Two Kisses

beteado por Egg Dupont

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Disclaimer: Todo le pertenece a J. K. Rowlink

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La pálida luz de la luna bañaba la habitación. Esta no estaba llena, ya que si así fuera, él no se habría ido.

Estaba sentada, acurrucada en un viejo sillón púrpura. Había sido un regalo de su padre, sabiendo que ella amaba los colores alegres.

Esto no podía estar pasándole. Era horrible. Ese sentimiento oprimiéndole el pecho. ¿Cómo había aceptado quedarse en casa? Se sentía ahogada, muriendo poco a poco con la incertidumbre.

Se levantó. Dio una vuelta por la pieza. Miró al bebé en la cuna, dormido plácidamente. Se volvió a acurrucar en el sillón.

Esa había sido su rutina por la última hora. Desde que él se había ido.

Tenía suerte de que Teddy había estado durmiendo tranquilamente. Esos comerciales muggles baratos, donde el bebé se queda mirando un juguete con suaves melodías y durmiendo pacíficamente, eran puros cuentos.

Necesito hacer algo. No puedo permanecer aquí.

Con ese último pensamiento, se paró por última vez del sillón. Se acercó a la cuna. Teddy había abierto sus pequeños ojos. Al verla, le dirigió su profunda mirada de bebé. Esa mirada le dio fuerzas. Era como si su pequeño entendiese todo lo que sufría su madre. Lo levantó con cuidado, acunándolo en sus brazos.

Teddy decidió que ese momento era el indicado para llorar y, para entretenerlo, su madre empezó a cambiar de color su pelo. Ensimismado y sin saberlo, Teddy empezó a hacerlo también. Y, esto le cayó como un balde de agua fría, puso su pelo color castaño y sus ojos color miel. Era tan parecido a su padre, que le dieron ganas de llorar.

Lo siguió meciendo con suavidad y Teddy volvió a dormirse. Le besó suavemente la cabeza y, con suavidad, lo dejó en la cuna. Lo miró una última vez y le acarició una mejilla, luego se dio media vuelta y salió de la habitación.

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Caos. Fuego.

Corría sin descanso, sin pararse a pelear. No podía perder un segundo, ya pelearía cuando le encontrara.

Preguntaba a cualquier miembro de la Orden con el que se cruzaba. Deshacía peleas, mientras pasaba en su apuro. Mataba arañas, ahuyentaba dementores y simplemente destruía todo lo que se interponía en su búsqueda.

No puedo fallar. Tengo que encontrarlo. ¿Qué tal si no...? No, no debo pensar en eso.

Y así, con esos pensamientos, seguía. Con perseverancia, tenacidad, confianza, esperanza. Porque Nymphadora Tonks poseía todas esas cualidades. Porque Nymphadora Tonks era una luchadora.

Y, porque Nymphadora Tonks amaba a Remus Lupin.

Se paró en seco.

Ahí estaba. Luchando. Defendiendo lo que creía justo. Peleando por él, por su familia, por el futuro de su hijo. Por todos los seres queridos que le habían sido arrebatados. Por todos los inocentes que habían perecido.

Corrió. Agitó su varita y paralizó a su oponente. Siguió corriendo y se lanzó a sus brazos. Y, en medio de la batalla, se besaron. Y en ese beso, demostraron su desesperación, sus inseguridades, su esperanza y su amor.

Al separarse no hubo palabras. No eran necesarias. Remus había entendido que ella no habría podido seguir esperando.

Y siguieron luchando. Espalda con espalda. Con las manos unidas. Y cuando sintió su cuerpo caer y el agarre de su mano se aflojó, no lloró. Siguió luchando, sin dejar de soltar su mano. Y cuando vio el rayo verde venir, ya sin poder hacer nada, sus pensamientos se dirigieron a la persona junto a ella, a su hermoso bebé que no conocería a sus padres y al joven de 17 años, que amaría y comprendería a Teddy como nadie más lo haría.

Y, una lágrima cayó. La última lágrima.


27 de septiembre del 2011

Vignette: viñeta (latín) Sips, no muy imaginativo.

Aquí iré posteando todas las viñetas que se me vengan a la mente, así como las respuesta a los retos del foro Retos Harry Potter y más.

Esta es para el Reto Último Beso

Los reviews me hacen feliz.

Connie