La noche es fresca, la ciudad esta tranquila, gente paseando, autos yendo y viniendo, un departamento de la ciudad se encontraba a oscuras, se notaba que no había nadie, solo se podía escuchar el sonido de las manecillas del reloj, de pronto una sombra se movió por la sala, la sombra se acerco a una ventana donde se pudo ver bien gracias a la luz de la luna, por las curvas se notaba que era una mujer, y se podía notar su vestimenta zapatos militares, pantalón y playera de manga larga negros, y una capucha negra cubre su cabello, la mujer miraba con atención, escrutando el lugar, avanzo por el departamento, reviso varias puertas, se movía de manera sigilosa, después de un momento sonrió un poco, había encontrado su objetivo, entro a la recamara y reviso el tocador, encontró el joyero, saco varias joyas y las metió en un bolsa que traía en la cintura de su pantalón, reviso un poco el resto del cuarto, y luego salió de la recamara, avanzo de nuevo y entro al estudio, fue directamente al escritorio rebusco en los cajones, luego reviso el librero, estaba agachada revisando una de las puertas que no noto que alguien se situaba a su espalda, no pudo reaccionar cuando un fuerte brazo la tomó por la cintura levantándola del piso, y aprisionándola contra un fuerte pecho

-suélteme, déjeme – grito la chica mientras trataba de zafarse de su apresor

-silencio fierecilla – dijo una profunda voz a al oído de la chica, mientras sentía su pequeño y delineado cuerpo

-déjeme – se seguía forcejeando – suélteme

-¿Qué haces aquí? – Pregunto molesto el hombre mientras bajaba a la chica y la giraba tomándola de los hombros - ¿Quién eres?

-suélteme – grito mientras empezaba a golpearle el pecho con los puños cerrados

-veo que eres ruda fierecita – le tomó las muñecas para que dejara de golpearlo, sin esperarlo la chica le dio una patada en la espinilla – demonios – la soltó y ella corrió hacia la puerta, pero antes de salir del estudio fue sujetada por la cintura al tiempo que el hombre encendía la luz – quédate quieta – le decía porque la chica no dejaba de forcejear para que la soltara

-déjeme o lo pateare de nuevo – amenazo

-que ruda – se burlo el hombre haciéndola girar y atrapándola entre la pared y su cuerpo, pudieron mirarse uno al otro por primera vez – "y que sexy" – pensaba mientras la observaba detenidamente, sus ojos azules eran muy expresivos, y en ese momento lo miraban con atención y cierto temor, sus labios eran sensuales y estaban entreabiertos por el forcejeo, de pronto se le antojo besarlos y lamerlos y hacerla jadear por otras razones, miro su cuerpo que aun tenia atrapado, tenia las curvas perfectas en los lugares adecuados, se le antojaba sentir cada parte de su cuerpo, su piel, su olor

-"que guapo" – pensó ella mientras observaba su cabello negro, sus ojos de un azul profundo que la miraban de un modo que la estaba poniendo nerviosa, su altura y su cuerpo la estaban asustando – "pero no me gusta como me mira, y como se me acerca" – empezó a temblar se veía que era fuerte, y que podía lastimarla, pero tenía que irse, así que volvió a forcejear – suélteme

Él no pudo evitarlo y se acercó al cuello de la chica y aspiro profundo – hueles delicioso – le susurro al oído con la voz ronca- ¿rosas?

