espada.
Fue la segunda vez que vi esos ojos rojos brillar, nunca me había permitido verlo en su forma original y a pesar de que Jaken me había contado como era verdaderamente el Amo Sesshomaru yo estaba segura que era igualmente hermoso, y secretamente deseaba acariciar a ese perrito blanco y grande que con tanto respeto y emoción me describía Jaken. Y ahora, ¿iba a ser capaz de presenciar una transformación?
El bastón que llevaba el monje se rompió al igual que el rosario que estaba en su mano.
-Es tan poderoso como imaginé.- mencionó mientras se cubría la cara y caíamos al suelo pues el Amo Sesshomaru estaba intacto de pie, sin ningún rasguño y en su forma cotidiana. Y entonces me acerqué al demonio y lo mire a los ojos, el con su típica mirada fría me sostuvo la mía.
Le sonreí y entonces mi nombre salió de sus labios con aquella voz que se aterciopelaba cuando se dirigía a mí, ese tono que siempre usaba conmigo.
-Rin
-¿Si?
-Puedes hacer lo que quieras.
Sabía a qué se refería, pero esa noche Jaken me había contado los planes para el futuro, panes de los cuales yo quería formar parte y estaba segura de que lo sería. No quería vivir con humanos, me sentía muy bien junto a mi Amo, y le debía todo.
Me dispuse a seguirlo y entonces el monje tomó mi mano, me repitió que no debía acompañarlo y que fuera a la aldea, yo me solté y le despedí con la mano y una sonrisa sincera.
Esa noche corrí al lado del Amo Sesshomaru, y desapareciendo de la vista de todos le jugué una carrera, la cual perdí por cansancio y el solo atinó a tomarme entre sus brazos y llevarme toda la noche cargando hasta ir a por Jaken, el que no tardamos mucho en encontrar.
Fue entonces cuando nos encaminamos para buscar a Naraku y destruirlo.
Las memorias de Rin volvían con más frecuencia, su madre cuando aún vivía siempre le repetía lo mismo.
"Tus recuerdos, son lo más valioso de tu alma, trata de atesorar lo más importante, y siempre recuerda una y otra vez".
No podía negar que la extrañaba, pero la compañía del Abuelo Jaken y la del Amo Sesshomaru eran suficientes para ella. Siempre lograban traerle bonitos recuerdos, que estaba segura alimentarían su alma por lo que restaba de su vida.
-Vámonos.
Ella rió y comenzó a caminar junto a él, como siempre haría.
-Amo Bonito, ¡Espérenme!- y con esto jaló a Ah-Un y trato de seguir el ritmo de sus acompañantes, el día estaba soleado a pesar de que era pasado del medio día. Y entonces la pregunta se formulo en la cabeza de Rin, lo cual el yōkai trataba de evitar.
-Amo, ¿A dónde vamos?
-Te quedaras en la Aldea de Inuyasha hasta que cumplas 17 y tengas la edad suficiente para estar conmigo en el imperio del Oeste.
El pequeño sapo, había parado de caminar, al igual que Rin, la cual miro la cascada platinada que se movía al compás de los pasos del Amo. ¿Imperio del Oeste?, y el recuerdo de Jaken diciéndole lo del magnífico imperio que Sesshomaru levantaría la hizo sonreír, entonces…¿El quería que ella formara parte de su imperio?. Pero siete años de espera era mucho, y si él pensaba que era débil ella le demostraría a cada paso que no, jamás sería una carga para él y este no era el día.
-No quiero
Jaken habló por primera vez- Rin, será mejor que no contradigas la…-pero no pudo continuar porque los sollozos de Rin lo interrumpieron.
-Lord Sesshomaru, son 7 años…es mucho tiempo lejos de ustedes. ¡No quiero ir!, Una vez se me dijo que podía elegir lo que yo quisiera, ¿y ahora no se me pregunta que es lo que quiero? Tengo 10 años, puedo saber lo que me conviene o no.
