La conocí la misma noche en que llegué a ese pueblo de cuyo nombre, la verdad, no me acuerdo. Era tarde ya, estaba oscuro, solo, triste y sucio… como yo…

III

Europa

¿Quién ocupa ahora fastuosos salones de mármol y ostentosos aposentos en Palacio? ¿Quién se acicala con exquisitos afeites y fragancias? ¿Quién viste de finas indumentarias hechas de seda y oropel? ¿Quién bebe licores esplendidos y come manjares deliciosos en vajillas de oro y plata? ¿Quién cabalga supremo sobre soberbios corceles? ¿Quién es llamado "su Alteza Real" o "Su Majestad" y recibido con honores y caravanas? ¿Quién es ahora príncipe de Asgard? ¿Dónde está el poderoso señor con influencia sobre la vida y la muerte de miles de súbditos, el hijo pequeño de los reyes?... Nadie lo sabe, ni su Real Majestad en persona. ¿Cómo podía él saber donde estaba ese elegante y refinado joven, si ya no era capaz de verlo ni en su propio reflejo?

-¿Qué ha hecho la vida con usted, milord?

Se preguntó a sí mismo mientras observaba su demacrado reflejo incipientemente proyectado sobre la superficie de un anuncio publicitario que adornaba una parada de autobús (Stark Industries presenta su Nuevo Smart phone, Telefonía de punta en tus manos, decía el cartel detrás de una placa de acrílico), en ese cruce oscuro y silencioso, de ese pueblo de paso donde lo que predominaba era el susurro de los grillos entre la maleza y el follaje del descuidado parquecito que tenía a sus espaldas; el ladrido de perros tristes; voces extrañas; autos transitando en su marcha indiferente; una música lejana y apagada entre las sombras de la noche se fundía con las ambarinas luces del alumbrado público que resbalaban sobre el pavimento seco y sucio:

All things must pass, all things must pass away…

Recitaba la canción que por instantes se perdía en el aire de esa noche sin luna y sin estrellas:

Now the darkness only stays the night-time, in the morning it will fade away. Daylight is good at arriving at the right time, it´s not always going to be this grey. All things must pass,
all things must pass away…

A esa hora ganaba el desamparo en su corazón y la frustración al no entender ni la mitad de las cosas que lo rodeaban. Se sentía ciego y bobo pero sobre todo, y muy a su pesar, asustado. Escuchando en la lejanía, tenía que admitir que la melodía era algo reconfortante, "ojala fuera cierta" pensó tragando espeso y cubriéndose el rostro con las manos, ese rostro pálido por el hambre, el cansancio y la incertidumbre, con ojeras debajo de los parpados ( los ojos verdes lucían más grandes en las facciones cada día más afiladas y delgadas), el cabello sucio que comenzaba a ponerse hirsuto y una barba naciente que le estaba causando escozor constante: "por eso siempre me gustaba afeitarme", no importaba lo que dijeran Thor o Fandral o el mismo Odin, él siempre mantuvo su opinión: "andar por la vida como un animal lanudo no era símbolo de virilidad ni de poder…". Entonces se dio cuenta de la ironía: incluso en el mínimo detalle había sido distinto al resto, ¿por qué le extrañaba no haber encajado nunca?

Comenzó a rascarse las mejillas y el mentón y a pensar, ¿por qué hasta ahora tenía cambios físicos? ¿Cuánto había pasado desde que cayó en el abismo? En el telediario habían dicho "el acontecimiento de Puente viejo sucedido hace cuatro meses". Él tenía una idea de las medidas de tiempo de los mortales, y eso hacía ya muchos días: todo el asunto del destructor, del destierro de Thor, de su caída al abismo, tenían ese tiempo de haber ocurrido, y sin embargo parecía que esos meses, perdido en lo desconocido, habían sido nada en su cuerpo, sin contar que aún conservaba algún tipo de "naturaleza divina": el poder de auto regenerarse de heridas, por lo demás, era como si el tiempo se hubiese detenido: era extraño. Pero entonces una idea venida a la mente lo dio un poco de esperanza: tal vez había perdido sus poderes por influencia de aquellas fuerzas desconocidas que lo habían traído hasta Midgard, tal vez había un tránsito de descompensación y lo que necesitaba para ser el poderoso ser de antes era "aclimatarse" o adaptarse al planeta, recobrar fuerzas. Mientras tanto estaba en un problema: o se le ocurría algo verdaderamente ingenioso, o estaba condenado a vivir en calidad de indigente en medio de los mortales: sintió un escalofrío, no supo si por miedo ante esas crueles expectativas o ya era capaz de sentir el otoño, pero se estremeció y se hundió en la chaqueta de algodón que había hurtado, como todo lo que llevaba puesto: repasó en su mente como había escapado del hospital y como había llegado hasta ese pueblo.

Dejar inconsciente al pobre enfermero Mike y echarlo entre las sábanas y los cobertores de la cama como ocupando su lugar después de robarle sus ropas había sido lo primero, por suerte ese joven era tan alto como él mismo. Salir de la habitación ocultándose en ese uniforme hasta donde pudiera conseguir una indumentaria más convincente fue lo siguiente, "Tu traje…lo han llevado a la lavandería", claro, si su ropa había sido enviada a la tal "lavandería" es porque en ese lugar había más prendas. Cubriéndose el rostro con un tapa bocas que halló en el bolsillo de la filipina, comenzó a caminar por los pasillos del hospital buscando una señal que le indicara como llegar al lugar indicado. Toparse con una afanadora sacando sabanas sucias de una habitación desocupada fue conveniente pues se limitó a seguirla de cerca hasta dar con el dichoso cuarto alojado en el sótano del hospital. Loki tuvo que esperar hasta asegurarse de que la empleada dejara sola la habitación para poder entrar: al abrir las puertas blancas de vaivén se encontró con una habitación tibia, pulcra y espaciosa, llena con lavadoras automáticas, centrifugados, olor a suavizante, desinfectante y detergente: en palacio había algo similar a eso, allí trabajaban un conglomerado de sirvientas todas cubiertas en enaguas y cofias; lavando, planchando y tiñendo todo lo que fuera necesario, lo recordaba porque había ido allí algunas veces en sus exploraciones infantiles, ahora estaba ante una moderna versión de ese lugar de servidumbre.

Comenzó a explorar los grandes y altos anaqueles donde se apilaban sabanas, uniformes, y ropa seca, por un momento se le ocurrió que podía, no sólo hacerse de una indumentaria Midgardiana, sino de recuperar sus atavíos Asgardianos para no dejarlos en manos extrañas; porque era lo único que tenía de su "hogar"; porque le repugnaban los mortales, plebeyos, vulgares y estaba seguro de que harían mal uso de sus ropas principescas. Empezó entonces la pesquisa que resultaba agotadora, pues los estantes eran tan tupidos y variados como los de la Real Biblioteca de Asgard, sólo que en vez de libros y volúmenes había prendas y sabanas. Y no tuvo tiempo de seguir con la búsqueda que tal vez fuera infructuosa, se conformó con buscar ropa masculina que le viniera. Ya se había dado cuenta gracias a la televisión de cómo vestía un hombre normal, casual y joven, y también sabía que no tenía tiempo que perder, y al final nadie se fijo en un joven alto y delgado que salió del hospital usando jeans, zapatos deportivos, camiseta y chaqueta de algodón con caperuza,

Una vez escapando en medio de la noche, con las fuerzas apenas suficientes y sin saber a dónde o cómo ir, Loki se lanzó prácticamente al vacío, tomando el primer camino que encontró, a viajar como polizón en busca de la gran orbe más próxima para en un comienzo perderse en ella: le habían dicho que esa ciudad del estado era Albuquerque, así, con penurias e inconvenientes ahora se encontraba a escasos kilómetros.

