CottePotterHG: Gracias por tu sincero Review! Siempre es bueno salirse de la rutina, aunque, a veces estas porquerías son adictivas. YO NO ME PUEDO SENTAR A ESTUDIAR, tengo uno que me está enloqueciendo jajaja. Aquí el último capítulo. Espero que te guste. saludos.

pottershop: Jajajajaja, vos ya tenías la idea del hijo mucho antes de esa frase y... ¡Perfecto! Se te dio! jajajaja. Que bueno que quedó bien claro el proceso de Harry, porque es verdad lo que decis, EL LO NECESITABA, Con eso no se jode jajajaja.
Te repito... "Uy!, conversación de mate! yo me prendo" Igual, podrías hacer de cuenta que estamos acá, y contarmelo. A mí me agradó esta Nathali, estaba un poco cansada de las novias malas jajaja. Pobre, si la eligió como novia, algo bueno debía tener.
Jajajajajajaja como me rio con tus traducciones al criollo, la verdad, APLAUSOS "che che, para... no quiero casarme, quiero una vida que nos sostenga" jajajaja me senti re pelotuda jajaja PERO QUE GRACIOSO! Siempre me rio con tus reviews, ESO ES GENIAL.
Jajajajaja cuando termines el capítulo, contame si me hiciste o no el Cruciatus, porque si me va a doler, quiero estar preparada jajaja. Como siempre, me encanta tu review... ¡Ah! otra cosa, no estoy dejando review porque leo de infraganti en el laburo y, me anda a dos por hora la pc... PERO TU FIC ME TIENE TARADA... hoy tenia que estudiar... NO HICE NADA! jajajaja... Aplausos... ya voy a dejarte un review, estoy casi poniéndome al dia... mientras tanto, tenía que terminar este fic... para poder empezar otro... VICIO ROCK AND ROLL ;)

pnpotter: Llegados al final... ¡Que bueno que te siga sorprendiendo! A esta altura pensé que todos la veían venir la del embarazo jajaja al menos eso se comentaba por ahí jajaja... Muchas gracias por tus regulares reviews, Es lindo tener gente que le responda fielmente su opinión. A ver como te sienta el final. Saludos.

paaoo: Y bueno, yo sé que no querías... pero ha llegado, este es el final. Espero que todas las dudas de las que hablaste, se resuelvan aquí... a las que no... final abierto jajajaja, saludos.

Rocidito Azul: bueno, la actitud tranquila de Ginny al despertar en San francisco se debe basicamente a dos cosas, una; creía que era su culpa y que estaba comprometiendo a Harry en su hogar (o estaba siendo una pesada, cuando ya la habían rechazado) Y dos... la noche anterior se enteró que estaba embarazada!. Pobre mujer! Gracias por tus constantes reviews!. Me llenaron de ganas de seguir. Espero te guste el final. SALUDOS

fatty73: En este momento me pongo melancólica porque termina el fic asique... aprovecho para agradecerte que siempre me escribieras. Ahora se resuelve creo que casi todo, sino... buena imaginación jajaja, no, sino respondo dudas... jajaja a ver que te parece, saludos.

NTde LUPIN: Si, ni hablar... algunas cosas son obvias... pero como que uno no las disfruta hasta que no aparecen escritas, no se si te pasa eso? Yo leo y se que va a pasar algo, pero no descanso tranquila hasta que me lo afirmen jajajaja. A ver que te parece el cierre.. SALUDOS.

Ahora si... muchas gracias a todos los que apoyaron y les gustó el fic. Me gustó mucho escribirlo y que lo critiquen, para bien o para mal, uno siempre crece... Ahora... al final. Espero lo disfruten. Saludos a todos.


Capítulo 17: RenovaDOS

"¡...Estoy embarazada!" retumbó en su mente, pero lo único que podía pensar era... ¡Por qué!

Entonces, ese era su castigo. Así le pagaba Ginny, por haberla dejado sola en Londres... ¿Embarazada? ¿Cómo? ¿Cuándo?