La chica tembló más – déjeme, por favor – suplicó

-ahora no vas a golpearme ¿cierto? – Pregunto con burla mientras la apretaba mas contra la pared – eres sexy ¿sabes?, tienes un cuerpo muy bello – decía al tiempo que le acariciaba la cadera y la cintura

-déjeme por favor – suplico de nuevo, con la voz un tanto estrangulada, su recorrido con las manos subió a sus pechos los cuales acaricio delicadamente, ella se estremeció – NO – grito alterada, tratando de que la soltara, tomando sus muñecas – NO – grito de nuevo pero fue acallada por la boca del hombre, que la besó de manera ansiosa, en una danza en deseo y lujuria

-"¿Qué estoy haciendo?" – Pensó él aun asaltando su boca – "debería estar llamando a la policía, para que la detengan por ladrona, pero no puedo evitarlo, es tan sensual…" – siguió besándola mientras sus manos iban y venían por su cuerpo, acariciándola

-"¿Qué me esta haciendo?" – Se preguntaba ella con temor mientras era atacada por su lengua, que le invadía la boca y la penetraba de una manera extraña, agradable, al tiempo que la ponía nerviosa – "esto es tan extraño… y sabroso a la vez" – sin evitarlo un pequeño gemido salió de su garganta

-veo que te gusta – dijo él mientras dejaba su boca para ir dejando besos por su mandíbula, su cuello, su oreja

-no…no me… no me gusta – decía ella mientras trataba de zafarse y además que no la siguiera besando, porque la estaban provocando un extraño escalofrío en el cuerpo – déjeme por favor o gritaré – amenazó pero débilmente

-grita todo lo que quieras – le mordió el oído haciéndola jadear un poco – pero tu tienes las de perder – sentencio

-no…yo no – titubeo temerosa

-¿no? – Le chupo un poco la piel del cuello – te metiste a mi casa a robar – le acaricio los pechos – puedo mandarte a la cárcel ¿sabes?

-por favor no – suplico – le daré lo que me llevé pero déjeme ir – suplico de nuevo con los ojos agüinados

-me devolverás lo que intentaste llevarte – le metió las manos por debajo de la playera, sintió la piel de su cintura y gimió – pero merezco una compensación

-¿compensación? ¿Por qué? – De un movimiento le arranco la playera por la cabeza – no, déjeme – se retorcía, él le colocó una rodilla en el medio de sus piernas haciendo cierta fricción

Con la playera también se fue el gorro esparciendo un cabello rubio brillante como hilos de oro – que pelo tan bello – lo acaricio con ambas manos – tan suave "esta mujer me esta volviendo loco" – con una mano la tomó por la nuca para besarla apasionadamente mientras con la otra le acariciaba el pecho sobre la tela del sostén

-de…je…me- suplicaba entre cada vez que tomaba aire y volvía al ataque de su boca, dejo de tomarla por el cuello y de acariciarle el pecho, pero no fue consiente hasta que sintió que le desabrochaba el pantalón, y empezó a gritar contra su boca y a detenerlo de las muñecas para que no le desabrochara la ropa, mientras que la sensación de la rodilla del hombre la alteraba cada vez mas – por… favor… no… detente – suplicaba jadeante

-¿quieres que me detenga? – Pregunto burlón restregándole más la rodilla, ella asintió con la cabeza – bien – se aparto un poco de ella, ya no la aplastaba contra la pared y no le restregaba la rodilla, la rubia jadeaba, pero una parte de ella deseo que siguiera y su cuerpo involuntariamente se contrajo, apretando las piernas – parece que quieres mas – dijo el pelinegro divertido

-eso…no es… cierto – grito mientras trataba de alejarse del hombre, con el nervio que sentía se mordió el labio inferior con insistencia

Despacio se acerco a ella, la abrazo con delicadeza, y con un dedo soltó el labio de su sufrimiento, para luego tomarlo entre sus labios y succionarlo un poco, paso su lengua sobre él con lentitud sensual y luego le dio un beso profundo, ella se estremeció en sus brazos y por un momento se sintió flotar, al siguiente momento estaba tumbada en el suelo con él encima

-alto – grito ella, agitándose para poderse zafar – déjeme, aléjese de mí – suplicaba mientras lo golpeaba en los hombros y el pecho, pero sin mucha fuerza

