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Pensamientos de un dragón

Capítulo 8

Los chicos rebeldes saben andar en moto

mientras que

los dragones no saben cómo encenderlas.

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No sé si confiar en el plan de Hyoga, pero como están las cosas, es hacer el esfuerzo o resignarme a que ese tal Cheng me robe a Shunrey. Aunque meditándolo fríamente, aún tengo una tercera alternativa… matar al malnacido de Cheng para que todo vuelva a la normalidad que tanto me agradaba.

Lo dejare como el plan de contingencia.

Aunque no creo que lucir y actuar como un rebelde sea la solución a mi problema. A ver analicemos esto cuidadosamente. ¿Quién es la persona más rebelde que conozco?

Ikki.

Ikki con su actitud gruñona, estoica e independiente es todo un rebelde sin duda alguna. ¿Acaso tiene éxito con las chicas?

Sí la tiene, una cosa es que él no les haga caso y otra ser un fracaso y en definitiva Ikki no lo es, he visto a las doncellas de la mansión contemplarlo embobadas por ese aire subversivo que se carga. Parece que la teoría de Hyoga tiene algo de razón, pero, las mujeres no pueden ser así de simples.

Sujeto de estudio número dos, Shun. No es precisamente un rebelde pero vaya que sí le nace esa personalidad cuando se junta con esa chica dueña de sus desvelos y por lo que sé, a pesar de vivir peleando, ella también está muy enamorada de Shun.

Shun no es un novio dulce y romántico, por lo que ha contado es cero cursi. En todas sus acciones hacia su amor deja ver su carácter fuerte, voluntarioso y hasta cierto punto dominante. Aunque su relación no es la que más envidiaría, pero a diferencia de mí, al menos él tiene una relación, que encima reafirma la teoría de Hyoga.

Sujeto de estudio número tres, Seiya. Es rebelde por naturaleza y hace lo que quiere, su gran amor es Saori y por ello se ha pasado por el arco del triunfo todas las reglas y normas que le impedirían verla como una mujer y eso le ha ganado el corazón de Saori, pues es evidente que es correspondido. ¡Demonios! Seiya tiene más problemas que yo para consumar su romance y la va mucho mejor que a mí.

Rebeldes tres, yo, estudioso y filosófico cero.

Sujeto de estudio número cuatro, Hyoga. Hasta ahora no tiene novia, pero es porque él no ha querido. Siempre ha atraído a las doncellas de la mansión, pero tiene razón, ellas se volvieron locas por él en el momento que llego con su motocicleta, su chamarra negra, ese aretito y sus anillotes. Realmente trae el look de todo un rebelde sin causa, y las doncellas de la mansión se volvieron sus fanáticas, gritando y desmayándose por él.

Hyoga tiene razón, tengo que verme como todo un tipo rebelde.

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En Japón, frente a las oficinas de las empresas Kido, Saori salió a tomar un receso, para descansar la mente de la pesada junta de negocios que sostiene con las empresas Solo. Aprovechando el momento, Julian no pierde la oportunidad de invitarla a comer, pero antes de que pueda contestar, los gritos de regaño que está profiriendo Tatsumi a alguien en la calle le llaman la atención.

Y al salir la joven diosa se topa con una visión que apenas y podía creer y es que Tatsumi le grita a un Seiya enfundado en unas botas militares, pantalón y chaleco de mezclilla, una playera negra que le queda justa y guantes de motociclista.

Seiya ha llegado hecho todo un rebelde sin causa. Sentado en la motocicleta, tamborileando los dedos sobre un casco, Seiya soberbiamente ignora todos y cada uno de los reclamos que suelta Tatsumi en medio de rugidos a toda voz.

-¡No te llevarás a la señorita en esa cosa!

Pero Seiya ignorándolo con el dedo la llama.

-¡Señorita dígale que no se va a montar en semejante vehículo peligroso!

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Un Shiryu vestido con botas militares, un grueso pantalón de mezclilla negro, playera blanca y chamarra de piel; va cargando en la espalda una motocicleta. Meditó muy bien su atuendo y se aseguró que el modelo de motocicleta gritara que es un rebelde a todo a quien lo viera, pero, no recapacitó en que para llegar a su casa, su amada chocita enclavada en la mera punta de la montaña, no cuenta con camino alguno.