La observaba ajeno, lejano a ella. De pie frente a la silla en la cual ella se había desplomado, Harry fluctuaba su equilibrio en un suave e imperceptible vaivén. ¿Qué estaba ocurriendo? Perdería el control en cualquier momento; las piernas se le vencerían, caería para siempre, y no estaba seguro de poder volver a levantarse algún día.

-Pero...- soltó en un susurro contenido- tú...- Ginny levantó su frustrante mirada, directo a sus ojos, perdidos en algún punto de su historia.

-¿Qué? ¿Vas a preguntarme cómo pasó?- se burló con ironía- Te creía más inteligente- hipó.

-Si... yo también- soltó como reproche a sí mismo- Fui un idiota al traerte aquí- se reprochó frustrado. Ginny lo miró contrariada- Fui un idiota al pretender que pudiera seguir interesándote... después de todo, ¡han pasado meses!- la acusó con sarcasmo.

-¿Me estás acusando de no correr a tus pies? ¡Tú me dejaste sola!

-¡Y mira cómo te acompañaste! ¡Bravo por ti!- la aplaudió- Serás madre... Felicitaciones- le sonrió con el mayor sarcasmo que jamás había expresado a alguien. Ginny se sintió furiosa e impotente.

-Eres el mayor idiota de todos- se puso de pie, mirándolo con severidad- Me traes aquí porque te place, y ahora me echas porque no te place más...

-¡No me hagas hablar de placeres!

-¡Habla!- lo retó- ¡Si tanto tienes para decir, HABLA DE UNA VEZ!

Harry se acercó peligrosamente a ella, con la sagacidad de una gacela, atrapándola entre la mesa y su cuerpo, a tal punto que Ginny, en su intento por retroceder, casi se sienta en la mesa, trastabillando.

-Preferiría no ser hiriente- dijo con los dientes apretados.

-Ya me has herido en todos los sentidos...- dijo con suave indiferencia.

-¿Y tú?- la acusó- No eres ninguna santa...

-¿Yo qué te hice? ¿Quedar embarazada?- lo apartó de sí, su cercanía la estaba distrayendo en desmedida- ¿Aparecer en tu casa? Fuiste tú quien siempre jugó conmigo.

-¡Siempre fui sincero!- se defendió- ¡Siempre te amé...! Y lo confesé ni bien lo supe.

-¿Y yo no?

-Tú dudaste. Siempre te permitiste dudar- Ginny inspeccionó su rostro con aires detectivescos. ¿Qué le sucedía? ¿Por qué reaccionaba así?

-¿Yo dudé?- fue ella quien se acercó ahora- Tú fluctuabas entre Nathali y yo, ¿Y yo dudé?- lo acusó con su índice- ¡Maldito hipócrita!- soltó y se dio media vuelta saliendo de la cocina, hecha una fiera.

-¿Yo fluctuaba?- continuó la discusión, caminando rápido tras ella- Tú decías querer algo conmigo y luego te escondías a hacer quién sabe qué cosa con el idiota ese...- Ginny se giró para mirarlo de lejos. Cada uno estaba en una punta del living.

-John está fuera de la discusión- zanjó el tema y se adentró al cuarto.

La escuchó mover algunas cosas, tomar otras y volvió a salir con sus zapatos en la mano. Harry la vio salir con la cabeza gacha, reprimiendo un llanto que ya era inminente en su rostro. Al parecer, ella no sentía la ira que quería demostrarle a él con esa discusión... ella, simplemente estaba herida. Las primeras lágrimas comenzaron a mostrarse, pero ella continuó caminando hacia la puerta de salida con sus manos atiborradas.

Harry quiso detenerla, aunque más no fuera para seguir insultándola... o para olvidarse de todo y hacerle el amor. Pero su cuerpo no podía correr tras alguien que no le pertenecía. Aquella mujer había tomado decisiones que ahora la alejaban de él... ¡EMBARAZADA! Se repitió aún sin poderlo creer.