El yōkai escuchaba atento a lo que la humana decía, ciertamente el siempre le había dado libertades, pero ahora lo conveniente era que ella estuviera en la aldea de la anciana Kaede durante los 7 años que tardaría su imperio en construirse, y si Rin lo deseaba a esa edad podía ser parte del imperio junto a él. Pero los sollozos de la más crecida Rin lo estaban destruyendo, sabía que se había ablandado demasiado con Rin, pero ciertamente era por su bien. Dentro de 7 años ella estaría solo 2 debajo de la edad que aparentaba la forma cotidiana del yōkai lo que beneficiaba tremendamente sus planes.
Con 200 años de experiencia él sabía perfectamente lo que era conveniente y lo que no. A tal grado de estar seguro de que la pequeña humana tomaría la decisión correcta cuando llegara su tiempo.
-No lo voy a discutir Rin, te visitaré pero solo hasta que cumplas los 17 podré llevarte conmigo si así lo deseas.
El pequeño sapo llego a la altura de Rin y con una mano en su cadera -que era lo único que quedaba a su alcance pues Rin se había desarrollado considerablemente- le susurró.
-No creo que sea conveniente contradecir al Amo Bonito Rin, vendremos a visitarte, tenlo por seguro, el solo quiere que conozcas y tomes la decisión correcta.
Y con esto volvió al lado del gran demonio de dos cabezas, Rin solo siguió caminando con el alma hecha pedazos, sentía que se iba a alejar de su familia, de sus acompañantes que sabía que siempre estarían con ella. Así prometieran visitarla se sentiría sola. Pero el pequeño sapo tenía razón. No era correcto contradecir al Lord Sesshomaru, y menos cuando el solo buscaba el bienestar de ella.
-Está bien Amo Sesshomaru.
Y con esto emprendieron un viaje que duro medio día que transcurrió en silencio, y al caer la noche Inuyasha los estaba esperando en la entrada de la aldea.
-Sabía que ese hedor solo podía venir de ti Sesshomaru, ¿Es que acaso vienes a visitarme?
-No, vengo a ver a la anciana Kaede, Rin se quedará aquí durante un tiempo.
Inuyasha no dijo nada, el mitad bestia mitad humano solo entreabrió sus ojos iguales a los de su hermano y miro a la pequeña. Y después de nuevo a su hermano. Era increíble escuchar algo así, viniendo de Sesshomaru que había querido y demostrado que Rin permaneciera con él siempre.
-Ya veo
Y con esto se dispuso a marcharse y darle la espalda a Sesshomaru, pero la voz fría del yōkai se escucho como un eco en la oscura noche.
-¿Donde está la humana de la que estas enamorado?, ¿Ha podido regresar?
Inuyasha paró en seco y bajo la cabeza, señal de tristeza. Desde que había terminado el enfrentamiento Kagome había regresado a su época. Y la situación pintaba que no iba a regresar en mucho tiempo, después de la derrota de Naraku el pozo había desaparecido, y con ello Kagome, todos los presentes en la lucha lo habían presenciado y hasta ahora, después de unos meses, ella no había podido volver ni con la ayuda de Inuyasha. Este trataba de evitar el tema y solo había dicho que otras personas la necesitaban, y desde entonces el pozo se había sellado.
Ya había pasado un mes y medio desde entonces. Y su medio hermano se veía igual de triste que después de esos tres días en los que volvió del interior de la perla.
-No, la anciana Kaede te espera.
Y con esto se fue corriendo hasta el lago, donde se quedaba todas las noches a observar en soledad.
-Siempre es así, cada tres días va al pozo y espera el regreso de Kagome.
La voz de Shippo alejó al yōkai de pensamientos absurdos que comenzaban a invadir su cabeza respecto a los sentimientos de su medio hermano. El pequeño demonio se acercó a Rin y le sonrió. Tomando su manita que envolvía perfectamente la de él.
-Hola Rin, Sesshomaru y Jaken, sean bienvenidos, vengan por aquí.
Y con esto los tres mencionados avanzaron detrás del zorrito, Rin miraba su mano – que se encontraba tomada entre la de Shippo- después de todo no estaría sola, estaba segura que cerca estaría también Kohaku que le haría buena compañía.
El yōkai observaba la escena callado, viendo que la actitud de Rin había cambiado, atribuía tales cambios a su pre-adolescencia, pero eso no era todo, no iba a negar que la extrañaría. Pero no alentaría más sus planes de construcción. Estaba pensando poder terminar antes para llevársela lo más pronto, pero la edad de 17 años era perfecta.