No para los vehículos.

Así que llega con la lengua de fuera, por lo que su plan de lucir todo estoico he imperturbable ya no es factible, y menos con las sonoras carcajadas que el anciano soltó al verlo llegar.

Por su parte Shunrey lo miró con duda, no entendía porque llegó así.

-Mira Shunrey, así entrenan nuestras nuevas generaciones de caballeros, en lugar de cargar la caja de su armadura, ahora cargan motocicletas. Por ese rostro todo abochornado y su poco aliento se ve que es muy buen ejercicio cargarlas cuesta arriba.

Shiryu se puso todo rojo, aunque se consoló pensando que con lo abochornado que se siente por todo el esfuerzo que hizo para llegar, muy probablemente no se note. Y las carcajadas del anciano continúan.

-Oye muchacho ya que tienes esa motocicleta, puedes llevar a pasear a Shunrey mañana, eso claro, si sabes conducirla.

Shiryu se rasca la cabeza, no pensó en eso, la verdad nunca se ha subido siquiera a una.

-En cuando aprenda. –Responde avergonzado, tratando de mantener algo de dignidad.

-Pues tendrás que cargarla al pueblo para practicar porque aquí, avanzas medio metro y chocas con un árbol.

Shiryu mira a su alrededor, es verdad, en este lugar es estúpido tener una motocicleta o al menos debió haberse escogido una de montaña.

Oyendo las carcajadas del anciano y sintiendo la mirada compasiva que Shunrey le lanza, Shiryu califica su plan como UN ROTUNDO FRACASO. Todo apenado, intenta acomodar la motocicleta pero no sabe cómo hacerlo, así que la deja acostada en el suelo porque lo que más quiere es salir huyendo. De inmediato se encierra en su cuarto y no sale ni para cenar, aunque el estómago le gruñía reclamándole que después de todo el esfuerzo no lo recompense con comida. Pero la vergüenza del dragón es más grande que su apetito.

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En Japón, Seiya está sentado a la puerta de la mansión, con cara de quien ha visto los cielos abiertos y la gloria absoluta.

-¿Qué haces con esas fachas y con esa cara de baboso que te cargas? –Le pregunta Ikki, por su parte Shun nota que Seiya tiene la ropa manchada de labial además de un par de moretones sospechosos en el cuello.

Ambos hermanos vienen del curso sobre sexualidad.

-Hyoga es un genio. –Les responde el castaño a los hermanos. –La actitud rebelde y las motocicletas son mágicas, te llevan al paraíso.

Ikki entra a la mansión sin entender, mientras Shun ya va armando el caso en su cabeza, es entonces cuando sus sospechas son confirmadas al hallar a Saori, que acostada en el sofá y mirando fijamente al techo escuchaba los regaños de Tatsumi.

-Ya perdóname Tatsumi, te juro que no sé qué me pasó, mientras la cabeza me decía "no puedes irte, tienes otra junta" mi cuerpo ya estaba montado en la motocicleta.

-¡Señorita!

-Yo no pensaba mientras mi cabello volaba al viento… y mucho menos cuando dejó de volar. –Eso último lo dijo en voz baja y toda roja. –Estábamos paseando viendo el mar, el atardecer, abrazada a Seiya. Comí helado.

-¡Señorita! ¡Ese vago no le traerá nada bueno! ¡Sólo mírelo! ¡Vestido así parece un rufián!

-Sí, se ve increíblemente sexy.

-¿Seiya sexy? -Se quedó Ikki, que no podía creer lo que Saori decía. –Ver para creer ¿Verdad, Shun?... ¿Shun?

Pero Shun no le contestó, porque ya no estaba allí ya que había tomado la motocicleta de Hyoga para ir en pos de cierta fiera que tiene por novia. Ikki escuchó la motocicleta andar y de inmediato salió a la puerta a buscarlo.

-¿Y Shun? ¿Salió en la moto?

--le contestó Seiya. –Dijo algo como que si de verdad las motocicletas son mágicas va a gastar lo que le regalaron en el curso.

-¿¡En el curso!? ¡Pero si lo que nos dieron fueron condones! –Y salió corriendo a buscarlo, tenía que hallarlo antes que los gastara.