Hacía un par de días que venía aplicando el sistema de los "aventones" como solían llamarlo , desde que aprendió que los mortales tenían eso entendido en un acto de buena fe con los viajeros sin suerte que sólo tenían que apostarse a la orilla de un camino y hacer una seña con el pulgar levantado. Así pues, los últimos en favorecerlo fueron una familia de personas de piel muy apiñonada, ojos oscuros y acento extraño que lo transportaron en la caja de la pick up que el padre conducía junto con la carga que comerciaban, lo acompañaban los hijos de aquel matrimonio, un par de chiquillos que no desistían de quitarle los ojos de encima y de hacerle preguntas que él no podía ni quería responder, pero tal vez eso no fuera lo más incomodo, sino la criatura peluda y cuadrúpeda sin el don del habla que no dejó de jadear ni un minuto sobre su hombro, que insistió en treparse a dormir sobre su regazo y en lengüetearle el rostro como si él fuera un postre.

Pero al final se portaron muy amables y le dejaron a poco a donde se encontraba ahora por ser el lugar más cercano a Albuquerque por dónde ellos pasarían: con bendiciones lo despidió la madre de familia deseándole suerte: él nunca había tratado con personas sencillas como esas, no sabía si los plebeyos de Asgard eran tan amables con los desconocidos como esos midgardianos que no volvería a ver nunca.

Ahora se encontraba en ese páramo desconocido y hostil sin tener la menor idea de que hacer, casi abrazándose a sí mismo, volvió a posar el rostro entre sus manos y cerró los ojos como para descansarlos de la fatiga. Las canciones seguían escuchándose perdidas a lo lejos, la indiferencia y la quietud no cesaban de sentirse amargas, pero entonces algo salió del gris contexto: un ruido de airosos pasos sobre la acera y el incesante sonido de una voz femenina, Loki escuchaba aquello sin tomar la menor importancia, con los ojos cerrados contra las palmas de sus manos se percató que la dueña de los pasos y de la voz se aproximaba hasta sentarse a su lado, olfateó la estela de un delicado perfume :-Sí, sí, ¡ya te lo dije! Mi auto se descompuso, sí, una mierda, ¡me tenía que pasar justamente hoy que es mi día libre! Ahora estoy varada aquí, sí, el pueblito siguiente… ¡Por cierto, vaya que feo es todo por aquí! ¿Cómo? ¿Qué soy una snob? Jajajajaja, ¡pues tal vez!

La alegre platica de quien se sentaba a su lado hizo que Loki bajara poco a poco las manos y volteara la vista para ver a quien pertenecía: Lo que vio primero no le disgusto, al menos no como lo hacía la perorata incansable y algo escandalosa de la muchacha, que por cierto, debía de estar loca ya que hablaba sola, o al menos eso le pareció a él que no alcanzaba a ver el audífono manos libres que ella usaba para charlar al teléfono, o era porque no se iba a percatar de minucias cuando lo que llamó su atención no fueron ni el cabello color castaño con mechas doradas de la chica, ni las manos de uñas esmaltadas con un anillo o dos en casi cada dedo, el maquillaje sensual, ¡no! Sino la falda más pequeña que Loki hubiera visto en toda su vida y que atrajo inevitablemente su mirada: es que en Asgard nunca hubiera visto a una mujer usando una prenda que dejara ver los muslos de un par de piernas torneadas y tersas, como las de aquella desconocida.

-Entonces tendré que tomar un autobús desde aquí, no tengo otro remedio, a esta hora todos los talleres están cerrados entonces deje mi auto aparcado, espero que este a salvo…No te preocupes y dile a los otros que estaré allá en cosa de una hora, sí, ya estoy en la parada del bus y al parecer no tarda en pasar. Sí, sí, ya me lo indicaron los lugareños, es el autobús número ciento cincuenta y uno que va hasta el centro de la ciudad, tuve suerte, al parecer es el último, uuf, al menos…Sí ya te dije que es lo que hacía viajando, regresaba de… ya sabes, de atender un negocio de última hora…Sí, sí sé qué piensas que soy muy ambiciosa a veces, pero necesito el dinero…Bueno, nos vemos en un rato, sí hasta pronto, estaré bien no te preocupes, ¡adiós!

Y colgó. Acto seguido se quitó el audífono y lo guardó en el bolso. Loki seguía observándola a discreción tratando de escudriñar en esa feminidad distinta a la que conocía, se sorprendió por el hecho mismo de estar admirando el cuerpo de la chica por puro instinto, como algo que de repente surgía inevitable y ajeno a su voluntad y se reprendió por ello: ¡cómo si no tuviera verdaderas preocupaciones para permitirse distraerse con los encantos de una mujer!

La mujer, ese ser ajeno, esa otredad, esa criatura para él casi desconocida en la que ocasionalmente encontraba una fuente de placer le resultaba casi incomprensible a fuerza de no hacerlas parte de su vida salvo excepción de la que había creído su madre. La feminidad de cuyos vicios él era intruso y usurpador: astuto, mentiroso, labioso, ladino, insidioso y hechicero, todo ello propio de las hembras a quién él aprendió tanto a desear como aborrecer porque había sido en ellas que probó el rechazo, que se traducía en el rechazo de su propia sociedad, de su mundo mismo, esa era su tragedia: él, hijo accidental, macho no deseado, guerrero subestimado, hombre de ninguna…

Sus profundos pensamientos fueron interrumpidos por ella que volteó de improviso, tal vez sintiendo su mirada, inmediatamente Loki apartó los ojos y miró al cielo como si Odín le estuviera hablando, por toda reacción la chica sonrió y para sorpresa de él, criado en un rígido mundo de asfixiante protocolo, ella le saludó sin mayores tramites:

-¡Hola!-dijo con una sonrisa- no te había visto, ¿También estas esperando el autobús?

Por toda contestación Loki se encogió de hombros

-Eso creí. Bueno al menos ya no estamos solos, mientras esperamos nos hacemos compañía, ¿qué tal?

Loki no quería conversar, odió que la chica tratara de hacerlo, de modo que si podía librarse de la pequeña intrusa de una manera más o menos diplomática estaría feliz, así pensó en limitarse a contestar con monosilábicos y frases escuetas: -Puede ser.

-Está muy solo por aquí, creo que me debería dar un poco de miedo, pero se me defender bien en todo caso, o al menos eso creo…

Él no contestó esta vez, se limitó a desviar la mirada y fingir que no la había escuchado.