Ginny se detuvo de sopetón frente a la puerta. Luego giró y casi corrió hasta él, ya sin poder reprimir el llanto. Dejó caer con fuerza sus zapatos, cerca de él, sorprendiéndolo con su actitud, y luego lo empujó.

-¡Lo mínimo que podrías haber hecho era preguntar por mí! ¡Por cómo estaba!- volvió a empujarlo sin infligirle dolor- ¡Nunca te interesó cómo quedé! ¡Nunca te interesó si pensaba en ti!- lo empujó nuevamente. Su cuerpo chocó levemente contra la pared, pero a la pelirroja no le importó, continuó empujándolo- ¡No me llamaste! ¡No me escribiste...! ¡UN MALDITO MAIL!- le gritó chocándolo contra la pared. Él estaba atónito, intentando entender de qué se lo acusaba- ¡¿Sabes cuántas veces leí ese estúpido mail? ¡ERES UN IDIOTA!- se largó a llorar. Harry quedó en estado de shock durante unos segundos más, pero luego, su orgullo se antepuso. ¿Quería hacerle creer que él era el insensible? ¿Él, insensible? ¡Qué equivocada estaba!

-¿Qué querías que hiciera? ¿Llamar a tu oficina para que me respondieras gimiendo porque el idiota ese estaba a tu lado?- Ginny lo miró directo a los ojos, ofendida y aún llorando.

-Eres un imbécil- negó con la cabeza, resignada- Jamás debí pensar en ti.

-Si bueno... yo jamás debí enamorarme de ti, y ya ves...- Ginny lo miró instantáneamente, algo en su corazón acababa de quebrarse. Lo miró atentamente, esperando alguna señal de arrepentimiento... pero nada.

-Si... ya veo- soltó, retrocediendo lentamente- Pero si te conozco al menos un poco...- comenzó a decir en tono amenazante- Querrás volver en algún momento para verlo...- dijo tocando instintivamente, su vientre aún plano- Pero te juro por lo que más quiero, que no me volveré a dejar convencer por ti. ¡Jamás lo conocerás!- juró y se dirigió a la puerta, olvidándose por completo de sus zapatos.

-¿Creíste que querría conocerlo?- soltó suave pero hiriente- Que John se encargue de sus propios errores... yo no tengo más nada que ver.

-¿John?- soltó con ironía, girándose para verlo por última vez antes de abrir la puerta- Pero si John no cometió ningún error...- dijo con soberbia. Harry abrió repentinamente los ojos, nuevamente interesado en todo aquello.

-¿Qué dices?- susurró.

-Que él no tiene la culpa de nada... La culpa fue mía, por dejar que te quedaras en mi casa y dispusieras de mi vida.

-¿Qué...? ¿Qué estás diciendo?

-Pero no te preocupes- continuó- Si algo aprendí, es que no necesito a nadie más... Seré feliz a mi modo, con mi hijo- Le dio la espalda y abrió la puerta de par en par.

-Ginny...- ella no le hizo caso. Él actuó con reflejos y corrió rápidamente a su lado- Gin, Gin... Ginny- trabó sus palabras aceleradamente. La sujetó sin entender nada- ¿Qué estás diciendo?- la apremió- ¿Qué está pasando?

-Me estoy yendo...- zanjó, con renovadas ganas de llorar.

-¿John no es el padre?- ella negó con la cabeza.

-Te dije mil veces que no ha pasado nada con él.

-Cuando me fui. Cuando volví aquí, ¿no?- le preguntó con la mirada, más que con las palabras.

Sus ojos verdes ahora tenían una tintura diferente. Sus pupilas le rogaban una explicación a sus cavilaciones. Estaba rogando internamente no llegar a conclusiones erradas. Ginny se hundió en aquella mirada, en cierto modo, feliz de que él se angustiara entendiendo su error. Ella negó con la cabeza y agachó la mirada.