-no niegues que te gusta – le dijo acariciándole la clavícula, entre los pechos, el esternón, el ombligo, y siguió bajando dentro del pantalón hasta colocarse sobre su tanga, rozando su centro – mira nada más – la miro a los ojos con diversión – tu cuerpo está disfrutando esto

-eso… no es… cierto – decía conmocionada por la forma en que la tocaba incluso dejo de golpearlo, o de intentarlo

-si...es cierto – la caricia a su centro se hizo más insistente haciéndola jadear – ves… esos pequeños…sonidos te delatan - le metió la mano por debajo de la tanga, tocando su centro húmedo y caliente – la ladrona…esta mojada

-no…yo no… yo… ohh – se estremeció presa de un orgasmo

-parece que te está gustando esto – dijo divertido mientras seguía torturando a la ladrona con sus dedos

-por…favor – no sabía que pedía pero ella suplico – por…favor

-vamos…pequeña…ladrona – le susurro al oído – pídeme lo que quieras – le beso los labios con delicadeza, y luego se coloco entre sus piernas para quitarle los zapatos, pantalones y la tanga, aprovechando la conmoción en la que estaba ella

-no lo haga…por favor… no lo haga – suplico al ver la dirección que tomaba el rostro del pelinegro, justo a su centro – no lo ahhh – gimió al sentir la lengua torturando su centro, devorando su feminidad, bebiendo su esencia

-eres deliciosa…pequeña ladrona - gimió él de entre sus piernas – eres…como una droga – decía mientras la torturaba una y otra vez, ella grito mientras era lanzada al abismo del placer, se sintió volar, para luego caer poco a poco, flotando en éxtasis

La rubia quedo lánguida en el suelo, jalando aire para normalizar su respiración, ya no hablaba ni intentaba alejarse de él, mientras él se iba desprendiendo de su ropa poco a poco, mirando centímetro a centímetro la piel porcelana de la ladrona, imaginando todas y cada una de las cosas que podría hacerle, deseando sentirla vibrar bajo su cuerpo, al quitarse la playera sintió el frio de la noche, y al verla tumbada sobre el frio piso sintió remordimiento

-bien… - se levanto para quitarse los zapatos, los pantalones y el bóxer, exclamo un suspiro de alivio al liberar su masculinidad – busquemos un lugar mas cómodo para continuar con mi compensación – dijo mientras la tomaba de los brazos para levantarla, una vez de pie la abrazó delicadamente

Ante la palabra compensación la rubia se puso tensa, y de un movimiento empujo al hombre, haciéndolo trastabillar, en su turbación corrió hacia el escritorio en lugar de la puerta, antes de poder rodear el escritorio un cuerpo masculino y poderoso la aplasto contra la madera aplastándole medio cuerpo

-otra vez jugando rudo – jadeo él sobre ella, le hizo el cabello a un lado y le dio un chupetón en el hombro haciéndola gritar – grita más pequeña bruja – le fue dejando pequeñas mordidas y besos húmedos por toda la espalda mientras el acariciaba el trasero, mientras ella daba grititos ahogados – oh, sí, me estas volviendo loco – se coloco adecuadamente en su entrada, su miembro estaba listo desde hacía rato, deseoso de enterrarse en ella – no puedo más – gimió al tiempo que poco a poco se iba adentrando en ella, ambos jadearon

-no, por favor – gimió ella, moviéndose un poco queriendo separarse de él, pero él la siguió, enterrándose más en ella –no…no

-oh si – se fue moviendo poco a poco dentro de ella, llenándola, embistiéndola, mientras ella lo rodeaba deliciosamente – eres deliciosa – gimió, mientras torturaba su espalda con su lengua, y sus dientes

-ya…basta – suplico con la voz estrangulada – por…favor – de un movimiento él la giró sobre la mesa sentándola, mientras seguía embistiéndola de manera ruda, la rubia le propino una cachetada sin mucha fuerza

-ya voy…entendiendo – dijo sonriendo mientras los subía a ambos al escritorio, tiró todo lo que había sobre este y la acostó quedando sobre ella, le tomó las muñecas y las puso sobre tu cabeza – te gusta…que sea rudo – decía al tiempo que las embestidas se hacían más fuertes y rudas - ¿cierto?