-Creo que eres algo tímido, ¿verdad? Bueno, disculpa, tengo la costumbre de hablar y hablar siempre que puedo, me gusta hacerlo, me gusta socializar y expresarme…

-¿No? ¿De verdad? ¡Si no me dices ni me entero!

La muchacha lejos de molestarse por el sarcasmo sonrió:-Y ya lo veo, después de todo tienes sentido del humor- dirigió las manos a su bolso sin quitarle la mirada a Loki quien volvió a voltear en dirección opuesta, ella sacó una cajetilla de cigarrillos, tomó uno con los labios y ofreció.

-Y no, no lo creo- dijo él mirando casi con repugnancia el desconocido paquetito.

-Está bien, ¿así que eres un chico sano eh, "Ojos verdes"?

-¿Ojos verdes?

-¡Oh sí! Sería una manera de llamarte, bueno, es que no nos hemos presentado- poniendo su cigarrillo en los labios, se señaló a sí misma diciendo- Yo soy Europa, ¿y tú?

-Vamos a dejarlo en "Ojos verdes"…

-Bueno está bien, como quieras, tampoco es que sea bueno ir por el mundo diciendo nuestro nombre a extraños, ¿verdad?- y se sonrió mostrando una hilera de dientes parejos y blancos- oye, ¿y qué harás en la ciudad? Yo iré con mis amigos a divertirme toda la noche, será genial, la pasaremos bien, ¡me gusta tener noches libres! A veces el trabajo es muy agotador…

-Sí, aja…

-Vaya amigo, tienes la jovialidad de un viudo, deberías soltarte más, no sé, creo que si de vez en cuando sonrieras esa cara de angelito se vería más mona.

"¿Angelito?, ¿mona?"

-¿A qué te refieres?- preguntó intrigado y algo hostil.

-Bueno, a que pareces un curita o un monjecito acabado de escapar el convento, tienes cara de seminarista, ¡no! ¿No me digas que de verás te escapaste de un lugar así? Pues si lo hiciste, ¡qué bueno! Todos los curas guapos son un desperdicio- y se sonrió de buena gana.

Loki la miraba ahora contrariado, primero porque no había entendido casi nada y segundo porque lo volvían a llamar guapo, estaba bien, suponía, pero aún así era extraño y le resultaba incomodo. En Asgard eran más bien pocas las que le llegaron a atribuir tal virtud, atraídas por hombres musculosos y mucho más viriles (en cuanto a su criterio), las asgardianas habían despreciado sistemáticamente su peculiar belleza andrógina y su estilizada esbeltez, por lo cual podía pensar que la linda joven que tenía enfrente se estaba mofando de él.

-No, no te creas, era solo una broma, en realidad…

-¡Oye! ¡Si quisiera hablar de las cosas más estúpidas del universo contigo, ya lo sabrías!

La chica lo miró sorprendida y sus ojos almendrados se rasgaron felinos, molestos, se levantó del asiento y dijo con voz ofendida: -¡Para lucir tan inocente e indefenso eres bastante imbécil!

Loki, que se había cruzado de brazos y rehusado mirarla más, volteó estupefacto ante el insulto: estaba muy bien que nunca fue blanco del amor incondicional de su gente, ¡pero jamás, nadie lo había llamado de esa manera! No al menos en su mero rostro, de modo que boquiabierto, él también se fue poniendo de pie lentamente en actitud desafiante: -¿Cómo me llamaste?

La chica, con las manos en la cintura, esta vez tuvo que alzar la cara para poder hablarle a los ojos: -Imbécil, eres un imbécil, y vaya que tengo que lidiar con muchos hombres idiotas todos los malditos días, incluso me creía inmune o experta en la materia, ¡Pero veo que tú sobresales! ¡Enfadarse de esa manera y ser tan grosero con quien te brinda una sonrisa, eso sólo lo hace un perfecto imbécil!

-¡¿Cómo, qué, cómo demonios te atreves, tú, pequeña mujerz…?

-¡Ja! ¡Qué originales son los hombres! Siempre nos llaman de las mismas maneras para insultarnos, pero es igual, conmigo no funciona, ¡y te advierto que si intentas cualquier cosa extraña te vas a arrepentir!- y sacó de su bolso un aerosol de gas pimienta que Loki miró extrañado.

-¿Sabes una cosa? ¡No me voy a quedar aquí escuchando los insultos de una vulgar desconocida! ¡Me largo! ¡Y si no te golpeo es porque eres una mujer!

-¡Anda, anda, huye! ¡Largo de aquí!

Él iba a echar un paso cuando se dio cuenta que estaba a punto de obedecer la orden de una simple mortal, por lo cual retornó y dijo: -¡No! ¡Largo tú!

-¡Oh, oh vaya! ¡Miren al hombrezote tratando de violentar a una pobre chica! ¡Qué valiente!

Y eso justo estaba diciendo tan absorta que ni siquiera se dio cuenta cuando el autobús número ciento cincuenta y uno aparcó delante de la parada dejando descender a un pasajero, ella lo habría tomado sin problemas si no fuera porque había caminado algunos pasos discutiendo con Loki, entonces el conductor cerró la puerta y reanudó su marcha hacia la ciudad, para cuando ella quiso darse cuenta, sólo vio la parte trasera del autobús alejándose, en vanó se apresuró a pedirle a gritos que se detuviera: su único transporte la había dejado varada. Suspiró molesta y atormentada por la situación, se talló las sienes con la mano y volteó a verlo con ojos de daga, por su parte él estaba plantado en medio de la acera con las manos metidas en los bolsillos de la chaqueta y la miraba con un gesto burlón: -¡Oh! ¡Creo que ese era tu…autobús!- le dijo sin poder contener su clásica sonrisa ladina.

Por toda contestación ella se encogió de hombros y suspiró aferrándose a su bolso de piel y acomodándose el saco de gamuza, echó a andar de nuevo airosa sobre su par de botas de piel, y cuando estuvo frente a él le dijo con voz calmada y seria: -No sé de donde saliste o para qué, pero estoy segura que sólo fue para fastidiar, realmente tienes la virtud de arruinar vidas.- y sin decir nada más emprendió su caminata dejando a Loki clavado en su sitio.

Sin saberlo, Europa acababa de hundir el dedo en la herida, él estaba de una pieza pensando en lo que había escuchado: era verdad, había nacido para sembrar el caos en pequeña y grande escala, para atormentar, para hacer sufrir, para no ser amado.

"¡Maldita mujer, maldita perra que se vaya al infierno!", dijo para sus adentros, aunque admitía que para ser la primera midgardiana que trataba de verdad, era bastante interesante, y sensual, pero sobre todo amigable… "¡Oh por Odin!" Ahora caía en cuenta que aquella ayuda que había estado esperando y que pudo haber sido su salvación de un camino incierto en aquel reino, era ella, sí, lo más seguro, y fue cuando empezó a escuchar la pequeña vocecita en su mente llamada consciencia: "¿eres tarado en la caída a la Tierra te diste tan fuerte que perdiste toda la capacidad neuronal? ¿Cómo demonios, en todos los Nueve reinos, se te ocurre ahuyentar a una potencial ayuda? ¿Es que estas en posición de hacerlo? Disculpa, ¡Ya no eres Su Majestad! ¡La primera persona en todo el maldito lugar que parecía interesada en ti, no sé porque, y lo arruinas!...Pero… ¡¿Todavía estas aquí? ¡Mejor que te tragues tu real y divino orgullo y vayas a pedirle disculpas o te quedas hundido en la mierda más tiempo!"