Mientras, un cisne espía que se ha escondido en el techo de la mansión se lamenta de haber prestado su motocicleta, pues ya no es sólo Andromeda el que quiere matarlo, sino que ahora también Fénix, y todo por haber aconsejado a Seiya.

-Lo que me faltaba, ahora Ikki me echará la culpa de que Shun haya ido en mi moto.

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Casi no dormí de la vergüenza, la mañana clarea y yo estoy aquí escondido bajo mis mantas, temeroso de que Shunrey me vea con compasión por el ridículo que hice ayer. Es que estoy tan apenado que ni me atrevo a dar la cara.

Que ridículo hice ayer, todo por culpa de Hyoga y sus ideas estúpidas, pero aquí el imbécil soy yo por seguir sus consejos.

Lo mejor será que vaya al pueblo y hable por teléfono. Puedo matar a Hyoga cualquier día, pero mi problema con ese ladrón de Cheng se agravará más si no actúo pronto. Hice mal en preguntarle a Hyoga, en asuntos de mujeres era obvio que sólo una mujer me podría dar la respuesta correcta.

Y así me levantó, me visto con mi ropa de siempre, nada de esa tontería de andar con look rebelde. Aprovechó que Shunrey está en la cocina y me salgó a toda velocidad para no verla. Siento mucha vergüenza.

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En el despacho de Saori, en la mansión Kido, la joven reencarnación de Atena debería estar firmando unos contratos pero en lugar de eso juguetea felizmente con su bolígrafo dibujando corazones por aquí y por allá y en eso está cuando una doncella le avisa que Shiryu al teléfono quiere hablar con ella.

-Dime Shiryu ¿Qué problema tienes?

-Es que… -Le da tanta pena preguntar, que si no fuera porque ya ve a Shunrey saliendo del altar del brazo del tal Cheng no tendría fuerzas para hablar. -¿¡QUÉ TENGO QUE HACER PARA ENAMORAR A UNA MUJER!? –Dice en un grito y a alta velocidad que Saori apenas alcanzó a entender.

La diosa suspira recordando el día de ayer. –Prueba con un paseo por la bahía, montados en una motocicleta, comer un helado viendo el mar, para luego pasear en la moto… sujetada de su cintura. Eso no falla. Tienes que ir con una actitud rebelde y mandona y al mismo tiempo protector y cálido. –y nuevamente suspira.

-¿¡Que ha hecho señorita!? –La interrumpe Tatsumi en un alarido.

Es entonces cuando Saori se da cuenta que los papeles sobre los que ha estado dibujando corazones son nada más y nada menos que los contratos que tiene que llevar a la junta.

-¿¡Qué hice!? –Grita casi dejando sordo a Shiryu. -¡Los contratos! ¡Los contratos! ¡Rápido Tatsumi manda a que impriman otros! Lo siento Shiryu, no tengo tiempo, pero si te urge habla con Seiya, él sabe más de esto. ¡Alguien llévele el teléfono a Seiya! ¡Los contratos! ¡Dibuje corazones sobre los contratos!

-Cálmese señorita, usted no tiene la culpa de estar enamorada.

-¡Eso no arregla los contratos!

Y en China un boquiabierto dragón no puede creer lo que ha escuchado y menos que esa fuera la respuesta que le diera la diosa de la sabiduría, así que espera a que le pasen el teléfono a Seiya.

Sentados en el sofá, Seiya y Shun viven evocando la tarde de ayer, recordando su paseo en motocicleta con sus respectivos amores.

-Joven Seiya, el joven Shiryu quiera hablar con usted.

-¡Shiryu, dime que hiciste lo de la moto! –Le grita Seiya en cuanto coge el teléfono. -¡Hyoga es un genio! ¡La actitud rebelde y las motocicletas sonsacan a la más recatada!

-¡y vuelve mansita a la más fiera! -Grita Shun para que lo escuche.

-Ayer en moto, el amor llegó a nuestras puertas. –Siguió Seiya. -Dime que ayer te fue tan bien como a noso…tros

-¿Qué pasó? –Pregunta Shun.

-Me colgó.

-Uy eso quiere decir que no le fue nada bien.