-Te fuiste y... nada- se encogió de hombros- Le aclaré las cosas. Jamás quise nada con nadie más...- lo miró- ...que tú.

-Gin... ¿quién es el padre de esa criatura?- miró su vientre y luego sus ojos. Brillaban con un fulgor peculiar, propio del llanto.

-¿Y me lo preguntas? Harry... te creí más inteligente- reiteró.

-¿Por qué eres cruel?- soltó y se le quebró la voz, sin poder evitar emocionarse. Aquello... ¿podría estar pasando?- Dímelo...

-Tú eres el padre, Harry... ¿Quién más?- se encogió de hombros- Con John nunca pasó nada...- Harry retrocedió unos pasos, lentamente. No quería creerlo.

-No juegues conmigo...- le rogó, emocionado pero aún ajeno- Si esto es...

-Harry- tomó como al pasar, su mano- No estoy mintiéndote...

-¿Y por qué no me lo dijiste antes? ¡Nos habríamos ahorrado todos los insultos!- dos lágrimas cayeron de sus ojos- Maldición...- sonrió, aún no pudiendo caer en cuenta- Pero, ¿Cómo?- la miró- Fue una vez... ¡Hace meses!- Ginny sonrió, casi renovada, pero aún con lágrimas en los ojos. Aquello era absurdo.

-Hace ocho semanas- dijo acariciando fraternalmente su vientre- Y fueron cuatro veces- lo corrigió sonriendo. Harry comenzó a sonreír entusiasmado, tapando su boca con la mano, asombrado.

-Pe... Pero, ¿y la pastilla?- preguntó confundido- Creí que habías ido a comprarla...

-¡Y la compré! Pero, ayer cuando me enteré del embarazo... haciendo memoria, caí en cuenta de que nunca la tomé. Ese día llegué de casa y, tú habías entrado en pánico ¿recuerdas? ¡Te querías ir!- gesticuló con las manos- No recuerdo qué hice con ella luego, sólo sé que nunca la tomé.

-No puedo creerlo...- se tapó la boca. Luego la abrazó posesivamente- Esto es hermoso, Ginny.

-Pensé que no querías conocerlo- lloró de felicidad, entre sus brazos- Pensé que no lo querrías...- se separó, secándose las lágrimas.

-No se me ocurrió pensar que era el padre... Discúlpame... soy un imbécil- tomó su rostro con dulzura- No debí abrir mi bocota- ella negó con la cabeza.

-No debiste traerme aquí- lo corrigió- cuando me dijiste que aparecí, temí por el bebé...- él asintió entendiendo.

-Pero ya no volverás a aparecer... porque ya no dejaré que te alejes- la penetró con su mirada. Ginny le sonrió con sincera felicidad.

-En realidad... no quería irme- confesó. Harry festejó internamente y luego la abrazó para acercarla más así y poder, por fin, besarla como era debido.

Ginny se colgó de su cuello, abriendo sus labios y dejándose seducir. Aquel era, sin duda, el hombre de su vida... Lo amaba con locura, y eso se notaba a través de su beso. Harry la apretó más así, rodeando con sus brazos, su pequeña cintura, y levantándola unos centímetros del suelo. Ginny rió espontáneamente, separándose.

-Te amo...- susurró él, mientras la miraba desde abajo. Ella acarició su mejilla, que, acababa de percatarse, estaba recién rasurada. Lo miró con una ternura propia de una futura madre.

-Y yo te amo a ti, Harry- él la deslizó suavemente sobre su cuerpo, para bajarla a tierra, hasta que sintió que apoyaba sus pies con suavidad.

-No perdamos más tiempo ¿si?- miró sucesivamente, sus ojos- Necesito todo el tiempo a tu lado... Necesito...

-Antes que digas nada...- le tapó sus labios con su pequeña mano- Yo necesito otra cosa...- él la cuestionó con su mirada, y alzó sus cejas, apremiándola. Ginny sonrió y acarició su espalda- Esa remera que traes me está torturando desde que llegué...