¡¿Pedir disculpas él? ¿Él, el dignísimo príncipe asgardiano, poderoso señor entre los mortales? Sonaba a que jamás haría tal cosa, tal aberración, tal disparate, tal, tal…Y un dolorcillo se clavó en su vientre, y que humillante, que sórdido, que doloroso era admitir que de la aristocracia había pasado a la mendicidad: el hambre, una sensación que vagamente conocía desde su posición privilegiada, aquella artera desconocida en los palacios y las cunas de oro, aquel azote de los pobres, ahora le aguijoneaba, no sólo el cuerpo, sino el alma. El hambre, la soledad, el más insondable de los desamparos ablandan hasta el más fiero de los déspotas, al más empedernido de los orgullosos, a la más salvaje de las fieras.

-Demonios…-se dijo a sí mismo en voz alta mientras se apretaba las sienes entre los dedos- ¡demonios, demonios!

Y sin pensarlo se encontraba siguiendo los pasos de la mortal que para esos momentos se había perdido de vista internándose en una calle casi desierta. "No te vas a arrepentir", susurró de nuevo su consciencia.

Ocupada iba ella hablando por su teléfono móvil: -Te digo que todo se ha arruinado, ¡sí, sí! ¡Por culpa de un baboso perdí el autobús y ahora estoy aquí varada!… ¿Alguien podría, es decir, alguien podría venir por mi y rescatarme de este maldito pueblo? ¡Claro! Esperaré, ¿dónde? Bueno, ¿recuerdas hace días que pasamos por aquí y fuimos a una cafetería? No recuerdo el nombre pero tú sí, ¿verdad? Bien, que bien, en ese caso estaremos en contacto...Nos vemos en un rato, ¡no tardes por favor!

Colgando guardó el teléfono en el bolso y siguió con su camino, llegó a un punto de la calle donde se topó con un grupo de hombres que al verla comenzaron a piropearla de forma agresiva, ella estaba acostumbrada a ello, a decir verdad cuando ocurría no hacía más que ignorarlos y seguir su camino, aún cuando alguno se atreviera a seguirla o incluso a propasarse, ella tenía la costumbre de seguir de largo, sin embargo aquella noche estaba especialmente enfadada, la velada no estaba saliendo como lo esperaba y la disputa con Loki le había dejado un pésimo sabor de boca y una porción de rabia contenida que gritaba por emerger, de modo que escuchar los chiflidos y las frases obscenas no hicieron más que adelgazar aún más el hilo de su paciencia y de su tolerancia.

El colmo fue uno de esos tipos, un hombre bastante joven pero bastante insidioso que dejó a los otros tres que lo acompañaban para seguir a la joven de cerca en sus pasos y susurrarle insinuaciones bajas, y como la chica no se detuviera, el hombre le cerró el paso.

-¡A dónde vas preciosa? Oye, ¿no eres tú la que acuesta con los hombres de por aquí? Bueno, ¡te doy el puesto! ¡Juro que todo eso que tienes allí esta suculento!

Europa no pudo resistir más, la rabia que lo producía aquello se mezcló con los sinsabores de la noche y no tuvo que esperar ni un segundo más para apoderarse del tubo de gas pimienta que tenía en la bolsa y rociarlo sobre los ojos del impertinente que en seguida comenzó a proferir alaridos de dolor.

-¡Estúpida, estúpida perra!- gritaba y cayó rodillas al suelo al tiempo que la chica salía corriendo de allí a todo lo que daban sus piernas.

Sin embargo ocurrió lo que ella esperaba, los camaradas del victimario echaron a correr para darle alcance. Las risas burlonas con las que habían observado y azuzado el hostigamiento se transformaron rápidamente en exclamaciones y mohines de furia y odio contra la mujer.

Europa estaba ahora oficialmente en problemas, y también a esos debía estar acostumbrada, pero esta vez no tenía control de la situación, sabía que le darían alcance pues la desafortunada naturaleza quiso que los hombres pudieran correr más y mejor que ella.

Uno consiguió halarla del bolso, rompiendo incluso la jareta, por lo que aún intentó escapar pero sin ninguna posibilidad de éxito: no pudo dar ni tres pasos más cuando un segundo hombre la sujeto por la muñeca y un tercero la aferraba de la cintura por detrás.

-¡Suéltenme malditos bastardos, quítenme sus asquerosas manos de encima!

-¡Ahora miren como suplica esta zorra! ¡Estás en graves problemas!

-¡Muchos problemas! ¡Ahora sí vamos a darle su merecido a la zorra! ¿Con qué pasándote de lista, no? No importa, tú y nosotros vamos a pasarla muy bien…

Europa no quiso suplicar, ¡Oh no, ni una sola suplica! Antes bien al tipo que intento meter la mano debajo de su falda (aún indefensa como estaba siendo completamente controlada por el hombre que la sujetaba por la espalda) lo escupió en la cara con bastante determinación.

-¡Condenada puta! ¡¿Qué es lo que has hecho? – Y la abofeteó en el rostro tan fuerte que ella se desvaneció sobre sus rodillas- ¡Ahora sí te vas a arrepentir de haber nacido, maldita ramera!

Los otros dos la levantaron del suelo, uno por los brazos y el otro por las piernas, planeaban llevarla consigo, secuestrarla, hurtarla a bordo de un auto.

El tipo que aún llevaba el escupitajo en el rostro fue a prestar ayuda al que sufría los ardores del gas en pleno rostro, cuando escucharon la voz de otro hombre, un intruso:

-¡Europa!

Loki había logrado recordar acertadamente el nombre de la joven a quién vio a través de la calle, metida en verdaderos líos.

"¿Cómo puedo estar haciendo esto? ¡Debo de estarme mirando como un tonto! ¡Qué indigno de mi, qué vergüenza!" Se decía mientras apresuraba el paso sobre el pavimento sucio y seco, con la determinación de hallar a la muchacha que había conocido en la parada de autobús porqué su instinto de sobrevivencia así se lo pedía.

"¡Si Fandral o Volstag, o peor aún, Heimdall me vieran haciendo esto? ¿Qué dirían Odín y Thor y todos en la Corte? ¡Seguramente se reirían con ganas! ¡Sí, como lo disfrutarían! ¡Yo, el príncipe Loki detrás de una mortal, de esa tal, esta tal…! ¿Cómo dijo que se llamaba, cómo era que se llamaba?" Él creía haber escuchado su nombre antes, en otro lado, sabía que sí. "Se llamaba Era…Eura…."

-¡Europa!- lo dijo en voz alta, pero entonces ya estaba enfrente de la escena, a escasos metros frente a él había un tipo con la cara hecha una desgracia y otro que se empeñaba en ponerlo de pie, más allá había otros dos llevándose a la muchacha en calidad de costal de patatas.