-O que no se atrevió hacerlo y ahora le da pena admitir que Hyoga tiene razón.

-Yo creo que más bien a él no le funcionó el milagro de la motocicleta.

-¿Si te funciono a ti, porque no habría de funcionarle a él?

-Porque yo soy lindo, guapo y sexy. Pero admito que realmente la moto de Hyoga hace milagros.

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Siento vergüenza por mi fracaso, mis hermanos siguieron los consejos de Hyoga y ahora viven sus historias de amor sobre ruedas. Casi puedo verlos paseando en motocicleta con el mar y el atardecer como fondo, sujetados de la cintura por la mujer que aman. Hasta a Shun le fue como ensueño con la fiera que tiene por novia, en cambio yo sólo hice el ridículo cargando esa motocicleta porque nunca me pasó por la cabeza encenderla y montarme en ella.

Todo el recorrido por donde pude haberlo intentado, camine con ella llevándola con el motor apagado. Hice eso porque me desagradan mucho, me parecen demasiado toscas y ruidosas, algo que definitivamente no combina con mi persona ya que soy apacible y sereno.

Porque, yo no soy rebelde, esa ropa y ese look no van conmigo. Ayer me sentí extraño vestido de esa manera. No creo que deba de cambiar mi persona sólo porque quiero agradar a Shunrey.

Es entonces cuando escucho risas de mujeres, pero una de ellas me es demasiado familiar, he estado caminando encerrado en mis pensamientos y sólo la risa de Shunrey me ha devuelto a la realidad. Estoy frente a un establecimiento, no sé qué venden, no me interesa. Sólo sé que Shunrei está adentro, junto con otras, están charlando con un alto chico de cabello negro, corto; que es el centro de atención de todas ellas. Por las risas no puedo escuchar que dicen, pero él habla mucho con ella, de hecho, Shunrey es la única que le interesa.

Viéndolo bien, no es un chico común, es bien parecido y de ropas elegantes. Tiene a todas esas chicas embobadas por él. Realmente es todo un príncipe que está al pendiente de Shunrey y le es tan natural y fácil hablar con ella, pero sobre todo lo que la ha de tener alagada es la atención que le presta y que las demás envidian y no creo poder competir con eso. Hyoga tiene razón, el chico filosófico está destinado a perder contra el príncipe, pues siento que hay una diferencia abismal entre él y yo.

Pero no quiero aceptar la derrota, no puedo rendirme y simplemente aceptar que me roben a Shunrey.

Me sigo de frente con rapidez, no quiero que Shunrey se dé cuenta que la vi, que estuve aquí, no quiero que note que se me quieren salir las lágrimas.

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A la puerta de una cabaña enclavada en lo más alto de la montaña ha llegado un cisne peregrino, que maletas en mano busca al Dragón, pero no hay nadie en casa excepto el anciano maestro de libra.

-Buenas tardes venerable maestro, vine visitar a Shiryu.

-No, esa no es la razón, tú vienes huyendo de algo y quieres esconderte aquí.

-¿Eh?

-Más sabe el diablo por viejo que por diablo. Esas maletas te delatan, sólo abandonarías una casa con alberca, pantalla gigante, doncellas que cumplen tus caprichos y las comodidades de la electricidad y el agua corriente para venir a este lugar que carece de todo, porque hiciste una travesura. Viniste a ocultarte, de otro modo no te pararías por aquí. Estás en problemas ¿o acaso miento, ave canora?

-Pues no… -Dijo algo apenado a pesar de su sonrisa. Mirando hacia un lado para no sentir el peso de la mirada del viejo maestro.

-Es buena tu llegada pues, con Shiryu viviendo su drama romántico necesito un esclavo que se haga cargo de sus labores. Así que puedes esconderte aquí. Hay que reparar el techo, pero antes de eso hay que cortar la leña. Hay que reforzar el muro izquierdo. Se me olvidaba, también hay que acarrear el agua del rio, pero eso lo puedes hacer después de la leña. Además necesito que me repares tres sillas y los cajones del mueble de Shunrey también necesitan arreglo, pero eso puede esperar, me urge más que cambies los vidrios rotos de la ventana, por lo que deberás ir al pueblo por un vidrio nuevo, después veremos que más va saliendo. Vas a estar muy ocupado muchacho.

