Bueno yo de nuevo, ya se que probablemente no tengo cara para volver a publicar despues de haber borrado las dos historias que tenía, pero tuve problemas no solo en mi vida, tambien dentro de la pagina, pero he vuelto mejor que nunca y esta vez si que es definitiva solamente espero que las personas que me leian sigan por ahí y me den una nueva oportunidad, también tengo pensado empezar a subir "nueve meses después" de nuevo.
Esta historia se me ocurrió viendo mi pelicula favorita con Katherine Heigl, la de 27 bodas o vestidos dependiendo del país y bueno no me he resistido a escribirla, es similar al argumento de la película aunque tiene mis agregados.
Espero que les guste y que me dejen su opinion en un comentario y nos estaremos leyendo!
Disclaimer: Todo lo referente al universo de Harry Potter es propiedad de J.K. Rowling y parte del argumento pertenece a la pelicula 27 bodas de 20th Century Fox.
¿Por qué le gustaban tanto las bodas?
Bueno, para contestar eso había que remontarse a su niñez…
Estaban en la boda de su prima Lucy, las guirnaldas de flores adornaban la iglesia, el perfume que estas despedían se mezclaba con el característico aroma a incienso que tenían las iglesias, para la mayoría de las personas que allí se encontraban podía llegar a resultar empalagoso después de un rato, pero para Hermione era todo lo contrario, el olor simplemente le había parecido maravilloso desde que entrara a la iglesia del brazo de su padre.
Desde su puesto en una de las primeras butacas de la iglesia podía disfrutar de toda la decoración de la iglesia, pero sobretodo podía ver el nerviosismo y la emoción que reflejaban la cara del novio que se encontraba parado al frente.
—Papi, tengo que ir al baño— La voz de su hermana pequeña la sacó de su ensoñación.
Hermione pudo ver como su padre volteaba en todas direcciones buscando ayuda, era al primer evento familiar al que asistían desde que su madre había muerto y su padre… bueno, no estaba muy bien que digamos.
Resignada se levantó de su butaca y pidió ayuda a una de sus tías para poder llevar a su hermana al baño, al final había terminado llevándolas al pequeño cuarto que estaba detrás de la iglesia en el que la novia estaba dándose los últimos toques antes de salir a casarse.
Estaba contemplando embobada su vestido en el espejo cuando un grito histérico por parte de la novia la sacó de sus divagaciones.
— ¡Mierda! ¿Ahora qué demonios voy a hacer? — Preguntó histérica a una de sus madrinas la cual se limitaba a mirar la parte trasera del vestido con expresión horrorizada.
—Te dije que no comieras tanto estos últimos días— Le regañó otra de las madrinas también con la vista en el gran hoyo que mostraba el vestido.
— ¡Qué carajo se supone que voy a hacer! — Se quejó, viéndose en el espejo en el que Hermione se había estado observando — ¡Oh lo siento Herms! De haber sabido que estabas aquí no hubiera hablado así—
—No te preocupes tenemos tele por cable— Comentó Hermione distraída, su hermana había salido del baño y de repente el listón que llevaba en la cabeza le dio una gran idea a Hermione —Si quieres yo puedo arreglarlo, solo necesito unas tijeras…—
Basto cinco minutos para que Hermione cociera el hoyo del vestido, parecía que el listón siempre había estado en ese lugar, incluso se podría decir que el vestido se veía más bonito con el listón cerrando el hoyo.
— ¡Oh Gracias! Me has salvado la vida—La prima Lucy parecía a punto de agarrar a Hermione en brazos y darle vueltas debido a lo agradecida que estaba.
—Lucy todo mundo nos espera— Le informó una de las madrinas tomándola del brazo para obligarla a salir.
—Hermione cariño, toma la cola del vestido— Le pidió su prima con una gran sonrisa.
Y fue así, cuando apenas tenia ocho años, como Hermione se enamoro de las bodas, ese día había ayudado a alguien en uno de los momentos más especiales de su vida, ese día se dio cuenta de que no podía esperar a que llegara su día especial.