Hubo un momento de confusión, no muy largo: -¡Oye tipo! ¡Piérdete!

Y Loki cayó en cuenta de que le hablaban a él precisamente porque el agresor se había puesto de pie y caminó acortando la distancia, medía algunos centímetros menos que él y tenía ganas de pelear, eso era evidente: -¡Piérdete, lárgate si no quieres tener problemas!

El dios del engaño miró a aquel hombre mortal como si al fin los insectos hubieran aprendido a hablar, y como le estorbara el paso, lo único que se limitó a hacer fue sujetarlo por el cuello y despegarlo del suelo mirándolo precisamente como a la más asquerosa de las alimañas que él estuviera intentando aplastar, el hombre entonces experimentó algo realmente espantoso, sentía como sí las potentes fauces de un cocodrilo se hubieran cerrado alrededor de su cuello que comenzaba a crujir vertebra por vertebra dejándolo sin ninguna oportunidad para respirar.

-¿Cómo te atreves a interponerte en mi camino? ¡Fuera de aquí!- y con su habitual petulancia y superioridad, como olvidando que hacía unos minutos había aceptado transigir, lanzó al tipo metros a lo lejos, con suma facilidad.

-¡"Ojos verdes"!- Exclamó Europa con cierta alegría y confusión, entre la sangre que manaba de sus labios.

Después de eso todo fue más fácil pues Loki se dio cuenta que otra de las poderosas características que había conservado de su divina naturaleza había sido la super fuerza, o tal vez la fuerza común y corriente en los jotun que para los midgardianos era bastante desproporcionada.

Para esos momentos, el hombre victimizado por Europa se había olvidado de todo dolor físico para echar a correr, prefería todo antes que enfrentarse a ese hombre de aspecto juvenil pero que a todas luces era sumamente peligroso, los otros dos debieron de haber captado el mismo mensaje, pues hicieron intentos muy tímidos de presentar batalla una vez Loki se aproximara a donde sujetaban a la chica hablándole como si ellos no existieran:

-¡Eh, oye! ¡Celebro reencontrarte! Quiero decirte que lo ocurrido allá atrás estuvo muy mal…

Ambos habían agotado el recurso de la pronta huida y miraban estupefactos las escenas pero sin soltar a su presa.

-¡¿Y ustedes, hijos de una mala madre, qué demonios están haciendo aún aquí?- preguntó Loki con ojos torvos y siniestros, como si de ellos se fuera a escapar Surtur encarnado. Sin pensar un segundo más los hombrezuelos echaron a correr con todas sus fuerzas lanzado a la muchacha contra Loki que la sostuvo por los hombros, ella trastabilló sobre sus pies y casi perdió el equilibrio, sin embargo las manos del dios alrededor de ella evitaron que cayera al suelo, en su lugar, sus mejillas fueron a dar contra el esternón de Loki.

-¡Guau! ¡Fenomenal, este es sin duda es un lugar infinitamente mejor que el anterior para estar! – De repente le pareció recordar lo sucedido, así, de súbito alzó los ojos para decir- ¡oye hombre, eso fue sorprendente! ¡Cómo lanzaste al tipo por lo aires, excelente! ¡Ni el mismísimo Punisher lo hubiera hecho mejor!

-¿Punisher?

-¡Sí, bueno, o quien sea! Fue fenomenal- ahora ya gesticulaba y manoteaba sumamente feliz, como una niña el día de Navidad- ¡Nunca había visto tanta fuerza junta! ¡Eres, eres como un superhéroe o algo así?

-¿Un héroe, yo?- preguntó Loki extrañadísimo y escéptico- nooo, no lo creo.

-¡Lo que sea! ¡Eres sorprendente en verdad!

-Sí, gracias, supongo, no fue nada..Ah, y respecto a la forma incorrecta y grosera como procedí hace unos momentos …yo…- un nudo se cerró en su garganta y estaba seguro de que un rubor involuntario comenzó a teñir sus mejillas, se llevó las manos a la espalda y las estrujó como darse valor y acallar los miles de años de real y divino linaje que se retorcían de indignación para sus adentros (porque fuera como fuera era hijo de reyes) para, inaudita e irrepetiblemente pronunciar lo más cercano que estaría jamás a una disculpa, de nuevo alzó los ojos al cielo y dijo sin énfasis- quisiera que excusaras mi comportamiento, se que sólo tratabas de brindarme tu amabilidad y potencial amistad, pero verás, a decir verdad estoy un poco tenso y me sentía especialmente irritable, ocurre que estoy atravesando por ciertos contratiempos, bueno, mejor dicho ciertas vicisitudes que me temo no hallo como resolver, luego entonces no debes pensar que mi hosquedad fue esencialmente personal…¿Me explico?

La chica lo miraba casi fascinada, tenía la boca abierta, cruzada de brazos escuchaba y medio se reía:-Eh, supongo que sí, "Ojos verdes", pero no tienes que hablar como el príncipe de Gales, no eres el único que la ha estado pasando mal, mira esto, ¡qué perra suerte! Y yo que creía que esta noche iba a ser genial…No te preocupes, acepto tu…disculpa, o lo que sea que fuera. Además me salvaste de esos malditos tipos…¡Realmente estaba en aprietos!- y como tratando de borrarlo de su mente, comenzó a buscar en el suelo- ¡Oh mira! ¡Qué bueno que no se llevaron mi bolso! Y oye, no te preocupes demasiado, si eso en verdad fue una disculpa está bien. Estamos a mano, eso creo, ¿y qué clase de problemas tienes?

-Digamos que estoy algo….fuera de lugar, inadaptado- ni aun sabiendo que necesitaba ayuda perdía el miedo y la resistencia a pedirla.

-¿Inadaptado? Bueno, no te explicas mucho, ¿Por qué no llamas a tu familia o a tus amigos?

"¡Amigos!", pensó y dijo: - Me temo, no puedo, no podré hacerlo nunca más.

Y a su mente regresaron los recuerdos de todo lo ocurrido, ¿Por qué había pensado que perpetuando un genocidio, un exterminio, ese gran acto de odio, iba a congraciarse con el rey de Asgard?

"No Loki, tú no eres estúpido, no pretendías ganar el favor de Odín tanto como querías borrar el origen que te llena de vergüenza". ¡Cuánta razón tenía su consciencia! Era simple, el dolor por el hallazgo de su verdad fue suficiente para desquiciarlo y desear verter esa ira y ese rencor donde fuera, esparcirlo hacia todas direcciones, hasta el punto de no saber lo que hacía: si hacer parecer que usurpaba el trono de su padre, si estar a punto de matar a su hermano, si matar a su padre biológico; perdió el cálculo y el suelo ¿Y si no hubiera caído por el abismo? ¿Qué suerte le hubiera aguardado en Asgard? ¿El exilio? ¿La prisión? Sea lo que fuere, él había terminado de una vez y para siempre con su familia adoptiva.

-…no, ya no poseo unos padres u hermanos a los cuales acudir- dijo con la mirada perdida, casi como si necesitara auto confesarse para terminar de aceptarlo.