-¿Cómo?

-Leña, agua, ventana, techo, muro, sillas, cajones.

-Más lo que vaya saliendo.

-Ya vas entendiendo.

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Nunca me había imaginado mi vida sin Shunrey, creo que di por sentado que eternamente estaría a mi lado. Ahora por primera vez contemplo otra posibilidad, otro futuro que me ha impactado. ¿Qué sería de mí si Shunrey un día contrae matrimonio y hace su vida lejos?

Porque Hyoga tiene razón, Shunrey está llena de cualidades y es lógico que otro hombre la pretenda. Ante eso yo no puedo hacer nada, pues yo no tengo derecho a gobernar su vida y mucho menos prohibirle que se enamore. Crecimos juntos y por ser niños nos dimos un trato de hermanos y quizás eso soy para ella, un hermano. Nunca le he preguntado que siente por mí. A lo mejor ella no piensa lo mismo que yo. Tampoco nunca antes me he cuestionado sobre lo que siento por ella. ¿Y si no es amor? ¿Si es sólo costumbre?

Además ¿qué le puedo ofrecer a ella? Nada realmente.

Me siento todo un fracaso.

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Un pensativo y triste Dragón regresa a su casa. Cree que su nube negra ya jamás le permitirá ver el sol y que por lo tanto ya nada puede aumentar su mala suerte, y ahora descubre que se ha equivocado, todavía le puede ir peor, pues su nube negra le ha dejado caer un rayo para hacerlo todavía más desdichado.

Allí está su Shunrey, completamente embobada contemplando a un cisne cortando leña. Y es que ese infame se ha quitado su sobria camisa de manga larga, para amarrársela a la cintura quedando únicamente con una muy delgada, casi transparente y muy ajustada camiseta sin mangas que deja ver mucha de su piel morena clara, que roba suspiros a quien la contempla.

Y vaya que es un adonis en acción, pues es increíble lo sexy que puede verse mientras corta leña. Uno juraría que se carga un aura de sensualidad que lo hace resplandecer cada que levanta los brazos sosteniendo el hacha, para después dejarla caer con gracia, finura y fuerza. Pues el juego de luz y sombra en esos bíceps es perfecto. Y es que es una delicia ver que bien trabajan esos brazos tan bien formados, sosteniendo el hacha. Además se puede uno entretener con ese respirar tan rítmico que esa camiseta descubre ya no deja nada a la imaginación. Y ni hablemos del espectáculo que da cada que se inclina por otro madero.

Sí, ver que Shunrey, igual que las doncellas de la mansión no se pierde nada de Hyoga, hace que se le escape el alma al Dragón.

-Shiryu, porque no me dijiste que Hyoga se puso tan… tan… interesante. -Fue entonces cuando la joven vio el rostro pálido, triste y ojeroso de Shiryu. –No, esa no es la palabra que estaba buscando. Tan… tan… trabajador, si eso, Hyoga se puso tan trabajador. –Dijo intentando corregir. –Este… me voy a meter a la casa supongo que quieres hablar con él. Digo a eso vino Hyoga, a verte y no a cortar leña. Aunque me alegra la vista lo trabajador que es.

Mientras caminaba rumbo a la casa Shunrey se llevó las manos a las mejillas, estaba toda coloradita y toda acaloradita.

Shiryu se reunió con Hyoga y este se llevó el dorso de la mano a la frente para secarse el sudor mientras con la otra tiraba del cuello de su camiseta en un intento de refrescarse.

-Demonios Hyoga ¿Por qué eres tan sexy? –Le reclamó molesto.

-Uno que se esfuerza. –Contestó con descaro el rubio.

-¡Lo que me faltaba! –Exclamó todavía más molesto al notar que ahora tenía que ver a Hyoga hacia arriba. -¡Encima te atreviste a crecer más! Y yo que estaba contento porque estos días había crecido unos centímetros, y tuviste el descaro de crecer también y encima más que yo.

-Culpa de eso a la genética. Es una de las bendiciones que me deja el ser mitad ruso. Por cierto porque tan enojado, yo pensé que te encontraría feliz y contento.

El rostro de Shiryu se oscureció.