Cumpliría su promesa de venir a visitarla, pero no quería que se acostumbrara a la vida que llevaban, necesitaba aprender muchas cosas, aparte de valerse por sí misma, y convivir con los de su especie. Era increíble como esa pequeña humana había aflojado su carácter en los últimos dos años, se sentía completamente diferente y podía decir que extraños sentimientos se estaban apoderando de él. Por eso era mejor alejarse de Rin por un tiempo.
Por unos largos 7 años.
Que siendo un demonio que había vivido ya 200 años, 7 no eran nada.
Pero para Rin, 7 era una eternidad y por eso debía encontrar algo que a la edad de 17 años la dejara así por siempre, su deber era fundar ese Imperio y llevarla con él para cumplir su plan, pero debía hacerla una mujer demonio, y solo podía lograrlo con la Flor de Honoka. Había investigado acerca de esta poderosa flor en su salida de tres días con Ah-Un que fue capaz de llevarlo más aprisa muy lejos de la aldea.
Fue así donde encontró a Honoka, La extraña mujer demonio que tiene aquella flor en ella. Y que muchos humanos por poder se la arrebatan, siendo ella tan débil no puede defenderse y le es robada la flor. La cuál solo se cosecha cada 6 años. Y dentro de 6 Años, esa flor estaba destinada para Sesshomaru, por eso había ido a buscar a Honoka, para esconderla y protegerla y así poder tener en su poder el elixir para Rin. No iba a permitir que Rin creciera y se alejara de su vida. Ella tenía que permanecer junto a él. Ella era su protegida, y la había devuelto a la vida ya dos veces, no iba a perderla una tercera. Ella tenía que formar parte de su larga vida…para siempre.
Pero Rin tenía que entender y disfrutar como humana los siguientes 7 años, y así poder tomar la decisión correcta. La noche que cumpliera sus 17 años él personalmente iría y se lo preguntaría. Explicándole que la Flor tiene la facilidad de conceder la transformación de humana a Demonio. Escogiendo cualquier criatura para su forma original.
Era extraño, y eso siempre se lo pregunto el Demonio Blanco.
¿Cómo Kami pudo crear una mujer demonio así? ¿No era muy peligroso para los ambiciosos de los asquerosos humanos?, ahora su deber era que esa frágil demonio no perdiera la valiosa flor.
-Anciana Kaede
El yōkai se adentró en la cabaña dejando fuera a Rin y a Jaken con Shippo.
-Sesshomaru, es un gusto tenerte por aquí, ¿Qué puedo hacer por ti?
-Rin se quedara aquí durante 7 años hasta que tenga la edad suficiente para formar parte de mi Imperio. Yo me ocuparé de todos sus gastos.
Y fue así que la anciana Kaede dejo caer el tazón de sopa que tenía entre sus manos. Atónita por la reciente noticia, se agacho para recoger el tazón mientras unos ojos ámbar se fijaban en ella. "¿Cómo puede haber humanos tan inútiles? ¿Porqué creen que no estoy haciendo lo correcto?"
-Es una decisión muy buena, Rin tiene que convivir con los suyos después de todo, y no te preocupes Sesshomaru, ella estará bien el tiempo que necesite quedarse, estoy segura que vendrás a visitarle a menudo y ella te recibirá con gusto, Kohaku está aquí, así que no estará sola. Y respecto a los gastos, no hace falta, me encargaré de ella.
El yōkai fijo un momento más su mirada en la anciana, y después bajó su mirada escondiendo el brillo ambarino debajo de su flequillo platino. Cerro sus ojos y suspiró, para después mirar hacia el frente y ponerse de pie.
-Bien, entonces me marcho, regresare a visitarla en cuanto pueda.
-Hasta pronto, Sesshomaru.
Y fue así como el Amo salió caminando tranquilamente, haciendo que Ah-Un caminará detrás de él, arrastrando a un Jaken medio dormido que sostenía en su regazo la cabeza de Rin y en el regazo de esta yacía Shippo. Pero el movimiento brusco del dragón los despertó a los tres.