Europa se lo quedó mirando y le inspiró una empatía sincera, realmente pudo ver en sus ojos un dejo duelo y desamparo: -No quiero hacer preguntas al respecto, ¿sabes? Pero créeme cuando te digo que se por lo que estas pasando, ahora bien, si necesitas que te ayude en algo, puedo hacerlo…

Loki entrecerró los ojos, entendió que lo que tenía que hacer enseguida era renunciar un poco a sí mismo y tornarse más terrenal, lo suficiente para decir: - Gracias, eres muy amable- dijo y esas palabras de cortesía le parecieron darle su permiso a ella para que sintiera lastima, y es que no se le ocurría pensar en la empatía, rara vez la había sentido, así todo sentimiento piadoso o positivo inspirado por él debía poseer un cariz negativo u odioso.

-¡Y bueno, por ahora no nos pongamos tan tristes, aún es tiempo de arreglar esta noche!- exclamó ella sonriendo detrás del lápiz labial estropeado por la bofetada y la herida en los labios que ella seguía limpiando con el "kleenex".

-Te hicieron daño- dijo Loki sin énfasis y sin sentimiento.

- No es nada de qué preocuparse. Ahora, ¿quieres acompañarme? Vamos a merendar algo, ¡yo invito!

Él de nuevo se sonrojó un poco, pero tenía que luchar contra esas sensaciones de incomodidad, lo único que se le ocurrió decir fue: -Lamento que hayas perdido tu transporte.

-Sí bueno, ya no importa, ya solucioné eso, ahora vámonos de aquí, ¿sí vienes conmigo, verdad?- preguntó con una linda sonrisa y señalando el camino con la mirada.

El príncipe al fin tenía que ceder y soltarse a un segundo abismo. Suspiró, alzó la gran mirada verde y sonrió levemente sin abrir los labios (dos hoyuelos se le dibujaron en las mejillas), sin decir más echó a andar dispuesto a seguirla.

-¡Muy lindo!- dijo ella con otra sonrisa.

Y ambos se fueron caminando despacio por la calle vacía a medias iluminada por las farolas parpadeantes, alejándose del susurro de los grillos y el ladrido de perros tristes.

-ooOOoo-

Ambos se hallaban en una pequeña cafetería de aspecto acogedor donde Loki había probado algunos platos a la "americana", por supuesto que no rivalizaban ni eran tan exquisitos como los manjares servidos en las ostentosas mesas de palacio diariamente dispuestas para dar un banquete Real, mas en esos momentos todo le sabía cómo al mismísimo arribo al Valhala.

Estaban sentados uno frente al otro, en una hilera de mesas cuadradas con bancas gemelas en la sección para fumadores, donde Europa se encontraba en medio de otro trance de fascinación observando cómo su invitado comía de tan buena gana y en generosas cantidades, los platos de la cena, los bocadillos y ahora el postre. En contraste, ella ni quiera había tocado la orden de papas a la francesa y se entretenía en dar pequeños sorbos a su capuchino.

-Tengo…tengo una duda- habló ella que también se había percatado de las maneras principescas que tenía él a la mesa (como haberse empeñado en colocarse la servilleta de tela en el regazo).

-Sí, dime…-contestó levantando la mirada.

-¿Siempre comes tanto?

-Creo que sí, ¿por qué?

-Y… ¿Cómo…cómo alguien tan delgado puede comer así y no engordar?

- No lo sé- respondió dubitativamente, encogiéndose de hombros al nunca haber pensado en esas trivialidades y si acaso recordando la característica gordura de Volstag quien hubiera sido considerado en Midgard una verdadera máquina succionadora de alimentos- supongo que es suerte…

-Sí lo es, bueno que envidia, con mi trabajo siempre tengo que racionarme, hay que conservar la línea.

Él hizo un gesto de incomprensión curiosa y siguió comiendo a cucharaditas un pudín de chocolate del cual se había enamorado tan sólo con probarlo: lo primero de Midgard que le robaba el corazón o el paladar.

-Por cierto, ¿ahora sí me dirás cómo te llamas? Es divertido llamarte "Ojos verdes", pero no muy…cómodo.

Loki la miró de soslayo, por fin había llegado el momento de inventar un nombre, el que fuera. Entonces recordó sus clases de Historia midgardiana en las que estudiaban la relación de los mortales hasta los días en que ellos dejaron de creer en Asgard y sus dioses. Recordaba que el primer rey nórdico en hacerse a una religión llamada cristianismo, había sido uno llamado Olaf Tryggvason, de modo que: -Yo me llamó…Olaf.

-Olaf, ¡lindo nombre! No es muy americano, tampoco muy inglés- agregó pensativamente-Y no creo que tú tampoco lo seas, ¿verdad?

La mente de Loki trabajaba rápido, era hora de sacarle provecho a su "lengua de plata": -No, soy nórdico.

-Nórdico, ¡quieres decir que eres un inmigrante europeo como yo! ¡Qué coincidencia!

Inmigrante europeo… ¡Sí claro! ¡Europa! Ahora el príncipe caía en cuenta donde había escuchado antes ese nombre, ni más ni menos que era el continente donde, hacía cientos de años, se adoraba a los Asgardianos como dioses.

-Inmigrante sí- afirmó con tranquilidad, tratando de sonar lo más convincente posible.

-¡Pues yo también! Soy inglesa, nací en Norfolk… ¿tú de dónde vienes exactamente?

-Yo he pues, ¡de Dinamarca!- el primer nombre de un vikingo reino midgardiano que le vino a la mente.

-Fantástico, ¡siempre es bueno encontrarse con otros inmigrantes, verdad? pero dime, ¿estás aquí legalmente o…?- en ese momento el teléfono móvil sonó - ¡Oh disculpa! Tengo que contestar.

Loki agradeció esa interrupción. Al mismo tiempo que picaba el pudín se preguntaba que habría querido decir ella con eso de "estar legalmente en el país", ¿es que acaso se cometía un delito sólo por estar en un determinado lugar? Y si era así, ¿a quién había que pedirle permiso? Eso era extraño y algo incomprensible para él.

Europa charló un par de cosas, confirmó su ubicación y al colgar dijo: - Están prontos a llegar, mejor nos vamos yendo, voy a pedir la cuenta, si quieres podemos llevarte hasta la ciudad.

-Eso sería muy amable de tu parte…

-Sí, es que hay que hacer el favor completo, además por esta noche ya no hay un modo seguro para salir de aquí.

Europa llamó a la mesera que llevó la nota de la cuenta, ella ni siquiera se molesto en verla sacando una tarjeta de su cartera, "American Express" leyó Loki inscrito y se preguntó si en verdad ese pedazo de plástico valía algo.

-Te decía, Olaf, si te soy sincera…No creo, y lo digo porque no luces como el tipo de persona que lo tiene todo en orden, pero no creo que tengas papeles de residencia, ¿o sí?

-Eh, pues…

-No te preocupes, no es la gran cosa sino te descubren…- su mirada se tornó seria y su tono algo grave, hablaba como cuchicheand en tono sospechoso, Loki infirió que en verdad, eso de estar legal o no era un asunto delicado- y bueno, a todo esto, ¿cuántos años tienes?