-¡No me digas que te fue tan mal!

-No sé cómo andar en motocicleta.

-¡Ah! Pero eso no tiene mucha ciencia. Shun sin nunca haberse montado en una, bien que supo encenderla y usarla a su favor. Y por el enojo de Ikki creo que gracias a la magia de la moto ya dejó de ser virgo.

-¿Qué? No te entendí.

-Olvídalo. Y bien ¿cuándo pondrás a prueba el milagro del rebelde en moto?

-Nunca.

-¿Nunca?

-Sabes Hyoga, me he dado cuenta que no soy digno de Shunrey, nunca he podido hacer nada por ella. Hoy vi a ese joven y la diferencia entre él y yo es abismal. Además, ¿y si lo que siento por Shunrey no es amor? ¿Qué tal si es sólo es costumbre? Estoy muy confundido.

-Tienes razón, ciertamente eres un inútil. Eres completamente incapaz de cuidar de Shunrey, digo con lo inútil que eres, ni siquiera podrías ponerle una toallita húmeda en la frente el día que tenga fiebre. Nunca podrías cortar una flor y dársela para hacerla sonreír. Es que eres tan incompetente que tu boca nunca podría articular las palabras para desearle buenos días. Es que mírate, eres feo, deforme y torpe, a ella le daría vergüenza salir tomada de tu brazo. Mejor hazte a un lado Dragón inútil, porque ese hombre a diferencia de ti, puede quitarse su chamarra y cubrirla del frio, puede hacerla sonreír al contarle un chiste, y halagarla diciéndole lo hermosa que la ve. El día que se sienta sola él puede confortarla con su presencia. En cambio para ti, esas proezas te resultan imposibles. Tienes razón no des la lucha.

Shiryu lo miró molesto.

-En cuanto a que no estás muy seguro de que si la amas, pues es muy fácil aclararlo.

Y es que justo en ese momento Shunrey salía de la cabaña con un gran vaso con agua para Hyoga. Así que el rubio se adelantó, se paró junto a Shunrey y le susurró algo al oído. De inmediato la joven se puso más roja que un jitomate, moviendo la cara de lado a lado mientras sonreía.

El ruso se bebió de un jalón toda el agua. Luego le guiño a Shunrey mientras le devolvía el vaso.

Toda abochornada, Shunrey se metió a la cabaña, aunque antes de entrar sonriente le dio otra miradita al rubio. Entonces Hyoga volvió junto a Shiryu, sin mirarlo recogió otro madero para partirlo.

-Y bien ¿sentiste ganas de matarme o te dio igual?

-Quiero matarte.

-Pues entonces ya te quedo claro lo que sientes por ella. ¿Qué esperas para ponerte en acción?

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Continuará

¿Seguirá creciendo la lista de gente que quiere matar a Hyoga?

¿Volverá Shiryu a intentar ser todo un rebelde?

¿Aprenderá a andar en moto?

¿Shunrey seguirá echándose taco de ojo con el cisne?

¿Saori seguirá dibujando corazones?

¿Hyoga se convertirá en cisneciento?

¿Seiya seguirá haciendo cosplay de "Teppei Takamiya" también conocido como "Marlon De Quevedo"?

¿Shun se habrá gastado su tirita de condones?

Ikki: ¡Claro que no!

Shun: Pero si para eso me los dieron, para que los use. Además fuiste tú quien me inscribió a ese seminario donde me los dieron y me dieron instrucciones precisas de cómo usarlos.

Ikki: Voy a matar a un cisne.

Ja-ja recuerdo que cuando vi por primera vez la imagen del protagonista de B´T X grite "wow Seiya versión rebelde" Ese Kurumada que dibuja todo igual.

Espero que les haya gustado este capítulo. La comedia es un género muy difícil y el romance me es un género casi imposible. Prácticamente le huyo a las películas románticas pues en su gran mayoría me aburren pues los personajes se me hacen muy zoquetes. Así que casi nunca me gusta lo que escribo. Por eso tardo tanto.

