EPÍLOGO.

Liane sacaba del horno unas galletas que había hecho especialmente para su hijo y su nuevo huésped permanente desde hace un año, quien se encontraba preparando un delicioso chocolate caliente que tanto gustaba a los Cartman, especialmente a Eric, quien yacía dormido en el lecho luego de una noche muy larga y apasionada con su novio.

Kyle sirvió el chocolate en dos tazas grandes, una para él y otra para Liane, y ambos se sentaron a desayunar; era un día de invierno en el pueblo y las vacaciones habían empezado para los chicos. Para la dulce señora Cartman era el fin de su descanso temporal, aunque era una suerte tener a Kyle echándole una mano en la limpieza de la casa y en la cocina.

Ambos, suegra y futuro yerno, se miraron mutuamente; Kyle estaba sumamente sorprendido de la tremenda revelación que había escuchado por boca de Eric respecto a sus orígenes. Es más, se negaba a creer que Mephisto, el científico loco del pueblo, poseyera un talento innato como cirujano plástico; aquello parecía explicar la procedencia de sus recursos económicos empleados en los experimentos.

Tenía las ganas de preguntarle cómo era realmente la verdadera Liane Cartman, quien había fallecido al nacer Eric debido a una complicación cardíaca que fue consecuencia de una fuerte fiebre perpueral, mas no quería ni podía. Preguntar algo de su pasado era como faltarle al respeto a pesar de que desde hacía un año que mantenía una relación sentimental con Eric.

Liane, por su parte, se había dado cuenta de que Kyle quería hacerle muchas preguntas al respecto del tema, pero por respeto el chico decidió callar y no preguntar. Sin embargo, en su carácter de Jack Tenorman, sentía que sería lo correcto abrirse y explicarle los detalles sin reservas.

- Kyle – le dijo al fin la mujer.

- ¿Sí, señora?

- Mmmm… Sé que tienes tantas preguntas respecto a cierto asunto que tal vez mi hijo te refirió en algún momento.

Kyle se sintió muy incómodo.

- Señora…

- Por favor, llámame Liane. Somos como familia, ¿recuerdas?

- Sí, Liane… Bueno, es que… S-sí tengo muchas preguntas pero… Pero… Me da pena externarlas. No me gusta mucho meterme en un asunto que es muy suyo, sobre todo si ese asunto es muy doloroso de recordar.

- Entiendo… Pero aún así prefiero decírtelo, si no te incomoda.

Kyle se acomodó en su silla mientras que Liane, suspirando, narró:

- Cuando era Jack Tenorman, pensé que tenía todo: Una despampanante esposa, una carrera fabulosa y mucho dinero qué gastar en lujos de los grandes… Pero no tenía lo esencial, que es el ser feliz. De hecho, nunca había sido feliz en esa vida… No hasta que conocí a Liane…

Su respiración empezó a agitarse; el dolor que en ese momento había empezado a sentir Liane era muy intenso.

¡Tanto tiempo sin recordar ese secreto! ¡Tanto tiempo sin contarle a nadie lo que realmente sentía el amar a alguien con todas sus fuerzas!

Kyle le puso una mano en el hombro, dándole ánimos para continuar; Liane, secándose las lágrimas, continuó:

- La conocí cuando trabajaba en una tienda departamental en Denver; su amabilidad y dulzura fueron muy confortantes para mí, tanto así que un día le pedí que saliéramos juntos. Casi siempre nos la pasábamos aquí en South Park por ser un lugar discreto; me presentaba a su familia, a sus amigos… A prácticamente todo el mudno. Luego de la tercera cita, le dije que era un hombre casado, pero siempre dispuesto a pedirle el divorcio a esa arpía que me era infiel con el primer imbécil que se le cruzara en el camino a cambio de su cariño, su comprensión, su calor de mujer tierna... Su amor incondicional y redentor. Ella me aceptó sin reservas ni contrariedades, ya que le conté mi infelicidad. Un día, estando aquí, en esta misma casa, ella me dio esa hermosa noticia que cambió mi vida para siempre: El hecho de que iba a ser padre. Ese día me sentí tan feliz, pero tan feliz, que empecé los trámites del divorcio. La arpía de mi ex mujer ya estaba embarazada de Scott y argumentaba que era mío, mas yo sabía que eso no era cierto. Incluso me he hecho los análisis de ADN que comprobaban que Scott nunca fue hijo mío, y doy gracias al cielo que no lo fuera. Cuando llegó el momento de que Eric naciera, fuimos al hospital. Eric nació bien, pero Liane empezó a debilitarse a pasos agigantados; de ahí que el médico me dijo que ella padecía de una enfermedad grave del corazón que se disparó al tener ella fiebre perpueral. A los tres días, ella murió, no sin antes pedirme… Que cuide y ame a nuestro hijo. Y eso es lo que he hecho… ¡Lo que he prometido desde ese día!