Él por suerte recordaba bien la charla de la doctora y la enfermera en el hospital, y contestó:

-Veinti…seis.

-Sí, algo así te calculaba…Eres un poquito mayor que yo pues tengo veintitrés – volvió a sonreír y era cuando lucía sus facciones coquetas y los ojos almendrados color ámbar que se rasgaban afablemente, así como las incipientes pecas que se asomaban por debajo del maquillaje aplicado para aparentar mayor edad.

Después de unos momentos la camarera regresó con la tarjeta, ella la guardó en la cartera y dejó unos cuantos dólares en la charolita que había delante de ella.

-¡Y justo a tiempo! Ya llegaron mis amigos, estarán aquí afuera- aseguró ella mirando la pantalla de su móvil, que segundos antes había sonado y vibrado, Loki ya se había dado cuenta que tan importantes eran esos aparatos para la vida de los midgardianos.

Caminaron hasta la salida y no tuvieron que esperar ni cinco minutos para ver aparcándose a un auto negro a las puertas. Europa sonrió apenas verlo, de él bajaron un par de chicos atractivos, un muchacho y una muchacha, ella fue la primera en acercarse a Europa para saludarla con un beso en la mejilla y notar la herida de su labio: -¡Por Dios, mujer! ¿Qué te ha pasado? ¡Cómo no sea lo que me estoy imaginando!

- No, no te preocupes, esto no tiene mayor importancia…Fueron unos brutos infelices que me atacaron, pero todo está bien…

-¿Segura?

-Claro, ¡él me salvó!- dijo al momento que ponía una mano en la brazo de Loki.

La muchacha hasta entonces se percató de la presencia del dios del engaño y lo miró muy intrigada, él se sintió incomodo con la escrutadora mirada de la nueva desconocida.

-¡Fue asombroso, les tendré que contar a todos ustedes después!

-En realidad no fue tan asombroso…- agregó Loki a quien no le agradaba la idea de llamar la atención en demasía.

-Bueno, si ella dice que lo es, ¡debe serlo!

En seguida los abordo el joven que había venido conduciendo el auto, se había entretenido arrojando la colilla de su cigarrillo al cesto de basura más próximo e hizo casi las mismas preguntas: se escandalizo por el golpe que Europa lucía en el rostro y fue enterado de que Loki había sido el héroe salvador.

Enseguida todos fueron presentados y Loki se enteró de que la chica se llamaba Gudrow y el chico bielorruso Yurin, luego, entre la alegría generalizada que suponía el encuentro de los amigos, subieron al auto. De repente se vio embarcado en esa nueva aventura sin rumbo, en el asiento trasero del auto al lado de la blanquísima muchacha de cabellos teñidos al rubio platino, (de modo que se asimilaba a esos armiños albinos que se llegaban a criar en palacio), sus ojos ultramarinos y su maquillaje de mujer fatal conformaban una apariencia hermosa, sí, pero excéntrica; su joyería y su atuendo eran de colores oscuros pero muy provocativos; llevaba el mismo tipo de falda inverosímil que Europa, y un par de zapatos igual o más inverosímiles, luego estaba el escote, un escote que a Loki le costaba trabajo ignorar, más bien hacia un gran esfuerzo por mirarla realmente al rostro mientras le hablaba y no bajar los ojos hacia el par de blancos senos medio asomados que subían y bajaban con la respiración de su dueña

Y luego estaba el chico, un tipo bastante bien vestido, elegante incluso, y buen mozo, blanco, con los ojos claros, usaba un traje oscuro y una camisa de seda, llevaba el pelo acomodado en un peinado que el otrora asgardiano juzgó ridículo, estaba oloroso a fragancia y tabaco.

-Entonces, ¿dices que eres un inmigrante?- le preguntaba Gudrow a Loki.

-Sí…así es…

-¡Oh! Yo también… ¿De dónde eres?

-Dinamarca, sí…- contestaba él casi a regañadientes, temiendo a cada momento que no pudiera contestar algo.

-¡No me lo digas! ¡Yo también!

"¡Oh por todos los demonios!" Pensó Loki quien ahora sí se vería en aprietos.

-¡Yo…yo solía vivir en Copenhague! En un barrio nada bueno, pero naci en la capital, ¿tú dónde?

-Eh, yo, verás…Es una ciudad, ¿qué digo ciudad? ¡Un pueblo! Uno pequeño, casi una villa, seguro que no sabes ni donde esta ni como se llama…

-Bueno, puede ser, ¿por qué no haces la prueba?

-Pues…porque resulta algo triste recordar mi casa, no si me entiendas…

-Sí, la verdad es que sí- contestó ella bajando la mirada de capas de rímel - aunque no lo creas te entiendo, a mi igual me resulta difícil recordar todo lo que quedó atrás, ¡tienes razón! No hablemos del pasado.

"Excelente"

-Cosas tristes, ¿por qué están hablando de cosas tristes allá atrás?- preguntó Europa que ya encendía otro cigarrillo y bajaba el volumen a la radio que sintonizaba una estridente canción de rock.

-¡Nada, nada! Estábamos comentando un poco acerca de nuestros orígenes.

-¡Oh vaya! Con razón…Eso sí pone triste a cualquiera…

-¿Y qué andabas haciendo tan solo por esos lares? – volvió a preguntarle Gudrow.

-Lo que ocurrió es que me asaltaron…y entonces unos vándalos me desbalijaron de todo lo que traía- de nuevo la coartada involuntariamente proporcionada por el enfermero.

-¡Oh que mala suerte!

"Ya deja de preguntar por favor, ¡ya deja de preguntar!" Pensaba y repensaba él, ella se quedó un momento en silencio y volvió a fijar su vista hacia la ventanilla, mas de repente parecía cifrar algo y volvía a la carga: -¿Y cuántos años tienes?- oh, si a Europa no le gustaba hacer demasiadas preguntas a la chica blanca sí, y al parecer el viaje no iba a terminar enseguida, de modo que tuvo que capotear las incógnitas y escamotear la información disponible.

Minutos más tarde llegaron a la ciudad a través de una vía rápida con decenas de miles de autos fluyendo a través de ella. Loki miraba con atención todo desde su ventanilla, como tratando de grabarlo en su memoria. Poco a poco el auto se fue internando más y más en la orbe hasta casi detener su marcha y avanzar a vuelta de rueda, lentamente comenzó a transitar por las arterias atestadas de transeúntes y vehículos, tan lentamente como él solía cabalgar sobre su corcel o viajar en un carruaje por las calles de Asgard cuando la ocasión lo ameritaba, es decir, aquellos desfiles de honor cuando las tropas volvían de alguna campaña militar, los onomásticos de sus Majestades el rey o la reina, festivales y ceremonias oficiales que congregaban a toda la nobleza y a la realeza a una demostración pública de poder. Su Alteza Real el príncipe Loki sobre su hermoso caballo negro, vestido con la armadura y la capa verde de gala; el reflejo de las luces arrancando destellos sobre el dorado metal del peto y el yelmo con astas; la espada al cinto, la pose regia, sobre él caían las miradas de todos los súbditos que luego tenían que inclinar la cabeza cuando pasaba alguien de la familia real, sin embargo…Sin embargo el lugar que siempre le deparaba el protocolo era detrás de Thor quien cabalgaba en su pulcro caballo blanco, detrás del carruaje descapotado de los reyes, ¡sus padres! A la sombra de Thor, en segundo lugar de Thor, cuando los ojos de todos acababan de llenarse con la vista de su príncipe dorado, encantador en su capa roja y su armadura color plata. Thor todo sonrisas, toda gallardía, belleza y personalidad; el heredero al trono; viva imagen de Odín a esa edad; el retoño que de vez en cuando guiñaba uno de sus azules ojos a la vista de un contingente de doncellas que le arrojaban flores y besos al verlo pasar…Loki tan sólo testigo de un amor desmedido que él nunca experimentaría, ¡qué injusto! Qué injusto decía, ya que todos se negaban a ver cuando valía, él sabía que valía, pero a menudo se preguntaba porque vivía rodeado de ciegos, ciegos que al paso paulatino de los años le hicieron dudar de sí mismo.