Harry sonrió de oreja a oreja, encantado por la manera en que lo había dicho, y la fuerza que aparentemente había ejercido, para controlarse frente a él. ¿Quién quería controlarse?. Harry alzó los brazos inocentemente, y le guiñó un ojo. Ella sonrió y se la sacó casi de un tirón, luego rió como niña.

Aquello era tan típico de ambos... Primero dudas, quejas, críticas; luego las peleas, los gritos, el exceso de pasión... Y luego... lo mejor: El amor, la necesidad del uno por el otro. Luego... el cielo con las manos. Siempre tan natural. Como si las nubes los rodearan constantemente y pudieran ellos tomar un trozo de su algodón.

Harry corrió un mechón de su pelo rojizo, colocándolo detrás de su oreja, y le sonrió, sin poder ocultar su extrema felicidad... ni su creciente anhelo. Rodeó con suavidad su nuca y la trajo a sí para envolverla nuevamente en sus cálidos labios. Y, sin ella notarlo, deslizó rápidamente sus manos por sus piernas, y la alzó, de manera que ella quedó colgando de su cuello.

-Estaba pensando...- sopesó unos segundos para darle intriga- ¿Qué tal si nos aseguramos que realmente crezca ese vientre?- alzó sus cejas en un gesto pícaro. Ginny rió para luego besarlo.

Él la comenzó a conducir hacia el cuarto y la adentró en él. Y esa sería tan sólo la primera de vez de muchas... "La quinta vez, de muchas" se corrigió en pensamientos.


Ginny reía abiertamente, pues ya nada parecía mantener su seriedad. Era feliz, ¿qué podía hacer al respecto? Estaba desnuda, tapada por una sábana "de exquisita calidad" agregó mentalmente, abrazada -inseparable- del hombre que amaba.

Harry la abrazaba por el hombro, para que ella reposara su cabeza en su pecho desnudo. Con la misma mano acariciaba sus aún cortos cabellos, y la piel de sus hombros.

-Con eso ha tenido que aferrarse seguro- concretó Harry, riendo.

-Con eso...- reía ella, satisfecha- Acabas de darle un hermano.

-Le daré todos los que me pida... lo juro- la acercó para besarla.

Ginny se quedó unos segundos mirándolo, saboreando su cálida imagen. Tan sólo era la media mañana, y ambos no parecían querer salir de la cama por el resto del día... o de sus vidas.

-Me alegra que me hayas traído aquí- dijo, tornándose más nostálgica, mientras acariciaba la mejilla del morocho, con el dorso de su mano. Él disfrutó el tacto, y luego tomó su mano para besarla.

-Te busqué nuevamente porque... Bueno, como diría Sabina... Porque "No quiero que venga el destino a vengarse de mí, y prefiero la guerra contigo, al invierno sin ti"- Ginny sonrió rodando los ojos- No, dejándonos de pavadas- se puso serio de golpe- Estaba torturándome eso de no tenerte, Gin...- se sinceró, con ojos algo angustiados ante el recuerdo- Me volvía loco que no me atendieras, si hasta tuve que colgar tu foto ahí- señaló con la mirada- para imaginar que tenía algo tuyo... Y al final... la que tenía algo mío, eras tú- acarició fraternalmente su vientre. Ella sonrió de par en par.

-No me contaste la historia de esa foto- él se encogió de hombros.

-Ya no me interesa... ahora tengo el original- la besó.

-¿Como conoces a St. Marteen? Es mi fotógrafo favorito- acariciaba lentamente su pecho.

-Era amigo de Nathali, o algo así... ¡Qué se yo!

Pero Ginny sólo escuchó el nombre de ella. ¡Claro!, ¿Cómo se podía haber olvidado de algo así? De pronto su panorama cambió y se tornó algo fría. Él quiso abrazarla más a sí, y ella se separó varios centímetros, casi despegando su cuerpo del de él.