Smily, Lo siento ya no podrás echarte un taco de ojo con Hyoga en la mansión, pero es que el Dragón necesita mucha ayuda. Aunque, no creo que Douko le deje mucho tiempo a su nuevo esclavo. XD

Douko: Hay que arar la tierra ya que esos campos no se sembraran solos. Necesito que me cambie unos muebles de lugar, la casa necesita una nueva capa de pintura, más lo que vaya saliendo.

Princesa Andrómeda, Shiryu seguirá en su intento de ser rebelde en el próximo capítulo. Espero que te haya gustado el fanservice. Creo que ya me estoy repitiendo, ya no encuentro palabras o ideas para seguirle pero me seguiré esforzando, porque me muero de risa cada que escribo esas escenas. Perdón, ahora que estás de doncella en la mansión Hyoga ya se fue. Shun tiene toda la culpa, pues insiste en vengarse del cisnecito, por lo que el muy valiente huyó XD. Pero Shunny se quedó para mantener entretenida a las doncellas.

Shun: Es un trabajo difícil, pero me esforzare.

Ikki: ¡Claro que no! ¡No tienes mi permiso para andar haciendo esos desfiguros!

Alyshaluz, El sexy Hyoga me inspira para el fanservice, por eso las escenas me quedan tan bien, además aprendí mucho leyendo tus fics. Ese Cheng sí que ha vuelto de cabeza la vida de Shiryu, pero sólo en situaciones así uno cambia su manera de ser. Más ahora que Shunrey se anda echando cada taco de ojo, así Shiryu tendrá que sacar a flote su vena de stripper si quiere recuperar a su mujer XD. Definitivamente la vida ya no es fácil para el Dragón. Hyoga es manipulador, pero Douko lo es más, pobre de mí cisnecito, ahora se va a poner tan, pero tan trabajador XD.

Hyoga: Eso me saco por abrir el pico.

LunaDark, Lo sé me tardo demasiado escribiendo los fics, es que salen cuando ellos quieren y no cuando yo quiero. A veces escribo mucho, ideas que se ven buenas y a la hora de la verdad no prosperan pues no me convencen, otras los personajes nomás no avanzan, porque realmente no tengo control sobre ellos. Antes aunque no me convenciera bien el capítulo lo sacaba pero ya no me gusta hacerlo, por eso ya casi no me ven en la página. Sobre el próximo capítulo de en mis horas más oscuras, llevo el puro principio espero que salga a principios de año y sobre ¿Quiénes somos? Pues estoy reteatorada pues no puedo definir a Hyoga. Allí sí que me voy a tardar, por lo pronto te juro que no habrá más fics nuevos a menos que sean de uno o dos capítulos, pues ya sólo gasto mis energías en los ya existentes.

Atendiendo a sus peticiones Shunny ya no anda de novio gruñón. Es que verlo rebelde y en moto, amansa a cualquier novia por fiera que sea. XD

Shun: Ya era hora que te compadecieras de mí, mira ya me estaba saliendo una arruga en la mitad de la frente de tanto fruncir el ceño.

Seiya: Pero cuando frunces el ceño te pareces a Ikki.

Shun: No sacrificare mi belleza por parecerme a mi hermano.

Tepucihualt-Shun, el plan no le resulto al Dragón, aún no sabe andar en moto y no creo que se le dé con la naturalidad que se le da a Shun. Pobre Ikki, ahora vive vigilante de la tirita de condones que le regalaron a Shun.

Ikki: Los tengo contados y todos los días los cuento de nuevo, así vigilo a mí hermano.

Shun: Lo sé, tú me cuidas mucho y cada día compruebas que soy un buen niño.

Ikki: Sí, eres un buen niño, pues están todos los que te regalaron. Ahora me siento tranquilo cada vez que sales.

Hyoga: ¿Y no se te ha ocurrido que fácilmente, a escondidas tuyas, Shun puede comprar otros en cualquier farmacia?

Ikki: ¡NO! ¡NO SE ME HABÍA OCURRIDO!

Shun: ¡Voy a matarte, condenado ganso!

Mimbi, muchas gracias por comentar, espero que este capitulo te guste y a ver cual decides que es tu favorito. Hyoga con su look en la pelicula me mato y fue mi inspiracion para esta locura en motocicleta.

Hyoga: No es mi culpa ser tan sexy en moto y todo el tiempo XD

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Bye, Bye esperen la continuación.