La voz estridente de Gudrow fue lo que lo sacó de sus hondos recuerdos y reflexiones.

-¡Miren el nuevo móvil de industrias Stark! ¡Se ve fabuloso! – dijo ella casi sacando medio cuerpo por la ventanilla para admirar un anuncio espectacular que se toparon en el camino.

-Gudrow tú ya tienes uno, y es casi nuevo- dijo Yurín.

-¿No será que lo que ves fabuloso es al mismo Stark?- preguntó Europa con tono socarrón, pues sabía la admiración que su amiga sentía por el apuesto magnate, y Loki todo lleno de curiosidad tuvo que poner atención al gigantesco anuncio que estaba frente a ellos: hablaba del mismo artefacto que el promocional de la parada de autobús, pero esta vez había un hombre moreno de ojos oscuros, mirada coqueta y sonrisa altiva, usaba barba de candado, estaba enfundado en un elegantísimo traje y sostenía con la mano derecha el famoso teléfono móvil.

-¡Tony Stark, qué hombre! – expresó Gudrow llena de entusiasmo, llevándose las manos al pecho y cerrando los ojos. Loki contemplaba aquello casi consternado y a la vez divertido por lo que tuvo que esbozar una sonrisa- ¡algún día voy a hallar un hombre así para mí! ¡Guapo y rico que me trate como a una reina!

Yurin y Europa rieron de buena gana ante las ocurrencias de su amiga, Loki lo hizo con algo de compasión, creía estar ante una mujer excéntrica pero en realidad no había ninguna diferencia entre ella y las muchachas asgardianas de siempre.

-¡No se rían! Algún día lo hallaré, ¡ya lo verán!

-Y también será superhéroe, ¿no?

-No lo sé, tal vez.

"Superhéroe, otra vez esa palabra"

-Personalmente Tony Stark no se me hace un superhéroe genuino, es decir, ¿qué es sin su armadura?- preguntó Yurin.

"¿Armadura? ¿Aquí también usan armaduras?".

-Un millonario, play boy, genio y filántropo- retobó Gudrow

-Jo, puede ser, pero personalmente prefiero a Spider man o a los Cuatro fantásticos, ¡o tal vez los mutantes!…Sus poderes son muy de ellos, nada ni nadie se los quita…

"¡Un momento, un momento! ¿Poderes? ¿Cuatro fantásticos? ¿Mutantes? ¿Es qué en Midgard también hay criaturas extraordinarias?"

-¡Eres algo odioso!, ¿lo sabías?...

Después de eso el resto del viaje transcurrió casi en calma y en algún momento Europa le pregunto a Loki donde le gustaría que lo dejaran.

¡Oh gran pregunta!

"Puedo decir, ¡aquí mismo! Puedo descender de este auto y arreglármelas yo solo, tomar mi propio rumbo y desembarazarme de estas personas…"

-Si no tienes la menor idea de a dónde ir, como sospecho, ¿por qué no nos acompañas? Tendremos una gran noche, ¡será divertido!- le exhortaba sosteniéndole la mirada, con el brazo recargado sobre el respaldo del asiento- tú eliges…

Entre una cosa u otra, la única verdad era que su suerte se bifurcaba justo en ese momento…

"Será divertido… eso no me dice nada, ¡eso no me importa nada! ¿Por qué habría de ir con ellos, de todas formas?"

"¿Y por qué no? Disculpa, ¿tienes algún lugar mejor a donde ir? ¿A meter tu rostro en un agujero en la tierra, por ejemplo? Si te alejas nunca sabrás lo que pudo haber pasado…" Su consciencia había hablado de nuevo y él por alguna razón esa noche le concedía el derecho a la duda. Aún con la indecisión latente se demoró en contestar bajo la mirada fija de Europa…Allí se distendía el camino y la vida tomaba su curso, la moneda estaba en el aire, era como un juego de azar…

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No tengo excusa para tardar tanto en redactar un episodio, las razones son principalmente falta de concentración, de inspiración y para este caso todo el cuidado que tuve que tener para hacar un bien personaje original en la medida de lo posible. Esta vez espero no haber incomodado a ningun lector o lectora, porque sinceramente yo soy anti mary su sobre todo porque gracias a ellas los personajes originales tienen mala fama.

Sobre el futuro de los personajes y la historia misma, no quisiera decir demasiado, sólo que a continuación no se si tendré que cambiar la clasificación del fic a M, ya que habrá temas que lo ameriten, pido disculpas si alguien se va a incomodar por ello, pero no voy a cambiar mi rumbo llegado el momento porque entonces ya no sería este mi fic, si no otra cosa. Sobre Loki, pues es tal como lo veo después de Thor y antes de Avengers, en un momento de su vida en que no estaba tan perdido, pero bueno, ya lo estará, de eso se trata esta historia...=X.

Sobre la canción que esta escuchando Loki, es All things must pass de George Harrison, les aconsejo que la escuchen porque es en realidad muy bella: ht tp :/ /www. youtube. com / watch?v=e2cM97yZlhg&feature=fvst

Ya saben quiten los espacios =), y si un día se sienten tristes, escuchenla y les ayuda a sentirse mejor

Sobre la mención de la telefonía celular desarrollada por industrias Stark, pues fue algo que vi en el comic de Iron man Extremis, donde hablan de que sus celulares hacen llorar hasta a los de Nokia XDD, entonces quise agregar esos detalles para ubicarnos en el Universo Marvel.

Y aquí les dejo una muestra de un prototipo, pero yo creo que los cells van a ser así dentro de muchos años: http : / www. youtube . com / watch?v=Y8Y2FTkGtBc

Sobre eso, pueeees, me di a la tarea de colocar ciertos guiños para fans y sobre todo para Hiddlestoners de hueso colorado, que bueno, ya los van a hallar, espero que les gusten =).

Gracias Valdemar Poe por sus reviews.Y gracias también a Aghata Romaniev (que me encanta su tumblr y sus ideas) y a lady amathiel que también me dejaron reviews =)

Besos chicas, espero q hayan disfrutado la lectura y hasta la próxima =)