-¡Nathali!- soltó a modo de reproche.

-¿Qué?

-Lo había olvidado...- se sintió tonta. Y quiso levantarse de la cama, pero olvidó cómo hacerlo- ¡Ay por Dios!- se tomó la cabeza entre las manos- Otra vez no...- se lamentó.

-¿De qué hablas?

-No quiero pasar otra vez por esto...- levantó la vista- Me había olvidado de ella- le golpeó el hombro.

-¡Aaau...!- se quejó, luego agregó- Está perfecto, olvídala. Qué te importa ella.

-A mí no... a ti te importa.

-¿A mí? Para nada...- soltó con displicencia- ¡Ven aquí!- la abrazó y la atrajo a su pecho nuevamente, pero ella pataleaba.

-¡No, Harry...!

-Deja de atormentarte, ya corté con ella...- Ginny dejó de resistirse y se dejó abrazar, pero le clavó la mirada.

-¿Qué?

-Que la dejé. ¿Creíste que sería tan libertino de tomarte así con tanta libertad sino?- ella rió con ironía.

-No sería la primera vez.

-Las otras veces fueron distintas- sonrió jactándose- eramos inconscientes.

-¿Y las cuatro veces concienzudas?- se burló ella- ¿Las cuatro que concibieron a mi hijo?- él sonrió.

-Esas fueron las mejores- besó su nariz, pícaramente.

-¡Qué hipócrita eres!- se burló ella, dejándose abrazar. Él sonrió y besó su frente, mientras la abrazaba con más fuerza- ¿En serio ha terminado todo?- preguntó dubitativa.

-Si- confesó- Si con todo te refieres a tu soledad y la mía- la miró fijamente- entonces sí, se ha terminado. Ginny sonrió ampliamente.

-O sea... que si te pregunto algo, por pura curiosidad, ¿no me mandarás al diablo?- él rió.

-A lo sumo te daré unas nalgadas- contuvo la risa.

-Hablo en serio- lo retó.

-Gin... creo que siempre ha sido así, pero, de ahora en adelante, tu y yo podremos hablar de cualquier cosa... No debes preocuparte por eso.

-De acuerdo- acariciaba su pecho- Entonces, me gustaría saber... porqué sentiste que necesitabas irte de Londres. Porqué me dejaste cuando, en realidad, me amabas.

Harry esperó que su cerebro asimilara bien ambas preguntas, tomándose el tiempo necesario para responderlas. Ginny, con cierto temor de que él se pudiera haber enojado, levantó la cabeza, apoyando su mentón en el pecho, y mirándolo directamente a los ojos. Él le sonrió, desmintiendo su temor.

-Bueno... Es algo complicado de explicar... más que nada porque es personal y, creo que te costaría entenderlo sin haber estado en mi lugar- dijo a modo de introducción. Luego respiró profundamente y confesó- Supongo que te dejé porque tenía miedo de defraudar a alguien, como una vez lo habían hecho conmigo. No tienes idea lo cruel que es, que una persona diga amarte un día, y al otro... nada, el abandono- se encogió de hombros- Yo estuve en ese lugar y no me gustó. Nada más...- ella asintió, entendiendo su punto de vista- Pero por otro lado... -la miró dulcemente a los ojos- Estar al lado de ella sin sentir nada, tampoco era honesto- acariciaba su pelo- Reencontrarme contigo me cambió la vida, Gin... ¿Qué culpa tenía ella? No pude ser cruel. Quise estar cien por ciento seguro de que no era recuperable ni que, lo que sentía por ti era sólo un impulso. De cualquiera de los dos modos iba a herir a alguien que quería mucho... así que quise estar seguro de dañar a la persona indicada.

-Aunque terminaste hiriendo a ambas...- se lamentó.

-No... Sólo te herí a ti...- se lamentó- Ella nunca me necesitó a su lado, sólo nos hacíamos compañía.

-Entonces sí... sólo a mí- sonrió con pesar.