Al finalizar su relato, la mujer se echó a llorar.

Kyle entonces comprendió la razón de su desahogo al evocar ese doloroso pasado; Liane conocía perfectamente esa clase de amor que Eric y él gozaban. De hecho, era la razón por la que Eric siempre había amado a su madre a la par que a él: Ella era una persona dulce, de buen carácter, con un derroche de amor que todos quisieran tener, pero lo más importante era que si Liane había aceptado la relación de ambos era porque conocía ese amor.

De hecho, ella se había sentido feliz al ver que su hijo era feliz con la persona amada, sin importar que esa persona sea de su mismo sexo.

El joven pelirrojo, quien no había dicho ninguna palabra hasta el momento, añadió:

- Yo creo que… Usted ya cumplió su promesa, Liane.

Liane miró a Kyle muy sorprendida. Éste continuó:

- Usted siempre ha sido una buena madre, Liane. Le ha dado a su hijo toda su juventud, su tiempo y su paciencia. Tal vez él haya sido durante un tiempo un tipo grosero, consentido, mal educado, cabrón… Pero en el fondo es un buen chico, un chico dulce y tierno al igual que su madre y usted, y que yo y otros más conocemos muy de sobra dadas algunas circunstancias anteriores a lo de hace un año. Usted cumplió su promesa al instante en que yo y él estamos cumpliendo la nuestra: La de protegernos mutuamente, la de cargar con el dolor del otro, la de soportar las adversidades hombro con hombro… En pocas palabras, la promesa de un amor que, si Dios quiere, no morirá, sino que trascenderá más allá de la muerte.

Liane enseguida abrazó a Kyle y lloró.

Tener a alguien como Kyle significó una bendición para Liane; nunca temió equivocarse al aceptar esa relación, sino todo lo contrario: Sabía que de un momento a otro las personas empezarían a aceptarse unas a otras, y qué mejor comienzo que el hacerlo por sí mismo.

Mientras ambos empezaban a platicar sobre otras cosas, Eric, quien se había levantado poco tiempo después que Kyle, sonrió entre las sombras.

Jamás en su vida se sintió más feliz y dichoso que contemplar a sus dos seres más queridos sentados en la mesa de lo que sería el nuevo hogar del pelirrojo posteriormente. Siempre, desde que tenía uso de razón, había agradecido a Dios por tener a un padre-madre como Liane y alguien a quién amar profundamente, porque no podía negar que Kyle era el amor de su vida, la única persona que le hacía sentir más que completo…

La única persona con la que continuaría aquella promesa que su padre le había hecho a su madre, y que estaba a punto de sellar definitivamente con el objeto contenido dentro de la pequeña caja de regalo: Un anillo plateado de compromiso.

Bueno, el epílogo de esta historia es algo chiquitito, pero disfruté escribirlo; tal vez la historia no estaba muy acorde al título, pero si se me permite explicar, me gustaría añadir lo siguiente: El título hace referencia a que una promesa puede ser traspasada de generación en generación, incluyendo las hechas por dos seres que se aman.

De hecho, la promesa de Jack a Liane era justamente la promesa de un amor que redime, que perdona, que protege y que acepta incondicionalmente cualquier hecho o razón sin prejuicio o preguntas; esa clase de promesas se traspasan a los hijos, en cuyas manos se encuentra la decisión de continuarla o no. Cartman decide continuarla junto con Kyle porque de no hacerlo, entonces ambos serían infelices uno sin el otro.

Una lástima que ese amor exista más que en nuestra imaginación T.T

Gracias todos por sus reviews y espero que les haya gustado este Kyman un tanto poco desarrollado, especialmente a lovelysicknees por su análisis constructivo de mis fallas y errores (un abrazote!), y a Livie-Everything y Klaus The Sarcastic Chan Cloud por animarme a conttinuar (un enorme abrazote a ambas!).

Nos vidrios...! Con Cartmáncula :P