-no…yo no… solo quiero… que me… - jadeaba entre embestidas mientras apretaba las puños – quiero… que me… quiero que me…

-¿que…te bese? – no dejo que ella contestara, pues al abrir la boca la asalto con su lengua de manera ruda y demandante, la penetraba, con la lengua y con su virilidad en un ritmo erótico, los jadeos de ambos se ahogaban en sus bocas, las embestidas se hacían mas rápidas, más profundas, al llegar al clímax interrumpió el beso y ambos gritaron llenos de placer, se desplomó sobre ella jadeante y tembloroso, mientras ella trataba de recuperar el aire y vibraba entre el placer y la impresión,

Ninguno dijo nada y el ambiente solo se lleno del sonido de sus respiraciones, sus cuerpos estaban calientes y sudorosos

-bien pequeña ladrona – dijo él mientras se bajaba del escritorio – eso estuvo delicioso – la tomó en brazos –ahora te voy a llevar a un lugar – comento pícaro

-¿a la cárcel? – pregunto ella con temor

-no – sonrió divertido mientras le daba un delicado beso en el cuello – te voy a llevar a mi cama

-¿Qué? – grito ella

-no voy a dejar que te vayas nunca de mi lado – le hablo como quien le habla a una niña pequeña – pequeña ladrona – la dejo delicadamente sobre la cama – me has robado el corazón – le beso los labios fugazmente

-creo que ese siempre lo he tenido – suspiro sonriendo, se acomodo en la cama para hacerle espacio a él

Él encendió la luz de la mesita de noche, la miro detenidamente observo la marca de sus manos y sus dientes en la piel de ella – cariño, te he lastimado – dijo angustiado mientras le acariciaba las marcas

-no te preocupes amor – sonrió tomando su mano – era parte del juego – le mordió el labio inferior tentándolo

-Serena, eres una picara – la beso con pasión – no imaginé que esto de las fantasías fuera tan erótico – le beso el cuello

-fue divertido ¿no? – le acariciaba los hombros y la espalda

-yo diría estimulante – le acaricio los senos con suavidad, haciéndola jadear – y debo decir que me ha dejado bastante… - le guio su pequeña mano a su masculinidad, la cual estaba casi lista – alerta

-ya lo veo – ronroneo ella acariciando su longitud – yo también estoy alerta – el dirigió su mano a su centro que estaba húmedo y preparado, se besaron con amor y pasión – creo que… muy pronto…estaremos pensando…en otras…fantasías – gimió ella mientras sus senos eran torturados con la lengua del pelinegro

-cuenta… conmigo – decía mientras sus atenciones bajaban a su centro – nadie…creería…que tenemos… algunos años… de casados

-deja de…hablar – se quejo ella jalándole el cabello

-de…acuerdo…pequeña….ladrona – bromeo mientras la hacía llegar al orgasmo con su lengua

Y así, toda la noche desataron la pasión que los envolvía, y que con las fantasías dejaron fluir con fuerza, se amaron llenando su casa de gemidos de placer y felicidad…


Los personajes como saben pertenecen a Naoko Takeuchi, la historia, surgió de mi perversa mente, esta historia será un compendio de one shot de picantes fantasías, hoy empezamos con la ladrona y el dueño de la casa que se aprovecha de ella (quien fuera Serena no?, jajaja), bien, ya tengo pensadas algunas otras fantasías, pero se aceptan sugerencias, así que las invito a pensar en cosas perversas y lujuriosas, jajaja, me sugieren que haga las fantasías no solo de Darien/Serena, pero aun sigo meditando esa parte, ¿Qué opinan ustedes?

Las quiero, y nos seguimos leyendo

Besitos

Ángel Negro