-Pero... en cierto modo, no dudé ni un sólo segundo, de que tú estarías bien sin mí... ni dudé tampoco que te volvería a ver, con o sin novia... porque eso era algo que necesitaba, y tarde o temprano, el corazón me pasaría factura- ella sonrió tristemente. Harry se sintió injusto. Acarició su suave y nívea mejilla- Y... por otro lado... ahora puedo pasar el resto de mi vida, curando esa herida, ¿no suena tentador acaso?- ella sonrió.

-Si, claro que si.

Lo besó con parsimonia, mezclando sus lenguas en una danza pausada, cuya coreografía sólo conocían ellos dos, y sólo disfrutaban bailándola entre ellos. Cuando se separaron, Ginny volvió a apoyar su mejilla en el pecho de Harry, subiendo y bajando con sus pausadas respiraciones.

-Aunque...-continuó Ginny- Debo confesar que... tengo un poco de miedo- Harry frunció el ceño, extrañado- Todo lo que pasó y hablamos en Londres...- dejó en suspenso. Harry tomó su mentón para levantar su mirada.

-¿Por qué tienes miedo?- preguntó con la sinceridad tatuada en las pupilas.

-Porque, por cómo me hablaste de las relaciones que habías tenido con tus distintas mujeres... asumí, y creo fervientemente, que tienes dificultadas para mantenerte en una pareja, cuando la otra persona cambia. No es que quiera cambiar- se sinceró- pero... si lo hago, ¿me dejarás también?- preguntó con la inseguridad propia de una adolescente. Harry sonrió con ternura.

-Cariño, tu ya has cambiado de innumerables maneras desde que te conozco... Y ninguna de tus facetas ha sido insoportable para mí, de hecho, algunas cuantas son y han sido excitantes- reveló con júbilo- Pero amé cada uno de tus cambios... Y los disfruto si te han traído a mí- Ginny sonrió satisfecha- Si es por eso... Yo tendría que temer más que tú, por no ser tan perfecto para ti como lo era Jack ¿o no?- ella negó con la cabeza.

-No.

-Jack era perfecto para ti- aseguró.

-Si... Jack representaba la perfección; pero el amor no es perfecto, y uno no elige a quién amar, ni en qué momento o porqué- jugó con los bellos de su pecho- Y... a ti y a mí nos unió un inconsciente que quedó latente de años atrás... De algo que yo ya amaba de ti, pero que había olvidado- Le sonrió.

-Así es- afirmó- Y el hecho de que me hayas ayudado a descubrir cuál era mi sueño- miró su vientre- Y que luego lo hicieras realidad...- tomó su mano amorosamente- Fue el broche de oro que necesitó mi corazón, para entender que ya no podría vivir sin ti.

Ginny sonrió de oreja a oreja. ¿Alguna vez se cansaría de escuchar que la amaba? Lo dudaba. Si no se lo recordaba de ahora en adelante, al menos una vez cada día, era capaz de morir. Lo amaba con locura. Ella se abrazó a él, apretándose entre sus músculos. Y Harry cedió, abrigándola como más necesitaba su corazón. Aquel día, sería un día genial, rectificó. No se moverían de la cama. Necesitaba recuperarse de los dos meses de ausencia.

Por otro lado... Respiró profundamente... que lo mataran si el aire no olía diferente, si los pulmones no percibían de otro modo. Podía decirse que... aquel día iniciaba su verdadera vida. De pronto, sintió que podía dejar de buscar lo que sea que había estado buscando, que era hora de comenzar a disfrutarlo. Olió nuevamente, y ahora fue el olor de su pelo lo que invadió sus sentidos. "Si... Definitivamente el aire huele diferente" besó nuevamente sus cabellos.


Bueno ahora sí... ¿Qué les pareció?

Chicos, si alguno tiene duda... no, no voy a hacer epílogo. Al menos no ahora... Creo que no quedó más nada por agregar. Espero les haya gustado.

Besos.

Ceci.