-Es hora de irnos Jaken, Rin se quedará con la anciana Kaede, estará bien.
-Está bien Amo Bonito, iré en un segundo.
El pequeño sapo se dispuso a despedirse de Rin, la cual estaba frente a él con los ojos llorosos mirando el suelo.
-Rin que tengas una excele…
-Vámonos Jaken, ¿o acaso estas desobedeciendo?
Jaken y Rin miraron a su Amo, ¿es que acaso no se iba a despedir de ella?
El pequeño sapo solo miró apenado a la humana y corrió en dirección a su Amo el cuál seguía avanzando sin mirar atrás, sabía que si veía a Rin llorar le costaría dejarla ahí. Pero no se espero que Shippo se pusiera a gritar como loco cuando sintió como alguien se abrazaba de su pierna.
Sus ojos dorados se abrieron sin mesura.
-Lo voy a extrañar mucho Amo, regrese pronto.- y con esto se soltó. Él decidió mirar de reojo y se dio cuenta que la pequeña iba corriendo hacía la anciana que la esperaba en la puerta junto con Shippo con cara de asombrados, pero Rin no había mirado atrás. Y él la imitó, sabía que a la humana le dolía pero no iba a retractarse. Siguió su camino junto con Jaken y a las afueras de la Aldea se encontraron en el río a Inuyasha.
-Sabía que solo estabas con ella para entretenerte un rato. ¿Acaso estabas jugando a ser como mi padre?
-No metas a mi padre en esto Inuyasha y tal vez, puedas concentrarte en hacer volver a la humana, solo tal vez así no estarás tan imbécil.- Sin siquiera mirarlo Sesshomaru pasó junto a él y siguió su camino a la cueva de Honoka, donde sabía que se quedaría durante un buen tiempo.
Ya ahí, Jaken acomodó al dragón y tomo su lugar junto a su Amo.
-Se ha enamorado usted también de Rin, ¿No es así amo?
El yōkai que aparentaba estar dormido mientras se encontraba recargado en una roca plana abrió sus ojos demostrando su enojo y con su puño cerrado golpeó al sapo en la cabeza dejándole una protuberancia demasiado notoria. Pero Jaken se había dado cuenta de todo. Sesshomaru no ofendió a Inuyasha cuando este menciono el enamoramiento con su propia madre, poniendo así a prueba a su Amo para ver si se había enamorado de la pequeña Rin. Pero Jaken conocía a su Amo y por eso tuvo el valor de preguntárselo.
-Puede pegarme todo lo que deseé, pero realmente no me diga que se quiere convertir usted en demonio con la flor que estamos protegiendo, porque no tiene sentido alguno y lo sabe.
El demonio Blanco solo bajó la cabeza y gruño con fiereza.
-Rin se convertirá en la Emperatriz del las Tierras del Oeste, y no te atrevas a cuestionarme más, esta información es suficiente.- Y con esto se levantó y salió de la cueva. Siempre escapando, Jaken lo conocía de sobra, lo había visto crecer y lo había acompañado por mucho tiempo, y eso no era todo, él sabía que aquella demonio que seguía a Naraku había llamado la atención de su Amo, pero jamás lo había visto tan interesado en volver a Rin una demonio, y fue cuando comprendió, que para él Rin significaba más que una simple humana. Y que convertirla en la Emperatriz de las Tierras del Oeste, era demasiado y cayó en la cuenta…
El Amo Sesshomaru se había enamorado de Rin.
Hola, me conocen por Morocha, y es un gusto traerles ésta historia. Ha sido un momento de inspiración cuando me he visto la serie de Inuyasha por quinta vez. Trato de adaptarla a los momentos que estoy describiendo, como lo es los tres años que Kagome pasa fuera de la aldea en Inuyasha :Kanketsu-Hen. Si voy un poco lento con la actualización es porque ando ocupada en mis estudios, o porque ando viendo la serie de nuevo. Es algo que no me cansa y me ayuda a observar mejor a los personajes para una mejor lectura de ustedes. Espero su comprensión y su fé en esta historia, la hago con mucho cariño y espero que la gocen como yo lo hago al escribirla.
Un beso a todas,
La morocha.